Si este odio permanece consciente puede
desencadenar una poderosa fuerza revolucionaria; hace que el
individuo rompa sus ataduras familiares y pueda convertirse en
energía motriz para intervenciones racionales contra las
causas reales de ese odio.
Si por el contrario, el odio es reprimido,
conduce a exteriorizaciones inversas: la fidelidad ciega y la
obediencia infantil patológica. estas actitudes
constituyen más tarde un inconveniente grave para aquellas
personas que quieran alistarse en un movimiento
liberal.
Tal tipo de individuos podrá muy
bien abogar por la libertad total y, al mismo tiempo, enviar a
sus hijos a la catequesis dominical o formar parte ellos mismos
de una asociación parroquial para "no hacer sufrir a sus
ancianos padres", aunque todo eso vaya en contra de sus
convicciones.
Presentará todos los síntomas
de indecisión y dependencia, consecuencia de su
fijación a la familia.
No es un buen militante de la
libertad.
Capitalismo,
represión sexual y neurosis
El instrumento ideológico más
importante de las clases dominantes lo constituye la moral sexual
autoritaria existente.
Gracias a esta moral antivida se produce la
neurosis y la psicosis.
Antes de que naciéramos, nuestros
padres, educados en la moral judeo-cristiana, han sido
programados para que, cuando lleguemos a este mundo, seamos
víctimas de ese tipo de educación, en el que se nos
niega la libertad y el placer.
Desde nuestros primeros días de vida
comenzamos a sufrir la represión sexual, cuando nuestros
padres nos prohíben gozar con nuestro cuerpo y en especial
con nuestros labios.
Los tormentos que nos aplican como el de
agregar picante a nuestros dedos o el de amarrarnos las manos con
el fin de que no nos chupemos los dedos, son la primera
manifestación de una serie de sufrimientos que tendremos a
lo largo de nuestra vida.
Una vez en la escuela tendremos que
adaptarnos a otra serie de injusticias y tormentos productos del
autoritarismo y moral sexual imperante.
Los exámenes, por ejemplo, son en
realidad un tormento en los que muchos maestros gozan
sádicamente y en el que nosotros quedamos alterados de
nuestros nervios, hasta el grado de quedarnos traumados al
sólo escuchar que nos aplicarán un
examen.
La escuela también es el medio
utilizado por la clase dominante para adaptarnos a la sociedad
enferma y si no nos adaptamos al sistema social, entonces se nos
diagnosticará locura y seremos internados en un
manicomio.
La escuela, bajo el capitalismo y el
socialismo burocrático, es el lugar en donde se nos
enseña a subsistir en el manicomio social. a veces la
enseñanza falla y se traslada al educando al
pequeño manicomio.
La fábrica y la oficina son los
espacios en los que el vampirismo, de los sistemas sociales
mencionados, se oculta, toma forma de ideología y se
pierde en el misterio de la noche.
al que no produce plusvalía (tiempo
de trabajo que roba legalmente el patrón), lo excluyen o
recluyen en el pequeño manicomio.
el diagnóstico psiquiátrico,
arma política de la locura fascista, sea de derecha o de
izquierda, tiene como fin asustar y castigar a todo hombre o
mujer rebelde que no acepte autoridad o injusticia alguna, ni
desee con su sangre, incrementar el poder monetario y
político de las clases dominantes.
el trabajo neurótico asalariado es
el eslabón que nos encadena al gran manicomio social
capitalista.
en conclusión, la burguesía
tiene sus capataces: el opio moral, el religioso, el
futbolístico y otras ideologías disfrazadas de
libertad.
Orden manicomial
y orden capitalista
El manicomio es uno de esos momentos
sociológicos fundamentales. lugar precioso de aprendizaje
de la realidad social, de aprehensión de sus verdaderos
valores, si se quiere una espléndida escuela
sociopolítica.
Los manicomios pueden enseñarnos
muchas cosas sobre una sociedad donde el oprimido está
cada vez más lejos de las causas y de los mecanismos de la
opresión.
Es que el manicomio una de esas situaciones
límite en las que precisamente por serlo, afloran, de
manera más clara y patente las verdaderas coordenadas del
orden social capitalista y sus contradicciones fuertemente
empañadas, habitualmente, por la
ideología.
El manicomio es, históricamente, el
espacio de la locura, representa la negación absoluta a
una serie de valores esenciales al orden social
establecido.
El loco es internado porque su locura lo
hace inaceptable socialmente, para la familia, para el
médico y para el poder gobernante, ya que traspasa el
límite de lo establecido.
El manicomio encierra toda la locura del
mundo, pero además, establece con ella un doble
vínculo: en primer lugar, la excluye, la separa del mundo
de los normales para, después, internarla, domesticarla en
un severo trabajo de reeducacion del loco.
Esta doble funcionalidad del manicomio,
constituye así, un real sentido y significación
sociales.
Por una parte encierra, excluye y segrega
la locura que el loco vive, en tanto que ésta ha llegado a
ser una situación límite respecto a la norma social
establecida.
Por otra parte, se organiza en
función de la locura y consecuentemente, lleva al
límite la norma, con la esperanza de paliar ese error de
educación que es el loco y su locura.
