La educación en sexualidad humana como contribución al cambio social
- El ejercicio de la
sexualidad: problema psicosocial - La educación
en sexualidad humana como alternativa de desarrollo
social - La identidad
psicológica tiene como base una identidad
sexual - La influencia de la
sociedad en el desarrollo de nuestra
personalidad - Importancia del
estudio de la historia de la sexualidad
humana - Alternativas de
solución a la problemática de la
sexualidad - La formación
de cuadros de educadores sexuales: respuesta
integral
En mi rol de académico no me canso de decir a mis
alumnos, a quien me escuche o a quien me lea que vivimos tiempos
de cambios, que todo está cambiando rápidamente,
que lo único que no cambia es la premisa de que todo
está cambiando y que necesitamos desarrollar nuevos
comportamientos que nos permitan enfrentar los nuevos retos que
nos presentan estos cambios sociales.
Vemos cada día cambios tecnológicos,
económicos, políticos, psicológicos,
culturales, etc., que modifican nuestras condiciones de vida y
formas de relacionarnos con los demás. Pero aún a
pesar de que en los últimos 50 años se han
presentado más cambios que en los últimos 200
años, veo con pesar que todavía existe un retraso
considerable acerca del estudio y la educación en
sexualidad humana ya que no se ha presentado un cambio en este
campo que permita la incorporación de programas de
educación sexual en los sistemas de educación
formal.
En base a mi trayectoria como maestro de tiempo completo
he logrado incorporar a mi carga académica de docente en
la Universidad de Sonora, la adjudicación de la materia
Estudios Especiales que se asigna a profesores que sean expertos
en algún campo especial. He optado por utilizar esta
materia para ofrecer Educación en sexualidad humana y con
ese nombre la he impartido durante los últimos cinco
años, dos veces por año, para formar educadores en
sexualidad humana.
Cada experiencia en esta materia ha sido rica en
vivencias, alumnos y estudiantes hemos terminado el curso con
grandes niveles de satisfacción y con la sensación
de que desearíamos seguir aprendiendo juntos. Pero,
lamentablemente es un grupo por semestre mientras que la
práctica de la sexualidad humana se sigue proyectando como
un verdadero problema social.
En 1984 presenté mi examen profesional en
la Universidad Veracruzana para obtener mi título de
licenciado en Psicología, presentando la tesis
"Consideraciones sobre la problemática sexual
juvenil", donde planteé un panorama de la sexualidad
de aquella época que la exhibía como un verdadero
problema social.
A 30 años de distancia, hoy en el siglo XXI, en
el 2,014, veo que las condiciones no han cambiado mucho y que lo
único que ha variado es que la problemática
derivada de un ejercicio de la sexualidad desprovisto de
información científica se ha agudizado, tal como lo
veremos a continuación.
El ejercicio de
la sexualidad: problema psicosocial
En pleno siglo XXI se observa que el ejercicio de la
sexualidad en la población mexicana y latinoamericana,
presenta características que la proyectan como un
verdadero problema social de primer orden y que se
manifiesta en forma particular en los siguientes
hechos:
a) Existe una tendencia creciente en el número de
delitos sexuales que se presentan en el país,
fenómeno que afecta no solo a mujeres, sino también
a niños (as) e inclusive a hombres adultos. Se ha
intentado responder a esta problemática con aumentos a la
punibilidad del agresor, utilizando una lógica similar a
la que pretende enfrentar la creciente ola de violencia con la
aprobación de la pena de muerte (recordemos aquella
propuesta de castrar a los violadores).
Con esta línea de pensamiento no se consideran
los factores causales del comportamiento del delincuente sexual,
y con ello, se descuida la realización de labores de
prevención social que permitan no solo disminuir y
extinguir el índice de tales, sino también el
proporcionar atención psicológica tanto a la
víctima como al agresor sexual.
