Me atrajo su color, su forma irregular,
suave, por su porte la elegí, la toqué, la
amasé, la palpé, la apreté hasta casi
producirme dolor. Mis movimientos algo nerviosos hasta lograr
sentirla. Creo que me trasmitió fuerza,
seguridad.
Mi meditación implicó un
conocimiento o reconocimiento de una piedra negra, tanto visual
como de su peso; extrapolé su imagen en mi mano a la de un
pequeño bebé que descansaba
plácidamente.
Piedra al tacto rugosa, áspera,
tibia al contacto con mi mano; buen tamaño; sentí
que en sus surcos el viento y el agua habían hecho su
trabajo. Pensé de pronto que se asemejaba a mi
piel.
Me costó bastante concentrarme;
después empecé a jugar con ella (la piedra) y a
sentir sus diferentes relieves; me empezaron a pesar los brazos y
la piedra me molestaba; la dejé entre ambas manos y me
quedé tranquila esperando que terminara el
ejercicio.
Realmente fue algo muy agradable; fue de
menos a más, al principio no se veía la desigualdad
del objeto y así entre más recorría el
objeto, le iba encontrando más diferencias, pero a la vez
la iba sintiendo completamente lisa.
No tuve mucha concentración y
afinidad con la piedra pero sí me sentí
tranquila.
Al jugar con la piedra tuve dos
sensaciones. Salí de la habitación y
visualicé una calle, un poste, un auto negro.
Retrocedí hacia una esquina y quedé frente a una
muralla blanca. Luego aparecí en una habitación
viendo a otra persona pero en paralelo con el juego de la piedra
y cambiando su forma.
Nunca me imaginé la piedra, solo al
apretarla sentía vibraciones que subían desde los
dedos hacia la cabeza y que cambiando de manos y empezar a hacer
menos fuerza igual se mantenían las vibraciones, como si
estuviera lleno de energía; era muy agradable, que jugaba
con la energía; solo quería ir con la
energía hacia arriba, era rico y en un momento pasó
un vehículo y sentí que había pasado muy
cerca que me moví con el viento.
Sentí al tacto una sensación
de tamaño, color que se mezclaba entre el negro y el
blanco. En algún momento me fui sintiendo somnolienta y
muy relajada y las imágenes que atravesaban por mi mente,
que eran muchas y variadas, fueron esfumándose hasta
conseguir sentir una especie de sueño.
Me embargaron sentimientos de pena y
llanto; me sentí muy cansada; el tacto con la piedra era
agradable, la sentía mucho más al contacto con los
dedos que con la palma de la mano. El color imaginado fue el
mismo de la piedra; traté de cambiarlo pero volvía
al mismo que era. Se me calentaron las manos y se calentó
también la piedra; me hubiese gustado dormirme durante la
meditación; me sentía muy cansada.
Me sentí adormecida y/o relajada,
pero me costó tener visualizaciones de cualquier tipo, es
decir, no visualicé ninguna imagen. Pensé que la
piedra era ploma (gris) con partes blancas, pero era negra con
partes color café. En todo caso, después de salir
de la relajación, me siento más tranquila y serena
comparado cuando recién llegué hoy a
clases.
La piedra me la imaginé de color
azul al comienzo luego se puso roja oscura, pero siempre
había un haz de luz al centro que brillaba; cosas que
imaginé al tacto, en brazos de guaguas, caminos que se
desenrollaban como alfombras y terminaban a los pies de una
figura, campos con flores amarillas, cavernas,
remolinos.
Cuando recibí mi piedra la
encontré grande y pesada. Al cerrar los ojos comienzo a
descubrirla, primero en sus formas y luego en su textura,
descubriendo sus hendiduras. Descubro que tiene una forma
semejante a un triángulo, pero con volumen. La imagino de
color negro muy lustroso y con una veta blanca. A medida que la
sigo descubriendo, la piedra ya no está fría y me
parece mucho más liviana que al principio. Al abrir los
ojos, puedo comprobar que la forma que imaginé es la
correcta, no así el color ya que es en tonos
verdes.
Imaginé la piedra del mismo color
que la que realmente tiene, luego me vino a la mente unos
dragones pero no terribles, sino como de caricatura; en
algún momento sentí que se podía moldear
como plasticina, pero no resultó; finalmente lo
encontré como un sapito petrificado que estaba
encogido.
Siento la piedra en mi mano, trato de
analizar su forma, tiene dos caras planas, un borde medio
redondeado rugoso, dos bordes más lineales, uno más
suave y otro un poco rugoso. Es suave, debe ser piedra de
río, suavizada por el agua, no es una piedra áspera
de lugares secos y terrosos. Recuerdo la frase del evangelio,
"Pedro, tú eres piedra, y sobre esta piedra
edificaré mi iglesia". Siento la piedra sobre mi mano y la
otra mano encima siente la textura de mi piel.
Al tomar la piedra sentí al momento
como algo blando, una masa blanda que la podía moldear,
suave. Después me imaginé que estaba tocando la
"guatita" de un perrito. Muy suave y frágil. Me vi
después caminando por un sitio y llevaba la piedra, pero
en esos momentos la sentía como algo agradable en mi mano
que me acompañaba. El color casi resultó el que yo
creí. Muy agradable lo que sentí.
En un encuentro con
formas animales
La identificación con aves, peces y animales es
una experiencia muy enriquecedora por la desaparición de
los límites de la trascendencia de la conciencia. La
identificación con un animal nos hace ver y sentir la
importancia de la cercanía de nuestra conciencia con la de
otras especies. Esta experiencia, es similar al tercer estadio
del trance del chamán, la identificación con un
humano-animal o theriántropo.
Las siguientes experiencias describen estas
actitudes.
Veía con los ojos el nivel de la superficie del
agua y me di cuenta que el caimán que flotaba en el agua
era yo.
Me encontraba en la selva con mucho temor. De pronto se
me fue el miedo. Me había convertido en tigre.
Venía volando como un pájaro en el mar.
Divisé unas ballenas y me convertí en
ellas.
Primero me convertí en caballo. Después
empecé a volar como un pegaso hacia el sol.
Sufrí una transformación; de águila
me convertí en delfín y después en
mariposa.
Me veía caminando y comienzan a caer estacas del
cielo. Como esto me daba miedo, observo un pequeño
chanchito de tierra y me convierto en él. Me siento
pequeño, con una caparazón y me cuesta moverme. De
pronto escucho un gemido de alguien y me convierto en un tigre en
la selva para ir en su ayuda.
A medida que continuó la meditación tuve
una visión de una chinita (insecto) que posteriormente se
acercó a una jirafa. Las manchas de la chinita se
integraron en las manchas de la jirafa. Esta fue a beber agua y
con burbujas saliendo de su cuerpo se transformó en
caballito de mar.
Como águila me vi volando desde un cerro y abajo
veía bosques y ríos totalmente desconocidos.
Después me desconcentré y me preocupé de los
ruidos externos y de cosas que me pasaron durante el día,
por lo que perdí totalmente mi
relajación.
Me encarné en mi perrita "marilyn"; partí
desde la plaza de mi villa; primero me vi como era ella, muy
linda, blanca con manchas negras y solamente tenía ganas
de jugar, correr y observar; me dirigí al sur, directo a
Llanquihue a un lago muy hermoso y mi mayor diversión fue
correr.
Salí de mi casa, de mi dormitorio con una vaca
hacia el campo, pero veía el mar; la playa. Caminando me
encontré junto a mi marido e hijos como somos hoy en
día; vi nubes blancas, pasto verde y luego el mar, un
atardecer. Luego un río, y nuevamente mi familia conmigo,
en tranquilidad; los lugares eran todos conocidos.
Me vi en un prado verde amplísimo; vi un
árbol frondoso en el medio y yo dirigiéndome hacia
allí mientras un perro blanco jugando, saltando en mi
alrededor; visión clara, pero breve.
Me sentí como un caballo que revolotea por
colinas; luego el espacio se me hizo estrecho y me
convertí en un ave con enormes alas abiertas, volando
suavemente alrededor de un campo; iba y venía.
Fue una imagen monótona. Un caballo
(supuestamente yo) corría por el campo en el ocaso y no
paraba de hacerlo; lo que más me emocionaba era sentir la
brisa y tener la sensación de algo
inalcanzable.
Visualicé una mancha en la piel o en la tierra
con forma ovoide que se fue cambiando de color café y
algunas partes brillantes, en algún momento casi me
sentí caballo, imagen que perdí
rápidamente.
Me visualicé como un perro y recorrí
varios lugares, partiendo de mi casa, salí de Santiago por
la carretera 5, llegué a la playa, la recorrí, me
encontré con una vaca, seguí recorriendo varias
partes que no recuerdo con exactitud por unos cambios de la
música me desconcentraban, pero estoy consciente de que
recorrí varias partes. La vaca estaba en el campo. Al
primer cambio de la música, me estaba quedando dormida y
de ahí me desperté un poco.
En el animal que pensé fue un caballo negro y
brillante y el inicio del recorrido de este caballo fue de un
lugar verde con una gran montaña verde atrás;
empezó a galopar en forma lenta y poco a poco tomaba
velocidad y empezaba a recorrer un camino largo, rodeada de una
gran cadena de montañas, con bastante vegetación,
en la cual tenía caídas de agua.