La educación en el sistema
capitalista está religiosamente orientado por la doble
conceptuación de bueno-malo, conveniente-inconveniente,
provechoso-perjudicial, positivo-negativo, hasta llegar al
productivo-improductivo.
En general se afirma el primer
término para negar el segundo, por cuanto el signo de lo
productivo se hace norma e impone sus valores: la eficacia, el
orden, la autoridad, la responsabilidad, valores todos que
precisa el sistema como una condición más de su
existencia, para los cuales el proceso educativo intenta lograr
un consenso generalizado a nivel individual.
La función de la educación
capitalista es conseguir la interiorización de dichos
valores, funcionales al sistema, a la vez que, en el mismo
proceso, se excluye y niega los valores signados como
improductivos, tales: la ineficacia, el desorden, la
desobediencia, la irresponsabilidad, la irracionalidad, o lo que
es lo mismo, con otras palabras, el inconsciente, su ello y su
deseo.
La educación es una condición
de existencia del sistema social capitalista, que en
última instancia tiene como objetivo la afirmación
de los valores a nivel psíquico, y exclusión,
repudio y negación de todo valor improductivo.
El proceso educativo está dirigido
tendenciosamente a alcanzar aquellos objetivos. y digo
"tendenciosamente", por cuanto caben en él fisuras y
fracasos.
En este sentido puede hablarse de errores
de educación.
Todos los sectores dominados o marginados
serían la expresión de estos "errores", y el
producto de uno de ellos sería la locura.
Que el loco es, en la perspectiva del
sistema capitalista, el extremo remate del "mal educado", lo
confirma la cotidiana confusión que entre locura y mala
educación nos propone la conciencia monjil, tan
ampliamente introyectada en la psiquiatría
manicomial.
Y siendo el loco y su locura un "error de
educación", es lógico que sean tratados con la
reeducación.
Excluidos en cuanto representan los valores
improductivos, propuestos como objetos a reeducar en la medida
que se pudieran ser devueltos a los valores
productivos.
El real problema del manicomio no es
sólo y exclusivamente la violencia abierta y directa
(celdas y pabellones de castigo, hábitat inhumano,
tratamiento represivo, etc.), sino su organización (fiel
reflejo de la organización social), que incluye otro tipo
de violencia: la de la técnica terapéutica
reeducativa, unas técnicas muy rudimentarias, comparables
a las técnicas pedagógicas-educativas, creadas en
torno al principio de la "letra con sangre entra".
Las nuevas técnicas
psiquiátricas siguen considerando al loco y su locura como
un error que necesariamente hay que subsanar, desde la
perspectiva de quienes están en la norma.
La violencia persiste por cuanto ha estado
encerrada siempre en el principio básico, a saber: el loco
y su locura deben ser normalizados.
También al loco se le define como
"desordenado", incapaz de mantener un orden o norma de sus actos,
hábitos o costumbres por lo que, en su aislamiento
manicomial, se le debe imponer una rígida
coordinación de su vida cotidiana, negándole a
través de ella toda libertad de iniciativa y toda
espontaneidad que, por "tender al desorden", serían
"perjudiciales".
El loco es, por definición, un ser
capaz de violar los principios y reglas de la moral sexual o
incapaz de relacionarse más allá de una serie de
extravíos, abusos y perversiones sexuales, y por ello el
manicomio debe incluir la estricta separación de los sexos
y con ello la negación de su libertad sexual.
El loco queda también definido como
improductivo, por lo que el espacio manicomial debe organizarse
sobre la ideología del trabajo.
En el orden manicomial capitalista es
imposible separar la doble función de exclusión y
reeducación.
La "necesidad" de reeducación sirve
de base ideológica para justificar la exclusión (se
excluye para reeducar, se reeduca excluyendo).
Igualmente, es imposible deslindar la
violencia implícita en una u otra función: el
encierro, tal como muchas veces se ha comprobado en la
práctica cotidiana, no es un acto gratuito sino la
expresión de un rechazo.
El sistema organizativo manicomial que
reemplaza al exterior para la reeducación del loco no es
sino la consumación organizada de este rechazo,
racionalizado en la perspectiva de la ideología
médica.
Fuera y dentro del manicomio, la locura, en
cuanto se significa como diferencia, es juzgada y castigada. y se
juzga mediante un juicio en el que sería ingenuo decir que
no hay juez, abogado ni testigo, porque todas estas funciones
están recogidas en una sola figura: la del médico
cuyo poder ha quedado establecido por un contrato social que le
hace garante de la norma.
Desde finales del siglo XVIII el
certificado médico ha llegado a ser obligatorio para
internar a los locos. en el interior mismo del manicomio, el
médico ocupa un lugar preponderante en la medida en que
instala la locura como un espacio médico.
La intervención del médico no
es realizada en virtud de un saber o de un poder medicinal que
él tuviera como algo propio y que estaría
justificado por un conjunto de conocimientos
objetivos.
No es en su calidad de "sabio" como el
"homo medicus" posee autoridad dentro del manicomio, sino como
prudente.
Si se exige la profesión medica, es
como garantía jurídica y moral, no como titulo
científico.
