- Resumen
- El saludo dentro de
los Estudios Lingüísticos - La Cortesía
Verbal como teoría
lingüística - El saludo como
manifestación de las relaciones
interpersonales - Bibliografía
Resumen
La presente investigación constituye un
acercamiento al Saludo como acto de habla y a su uso
cortés, descortés y anticortés. Para ello,
se parte de la Sociolinguística y la Pragmática
como perspectivas para el estudio, por tanto, se ofrece la
información teórica que lo sustenta.
De igual modo, se muestra una mirada hacia la
Cortesía Verbal como teoría
lingüística, con énfasis en la
descortesía y anticortesía verbal y en el saludo
como acto de habla que puede ser o no cortés,
descortés y anticortés.
El saludo dentro
de los Estudios Lingüísticos
Los estudios lingüísticos reflejan el
constante cambio que se produce en la lengua, motivado en gran
medida por el desarrollo de la humanidad y el propio uso social,
que es el que determina finalmente cómo expresarnos,
aún cuando exista una norma establecida.
En los últimos años se ha notado el
incremento del uso de formas de saludo que laceran la buena
educación formal recibida de nuestros abuelos. Se
manifiesta fundamentalmente en los individuos más
jóvenes, quienes imprimen a sus relaciones interpersonales
un alto grado de confianza, cualesquiera que sean las
circunstancias; por lo que causan, aunque no en todos los casos,
molestias e incomodidad en los receptores y demás personas
que los escuchan.
Esta temática forma parte de los estudios
actuales de Cortesía Verbal desarrollados por el
Departamento de Letras de la Universidad de Oriente. Son varios
los autores que han abordado el tema desde diferentes
perspectivas y los trabajos presentados en los distintos
Coloquios del Programa de Estudios del Discurso de
Cortesía en Español (EDICE), así lo
demuestran. Por tanto, se han tomado como antecedentes y
referencias los de mayor relación con el estudio en
cuestión. Entre ellos pueden citarse:
• "Constitución de la identidad y
anticortesía verbal entre jóvenes masculinos
hablantes de español", de Klaus Zimmermann (2003).
Aportó elementos relacionados con la anticortesía,
uno de los tópicos importantes que se analiza en el
presente proyecto.
• "Actividades de cortesía, imagen social y
contextos socioculturales: una introducción", de Diana
Bravo (2003). Analiza el factor sociocultural como muy influyente
en la producción e interpretación de los enunciados
corteses; aspecto tomado en consideración, pues se indaga
sobre las particularidades en el comportamiento social de los
jóvenes que condicionan el empleo de las formas de
saludo.
• "Cortesía vs. descortesía: un
modelo literario", de Diana Gioia (2007). Es uno de los textos
más importante desde el punto de vista teórico,
puesto que presenta toda una caracterización de la
Cortesía Verbal como teoría
lingüística. Hace alusión a las primeras
figuras interesadas en el tema y sus diferentes pensamientos, y
sus posteriores discípulos con nuevas miradas sobre el
tema. Así pues, se esquematizan estas aproximaciones en
cuatro grupos, donde queda resumida explícitamente toda la
teoría de la cual debe partirse cuando se habla de
Cortesía Verbal.
• "Hacia una categorización
sociopragmática de la cortesía, descortesía
y anticortesía. El caso de conversaciones españolas
de registro coloquial", de Bernal (2007). Se estudian los actos
de habla corteses, descorteses y anticorteses a partir de
muestras de interacciones coloquiales de vital importancia para
estudiar el saludo, pues este tipo de interacción se
caracteriza por ser representativo de uno de esos
actos.
• "Una aproximación al uso de la
cortesía verbal en la interacción entre
trabajadores del turismo y canadienses anglófonos
(Santiago de Cuba)", de Dania Rosales Fernández (2008).
También es importante en el aspecto teórico porque
profundiza en la Cortesía Verbal a través de un
acercamiento a las bases conceptuales de la Pragmática,
como disciplina en la que se enmarca, la cual sustenta desde el
punto de vista teórico este Trabajo de Diploma, pues el
objeto del estudio es la lengua en uso, que constituye la esencia
de la Pragmática.
• "El análisis de la cortesía
comunicativa: categorización pragmalingüística
de la cultura española", de Henk Haverkate (2003). Ofrece
distintas categorías de actos de habla para corroborar que
la cultura española posee la llamada "cortesía
positiva", a diferencia de otros países europeos. En este
sentido sirve de base porque, precisamente, el saludo es un acto
de habla y reafirma la espontaneidad y familiaridad presentes en
la comunicación, como muestras de esa cortesía
positiva.
