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Las comunas socialistas de Venezuela (página 5)




Enviado por CESAR DORTA



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Este valor ético está vinculado igualmente
a la obligación de una comuna de interesarse en el destino
de otras comunas, comprometiéndose, por los demás,
a sentir los problemas de los otros como si fueran propios. Los
beneficios económicos obtenidos en las comunas son nada
-aun siendo importantes- al lado de estos valores morales que son
los que hacen a los hombres mejores seres humanos, en todo
sentido, porque al final de cuentas lo que nos interesa a todos
es vivir con más paz y felicidad, habiendo cubierto
nuestras necesidades básicas.

No ha entendido lo que es una comuna quien cree que sus
obligaciones terminan en los linderos de la aquella a la que
perteneces. Tiene que interesarse, junto con sus
compañeros, en conocer los problemas de la comunidad en
donde la comuna se desenvuelve y tratar, al lado de aquellos
ciudadanos responsables, de resolver o ayudar a resolver los
problemas que aquejan a esa comunidad.

¿Hay desempleo entre sus habitantes? ¿Los
está castigando la inseguridad personal? ¿Existe
drogadicción entre los jóvenes? ¿Hay
prostitución infantil o juvenil? ¿Cuán grave
es la falta de vivienda entre sus habitantes? ¿Hay quejas
por la falta de agua o mala recolección de la basura? Esos
y otros muchos problemas pueden estar afectando la comunidad,
barrio o lugar donde está operando la comuna, la cual
tiene la obligación de ver en qué forma puede poner
su grano de arena en hallar soluciones a esas
calamidades.

10) Espíritu Emprendedor. La Comuna no puede ser
pusilánime, miedosa, temerosa de tomar iniciativas, de
comenzar proyectos, de empezar a transitar nuevos
caminos.

Es un valor consustancial con la Comuna ser
emprendedora, no puede quedarse de brazos cruzados, esperando que
alguien de afuera -llámese iniciativa pública o
privada- venga a decirle qué debe hacer o vengan a
empujarlos en el camino que se les antoje.

El carácter de emprendedora de esta
organización social y económica es fundamental, sin
él las Comunas están condenadas a morir. Una Comuna
o es autopropulsada, o simplemente no existe. Esto no quiere
decir, en absoluto, que sea inconveniente el impulso y la
energía que pueda llegar desde afuera, sino que el impulso
debe ser fundamentalmente interior. Bien bueno el empeño y
el compromiso del Presidente Chávez con el movimiento
popular de las Comunas; él es un emprendedor infatigable,
pero ni quiere él ni debe él sustituir la
condición de emprendedora de la comunidad.

11) Honestidad. Por honestidad se entiende que los
dineros de las comunas deben ser administrados con pulcritud por
los que funjan de dirigentes. Sin esa honestidad en la
administración, el fracaso no se hará esperar. De
allí la inmensa importancia de la participación
activa de los miembros en la marcha normal de la empresa, a fin
de que tengan sus ojos bien puestos en los que administran, para
que sean honestos en su gestión.

No basta con los órganos o instancias de control
y vigilancia. Los miembros deben estar alertas también
para que sus dineros sean bien invertidos y respetados sus
derechos. Quien conozca de irregularidades, que las denuncie ante
las autoridades competentes, cuando tengan fundadas sospechas de
que hay malversación de fondos en la comuna.

12) Transparencia y Rendición de Cuenta. Este
valor ético debe presidir todos los actos de las comunas.
Transparencia es sinónimo de sinceridad, de veracidad, de
franqueza. Es lo contrario de engaño, de
hipocresía, de artería.

El comportamiento de los miembros, particularmente de
los directivos, debe ser siempre transparente, debe verse como a
través de un cristal. Ejercitemos ese valor y procuremos
que los demás también lo practiquen.

La participación ciudadana es transparencia y
control de la gestión pública. El manejo de lo
público tiene que hacerse públicamente y de manera
transparente, con la diafanidad que produce la
administración y el manejo de las cosas ante los ojos de
la gente. La rendición de cuenta de los funcionarios es
esencial para la incidencia de las personas en la actividad
pública, particularmente en la planificación y
evaluación de las políticas.

El control de la gestión pública, de parte
de los ciudadanos y ciudadanas debe cubrir las diferentes
instancias de gobierno, e incluir la participación en la
planificación, diseño, ejecución y
evaluación de las políticas públicas, en
especial de las políticas sociales. Como se ha dicho, "a
mayor participación en el proceso de toma de
decisión, mayor democracia"

13) Control Social. El control social, manifestado en la
contraloría social, es valor fundamental de las comunas,
porque es la mejor expresión de la participación
ciudadana. La Constitución nos reconoce el derecho, a
hombres y mujeres de Venezuela, a participar en todas las
instancias del gobierno, en la planificación,
legislación y control. La contraloría social ha
sido concebida por el socialismo como la mejor manera de que el
hombre participe en la gestión pública.

A la contraloría social dedicamos largos
párrafos, más adelante, en este mismo
libro.

14) Asociación Abierta y Voluntaria. Significa
que nadie puede ser constreñido a formar parte de una
comuna. El ingreso a ella debe ser absolutamente voluntario y
libre. Las puertas de la comuna deben permanecer abiertas para
dar entrada a todas aquellas personas que lo soliciten y que
llenen los requisitos exigidos por la ley, su reglamento y el
estatuto de la respectiva asociación. No puede haber
discriminaciones por religión, sexo, raza, nacionalidad o
por motivos políticos o sociales.

Al ingreso voluntario de una comuna, corresponde el
abandono o retiro voluntario de la misma.

15) Participación Democrática. No es
concebible la comuna ni la empresa socioproductiva sin la
participación de los vecinos, de los trabajadores, de
quienes integran la comuna misma o la empresa de propiedad
comunal. La participación es un valor esencial de la
democracia socialista y de la economía popular, por eso es
un valor fundamental de las comunas.

16) Autogestión comunitaria. El gobierno,
gerencia y administración propia es valor y
característica esencial de la comuna y de la empresa
socioproductiva. No puede concebirse, es contrario a su
naturaleza, que la gestión de este instrumento popular
venga de afuera, bien del Estado o de algún otro sector
exógeno. Decir autogestión es decir comuna y
empresa socioproductiva.

17) Formación y Educación. No es
aconsejable organizar comunas sin que previamente sus miembros
hayan recibido una muy buena preparación, tanto en la
doctrina o filosofía del socialismo y del movimiento
comunal, como en los derechos y deberes que tienen, según
la ley, en esas organizaciones populares. Debe
enseñárseles la estructura y funcionamiento de la
comuna, cuáles son sus órganos o instancias y sus
correspondientes atribuciones; todo lo relativo a los aspectos
económicos, sociales y jurídicos.

Debe hacerse énfasis durante el proceso educativo
-que por cierto debe durar todo el tiempo de vigencia de la
comuna- que estas asociaciones no son sólo empresas
económicas para producir bienes o servicios o adquirirlos,
sino crisoles en donde se va fraguando un nuevo tipo de ser
humano, más inclinado a la solidaridad y a la ayuda mutua,
y con menos propensión al individualismo y al conflicto
con otros; con más confianza en sí mismo y en sus
posibilidades, y con menos inclinación a depender de
otros.