Me visualicé con un elefante muy grande, lindo y
dulce; antes de la música, salí montada en
él desde mi casa y sobrevolamos calles de la ciudad y
traspasamos la cordillera hacia otros países;
quería volar con él hasta el África y
caminar por la selva, pero al escuchar la música
sentía estar en un lugar distinto a la selva, pero muy
lleno de vegetación, con todo verde y pájaros
cantando y una cascada de agua y sólo quería
quedarme allá.
Primero todo negro, luego una imagen de perro
pequeño jugando en el pasto; después veo un ave que
observa una carretera con verdes campos (Sur de Chile) a los
costados de ella; luego se va la imagen y empiezo a sentir calor
hasta transpirar.
En realidad empecé siendo un caballo que
salía desde la partida del club hípico y
corría por un camino que a mí desde chico andaba
(casa de abuelo) pero de pronto me veía dando vueltas por
el cielo dando círculos igual como un cometa, pero en
cosas de segundos vi que iba hacia un paisaje verde, cosa que era
nueva pero en ese momento trataba de averiguar
¿Cuál era ese lugar? Y reaccionaba; hubo varios
lapsos de lugares que no conocía pero al tratar de buscar
o saber qué lugar era, me desconcentraba, pero era
agradable la sensación de viajar volando siendo un caballo
que volaba y aterrizaba. Fui a la cordillera y veía al
caballo que se deslizaba hacia abajo y me dio
frío.
En lugar de concentrarme en un solo animal, mi
visión eran tres, una garza, un cisne, un felino; se
mezclaban entre ellos. Luego de una larga pausa me vi envuelta en
círculos de niebla o nubes que se me acercaban logrando
con esto quedarme definitivamente con la garza volando a
través del océano en un atardecer lleno de
colorido. Volví al lugar de partida. Paz.
Me vi como un perrito coker spanish, que salía
desde la plaza que está a una cuadra de mi casa y desde
ese momento yo me fundí con el perrito y corrí
feliz, sin cansarme, recorriendo caminos, cerros, pastos, mar,
calles, incluso el Parque del Recuerdo donde está mi
papá (en ese momento sentí mucha pena). Luego de
recorrer millones de Km. Siempre corriendo y feliz, volví
a mi casa muy contenta de estar nuevamente ahí.
Terminé relajada, cansada y contenta.
Vi un tigre; no partí de ningún lugar sino
que inmediatamente me vi en un lugar con pasto alto, había
viento, pero agradable; siempre permanecí en el lugar
sola, jugué, acaricié y luego el tigre se
transformó en una manada de ciervos que se
disolvían.
Comienzo siendo un ciervo que está en un hermoso
prado, rodeado de flores y un riachuelo con aguas cristalinas. En
este paisaje me muevo. Más tarde, voy volando sobre un
"Dumbo" y viajo a hermosas playas de aguas quietas y de hermoso
color que bañan arenas blancas y suaves. Más tarde,
vuelvo a ser ciervo y sigo en el hermoso prado.
Vi un pájaro que volaba por campos y selvas
amazónicas, todo verde, lleno de vegetación y
ríos, luego me convertí en un caballo salvaje que
corría y estaba con una manada por lugares más
conocido como campo de la zona central; finalmente me
convertí en pez que bajaba por una cascada, que luego
llegaba al mar y en las profundidades encontraba un naufragio con
un barco pirata, con un tesoro.
Primero sentí al lado mío, como parte
mía un perro. Salí de mi casa, corriendo sin saber
cómo ya estaba en un sitio en el cual había mucha
vegetación y agua; caminamos por la orilla del río
y de pronto me sentí volando, era un ave y miraba mientras
volaba muchos bellos paisajes, bosques entre cerros y agua
(ríos). De pronto sentí la música como que
venía del mar y me vi con otras aves juntas en la orilla
del mar. Luego emprendí el vuelo nuevamente por sobre
aquellos árboles de un verde maravilloso y sobre un agua
muy cristalina.
Partí de Punta de Tralca, siendo una tonina. Era
parte de la tonina; di vueltas en la bahía y pasó
un barco negro. Me uní al barco y salté un rato a
su lado. Pero me aburrí de esa monotonía y
partí hacia Tahiti a ver los peces de colores. Ahora
andaba bajo el mar, a ras de la arena. Estaba muy iluminado y era
arena blanca; veía escenas con sirenas coloridas que
pasaban entre ramas del suelo del agua. No volví sino
hasta que se terminó la música.
En un encuentro con
el aislamiento
En muchas culturas aborígenes se efectúan
procesos de aislamiento del individuo de la comunidad ya sea en
una cueva, desierto, selva o un viaje a otro lugar, que le
permita así enfrentarse solo a lo desconocido y esto le
signifique un cambio de conciencia.
Las experiencias de esta índole son las
siguientes:
En esta última sensación fue muy grande el
viajar con ese sonido de avión, que de pronto tenía
que agarrarme de algún fierro del avión;
sentía como mi cuerpo subía y bajaba con
sensaciones de que en algún momento nos íbamos a
estrellar con el follaje de la selva. También sentí
cuando empezaron los ruidos de la selva con una gran paz
interior, como yo formando parte de ahí; no tuve nunca
miedo, solo mucha paz; mi cuerpo fue al final muy pesado y me
costó mucho reanimarlo; sentí en mi mano derecha un
hormigueo muy intenso, que solo al moverla lentamente pudo
recobrar su movilidad; También algo de frío; una
sensación de olor a tierra seca, muy marcado e intenso,
casi molesto.
Viajé en un tren rápido. Atravesaba
bosques y ríos. Los sentía por la diferencia de
ruidos y luego la selva muy tupida, oscura, húmeda,
sobrecogedora. No sentí miedo, pero sí frío,
soledad, tranquilidad. No vislumbré ningún animal
grande, sólo pajaritos, silencio, correr del agua. Para
mí los otros pasajeros no existían. Quizás
me había autoaislado.
Sólo vi colores al principio, color azul oscuro;
todo es anochecer, siento mucho miedo por los ruidos de la selva;
lloro por los demás y por mí. Siento que no tengo
esperanza, pero no me abandono; empiezo a ver colores violetas
intensos, casi morados; veo de vez en cuando cabezas humanas
llenas de luz (como si fueran santos), a medida que pasa el
tiempo van cambiando los colores; siento ruidos de tambor que
pueden ser de algún pueblo aborigen que nos pueden ayudar;
veo todo amarillo anaranjado; veo imágenes a color de
árboles altos, enormes como si fueran araucarias a lo
lejos; Me duele enormemente el juanete; siento que mis brazos son
de otra persona que los tiene sobre mi pecho.
No tenía una relación de la historia que
se contaba con el lugar que yo estaba. En la selva estaba en un
lugar muy tranquilo que era muy verde con agua cristalina; yo
estaba en otra; también estaba tan relajada que
tendía a quedarme dormida; tal vez, por una mala
posición me dolía mucho la base de la
columna.
Fue algo sin importancia la historia que estaba
escuchando, debido a que la primera relajación me
dejó muy bien.
Sentí el ruido de un tren, no logré
subirme al avión y viajar, pero sí sentí el
agua con un riachuelo y además lluvia muy
fuerte.
Recuerdo que salía de un edificio hacia el
aeropuerto; se repetía la misma imagen a medida que cambia
la música. Luego el avión destruido en una verde
llanura. Luego todo negro, pero si escuchando parte de la
música, no toda la melodía; al volver mis manos
estaban dormidas.
Bueno, en realidad viajé en mi
helicóptero, pasé por muchas partes pero cuando
sentía el agua caer, me daba mucho frío;
veía hasta la sombra de los pájaros, pero estaba
muy relajado.
La música, una vez más me
transportó. En un comienzo, al escuchar la historia, se me
fue produciendo una somnolencia que terminó por dormirme
durante mucho rato. Luego me vi entre un grupo de hermosas
mujeres, muy bien proporcionadas, en un escenario extremadamente
hermoso y luminoso, bailando al compás de esta
música maravillosa. Los velos con que se
acompañaban, eran de color rosado y calipso. Luego, el
movimiento pasó de ser el baile del escenario a la del
agua. Movimiento lento y muy armonioso. Fue una relajación
inolvidable.
Me sentí extraña, fueron sensaciones no
muy claras, al comienzo me sentí agradable, después
ya no tanto, estaba muy consciente de la historia, muy en el
aquí y ahora, luego no logré irme de la realidad,
creo que hasta me dormí, terminé con dolor de
cabeza y mucho frío.
Sentí un ruido como de helicóptero, y
sentí como ruido del universo, como ataque de galaxias.
Luego, con los ruidos del agua, pájaros, etc.,
sentí la idea de estar ahí mismo, sin
preocupaciones de ningún tipo, ni siquiera de tiempo. (A
veces se me cruzaban ideas de lo que fue mi vida de trabajo hoy:
muy movida y complicada). Luego ya de vuelta, con el mismo ruido
de helicóptero, me sentí feliz de volver. Fue muy
placentera la sensación de cero
preocupación.
Lo más impactante fue sentir a mi
espalda el ruido de lluvia fuerte, la sensación de
frío y también sentir una bruma rosada que se
integraba a las cosas.
Me resultó grato el viaje. Sentí que
viajaba en tren por sobre un gran puente; abajo corría un
gran río; después nos internábamos por el
bosque. Viajé a distintos lugares con la música que
escuchaba. Vi colores verdes de los bosques, mucha naturaleza.