La repetida inmersión en el agua
hasta segundos antes de perecer ahogados, la producción de
dolorosos absesos mediante la inyección de substancias
tales como la trementina, las lobotomías, el
electrochoque, el encierro y el aislamiento, la separación
de los sexos, la puntual y la
monótona organización de la
vida cotidiana, la ideología del trabajo y la
"laborterapia" etc., son ejemplos de violencia que "el loco" debe
soportar desde la perspectiva de su "tratamiento". sin alguno osa
contestar a estas violencias es su locura la que
contesta.
Desde el "tratamiento moral", del siglo
XIX, hasta las modernas técnicas analíticas de la
psiquiatría institucional, el encuentro de la
ideología médica, y el confinamiento de la locura,
sólo han sido un, más o menos sutil encubrimiento
de la violencia necesaria para domesticar al loco; acallarlo,
silenciar su locura. en la historia del manicomio aparece la
palabra del psiquiatra y con ella el orden capitalista: los
valores y la moral de la clase dominante. cuando ha querido
surgir la palabra de la locura (schreber).
Se ha hecho patente la unión de la
psiquiatría con el poder político
burgués.
Los psiquiatras se han unido con el estado
y la moral para acallar la rebeldía
salvajemente.
Capitalismo,
autoritarismo familiar y locura
Al principio de este siglo se
publicó un libro que con el tiempo sería el caso
clínico más estudiado por psicólogos y
psiquiatras.
Me refiero a las memorias del dr. schreber,
quien enloqueció a los 42 años de edad,
recuperándose luego y volviendo a enloquecer ocho
años y medio después.
Los especialistas en enfermedades mentales
consideran este caso clínico enmarcado, en lo general,
dentro de la psicosis.
El padre de schreber, que supervisó
su educación, fue un destacado médico y pedagogo
alemán, su influencia sobre la vida del hijo fue muy
grande. ante la época "blanda y decadente", debido a la
laxitud de la educación y la disciplina de los
niños en el hogar y en la escuela.
Se propuso combatir la flojera de su
época mediante un complejo sistema de educación
infantil, cuyo fin era hacer a los niños obedientes y
sumisos a los adultos.
Las ideas del padre de schreber acerca de
la vida familiar reflejan, como una caricatura en miniatura, las
ideas ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su
actual etapa de decadencia.
Los varones adultos tienen que ser
dominantes, la sexualidad de los niños y adolescentes
tiene que se dominada.
Los padres, por ignorantes,
fanáticos e intolerantes que sean, tienen que supervisar
la moral de sus vástagos hasta, por lo menos, el final de
la adolescencia.
Los niños tienen que aprender pronto
a someterse, a menudo, sin críticas a la voluntad de sus
padres, con el fin de adaptarse a la sociedad actual capitalista,
donde también deberán someterse sumisamente a las
injusticias del autoritarismo.
El pedagogo alemán schreber,
afirmó que los padres de familia deben inculcar el amor
hacia dios, padre de la humanidad y el amor al padre, dios de los
hijos.
El dr. schreber pensaba que los padres
debían restringir la libertad de sus hijos mediante
severas disciplinas en aras de la salud; moral, mental y
física.
Creía que los niños son
criminales o enfermos mentales desde su nacimiento, o que con
seguridad llegarían a serlo si no se les rescataba a
tiempo.
Proponía, entre otras medidas, que
los padres se reuniesen, constantemente, con el fin de controlar
mejor la conciencia de los niños.
Este pedagogo alemán,
pretendía saber, como los conductistas, lo que es bueno,
elevado, correcto y fino y lo que no es.
En otras palabras se tomaba atribuciones de
un dios que guía a su pueblo elegido.
Schreber, como todos los maestros y padres
autoritarios, luchaba contra la "mala" conducta infantil, que
consiste en las manifestaciones naturales del
niño.
Luchaba contra la sensualidad y la
sexualidad, la adolescencia, la blandura y la cobardía,
pues según él, llevaba a los individuos a las
depresiones, enfermedades mentales y suicidios.
Aplicando sus métodos
inquisitorios-pedagógicos, (parecidos a los métodos
fascistas), a sus hijos, logró lo que quería
erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio
fue la salida de uno de ellos.
Pensaba que el padre debe enseñar a
sus hijos lo que es bueno y justo desde edad temprana.
Los buenos hábitos según
él, deben ser producidos y controlados por el
padre.
Acostumbrar a un niño significa
programarlo para que obedezca, sumisamente, las órdenes de
los padres, maestros, patrones y la clase dominante
capitalista.
Educar un niño, según
schreber, significa imponer una regla sobre cada detalle de su
vida, sobre cada pensamiento y actividad cotidiana del individuo,
preparándolo así para que la ideología
dominante y las figuras autoritarias, como los maestros,
patrones, líderes sindicales y gobernantes, determinen su
existencia alienada y neurótica.
La finalidad de este tipo de
pedagogía autoritaria, propia del sistema capitalista, es
la de lograr que el niño, y luego el adulto, sea un sumiso
y obediente incondicional.
Si llegara a surgir la desobediencia,
deberá ser aplacada, mejor dicho aplastada, hasta
convertirla en una toral sumisión, empleando, si fueran
necesarios, los castigos corporales.
El psicoanálisis ha demostrado que
los modelos de relaciones personales grabados en los
niños, desde su tierna infancia, suelen permanecer para
toda la vida.
