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Una exposición conceptual de la dolarización



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    Dolarización y los otros mecanismos para el
    establecimiento del tipo de cambio
  3. Comentarios al caso
    ecuatoriano
  4. A manera de
    conclusión
  5. Anexo
  6. Bibliografía

Introducción

Una de las características inmanentes a las
economías en desarrollo es su inestabilidad cambiaria.
Aspecto que ha sido determinante a lo largo de la historia y que
si bien no se puede asumir como el elemento determinante en el
comportamiento de economías pequeñas en medio del
proceso de internacionalización, ha entrado a cobrar mayor
relevancia a medida que los mercados de capitales se
liberalización.

Este escenario es cada vez más caótico en
regiones donde las recomendaciones de las instituciones
financieras internacionales han sido implantadas como un credo
absoluto. Se trata aquí de mostrar las condiciones en
medio de las cuales las autoridades económicas de una
economía en desarrollo se ven abocadas a asumir los costos
al establecer los regímenes del tipo de cambio,
particularmente el conocido como la
dolarización.

Los países que han asumido la dolarización
como medio para estabilizar sus economías tomando la
vía de una baja inflación como garantía,
durante los últimos años se han visto en un
contexto novísimo y de no fácil comprensión.
De esto dan cuenta diversos autores que al tratar el
fenómeno llegan a conclusiones encontradas entre
sí. Que van desde el cuestionamiento profundo a la medida
hasta su defensa bajo argumentos teóricos que sugieren a
la dolarización como un paso necesario en el proceso de
integración económica regional y un futuro
escenario de moneda única.

Este trabajo busca exponer los elementos
conceptúales necesarios para comprender el mecanismo de la
dolarización como uno de los caminos en la
estabilización del tipo de cambio. Exponiendo las
condiciones para su implantación y las consecuencias de su
aplicación, usando un método expositivo conceptual
y apelando a algunos comentarios de la experiencia ecuatoriana en
la última década. Y finalmente hacer una lectura
comparativa de los argumentos teóricos y las propuestas en
torno a la integración regional
económica.

La
Dolarización y los otros mecanismos para el
establecimiento del tipo de cambio

En el mentefacto[2]conceptual de la
dolarización se observa que este mecanismo proviene del
conjunto de mecanismos posibles para establecer un régimen
cambiario en una economía nacional. Es decir, la
dolarización no comprende una categoría "especial"
en la política económica, a la que se le puedan
otorgar bondades más allá de las que un
régimen cambiario pueda o no afectar los aspectos
macroeconómicos y microeconómicos. En
términos conceptuales la dolarización esta incluida
(es subordinada) en el grupo de los regímenes cambiarios
(supraordinada). Lo cual no niega que el asunto de establecer uno
u otro mecanismo sea hoy una cuestión de mayor
preponderancia económica en comparación a la
segunda mitad del siglo XX. De la misma manera la
consideración de la dolarización como una
alternativa en política cambiaria no deja de lado otra
consideración; a saber, el tipo de cambio tiene diferentes
consecuencias en una economía desarrollada a las
implicaciones para una economía en desarrollo, argumento
señalado por Levy-Yeyati y Sturzenegger (citado por
Herrera y Caballero,2002, 104)

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  • Consideración en la elección del
    régimen cambiario

Ahondando en estas dos consideraciones es importante
señalar que el tipo de cambio además de la
ligazón directa con las variables macroeconómicas
también se convierte en una señal de mercado.
Entendida esta como la "publicidad" que el mercado financiero de
una economía nacional determinada hace para canalizar los
flujos de capital. Es decir, hay consideraciones que centran en
el aspecto financiero, atraer recursos externos, y otras
referidas a la estabilidad macroeconómica, reducir la
inflación o equilibrar la balanza comercial. De
allí que la decisión respecto al régimen de
cambio tiene el componente, o condicionalidad, de
eventualidad respecto al régimen más usado a nivel
internacional. Y otro componente que tiene peso es el que
podría llamarse de recomendación, referido este al
papel jugado por las instituciones financieras internacionales,
particularmente el Fondo Monetario Internacional, en la
decisión autónoma para asumir uno u otro
régimen cambiario.