Se han consultado, además, otros trabajos mucho
más relacionados con la temática que evidencian las
pocas indagaciones desarrolladas al respecto, dentro y fuera de
Cuba. Tal es el caso de: "¿Qué significa saludar?",
de Rafael Areiza Londoño y Alejandro David García
Valencia (2003), el cual aborda en su totalidad el saludo como
acto de habla y las manifestaciones de éste desde la
antigüedad hasta la evolución experimentada en
nuestros días, por lo que brinda una información
más específica sobre el objeto de estudio del
presente trabajo y "El saludo, un estudio
sociolingüístico desde la (des)cortesía verbal
en hablantes de la comunidad santiaguera de Los Hoyos", de
Yurisleidis Armela Zamora (2010).
En este último se demuestra cómo los
elementos socioculturales condicionan el uso del saludo
descortés en la comunidad Los Hoyos de Santiago de Cuba.
Este mismo propósito se asume en el presente trabajo, pero
en los repartos "Sueño" de Santiago de Cuba y "Aurora" de
Las Tunas en función de caracterizar el empleo del saludo
en los jóvenes de ambas comunidades.
1.1 Sociolingüística y Pragmática,
dos perspectivas para el estudio
lingüístico.
En este epígrafe se profundiza en los elementos
teóricos de la Sociolingüística y la
Pragmática como disciplinas lingüísticas que
ofrecen las herramientas básicas para el estudio del
saludo como un acto de habla que refleja la interacción
social de los hablantes, y de la Cortesía Verbal como
teoría lingüística, donde se incluyen la
descortesía y la anticortesía, aspectos relevantes
con los cuales se trabaja.
1.1.1 La Sociolingüística.
Varios son los estudios realizados sobre esta disciplina
lingüística que aluden a su definición y a los
aspectos esenciales de su objeto de estudio. Entre ellos se
encuentra el texto La Sociolingüística (1979), de
Gaetano Berruto, quien tiene en cuenta la concepción
"vulgata" como axioma. Esta la define como una "ciencia que
estudia la lengua no en cuanto sistema abstracto (código),
sino en cuanto instrumento central de comunicación
concretamente utilizado en comunidades sociales; y que, por
tanto, estudia las interrelaciones entre lenguaje y sociedad o
entre lengua y sociedad" (1979:15).
Para Humberto López Morales, la
sociolingüística es "el estudio de la lengua, pero en
su contexto social; es decir, el análisis de todos los
casos en que los factores sociales influyen en la lengua y en su
manejo dentro de una comunidad de habla dada" (1990 Apud Darias,
s. f.: 4). Además, esclarece que "el eje indiscutido de
los estudios sociolingüísticos es la variación
lingüística, la cual es inherente a todas las
lenguas, y arroja patrones muy bien definidos y regulares. Los
datos que se estudian deben de descubrir el comportamiento
sistemático de la variación" (Idem).
Otra investigación donde se retoma la
definición es "Algunas consideraciones sobre la
sociolingüística como ciencia y el análisis
variacionista" de José Luis Darias (s.f.) Aquí se
comenta que, en esencia, las exploraciones
sociolingüísticas profundizan en los influjos que
ejercen los aspectos sociales en la estructura de la lengua y se
distinguen dos ramas: lingüística, donde se investiga
el reflejo de los fenómenos y procesos sociales en el
sistema de la lengua, denominada sociolingüística; y
sociológica, que se ocupa del reflejo de los
fenómenos lingüísticos en los procesos
sociales. De modo que si se parte de los hechos o signos
lingüísticos, el estudio sería netamente
sociolingüístico, mientras que si se toma como base
el efecto de las relaciones sociales entre las personas sobre la
lengua, sería una inquisición
linguosociológica (Ibid: 3).
Después de haber analizado estos criterios y
otros encontrados en el proceso de búsqueda
bibliográfica se puede afirmar que el objeto de la
Sociolingüística, es el estudio del uso del lenguaje
por los hablantes, teniendo en cuenta los contextos sociales en
los cuales se desarrollan. De ahí la influencia de
factores sociales como: nivel socioeconómico, edad, sexo,
nivel de escolaridad, grupo étnico y la propia
situación comunicativa, en el empleo de la lengua, los
cuales conducen a la existencia de variaciones, estudiadas
también por la disciplina que se analiza.
Con respecto al surgimiento y posterior desarrollo de
esta, existen, de igual modo, diversos criterios. Aunque,
lógicamente, se diferencian en cuanto al año exacto
en que se adopta el término "sociolingüística"
y todas las nuevas ideas que propone. Predomina el juicio de que
en los años sesenta del siglo XX inicia el interés
por la relación lenguaje – sociedad , y que son los
autores norteamericanos, entre ellos W. Labov, Dell Hymes y Jhon
Gumperz, los más destacados en este tipo de estudios
.
Al tener claro aspectos esenciales de la
definición y surgimiento de la
sociolingüística, resulta necesario continuar
indagando en otros aspectos inherentes a ella. Francisco Moreno
Fernández considera que ella ofrece tres niveles de
análisis (Apud Andreita, s.f.:7-10): el
macrosociológico , el microsociológico y el
lingüístico .