Es inmensa la importancia de la educación
comunal, para que los comuneros puedan participar realmente en la
autogestión de estas organizaciones. Juzgamos que es
recomendable que exista un grupo de asociados que se dedique
exclusivamente a coordinar la elaboración y
ejecución de todas las actividades educativas y formativas
de la comuna. Es fundamental que todos los planes de
educación sean fruto de las reflexiones y discusiones de
los comuneros, tanto en asambleas como en reuniones especiales, y
que en su ejecución participe la totalidad de
ellos.

El planificar y evaluar colectivamente las actividades
normales y permanentes de la comuna, ya de por sí es un
ejercicio educativo de inmenso valor.

El fondo de educación es el que debe utilizarse
para financiar todos los planes educativos y formativos de la
comuna.

La participación ciudadana es educación y
diversificación de medios y mecanismos. Repetimos
incesantemente que sin educación no hay
participación. El proceso de socialización para la
democracia puede ser desarrollado a través de la
participación, incluyendo el aprendizaje de valores y la
práctica de habilidades y procedimientos
democráticos. Se trata de fortalecer las capacidades,
entendidas como actitud cultural y suma de destrezas requeridas
para convertir las necesidades en propuestas de desarrollo
posible. La diversificación de medios y mecanismos se
resume en el respeto a las nuevas iniciativas, lo que permite
añadir instrumentos y procedimientos a los que ya se
tienen.

  • 18) Apropiación Social del Conocimiento.
    Para el comunero o comunera compartir sus conocimientos y
    experiencias constituye algo esencial, y respuesta
    lógica de quien está comprometido con el
    proceso de transformación y cambio. Los conocimientos
    de los comuneros son de la Comuna, a ella se los transfieren,
    pero no son sólo de una Comuna en particular, la
    apropiación social del conocimiento obliga a la Comuna
    Socialista a compartir sus conocimientos con otras Comunas,
    de manera tal que todas ellas puedan avanzar en el camino del
    progreso a la felicidad colectiva de toda la
    Nación.

  • 19) Las Unidades de Producción como
    espacio de aprendizaje permanente. El modelo socioproductivo
    comunitario y las Comunas mismas deben convertirse en
    espacios de aprendizaje permanente, son una escuela, en
    primer lugar, para los comuneros y comuneras de la respectiva
    unidad de producción, y no deben negarse a ser
    igualmente escuela de aprendizaje constante para las otras
    comunas y organizaciones de carácter socioproductivo
    comunitario. La generosidad y amplitud resultan fundamentales
    como valores de la Comuna, por eso ellas son espacio de
    aprendizaje permanente.

20) Respeto y Fomento de las Tradiciones Sociales y
Culturales. La Comuna nace, se desarrolla y hace realidad dentro
de una comunidad, que tiene tradiciones sociales y culturales,
que la Comuna no puede intentar cambiar a la fuerza, que por el
contrario, debe respetar y fomentar. Las Comunas son y deben ser
siempre expresión de sus comunidades, teniendo estas
últimas en sus tradiciones, algo que les es fundamental.
De modo pues que las Comunas deben ser fomentadoras y cultoras de
las tradiciones sociales y culturales.

21) Identidad Comunal. Como consecuencia de lo dicho en
el punto anterior, las Comunas tienen que identificarse con su
comunidad, ellas son expresión de un conglomerado humano
en particular, con el cual se identifican.

La identidad comunal debe ser característica
esencial de la Comuna, la que ha de procurar, en todo momento,
ser buena expresión de aquello a lo cual pertenece y le
pertenece.

22) Aceptación de la Diversidad Cultural. Una
Comuna, que para serlo necesariamente funciona en base a
principios de democracia, solidaridad, amplitud y tolerancia,
tiene que aceptar la diversidad cultural, conocer y admitir que
esa diversidad es enriquecedora, es positiva, hace crecer y
además, es reconocedora de los Derechos
Humanos.

23) Siembra de Cultura Ecológica. Cada vez
más en el mundo, durante los últimos años,
hemos visto cuidar lo ecológico, las relaciones entre los
organismos y el medio en que vive. Hace pocas décadas
atrás la ecología no había sido percibida en
su verdadera dimensión e importancia, y ni siquiera las
constituciones de los países del mundo reconocían,
como hoy, el derecho ambiental, el derecho a un aire puro y a un
agua limpia, como un Derecho Humano.

La Comuna y la empresa socioproductiva comunitaria deben
no sólo cuidar el ambiente, sino ser ambientalistas,
sembradoras de cultura ecológica. La Comuna tiene
conciencia de que el ambiente es del mundo, no de una persona ni
de una Comuna, ni siquiera de un país. El ambiente es uno.
Si se afecta un río o el aire en un determinado lugar o el
mar en un sitio preciso, ese mal no se queda allí, se
extiende, corre por el mundo. El ambiente no tiene fronteras, lo
que nos obliga recíprocamente a todos los seres humanos,
si importar el país o Continente en el que
habitemos.

De modo pues que no puede haber duda alguna de lo
obligante que resulta para una Comuna, el cuidado del ambiente, y
la siembra de la cultura ecológica entre sus
miembros.

24) Preponderancia de los Intereses Comunes sobre los
Individuales. La Comuna, como expresión socialista, tiene
clara conciencia de que los intereses del individuo, no pueden
nunca estar por encima del interés común, luego en
la Comuna, en el modelo socioproductivo comunitario, existe
preponderancia de los intereses comunes sobre los
individuales.

25) Fomento de las Potencialidades Económicas de
las Comunidades. La Comuna está al servicio de su
comunidad, de los comuneros y comuneras, por eso no puede serle
ajeno su desarrollo económico, como factor importante para
su realización plena.

No resulta, pues, extraño a nadie que para la
Comuna sea un principio o valor fundamental el fomento de las
potencialidades económicas de la comunidad que
integra.

26) Significado Propio y Auténtico del Trabajo.
Para la Comuna el trabajo, tanto físico como intelectual,
tiene un sentido fundamental y propio, no es sólo un
factor de reproducción, es más que eso, es el fruto
del esfuerzo del hombre, y por ser el hombre lo más
importante en la sociedad, su trabajo debe ser valorado a
plenitud, y tener un significado de progreso y
bienestar.

27) Cultura de Trabajo Colectivo. No puede entenderse la
Comuna sin el trabajo colectivo de comuneras y comuneros, de modo
pues que en la Comuna hay que propiciar y crear hábito y
cultura de trabajo colectivo, de esfuerzo mancomunado y
autodirigido al desarrollo en beneficio de todos. El yoismo, el
individualismo, está reñido con lo social, con lo
comunitario.

28) Justa Distribución de las Riquezas:
primacía del trabajo sobre el capital en la
distribución de los excedentes. "…Dar
primacía a las personas y al trabajo sobre el capital en
la distribución de sus excedentes", es disposición
expresa que se lee en el artículo 10, numeral 6, de la Ley
para el Fomento y Desarrollo de la Economía
Popular.