Cabe mencionar que la atención a este tipo de
problemas se ha mejorado con la creación de agencias
especializadas en delitos sexuales. Sin embargo, resta mucho por
hacer en la erradicación de tales comportamientos
delictivos, en virtud de que los mismos se presentan debido a la
crisis de valores sociales predominantes en la
comunidad.
b) Se observa también un incremento en el
embarazo en las adolescentes que lo ubica como un problema
que requiere atención prioritaria si atendemos a las
cifras que así lo reflejan y que ubican a la maternidad
como una de las primeras diez causas de defunción en el
país.
Esta problemática no se presenta solo en
México sino que también se observa en el resto de
países latinoamericanos y de otras latitudes.
Las consecuencias para el desarrollo social son
sumamente negativas en virtud de que contribuye a incrementar la
presencia de otros problemas sociales tales como el maltrato en
el menor, el niño de la calle, desintegración
familiar, etc.
c) Aumenta el número de matrimonios en
jóvenes que no han alcanzado la madurez
psicológica para mantener una relación de pareja
estable, lo que los ubica en una posición frágil
para construir un futuro prometedor. La unión formal
mediante el matrimonio de jóvenes inmaduros
psicológicamente aumenta la posibilidad de que la
separación se dé a corto plazo.
d) Por otro lado tenemos que el aborto inducido es
una de las principales causas de muerte en las mujeres de edad
reproductiva, las instituciones de salud en el país
reportan que a pesar de su prohibición legal, un gran
número de mujeres lo practica en condiciones clandestinas,
aun a costa del riesgo de su propia vida.
e) En otro ángulo se observa que el
número de divorcios se incrementa año con
año y se puede inferir que una de sus principales
causas sea la falta de educación sexual previa al
matrimonio, la cual ayudaría a consolidar la
relación de pareja y el vinculo familiar al concientizar a
los integrantes de la misma sobre los aspectos
psicológicos y sociales de la sexualidad.
f) El maltrato y violencia hacia la mujer se sigue
presentando con frecuencia alarmante en nuestra sociedad, que
mantiene una doble moral sexual en la que la mujer ocupa una
posición de desventaja, menosprecio y
discriminación.
g) Se siguen observando casos de homofobia que atentan
contra los derechos humanos de las personas que presentan una
orientación sexual hacia los de su mismo sexo.
Todo lo anterior nos permite identificar graves
problemas que afectan a la sociedad en forma particular, pero que
si los abordamos en una perspectiva integral podremos ver que
forman parte de un problema social más amplio que es
originado por la ausencia de educación sexual, ya
que es el denominador común que comparten como causa
primordial en cada uno de los problemas mencionados.
La ausencia de una educación sexual integral,
basada en información científica y objetiva ha
provocado que el ejercicio de la sexualidad humana en lugar de
ser una fuente de gratificación, placer y felicidad, se
haya convertido en realidad en la principal causa de infelicidad
y miseria psicológica de grandes multitudes en nuestra
sociedad contemporánea.
Es así que, ante la creciente problemática
social derivada de una práctica sexual no saludable,
acrítica y fundamentada en una deficiente educación
sexual, surge un reclamo social implícito que plantea la
necesidad de ofrecer alternativas de solución a los
problemas sociales derivados de una ausencia de educación
sexual.
Estas alternativas no pueden ser otras que la oferta de
programas de educación sexual en las instituciones que
forman parte del sistema educativo nacional y de las
instituciones de salud de nuestro país.
El diseño, implementación y el desarrollo
de programas comunitarios de educación sexual
permitirán que la población mexicana ejerza su
sexualidad en términos responsables y con nivel suficiente
de información, a través de acciones de este tipo
se podrá garantizar la salud sexual de la
población.
La
educación en sexualidad humana como alternativa de
desarrollo social
Antes de impulsar programas de educación en
sexualidad humana debemos superar por cuestión de
método dos obstáculos que han impedido la adecuada
implementación de programas educativos en este
campo.