Según este autor "la variación es el uso
alterno de formas diferentes de decir lo mismo" y "se puede
encontrar prácticamente en todos los niveles de la lengua,
desde el más concreto (fonético-fonológico)
al más amplio (discurso, por ejemplo), pasando por la
gramática y el léxico" (1999: 3-14). Por tanto,
existen cuatro tipos de variación lingüística:
fonético-fonológica, sintáctica,
léxica y en el discurso.
La variación fonético-fonológica es
la más fácil de estudiar puesto que no le
atañe lo relacionado con el significado. Los grupos de
factores lingüísticos que pueden determinar este tipo
de variación son: contextuales (siguen o anteceden a la
variable), distribucionales (lugar en que aparece el fonema) y
funcionales (naturaleza de las categorías gramaticales
donde se incluye la variable).
Sobre la variación sintáctica,
Silva-Corvalán en Sociolingüística.
Teoría y análisis (1988:98), declara que es menos
frecuente que la fonológica por la escasa frecuencia de
contextos donde ocurre el fenómeno. Esto, unido a la
dificultad en la obtención de ejemplos de uso de ambas
variantes, hace a la sintáctica más difícil
de cuantificar.
Entre las variables que se incluyen en este grupo
figuran: las de tipo morfológico (afectan la
morfología, sobre todo gramatical, pero no los niveles
pragmático y sintáctico), categorial (influyen en
la morfología, unas veces, y en la sintaxis, casi siempre,
implicando los niveles semántico y pragmático),
funcional ( están en la sintaxis y, parcialmente, en la
morfología; no se relacionan con otros factores
semánticos, sino que se hallan determinados por factores
geográficos, sociolingüísticos,
históricos y estilísticos), posicional (se trata
aquí de la entonación).
El estudio de la variación léxica busca
explicar la alternancia en el uso de formas léxicas en
determinadas condiciones lingüísticas y
extralingüísticas.
La variación en el discurso es difícil de
delimitar con respecto a la léxica y la
morfológica. El cambio de referente, de turno o el
énfasis son algunas variables de tipo discursivo. Debe
mantenerse aparte esta forma de variación pues
también hay casos de variación discursiva
fónica o léxica.
En cuanto a las líneas de estudio de la
disciplina en cuestión se plantean las siguientes:
sociolingüística interactiva, cuantitativa y la
planificación lingüística (Andreita,
op.cit.:10-11).
Resulta obvia la relación de la
Sociolingüística con otras disciplinas, por sus
tareas, objeto y campo de acción. Entre ellas se pueden
mencionar: la psicolingüística, sociología del
lenguaje, textolingüística,
etnolingüística, dialectología, la
antropología cultural, social y lingüística, y
la pragmática.
La correspondencia con esta última disciplina es
de gran interés para la indagación que se presenta,
porque factores sociales como el contexto o situación
comunicativa, la edad, el sexo y el nivel de escolaridad,
intervienen en la selección e interpretación de las
formas lingüísticas que los hablantes usarán
en sus interacciones; en este caso, para saludar. Es decir, el
medio determina cómo decir e interpretar los enunciados,
aspectos esenciales de la Pragmática.
1.1.2 La Pragmática
De manera general, la Pragmática viene
desarrollándose desde el pasado siglo XX, cuando se
renueva el interés por una lingüística
más humanística, donde la relación directa
del hombre con el lenguaje y con los otros a través de
éste, ocupa un lugar primordial, al igual que la
Sociolingüística. Se sale del ámbito puramente
lingüístico, formal, para, en este caso, adentrarse
en el mundo del uso espontáneo del lenguaje por el hombre.
Es otra disciplina lingüística que funciona como
herramienta de análisis en las diferentes investigaciones
cuyo objetivo sea el uso en sí del lenguaje y la
relación entre éste y los usuarios.
Estudia cómo los seres parlantes interpretan
enunciados en contextos, o sea, cuáles son los principios
que guían la interpretación de las enunciaciones:
relación con los participantes, el contexto
lingüístico inmediato y el entorno o situación
comunicativa, incluidas las creencias de los individuos, su
conocimiento de sí mismos, del mundo que los rodea y del
lenguaje que usan ("La Pragmática. Nuevas tendencias en
los estudios lingüísticos actuales",
s.d.e).
Es por ello que Charles Morris considera la
Pragmática como "el estudio de la relación entre
los signos y los intérpretes, por lo que se puede
interpretar no como otro componente de la teoría del
lenguaje (semejante a la fonología, la morfología,
la sintaxis), sino como una perspectiva que puede aplicarse a
cualquier aspecto de la estructura del lenguaje, puesto que la
función de estos está ligada a la
comunicación. La entonación, las muletillas, las
pausas, la elección léxica, todos los
fenómenos no categoriales, caracterizados por ser elegidos
libremente por el hablante, pueden analizarse desde la
perspectiva pragmática, al igual que los fenómenos
semánticos como la deixis y la presuposición,
así como otros aspectos de la comunicación" (Apud
Idem) .