Esta disposición de la mencionada ley para el
Fomento y Desarrollo de la Economía Popular, está
inspirada en el artículo 54 de la Ley Especial de
Asociaciones Cooperativas, conforme al cual, el excedente o
excedentes es el sobrante de las operaciones totales de la
cooperativa, deducidos los costos y los gastos generales, las
depreciaciones y provisiones, después de deducir el 1 %
del producto de las operaciones totales que se destinará
(este 1 %) a los fondos de emergencia, educación y
protección social, por partes iguales.

De los excedentes, una vez deducidos los anticipos
societarios, después de ajustarlos, si procediese, de
acuerdo a los resultados económicos de la cooperativa, el
30 % como mínimo se destinará, por partes iguales,
a los fondos obligatorios, es decir, al fondo de reserva de
emergencia, fondo de protección social y fondo educativo,
recibiendo cada uno de ellos un 10 %. Estos porcentajes son los
mínimos, por supuesto que podrían ser más
altos.

Esos excedentes o beneficios económicos no pueden
ser distribuidos entre los asociados porque habría lucro.
Ello está prohibido por nuestra ley de cooperativas. En
ese caso tales excedentes deben ir al fondo educativo de la
cooperativa, que es uno de los fondos irrepartibles. La LEAC
contempla la aplicación de sanciones (Arts. 90 y 95) para
la cooperativa que incurra en esta violación legal y al
mismo tiempo doctrinaria.

También son irrepartibles los legados, donaciones
y cualquier otro bien o derecho patrimonial otorgado a la
cooperativa a título gratuito, ya que es un capital propio
de la empresa cooperativa y no de sus miembros.

29) No Discriminación, ni Social,
Ideológica, Política, Religiosa, Étnica, de
Género o de cualquier tipo. La participación es no
discriminación. Todos podemos expresar ideas y propuestas,
e involucrarnos activamente en los procesos y actividades de la
comuna, todos tenemos espacios garantizados, sin importar si se
trata o no de grupos minoritarios, de determinada raza, etnia,
género, religión, cultura, idioma, opinión
política o de cualquier otra índole u origen
nacional o social, posición económica o cualquier
otra condición.

30) No Privilegios Asociados a la Posición
Jerárquica. Si bien dentro de la Comuna todos los
asociados, todos los comuneros gozan de igualdad de derechos y
atienden por igual sus responsabilidades y obligaciones, hay
posiciones o roles que desempeñan unos comuneros que bien
debería entenderse como de mayor responsabilidad y
obligación, más que como jerarquía. El hecho
cierto es que algunos de ellos deben asumir funciones de
coordinación, administración o liderazgo que puede
ser entendido como posición jerárquica dentro de la
Comuna, y eso es normal, lo anormal e inaceptable es que
pretendan privilegiarse de la posición jerárquica
los comuneros que la desempeñen, ya que no puede existir
ningún privilegio asociado a la posición
jerárquica. Si hubiere que privilegiar a alguien dentro de
la Comuna, ese sería el más necesitado, el
más desvalido, el que más requiera de la ayuda de
los demás.

31) Diseño y Planificación. Diseñar
y planificar más que un valor es una necesidad de las
Comunas, y de todas las empresas populares. No puede una Comuna
darse el lujo de improvisar, de actuar por impulsos, por
arrebatos o emociones. Su actividad social y económica
debe ser consecuencia de un diseño y planificación
de lo que se quiere, ramificación que debe ser
técnica y multifacética, tomando en
consideración todos los elementos internos y externos que
podrían sacarla de su camino, fuera de lo que la propia
comunidad haya programado como su actividad.

Planificar es tener conciencia de que los recursos son
limitados, todos los recursos tienen un límite, se acaban
por igual el dinero y otros insumos, como también el
tiempo y la fuerza.

Planificar es establecer programas económicos con
la indicación del objetivo propuesto, de la meta a
alcanzar, así como de las diversas etapas que hay que
transitar. Por supuesto que la planificación implica
determinar la estructura adecuada de la Comuna o empresa para
lograr sus metas.

32) Participación Conjunta con Otras Formas de
Organización Popular. Si los seres humanos se unen para
organizar comunas que les ayuden en la resolución de
problemas económicos y sociales, las comunas
también deben unirse para poder enfrentar juntas los
grandes retos de la moderna economía.

Los comuneros deben interesarse en los demás,
sean los compañeros de la comuna, sean los vecinos, sean
los camaradas de trabajo, etc. Comprometerse por los demás
es sentir los problemas de los otros como si fueran propios. Los
beneficios económicos obtenidos en las comunas son nada,
aun siendo importantes, al lado de estos valores morales que son
los que hacen a los hombres mejores seres humanos en todo
sentido.

33) Articulación del Trabajo en Redes
Socioproductivas. Así como los seres humanos nos unimos, y
constituimos sociedades intermedias para enfrentar juntos
adversidades, y ganar potencias para el crecimiento, del mismo
modo esas organizaciones llámense comunas, cooperativas,
empresas socioproductivas o de cualquier otra manera,
están igualmente obligadas a encontrarse y a sumar
voluntades, a constituir organismos de segundo grado integradores
ya no de personas sino de organizaciones de éstas,
integradoras de comunidades sociales y productivas.

De la misma forma en que la suma de dos o más
personas en un esfuerzo socioproductivo genera indiscutibles
beneficios, tampoco pueden desconocerse los beneficios que
produce la unión de dos o más asociaciones
populares, de carácter comunitario. De allí que las
comunas deben unirse a otras de su mismo tipo, de su misma
filosofía y creencia, para sumar sus fortalezas, para
compensar sus debilidades y, en definitiva, para avanzar
juntas.

34) Desarrollo Integral de la Comunidad. El desarrollo
es integral, o no es tal. La comuna persigue no sólo el
desarrollo social y económico de una comunidad, va
más allá, porque el ser humano tiene igualmente
otras dimensiones. El desarrollo tiene que ser también
cultural, deportivo, religioso, político y en general
cubrir la plenitud del espectro humano y de su comunidad. Dicho
esto, es comprensible que el desarrollo integral sea un valor de
la comuna, ya que si algunos de los aspectos que antes
mencionamos, o cualquier otro, no alcanza su desarrollo, el
hombre no estaría plenamente realizado, luego no se
habría cumplido cabalmente el objetivo de la
comuna.

35) Desarrollo Endógeno. El impulso progresivo y
la efectiva mejora de los pueblos y de sus sistemas
políticos y económicos, es lo que solemos entender
por desarrollo y, en consecuencia, desarrollar es acrecentar o
incrementar en lo físico o moral.

Se habla de desarrollo endógeno y exógeno,
entendiendo por el primero lo que nace en el interior del
órgano que lo engendra. El desarrollo endógeno es
autóctono, es propio, no es copiado de modelos externos,
responde a la identidad e idiosincrasia de su comunidad, y toma
en cuenta, por supuesto, los recursos humanos, materiales,
climáticos, sociales, económicos, políticos,
o de cualquier otro orden que existan en la comunidad.

De modo pues que el desarrollo endógeno es
principio de la Comuna, que sin dejar de estar atenta a lo que
ocurre a su alrededor, en el país o en el mundo
-particularmente en lo referido a los avances científicos
y tecnológicos- tendrá siempre por base lo propio,
lo endógeno, para construir a partir de
allí.