Lo que a primera vista es una decisión soberana
de un país para asumir el régimen cambiario se
convierte en una complicada trama de metas
macroeconómicas, búsqueda de financiación,
expectativas en los mercados de capitales y aceptación de
recomendaciones. Frente a tamaño juego de decisiones es
poco realista pretender que autoridades económicas de
economías en desarrollo, Ecuador por ejemplo, y
economías que ocupan un lugar preponderante a nivel
mundial, los Estados Unidos, posean comportamientos "igualmente
racionales".

Naturalmente lo expuesto conduce a un elemento evidente
en las decisiones de política económica, la
información. La existencia de la asimetría en la
información sin duda condiciona la elección del
tipo de cambio; lo cual unido a la existencia a nivel
internacional de grupos de presión, no garantiza una
decisión autónoma en la decisión. A este
respecto como al de la consideración de eventualidad se
volverá a lo largo de este escrito.

  • Particularidades de la dolarización
    respecto a otros conceptos

Continuando con el despliegue del mentefacto de la
dolarización se pueden evidenciar las diferencias con
otros conceptos que no son considerados dolarización
(excluyentes) como método de exposición conceptual.
La importancia de este apartado radica en poder comprender las
especificidades de los otros mecanismos utilizados para
establecer el tipo de cambio en relación a las
características propias de la dolarización. Las
categorías más conocidas y usadas respecto al
régimen cambiario son los tipos de cambio fijos y los
tipos de cambios flexibles, y las menos estudiadas son la caja de
convertibilidad y las áreas monetarias
óptimas.

Alrededor de las primeras dos opciones la literatura
económica ilustra profundos debates y los estudios
empíricos cuestionan en mayor o menor medida tanto a los
partidarios de los tipos de cambio fijos "puros" y a quienes
abogan por los tipos de cambios flexibles "puros". Pero las
últimas dos décadas muestran claramente la
tendencia hacia alguna modalidad de tipo de cambio flexible
(Herrera y Caballero, 2002, 123). En cuanto a la caja de
convertibilidad su incidencia ha sido más bien
práctica y el estudio de caso recurrente es la Argentina.
En cuanto a las áreas monetarias óptimas es sabido
que tiene importantes desarrollos teóricos iniciados por
Mundell (1961) y su decidida aplicación en la unidad
monetaria europea.

Es posible generalizar el concepto de tipo de cambio
fijo como un mecanismo de anclaje de una moneda nacional a otra
con mayor incidencia en el comercio internacional, o a un bien
metálico como sucedió en la era del patrón
oro. Sin duda una decisión que requiere el acuerdo
internacional y la ratificación de las autoridades
económicas de un país. Pero para que este mecanismo
sea implementado y tenga efecto sobre el conjunto de la
economía se requería la premisa de una
inflación igual a cero o cercana a este nivel en la
economía que lo adopta. De no ser así los costos de
asumir el tipo fijo se verían reflejados en una
contracción de la demanda y una rebaja en el gasto
público, necesarios para bajar la inflación y el
déficit fiscal. Este razonamiento es de considerar al
momento de estudiar el escenario para la
dolarización.

Es claro que la moneda nacional sigue jugando su papel
de unidad de cuenta, medio de atesoramiento y de intercambio.
Medida que garantizaría una menor volatilidad de los
precios y la tasa de cambio de la economía nacional
respecto a la economía mundial. Pero dicho aspecto hace
que en épocas de crisis financieras y altas movilidades de
capital el asunto no sea tan lineal. Ya Keynes señalaba
que ante la caída del precio de un bien de
exportación de una economía la estabilidad
económica, bajo tipo de cambio fijo, dependería de
una renegociación del conjunto de los salarios (citado por
Sachs y Larraín, 2000).

Sin embargo, la opción de asumir un tipo de
cambio fijo no implica la renuncia a la emisión y a los
ingresos por señoreaje. De la misma manera que aun se
conserva la discrecionalidad de la política monetaria,
bajo cierta restricción, también las autoridades
económicas mantienen una relativa independencia respecto
de las decisiones adoptadas por las autoridades de la
economía a la que pertenece la moneda, o canasta de
monedas como señalan algunos autores, a las cuales se hace
el anclaje. Estas funciones de las monedas nacionales y su misma
existencia son cuestionadas hoy en época de
globalización de los mercados e inestabilidad cambiaria.
Argumentos que llevados al extremo, como lo muestra A. Moreno
(2001), dan como axioma que si las monedas nacionales no
están en capacidad de sostener dichas funciones se debe
dar paso a procesos de dolarización e integración
monetaria regional.