Dicho de otro modo, la pragmática estudia la
manera intencional de producir significado mediante el lenguaje y
los principios que regulan los comportamientos
lingüísticos dedicados a la comunicación. Los
fenómenos que, hasta el momento, se consideran exclusivos
de la pragmática son: la estructura lógica de los
actos de habla, los tipos de implicación, la deixis,
ciertas estructuras discursivas y, en general, la relación
entre hablantes, discurso y contexto. Esta nueva perspectiva de
estudio se utiliza en esta investigación, puesto que se
profundiza en el saludo como una de las formas de
interacción entre los hablantes.
El campo de estudio de la pragmática no se
encuentra unificado, por lo que los análisis de esta
naturaleza muestran gran diversidad. No obstante, todos acuden a
ciertas nociones básicas: hablante-contexto-significado y
todos presentan la persistencia de encarar el análisis
lingüístico como de la comunicación humana, y
no de sistemas de signos abstraídos de su función
comunicativa (Idem).
Entre los postulados básicos sobre los cuales se
funda la pragmática se encuentran los planteados por Leech
en Principios de Pragmática: La forma lógica o
representación semántica de una oración es
diferente de su interpretación pragmática/ La
semántica estudia reglas: la pragmática estudia
principios/ Las reglas de la gramática son convencionales,
los principios de la pragmática no son convencionales,
sino motivados por los objetivos de la comunicación/ La
pragmática relaciona el significado convencional de un
enunciado con su fuerza ilocucionaria (es decir, lo que ese
enunciado hace: prometer, afirmar, etc.)/ Las categorías
de la gramática son discretas y determinadas; las de la
pragmática son generalmente continuas e indeterminadas
(Idem).
Esos postulados son de gran utilidad para la
investigación porque permiten reafirmar que con
sólo analizar el modo en que una persona saluda a otra, es
decir, la expresión que emplea, la entonación o
énfasis, los gestos, se puede saber el tipo de
relación que existe e incluso suponer una serie de ideas
alrededor de ellas. Y es que el uso espontáneo de la
lengua no es invariable o rígido, las expresiones no
siempre se interpretan de manera literal, se va más
allá en busca de lo que realmente se quiere
señalar. Por otro lado, el hablante tiene la posibilidad
de escoger, en el momento de saludar, las estructuras
lingüísticas que desee, según correspondan a
sus intereses; de ahí que se considere a la
pragmática como no convencional o preestablecida, sino
indefinida, amplia.
Se plantea que esta disciplina constituye el primer
intento de hacer, dentro de la lingüística, una
teoría del significado de las palabras en su
relación con hablantes y contextos. Trata de explicar,
entre otras cosas, en qué consiste la
interpretación de un enunciado, cuál es la
función del contexto, qué relación hay entre
el significado literal y el que comunica y cómo afecta la
función comunicativa a la gramática de las lenguas
(Idem).
El significado de la lengua en uso suele llamarse
"significado del hablante" y se caracteriza por ser intencional y
depender de las circunstancias en que se produce el acto
comunicativo. Este significado tiene una parte explícita
(la expresión) y otra implícita (lo que no se dice,
pero se comunica a través de las inferencias que debe
hacer el receptor). El "significado del hablante" es el
significado completo del enunciado, es decir, la parte
explícita y la implícita. Por lo que se concluye
que la pragmática también estudia esa
porción del significado que no es convencional o
gramatical (Idem). Este es un aspecto importante para el
análisis de las muestras de saludos en las dos comunidades
objeto de estudio.
Según María V. Escandell Vidal existe una
serie de "factores que, siendo ajenos al código
lingüístico intervienen decisivamente en el uso que
hacemos de la lengua" (s.f.: 4-5) y dentro de él, en el
acto de saludar, por lo que se tienen en cuenta para la recogida
de las muestras. Ellos son: Emisor (E): hablante que produce
intencionalmente una expresión lingüística en
un momento dado, ya sea de forma oral o escrita; Destinatario
(D): hablante al que se dirige el emisor, excluye a los oyentes
ocasionales que captan el mensaje ; Situación (S): incluye
todo aquello que, física o culturalmente, rodea el acto de
enunciación; Enunciado (e): es la expresión
lingüística que produce el emisor. Funciona como la
unidad mínima de comunicación y está
delimitada por el cambio de emisor, sin que se tengan en cuenta
otros factores estructurales, como la complejidad
sintáctica o la longitud; Intención: es el
propósito o la meta que el emisor quiere conseguir con su
enunciado; la Distancia Social o relación entre los
interlocutores (E-D, y en consecuencia, D-E), como la establecen
los patrones sociales vigentes en cada cultura.
Como ya se expresó, la tarea central de la
Pragmática es explicar, además de los principios
que regulan la interpretación de los enunciados,
cómo es posible comunicar más de lo que se dice
literalmente. Para ello son fundamentales los procesos de
inferencia, es decir, la manera mediante la cual, de la
combinación de dos o más proposiciones (premisas),
se puede extraer una proposición nueva y distinta
(conclusión).
