"Haciendo honor a su nombre". La palabra nombre la
interpretamos como el título de pastor propio de Dios. En
calidad de verdadero pastor, él me guía,
etc…
v.4.- "El valle de las sombras de muerte". En su
diccionario Schökel da las distintas posibilidades al
término ?????; "Oscuridad, tiniebla, calígine,
lobreguez, sombra". Habría pues que traducirlo muy
acertadamente como el "valle de tinieblas", o el valle
tenebroso.
v.5.- La mesa -?????- era primeramente una tela
que se tendía sobre el suelo para colocar encima las cosas
de comer, como todavía hacemos hoy cuando merendamos en el
campo. Sólo después se usarán mesas
elevadas. El texto parece responder a la pregunta del salmo 78:
"¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?",
aludiendo a la comida milagrosa que Dios dio al pueblo con el
maná y las codornices.
v.6.- "Y habitaré", tomando el verbo como
un infinitivo de ??? También puede interpretarse como
perfecto de ??? y entonces habría que traducir: "Y
volveré".
B. UN SALMO PENITENCIAL: EL SALMO
51
1. Origen y carácter del salmo
Quiero comenzar la exégesis de este salmo con las
siguientes palabras de Carlos de Foucauld: "Gracias, Dios
mío, por habernos dado esta plegaria divina del Miserere,
este Miserere que es nuestra plegaria cotidiana… Decimos a
menudo este salmo, lo hacemos a menudo nuestra oración-
Contiene el compendio de toda nuestra oración:
adoración, amor, ofrecimiento, acción de gracias,
contrición, súplica. Parte de la
consideración de nosotros mismos y de nuestros pecados y
se eleva a la contemplación de Dios pasando a
través del prójimo y orando por la
conversión de todos los hombres".
El Miserere no es simplemente un acto de
contrición. Es mucho más que eso. El hecho de que
la liturgia emplee este salmo en Cuaresma, en la
reconciliación de penitentes públicos y sobre todo
en el oficio de difuntos, ha contribuido a dar al salmo un tinte
tétrico y macabro. Inclusive una enfermedad intestinal que
produce una muerte casi instantánea se ha llamado el
"cólico miserere", y lo asociamos con disciplinantes con
sambenitos. Sin embargo el salmo no tiene nada que ver con el
"Dies irae". Está escrito en un espíritu diverso, y
termina en un canto de alabanza cuando los huesos quebrantados se
llenan de alegría.
Nos gustaría saber el nombre del autor de este
salmo. La tradición judía designó
espontáneamente a David, tal como aparece en la cabecera.
El Sitz im Geschichte habría sido el momento en que
Natán le denunció su adulterio, y David cayó
en la cuenta de su pecado (2 S 12,13). Hay un juego de palabras
en la cabecera del salmo. "Cuando entró a él
Natán, y cuando él entró a Betsabé.
Que podemos traducir: "Cuando le visitó el profeta
Natán después que David se había unido a
Betsabé.
Ciertamente se trata de una plegaria individual, tal
como demostró Gunkel contra muchos otros exegetas (Briggs,
Driver…) que querían ver en el salmo una
confesión colectiva de las culpas de Israel tras el
destierro. "Pecador me concibió mi madre" es un verso que
difícilmente se puede poner en labios de una colectividad,
y todo el salmo respira un tono de piedad individual indudable.
Ni se puede aludir a las alegorías de Ezequiel sobre el
nacimiento de la nación israelita (16,1-63) para
justificar el paralelismo, ya que en esas alegorías no se
habla del nacimiento en pecado, sino del nacimiento en la
opresión y el sufrimiento.
Aunque excluyamos que el salmo refleje una experiencia
colectiva, podríamos admitir todo lo más que se
trate de una experiencia personal de un rey davídico, que
reconoce sus pecados, tras el castigo colectivo que ha venido
sobre él y sobre su pueblo. Los que buscan conexiones
históricas piensan en un canto de arrepentimiento del rey
Joaquín desde su destierro, o de un discípulo de
Ezequiel.
Las semejanzas con el pensamiento de los grandes
profetas, sobre todo Jeremías (24,7; 31,33; 32,39) y de
Ezequiel (11,19; 16,59-63;18,31; 22,17-22; 36,7-12.24-38) nos
hace postular una fecha exílica. Como dice Raguel, el
salmo 51 es "Ezequiel rezado".