Dorado fuerte cuando llegué al Oriente. No me pude meter
en el relato del accidente; yo viajé mucho, solamente de
espectadora.
Sentí el ruido de un tren, sentí que
viajaba en él, por paisajes del sur de Chile. Luego,
realmente me vi en la jungla con la vegetación y animales,
todo muy agradable, de variados colores, no había
problemas de alimentación ya que había gran
variedad de frutas; luego caminando encontré una tribu de
indios amazónicos, muy amigables, que vivían sin
ningún problema; luego de estar un tiempo con ellos,
trataba de buscar otras cosas como una salida; luego no
sentí nada.
No me pude meter en el cuento, me sentía tendida
con la presión de mis manos en mi abdomen. Escuchaba la
historia y me imaginaba el paisaje; me agradaba el ruido del agua
y los cantos de los pájaros. De pronto con la
música me imaginé que yo era una esfera y la
música estaba dentro de mí. En el viaje de vuelta
en un vehículo (avión o helicóptero),
sentí frío.
Partí a Pudahuel en un tren, que no era el Metro,
y eso me descolocó, porque no era lógico. Una vez
en el avión, no podía relajarme con la "suave
música", porque la música, aunque bonita, era
demasiado fuerte. Tenía ganas de bajar el volumen. Cuando
el avión se fue al suelo, yo estaba muy bien, veía
los árboles, el agua, pero nunca me senté o hice
algo. Siempre estuve de pie hasta que nos salvaron. Cuando
volví a ese tren, me molestó mucho.
En un encuentro de
viaje temporal
El viaje a otros tiempos y lugares es una experiencia
extraordinaria. Aprendemos de las costumbres, vestuario,
ambientes y formas de comportamientos desconocidos por nosotros.
Esta vivencia provoca cambios que trascienden explicaciones
racionales.
Debido a que estas experiencias han tenido una amplia
difusión específicamente en terapias de
regresión hipnótica, daremos una breve
descripción de estas experiencias en talleres de
meditación y que son las siguientes.
Estaba en una cueva en la época de las cavernas.
Mi ropa era solo una piel de animal. Sostenía un palo en
mis manos frente a una gran fogata que iluminaba la cueva. Mi
pelo estaba muy desordenado.
Me encontraba en una batalla de la época medieval
y morían los soldados a mi alrededor.
Era un jinete parecido a un hombre.
Estuve primero en un castillo y bajaba escaleras para
saludar a los súbditos. Después me trasladé
a la época de Cristo y lo seguía para escuchar sus
prédicas.
Visualicé las mismas imágenes de las
épocas históricas que los otros participantes
tenían.
Comencé estando en Egipto y de pronto estaba en
la época de Cristo y vi a Jesucristo en la cruz.
Viví el calvario y lloré y sufrí este
momento.
Estuve en Grecia, en la época de Platón.
También anduve en mi infancia.
Luego vi en una mesa un mapa con una corona de rey
encima y esta comenzó a deformarse hasta convertirse en
una nave vikinga que iba a la guerra. Me vi como un hombre con
vestimenta de esa época hasta que finalizó la
meditación.
En un encuentro de
sonidos arquetípicos
La experiencia en sonidos arquetípicos permite
abrir la puerta de acceso a otras dimensiones de la conciencia.
Cada sonido, tiene un patrón de visiones y sensaciones que
alteran la percepción y ubican a la persona en su centro
arquetípico en el cual se encuentra influenciado en ese
momento. Así, un sonido puede producir una
percepción distinta en las diferentes personas.
Entre las experiencias de este tipo tenemos
las siguientes:
Pensé que no podía concentrarme; era como
si yo luchara por no hacerlo y al mismo tiempo deseaba tener la
facultad de concentrarme sin problemas. Sentí un
pequeño dolor de cabeza. Vi cuando salí a la puerta
a recibir a nuestro relator; me preocupé de la hora y
seguía pensando que no podía concentrarme. Al
oír la música, me imaginé ser un monje gordo
como Buda y semidesnudo cantando.
La primera música muy clara y profunda, aunque
las voces eran un poco toscas; me imaginé a los monjes muy
gordos y con problemas, como que sufrían; todo giró
en torno a la ambientación, un escenario totalmente con
pilares dorados y doncellas japonesas bailando.
La segunda música me relajó al extremo de
sentirme muy liviana, como flotando y bailar alrededor de la luna
en mitad del círculo; era muy joven y tenía un
vestido como túnica rosado y veía que me miraban
mis hijos.
Sonido gracioso; temerario, frío; tensión
en las piernas; agradable; oscuridad y penumbra; tranquilidad;
balanceo; péndulo.
Campanillas desagradables; tensión en las
piernas; sentí el cuerpo tieso; luz y oscuridad; sombras;
los brazos y manos pude sentirlos agradables, calor y livianos;
el tronco se suelta; deseo de continuar con la primera
meditación.
El sonido me produjo una gran relajación, con un
sueño profundo; sentía de repente como ganas de
agarrarme de algo que yo no veía; gran peso en todo mi
cuerpo; después con las campanitas, al escucharlas las
sentía como unas pequeñas luces brillantes; una
experiencia muy rica en sensación de sonidos con
imágenes de mucha amplitud.
Mantra de música y campanas me indujo más
el estado de meditación.
Mantra de cantos de monjes me alteró algo y no
logré mayor concentración y
meditación.
En primera instancia me choqueó; lo
encontré algo violento, repetitivo, pesado. Poco a poco me
fui acostumbrando a ese ronroneo hasta casi quedarme dormida. El
canto estaba ahí.
Después cambió la melodía, entonces
comencé a visualizar los animales, el campo, el pasto y
seguí con ello por un rato. Las campanitas me
traían a la realidad cuando trataba de
evadirme.
La primera melodía me dio una sensación de
pánico, como si quisiera escapar de mí misma. La
segunda melodía me equilibró un poco
más.
Sentí que en varias oportunidades se movía
el piso; logré quedarme traspuesta dos o tres veces y en
algún momento perder consciencia; sólo al sonido de
un ruido externo recordé en lo que estaba, pero
rápidamente volví a estar concentrada,
desdibujándose el ruido externo.
La música del Tibet no me gustó, no me
cuadraba con la imagen que veía primero, donde yo estaba
en un campo inmenso donde había un monasterio; no me
cuadraba la música que escuchaba con el lugar; encontraba
la música tipo satánica. De repente pasaba a otras
imágenes, estaba en el campo, después en la
oficina, después quería regresar al monasterio,
luego aparecía en mi casa y así pasaba de un lugar
a otro.
También fue algo agradable; con respecto a la
música no me gustó pero después
empecé a sentir la armonía de la música,
pero lo que más me gustó fue que al principio la
posición de las manos era un todo, pero pasado un momento
lo único que me unía eran los dos dedos
pulgares.
No logré concentrarme. Esta melodía me
produjo rechazo. En un pequeño lapso de
concentración vi una imagen de un templo lleno de monjes
cantando esta música y me sentí flotar sentada en
la misma silla incluso con ella más alto que el resto de
la gente presente y en el mismo lugar.
Serie de imágenes como frente a un televisor.
Luego de un golpe me sacó.
En realidad no me gustó la música del
Tibet y le encontré la armonía a los segundos y fui
tomando tranquilidad; sensaciones que en vez de ser circulares
eran como verticales pero volvía a mí en los dedos
pulgares ya que en momentos era como que los dedos estaban
separados y me daba cuenta que estaban juntos. En la
música japonesa fue muy agradable.
Una tremenda sensación de desagrado al escuchar
la música por ser tan repetitiva, monótona,
lamentosa, densa. Se me pasó en forma fija la idea de
monjes sin rostro en un ambiente oscuro, medieval.
Esta música me produjo más
relajación, los colores en blanco, amarillo, con una idea
de estar presenciando un funeral japonés. Mucho
frío.
Maravillosa con la música del Tibet; fue un
sentir profundo, una sensación de elevación, y me
elevaba y elevaba; tal parecía que daba vueltas hacia
atrás y volvía a darme vuelta; no habría
salido de este estado maravilloso. Pero llegó la
música del Japón y ya no fue lo mismo; volví
a sentir mi cuerpo terrenal y no volví a sentir lo mismo.
Me quedo con la música del Tibet.
Con la primera música del Tibet sentí una
sensación de oscuridad, de personas (y yo misma)
arrastrando cadenas, por un camino árido y pedregoso; era
como si se estuviera pagando culpas; me sentía con el
cuerpo muy pesado.
Con la segunda música (del Japón),
sentí que se alargaba mucho, y me cansaba que no terminara
nunca. Sentí una sensación de mayor bienestar en
comparación con la del Tibet, incluso si tuviera que
describirla como color, sería amarillo fuerte y luminoso,
pero no cálido.
Colores oscuros, colores tierras, campesinos trabajando,
círculos girando; mi cuerpo está absolutamente
pesado, relajado, casi disuelto.
Colores claros, luces, círculos girando,
niños en sillas giratorias, sensación de cuerpo
disuelto.
No fue de mi agrado; me produce una sensación de
angustia, de encierro. Visualizo algo así como una mina
subterránea donde todo es oscuro y los hombres que
allí están se encuentran sucios y agobiados; no
sonríen. Se me hizo muy larga la
meditación.