Se ha podido apreciar cómo la Pragmática
se convierte en otra herramienta, muy útil, para este
estudio porque presta atención a la teoría de los
Actos de Habla, donde se encuentra el saludo como uno de ellos y
a lo relacionado con la Cortesía Verbal, como reguladora
del intercambio social, del cual, igualmente, forma parte el
saludo.
Lo relacionado con la cortesía, por ser esencial
para la investigación, requiere de un estudio más
profundo y amplio; por ello se abarca en epígrafes
posteriores y lo referente a los actos de habla, importante
también porque el saludo es uno de ellos, se analiza a
continuación.
1.1.2.1 Los actos de habla
Los actos de habla son considerados como:
la expresión mínima de la
comunicación mediante la cual un actor o emisor produce
enunciados que materializan la intención de despertar en
el destinatario una serie de reacciones acordes con las
expectativas expresadas o no en el acto enunciativo, dentro de un
contexto que determina necesariamente el sentido de lo dicho. El
acto de habla se construye, por tanto, dentro de una estructura
contextual, la cual enmarca la aplicación de un conjunto
de reglas para la producción de enunciados pertinentes y
adecuados en eventos dialógicos (Londoño,
2003:.2).
Existen otras definiciones, importantes también,
porque ofrecen elementos precisos al respecto, entre
ellas:
• son "la producción o emisión de una
´instancia´ de una oración bajo ciertas
condiciones" (Searle, 1980:16 Apud Vega, 2003:1).
• pueden verse como las unidades básicas de
la comunicación. En este sentido, no difieren de los
enunciados. En la denominación de actos de habla se pone
énfasis en una propiedad esencial de la
comunicación: comunicarse es una forma de actividad, y,
por lo tanto, cada enunciado realiza un tipo particular de
acción (Escandell, s.f.:8).
Lo cierto es que, como su nombre lo indica, el acto de
habla es la expresión por medio de la cual el hablante
lleva a cabo una acción que puede ser solicitar
información u ofrecerla, disculparse, expresar
indiferencia, agrado o desagrado, amenazar, invitar, rogar,
saludar, entre otros; puede ser oral o escrito e implica una
interacción entre los individuos.
La idea de concebir los enunciados como acción
representa, según Escandell, una de las direcciones de
estudio más importantes en el desarrollo histórico
de la Pragmática, especialmente a partir de los trabajos
de Austin y Searle. Mientras que Austin pone el énfasis en
la idea de acción, Searle se centra más en el
carácter convencional de los actos de habla y en las
relaciones entre forma lingüística y acto de habla
(Idem).
Xavier Frías Conde (2001:12) plantea que
según Austin los actos de habla llevan asociados dos
conceptos que él llamó el significado (lo que dicen
las palabras) y la fuerza (lo que hacen las palabras: afirmar,
jurar, pedir, ordenar) Todo esto se produce en tres actos o
fuerzas en conjunción, que son las que dan lugar a
cualquier acto de habla:
• la locutoria (el significado) donde las reglas
gramaticales se presentan normalmente.
• la ilocutoria (la fuerza) a partir de la cual la
fuerza locutoria adquiere una carga de información que
hará que el enunciado alcance valores de
declaración, promesa, prohibición. Es decir,
evidencia la intención del emisor.
• la perlocutoria (la influencia) que produce una
respuesta en el receptor a partir de un enunciado.
Por ejemplo: A y B llevan largo rato caminando y se
aproximan a un parque:
A: ¡Qué cansada estoy!
Inmediatamente B propone descansar en el
parque.
En esta situación están presentes las tres
fuerzas o actos, la locutiva por el sólo hecho de enunciar
la frase; la ilocutiva en la intervención de A, pues
necesita descansar en el parque y lo declara de ese modo a B, es
evidente que en su enunciado hay una intención; y la
perlocutiva, porque B reaccionó en correspondencia con la
intención de A.
Se hace referencia a estos actos o fuerzas puesto que,
como bien expresara Austin son los que dan lugar a cualquier acto
de habla, por lo cual el saludo no queda exento. Al respecto, es
válido señalar las disímiles ocasiones en
que se saluda de una manera para obtener algo a cambio y se
consigue; ello muestra el empleo de la fuerza ilocutiva y
perlocutiva.
Searle (1975) agrupó y clasificó los
diferentes tipos de acción en cinco categorías
básicas: actos asertivos o expositivos: el emisor pretende
reflejar el estado de cosas del mundo ; actos directivos: el
emisor pretende que el destinatario lleve a cabo una determinada
acción ; actos compromisivos: el emisor manifiesta su
compromiso de realizar una determinada acción ; actos
declarativos: el emisor produce cambios en el mundo en virtud de
la autoridad que le ha sido otorgada ; actos expresivos: el
emisor manifiesta su estado de ánimo con respecto a algo
(Escandell, s.f.:8).