El ejercicio de exclusión conceptual
continúa abordando el tipo de cambio flexible. "Los
defensores de los tipos de cambios flexibles suelen presentarlo
como un mecanismo mediante el cual la depreciación puede
tomar el lugar del desempleo cuando hay déficit en la
balanza externa, y la apreciación puede sustituir a la
inflación cuando hay superávit (Freedman, 1953,
Lutz 1954 y Meade, 1955 citado por Mundel 1961)."

Siguiendo la misma línea argumental, la
decisión de asumir un tipo de cambio flexible no despoja a
las autoridades económicas de un país de su
herramienta de política monetaria. ¿Significa esto
que no hay consideración de eventualidad o de
asimetría de información? Un elemento a considerar
hoy es que el sistema monetario como tal quedo seriamente
desestructurado ante la "huida" del dólar-oro como
patrón, lo cual significa de por sí una causa de
información incompleta para la toma de decisión. En
otras palabras, la certidumbre de la equivalencia del
dólar con el oro se evaporó del sistema monetario,
siendo reemplazada por la incertidumbre de la valoración
del dólar frente a las otras monedas y de estas con el
dólar y entre sí. Sin embargo la existencia de
controles de capital en los Estados Unidos y en otras
economías desarrolladas mantuvo por un buen tiempo un bajo
nivel de volatilidad cambiaria en la medida que las
economías no se estaban contrayendo y el sistema
financiero mundial no tenía crisis de liquidez. Asunto que
fue cambiando hasta llegar a las crisis de finales de siglo y
primera década del XXI.

En consecuencia las bondades del cambio flexible
presentan hoy grandes distorsiones al exhibir mercados
financieros altamente liberalizados y flujos de capital que van
de país a país usando los diferenciales en la tasa
de cambio para apropiarse de recursos, esencialmente de las
naciones con alta dependencia de la inversión extranjera.
Tan es así que este renglón es hoy muy popular,
mediante el uso de las tecnologías, en inversiones
financieras de alto riesgo.

El teatro de regimenes de cambio flexibles, inexistencia
del patrón dólar-oro y el creciente volumen de
capitales conduce a la economía del mundo a un contexto de
una alta asimetría de información y por ende a una
suma de consideraciones, entre ellas la de eventualidad, para la
toma de decisiones por parte de las autoridades
económicas. De ahí que la gama de opciones se haya
ampliado ofreciendo medidas hibridas entre regimenes cambiarios y
alternativas monetarias.

La canasta de alternativas ha contemplado medidas como:
bandas cambiarias, devaluaciones gota a gota, inflación
objetivo y variaciones en mecanismos de crawling peg; y
otras de carácter estructural como la caja de
convertibilidad y la dolarización, incluso hay quienes
apuntan a integraciones monetarias de facto. El escenario de
crisis financiera ha mostrado que las disposiciones a nivel
nacional sólo se convierten en paliativos temporales y con
alcances mínimos. Poco a poco se despeja el panorama para
comprender que las crisis de las economías en desarrollo
no son "el mal" sino la manifestación de "la enfermedad".
Frente a esto, muchos avezados han respondido con propuestas que
deben ser objeto de estudio.

Soros ha propuesto una corporación de seguro de
depósito internacional; Sachs defiende la creación
de una corte de bancarrota internacional; Krugman incita a los
controles de capitales; Eichengreen sostiene que un impuesto tipo
Tobin es la solución a la volatilidad internacional;
Kaufman recomienda crear un superregulador de mercados e
instituciones financieras; Garten propone la creación de
un banco central mundial y Fisher un prestamista mundial de
último recurso, sin la función de emitir dinero
internacional. Una discusión de todas estas propuestas se
encuentra en (Kenneth, R. 1999 citado por Moreno, A.
2002).