Tampoco me gustó mucho, pero sin duda es mejor
que la anterior. Me focalizo en algo así como en una feria
árabe, donde predominan los colores blancos y arena. Hay
un desierto. Me comienza a molestar la posición de mis
pies, espalda y manos. Estoy a punto de abandonar el ejercicio;
se me hace muy largo, pero decido continuar hasta el
final.
No me gustó la sensación, estaba todo
oscuro, como en una cueva, era poco agradable, la encontré
muy larga ya que me sentía incómoda.
Cambió completamente el colorido, tonos celestes,
turquesas y verde; me sentí como en una selva del oriente,
con mucho verde y agua; sentí los monjes que en gran grupo
estaban en un templo al aire libre, orando y haciendo sonar estas
campanitas.
No pude relajarme ni concentrarme; me desagradó,
trataba de entender las dos palabras que se repetían con
distintas secuencias y reconocer la secuencia con que se
repetían. De repente me distraía y me encontraba
pensando en cosas que me interesan o preocupan.
Es más agradable. Imposible pensar en otra cosa.
Sólo se siente la música y la campanilla; al
principio imagino colores y predomina el color turquesa con
pintas pequeñas de rojo y amarillo; luego una planicie
más bien seca, color terracota con pocos árboles.
Siento mi cuerpo liviano y etéreo. En ningún
momento dejo de sentir que estoy aquí y que la
música viene de la radio. Siento que ha pasado demasiado
tiempo y quiero terminar.
Movimientos de agua con mucha fuerza en algunos
momentos, pero siempre con mucho movimiento.
Hombres llamando al espíritu de la tierra con
mucho amor y paciencia, pidiéndole a la tierra que germine
las semillas; voces de ancianos palmeando con sus pies
amorosamente la tierra. Luego la semilla es puesta y cubierta
amorosamente; germina la semilla. Yo soy semilla, despierta con
la música con alegría del que se despierta con un
buen propósito y surgen brotando con colores
brillantes.
Aire muy suave, etéreo y fluye con todo, se van
incorporando otros sonidos.
Fuego, crepitando.
En un encuentro de
visión interior
La "Visión Interior", no es más que
una forma sencilla de hacer consciente el inconsciente, y
consiste básicamente en que relajadamente, sin llegar a
quedarse dormido, debemos con los ojos cerrados, concentrarnos en
la respiración y en el cuerpo e intentar "ver" lo que
ocurra al interior de nosotros mismos, sin ningún tipo de
deseos y búsquedas, ni prejuicios y análisis de los
acontecimientos. Después de un cierto período de
tiempo, podemos comenzar a experimentar ilusiones visuales, como
imágenes del inconsciente que no están relacionados
con la memoria normal, sino que se parecen más a las
imágenes nítidas de sueños.
Entre las experiencias de este tipo tenemos
las siguientes:
Estaba a punto de lograr una relajación profunda,
me detenía y volvía nuevamente a relajarme. La
música me hizo sentir mucha paz y abandono.
Con mi respiración de exhalar y expulsar,
logré que todo mi organismo acompañada de la
música lograra una paz y armonía
general.
Concentré mis pensamientos en la
respiración, en el estómago; luego, comencé
a limpiar mi cuerpo lavando los huesos, los órganos, los
pulmones, el estómago; eliminé grasas y suciedad;
visualicé zonas blancas.
Una vez que me puse a meditar, me
sentía como un tirabuzón en que mis pies se
estiraban hacia arriba, como elevarme; vi solo colores, y fueron
dos, se repite el color gris; primero fue gris con verde
así como nubes pequeñas; después fue gris
con naranja; después gris con azul, un segundo
después gris con amarillo en todos los tonos; al final fue
gris con celeste; demasiado hermoso todo el proceso.
Relajación profunda combinada con
períodos de sueño; cuerpo con sensación de
flotar; se producen algunas imágenes aisladas; cierta
inestabilidad del cuerpo al "flotar"; agradables
sensaciones.
Este proceso fue como una toma de
conciencia de mi cuerpo, de su dimensión y peso. Me
sentía encerrado dentro de él.
Sentí que no era necesario retener
ni ideas, ni imágenes; parecía como que algunas
sombras cambiaban de tamaño. Me quedé dormida
varias veces. No alcanzaba a tener pensamientos completos. Solo
en alguna oportunidad creí que me encontraba en una selva
amazónica con mucha humedad y vegetación; me
bajó la temperatura del cuerpo.
Empecé a dar vueltas en forma muy
lenta; era como los gimnastas al dar vueltas hacia
adentro.
Muy relajada, agradable, pero con algunas
incomodidades; dolor de cuello.
Paz, relajación total. Sentí
que la luz disminuía, como si tuviera los ojos
abiertos.
Estoy muy bien; estaba en paz,
tranquilidad, flotaba, no sentía nada.
Regresión; diferentes etapas de
vivencias, buenas y malas. Sensación de paz que me produjo
un profundo sueño.
Sentí la sensación de que mi
ser se limpiaba y se llenaba de energías, botando todo lo
sucio, molesto y pesado que sentía que tenía
adentro. Quedé liviana, tranquila. Vi también, o
mejor dicho, me sentí arrastrada hacia unos remolinos con
mucha luz, preciosos y de colores pasteles. Me sentí en
esos momentos llena de paz.
Lo más repetitivo fue enfrentarme a
una puerta, entrar a túneles, pero nunca pude abrir la
puerta; colores, esqueletos que se disolvían, flores,
mujer caminando.
Al comienzo veo una serie de luces que me
llevan a la entrada de algo; es como un "nacer"; luego la
sensación es como la de ir descubriendo cosas paso a paso.
La música provoca una sensación de tranquilidad.
Sin embargo, no soy capaz de terminar la meditación porque
mis pensamientos van de un lado a otro y despierto antes del
tiempo esperado.
Me costó concentrarme; me
pareció muy larga; empecé imaginando con la
música a gitanos españoles cantando y tocando
guitarra; luego vi un paisaje con hindúes y
gente.
Siento que mi espíritu, mi yo
interior, trasciende mi cuerpo; tiene forma incorpórea e
ingrávida, como un fantasma sin sábana. Flota,
siente la música, es afectada por los sentimientos;
sensible a los sentimientos pero no a las sensaciones
físicas y se contacta con los otros espíritus,
independiente de sus cuerpos, en otra dimensión distinta a
la física.
Me costó evadirme. Al hacerlo me
pareció estar frente a una "entrada de luz" grande, sin
límites pero muy clara y hermosa. Después
viajé por muchos lugares indefinidos.
Sentí una sensación agradable
de ingresar a una especie de templo con árabes (sin
rostro) vestidos de ropa color tierra. Pero no pasó de
ahí. Me iba a situaciones pendientes de la oficina y de lo
que me espera en la casa y que tengo que ir al cajero
automático para tomar taxi. De repente tuve la
sensación que me dormía porque se me soltaba en
forma brusca los músculos de brazos y cuello.
Bajé por la columna con mucho movimiento, como
por escaleras de huesos huecos, con sonidos (como cuando uno toca
un xilófono) bajé como por un tobogán, era
cavernoso, alto. Llegué a la vejiga, allí estaba
luminoso, era como una bolsa llena de líquido, me fui a
los pulmones y luego salí por algún
lugar.
En un encuentro con
la sinestesia
En el capítulo "Mundos Reales" de mi libro El
Universo en un Instante de Conciencia, comentaba respecto a que
"en raras ocasiones se mezclan mundos distintos" o se intersectan
o superponen los diferentes sentidos. Esas raras ocasiones,
últimamente, son consideradas normales por los
neurólogos y se les conoce con el nombre de
sinestesia. Se define, esta como "condición algo
peculiar en la cual los sentidos se entrelazan. Por ejemplo, una
persona puede ver colores cuando oyen un sonido, o puede probar
realmente palabras; estímulo de un sentido, se parece o
causa un estímulo inadecuado de otro" y se dice que esta
particularidad de ocurrencia de forma espontánea, es una
entre 25.000 personas. Otros opinan que se da una entre 2000. Sin
embargo, en estados especiales de conciencia puede ser obtenida
por la mayor parte de las personas, que incluso se habla que
todos tenemos esta capacidad en estado latente pero habitualmente
se encuentra dormida y que puede ser despertada con alguna
estimulación sensorial. En resumen, los
sinestésicos ven sonidos, otros sienten colores o saborean
formas. Según Hubbard, la sinestesia ocurre porque algunas
partes del cerebro que perciben los colores están muy
próximas a las que procesan el habla, el lenguaje y la
música. En los estudios de la sinestesia se han
identificado 19 tipos de sinestesias: sonidos (verbales,
musicales, generales) que evocan colores, sabores y tacto;
números y letras que evocan colores; dolores, sabores y
olores que evocan colores; visiones que evocan sabor y contacto;
contacto que evocan sabor color y olor; etc. Stanislav Grof
describe por ejemplo sensaciones sinestésicas como "el
sonido de unas tijeras abriéndose y cerrándose
cerca del cráneo confiere la sensación realista de
que a uno le están cortando el pelo; el zumbido de un
secador de pelo puede producir la sensación del aire
caliente en la cabellera; al ruido de una cerilla que se
enciende, le puede seguir el olor a azufre quemado; y la voz de
una mujer que le susurre al oído, le permite a uno
percibir su aliento". También en el mismo grupo de
experiencias sinestésicas Grof señala "experiencia
de cambios de temperatura, dolor físico, sensaciones
táctiles, sentimientos sexuales, percepciones olfativas y
gustativas, y diversas cualidades emocionales".