36) Eficiencia y Eficacia. La Comuna debe tener
obsesión de resultados y logros positivos. No puede una
comuna servir a su gente, a las comuneras y comuneros, y en
sentido más amplio ser útil al país, si no
es eficiente, vale decir, si no produce realmente un efecto,
efecto que, por supuesto, debe ser positivo.

Si decimos por ejemplo que el sol es una causa eficiente
del calor, estamos diciendo verdad, porque es eficaz en la
generación del calor. Decimos de una persona que es
eficiente, cuando actúa de manera eficaz, produciendo un
efecto querido y buscado. Diremos de un remedio que es eficaz,
cuando sana, cuando cura tal como se desea.

Antes manifestamos que la Comuna debe diseñar y
planificar en búsqueda de la excelencia. El control y la
medición de resultados permitirán determinar la
eficiencia y eficacia de tal plan, y en definitiva, la eficiencia
y eficacia de la Comuna.

37) Sustentabilidad. Una empresa de modelo
socioproductivo comunitario, una Comuna, debe ser sustentable,
entendiendo que debe sostenerse, que es viable, que no es un
impulso sin bases. La comuna debe vislumbrar permanencia,
crecimiento y desarrollo, es decir sustentabilidad. Una comuna
surge con pretensiones de permanencia, para lo que debe construir
bases que le permitan sobrevivir los avatares y responder a la
expectativa creada en ella.

38) La Buena Fe como Base de las Operaciones. La buena
fe es sustrato indispensable en la vida social y en la vida
económica. No es conveniente ir por el mundo atribuyendo
mala fe a los demás, pensando que todos actúan para
perjudicar. Hay una máxima o principio jurídico
conforme al cual, "la buena fe se presume siempre, la mala hay
que probarla". De modo pues que presuponer la buena fe es base de
la vida social.

Bastaría imaginarse cómo el mundo se
paralizaría, cómo las relaciones se harían
pesadas, si para dar cualquier paso, organizar cualquier
transacción, se exigiera probar la buena fe. No obstante,
es recomendable actuar con precaución, medir pasos y
actitudes, no actuar demasiado confiado sin prever opciones, ya
que por desprevenidas, las organizaciones populares
podrían verse afectadas.

En resumen, la buena fe es base de las operaciones de
las Comunas, presumir la buena fe de las comuneras y los
comuneros.

39) Satisfacción de las Necesidades de la
Comunidad y Mejoramiento de su Calidad de Vida.
¿Qué sentido tiene una Comuna que no apunte y sea
eficiente a la satisfacción de las necesidades de sus
comuneras y comuneros?; ¿si no es para mejorar la calidad
de vida de los comuneros, para qué existe la Comuna?.
Responder estas preguntas nos ubica con facilidad en lo que es un
principio fundamental, un valor esencial de las organizaciones de
modelo socioproductivo comunitario.

40) La Mayor Suma de Felicidad posible para cada uno y
para la comunidad. Hemos colocado de último este principio
o valor de las Comunas, no por ser el de menor importancia, por
el contrario, es porque él resume los 39 anteriores al
constituir su objetivo final. Decía El Libertador
Bolívar, con sobrada razón, que "el mejor gobierno
es aquel que da la mayor suma de felicidad posible a su pueblo".
Del mismo modo, la mejor comuna, la mejor empresa socioproductiva
comunitaria, es aquella que brinda la mayor suma de felicidad
posible a cada uno de los comuneros y a la comunidad como un
todo.

En la comuna,
educar y capacitar ¿para qué?

En las Comunas, ya lo dijimos, es indispensable formar a
los comuneros en los principios y valores son los que distinguen
o caracterizan la Comuna que queremos, por lo que se hace
indispensable formar mujeres y hombres nuevos, capaces de formar
una sociedad igualmente nueva, ya que lo antirrevolucionario no
genera revolución.

Pero además de la formación ética
son diversas las áreas, amplio camino para la
educación y la capacitación dentro de la comuna;
intentemos concretarlas en las más usuales y, tal vez, las
más importantes o necesarias:

a) Educar para la participación. Este es el
objetivo máximo, él encierra los otros que
mencionamos en los puntos siguientes:

Sin educación no hay participación, sin
participación no hay Comunas o, por lo menos, no hay
verdaderas Comunas. De modo que, la formación y
capacitación marchan de la mano con la
participación.

Si no educamos para que los ciudadanos participen,
estamos permitiendo que persista la exclusión, las
decisiones en manos de pocos. En tal sentido, no basta con que la
Constitución y la Ley establezcan mecanismos para
participar, es necesario formar al ciudadano para su
transformación en sujeto del cambio, para que deje de ser
objeto de las decisiones de otros. Sólo un hombre o mujer
preparados, educados y capacitados para su inclusión,
darán el paso para ser ductores de su propio
destino.

Educar es desarrollar las facultades de alguien para
algo; por esta vía podemos hablar, por ejemplo, de
educación física, de educación para el
trabajo, de educación del oído para la
música, de educación intelectual, de
educación moral, o también de la educación
para la participación, la que permite hacer de la persona
humana un ciudadano, un ser que desarrolla sus facultades, al
punto de hacerlo capaz de tomar parte en el gobierno de su
comunidad, de su ciudad, de su país.

Educar es capacitar, tener aptitud para hacer algo. No
basta tener disposición de construir o hacer, es necesario
saber como hacerlo. Educar es formar, enseñar, aleccionar,
preparar, adiestrar, instruir, practicar, cultivar, divulgar,
poner los conocimientos al alcance de todos.

b) Educar para cogobernar y coadministrar. Si estamos
claro en que las Comunas deben permitir al pueblo organizado
ejercer directamente la gestión de las políticas
públicas y proyectos orientados a responder a las
necesidades y aspiraciones de las comunidades, es forzoso e
inevitable formar a los vecinos para que ellos también
gobiernen y administren, digamos cogobiernen y
coadministren.

Si la formación no llega a todos, todos no
participarán, no actuarán con criterio propio.
Algunos, tal vez muchos, serán presa de la voluntad de
otros, dándole así continuidad a la demagogia y al
caudillismo que debemos enterrar.

c) Educar para actuar en la Asamblea de Ciudadanos y
Ciudadanas. Siendo la Asamblea la instancia deliberante de la
Comuna, donde todos sus miembros – entiéndase ciudadanos o
vecinos del lugar- tienen por igual voz y voto, todos deben
aprender a comunicar y a comunicarse, a transmitir sus ideas, y a
hacerlo de manera persuasiva. Que diferente y productiva es la
Asamblea en la que sus miembros conocen del arte de hablar en
público, cuando han aprendido a ser oradores.
Recuérdese que el buen orador es un buen
oyente.

d) Educar y capacitar para el control social, si no hay
control social, indefectiblemente la comuna se perderá.
Ese control debe ser de todos, ya que es un derecho y
obligación de todos; en la medida en que participamos,
ganamos.

e) Educar y capacitar para tareas específicas
dentro de la Comuna. Quien sea miembro de una ciudad de trabajo,
deberá capacitarse y entrenarse para el cabal cumplimiento
de sus obligaciones, en las áreas profesionales
específicas que le corresponda.