No es imposible que el autor haya pensado en el salmo en
la experiencia de David, y se haya servido de ella como fuente de
inspiración. Podríamos ver en el poema una
relectura de la experiencia de conversión de David a la
luz de la experiencia del exilio. Y cierto para le lector piadoso
judío o cristiano, la referencia a David nos puede ayudar
a rezar el salmo con realismo.
La mayoría de los autores piensan que los versos
20 y 21 son un añadido posterior al salmo. Sería un
ejemplo típico de lo que llamamos "relectura" de los
salmos, por la cual un poema antiguo es releído a la luz
de nuevas circunstancias, en un nuevo medio existencial, y
consiguientemente es reescrito en el afán de hacerlo
relevante para esa nueva situación.
Nosotros no vemos una ruptura tan fuerte entre estos dos
últimos versos y el resto del salmo. La mención del
corazón quebrantado como verdadero sacrificio, parece
suponer ya una situación en la que no existe templo donde
ofrecer el sacrificio por el pecado; supone ya una
situación exílica. Este quebranto, a la luz de el
pasaje paralelo de Azarías (Dn 3,39-40), se ve en paralelo
con la catástrofe de la destrucción de
Jerusalén.
El quebranto que el destierro produjo en el
corazón de los creyentes es el que ha dado lugar a un
nuevo corazón; esa es la verdadera víctima que hay
que ofrecer. Pero una vez terminado este período
excepcional en el que no hubo culto ni sacrificios en el templo,
se contempla un retorno a la situación anterior. En
realidad estos dos versos sobre los sacrificios rituales no
están en contradicción con el resto del salmo, en
cuanto que éste no proclamaba la abolición
definitiva del culto sacrificial litúrgico, pero sí
ciertamente desentona con el grado de interiorización del
culto al que se había llegado en los versos anteriores y
parece ser un retroceso.
2. Primer cuadro: el reino del pecado (v.
3-11)
El salmo en sí mismo está dividido en dos
partes. Como nos dice Schökel, el primer cuadro transcurre
en el reino del pecado (3-11), y el segundo en el reino de la
gracia (12-19). En el primer cuadro se nos habla del delito y el
perdón en la "región oscura del pecado" (Ravasi).
En el segundo, en la "región luminosa de la gracia", se
nos habla de la vida nueva del espíritu y el
corazón.
Dentro del primer cuadro, cabe distinguir una estructura
concéntrica, en torno al verso central de este cuadro (v.
6b), que es la profesión de la justicia divina. La
confesión del pecado propio y de la justicia de Dios,
viene intercalada entre dos peticiones de misericordia expresadas
por términos muy parecidos. En la primera súplica
se invoca la misericordia divina sobre el pecado del salmista que
es descrito con una serie de vocablos repetidos (6 veces ???
(het") y 6 veces otros sinónimos (pesha", "awon, ra"). Se
da una inclusión quiástica estricta entre los
verbos "borra, lava, limpia" del principio, y los verbos "limpia,
lava, borra" del final.
Es importante notar que el uso de términos
relacionados con la limpieza no implican que se esté
considerando el pecado como una mancha ritual, o de la
purificación como un rito litúrgico. Es verdad que
el símil del lavatorio de los vestidos puede insinuar una
visión ritual de la impureza del pecado, como puede verse
en Lv 6,20-21; 11,25.28.40; 13,6…) Sin embargo el uso de esta
imagen de la lavandería en un contexto moral de culpa es
común en la literatura profética (Jr 2,22; Is
1,18).
Como veremos en el centro geométrico de este
primer cuadro figura la proclamación de la justicia
divina. El pecador siempre está tentado a negar su pecado,
y decir que no se ha merecido las desgracias que han venido sobre
él. Haciendo esto, está culpando a Dios de haber
actuado injustamente al castigarle. En cambio en el momento en
que uno reconoce su pecado, reconoce por los mismo que se ha
merecido el castigo que ha venido sobre él y proclama la
justicia Divina, y absuelve a Dios de toda culpa. El que se
absuelve a sí mismo está acusando a Dios. El que se
acusa a sí mismo, absuelve a Dios. Por eso cuando "yo
reconozco mi culpa", Dios resulta inocente en el
juicio.