Entre las experiencias en talleres de meditación,
que provocaron fenómenos de sinestesia tenemos los
siguientes:
Después con las campanitas, al escucharlas
las sentía como unas pequeñas luces
brillantes;
La piedra me la imaginé de color azul al
comienzo luego se puso roja oscura, pero siempre había un
haz de luz al centro que brillaba
sentí lo agradable de sus colores, de sus
sonidos, su olor;
con la música que escuchaba.
Vi colores verdes de los bosques.
Visualicé todas las imágenes
que escuchaba, color, forma, hasta olor.
el sonido era como que
recorría todo mi cuerpo.
Pude ver claramente las hojas brillantes, escuchar el
ruido del río, oler el viento, escuchar los
pájaros y toda la naturaleza en todo su esplendor a
mí alrededor.
Visualicé las flores (con su olor),
la tierra, los pájaros, la brisa, el ruido del agua
al correr.
Visualicé todas las imágenes que
escuchaba, color, forma, hasta olor.
Visualicé las flores (con su
olor), la tierra, los pájaros, la brisa, el ruido
del agua al correr.
Sentí al tacto una sensación de
tamaño, color que se mezclaba entre el negro y el
blanco.
Cosas que imaginé al tacto,
en brazos de guaguas, caminos que se desenrollaban como alfombras
y terminaban a los pies de una figura, campos con flores
amarillas, cavernas, remolinos.
En un encuentro con
lo transpersonal
La realidad virtual tradicional, se define como "una
tipología de la realidad simulada en que el actor
observador-participante a través de instrumental visual,
táctil y sonoro, con ayuda de un ordenador, percibe esa
realidad e interviene en ella". Ahora bien, la realidad
podríamos descomponerla en varios campos: Realidad
sensorial, personal biográfica, perinatal,
arquetípica y transpersonal_cósmica. Si
consideramos el mundo de la realidad sensorial y personal como el
mundo de la realidad cotidiana, los otros campos de realidad
pertenecerían entonces al mundo de la realidad virtual y
solo podemos acceder a ellos bajo ciertas condiciones
psicológicas. De ahí, podríamos decir que
Psicología Transpersonal es el acceso a la realidad
virtual mediante cambios psicológicos de comportamiento.
Estos cambios pueden producirse con ayuda de la meditación
y relajación como lo describen los siguientes ejemplos
obtenidos en talleres de meditación.
Salí expulsado por una enorme energía
luminosa. Fui proyectado hacia el cosmos, crucé tres soles
y visualicé un color azul profundo.
Veía con los ojos el nivel de la superficie del
agua y me di cuenta que el caimán que flotaba en el agua
era yo.
Estaba en una cueva en la época de las cavernas.
Mi ropa era solo una piel de animal. Sostenía un palo en
mis manos frente a una gran fogata que iluminaba la cueva. Mi
pelo estaba muy desordenado.
Me encontraba en una batalla de la época medieval
y morían los soldados a mi alrededor.
Era un jinete parecido a un hombre.
Estuve primero en un castillo y bajaba escaleras para
saludar a los súbditos. Después me trasladé
a la época de Cristo y lo seguía para escuchar sus
prédicas.
Me encontraba en la selva con mucho temor. De pronto se
me fue el miedo. Me había convertido en tigre.
Venía volando como un pájaro en el mar.
Divisé unas ballenas y me convertí en
ellas.
Pregunté al objeto quién era su
dueño y me apareció la imagen de
él.
Primero me convertí en caballo. Después
empecé a volar como un pegaso hacia el sol.
Visualicé las mismas imágenes de las
épocas históricas que los otros participantes
tenían.
Comencé estando en Egipto y de pronto estaba en
la época de Cristo y vi a Jesucristo en la cruz.
Viví el calvario y lloré y sufrí este
momento.
Estuve en Grecia, en la época de Platón.
También anduve en mi infancia.
Sufrí una transformación; de águila
me convertí en delfín y después en
mariposa.
Vi que el libro que acariciaba en mis manos
contenía números y figuras
geométricas.
Vi un caballo y otros animales mientras sostenía
el libro en mis manos.
Visualicé épocas históricas
sosteniendo y tocando el libro.
Con el libro que tocaba, vi funciones del cuerpo
humano.
Me veía caminando y comienzan a caer estacas del
cielo. Como esto me daba miedo, observo un pequeño
chanchito de tierra y me convierto en él. Me siento
pequeño, con una caparazón y me cuesta moverme. De
pronto escucho un gemido de alguien y me convierto en un tigre en
la selva para ir en su ayuda.
Comencé a sentir calor en mi cuerpo, me vi en un
desierto. Luego, acariciando la piedra se transformó en
una caverna obscura con estalactitas. A medida que
continuó la meditación tuve una visión de
una chinita (insecto) que posteriormente se acercó a una
jirafa. Las manchas de la chinita se integraron en las manchas de
la jirafa. Esta fue a beber agua y con burbujas saliendo de su
cuerpo se transformó en caballito de mar. Luego vi en una
mesa un mapa con una corona de rey encima y esta comenzó a
deformarse hasta convertirse en una nave vikinga que iba a la
guerra. Me vi como un hombre con vestimenta de esa época
hasta que finalizó la meditación.
LA PARAPSICOLOGÍA AL ALCANCE DE SU
MANO
La parapsicología contempla fenómenos de
clarividencia, telepatía, visión remota,
visión dérmica y otros aspectos de la conciencia
que pueden estar comprendidos dentro de la psicología
transpersonal.
Existen innumerables libros que describen los
procedimientos y pasos a seguir para poder acceder al mundo de la
parapsicología. Estas breves notas, bastarán para
obtener los mejores resultados. Lo único necesario para
tener LA PARAPSICOLOGIA AL ALCANCE DE SU MANO, es seguir sus
indicaciones y tener la motivación de experimentar una
aventura de viajes en meditación.
¿Pueden nuestras creencias alterar o determinar
nuestro comportamiento parapsicológico? Así parece
ser cuando comprobamos que bajo ciertas circunstancias podemos
trascender nuestra identidad y transformarnos
psicológicamente en seres del reino animal, vegetal e
incluso mineral; que en esas situaciones no ordinarias,
también podemos viajar (nuestra conciencia) a otros
lugares e incluso trascender el tiempo, comunicarnos sin la
participación del lenguaje (hablado, escrito o gestual).
Nuestras creencias están determinadas por nuestra cultura
y la biología. La cultura nos define lo que podemos hacer
o no hacer, lo que es normal pasa a ser lo óptimo que
podemos alcanzar. Nuestros sentidos filtran e impiden el acceso
de otras realidades. Sin embargo, ahora sabemos, y lo hemos
vislumbrado que podemos ir más allá de lo normal,
hacia lo transpersonal. Existen formas de alterar el
comportamiento, cambiando las estructuras y estados de
pensamiento. Reestructurar el pensamiento es un acto de
meditación y la meditación es el camino adecuado
para producir las condiciones de las estructuras y estados del
pensamiento o conciencia.
La realidad transpersonal comprende los fenómenos
que están "más allá de lo personal" en donde
mediante la utilización de por ejemplo algunas
técnicas de alteración de la conciencia, se
trasciende la identidad, el espacio y el tiempo. La realidad
virtual, es la sensación que se produce al estar inmerso
en un ambiente que tiene todas las características de
producir sensaciones corporales (visual, táctil, sonora,
etc.) que dan la sensación de ser observador-participante
de la acción representada en nuestra conciencia. De
ahí que, el agregado de "Realidad Virtual Transpersonal"
no es más que una forma de decir que en esa realidad se
perciben sensaciones en forma virtual.
Creo que la psicología transpersonal no solo es
una nueva forma de explicar la realidad trascendente de
fenómenos naturales de la manifestación de la
conciencia sino que ante todo, es una de las formas
científicas en que se puede demostrar necesariamente
cómo a través de estados no ordinarios de
conciencia producidos en la hipnosis, meditación,
relajación, u otro medio, podemos acceder a
fenómenos de trascendencia de identidad, de viajes a otros
lugares y tiempos remotos, comunicación telepática,
clarividencia, visión dérmica, psicometría,
desdoblamiento, etc. Por ejemplo, el desdoblamiento o
"trascendencia del cuerpo" es una sensación producida a
veces en forma espontánea. Pero, es posible experimentar
el proceso de trascendencia de identidad, del espacio y del
tiempo mediante técnicas de alteración de la
conciencia como son la hipnosis, la meditación y
relajación. Durante los talleres de meditación y
relajación que he efectuado en años anteriores, se
ha producido a veces en forma espontánea estos efectos sin
haberlos buscado. En algunas técnicas la persona puede
experimentar la sensación de una metamorfosis de
identidades (aves, animales, peces, vegetales, minerales); en
otras técnicas se obtiene la experiencia de trascender el
espacio y el tiempo "viajando" a otros lugares y a otras
épocas; puede identificarse conscientemente con otra
persona y acceder a sus pensamientos, sentimientos, sensaciones
físicas o recuerdos. La persona puede experimentarlo como
observador o como observador-participante. En este último
caso ella "siente ser" la identidad asumida. Se obtiene
conocimiento directo de estas experiencias (lugares, vestuario,
costumbres, comportamiento).