Si no hay formación genérica para la
participación, y específica para la eficiencia y
eficacia, no tendremos Consejos Comunales a la altura de la nueva
sociedad que queremos construir.

Chávez y
la educación para la acción

Tiene el Comandante del Proceso Revolucionario clara
conciencia de la trascendencia de la formación para la
acción. Así lo ha manifestado de palabra y hecho.
Luego de su reelección como Presidente, en 2006, el
Comandante Chávez habló de motores de la
revolución, y entre ellos, de "Moral y Luces,
educación con valores socialistas", donde plasma su
criterio: "Educación popular en todos los momentos y en
todos los espacios. Educación, educación,
educación, hemos dado muchos avances, pero aún nos
falta mucho por profundizar en la educación, la cultura,
la ciencia, la tecnología, la conciencia, la
ideología, los valores, los nuevos valores".

Cuando hablamos de educación no nos referimos
solamente a la formal, la que permite aprobar grados en las
escuelas, o materias en el liceo o universidad, no, es más
que eso, es formar en nuevos valores.

Reafirma el Líder del proceso la necesidad de la
educación en todas las instancias o niveles:
"Educación en todos los espacios: educación moral,
económica, política, social. [Educación],
mucho más allá de la escuela: en las
fábricas, en los talleres, en los campos, en los
núcleos endógenos, una sacudida moral".

Convoca Chávez a la incorporación de todos
a la tarea educativa: "Invito a que lo asumamos todos con todo
rigor, no sólo desde el Gobierno, todos debemos
asumirla.

Un revolucionario no termina de estudiar nunca, debe
cultivarse siempre. Chávez dice que: "un luchador, un
revolucionario, tiene que estudiar todos los días de su
vida, todas las noches de su vida; tiene que estudiar la
teoría y la praxis; navegar en las aguas de la
dialéctica".

La formación y capacitación de los
comuneros es de vida o muerte para el Poder Popular.

Educación
endógena y exógena en la comuna

La Comuna puede recibir una actividad de
formación y capacitación de afuera de su propia
estructura, o puede generar esa actividad desde
adentro.

Llamemos educación endógena la que surge
de la propia Comuna, para atender sus requerimientos de
adiestramiento, aún cuando para su ejecución
solicite la cooperación de órganos externos,
gubernamentales o no.

Las Comunas deben dar prioridad a la actividad educativa
para la participación, porque a mayor educación,
mayor participación. Podemos añadir ahora, a mayor
participación, más democracia y mejores
resultados.

Como ha dicho el Presidente de la República la
tarea de educar para participar es de todos, en consecuencia,
todos en la Comuna debemos tenerla como propia, particularmente
sus voceros.

Llamemos educación exógena la que le llega
de afuera de la Comuna, a través de órganos
formales de gobierno de nivel nacional, regional o local, de
organizaciones no gubernamentales de la Sociedad Civil o,
incluso, de organismos internacionales, así como la que
puede llegar a través de los órganos masivos de
comunicación social.

Educación exógena es también la
referida en el Artículo 253 de la Ley Orgánica de
Poder Público Municipal (LOPPM), cuando
establece:

"El municipio está en la obligación de
crear y mantener programas de formación ciudadana,
dirigidos a fortalecer las capacidades de los integrantes de las
comunidades e incorporar a los ciudadanos y ciudadanas y a otras
organizaciones de la sociedad que manifiesten su deseo de
participar en dichos programas".

Permítanme expresar ahora mi deseo vehemente, mi
sentida aspiración a que todos los municipios venezolanos,
tanto desde la Alcaldía como desde el Concejo Municipal y
desde otras instancias locales, se emprendan programas serios y
permanentes de formación para la participación,
para la capacitación de los ciudadanos, en miras a no
quedarse fuera, a no excluirse de un proceso que nos necesita a
todos.

Exhorto a los Concejos Municipales a aprobar ordenanzas
de formación y capacitación para la
participación ciudadana en la gestión local, donde
se tenga muy en cuenta la promoción de actividades para la
capacitación y desarrollo de comuneras y comuneros. A este
respecto INFOPRESCO, Instituto de Formación y
Capacitación de los Funcionarios Públicos
Municipales, sociedad civil que presido, pone a la orden de los
Concejales, así como de cualquier otro municipalista o
interesado en la materia, su modelo de "Ordenanza para la
Educación, Formación y Capacitación para el
Poder Popular".

El control social
no es lo mismo que la contraloría social

No es lo mismo control social que contraloría
social. El primero ha existido siempre, con sus
características propias de tiempo y lugar. Por su parte,
la contraloría social es moderna, está en
sintonía con los cambios sociales y políticos,
tiene que ver con la democracia participativa, con la
participación del ciudadano en la gestión
pública, particularmente en el control de ella. Dedicamos
este punto al control social, y el siguiente estará
referido a la contraloría social en la comuna.

El control social es consustancial con las relaciones
sociales, no es algo impuesto a la fuerza por la policía o
la ley. El hombre, al vivir en sociedad, es condicionado por
ésta, y seguramente acatará pautas de conductas que
estén o no en la ley, existan o no policías que lo
estén vigilando.

Michel Banton sostiene que la mayor parte de las
personas crecen con un acondicionamiento tal que no pueden
sentirse felices si llegan a violar las normas más
importantes. De ese modo, el control es mantenido mediante las
gratificaciones y sanciones que han sido incorporadas a toda
relación social y que se hacen evidentes en el
otorgamiento o retención de la estima, en las sanciones
resultantes del rumor, y en las presiones institucionales,
económicas y morales que se encuentran en la base de las
pautas de comportamiento. El derecho y los organismos de
aplicación del mismo, por importantes que sean, resultan
minúsculos si se los compara con la amplitud y
complicación de estos otros modos de regular la
conducta.

Las comunidades con mayor nivel de control social son
las pequeñas, homogéneas y estables -como las
sociedades tribales en regiones apartadas, o las aldeas
más remotas en las naciones industriales-. En esas
comunidades, el orden social es mantenido en gran medida mediante
los controles informales de la opinión pública, no
siendo necesario recurrir, sino en pequeña medida, a
controles formales tales como la legislación y la
designación de personas para que cumplan profesionalmente,
y todo el tiempo, con las obligaciones de aplicación del
Derecho. La mayor parte de las sociedades tribales carecen de
fuerzas policiales, de prisiones y de hospitales para enfermos
mentales: son lo suficientemente pequeñas como para
hacerse cargo de sus propios miembros desviados.

"Toda sociedad define lo que está bien o mal, lo
que es bello o feo, honorable o vergonzoso, agradable o
desagradable, y, empleando un lenguaje heroico, aquello por lo
cual vale la pena vivir y eventualmente morir", sostiene Henry
Mendras; cuando uno dice a un niño que se ha conducido en
forma incorrecta: "Eso que has hecho es feo, ¿no te da
vergüenza?", uno le está inculcando los valores y las
normas de su sociedad y habituándolo a respetar las
costumbres, sin darle, sin embargo, otra justificación que
la evidencia. Cada uno debe "sentir" lo que está bien y lo
que está mal. Kant oponía facultad de
"representarse lo verdadero", que es el conocimiento, y la
percepción del bien, que es el sentimiento. Los valores se
imponen al individuo como evidentes y absolutos, llevan
implícitos una trascendencia y superioridad que
normalmente no se cuestiona.