El primero es la necesidad de superar la
formación religiosa-cultural que nos enseñó
que el ser humano tiene un origen divino, es decir que
provenimos gracias a un mandato divino. Necesitamos asumir una
postura objetiva y científica que nos permita estudiar en
forma integral esta parte importante del comportamiento humano.
Recordemos que el Papa Juan Pablo II, reconoció finalmente
la validez de la teoría de la evolución de charles
Darwin.
El segundo obstáculo que debemos superar es la
formación sexofóbica que nos lleva a
experimentar un malestar cuando tocamos el tema de la sexualidad
en nuestras conversaciones cotidianas. Esta actitud se origina
por la reducción de la sexualidad al ámbito de lo
genital, que conduce a que la mayoría de las personas
piense que la sexualidad es el sexo exclusivamente, es decir, el
ayuntamiento de los genitales, cuando que en realidad la
sexualidad humana tiene aspectos biológicos,
psicológicos y sociales.
Una vez superado lo anterior, reconociendo que la
humanidad actual es el producto de una evolución que
tomó millones de años, podemos iniciar el estudio
de la sexualidad humana, adoptando un enfoque psicosocial que nos
permita percatarnos hasta qué punto la sociedad y los
grupos sociales a los que pertenecemos moldean nuestras actitudes
y conductas sexuales. Pero antes hablemos de la importancia de
las sexualidad en nuestra vida personal
La identidad
psicológica tiene como base una identidad
sexual
Todo ser humano es un ser sexual, desde el momento de su
nacimiento se inicia una identidad psicológica basada en
una identidad sexual, mediante la adscripción
biológica a determinado sexo.
Si se poseen genitales masculinos se desarrolla una
identidad masculina, si se poseen geniales femeninos se
desarrolla una identidad femenina. Con ello, es evidente que la
primer forma de identidad que se asigna a los seres humanos es de
tipo sexual, misma que evoluciona con la edad y se manifiesta en
múltiples facetas relativas a la adopción y
practica de comportamientos a lo largo del desarrollo
psicosocial.
La influencia de
la sociedad en el desarrollo de nuestra
personalidad
Con el desarrollo de su sexualidad, cada individuo
desarrolla su propia personalidad, en una constante
interacción que propicia una interinfluencia del individuo
con su medio social. La personalidad psicosocial la definiremos
como una determinada forma de pensar, sentir y actuar, que es el
resultado de la interacción e interinfluencia que
mantenemos y hemos mantenido con las figuras significativas de
los distintos grupos a los que pertenecemos o hemos
pertenecido.
El proceso de socialización que definiremos como
aquel proceso a través del cual todo individuo retoma los
elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su
personalidad para adaptarse y ser aceptado socialmente, un
proceso por el cual atravesamos todos los individuos, mantiene
como uno de sus ejes centrales el control de la sexualidad
humana.
Para comprender lo anterior mencionemos a la familia,
considerada como el primer agente socializante, instancia en la
cual cada persona desarrolla las bases de su personalidad
psicosocial, la cual enriquece con su contacto con los
demás agentes socializantes tales como la escuela, el
grupo de amigos, la iglesia y los medios masivos de
difusión.
El común denominador de cada instancia
socializante, es precisamente el mantenimiento bajo control de la
expresión de la sexualidad, "educando" a la persona para
que desarrolle los comportamientos socialmente
aceptados.
Las diferentes etapas del desarrollo psicológico
se caracterizan por expresiones de la sexualidad: la sexualidad
infantil, la sexualidad del adolescente, la sexualidad del joven,
la sexualidad del adulto y (la que no termina de aceptarse
todavía), la sexualidad del anciano.
A pesar de que se ha reconocido la importancia de la
sexualidad en el desarrollo psicosocial de toda persona, su
ejercicio en la segunda década del siglo XXI se sigue
manifestando en un contexto de información distorsionada
(prohibiciones, mitos, falacias y tabúes), donde se
encuentra ausente información científica sobre el
tema.