La caja de convertibilidad, currency board, es
una medida que a diferencia de los sistemas de tipo de cambio
flexible o fijo, y sus variaciones, tienen la
consideración de eventualidad claramente definida. Tiene
por objetivo frenar las altas tasas de inflación, como
aspecto macroeconómico, y generar confianza para que la
economía que la adopta pueda captar capitales e impedir
una imposibilidad de pagos a los compromisos adquiridos. Al
establecerse una paridad entre la moneda nacional y otra,
dólar en el caso argentino. Así la renuncia a la
posibilidad de usar la devaluación como mecanismo de
política económica es una decisión de la
autoridad económica. Lo que implica que la tasa de
inflación nacional puede ser rebajada, como se
señaló antes en el caso del tipo fijo, contra los
salarios y el gasto del público.

El estudio del caso argentino es abordado en varios
trabajos (Herrera y Caballero, 2002 y Posada, 2002) aquí
es de destacar que la renuncia a usar la devaluación como
medida anticíclica es una decisión que tiene varios
aspectos ha analizar. Sin duda la inflación fue controlada
rápidamente pero la medida no pasó de allí.
Por el contrario la existencia de un escenario de tipos de
cambios ajustables, condición de eventualidad, dejo las
exportaciones argentinas con una desventaja frente a otras
economías de la región. De la misma manera la
asimetría de información se presentó. La
necesidad de dar un mensaje de a los mercados de capitales
obligó al gobierno argentino a asumir los costos de las
quiebras financieras, de la cual alguien se lucró
enormemente, haciendo que la deuda privada sea "deuda del
gobierno", o mejor decir de los ciudadanos argentinos.

Sin embargo, en teoría, la caja de
convertibilidad no despoja a las autoridades económicas de
todas las herramientas para intentar otras medidas de
carácter monetario. Pero en la realidad una vez anclado el
peso argentino al dólar es muy difícil esperar que
la confianza recuperada no se convierta en "desconfianza
generada" a través de la expectativas de un posible nuevo
cambio en el mecanismo de tipo de cambio. Dichas expectativas
surgen rápidamente y aumentan de forma inevitable producto
de las medidas a las que se ve obligado a un país en
desarrollo al tomar la decisión bajo información
incompleta. Debe reducir su déficit fiscal,
¿cómo hacerlo en una economía con
contracción en la demanda? Aumento de impuestos,
privatizaciones, rebaja salarial y austeridad del gasto
público. Lo que implica: no inversiones públicas,
pérdida de empleos y aumento del desempleo, imposibilidad
de programas sociales de contención. Y la consecuencia
lógica ante esta inequidad social es el malestar general y
la inestabilidad política, que entra a reforzar las
expectativas, dada la desconfianza en el gobierno.

Es un dramático escenario, tanto que para Posada
la medida de la caja de convertibilidad fue insuficiente y
señala la dolarización como la verdadera medida
(2002, 218). Herrera y Caballero (2002, 129-132) muestran que la
estabilidad interna se logró mediante el aumento del
endeudamiento externo, presionado aun más por la baja en
las reservas, ante la imposibilidad de emitir, y la
vulnerabilidad externa frente a otras economías de la
región.

Este apartado finaliza mostrando las particularidades
del concepto respecto del de áreas monetarias
óptimas. Imprescindible iniciar señalado que del
simple hecho de que una economía como la ecuatoriana se
halla dolarizado no se puede asegurar que pertenece al
"área monetaria" de los EEUU, o por lo menos no en sentido
conceptual definido por Mundell (1961) y expuesto por De
Lombardae (2002). Para los fines de este trabajo la diferencia
más importante entre la decisión de dolarizar una
economía en desarrollo y la decisión de integrar un
área monetaria tiene que ver con dos aspectos del proceso
de las áreas monetarias óptimas: el carácter
solidario y cooperativo, y la simetría de
información.

El primero de ellos, contemplado en la
consideración de eventualidad, significaría la
posibilidad de las economías nacionales de poseer ciclos
económicos ajustados o la disponibilidad de los mecanismos
para llegar a tal punto en un mediano plazo.

Cuando la región (en el sentido de Mundell) no es
completamente homogénea, o cuando la movilidad factorial
no es total, el instrumento fiscal dirigido a la solución
de problemas de desempleo muy específicos, resulta ser el
único recurso dentro de las uniones monetarias [lo cual
requiere cierto grado de convergencia en las preferencias hacia
los bienes colectivos (Bourguinat 1992, 543-544, citado por De
Lombardae)]. Esto explica el incremento en los llamados fondos
estructurales, en el caso de la Unión Europea, a la hora
de acordar la unión monetaria (De Lombardae, 2002,
185).