Ravasi ha expuesto muy claramente esta estructura
quiástica del primer cuadro con el siguiente
esquema
¿De qué justicia se trata? Algunos han
pensado en la justicia paulina, que es la justicia
salvífica de Dios, justo y salvador. Más bien
nosotros pensamos que se trata de la justicia punitiva de Dios,
la que se defiende aquí en esta primera parte del salmo.
Un texto paralelo que nos ayudará mucho a comprender el
razonamiento es la plegaria de Azarías: "Eres justo en
cuanto has hecho con nosotros, y todas tus obras son verdad, y
rectos tus caminos y justos tus juicios. Porque hemos pecado y
cometido iniquidad… Pecamos, obramos inicuamente
alejándonos de ti, sí mucho, en todo pecamos, no
dimos oído a tus mandamientos, no los observamos…
Sí todo lo que has traído sobre nosotros, todo lo
que nos has hecho, con juicio fiel lo has hecho… No podemos
abrir la boca…" (Dn 3,28-33).
La confesión de la culpa y no su represión
es el camino para librarse del pecado, como afirman otros salmos
penitenciales, sobre todo el salmo 32. "Cuando callaba -es decir,
cuando no confesaba mi culpa- se sumían mis huesos en mi
rugir de cada día pesaba sobre mí tu mano
día y noche… (Sal 32.3-4). Sin embargo la
situación va a cambiar desde el momento que el pecador
abre su boca para confesar: "Mi pecado te reconocí, y no
oculté mi culpa; dije: "Me confesaré a YHWH de mis
rebeldías?. Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi
pecado" (Sal 32,5)
La confesión de la justicia divina deja abierto
el cauce de la misericordia, que se va a expresar en la triple
súplica al final del cuadro: limpia, lava, borra.
Parafraseando el hilo del discurso, el autor viene a decir:
"Hablando en estricta justicia, eres justo en lo que has hecho, y
verdaderamente me he merecido todo lo que me ha sucedido, pero
por tu misericordia perdóname". Incluso después de
haberse reconocido culpable cabe presentar ciertos atenuantes
delante de Dios, sobre todo el hecho de haber sido concebido
pecador. No he sido yo el que inventado el pecado. Vine a un
mundo en pecado, antes de pecar yo contra otros, pecaron contra
mí. Me enseñaron a pecar. "Pecador me
concibió mi madre".
La teología cristiana ha visto aquí una
afirmación del dogma del pecado original. La Biblia
repetidamente da testimonio de esta inclinación profunda e
instintiva hacia el mal que hay en el corazón del hombre
(Sal 143,2; Gn 8,21; 1 R 8,46; Jb 4,17-19; 14,4; 15,14-16;
25,4-6; Pr 20,9; Jr 5,23; 13,23; 17,1-9). Estas fragilidad
connatural al hombre tiene que ser tenida en cuenta por Dios.
Sólo él puede regenerar el corazón, porque
"¿quién puede sacar lo puro de lo impuro?" (Jb
14,4).
El rabinismo ha creído siempre en esta tendencia
innata del hombre al pecado. Pero no la atribuye tan claramente
como San Pablo al efecto del pecado de Adán, como si
éste hubiese sido causa de una caída universal.
Dice Schechter que en el pensamiento rabínico: "en el caso
de la gran mayoría de la Humanidad, hay en cada individuo
suficiente pecado para llevar a la muerte, sin recurrir para ello
al pecado de Adán".
3. Segundo cuadro: el reino de la gracia (v.
12-19)
El segundo cuadro comienza con la súplica de un
nuevo corazón. El perdón de Dios no se limita a
borrar el pecado, sino que va a crear algo totalmente nuevo.
Entramos en el reino de la gracia.
El contexto es el de una nueva creación, con el
verbo técnico ??? bara", que designa la acción
exclusivamente divina, cuando Dios sacó la creación
del tohu wabohu de las aguas. El regreso de Babilonia se describe
por los profetas como un nuevo acto creador de Dios. En Is 65,17
con el término ??? se describe la restauración de
la comunidad como "creación de cielos y tierra".