La educación sexual contenida en el sistema
educativo mexicano, dirigida a los niveles básicos de
educación, se limita a la difusión de
información de claro corte biologicista, ya que se limita
a la descripción de la anatomía y fisiología
de los órganos sexuales, dejando de lado el
análisis del proceso de socialización que determina
el desarrollo psicosexual de los individuos.
Importancia del
estudio de la historia de la sexualidad humana
Para entender mejor la influencia que las ideas actuales
de la sociedad tienen sobre el comportamiento sexual, debemos
examinar sus raíces históricas, especialmente las
que se refieren a la tradición del sexo con fines de
procreación y los roles sexuales rígidos.
Será más fácil entender y tomar decisiones
sobre nuestra sexualidad si conocemos la influencia de la cultura
en la experiencia individual.
Empezaremos por hablar de una característica
importante de la sexualidad humana que por lo regular se ignora o
se desconoce, pero que es de suma importancia tener conocimiento
de ella.
Me refiero fundamentalmente a la relatividad
sociocultural del comportamiento sexual, expresión que
hace referencia al hecho de que el comportamiento sexual de una
población está determinado por la cultura
prevaleciente en la misma.
A lo largo de la historia de la humanidad han existido
diferentes culturas, así podemos observar que han existido
diferentes comportamientos sexuales socialmente aceptables en
cada cultura en lo particular. Entonces nos encontramos que al
examinar la sexualidad de otras épocas de la historia
humana descubrimos una amplia gama de conductas sexuales
aceptables. Es debido a ello que lo que es considerado
comportamiento sexual "normal" en una cultura, en otro tipo de
cultura es sociablemente inaceptable.
El contenido de la cultura en cada época y
sociedad determinada es la expresión de su
"personalidad social", es lo que la hace diferente a las
demás sociedades ya que incluye una particular gama de
valores, tradiciones, hábitos, costumbres vigentes en un
período histórico determinado.
Si nos remontamos al inicio de la historia, veremos que
existía entonces una formación social que Carlos
Marx y Federico Engels denominaron comunismo primitivo, en la
cual las tribus nómadas integradas por hombres y mujeres
compartían todo entre sí, alimentos, cobijo, hijos
e inclusive la actividad sexual. Todos mantenían
relaciones sexuales entre todos, no existían los celos y
los hijos eran hijos de toda la comunidad.
Cuando esas tribus se asentaron en las márgenes
de los ríos y en la orillas de los lagos, dejando la vida
nómada para ser sedentarios, surgió la agricultura,
que a su vez propició la invención de herramientas
para la misma. Con este cambio de vida surgió la propiedad
privada, de tal forma que actuando en congruencia con este nuevo
sentimiento se impuso la monogamia a la mujer para garantizar que
los hijos que la mujer tuviese fuesen del hombre que vivía
con ella y así poder garantizar que la herencia del padre
se entregase a los verdaderos hijos de éste.
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/el_origen_de_la_familia.pdf
A lo largo de la historia de la humanidad en casi todas
las culturas, se observa que la mujer siempre ha sido objeto de
discriminación, exclusión y violencia por parte del
hombre. En la mayoría de las culturas la mujer enfrenta
más restricciones que los hombres, se le castiga con
más dureza y es objeto de mayor opresión y
explotación.
En las antiguas culturas la actividad sexual se
realizaba con fines placenteros exclusivamente, se
desconocía el papel que ésta jugaba en la
reproducción, por lo cual se realizaban los actos sexuales
buscando únicamente la gratificación, el placer
sexual. Antes de que surgiera el cristianismo, en la antigua Roma
existían diversos cultos exóticos que llegaron al
imperio romano para ofrecer entretenimiento y diversión
sexual.
Recordemos que en aquellos tiempos la función del
matrimonio era fundamentalmente de reproducción de la
especie, pero que el verdadero amor no se daba entre hombres y
mujeres, sino que el amor más elevado era el amor
homosexual, el que se realizaba entre hombres. Eso es lo que se
consideraba normal en aquellas épocas. La serie de
televisión Espartaco da cuenta de ello en varias de sus
escenas.