Es decir, visto en sentido temporal las economías
deben coordinarse para encaminarse hacia una
integración monetaria. Que es diferente a pretender que la
integración monetaria conducirá no sólo a
dicha coordinación sino a la homogenización entre
economías tan diversas como las latinoamericanas y la de
los Estados Unidos.

Y el otro aspecto relacionado con la asimetría de
la información en la medida que quien toma la
decisión de dolarizar busca, afanosamente, la
estabilización cambiaria; lo que obviamente condiciona su
decisión y subvalora los costos de dicha estabilidad. Por
ejemplo

Los países pueden entrar en un círculo
vicioso: una devaluación mejora la competitividad
inicialmente, pero luego induce un ajuste de los salarios y de
los precios que neutraliza el efecto pro-competitivo, lo cual
hace necesaria una nueva devaluación, iniciando un nuevo
ciclo (De Lombardae, 2002, 186).

  • Caracterización conceptual de la
    dolarización

Hasta aquí se ha expuesto que la
dolarización es otra forma de régimen cambiario y
las diferencias conceptuales con los otros mecanismos que se
relacionan al respecto. Ahora corresponde revelar los conceptos
(isoordinados) que pueden ser útiles para caracterizar el
concepto de la dolarización. En este aspecto la literatura
económica es amplia y esta interpretación
podría ser polémica en el sentido que las
características de la dolarización son
fácilmente asimilables a las consecuencias de su
aplicación. Pero es importante diferenciar lo que
caracteriza a una categoría económica de sus
efectos.

Si bien la dolarización es una forma de tipo de
cambio fijo, sus implicaciones y procesos de adopción lo
pueden catalogar como un régimen ultra fijo
(Herrera y Caballero, 2002, 107) ya que una vez adoptada su
cambio implicaría muchos más costos y podría
conducir a una economía en desarrollo a un estado tal de
incapacidad de pagos que la haría inviable. Pero el
concepto de régimen ultra fijo implica la existencia de la
paridad entre la moneda nacional y el dólar, así
como la equiparación de la tasa de interés interna
a los niveles internacionales

Ya sea mostrado que la dolarización en sí
es una sustitución monetaria en la que se renuncia
al derecho soberano de poseer una moneda nacional y se otorgan
las funciones que ella realiza a una moneda extranjera, en este
caso al dólar estadounidense. Los motivos son varios,
algunos de los cuales ya se expusieron, al igual que sus efectos.
Pero en este apartado es preciso señalar que la
sustitución monetaria significa para una economía
en desarrollo la conversión de cada intercambio a una
cuantificación en dólares, incluso si se sigue
acuñando moneda nacional fraccionada ya que estas
fracciones corresponderán a las fracciones en
dólares. De la misma manera las contabilidades nacionales,
financieras y empresariales se harán en dólares. De
la misma manera el atesoramiento, reserva de valor, es entregado
a la moneda en la adoptada. No se trata de un simple "tramite"
sino que implica la renuncia a derechos redistributivos
vía ingresos fiscales y de señoreaje.

Otro concepto, diferente al de la sustitución
monetaria ya que se debe plantear en términos
políticos, es la renuncia a la soberanía
monetaria
que se puede entender en un aspecto como

el efecto de una situación extrema en la que la
inflación galopante hace perder cualquier credibilidad
sobre la moneda local. En ese caso los habitantes del país
en cuestión tenderán a realizar sus operaciones en
otra moneda que tenga mayor estabilidad. Tal dolarización
espontánea no es la solución al problema sino su
máxima manifestación. (García M., 2002,
174).

Lo que otros autores denominan dolarización
extra oficial para diferenciar de la oficial
cundo se trata de una medida de las autoridades de un
país.

En cuanto a las dos formas de dolarización,
Herrera y Caballero (2002, 105) hacen una puntual
exposición. Pero la concepción de la renuncia a la
soberanía monetaria obliga a señalar que el
concepto de dolarización, tratado en este trabajo,
involucra tanto el reemplazo total de la moneda local como el
carácter oficial de la decisión. En términos
constitucionales, ya no corresponde a las autoridades
económicas de un país, sino que según sea el
caso corresponde al parlamento o la institución que haga
las veces de garante de la Carta Política. Más
adelante se retoma este concepto al ver el caso ecuatoriano, ya
que la constitución aprobada en 2008 es sui
géneris
a este respecto.