También se refiere al "pueblo que yo me he creado" (Is
43,21). Jeremías usa el mismo lenguaje para describir la
restauración dela comunidad postexílica (??? Jr
31,22). Sólo la acción divina puede crear un
corazón nuevo en el hombre pecador. Para esta
creación del corazón nuevo es necesaria la
presencia del Espíritu primordial que revoloteaba sobre
las aguas (Gn 1).
En este segundo cuadro existe también una
inclusión quiástica muy significativa. Las palabras
espíritu y corazón se repiten al principio y al
final. Al principio, "corazón puro,
espíritu firme (v. 12), al final
"espíritu quebrantado" y "corazón
quebrantado y humillado". El último verso, 19, contiene
una recapitulación verbal de todo el salmo, con el elenco
de los términos principales: "sacrificio, Dios,
espíritu, quebrantado, corazón".
Comienza con una epiclesis o triple invocación al
espíritu: renuévame con espíritu
firme, no me quites tu santo espíritu,
afiánzame con espíritu
generoso.
El espíritu recibe tres adjetivos nakhon,
qodshekha, nedibah que traduce Schökel como espíritu
firme, santo y generoso. Estos adjetivos hay que entenderlos como
causativos. El espíritu nos hace ser firmes y no
como Saúl, que recibió un espíritu que no
fue duradero; después de la caída en el pecado, el
espíritu nos hace entrar en la esfera de la
santidad de Dios; y nos da un dinamismo
magnánimo que impulsa nuestras acciones desde
dentro, no por legalismo.
Entre los frutos del Espíritu está la
alegría, la que da un tono de fiesta y de música al
retorno del hijo pródigo. Frente a la visión
tétrica del Miserere que, como decíamos, ha podido
dominar en ciertas prácticas medievales, el salmo insiste
en la alegría como el fruto más consumado del
perdón. "Devuélveme el son del gozo y la
alegría. Que exulten los huesos quebrantados" (v.10).
"Devuélveme la alegría de tu salvación" (v.
14).
Como fruto del corazón nuevo y de la
alegría de la salvación. viene la
exteriorización de esta vida nueva de una forma vocal,
primero mediante la alabanza. "Señor abrirás mis
labios y mi boca proclamará tu alabanza", y luego en el
testimonio a los pecadores. "Anunciaré a los malvados tus
caminos, los pecadores volverán a ti".
El pecador convertido se convierte en predicador de los
pecadores, a quienes comprende por su propia experiencia
personal. Su conciencia de pecado no le lleva a desear el
exterminio de los pecadores como tantos otros salmos (Sal 54,7;
83,18; 140,11; 139,19), sino su conversión. Porque "Yo no
quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva" (Ez
18,23).
Este canto de alabanza adquiere una dimensión
litúrgica. El hombre regenerado y recreado por la gracia
quiere alabar a Dios, y quiere ofrecer sus sacrificios por el
pecado, pero el templo no existe. Entonces el salmo se hace eco
de toda la doctrina profética sobre la alianza nueva y el
culto nuevo, aplicándola al corazón quebrantado, de
un modo muy parecido a como lo hace el canto de Azarías.
"Acepta nuestro corazón contrito, y nuestro
espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros,
o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy
nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia" (Dn
3,39-40).
El itinerario espiritual empieza por la
conversión personal y desemboca en las estructuras
renovadas. Como dice Raguel, "primero el corazón, y al
final las murallas". Nosotros fácilmente tendemos a un
camino opuesto: preocuparnos ante todo por los problemas
estructurales o institucionales y descuidar la reforma
personal.