Los primeros cristianos se separaron de esas
prácticas por considerarlas pecaminosas, es decir,
asociadas con el pecado. Los padres de la Iglesia reforzaron la
idea de que tales prácticas constituían pecados y
con el mito de Adán y Eva fortalecieron la
percepción de que la lujuria era parte del pecado
original.
En la edad media cristalizaron dos imágenes
contradictorias de la mujer y ambas influyeron en la
concepción social que se tenía de la sexualidad
femenina y en el sitio que ocupa la mujer en la
sociedad:
La primera imagen es la Virgen María como
protectora bondadosa y compasiva, merecedora de devoción
religiosa, la segunda la de Eva como la tentadora
diabólica, que inducía al pecado. Con ello se
polarizó la sexualidad de la mujer entre la imagen de la
Virgen María y la imagen de Eva, binomio que llevó
a percibir a la mujer de una de dos formas, como virgen o como
prostituta.
Esta asociación del sexo con el pecado ha
permanecido vigente durante siglos. Con ello surgió la
prostitución que lleva a que los hombres se olviden de la
moral cuando buscan gratificación sexual. El
énfasis dado a la idea de que la sexualidad solo debe
ejercerse con fines de reproducción sexual y no con fines
placenteros permitió y favoreció el desarrollo de
la prostitución.
Entonces podemos inferir que la percepción social
y pública que se tenga de la sexualidad en determinada
cultura, y en consecuencia su ejercicio en el ámbito de lo
privado, cambia en la medida que cambian los contenidos
culturales de la dinámica social (tradiciones, costumbres,
hábitos, valores, etc.)
En este sentido el estudio y educación en
sexualidad humana no es responsabilidad exclusiva de una
disciplina social, sino que la sexología debe estar basada
en una transdisciplinariedad, es decir en un enfoque que retome
la aportación particular de varias disciplinas, lo que
está entre ellas, lo que las atraviesa y lo que
está más allá de ellas.
En ese sentido, los profesionistas de las ciencias
sociales, sobre todo los de Psicología, no podemos ignorar
la problemática social que existe en torno a la
práctica de la sexualidad contemporánea y que es
provocada por la ausencia de educación sexual en el
sistema educativo formal y en las instituciones gubernamentales
de los tres niveles, federal, estatal y municipal.
Debemos atender los efectos y las causas de esta
problemática social, con nuestra contribución en la
educación, formación y actualización de
profesionales capacitados para realizar labores de
investigación sobre temas relacionados con la sexualidad,
con programas de educación en sexualidad humana y con
programas de terapia individual y grupal sobre sexualidad
humana.
Alternativas de
solución a la problemática de la
sexualidad
En nuestro país han existido diversos intentos
para abordar el estudio de la sexualidad. Distintos grupos e
instituciones privadas y publicas han tratado de integrar la
enseñanza de la sexualidad en diferentes ámbitos.
Sin embargo, estos esfuerzos no han contado con el apoyo, la
preparación y la voluntad política para implantar
el estudio de la sexualidad en el curriculum de los diferentes
niveles educativos, en forma permanente y continua.
En los hechos, se observan intentos aislados que no
conforman una estrategia real dirigida a la población en
sus aspectos relacionados con la salud y la
educación.
Si bien es cierto que en nuestro país se han dado
múltiples intentos por estudiar la sexualidad humana,
también lo es el hecho de que, por diversas causas
asociadas unas a limitantes económicas, presupuestales o a
la carencia de personal profesional debidamente preparado, ha
sido poco lo que se ha logrado conseguir en términos de
productos concretos de investigación y educación en
sexualidad humana.
Como consecuencia de lo anterior, el tópico de la
sexualidad se sigue viendo mas como un agregado secundario o
colateral en la preparación profesional de especialistas
de la salud o la educación, en lugar de ser considerado
como un problema social que reclama atención
prioritaria.