Y el otro concepto necesario para caracterizar la
dolarización es el de mercados financieros
eficientes
, que puede entenderse como la premisa necesaria
que hace de la dolarización un mecanismo consistente, en
la teoría económica, para determinar el tipo de
cambio en función de la estabilidad cambiaria y el
crecimiento económico de un economía en
desarrollo.

el argumento central para promover la
liberalización y la desregulación de los mercados
de capitales y de valores es la creencia generalizada de que los
mercados determinan los precios de equilibrio de los activos. Es
decir, que los agentes que participan en el mercado "si son
racionales" utilizaran toda la información disponible para
determinar los prospectos de rendimientos futuros de los
proyectos de inversión y así asignar su riqueza a
los que garanticen la mayor tasa de ganancia (Moreno A. 2002,
162).

De no estar caracterizada así la
dolarización que sentido tendría proponerla como un
mecanismo cambiario adecuado en las actuales condiciones y como
una consecuencia del proceso de integración
mundial.

  • Categorías que abarca la
    dolarización

Una vez hecha la anterior exposición solo resta
exponer las categorías que abarca el concepto
dolarización (infraordinadas). No sin antes reiterar que
es posible que la polémica pueda girar en torno a si estas
categorías subordinadas deberían ser algunas como:
dolarización extra oficial, ilusión monetaria,
asimetría de la información o las asociadas a la
renuncia de soberanía monetaria como las perdidas por
señoreaje y la imposibilidad de la redistribución
fiscal, por citar algunas. Partiendo de la coherencia de la
exposición sólo se puede señalar que las
categorías anteriores son clasificables en los efectos de
la dolarización y no sería preciso, en
términos conceptuales, confundirlas con las
categorías incluidas en el concepto de estudio.

Por ser la dolarización una categoría
dentro de los regimenes cambiarios, abarca los tipos de
dolarización que son posibles dada el cumplimiento parcial
de algunas de sus características. En términos
generales se puede hablar de dolarización parcial que
incluiría: dolarización de pagos,
dolarización real y dolarización financiera
(León y Revéiz, 2008, 314); y dolarización
total se le denomina al cumplimiento simultaneo de los tres tipos
parciales.

La dolarización parcial es la que se
podría manifestar de alguna manera como
dolarización extraoficial aunque esto no niega
que alguno de los tipos parciales de dolarización puede
ser en algún momento una medida oficial de las autoridades
económicas, como ha sucedido en Latinoamérica,
así su adopción se haga por otra vía o se
especifique más como una mediad de ajuste o
discrecional.

Cuando el dólar sustituye la función de
medio de pago de la moneda nacional se está hablando de
una dolarización de pagos (León y
Revéiz, 2008, 315) sucede cuando el público pierde
credibilidad en su moneda local y de facto desarrolla sus
transacciones, de montos importantes inicialmente, en
dólares. Pero las transacciones pequeñas, diarias,
se siguen realizando en la moneda nacional con la carga obvia de
la inflación.

Si la función que entra a sustituir el
dólar es la de unidad de cuenta se específica como
dolarización real ya que los contratos y salarios
de una economía se fijan en moneda extranjera. Esta
indexación de precios en dólar es poco factible que
se de sin antes haberse decretado la dolarización total
(León y Revéiz, 2008, 315).

Y la dolarización financiera la más
común de las tres categorías parciales, y es "en la
que el dólar se usa para denominar depósitos,
préstamos y otros contratos financieros, responde a la
necesidad de una moneda que preserve el valor de los activos
(…) obedece a que los agentes buscan disminuir la
volatilidad del valor real de su portafolio de activos
(León y Revéiz, 2008, 316)". Esta última
forma de la dolarización parcial es la más
estudiada y sin duda es el núcleo de las expectativas
generadas en torno a la adopción de una
dolarización total.