C TEXTOS ESCOGIDOS SOBRE LOS
SALMOS
1. Los salmos, espejo del Todas las Escrituras, hijo mío, tanto Además de lo que tiene afín o Por otra parte, según lo que padece o Pues bien: en los salmos se halla escrito y se Leemos asimismo que «los que quieren vivir Porque también esto es admirable en los En cambio, quien toma este libro, si se trata de Nadie se atrevió nunca a decir como suyas En cambio quien lee los salmos -¡cosa Me parece, pues, que, para el que salmodia, los Y si alguien necesita más argumentos para San Atanasio de Alejandría, |
2. En los salmos sale a la luz Tal es la imagen de la existencia que tiene el Tomemos aquellos salmos que producen más Romano Guardini, Los Salmos (Obras, II, |
3. « ¡Qué ¡Qué voces te di, Dios San Agustín, |
4. Jesucristo ora en nosotros y Cuando en la plegaria hablamos a Dios, no San Agustín, Enarrationes |
5. Elogio de los ¿Qué cosa hay más agradable En los salmos rivalizan la belleza y la doctrina: ¿Qué otra cosa es el Salterio sino San Ambrosio, Comentario al Salmo |
6. La fuerza de los salmos: El que escribe las páginas que siguen tiene Para conseguir esto, ha sido ayudado no J.-Y. Congar, «A mis hermanos sacerdotes, |
7. Los salmos en la liturgia de En la Liturgia de las Horas, la Iglesia ora Sin embargo, los salmos no son más que una Sin embargo, el Espíritu Santo, bajo cuya Ordenación General de la Liturgia de las |
8. Jesucristo, clave del No hay la menor duda de que todo lo que se ha En el Apocalipsis de san Juan se nos Porque nadie sino él, de quien estos Por eso sigue diciendo: «y vi a un Creyendo en aquellos misterios que por medio de San Hilario de Poitiers, Tratado sobre los Salmos, |
9. La fuerza de los salmos: Yo misma di el paso decisivo en Delhi. Nadie me «El Señor es mi luz y mi (…) En ninguna parte he hallado palabras «Te ensalzaré, Señor, porque Svetlana Alliluyeva, hija de Stalin. Tomado de |
10. La vida es una alabanza a Toda nuestra vida presente debe discurrir en la San Agustín, Enarrationes in |
11. Dios se alabó a A fin de que Dios pudiese recibir de los hombres San Agustín, Enarrationes in |
12. Del modo de Creemos que Dios está presente en todas (Regla de San Benito de Nursia, cap. |
13. Los cuatro sentidos de las La historia tiene por objeto el conocimiento de Lo que sigue se refiere a la alegoría, por La anagogía se eleva de los misterios En cuanto a la tropología, es una Las cuatro figuras pueden hallarse reunidas. Juan Casiano, Colaciones, Conferencia XIV, sobre |
14. El sentido literal Una corriente de la hermenéutica moderna a Documento de la Pontificia Comisión |
15. Reza los salmos como si o se hubieran escrito Vivificado con este alimento, del que no cesa de O también los considera escritos adrede Entonces lo que nos revela las verdades que Instruidos por lo que nosotros mismos sentimos, no Esta oración no es entorpecida por ninguna Juan Casiano, Colaciones, Conferencia IX sobre la |
16. Nacemos con este libro en Nacemos con este libro en las entrañas. André Chouraqui, Cantique des Cantiques |
17. Los salmos fáciles Un padre del desierto plantea a otro su gran «Tres años ha que me pongo todos los Mientras no pienso en otra cosa que en comer mi El hermano (a quien el primero había Citado por Cipriano Vagaggini, El sentido |
18. El salterio y los Numerosos son los santos Padres que han alabado y En los últimos tiempos se han divulgado una En este libro, en efecto, no sólo En fin, el Salterio da confianza y propone una En resumen, si quieres ver a la Iglesia Martín Lutero, Prefacio al Salterio (trad. |
19. El camino Este es el calendario litúrgico para el Aquí tenemos el plan de esta actividad Cristo, sol de las almas, sella los momentos Juan B. Montini, prefacio al calendario |
20. «Cantadle con «Cantadle un cántico nuevo, cantadle ¿Quién, pues, se prestará a Mas he aquí que él mismo te sugiere De este modo, el corazón se alegra sin San Agustín, Enarrationes in |