Sólo es cuestión de revisar planes de
estudio en las diferentes licenciaturas que existen en las
universidades de México para constatar la ausencia de
materias cuyo contenido incluya elementos de educación en
sexualidad humana.
También es suficiente revisar las publicaciones
periódicas de índole académica, de
divulgación científica o publicación de
libros para detectar un vacío de información sobre
investigación y educación en sexualidad
humana.
No se cuenta con una producción constante y de
calidad sobre el tema genérico de la sexualidad.
Implícitamente ello ha contribuido a importar modelos
conceptuales o de investigación de otros países a
fin de dar cuenta de nuestra propia sexualidad, sin reparar en la
singularidad de las características de la realidad
sociocultural y mucho menos sin tomar en cuenta la relatividad
sociocultural de la sexualidad humana.
Esto provoca que los profesionales interesados en este
campo recurran a la autoenseñanza y a informarse en
cursos, talleres e investigaciones diversas para obtener los
elementos básicos que les permitan ofrecer una
orientación sexual a la comunidad y en consecuencia a
brindar respuestas aisladas de solución a los efectos de
esta problemática psicosocial a través de cursos,
seminarios, talleres, consulta psicológica,
etc.
La
formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta
integral
En virtud de que el ejercicio de la sexualidad humana se
proyecta como un claro problema social que afecta a individuos,
grupos, organizaciones y comunidades sin excepción, es
urgente la implementación de una estrategia que atienda en
forma integral esta problemática social.
Hasta el momento la investigación,
educación y la terapia de la sexualidad se ha desarrollado
incipientemente con esfuerzos aislados de profesionales de la
Psicología, Medicina, Psiquiatría y
Pedagogía, los cuales se han avocado a trabajar con
esfuerzos aislados cubriendo un mínimo porcentaje de la
población a través de eventos educativos de corta
duración tales como talleres, cursos, seminarios, etc, y/o
con consultas individuales y de carácter
privado.
Sin embargo, se requiere un esfuerzo más amplio
que permita lograr una cobertura mayor en la atención a la
comunidad y éste esfuerzo no puede ser otro más que
una intervención de carácter preventivo y de corte
multidisciplinario.
Del conjunto de científicos sociales destaca el
profesional de la Psicología, ya que tiene un arsenal
teórico, metodológico y técnico para
contribuir al cambio social, tomando como punto de partida el
cambio individual.
Como profesional del comportamiento humano se diferencia
de otros científicos sociales en la medida que puede
entender la interacción e interinfluencia que existe entre
el individuo y la sociedad, desarrollando diferentes niveles de
intervención psicosocial, mismos que a continuación
se mencionan.
a) El análisis del individuo
La Psicología puede realizar un análisis
del individuo en forma singular utilizando las herramientas que
proporcionan las diversas teorías que permiten entender el
comportamiento individual. Dentro de estas teorías pueden
mencionarse las teorías de la personalidad, las
teorías del aprendizaje, las teorías de la
motivación, las teorías de la percepción,
etc. Mismas que permiten entender las diferencias individuales y
las causas que motivan el comportamiento de los individuos.
Aplicado al estudio y educación en sexualidad, podemos
identificar las formas como se desarrolla el aprendizaje sobre la
sexualidad y las actitudes hacia la misma.
b) El análisis del grupo
De igual forma, la Psicología de grupos nos
proporciona elementos para comprender la dinámica de los
grupos sociales ya que nos aporta diferentes teorías de
grupos que ayudan a entender la dinámica que impulsa el
comportamiento de los grupos sociales, tanto formales como
informales y poder impulsar cambios planeados en el
funcionamiento de los mismos aprovechando la interinfluencia
existente en los grupos sociales.