Los individuos repiten inconscientemente
formas de relaciones sociales de sumisión a la autoridad,
que le fueron programados desde pequeños.
Existe la paradójica
situación que este tipo de pedagogía divide,
aliena, enloquece al ser humano, al lograr que éste
considere que su programación para la sumisión no
le fue impuesta por unos padres y la clase dominante capitalista,
sino que él, conscientemente, en "libertad", se
programó a sí mismo.
La sociedad
capitalista produce neurosis y locura
La sociedad capitalista, bajo la cual
arrastramos nuestra existencia, es una sociedad neurótica
que produce neurosis a escala masiva y la fábrica de dicha
personalidad es la familia.
Es tal la cantidad de neuróticos que
arrastran su vida en el planeta tierra, que se ha llegado a
pensar que los que sufren tal anomalía son sanos y
normales.
Ahora bien ¿cuál es el
mecanismo utilizado por la sociedad para producir la
neurosis?
El mecanismo según freud se llama
complejo de Edipo.
Este complejo consiste en el deseo del
niño hacia su madre y el odio hacia el padre.
Para "superar" este complejo es necesario
que el pequeño se identifique con el enemigo, es decir,
querer ser como el padre neurótico, y cuando lo consigue
se adapta a la sociedad.
Una vez adaptado será un
neurótico más que reproducirá el sistema
capitalista, no sólo en lo económico por medio de
la plusvalía (trabajo no pagado por el patrón),
sino por medio de su conducta sumisa y adaptada.
Después que ha aceptado el individuo
su destino, ser ingeniero, médico, abogado, etc., el
camino que recorre para lograrlo está lleno de buenos
propósitos y carente de obstáculos.
En cambio el camino al cielo está
lleno de espinas y se corre el peligro de ser diagnosticado de
loco.
Este camino lo eligen aquellos que deciden
no aceptar la domesticación social.
En otras palabras, la sociedad capitalista
produce masivamente neuróticos adaptados al sistema,
disfrazados de sanos.
Para el capitalismo es sano aquel que
produce ganancias y consume las mercancías
veneno;
Asiste a la escuela, es asalariado, tiene
una esposa, una tv., unos hijos y, por lo menos, una
amante.
Ahora bien ¿cómo es producida
la locura? según los anti-psiquiatras, la
psiquiatría es una ideología de la clase dominante,
es decir, aquel individuo que no acepta esta sociedad
neurótica, no produce ganancias, ni se casa por las 3
leyes, ni asiste a la iglesia, es clasificado y diagnosticado
como enfermo mental, al grado de que se le confina en un
manicomio con el fin de que su mal no contagie a los
neuróticos adaptados.
En síntesis, este manicomio social
que reproduce a la sociedad capitalista, solo será
superado con la sustitución de esta sociedad enferma por
una sociedad sana. una sociedad realmente humana, basada en el
amor, la libertad y la felicidad.
La locura y la
sociedad capitalista
La locura, como la neurosis, son
enfermedades sociales producto de una sociedad inhumana, cuyo fin
no es la felicidad ni la libertad del ser humano.
La sociedad capitalista es una
organización social neurótica basada en la
explotación del hombre por el hombre.
Los niños domesticados por la
educación escolar y familiar son aquellos ciudadanos que
en forma resignada y sumisa aceptan todo tipo de injusticias que
se cometa con ellos.
En otras palabras, los adaptados a esta
sociedad enferma son aquellos individuos sumisos y
neuróticos que con su trabajo incrementan las ganancias de
los patrones y reproducen inconscientemente todo el sistema
social que los produce como neuróticos
asalariados.
Pero no todos se adaptan a este
sistema.
Existe una minoría de individuos que
no se resignan a ser domesticados y el castigo que reciben por no
aceptar las normas existentes de la sociedad moderna es el de ser
recluidos en esa cárcel especial llamada
manicomio.
ahora bien, existen dos tipos de
manicomios, el que todos conocemos y el que se llama
familia.
La familia, bajo el capitalismo y el
socialismo burocrático, es el manicomio disfrazado de
buenas palabras y es la institución autoritaria en su
rígida desnudez.
Patología
de la cultura en las sociedades patriarcales
Desde el esclavismo hasta la actualidad, es
decir desde el origen de la propiedad privada, las clases
sociales, la explotación del hombre por el hombre, la
formación del aparato de estado, como instrumento de las
clases dominantes, todas las manifestaciones culturales son en
sí manifestación de la patología de sus
autores quienes a su vez han tenido que sufrir para ser
reconocidos por sus contemporáneos.
La mayoría de los grandes artistas
han muerto sin haber sido reconocidos como grandes
hombres.
Cabe agregar que la cultura universal desde
su aparición hasta la actualidad, ha sido gozada por una
minoría social, parte de la clase dominante y parte de la
pequeña burguesía,
La mayoría de la población
trabajadora de la ciudad y del campo a lo largo de toda su vida y
por generaciones ni siquiera saben de la existencia de beethoven,
Dostoyevski, Van Gogh, Miguel Ángel, Nietzsche,
etc.
En cuanto a la enfermedad que han sufrido
los grandes genios de la humanidad, han sido la neurosis y la
psicosis.