21. Títulos Estos títulos cristológicos 1. La cruz de Cristo, árbol de vida y 2. Cristo, Señor elevado en la cruz, 3. Acción de gracias de Cristo por su 4. En la paz de Cristo. 5. Invocación matutina a Cristo. 6. Cristo, ten piedad de nosotros. 7. Cristo, juez justo. 8. Cristo glorificado, rey de la 9. Venida de Cristo para la redención y el 10. Cristo el inocente perseguido 11. Confianza en la justicia de Cristo: 12. Cristo es fiel, el mundo es falaz. 13. Petición de luz en una noche 14. Oración al juez eterno, para ser 15. El camino hacia la tienda de 16. Cristo y sus miembros esperan la 17. Grito de confianza a Cristo de un 18 Cristo es mi fuerza. 19. Cristo, nuestro sol y nuestra ley. 20. Oración de la Iglesia por la gloria de 21. Cristo vencedor. 22. Cristo con sus miembros lanza un grito de 23. Cristo, Buen Pastor. 24. Cristo, Rey de la gloria, entra en su 25. Señor, muéstranos tu 26. Voz de la Iglesia, purificada por 27. Cristo, luz y salud de los 28. El rebaño en apuros llama a su 29. Hazañas de Cristo en favor de su 30. Acción de gracias por la 31. Oración del hombre 32. Felicidad por el perdón de los 33. Poder de Cristo creador; su amor 34. «Gustad y ved cuán bueno es el 35. La Iglesia, perseguida, pide socorro a 36. Cristo, fuente de vida. 37. Cristo, nuestra única 38. Cristo, herido por nuestros 39. Cristo, esperanza de los que han de 40. «He aquí que vengo a hacer tu 41. Cristo Y su Cuerpo, traicionados, injuriados, 42. Deseo de Cristo, agua viva. 43. Deseo del altar de Cristo. 44. Grito de socorro del pueblo de Dios a su rey y 45. Canto de bodas de Cristo y su 46. Cristo, Señor de los Ejércitos, 47. El Señor glorificado, rey de las 48. La Sión de la tierra y del cielo, 49. Consuelo del pobre: Cristo lo 50. El Hijo del Hombre juzga según el 51. Cristo, ten piedad de mí y 52. El Señor aniquila a Satán y a 53. Oración al Juez eterno, para ser 54. Cristo y el cristiano, arrancados del 55. Cristo y su Cuerpo, perseguidos por el 56. Peligro mortal y resurrección de Cristo 57. ¡Aparece en tu esplendor sobre los 58. Cristo juzga a los jueces injustos. 59. Cristo, fuente de nuestra fuerza en el combate 60. Cristo, nuestra seguridad hasta en la 61. Bajo las alas de Cristo. 62. Descanso en Cristo, que nos salva y 63. Deseo de ampararse bajo las alas de 64. Invocación a Cristo contra las 65. Cristo da la fecundidad. 66. El universo alaba a Cristo por la vida 67. Oración por la luz de 68. Cristo, que ha subido al cielo, distribuye sus 69. Lamentación de Cristo y de su Iglesia 70. "Señor, date prisa en 71. De la infancia a la vejez, nuestro refugio es 72. Cristo, rey y salvador del mundo. 73. Cristo, "roca de mi corazón y mi lote 81. Al que escucha a Cristo, Cristo lo 82."Levántate, Señor, y juzga la 83. Señor, no te quedes en silencio»: 84. El altar de Cristo es nuestra 85. Consuelo y esperanza de los prisioneros 86. "Eres bueno y dulce, 87. Todas las fuentes de la humanidad están 88. Oración en una gran 89. Cristo, verdadero David 90. La misericordia de Cristo sobre nuestra vida 91. Refugiado junto al Señor. 92. Cristo hace que los suyos den 93. Gloria real del Resucitado. 94. "Ven, Señor, a juzgar y a 95. Canto de júbilo a Cristo, pastor de su 96. El Señor exaltado en la cruz, rey y 97. Poder y gloria de Cristo en su venida 98. Alabanza a Cristo, rey del universo 99. El Señor es un rey santo. 100. Cristo, pastor de su pueblo. 101. Buenos propósitos 102. Cristo, nuestro consuelo en la enfermedad y 103. «La misericordia del Señor dura 104. Sabiduría del Señor en la 105. Fidelidad del Señor al pueblo de la 106. Fidelidad del Señor a su pueblo 107. Rescatados, dad gracias al Señor por 108. Confianza victoriosa en el rey del 109. Cristo Y sus miembros se quejan de enemigos 110. Cristo, rey, sacerdote y vencedor. 111. Alabanza a Cristo, que siempre rescata y 112. Cristo, nuestra luz en las 113. El Salvador y Esposo de la 114. Canto de acción de gracias por el 115. Canto de acción de gracias por la 116. Queremos ofrecer a Dios un sacrificio de 117. Alabanza a la misericordia de 118. Canto pascual de Cristo. 