Aplicado este conocimiento e la investigación y
educación en sexualidad humana, podremos contribuir al
cambio social a través del reconocimiento y desarrollo de
nuestras actitudes hacia la sexualidad con una actitud más
sana y libre de prejuicios y lo más importante las
estrategias de educación más efectivas que por lo
regular utilizan técnicas grupales.
c) El análisis de la
organización
Partiendo de que vivimos en la era de las organizaciones
y que la sociedad contemporánea está basada en la
existencia y funcionamiento de un sinnúmero de
organizaciones que aportan servicios y productos a la comunidad,
la Psicología organizacional realiza grandes aportaciones
para la construcción de una teoría de la
organización que permite describir no solo las causas y
tendencias del comportamiento humano en el trabajo, sino
también comprender la influencia de la estructura y
cultura organizacional en la dinámica interna y externa de
cada organización, así como la comprensión
de las fuerzas externas que influyen en toda
organización.
Aplicado este conocimiento a la investigación y
educación en sexualidad humana podremos incorporar al
funcionamiento de las organizaciones la implementación de
programas de educación en sexualidad como parte del
proceso de socialización organizacional.
En el caso de las escuelas y universidades, se puede
influir para lograr un cambio social a través de la
incorporación de programas de educación en
sexualidad humana que contribuyan a la construcción de
relaciones sociales basadas en la igualdad y respeto entre
hombres y mujeres.
d) El análisis de la
institución
la Psicología puede abordar el análisis de
las instituciones que componen el sistema social, bajo una
perspectiva critica que permita evaluar su funcionamiento en
términos tales que ubique la distancia que existe entre su
discurso y su acción, para desarrollar su capacidad de
morfogénesis y lograr que tengan una estructura más
horizontal y contribuyan a través de la congruencia entre
su discurso y acción en la construcción de un mundo
donde prevalezca la justicia, la democracia y la libertad y la
democracia social.
e) El análisis de la comunidad
Desde la perspectiva de la Psicología comunitaria
, se puede contextualizar el tema de la sexualidad, como el punto
donde coinciden lo personal y lo político, de tal forma
que se eduque a la población en la defensa de sus derechos
humanos y sexuales.
Partimos de la consideración de que la sexualidad
es una actividad humana que rebasa el ámbito individual y
se ubica dentro de un marco social que regula su expresión
como cualquier otro tipo de comportamiento social, pero que a la
vez tiene un dinamismo propio que se rige por los continuos
cambios en la atmosfera sociocultural de la humanidad que le
inyectan un dinamismo inusitado, vigorizado por cambios sociales
que se presentan en forma discontinua e impredecible.
Con todo lo anterior, el Psicólogo se proyecta
como un profesional completo que no debe limitarse a atender
aspectos individuales o aislados de la sexualidad humana, sino
que debe ir más allá y enfocar su
intervención con una perspectiva integral y
multidisciplinaria para atacar no sólo los síntomas
sino también las causas que originan la
problemática psicosexual que afecta a la población
social y que se refleja en diversas
estadísticas.
Es decir, el Psicólogo debe planear e implementar
una estrategia acorde a los tiempos actuales considerando que
ante la dinamica social actual caracterizada por cambios
discontinuos e impredecibles que plantean retos nuevos y generan
incertidumbre ante el porvenir y en el proceso de toma de
decisiones, la clave del éxito en los tiempos actuales
esta en el éxito en los tiempos actuales es el desarrollo
de la capacidad para ajustarnos a las condiciones cambiantes,
experimentando y desarrollando nuevos comportamientos.
Los retos sociales exigen hoy en día respuestas
inter y multidisciplinarias, en el desarrollo de estas respuestas
en el campo de la sexualidad, el Psicólogo es uno de los
profesionales que mas elementos pueden aportar para contribuir al
cambio planeado de actitudes y de comportamientos relacionados
con nuestra sexualidad.
El común denominador de los problemas que se han
mencionado como parte de la problemática de la sexualidad
es la ausencia de educación sexual. Por lo tanto, la
necesidad de brindar educación en sexualidad humana a
todos los individuos y niveles sin excepción, se impone en
forma imperiosa y en este proceso el Psicólogo tiene mucho
que aportar.
Autor:
Oscar Yescas Dominguez Unison