Henk Haverkate amplía o modifica esta
clasificación de Searle y propone tres tipos de actos de
habla: actos del discurso, actos paralinguísticos y actos
metapragmáticos (2002:61).
Los actos del discurso responden a situaciones
comunicativas concretas y son de extensión variable,
ejemplo de ellos son las llamadas parejas adyacentes pregunta y
contestación, cumplido y respuesta, argumento y
contraargumento. Lo conforman tres clases de actos: los actos
asertivos, directivos y expresivos:
• actos asertivos o expositivos: su objeto
ilocutivo se define como la intención del locutor de
asumir la responsabilidad por la verdad de lo que asevera. Dentro
de ellos se encuentra la repetición léxica, una
estrategia discursiva enfática que tiene como fin insistir
en la importancia de una información o punto de vista
emitido en una fase anterior de la conversación, y la
ironía, cuya esencia radica en que el hablante manipula el
valor veritativo de lo que asevera, o sea, comunica lo contrario
de lo que cree (Ibid: 62-63).
• actos directivos: el emisor pretende influir en
el comportamiento intencional del interlocutor de forma que
éste lleve a cabo la acción descrita por el
contenido proposicional del enunciado. En él se distinguen
dos variantes fundamentales: el ruego y la orden (Ibid:
65-66).
• actos expresivos: su objeto ilocutivo es la
expresión de un estado psicológico del hablante,
causado por un cambio en el mundo que atañe al
interlocutor o al hablante mismo (Ibid: 66-67). El autor estudia
aquí, particularmente, el agradecimiento y el cumplido, lo
que no quiere decir que sean los únicos actos expresivos,
sino que son tantos como estados psicológicos experimenta
el hablante; en dependencia de estos será el grado de
expresividad del acto.
Los actos paralingüísticos se bifurcan en
dos subclases fundamentales: actos cinésicos y actos
proxémicos, cuyo objeto es repartir el espacio
físico entre los interlocutores en el lugar donde se
desarrolla el intercambio verbal. El comportamiento
proxémico de las personas muestra notables diferencias
culturales, pues los locutores árabes e hispanoamericanos
prefieren una distancia interaccional relativamente corta,
mientras que los suecos, británicos y norteamericanos
eligen ocupar un espacio físico más amplio. De ello
Haverkate concluye que existen culturas de solidaridad y de
distanciamiento, y establece la tesis de que a mayor distancia
espacial corresponde mayor necesidad de guardar privacidad y
autonomía y viceversa (Ibid: 68-69).
Y los actos metapragmáticos son actos realizados
dentro del marco de la etiqueta conversacional (Ibid: 69). El
autor escoge como ejemplo "la tolerancia a las interrupciones
conversacionales" (Idem) que no se manifiesta de igual modo en
las diferentes culturas, pues en casos como el de Panamá
(en pueblos indígenas) se prohíbe la
interrupción del interlocutor cuando está hablando;
sin embargo, en España se acepta la interrupción,
los monólogos simultáneos y las contribuciones
naturales al intercambio verbal. Esto se debe, según el
autor, a que la duplicidad de turnos y las interrupciones son
interpretadas como señales de solidaridad, que reflejan
empatía e interés por el interlocutor a
través del contacto verbal (Idem).
Searle también esboza una clasificación de
los actos de habla en:
• actos directos: donde coinciden el aspecto
locutivo e ilocutivo, es decir, se expresa directamente la
intención.
• actos indirectos: no coinciden el aspecto
locutivo e ilocutivo, por lo que la finalidad de la
oración es distinta a lo que se expresa
directamente.
Areiza Londoño ofrece otra tipificación
según la secuencia de aparición de un acto de habla
y el rol de los actores enfrascados en la relación social
recíproca:
• actos fáticos: donde se ubica el saludo y
su contestación, el agradecimiento y la
despedida.
• actos con valor significativo mayor: se encuentra
el acto de preguntar y de dar la dirección
(2000:1).
El acto de habla saludar, en nuestro contexto, es una
constante comunicativa y una práctica cotidiana al
servicio de la relación social, que simultáneamente
actúa a la manera de catalizador de las relaciones
establecidas y de apertura de cualquier evento interpersonal en
el que el hecho lingüístico es relativamente marginal
con relación a la actitud que se tiene con respecto al
otro en el momento del encuentro, momento en el cual se magnifica
la relación, se refrendan los afectos y se reconocen los
interlocutores. Las formas lingüísticas adoptadas,
para la materialización de este acto de habla,
están en función de una serie de factores macro y
microcontextuales que determinan enunciaciones que caracterizan
nuestra integralidad sémica cultural (Londoño,
2005: 94).
Se ha profundizado en criterios de diferentes e
importantes autores acerca de los actos de habla, para obtener
una información amplia y precisa, dentro de la cual puede
insertarse el estudio del saludo, debido a que constituye un acto
expresivo, en dependencia del estado anímico del hablante
y de sus intenciones con respecto a la persona con que
interactúa.