La existencia de grandes intereses en el sector
financiero de una economía en desarrollo hace a esta
"más propensa" a la dolarización financiera, al
igual que su nivel de integración con la economía
mundial, o a los Estados Unidos en el caso latinoamericano. De
otro lado la inestabilidad cambiaría de la que se ha
hablado se manifiesta como una baja cobertura al riesgo para los
inversionistas nacionales y extranjeros. Estas condiciones son
las generadoras del clima de desconfianza en la moneda nacional y
pérdida de credibilidad en las autoridades
económicas.

Comentarios al
caso ecuatoriano

A manera de estudio de caso las siguientes son sencillos
comentarios alrededor del proceso de dolarización de la
economía ecuatoriana, con el objetivo de encontrar algunas
lecciones.

  • Posible justificación para la
    decisión

Sachs y Larraín (1999) enuncia cuatro posibles
circunstancias para tomar la decisión de dolarizar una
economía:

  • La economía de un país está
    estrechamente ligada con al de Estados Unidos y por lo tanto
    podría experimentar shocks muy
    similares.

  • Un país con una economía muy
    pequeña en la que la mayoría de los precios son
    fijados en dólares y en la que mayoría de los
    bienes se transan en el comercio internacional.

  • Un país con un mercado laboral muy
    flexible.

  • Un país en el que no se pueda confiar que el
    banco central maneje su propia moneda de manera
    estable.

Es muy probable que algunas de estas circunstancias
fueran cumplidas en parte por la economía ecuatoriana
cuyos indicadores macroeconómicos para la época
eran más que angustiantes, como lo demuestran los estudios
desarrollado en un buen número de trabajo entre los que se
encuentra los citados en este escrito, pero igualmente probable
es la existencia de otras consideraciones que se han
señalado a lo largo de este texto.

Existencia de grupos de presión nacionales y de
inversionistas extranjeros que buscaron la medida más
efectiva para proteger sus activos financieros. Riesgo moral por
parte de los banqueros ecuatorianos que no dudaron en poner en
riesgo los ahorros de los ecuatorianos con la premisa que al
final "la deuda privada es deuda del gobierno". Las
recomendaciones del Fondo Monetario Internacional que buscaba
ante todo estabilizar la economía ecuatoriana generadora
de un ambiente de descontento social que podría dar como
resultado un gobierno poco dócil a sus mandatos, como
finalmente sucedió. La asimetría en la
decisión de quienes ven en la dolarización una
medida con bondades más allá de lo
humano.

  • Algunos sencillas observaciones

Monografias.com

Fuente: CEPAL. Ver cálculos en el
anexo.

Es indudable que para la época, enero de 2000, en
que se tomó la decisión de dolarizar la
economía ecuatoriana se encontraba en período de
hiperinflación. Argumento de peso, pero no suficiente. De
la misma manera la gráfica muestra que los períodos
posteriores fueron de éxito en el control de la
inflación, indicio de estabilidad y de credibilidad en la
medida. ¿Cuáles son los costos de este logro
mínimo esperado?

Monografias.com

Fuente: CEPAL.

Monografias.com

Fuente: CEPAL.

De la misma manera que era previsible un control
inmediato de la hiperinflación, también lo era que
los costos de dicho éxito redundarían en un corto
plazo en una caída del crecimiento de la economía.
Los costos de control de la inflación mediante la
dolarización total se pueden percibir en el endeudamiento
del gobierno central y en el peso que el financiamiento de dicho
déficit tiene en el sector externo.

Por lo que se puede ver la medida de la
dolarización en términos generales logro una
estabilidad inicial. Es de esperar que el régimen
cambiario ultra fijo fuera una señal para los mercados
financieros. En cuanto a las evidencias sobre los costos de la
medida, son contundentes la renuncia de dos presidentes, incluido
quien tomo la medida, con posterioridad a la entrada en vigencia
del dólar como moneda de curso forzoso. El ambiente de
descontento social lejos de apaciguarse se ha manifestado con la
elección de un gobierno reacio a las recomendaciones del
FMI y con la aprobación de una nueva constitución
en 2008.