Por ser las sociedades particulares de tipo
neurótico en la que estos genios han existido, han sufrido
neurosis, aunque exista un número de ellos que han estado
en la psicosis y desde ella, o antes de llegar a ella, han
producido sus obras maestras, como Holderling, Maupassant,
Nietzsche, Van Gogh, etc.
Es necesario también agregar que
freud, el fundador del psicoanálisis, afirmó en sus
libros que las obras de la cultura son como un sueño, es
decir, son una realización alucinatoria de deseos
reprimidos.
En otras palabras la cultura realiza en la
novela, la música, la pintura,,el cine etc., lo que el
autor y sus lectores no pueden llevar a cabo en la vida
real.
El porqué los grandes autores logran
conmover a sus lectores, se debe a que sus obras hablan de un
mundo que le está vedado a la mayoría de la
población.
Igual que las telenovelas, la obra
literaria, por ejemplo, hace vivir al lector una o muchas vidas
de los personajes que le gustaría vivir en la
realidad.
Si la TV. hipnotiza, la obra literaria nos
traslada a un mundo ficticio en el que gozamos.
La lectura también es una
evasión, una locura que puede producir en nosotros una
adicción parecida a la de las drogas o el
alcohol.
Mientras la sociedad en que arrastramos
nuestra existencia nos siga prohibiendo nuestros deseos y ansias
de goce y de felicidad, continuaremos huyendo hacia ese mundo de
fantasía, a ese país de las maravillas al que van
todas las niñas y niños, carentes de amor y de
cariño.
La cultura dejará de ser una
evasión, un mundo de locura, cuando el mundo real sea un
mundo basado en el amor, la libertad y la felicidad de todos los
seres humanos de la tierra.
Carácter
genital y carácter neurótico
El carácter genital tiene un modo de
andar ágil y firme, un trato directo y franco, una mirada
clara y brillante, una voz cálida; es activo y eficaz sin
ser agitado.
Considera los problemas con objetividad y
realismo y se esfuerza por hallar soluciones
racionales.
Si bien los tormentos de la culpabilidad
casi no lo alcanzan, en cambio conoce la angustia y la
inquietud.
Puesto que es sensible a las complejidades,
a las dificultades, a las amenazas y a la riqueza de lo real, a
las cuales se enfrenta con un espíritu crítico y
creador, fraternal con sus amigos.
Ama a su mujer, goza con ella y la hace
gozar apasionadamente sin sentirse con ello sometido al rigor
monogámico.
Toda ley obligatoria y represiva le repugna
y sólo reconoce la autoridad fundada en la razón;
que el valor esté armonizado en el principio de
autorregulación.
Puesto que establece la supremacía
de la inteligencia y la libre circulación de la
energía libidinal; se opone ( con argumentos racionales y
precisos alimentados por una curiosidad siempre despierta) a
todas la empresas del misticismo, del mecanicismo, de la
demagogia, de la rabia destructora (propia del fascismo), e
impulsa sin exhibicionismo, en su práctica cotidiana, todo
aquello que favorece la libertad, el amor, la alegría de
vivir.
Su plenitud orgásmica y el rechazo
moderado de los impulsos pregenitales (goce oral y anal) e
incestuosos, alimenta, casi de modo espontáneo, las
sublimaciones creadoras: sociabilidad abierta y positiva, vida
cultural intensa, compromisos políticos revolucionario,
autonomía, racionalidad, realismo, positivismo,
intensidad.
El carácter genital encarna para
wilhelm reich el "equilibrio perfecto de la economía
libidinal basada en su capacidad para la experiencia sexual
plena".
el carácter neurótico, puede
describirse, desvalorizado como el negativo del
genital.
En el neurótico predominan las
negaciones, las negativas, las denigraciones; los impulsos
pregenitales e incestuosos son violentamente reprimidos y vuelven
de modo obsesivo en forma de fantasmas que invaden y pervierten
la actividad cotidiana, y en síntomas cargados de
angustia.
el yo, el ello, el super yó, forman
una perpetua ronda de conflictos, fuentes de culpabilidad y de
inhibición.
tras la figura paterna, amantes, amigos o
enemigos, se deslizan las imágenes de parentescos
fuertemente cargadas de afectos.
el sujeto evita la confrontación con
el otro y con lo real y prefiere someterse servilmente al orden
reinante (sumisión al orden autoritario
capitalista).
Se abandona a impulsos místicos y al
influjo de los jefes (en los que ve a sus padres autoritarios) y
pronto los abandona.
La Impotencia orgásmica y
desequilibrio libidinal se expresan por medio de comportamientos
estereotipados, compulsivos, impulsivos o rígidos,
nerviosos o acompasados, resignados o reivindicados.
Reich también es claro cuando afirma
que la mayoría de los hombres y mujeres que subsisten bajo
el capitalismo autoritario, sufren de neurosis, pues es el
carácter que requiere este sistema para poder continuar
explotando a los trabajadores y oprimiéndolos
políticamente.
Por esta razón reich es muy
consciente de que sólo los que posean el carácter
genital pueden ser capaces de ser revolucionarios y luchar por
una sociedad realmente humana que esté acorde con el
cuerpo, los impulsos genitales, la naturaleza, y la
energía cósmica inteligente.