Todos hemos tenido la experiencia de nacer, pero
seguramente pocos son conscientes de este proceso.
Todos tenemos la experiencia de vivir, pero pocos son
conscientes de la plena presencia.
Todos podemos identificarnos con otros, pero pocos
trascienden verdaderamente su identidad
Todos llegaremos a morir, pero pocos saben de la
Experiencia Cercana a la Muerte (ECM).
Muchos conocen resultados de la física
cuántica, pero pocos han tenido una experiencia cercana en
el nivel quántico.
Todos quizás hemos oído sobre la
trascendencia, pero pocos son los que la han
experimentado.
La experiencia trascendente, permite revivir el proceso
del nacimiento.
La experiencia trascendente, permite estar plenamente
presente y trascender el tiempo y el espacio.
La experiencia trascendente, permite identificarse con
aves, peces, animales, personas o cosas.
La experiencia trascendente, permite tener una
ECM.
La experiencia trascendente, permite acceder a una
visión quántica directa del Universo.
En estados meditativos y de relajación, podemos
aprender directamente en tres dimensiones, a color y en
movimiento con todas las sensaciones que produce la
inmersión virtual identificarnos con el comportamiento de
un ave, pez, animal, vegetal o mineral; visiones del mundo del
origen de las ideas y de creación de las "formas
platónicas"; viajes a otros lugares conocidos o
desconocidos de otros tiempos; comunicación sin lenguajes
ni gestos, sino en forma telepática en resonancia con los
objetos de las personas (psicometría).
Es como tener la parapsicología al alcance de la
mano.
Entre las experiencias de este último grupo
tenemos las siguientes:
Pregunté al objeto quién era su
dueño y me apareció la imagen de
él.
Vi que el libro que acariciaba en mis manos
contenía números y figuras
geométricas.
Vi un caballo y otros animales mientras sostenía
el libro en mis manos.
Visualicé épocas históricas
sosteniendo y tocando el libro.
Visualicé las mismas imágenes de las
épocas históricas que los otros participantes
tenían.
Con el libro que tocaba, vi funciones del cuerpo
humano.
Mientras acariciaba el anillo, tuve una visión de
un camino hacia una casa. Entré a ella y vi sus muebles y
en un sillón estaba la persona que resultó ser
dueña de la joya.
Todas estas aplicaciones en la educación permiten
acceder a un conocimiento directo e intuitivo de la realidad, que
están disponibles actualmente y que pueden complementar el
conocimiento tradicional ofrecido por los organismos e
instituciones educativas.
¿Sabemos de psicología
Transpersonal? ¿Hemos experimentado con estados alterados
de conciencia? ¿Hemos trascendido la identidad, el espacio
y el tiempo? En realidad creo que cada uno puede descubrir la
solución a sus problemas mediante técnicas de
acceso a la conciencia transpersonal.
¿Sabían que hoy tenemos los
medios y la tecnología que permite, en meditación
con música, trascender la identidad hacia aves, peces,
animales, vegetales, minerales y humanidad en general, trascender
el espacio trasladándonos hacia otros lugares y trascender
el tiempo, viajando a otras épocas? Además, podemos
acceder al conocimiento directo de la relación de los
objetos con las personas (psicometría) y obtener
información clarividente y telepática.
También, esta tecnología Neurocuántica puede
ser aplicada en superaprendizaje virtual y en biorresonancia
mórfica para la salud. Ya se viene aplicando en estos
campos. ¿Cómo podemos acceder a esto? Existe un
programa de meditación y relajación modular que
mediante un proceso vivencial se obtienen estos
fenómenos.
¿Sabían, que en estados meditativos y de
relajación, podemos aprender directamente en tres
dimensiones, a color y en movimiento, con todas las sensaciones
que produce la inmersión virtual, identificarnos con el
comportamiento de un ave, pez, animal, vegetal o mineral;
experimentar visiones del mundo del origen de las ideas y de
creación de las "formas platónicas"; Viajar a otros
lugares conocidos o desconocidos de otros tiempos; Comunicarnos
sin lenguajes ni gestos, sino en forma telepática en
resonancia con los objetos de las personas (psicometría).
Todas estas aplicaciones en la educación permiten acceder
a un conocimiento directo e intuitivo de la realidad, que
están disponibles actualmente y que pueden complementar el
conocimiento tradicional ofrecido por los organismos e
instituciones educativas.
¿Sabían que se puede aumentar la
eficiencia y productividad del trabajo hasta límites
increíbles, mejorando sustancialmente la
concentración, elaborando nuevas ideas, estructuras y
modelos sólo empleando algunas técnicas de
meditación, de visualización y relajación,
que permiten extraer información del inconsciente para
aprender, comprender y crear nueva información con el
mínimo de esfuerzo por parte del individuo. Existen
técnicas que van disminuyendo las tensiones y el
estrés, aumentando la concentración y visualizando
los temas a desarrollar, lo que permite efectuar con pleno
éxito las labores individuales y colectivas. La
aplicación de estas técnicas en las empresas pueden
hacer de ellas "empresas líderes de la
eficiencia".
VISION ANALITICA DE EXPERIENCIAS SUBJETIVAS
EN MEDITACION
La gama de "experiencias subjetivas" (ES) por las que se
ve envuelta la persona que se aventura a un proceso de un
programa de meditación es múltiple, y abarca
elementos del mundo de la realidad sensorial, como sensaciones de
luces y colores, sonidos, olores, percepciones táctiles y
una sensación de profunda relajación; elementos del
mundo de la realidad personal biográfica; elementos del
mundo de la realidad prepersonal (perinatal); elementos del mundo
de la realidad arquetípica, representados en los elementos
del fuego, tierra, aire, agua y cosmos; elementos del mundo de la
realidad transpersonal, como regresiones a otras épocas,
visiones de otras personas, identificación con aves,
animales o peces, visiones de seres luminosos, sensaciones de
flotar, desdoblamientos, visiones de túneles o cuevas,
sensaciones de corrientes de energía, percepción de
bellezas naturales, extrema paz y tranquilidad, viajes a otros
lugares.
Si bien normalmente las experiencias subjetivas
están relacionadas con las experiencias intencionales para
las cuales se dirige la meditación, sucede que a menudo
emergen experiencias subjetivas distintas de nuestro objetivo
inicial, pero que sin embargo, guardan una estructura
tipológica común. Así por ejemplo, una
persona que tiene diferentes experiencias intencionales, puede
presentar en cada una de ellas una experiencia subjetiva de
estrato similar que estaría reflejando su interioridad
subconsciente común.
El análisis de los programas de
meditación, contempla una muestra de veintitrés
participantes en ciento noventa y dos sesiones.
Para el primer grupo, de personas que (que permanecen en
la realidad sensorial), "tienen dificultad de experimentar
sensaciones (experiencia subjetiva)" tenemos las siguientes
experiencias representativas:
Pensé que la piedra era roja,
sabiendo que son de color ploma o gris. Me molestó el
ruido de una sirena. Creo que falta tiempo para empezar la
meditación, ya que percibí un dolor de cabeza y eso
debido a que venía recién llegando y preocupado por
no llegar a tiempo.
Alguna dificultad para concentrarme en la
piedra. Se observaron todos sus detalles al tacto sin mayores
experiencias.
Me atrajo su color, su forma irregular,
suave, por su porte la elegí, la toqué, la
amasé, la palpé, la apreté hasta casi
producirme dolor. Mis movimientos algo nerviosos hasta lograr
sentirla. Creo que me trasmitió fuerza,
seguridad.
Me costó bastante concentrarme;
después empecé a jugar con ella (la piedra) y a
sentir sus diferentes relieves; me empezaron a pesar los brazos y
la piedra me molestaba; la dejé entre ambas manos y me
quedé tranquila esperando que terminara el
ejercicio.
No tuve mucha concentración y
afinidad con la piedra pero sí me sentí
tranquila.
El segundo grupo, de personas (que permanecen en la
realidad transpersonal) "mezclan experiencias intencionales y
subjetivas" está representado en las siguientes
experiencias:
La piedra me la imaginé de color
azul al comienzo luego se puso roja oscura, pero siempre
había un haz de luz al centro que brillaba; cosas que
imaginé al tacto, en brazos de guaguas, caminos que se
desenrollaban como alfombras y terminaban a los pies de una
figura, campos con flores amarillas, cavernas,
remolinos.
Siento la piedra en mi mano, trato de
analizar su forma, tiene dos caras planas, un borde medio
redondeado rugoso, dos bordes más lineales, uno más
suave y otro un poco rugoso. Es suave, debe ser piedra de
río, suavizada por el agua, no es una piedra áspera
de lugares secos y terrosos. Recuerdo la frase del evangelio,
"Pedro, tú eres piedra, y sobre esta piedra
edificaré mi iglesia". Siento la piedra sobre mi mano y la
otra mano encima siente la textura de mi piel.
Del tercer grupo, de personas (que permanecen en la
realidad compleja) "obtenían poderosas experiencias
subjetivas" podemos mencionar las siguientes:
Me veía caminando y comienzan a caer estacas del
cielo. Como esto me daba miedo, observo un pequeño
chanchito de tierra y me convierto en él. Me siento
pequeño, con una caparazón, y me cuesta moverme. De
pronto escucho un gemido de alguien y me convierto en un tigre en
la selva para ir en su ayuda.