Lo que llama la atención es que el proceso de la
Asamblea Constituyente considero el debate de la soberanía
monetaria entre sus principales preocupaciones, y si bien no tomo
una medida contraria a la dolarización si llaman la
atención algunas cuestiones. El numeral séptimo del
artículo 290 prohíbe expresamente "la
estatización de deudas privadas", querrá decir esto
que ya no más "la deuda privada deuda del gobierno";
¿Y quién responderá entonces por los ahorros
de los ecuatorianos? Y lo más sui
generis,

Art. 303.- La formulación de las
políticas monetaria, crediticia, cambiaria y financiera es
facultad exclusiva de la Función Ejecutiva y se
instrumentará a través del Banco Central. La ley
regulará la circulación de la moneda con poder
liberatorio en el territorio ecuatoriano. La ejecución de
la política crediticia y financiera también se
ejercerá a través de la banca pública. El
Banco Central es una persona jurídica de derecho
público, cuya organización y funcionamiento
será establecido por la ley.

Merece la atención tamaña respuesta a la
dolarización adoptada en 2000, que la constitución
de 2008 deja a discrecionalidad del ejecutivo no solo la
política monetaria, y demás, sino que
explícitamente le da el Banco Central como instrumento
para implementar sus decisiones. Tan particular es la
decisión soberana y constitucional que pocas semanas
después de la aprobación el ministro de
economía del presidente Correa renunció al no poder
dar forma a dicha institucionalidad.

A manera de
conclusión

Los periodos anteriores del sistema monetario mostraron
que las economías en desarrollo tenían
periódicamente crisis que se manifestaban en su balanza de
pagos, lo cual fue adjudicado a las tasas de cambio fijas, los
salarios y niveles de precios fijos (Mundel, 1961, 28) que
impedían que el proceso de intercambio hiciera el esperado
ajuste. Sin embargo este argumento, usado en buena parte para
adoptar tipos de cambio flexible, se desmorona ante la evidencia
empírica que muestra que a pesar de la
liberalización de los mercados y la desregulación
de precios y salarios promovidas desde el Consenso de Washington,
las crisis de las economías en desarrollo no sólo
siguen existiendo sino que esta vez de manera más profunda
y destructiva.

Lo que sugiere este análisis es que la crisis se
expresa hoy de manera causal en la balanza de pagos. Ya que la
liberalización de los mercados financieros y los altos
volúmenes de capital aprovechan las condiciones de
inestabilidad cambiaria para apropiarse de recursos de las
naciones en desarrollo. De tal manera que la decisión de
asumir uno u otro régimen cambiario queda sujeto a
condiciones de asimetría en la información.
Simplemente porque la apreciación real de una moneda en
medio de la inestabilidad cambiaria hacen vulnerable una
economía ante ataques especulativos. Situación que
se ha evidenciado en las últimas crisis financieras
regionales.

El mecanismo llamado dolarización de la
economía tiene serias limitaciones en la medida que la
toma de la decisión corresponde más a una
presión de grupos de poder, representados incluso en las
instituciones financieras internacionales, que haciendo uso de la
asimetría en la información y la condición
de eventualidad de la decisión llevan a las autoridades
económicas a sobrevalorar los beneficios de la
medida.

Lo que deja la exposición aquí hecha es
que la dolarización total como medida oficial se asemeja
más una dolarización financiera ya que no existe
posibilidad de cambios institucionales en ese sentido que
justifiquen la renuncia a la soberanía monetaria. Lo
contrario, como lógica respuesta de una nación en
desarrollo, es la indignación de los ciudadanos de la
nación dolarizada manifestad en la aprobación de
instituciones en el sentido contrario, como lo demuestra los
aspectos comentados de la reciente constitución
ecuatoriana.

La búsqueda, o imposición, de una moneda
única regional quizás pueda comprender sucesivas
adopciones del dólar como moneda en reemplazo de las
monedas nacionales. Pero la muerte del sucre, el sol o los pesos
de las naciones latinoamericanas no se puede comparar con el
proceso planeado y consensuado de la adopción del
euro.

La posibilidad de una moneda única
latinoamericana, presenta al menos dos posibles caminos: la
cascada de dolarizaciones producto de la crisis financiera y con
las consideraciones demostradas y la integración monetaria
regional vía cooperación. La segunda alternativa
presentada en algunos trabajos exigiría algunos caminos
aparatosos, no sólo en el terreno de la economía
sino de la política. Pero dado la atmósfera de
crisis financiera mundial, no se debe descartar como programa de
investigación.

Partes: 1, 2

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