El mito de la
sexualidad procreadora en el capitalismo
En el área de la cultura cristiana
occidental, la moral autoritaria de la sociedad capitalista
siempre ha intentado que la práctica sexual quede reducida
a la mínima expresión, a lo imprescindible para la
supervivencia.
Por todos los medios posibles, de las
más diversas formas y utilizando toda clase de
argumentaciones (religiosas, filosóficas, sociales,
científicas, psicológicas, legales, etc.) se ha
tratado de que el sexo fuese identificado y calificado
únicamente en su función reproductora o procreadora
de la especie humana.
En este sentido, la sexualidad ha aparecido
como sinónimo de la anatomía y fisiología de
la procreación del hombre.
La misma palabra "sexo", hasta hace poco
tiempo resultaba para muchos timoratos, vergonzante o
grosero.
Por ello a menudo no se habla de instinto
sexual, se le denomina "instinto genético" o instinto de
la generación.
A este instinto se le concibe
todavía de un modo finalista, utilitarista y hasta
productivo, pero no se le mencionaba como un medio para alcanzar
el goce y el placer sexual.
Para la moral sexual predominante, el
orgasmo no sólo no debía mencionarse, sino que
hasta se concibe como una aberración sexual propia de las
prostitutas y degenerados sexuales.
La ideología de la sexualidad como
procreación es una idea deliberadamente represiva y
moralista. estigmatiza toda expresión sexual que no tenga
como finalidad el nacimiento de un nuevo ser,
calificándola de perversa, anómala o
degenerada.
Considera a la vejez como asexuada. y niega
la sexualidad infantil, arrojada al silencio de la supuesta
inocencia de los niños.
Sigmund freud, fue el primer médico
que, rompiendo abiertamente con la moral autoritaria,
afirmó la existencia de la sexualidad infantil.
mantuvo la opinión de que el
niño era un "perverso poliforme".
Si la precocidad sexual no era un trastorno
del desarrollo infantil, entonces todos los niños
serían perversos y poliformes, ya que su sexualidad adopta
múltiples formas distintas a la forma generalizada y
procreadora, la única socialmente permitida por al moral
antivida.
Los hallazgos de freud, obtenidos a
través de la técnica psicoanalítica en
adultos, resistieron todas las críticas, y al final
tuvieron que ser aceptados.
sin embargo los médicos
conservadores, sacerdotes de la moral burguesa, siguen
defendiendo la inocencia sexual de los niños "normales" o
"sanos", quienes paradójicamente, por la represión
sexual están domesticados y neurotizados por la familia
autoritaria y la sociedad capitalista actual.
La
"función del orgasmo" de Wilhelm Reich
Los trabajos de reich, de su tercer
periodo, están basados en su concepción global de
la vida sexual y de la energía libidinal.
El placer expansión como
antítesis de la "formula del orgasmo", definida por un
ritmo en cuatro tiempos, tensión mecánica
–carga eléctrica –descarga eléctrica
–relajación mecánica.
Reich se propone medir esas cargas y
descargas eléctricas, examinar el papel desempeñado
por los diversos estímulos, excitaciones y emociones en
diferentes órganos y tejidos excitados, definir las
relaciones existentes entre los fenómenos mecánicos
y psíquicos concomitantes, poner a prueba sus
proposiciones previas (surgidas de la práctica
psicoanalítica y del análisis del carácter),
acerca de la naturaleza y la función de la sexualidad y de
la vida en general, determinar las eventuales vinculaciones entre
el funcionamiento bioeléctrico de los organismos vivos y
el universo, físico, etc.
En su libro: "La función del
orgasmo", resume los resultados más significativos de sus
investigaciones:
-la superficie de la piel, en condiciones
normales se caracteriza por un "potencial básico" que
representa el potencial biológico normal de la superficie
del cuerpo.
-algunas partes del cuerpo se distinguen
por sus respuestas diferentes a las demás; son las "zonas
erógenas", labios, lengua, palmas de las manos, pezones,
lóbulo de la oreja, ano, pene, mucosa vaginal y,
curiosamente, la frente (a la altura del "tercer ojo" de los
lamas de Tibet).
El potencial de estas zonas, unas veces
elevado y otras débil, permiten diferenciar a los sujetos
desde el punto de vista vegetativo: sujetos rígidos y
fríos, sujetos flexibles y libres.
Todo aumento de potencial en una zona
erógena va acompañado por una sensación de
placer: impulso, onda, calor, prurito o sensación de
"fusión", a la inversa, disminución de potencial y
disminución de placer van a la par.
Los fenómenos de congestión o
entumecimiento que afectan a los órganos y tejidos no
provocan automáticamente sensación de placer; para
que esta sensación sea perceptible es necesario que la
congestión mecánica del órgano segregue un
aumento de carga bioeléctrica, derivándose de esto
la siguiente fórmula: la intensidad psíquica de la
sensación de placer corresponde a una cantidad
fisiológica de potencial bioeléctrico.