Es claro, los valores varían con las culturas
-afirma Mendras en "Elementos de Sociología"- y, en el
interior de una misma cultura, según los grupos y
categorías sociales. La moral del burgués no es la
misma que la del obrero, ni sus gustos son iguales; la historia
estudia la evolución de la sensibilidad ética y
estética. Sin embargo, en cada época y para cada
grupo, la moral es un absoluto que se impone en tanto tal, y que
no se relativiza.

Los valores se organizan en un "ideal" que la sociedad
propone a sus miembros y que es más que un simple futuro
hacia el cual se aspira. Ese ideal orienta los pensamientos y los
actos y, según dice Durkheim, "una sociedad no puede
constituirse sin crear un ideal". Dentro de una sociedad dada los
valores se organizan en un sistema o escala de valores que debe
tener una cierta coherencia.

La manera de dirigir la palabra a alguien, saber a
quién debe saludar primero, a quién debe
dársele la mano, etc., son parte de un sistema de reglas
que tienen su sanción, y que se aprenden en el curso del
proceso de socialización. En la mayoría de los
casos no tenemos necesidad de que se nos recuerden las normas de
trato social para que las observemos. En cierta forma las hemos
hecho nuestras y la mejor prueba de ello es que cuando las
infringimos por descuido, nos sentimos culpables. Para decirlo de
otra manera, el individuo se impone a sí mismo ciertas
sanciones con respecto a las normas de su grupo, por lo que la
observancia de una norma no depende entonces solamente de las
sanciones exteriores.

"El control social es una extensión del proceso
de socialización, hacen presión en las personas
para que conformen con las pautas, papeles, relaciones e
instituciones que son considerados de alto valor en la cultura",
escribe Jhoseph Fichter, en "Sociología". El control
social existe en diversos niveles de la sociedad y actúa
sobre diferentes géneros de relaciones
sociales.

A nivel de la persona social solemos pensar en el
control ejercido por la sociedad o por el grupo sobre el
individuo. La sociedad total influye en todos sus miembros. Pero
el control social es también ejercido por asociaciones
primarias y secundarias sobre sus propios miembros. Dado que los
papeles sociales son los vínculos de enlace entre la
persona y los grupos en que participa, la conformidad efectiva de
la persona se evalúa por el modo como desempeña
estos papeles. Así pues, el papel es el conducto por el
que ejercen su control en la persona los grupos familiar,
económico, religioso y otros.

No obstante, el control social no se dirige sólo
desde la pluralidad al individuo. Existe también un
control inverso, mediante el cual un individuo designado como
jefe influye en el grupo para que, conforme con los valores que
éste mismo fomenta y aprueba.

La clasificación del control social se puede
efectuar desde diversos puntos de vista que dependen del
interés y del objetivo, las clasificaciones generales
pueden ser de control positivo y negativo, formal e
informal.

a) Control positivo y negativo. Ciertos mecanismos
positivos, como la persuasión, la sugestión, la
instrucción y la recompensa, se usan para inducir a las
personas a practicar el comportamiento y para adoptar las
actitudes aprobadas socialmente. Otras formas de control se
pueden calificar de negativas, como las amenazas, las
órdenes, las coacciones y los castigos. Se emplean para
retraer a las personas de comportamientos y actitudes
antisociales.

Las sociedades y los grupos tratan de inducir a las
personas a hacer ciertas cosas y a evitar otras, pero esta
distinción entre controles positivos y negativos
sólo puede hacerse en el orden de la abstracción.
Ambos parecen actuar en el orden concreto con miras a la
conformidad social. La motivación humana es compleja, y el
individuo puede proceder en formas aprobadas socialmente, porque
aspira a recompensas o trata de evitar sanciones, o por ambas
razones a la vez.

b) Control formal e informal. Una ulterior
clasificación consiste en dividir los controles en
formales e informales. Toda sociedad y grupo establece ciertas
medidas con la intención expresa de producir la
conformidad social. Tales son los decretos, ordenanzas y leyes
públicas establecidas por la autoridad política;
tales son también las constituciones y reglamentos de un
círculo regional, las reglas y preceptos de una iglesia,
el reglamento oficial de una escuela o de una universidad. Se les
da el nombre de formales porque se elaboran cuidadosamente, se
promulgan con toda solemnidad y son obligatorias para todas las
personas que están sujetas a la autoridad de los
legisladores. En los controles formales hay también
procedimientos de coerción con carácter
oficial.

Los controles informales son más sutiles pero no
menos efectivos. Se emplean para imponer la clase de
comportamiento que (todo el mundo sabe) que se debe practicar y
para prohibir conductas que son desaprobadas por la sociedad. Los
controles informales actúan positivamente por medio del
aplauso y las otras expresiones de aprobación, como una
inclinación de cabeza en señal de aprobación
o una palmadita en la espalda. Negativamente actúan por
medio de mofas, silbidos y el ridículo.

Hasta aquí nos hemos referido al control social,
al que ejerce la sociedad sobre el hombre; hablemos de la
contraloría social en el siguiente apartado, ya que a ella
lo consagramos, particularmente enfocado en la contraloría
social de las comunas.

La
contraloría social en las comunas

La contraloría social de una comuna es una
institución de control, formal o informal, que el
ciudadano o los ciudadanos constituyen para, de manera individual
o colectiva, participar en el control de la gestión
pública y de la propia comuna, la ejecución de
planes y proyectos, los servicios públicos y la conducta
de los funcionarios, para prevenir errores y promover
correctivos.

La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela -profundamente participativa -establece
que el Estado propugna "la responsabilidad social" (Art. 2), que
"la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo"
(Art. 5), que el gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela es "participativo" (Art. 6), que "La
participación del pueblo en la formación,
ejecución y en el control de la gestión
pública, es el medio necesario para lograr el protagonismo
que garantice su completo desarrollo, tanto individual como
colectivo" (Art. 62).

Queda claro, con lo dicho en el párrafo anterior,
el rango constitucional de la función contralora de la
gestión pública, a la que tiene derecho el pueblo,
la cual se ve fortalecida por lo establecido en el Art.184
constitucional; en efecto, éste indica que la Ley
creará mecanismos abiertos y flexibles para que los
Estados y Municipios descentralicen y transfieran a las
comunidades y grupos organizados, funciones que les son propias a
esos entes públicos, pero que pueden ser ejercidos
directamente por organizaciones de ciudadanos. Así mismo
prevé la participación de las comunidades, y de los
ciudadanos, a través de las asociaciones vecinales y
organizaciones no gubernamentales en el control de obras,
programas sociales y servicios públicos en su
jurisdicción.

En refuerzo de lo antes dicho, el mismo Art. 184
establece que los Estados y Municipios promoverán la
creación de nuevos sujetos de descentralización a
nivel de las parroquias, las comunidades, los barrios y las
vecindades, a los fines de garantizar el principio de la
corresponsabilidad en la gestión pública de los
gobiernos locales y estadales, y desarrollar procesos
autogestionarios y cogestionarios en la administración y
control de los servicios públicos estadales y
municipales".