A medida que continuó la meditación tuve
una visión de una chinita (insecto) que posteriormente se
acercó a una jirafa. Las manchas de la chinita se
integraron en las manchas de la jirafa. Esta fue a beber agua y
con burbujas saliendo de su cuerpo se transformó en
caballito de mar.
Me sentí como un caballo que revolotea por
colinas; luego el espacio se me hizo estrecho y me
convertí en un ave con enormes alas abiertas, volando
suavemente alrededor de un campo; iba y venía.
Me visualicé como un perro y recorrí
varios lugares, partiendo de mi casa, salí de Santiago por
la carretera 5, llegué a la playa, la recorrí, me
encontré con una vaca, seguí recorriendo varias
partes que no recuerdo con exactitud por unos cambios de la
música me desconcentraban, pero estoy consciente de que
recorrí varias partes. La vaca estaba en el campo. Al
primer cambio de la música, me estaba quedando dormida y
de ahí me desperté un poco.
En el animal que pensé fue un caballo negro y
brillante y el inicio del recorrido de este caballo fue de un
lugar verde con una gran montaña verde atrás;
empezó a galopar en forma lenta y poco a poco tomaba
velocidad y empezaba a recorrer un camino largo, rodeada de una
gran cadena de montañas, con bastante vegetación,
en la cual tenía caídas de agua.
Ahora, en cuanto al análisis de las experiencias
subjetivas podemos estructurarlas en las siguientes
características que definen el ámbito de la
realidad en que se presentan.
REALIDAD SENSORIAL
Sensación: Luces y colores.
Características: Es una de las
experiencias de mayor frecuencia y de más fácil
acceso en el proceso de la meditación. En muchas ocasiones
estas sensaciones se ven mezcladas con otras de distinta
naturaleza. Antes de comenzar a profundizar la meditación,
generalmente se perciben primero estas sensaciones como una etapa
que debemos cruzar para adentrarnos en la profundidad de la
conciencia. Se asimila esta etapa a la visión
entóptica de los chamanes del
paleolítico.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Al final después de hacer la relajación
progresiva me ubiqué en una playa larga, con arena blanca,
con aguas color turquesa y con una agradable brisa marina;
además veía unos destellos de luces,
realmente muy agradables.
Después con las campanitas, al escucharlas las
sentía como unas pequeñas luces brillantes;
una experiencia muy rica en sensación de sonidos con
imágenes de mucha amplitud.
Colores claros, luces, círculos girando,
niños en sillas giratorias, sensación de cuerpo
disuelto.
Al comienzo veo una serie de luces que me llevan
a la entrada de algo; es como un "nacer"; luego la
sensación es como la de ir descubriendo cosas paso a
paso.
Fue una sensación muy agradable y
más aún ver con qué facilidad viajaba y
cambiaba de paisajes, agua, luz, vegetación, gente.
Muy grata.
Luego intenté andar por un campo de
hielo (mar congelado), desnuda, pero rodeada de un campo
magnético de luz que me producía
calor.
La piedra me la imaginé de color azul al comienzo
luego se puso roja oscura, pero siempre había un haz de
luz al centro que brillaba;
Veo de vez en cuando cabezas humanas llenas de
luz (como si fueran santos), a medida que pasa el tiempo van
cambiando los colores;
Sentí el cuerpo tieso; luz y oscuridad;
sombras;
Vi también, o mejor dicho, me
sentí arrastrada hacia unos remolinos con mucha luz,
preciosos y de colores pasteles. Me sentí en esos
momentos llena de paz.
Me costó evadirme. Al hacerlo me
pareció estar frente a una "entrada de luz" grande,
sin límites pero muy clara y hermosa. Después
viajé por muchos lugares indefinidos.
Luego me sumergí en un
colorido que venía de alguna parte, de colores
celeste y blanco que se mezclaban entre sí. De pronto
sentí que ya me estaba quedando como en otra
dimensión, pero no logré abstraerme totalmente.
Sentí mis ojos llenos de lágrimas.
Sentí tranquilidad y levedad, vi
muchos bordados de distintos colores, muy
fuertes.
Después sentí la naturaleza, no en
mí, sino yo en ella; sentí lo agradable de sus
colores, de sus sonidos, su olor; placer al sentir todo
esto y ganas de continuarlo.
Colores, una gran bola de fuego que giraba en el
cielo; de repente vi árboles, flores, animales y al final
un gran incendio arrasando todo.
El paisaje es muy lindo y lleno de paz. Es
un día de temperatura muy agradable y siempre revolotean
muchas mariposas de diferentes colores. Puedo ver y sentir
un riachuelo como también una hermosa
vegetación.
Sólo vi colores al principio,
color azul oscuro; todo es anochecer, siento mucho miedo
por los ruidos de la selva; lloro por los demás y por
mí. Siento que no tengo esperanza, pero no me abandono;
empiezo a ver colores violetas intensos, casi
morados; veo de vez en cuando cabezas humanas llenas de
luz (como si fueran santos), a medida que pasa el tiempo
van cambiando los colores; siento ruidos de tambor que
pueden ser de algún pueblo aborigen que nos pueden ayudar;
veo todo amarillo anaranjado; veo imágenes a color
de árboles altos, enormes como si fueran araucarias a lo
lejos.
Viajé a distintos lugares con la
música que escuchaba. Vi colores verdes de los
bosques, mucha naturaleza. Dorado fuerte cuando
llegué al Oriente.
Luego, realmente me vi en la jungla con la
vegetación y animales, todo muy agradable, de variados
colores.
Esta música me produjo más
relajación, los colores en blanco, amarillo, con
una idea de estar presenciando un funeral
japonés.
Colores oscuros, colores tierras, campesinos
trabajando, círculos girando; mi cuerpo está
absolutamente pesado, relajado, casi disuelto.
Colores claros, luces, círculos girando,
niños en sillas giratorias, sensación de cuerpo
disuelto.
Me focalizo en algo así como en una feria
árabe, donde predominan los colores blancos y
arena.
Vi solo colores, y fueron dos, se
repite el color gris; primero fue gris con verde
así como nubes pequeñas; después fue gris
con naranja; después gris con azul, un segundo
después gris con amarillo en todos los tonos; al
final fue gris con celeste; demasiado hermoso todo el
proceso.
Vi también, o mejor dicho, me
sentí arrastrada hacia unos remolinos con mucha
luz, preciosos y de colores pasteles. Me
sentí en esos momentos llena de paz.
También vi cosas llenas de color azul
brillante y luminoso. Estaba muy relajado.
Veo imágenes a color que aparecen y se van
con la misma velocidad.
Me ubiqué en una playa larga, con arena blanca,
con aguas color turquesa y con una agradable brisa marina;
además veía unos destellos de luces,
realmente muy agradables.
Luego me sumergí en un colorido que
venía de alguna parte, de colores celeste y blanco
que se mezclaban entre sí.
Visualicé todas las imágenes que
escuchaba, color, forma, hasta olor.
Visualicé una mancha en la piel o en la tierra
con forma ovoide que se fue cambiando de color café
y algunas partes brillantes.
Sensación: Sonidos.
Características: Pueden experimentarse
como sonidos agradables o desagradables, internos o externos, paz
o temor.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Una vez colocada la posición de relajamiento,
sentí que iba perdiendo los sonidos exteriores que
oía en ese momento.
En algún momento el sonido era como que
recorría todo mi cuerpo. Casi perdía en momentos la
atención.
Tenía los ojos cerrados, pero me veía en
esta misma habitación, a ratos veía imágenes
como una nubosidad y un camino en medio de esta y ruidos
de agua fluyendo
Me sentí relajada, contenta, pero
pasaban muchas ideas racionales en mi mente; sentí
ruidos que interferían entre yo y la música.
Pero descansé. Sentí constantemente un ruido
de alguien que se hacía sonar los dedos.
Pude ver claramente las hojas brillantes, escuchar el
ruido del río, oler el viento, escuchar los
pájaros y toda la naturaleza en todo su esplendor a
mí alrededor.
Visualicé las flores (con su olor), la tierra,
los pájaros, la brisa, el ruido del agua al
correr.
Luego vi mucha polución en una ciudad gris, con
mucho humo, ruido, sin vegetación, lo que me
produjo angustia. Al final imaginé un paisaje paradisiaco
con muchos pájaros, árboles, todo muy
bonito.
Sensación: Olores.
Características: Sensación de menor
frecuencia que los anteriores y también provoca
sensaciones agradables o desagradables.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Visualicé todas las imágenes que
escuchaba, color, forma, hasta olor.
Visualicé las flores (con su olor), la
tierra, los pájaros, la brisa, el ruido del agua al
correr.
Sensación: Táctiles.
Características: Al igual que la
sensación de olor, el tacto es menos frecuente pero se
vuelve hipersensible a la estimulación
sensorial.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Mi concentración fue al
tacto, primero con las yemas de los dedos y después
con las manos; lo más impresionante fue los poros que
contenía la piedra ya que me daba cuenta de la gran
cantidad en su contenido con el tacto pero que al mirar
con los ojos, los poros desaparecían; mi tacto
podía sentir mucho más cantidad de poros en tan
pequeña piedra.