Para la mayoría de los
biógrafos de Reich, este psicoanalista al dedicarse a la
investigación de la energía de la vida y vincularla
a la energía cósmica, cayó en la locura,
pero en cambio para su biógrafo más serio y
profundo: Luigi de Marchi, Reich en su tercer período,
llamado orgonómico por su investigación del
orgón (energía cósmica), es la etapa
más brillante y genial donde reich se desenvuelve
libremente, pues al no tener a freud, ni a unos burócratas
autoritarios comunistas, que lo limitaran y reprimieran, pudo
dedicarse todo el resto de su vida, día y noche, a la
investigación de dicha energía.
Urge una
educación sexual para adolescentes
Hace tiempo, la directora del "Centro de
Orientación para Adolescentes", afirmó que el 25%
de la población mexicana tiene entre 12 y 19 años
de edad, y de ese grupo muchos cuentan entre 15 y 19, mismos que
realizan ya relaciones sexuales ocasionando embarazos no
deseados, enfermedades sexuales, abortos, matrimonios precoces, y
madres solteras de corta edad.
La especialista aseguró que la
sexualidad y el proceso productivo humano constituyen dos
contextos educativos que debe se cuidados en nuestro
país.
Declaraciones de este tipo deben ser
tomadas en cuenta no sólo por las instituciones como la
SSA, ISSSTE y el IMSS, sino por las organizaciones de padres de
familia, los maestros, los sindicatos, grupos políticos,
etc.
En cuanto a los contenidos temáticos
de educación sexual incluidos en los textos gratuitos,
cabe señalar que sólo se refieren a la
fisiología sexual y se encuentran cargados de
ideología moral, en cuanto se considera a la sexualidad
únicamente con fines reproductivos y no se indica que a
nivel individual el objetivo es lograr el placer
orgásmico.
Por lo que se refiere al consejo nacional
de población (CONAPO), es solamente un consejo de tipo
consultivo, es decir, únicamente planea actividades,
algunas de ellas llevadas a cabo con pocos recursos monetarios,
que tienen destinados para este fin.
Considero que la educación sexual
masiva para los jóvenes es ya una necesidad nacional, no
basta titular a 1985, como el año de la juventud, es
urgente que iniciemos una campaña de educación
entre todos los jóvenes mexicanos.
Para nadie es un secreto que la
educación sexual errónea que reciben los
jóvenes desde pequeños son la causa, no sólo
de embarazos no deseados, abortos, enfermedades venéreas,
sida, sino también es la causa de las neurosis, las
psicosis y las perversiones.
El motivo por el cual no se llevan a cabo
campañas de educación sexual, se debe al miedo que
tienen los poseedores de las riquezas y detentadores del poder
político, pues bien saben que la juventud es una bomba
lista para estallar si se le proporcionan las condiciones de
libertad suficientes como para que tomen conciencia de su
potencialidad revolucionaria, potencialidad que ha demostrado su
efectividad en el movimiento del "sexpol",.
Movimiento de sexualidad política
que estalló entre los jóvenes alemanes en los
años 30 del siglo XX, cuando Reich, encabezó una
lucha sexual de los jóvenes en contra de la moral
represora de las clases dominantes.
Corriente que por cierto fue reprimida por
la dirección stalinista burocrática del partido
comunista alemán.
Para una segunda edición de un
movimiento sexual político los jóvenes mexicanos
tienen la acción histórica.
El asesinato de
Cristo
La crisis social que estamos atravesando se
debe básicamente a que los hombres, y mujeres en general,
son incapaces de gobernar sus propias vidas.
A partir de esta incapacidad han surgido
crueles dictaduras, que carecen de todo fin social racional y que
no están acordes con la naturaleza y la energía
cósmica.
Por todas partes, hombres (y mujeres)
serios quieren saber la verdad desnuda.
En su libro "el asesinato de cristo, Reich
analiza los graves problemas de la sociedad humana
actual.
Dios es la naturaleza y cristo es la
realización de la ley natural.
Dios (naturaleza) creó los
órganos genitales de todos los seres vivientes.
Los hizo para que funcionen de acuerdo con
la ley natural.
No es un sacrilegio, una blasfemia,
adjudicarle al mensajero de la energía cósmica en
la tierra, una vida sexual natural.
Por el contrario, es el enraizamiento de
dios en la más limpia profundidad del hombre.
Esta profundidad existe desde el mismo
comienzo de la vida.
La reproducción se añade a la
genitalidad tan sólo en la pubertad.
El amor genital existe mucho antes de la
función de la reproducción.
Por tanto la naturaleza no creó el
abrazo genital con el único propósito de la
reproducción.
Reich imagina a Jesús como un hombre
joven, fuerte, atractivo, deseable y rodeado de mujeres sanas,
que frecuentaba la compañía de pescadores y del
pueblo en general.
Reich afirma que Jesús ama a las
mujeres y conoció el amor físico con las mujeres,
así como conoció todas las demás cosas
naturales.
Nada en su vida nos hace pensar en la
castidad o el ascetismo.
Su palabra es de amor sentimental y
corporal.
Cristo muere cada vez que la vida es
golpeada,, molestada, reprimida, en expresión
auténtica.
Cristo es asesinado en toda violencia
que inflige al niño, a la mujer y a todo ser débil
e indefenso.
El asesinato de cristo es el triunfo de
la coraza neurótica, de la peste emocional sobre un brote
fulgurante de la sexualidad vital, en su aspecto
energético más puro.