Por otra parte, del nivel de intimidad o afecto que
posean las relaciones interpersonales entre los individuos,
dependerá la proximidad o distanciamiento físico y
los gestos o movimientos corporales, al efectuar el
saludo.
Sin embargo se puede afirmar que este es uno de los
actos más frecuentes en la interacción humana y
mucho más en nuestra sociedad donde, en la mayoría
de sus regiones, se saluda varias veces en el día; es
directo, expresivo y fático, aunque esto último
depende del hablante pues no todos saludan con el mismo grado de
efusividad o énfasis.
Tanto la teoría de los actos de habla como lo
relativo a la cortesía son aspectos ineludibles dentro de
la Pragmática, disciplina lingüística que
complementa y se nutre de la Sociolingüística, de
modo que no pueden verse desligadas.
1.1.3 Relaciones interdisciplinarias
Después de haber profundizado en aspectos
esenciales de ambas disciplinas lingüísticas se pudo
constatar la estrecha relación que existe entre ellas, a
tal punto que no se pueden ver desligadas, sino que se
complementan una a la otra. En primera instancia parten de un
elemento común: la comunicación y estudian, de un
modo u otro, todos los elementos que componen este proceso, dando
siempre mayor importancia al enunciado lingüístico,
pues constituye la esencia de ambas disciplinas.
La Pragmática facilita el acercamiento a la
manera en que el hablante conforma su discurso, o sea, las formas
lingüísticas que selecciona para expresarse en las
diferentes situaciones comunicativas y de ahí, a
cómo es interpretado ese discurso por el destinatario; es
decir, qué principios rigen su asimilación. A la
vez, en esa elección lingüística influye
fuertemente una serie de factores extralingüísticos o
sociales como el sexo del individuo, la edad, el nivel de
instrucción, su procedencia social, entre otros, y es
aquí donde comienza a funcionar la
Sociolingüística, pues se habla ya de la
relación entre lengua y sociedad. Pero su función
no concluye aún, porque además de atender esta
correspondencia, profundiza en la diversidad de esas formas
lingüísticas, debido a que no todos los hablantes
usan los mismos términos aunque se encuentren en igual
situación. Por tanto, es innegable la afinidad entre
dichos terrenos de estudio lingüístico.
En este epígrafe se han ilustrado las materias
teóricas que sustentan el estudio, con el objetivo de
discernir, dentro de ellas, los elementos que funcionan como
herramientas básicas para el análisis de las
muestras e interpretación de los resultados. El saludo es
un acto comunicativo frecuente e inherente a las relaciones
interpersonales; en su realización influyen factores
extralingüísticos o sociales, como ya se
analizó, los cuales condicionan las distintas formas
lingüísticas en que se manifiestan. De igual modo,
responde a una espontaneidad propia de la lengua en uso o
cotidiana, y no siempre su significado es literal, sino que se
puede interpretar a partir de las inferencias o implicaturas, que
permiten obtener una parte del mensaje que se halla oculta u
oscura; todo ello es posible gracias a la
Pragmática.
Esta última engloba también lo relacionado
con la teoría de los actos de habla (tratada por
diferentes autores), donde se incluye el saludo como uno de
ellos. Por medio de la enunciación de este acto de habla,
expresivo y fático en la mayoría de los casos, se
hace palpable la posesión, por parte del hablante, de una
educación formal adecuada, donde el respeto y la
cortesía, para con las demás personas, son
insoslayables. Para conocer de qué manera se revela la
cortesía cuando se saluda se propone el siguiente apartado
relacionado, en su totalidad, con esta
temática.
La
Cortesía Verbal como teoría
lingüística
En este epígrafe se aborda lo concerniente a la
Cortesía Verbal como teoría
lingüística, por lo que se muestra una breve
caracterización a partir de los autores que inician su
estudio y lo que al respecto proponen. Se profundiza
también en dos fenómenos inherentes a ella: la
descortesía y la anticortesía, con su respectiva
definición y rasgos fundamentales. De toda esta
información se señala y explica lo que, obviamente,
resulta apropiado para la indagación.
1.2.1 Generalidades
Múltiples son las investigaciones realizadas,
cuyo centro es la Cortesía Verbal, a tal punto, que esta
temática se ha convertido en una de las direcciones del
estudio lingüístico actual, debido a la riqueza de
fenómenos que pueden estudiarse como parte de
ella.
En el caso de "Una aproximación al uso de la
cortesía verbal en la interacción entre
trabajadores del turismo y canadienses anglófonos
(Santiago de Cuba)" (Rosales Fernández, 2008), se pudo
conocer que la percepción actual que se tiene de
cortesía (como forma adecuada de comportamiento) data de
la Edad Media, pues se empleaba en la vida cortesana para
referirse al sistema de modales del séquito de reyes y
nobles que los distinguían socialmente del pueblo, ocupado
mucho más en las cuestiones de subsistencia
(Ibid:10).