Sentí al tacto una sensación de
tamaño, color que se mezclaba entre el negro y el
blanco.
Cosas que imaginé al tacto,
en brazos de guaguas, caminos que se desenrollaban como alfombras
y terminaban a los pies de una figura, campos con flores
amarillas, cavernas, remolinos.
Sensación: Relajación
Profunda.
Características: Es una sensación
muy agradable que libera de todas las tensiones físicas,
emocionales y mentales del individuo y puede ser un buen comienzo
para una experiencia posterior de meditación
intensiva.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Mi experiencia de relajación fue muy
cómoda y placentera; visualicé mucha agua, mar
tranquilo y con olas muy tormentosas.
Sentí una sensación de
relajamiento muy grande, casi como que parte de mi cuerpo
se desprendía del tronco, una sensación de sentirme
como en millones de trocitos de cada parte de mi cuerpo;
después sentí una sensación de calambre en
mi espalda, pero sólo imaginario; no logré quedarme
dormido, solo una inmensa relajación.
Se percibió calor en manos y pies;
relajación total.
Fue algo fantástico, alcancé
tres veces la relajación progresiva; al final
después de hacer la relajación progresiva me
ubiqué en una playa larga, con arena blanca, con aguas
color turquesa y con una agradable brisa marina.
Logré relajar bien los
brazos; las piernas siempre quedaron algo tensas, pese a que hice
el recorrido dos veces. Luego la música me llevó al
colegio y recorrí mucho de los ambientes de ahí,
colmo la iglesia, salas, dormitorios y algunos pasillos. Me
interesaré seguir experimentando para llegar a la
relajación total.
Me sentí adormecida y/o
relajada, pero me costó tener visualizaciones de
cualquier tipo, es decir, no visualicé ninguna imagen.
Pensé que la piedra era ploma (gris) con partes blancas,
pero era negra con partes color café. En todo caso,
después de salir de la relajación, me siento
más tranquila y serena comparado cuando recién
llegué hoy a clases.
El sonido me produjo una gran
relajación, con un sueño
profundo.
Estaba a punto de lograr una
relajación profunda, me detenía y
volvía nuevamente a relajarme. La música me
hizo sentir mucha paz y abandono.
Relajación profunda combinada
con períodos de sueño; cuerpo con sensación
de flotar; se producen algunas imágenes
aisladas.
Salí contenta, relajada como
lista para empezar el día.
Me sentí relajada, contenta,
pero pasaban muchas ideas racionales en mi mente.
Luego, ya casi enteramente relajada
me vi en una playa infinita, con un mar con olas tranquilas, con
espumita blanca; hacía calor, pero rico y placentero. Me
sentí liviana, feliz, en paz.
Me sentía muy relajada y
complacida ya que tuve imágenes de la luna.
En algún momento me fui sintiendo
somnolienta y muy relajada y las imágenes que
atravesaban por mi mente, que eran muchas y variadas, fueron
esfumándose hasta conseguir sentir una especie de
sueño.
Me sentí adormecida y/o
relajada, pero me costó tener visualizaciones de
cualquier tipo, es decir, no visualicé ninguna
imagen.
Me sentí mucho más
cómoda y relajada que en la meditación
anterior.
Desperté relajada, pensativa, un poco
triste y con algo de frío.
Siempre corriendo y feliz, volví a mi casa muy
contenta de estar nuevamente ahí. Terminé
relajada, cansada y contenta.
REALIDAD PERSONAL
(Biográfica)
Sensación: Regresión
biográfica.
Características: Suele presentarse cuando
se inicia un ejercicio de relajación un aumento
considerable de la memoria de aspectos de importancia positivos y
negativos de nuestra historia personal y que desaparecen a medida
que se profundiza en la meditación.
Experiencia Subjetiva Tipo:
En cierto momento entraba a ese
túnel de donde caía agua desde el techo. Vi
también al final no tan nítido, un rostro de
niño o bebé.
Vi solo a un niño que miraba
y tenía unos cuatro años. Estaba en la vereda.
Después pensé que la cara que había visto en
el viaje anterior era probable que fuera la del
niño, pues tenía muy poco cabello como un
niño.
Ya no recuerdo el tipo de imágenes;
sólo una que asimilo a un niño muy
despierto, ágil, de cómo 3 años.
Al principio estoy con alguien, luego subo
en brazos a una niñita y le doy una vuelta en el
aire, más tarde la dejo y continúo sola, siento el
aire en mi cara, el día es hermoso y me siento muy
bien.
Estoy en una burbuja y me elevo en el aire;
paso por encima de árboles, de la playa, de ciudades. La
burbuja se deposita en una hoja y va por un riachuelo. Una
ráfaga de viento la eleva y deposita en el jardín
de mi casa de niña; vuelvo a ser niña
y recorro el jardín caminando.
Colores claros, luces, círculos girando,
niños en sillas giratorias, sensación de
cuerpo disuelto.
REALIDAD ARQUETIPICA
Estructura arquetípica: De Formas
Volcánicas (Fuego).
Características:
Sensaciones de calor y energía.
Temblores del cuerpo.
Erupciones volcánicas y
catástrofes.
Guerras y armas peligrosas.
Visiones de violencia, agresión y
sacrificios.
Goce y sensualidad.
Imágenes pornográficas y de
excitación sexual.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Comencé a sentir calor en mi
cuerpo, me vi en un desierto.
Primero sentí una sensación
de flotar y de movimientos hacia delante; después
empecé a sentir un poco de peso y calor suave y
después fue más fuerte en todo el cuerpo; pero una
visualización del sol en el atardecer, calor del
sol muy suave.
Se percibió calor en manos y
pies; relajación total.
A medida iba pasando el tiempo,
sentía calor en manos y dedos lo cual sentía
que no podía moverme como si estuviera en una caja, de la
que yo quería salir y no podía pero me era muy
agradable como si hubiera una tranquila paz.
Me imaginaba que estaba en una salamandra
que absorbía calor y empezaba por las manos que
subían por todo el cuerpo.
Luego, ya casi enteramente relajada me vi
en una playa infinita, con un mar con olas tranquilas, con
espumita blanca; hacía calor, pero rico y
placentero.
No sentí calor sino que vi
llamas, volcanes, pero no sentí
calor.
Estoy en una playa en el Caribe tomando
sol; sé que hace mucho calor, pero no logro
sentirlo en mi piel.
Después veo un ave que observa una carretera con
verdes campos (Sur de Chile) a los costados de ella; luego se va
la imagen y empiezo a sentir calor hasta
transpirar.
Me introduje en una piscina termal al aire libre con un
agua muy calurosa; me sentí a temperatura
agradable, pero no acalorada.
Sentía vibraciones que subían desde los
dedos hacia la cabeza y que cambiando de manos y empezar a hacer
menos fuerza igual se mantenían las vibraciones, como si
estuviera lleno de energía; era muy agradable, que
jugaba con la energía; solo quería ir con la
energía hacia arriba, era rico y en un momento
pasó un vehículo y sentí que había
pasado muy cerca que me moví con el viento.
Fue una etapa neutra donde estaba tan lleno de
energía que solo estaba de espectador sin
sensaciones negativas, disfrutaba solamente.
Sentí la sensación de que mi ser se
limpiaba y se llenaba de energías, botando todo lo
sucio, molesto y pesado que sentía que tenía
adentro. Quedé liviana, tranquila.
Luego destrucción, tristeza, vacío;
después sentí la naturaleza, no en mi, sino yo en
ella.
Colores, una gran bola de fuego que giraba en el
cielo; de repente vi árboles, flores, animales y al final
un gran incendio arrasando todo.
Estructura arquetípica: De Formas Terrestres
(Tierra).
Características:
Aguas Contaminadas.
Arenas movedizas.
Putrefacción y malos olores.
Imágenes de destrucción de
bosques.
Lenguaje obsceno.
Experiencia Subjetiva Tipo:
Visualicé todas las imágenes que
escuchaba, color, forma, hasta olor.
Visualicé las flores (con su
olor), la tierra, los pájaros, la brisa, el ruido
del agua al correr.
Sentí en mi mano derecha un
hormigueo muy intenso, que solo al moverla lentamente pudo
recobrar su movilidad; También algo de frío; una
sensación de olor a tierra seca, muy marcado e
intenso, casi molesto.
Sentí la naturaleza, no en mi, sino yo en ella;
sentí lo agradable de sus colores, de sus sonidos, su
olor; placer al sentir todo esto y ganas de
continuarlo.
Estructura arquetípica: De Formas Borrascosas
(Aire).
Características:
Sentirse aspirado por un remolino, torbellino de
aire.
Huracán y aguas agitadas.
Sentimientos de ahogo y sofocación.
Sentirse con frío y desamparado.
Sentirse perseguido y atrapado.
Enjaulado y visiones de cuevas o grutas
subterráneas.
Sentirse desesperado y atormentado.
Sentirse tragado y estrangulado.
Experiencia Subjetiva
Tipo:
En el segundo viaje, vi una especie de
remolino.
Por el lugar en que estaba me sentí
bailando como un remolino.
Imaginé caminos que se desenrollaban
como alfombras y terminaban a los pies de una figura, campos con
flores amarillas, cavernas, remolinos.
Vi también, o mejor dicho, me
sentí arrastrada hacia unos remolinos con mucha
luz.
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