Por último, la Constitución Art. 290, crea
el Sistema Nacional de Control Fiscal, que encabeza la
Contraloría General de la República, y al que se
suman las contralorías generales de los estados, las
contralorías municipales y las contralorías
internas de todos los entes públicos, tanto de la
administración central como de la administración
descentralizada, teniendo el Sistema de Control como su base
fundamental, al ciudadano organizado en contralorías
sociales.

Es evidente que la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela establece el control
social, que luego las leyes desarrollan, entre ellas la Ley
Orgánica del Poder Público Municipal que establece
que "Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse en
contralorías sociales con el objeto del control del
gobierno local", para añadir luego que "Los contralores y
contraloras municipales tienen la obligación de vincular a
la ciudadanía a sus labores de fiscalización de la
gestión pública y a la valoración del
desempeño de las entidades y los organismos de la
administración pública municipal".

La Ley Orgánica del Poder Público
Municipal, a la que nos estamos refiriendo, es mucho más
precisa y determina en sus artículos 269 al 272, todo lo
relativo al control social de la gestión municipal, al
cual el pueblo tiene derecho. "El control social es un mecanismo
a través del cual todo ciudadano y ciudadana individual o
colectivamente participa en la vigilancia y control de la
gestión pública municipal, en la ejecución
de programas, planes y proyectos, en la prestación de los
servicios públicos municipales, así como en la
conducta de los funcionarios públicos, para prevenir,
racionalizar y promover correctivos.

Las organizaciones de control social tienen los
siguientes deberes y obligaciones:

  • Comunicar a la ciudadanía los avances
    realizados y resultados de los procesos de control,
    vigilancia, supervisión y
    evaluación.

  • Presentar informe sobre los avances y resultados de
    sus actividades a los órganos y entidades que ejecutan
    el programa, proyecto o contrato, realizando las
    recomendaciones que estimen pertinentes.

  • Remitir el informe de avances y resultados de sus
    actividades a los órganos de control fiscal y
    demás organismos públicos
    competentes.

  • Denunciar ante las autoridades competentes los
    actos, hechos u omisiones presuntamente irregulares que
    hubieren detectado.

  • También los ciudadanos tienen el derecho de
    solicitar que, a través de alguno de los medios de
    participación previstos en el Municipio, el alcalde,
    los concejales y el cuerpo colegiado de las juntas
    parroquiales rindan cuenta de una gestión determinada,
    antes de la finalización de su mandato.

  • Los ciudadanos y sus organizaciones ejercerán
    el control social sobre la gestión municipal. A estos
    fines, las autoridades municipales deberán dar la
    mayor publicidad a los actos de gestión de
    interés general, tales como proyectos, licitaciones,
    contrataciones, costos de las mismas y elementos
    relevantes.

  • Por último, para ejercer el control social,
    los ciudadanos y sus organizaciones podrán solicitar
    la información y documentación administrativa
    que sean de interés para la comunidad; la
    administración municipal está en la
    obligación de suministrarlas.

La Contraloría Social de una Comuna tiene una
doble misión, por un lado -cara adentro de la Comuna- es
órgano de control social comunitario y de control de
recursos; por otro lado -cara afuera de la Comuna- es
órgano de control de los programas y proyectos de
inversión pública presupuestados y ejecutados por
el Gobierno Nacional, Regional o Municipal.

La
planificación participativa en la comuna

Nada en el mundo puede manchar bien sin
planificación. Dentro de una concepción moderna, la
planificación es fundamental para el Estado, como lo es
para la iniciativa privada. Cada comuna debe elaborar en Asamblea
de Ciudadanos y Ciudadanas su plan de desarrollo, que aborde en
forma integral todos los aspectos de la vida de la comuna, plan
este que sea realizado a partir de las propuestas de los vecinos
y de las comunidades. Ese plan comunal debe ser un plan de varios
años para que puedan plantearse obras y proyectos que
requieren de una etapa de maduración y ejecución
mayores a un año.

No se trata de planificar sólo en base a
problemas sino también en base a nuestros sueños.
Es importante que nos preguntemos cómo nos gustaría
que fuera nuestra comuna, nuestra ciudad, nuestro
municipio.

Se habla de planificación comunal, para hacer
referencia al conjunto de acciones que son necesaria para
elaborar el plan de desarrollo de la comuna en su conjunto: el
diagnóstico participativo, la formulación del plan
(objetivos estratégicos y proyectos), el presupuesto por
proyecto, la ejecución de los proyectos que conforman el
plan y el seguimiento y evaluación de la forma en que se
materializa la ejecución de los mismos.

Se habla de planificación participativa, porque
lo que caracteriza el proceso comunal socialista es la
participación de las comunidades organizadas. Son las
voceras y voceros de los consejos comunales, y los consejeros y
consejeras del Consejo de Planificación Participativa
Comunal, así como los voceros y directivos de las comunas,
los que deben participar en forma protagónica en las
distintas etapas de este proceso. Y deberán hacerlo en
constante consulta con sus respectivas asambleas de ciudadanos y
ciudadanas.

La planificación participativa comunal se
verá beneficiada si existen vasos comunicantes entre el
nivel comunal y el municipal que permitan generar acuerdos y
consensos y, por ende, una articulación más fluida
entre ambos niveles de gobierno.

Además los resultados de la planificación
participativa comunal deben nutrir los niveles superiores de
planificación: gobernaciones, regiones, y nación.
Al fin y al cabo, la República es una, y su
panificación en todos los niveles, desde el local hasta el
nacional están articulados, el resultado será de
provecho para todos.

La Constitución consagra el derecho a la
participación ciudadana, a reconocer (Art. 62) que todos
"…tienen el derecho de participar libremente en los
asuntos públicos, directamente o por medio de sus
representantes elegidos o elegidas. La participación del
pueblo en la formación, ejecución y control de la
gestión pública es el medio necesario para lograr
el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto
individual como colectivo.

La propia Constitución (Art. 184) consagra el
derecho a "La participación de las comunidades y de
ciudadanos o ciudadanas, a través de las asociaciones
vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la
formulación de propuestas de inversión ante las
autoridades estadales y municipales encargadas de la
elaboración de los respectivos planes de
inversión…"

En cada comuna debe existir y funcionar una instancia de
planificación participativa comunal. La función
fundamental del consejo de planificación participativa es
elaborar el plan de desarrollo de la comuna, el plan operativo
anual, y el presupuesto por proyecto, compatibilizando las
demandas de la población con los recursos de que dispone
ese gobierno comunal para implementar los proyectos.

Sus deliberaciones deberán basarse en la
búsqueda de consenso en torno a la selección de los
proyectos a realizar, de acuerdo: primero, a una visión
integral de la comuna y al plan de ordenamiento territorial del
municipio, si este existe y, segundo, a las prioridades
presentadas.

Una de las primeras cosas que se debe hacer, para tener
una visión global de los problemas y potencialidades de la
comuna, es realizar un recorrido por todo el territorio de la
comuna para constatar en persona cuáles son los problemas
que más la afectan y que requieren una solución
más urgente. Se debe contar con un personal técnico
preparado en planificación y presupuesto. Este equipo
podrá provenir de la alcaldía o del ente nacional
responsable.