También se plantea que la finalidad de la
cortesía verbal "no es garantizar una mejor
transmisión de la información sino regular el
comportamiento de los interlocutores en la conversación,
suavizando o salvando posibles conflictos de intereses y
permitiendo una relación basada en la cordialidad y la
cooperación mutuas"(Ibid.:12).
Según este trabajo, existen diferentes criterios
como el de Silva-Corvalán y otros autores que toman el uso
de la cortesía como una manera de lograr que alguien haga
algo o reaccione de algún modo; o sea, que el uso de la
lengua de manera cortés permite hacer preguntas, saludar,
disculpar…, entre otros actos de habla o unidades
mínimas de la comunicación verbal. El emisor tiene
la posibilidad de construir su parlamento de acuerdo con lo que
quiere lograr de su destinatario, y la cortesía es una
herramienta en este proceso (S. Corvalán, 2007:195-196
Apud Rosales Fernández, 2008:12).
Por esto se considera la Pragmática como la
disciplina que enseña a los hablantes a seleccionar el
acto de habla más apropiado para el contexto y la
cortesía como una estrategia comunicativa que facilita el
entendimiento de los enunciados emitidos y, por ende, el
éxito de la comunicación en sí
(Idem).
Se traza el inicio del estudio de la Cortesía
Verbal como teoría lingüística, en los
trabajos:
A- que toman como punto de partida el Principio de
Cooperación de Grice (1975): Lakoff (1973, 1989), Leech
(1980).
B- de Brown y Levinson (1987).
C- de Fraser y Nolen (1981).
D- la relación entre cortesía y relevancia
de Sperber y Wilson (1986).
De ellos los que más contribuyen a este estudio
son los de Grice y Leech.
El Principio de Cooperación de Grice (1967, 1975)
propone cuatro máximas esenciales para el desarrollo
efectivo del acto comunicativo: de cantidad, tiene que ver con la
información que se brinda; de calidad, lo que se diga debe
ser verdadero; de relación, lo que se exprese relacionado
con el tema debe ser relevante y de modalidad, la manera en que
se exponen las ideas. Además de estas hay otra, la de ser
cortés.
Dichas máximas son generales y precisan derechos
y obligaciones en los interlocutores que, de igual modo, son
universales; sin embargo, en el momento de la
interpretación de si se han violado o no, pueden ocurrir
inconvenientes, debido a que en esto influyen el oyente y las
convenciones de cortesía de su cultura.
Este principio permite conocer elementos fundamentales
para la exitosa comunicación humana; en ella ocupa un
lugar importante el empleo de formas corteses, puesto que
garantizan la buena acogida del mensaje por los receptores y, por
ende, la conclusión feliz del intercambio comunicativo. El
empleo del saludo es uno de los modos de materializar la
cortesía, siempre y cuando se coopere con el destinatario,
es decir, se respete su imagen pública o sensibilidad e
integridad.
Leech (1980) parte también de este principio para
proponer un Principio de Cortesía que contiene dos
vertientes: una negativa que se orienta a minimizar la
expresión de comportamientos corteses y otra positiva, la
cual maximiza la expresión de comportamientos corteses.
Este principio mantiene el equilibrio social y las relaciones
amistosas que permiten que los hablantes asuman a sus
interlocutores como cooperativos, y complementa el de
Cooperación de Grice. Además contiene siete
máximas: de tacto, generosidad, aprobación,
modestia, acuerdo, solidaridad y fática (Gioia, 2007: 4)
.
Esta temática posee gran importancia para la
investigación porque un acto comunicativo tan sencillo
como el saludo podrá asumirse como cortés si
comprende todas estas máximas y en el momento de estudiar
las muestras serán tenidas en cuenta para llegar a
conclusiones.
Por otra parte, Leech hace una diferenciación
entre cortesía absoluta o contenido proposicional del acto
de habla, y cortesía relativa o contexto en el que se
sitúa el acto de habla. Por lo que clasifica los actos
como inherentemente descorteses (órdenes) e inherentemente
corteses (ofrecimientos) (Gioia, 2007:4).
Según Leech, en la interacción los
hablantes persiguen unos objetivos ilocutivos, aquello que se
trata de expresar, y unos fines sociales, la posición que
adopta el hablante. En esto el Principio de Cortesía
funciona para mantener el equilibrio social y las relaciones
amistosas que permiten que se asuma que los hablantes son
cooperativos (Martínez Cabeza, s.d.e Apud Molina Redondo y
Luque Durán, 1997: 231-244)
Esto se manifiesta claramente en el saludo porque el
término ilocutivo presupone "efecto que quiere lograrse en
el interlocutor" y para ello, la posición social que ocupa
el hablante varía (de acuerdo con el efecto que desea
lograr), así pues, si desea pedir o invitar se pone al
mismo nivel que su receptor; en cambio, si desea acusar, ordenar
o reprender, se pone por encima; los casos en que se agradece o
se pide disculpas, la posición del hablante puede asumirse
como inferior, pero ello no es absoluto, su interpretación
es personal.
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