119. El amor de Cristo es nuestra ley. 120. Deseo de la paz de Dios. 121. Amparados bajo la protección de 122. Paz de la ciudad gloriosa de Dios. 123. Los ojos levantados a Cristo, nuestro amo 124. Acción de gracias de los 125. Cristo, nuestra, esperanza. 126. Cristo nos saca de la cautividad y nos 127. «Sin mí, no podéis hacer 128. La Iglesia, familia de Dios, llena de sus 129. Invocación a Cristo, justo 130. En la miseria del pecado, invocación 131. Abandono a Cristo, con humildad y 132. Promesa del reino glorioso de 133. ¡Ved cómo la caridad de Cristo 134. Alabanza a Cristo hasta de noche. 135. Alabanza a Cristo, Salvador de su 136. Alabanza de la misericordia de 137. Nostalgia de la Jerusalén 138. Del Señor viene a los humildes el 139. «Yo conozco a mis 140. Cristo, nuestro refugio en el 141. Cristo alza sus manos para el sacrificio de 142. «Te llamo con fuerte 143. «Señor, ayúdanos, que 144. Cristo, nuestra roca y nuestra 145. Cristo está cerca de todos los que le 146. «Venid a mí los que 147. ¡Jerusalén, alaba al que te 148. ¡Canten cielo y tierra a Cristo 149. ¡Cantad al rey que da la victoria a sus 150. ¡Todo ser que tenga voz, alabe al |
22. Bienaventuranzas del Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los Dichosos los que se refugian en él: Dichoso el que está absuelto de su culpa, a Dichosa la nación cuyo Dios es el Gustad y ved qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el Dichoso el que tú eliges y acercas para que Que él (el rey) sea bendición de Dichosos los que viven en tu casa Señor de los Ejércitos, dichoso el Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: Dichoso el hombre a quien tú educas, al que Dichosos los que respetan el derecho y practican Dichoso quien teme al Señor y ama de Dichoso el que, con vida intachable, camina en la Dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca Dichoso el hombre que llena con esas saetas (los Dichoso el que teme al Señor y sigue sus ¡Dichoso el que te pague los males que nos Dichoso el pueblo que esto tiene (cosechas y Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que 23. Canta y Feliz el aleluya que allí entonaremos (en Por tanto, hermanos míos, cantemos ahora, 24. Son voz nuestra y no lo Las dos cosas son verdad: que (los salmos) son voz 25. Si gime, Si el salmo ora, orad; si gime, gemid… Todo
|
26. Sentimientos del
salterio
Me atrevo a añadir una lista de los sentimientos
que se podrían estudiar en el salterio. Aunque
sería más lógico agruparlos por
oposición y semejanza, me contento con el orden
alfabético
aborrecimiento
admiración
afecto
alegría
ambición,
amor
angustia
antipatía
benevolencia
cariño
celos
compasión
desazón
desilusión
deseo
despecho
disgusto
duelo
entusiasmo
envidia
escozor
esperanza
excitación
humillación
ilusión
indiferencia
indolencia
ira
lástima
miedo
nostalgia
odio
optimismo
pasividad
pena
pesadumbre
pesimismo
piedad
preocupación
presentimiento
remordimiento
rencor resentimiento
satisfacción
serenidad
simpatía
sinceridad
suspicacia
temor
tristeza
vergüenza
L. Alonso Schökel, Los Salmos, p.
56
27 Salmos, mis queridos
salmos
"Salmos, mis queridos salmos, pan cotidiano de mi
esperanza, voz de mi servicio y de mi amor a Dios, alcanzad en
mis labios vuestra plenitud! Queridos salmos, no
envejecéis. Sois la oración que no se desgasta.
Asumís en la fe toda la experiencia humana. Si
ocupáis ese lugar en mi vida es porque la expresáis
ante Dios. Como la verdad, refrescáis los labios y el
corazón de quienes os cantan. Aceptad que se os resuma en
dos palabras de las cuales la segunda solo se puede pronunciar en
verdad cuando se ha dicho la primera: Amén. Aleluya. Y. J.
Congar, "Los salmos en mi vida"(Y. Congar.
.
Autor:
Juan Manuel Martín-Moreno,
S.J.
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