El mal, el diablo, es un dios pervertido,
originado en la represión de las cualidades de la gran
energía cósmica inteligente.
La falta de este conocimiento es una de las
piedras angulares de la tragedia humana.
Descubrir esa tragedia requiere conocer el
secreto del hombre acorazado: el odio a lo viviente.
Jesús amaba a los niños y era
semejante a ellos: sabio, ingenuo, confiado pero
cauteloso.
Derramaba bondad y sin embargo era capaz de
golpear con fuerza.
Gentil pero severo, como será el
niño del futuro.
No es meramente vengativo y severo, ni
bueno y manso.
El dar la otra mejilla quiere decir:
comprende a tu enemigo, ponte en su lugar
Jesús no condena al cuerpo:
comprende a la prostituta y a la esposa infiel.
Ama a los seres humanos que le
rodean
Ese amor es una sed y hambre de amor, que
se convierte en malignidad si no es satisfecha en forma
natural.
Los seres sanos, como Jesús,
radiantes y llenos de vida, son guías natos del
pueblo.
Se convierten en ello
automáticamente, sin autoproclamarse, como lo hacen los
políticos de todas las naciones que sufren la peste
emocional, quienes por ser reprimidos sexuales, se revuelcan en
la miasma de Jesús.
El poder curativo
de Jesús
El niño del futuro gozará de
libertad sexual y no sufrirá neurosis y psicosis,
provocada por la moral sexual antivida que en la actualidad
asesina al cristo que tren de nacimiento.
El niño del futuro será
amoroso, no sufrirá, ni tendrá miedo a unos padres,
sacerdotes y padres neuróticos.
La mayoría de los seres humanos,
incluidos los niños neuróticos, son fríos,
no irradian calor amoroso, no dan fuerza a los
demás.
Necesitan fuerza ellos mismos y la beben
donde pueden.
El poder curativo de cristo se nota en los
campos de energía cósmica que poseen los terapeutas
naturales, que son capaces de excitar los sistemas
energéticos inactivos, muertos, de los desgraciados que
sufren de biopatías.
Esta excitación inducida del sistema
viviente débil, es capaz de expandir los vasos
sanguíneos, inducir una mejor provisión de sangre a
los tejidos, acelerar la curación de heridos y revitaliza
la energía vital estancada.
La curación se experimenta como un
alivio de la tensión y relajamiento del sistema
nervioso.
Incluso produce una sensación grata,
callada, amable, de amor verdadero, en organismo cargados de
odio.
Cristo no presta atención a sus
poderes curativos.
Son tan naturales en él, como
caminar, comer, pensar o dar amor.
El acorazamiento neurótico es el
sepultamiento de la energía cósmica, es el
asesinato de cristo.
El diablo es enfermedad, es neurosis
provocada por una moral antivida, instrumento ideológico
de las clases dominantes, propio de una sociedad antivida, como
lo es la capitalista, basada en la propiedad privada.
El diablo es sadismo, violación
sexual, asesinato, traición al prójimo,
engaño, mentira y avidez de dinero y poder
político, características de la sociedad
actual.
Cristo dice lo que piensa, ama, irradia
cariño y amor, no engaña, no miente
Dice la verdad en cada uno de sus
movimientos.
El cuerpo y el rostro dicen la
verdad.
El viernes santo los que no son
neuróticos, sufren por que se sienten culpables por
asesinarlo en el interior de sus cuerpos.
La religión, que durante el
matriarcado unió a los seres humanos entre sí y con
la naturaleza.
En el patriarcado actual, basado en la
esclavitud asalariada, se utiliza la religión, (por
gobiernos como el vaticano) ,como instrumento ideológico
al servicio de los explotadores y opresores del mundo.
En cambio en el aniversario del nacimiento
de Jesús nos sentimos felices.
Esto sucede debido a que en esos
días la humanidad irradia cariño y amor hacia todos
los seres vivientes.
En navidad damos y cosechamos tal cantidad
de amor, que si lo hiciéramos todo el año, la
sociedad sería realmente humana.
Gracias a la caracterología sabemos
que las neurosis se deben a la impotencia
orgásmica.
Así se entiende como los acorazados
neuróticos odien todo lo sano, como lo es Jesús y
lo asesinen constantemente.
Las formas de ese asesinato son
muchas.
El núcleo bioenergético, su
sentido cósmico es la función del
orgasmo.
La convulsión involuntaria de todo
organismo viviente.
Durante el abrazo genital hombre-mujer es
la descarga y carga de la bioenergía de uno dentro del
otro.
El acorazado neurótico repudia y
rechaza la sexualidad de los demás por que la suya la
tiene sepultada en su propio cuerpo desde la infancia.
Los signos de la frustración
genital: pensamientos lascivos, lujuriosos, sadismo físico
y moral, perversiones sexuales, son absurdos en la imagen de
Jesús.
Jesús no podría haber sido
límpido como el agua de un arroyo y de sentidos agudos
como un siervo, si hubiera estado lleno de la inmundicia
provocada por la represión sexual, generadora de
neurosis.
Jesús conoció el amor
corporal y a las mujeres, del mismo modo que conoció a la
naturaleza.
Autor:
Humberto Escobedo Cetina
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