El diagnóstico comunal debe permitirnos conocer
con el máximo de detalles cuál es la
situación que existe en nuestra comuna, para poder
planificar luego cómo abordar sus problemas a partir de
las potencialidades con que se cuenta en la comuna y el apoyo
externo que pueda recibir.

Para iniciar el proceso de planificación
participativa en la comuna se debe convocar a las voceras y
voceros de todas las comunidades que conforman la comuna. Si los
consejos comunales estuviesen bien conformados se
convocaría a las voceras y voceros de estos consejos, pero
allí donde haya evidencia de que hay organizaciones o
liderazgos comunitarios que no se han integrado a ellos, se
debería ampliar la invitación a estas
organizaciones y liderazgos. Esta reunión será
abierta. Si algún vecino o vecina desea asistir puede
hacerlo sabiendo que sólo tendrán derecho a voz y
voto las voceras y voceros.

En esta plenaria se explica cómo se
llevará adelante el proceso de planificación
participativa comunal, se instruirá para que cada
comunidad realice, si todavía no lo ha realizado, el
proceso de diagnóstico participativo y dentro de
él, la selección de los 10 principales
problemas.

Identificados los diez más importantes problemas
o aspiraciones de la comuna, se procede a su evaluación en
función de los siguientes criterios: tiempo, costo,
urgencia, factibilidad e impacto. Se trata de jerarquizar los
problemas.

Este es un momento de crucial importancia porque
resuelve un problema recurrente que enfrentan todos los
planificadores, cómo planificar a partir de los problemas,
si los recursos con que se cuenta para satisfacer las demandas de
la población no dan abasto.

Representa el momento en el cual, de una manera
sistemática, los participantes tendrán que apreciar
objetivamente las posibilidades reales de satisfacer las demandas
de la comuna que se expresan en los problemas finalmente
seleccionados. Para ello, se utiliza una matriz, llamada "matriz
de priorización de problemas", en la cual las filas
representan los problemas a evaluar, mientras que las columnas
corresponden a los criterios de evaluación.

Se aproxima entonces el momento de elaborar el plan,
entendiendo por tal el conjunto ordenado de objetivos
estratégicos y proyectos que nos conducen, en un
período determinado de tiempo, a resolver aquellos
problemas que hemos jerarquizado y llevar a cabo aquellas
iniciativas que nos hemos propuesto realizar, para mejorar las
condiciones de vida y hacer más bella y solidaria nuestra
comunidad.

El plan permite plasmar en un papel una o varias de las
alternativas ordenadas y jerarquizadas en la fase de
diagnóstico. Por cada opción escogida se establecen
proyectos que contemplan metas específicas a ser
alcanzadas en un tiempo determinado y en un espacio
geográfico concreto.

Luego de identificar los problemas o iniciativas y de
haberlos jerarquizado, s debe discutir cuáles pueden ser
las posibles soluciones. Por ejemplo, si se decide que el
principal problema es el estado de deterioro en que está
la escuela, se debe enunciar que la solución es reparar la
escuela y pintarla. Este enunciado es lo que denominamos
idea-proyecto. Es un primer enunciado de la solución,
luego habrá que elaborar, con el apoyo técnico que
se requiere, el proyecto propiamente.

Un proyecto es un conjunto de acciones que buscan
generar un servicio en un período de tiempo preestablecido
con el propósito de contribuir a la solución de un
problema.

Se procederá a la formulación de
estrategias, entendiendo por ellas las líneas generales de
acción que es necesario implementar para solucionar los
problemas.

Se le puede sugerir al grupo que se imagine en un vasto
espacio, donde se libra una batalla contra un poderoso
ejército cuyos diferentes frentes simbolizan los problemas
prioritarios. Ante esta situación se deberá definir
formas de ataque para quebrar la resistencia que ofrecen, durante
el período de vigencia del plan.

Por ejemplo, frente al problema de la basura acumulada
en un sitio, pueden surgir varias líneas de acción:
un operativo de limpieza general, una campaña de
concientización, mantener una frecuencia mínima de
recolección, conseguir más contenedores, crear una
cooperativa de limpieza y otras.

Luego, el siguiente paso será la búsqueda
de un acuerdo mayoritario, mejor si es unánime, sobre las
estrategias, para lo cual se producirá un proceso de
intercambio de opiniones y de negociación entre los
grupos, que bien puede resultar en que se vean finalmente
seleccionadas estrategias a las que únicamente un grupo
atribuyó una alta prioridad. Para ello es necesario que
éste logre persuadir a los otros de la necesidad de
seleccionar la referida estrategia. Al final se elabora un Cuadro
resumen de estrategias prioritarias.

Con las estrategias prioritarias perfectamente claras,
hay que aterrizar, concretar actividades y pasos a realizar.
Entendemos por proyecto el conjunto de estrategias orientadas a
la solución de un problema.

Los elementos que conforman un proyecto son:
identificación del proyecto (línea de transporte
público para la localidad) y descripción del mismo
(breve reseña de lo que se pretende); objetivos (mejorar
el transporte público en la localidad) y estrategias
(ajuste de tarifas de camioneta, reparar camioneta); producto
(bien o servicio que va a generar el proyecto, por ejemplo:
servicio de línea de taxis y de camionetas); las metas (10
taxis y 5 camionetas); la población beneficiada; las
actividades (diseño de la ruta, adquisición de las
unidades de transporte, asignación de los
vehículos, establecimiento de la tarifa; etc.); el
cronograma de trabajo y el costo del proyecto.

Para que el proyecto se ejecute en la práctica,
es necesario programar muy bien las actividades a realizar. Debe
responderse a las preguntas: ¿qué?,
¿cómo?, ¿con quiénes? Y ¿en
qué plazo? Se van a desarrollar las
actividades.

Corresponde luego formular el presupuesto. Las
instituciones trabajan habitualmente con plazos anuales y cuentan
con una cierta cantidad de recursos para un año. Por lo
tanto esta etapa consiste en la negociación y
selección de los proyectos de acuerdo a los recursos con
que se cuenta para la ejecución de proyectos. Para esto se
debe respetar las jerarquías otorgadas a los
problemas.

Se entiende por presupuesto la estimación
detallada de todos los ingresos y gastos que se pretende recibir
y ejecutar durante un período de tiempo específico,
en este caso un año. Es necesario saber con cuánto
dinero va a contar la comuna y una vez estimados los ingresos
para el año, se debe elaborar el presupuesto de gastos
conformado por la suma de los costos de los proyectos que la
comuna dedica ejecutar durante ese año.

Luego de enunciadas y discutidas colectivamente las
tareas y distribuidas las responsabilidades es importante hacer
un cronograma de trabajo estimando el tiempo que tomará
cada una de las actividades.

Por último, es conveniente hacer
periódicamente evaluaciones del trabajo realizado, de
manera de ir chequeando lo que está funcionando y corregir
lo que no funciona.

Se puede asfaltar una calle, pero si no se hace con la
mezcla correcta se deteriorará muy pronto. Es necesario
que los vecinos estén alerta y busquen a una persona que
entienda de mezclas para que inspeccione que esto no
suceda.

Se puede construir una vivienda con vigas de acero que
no sean suficientemente fuertes o que tiendan rápidamente
a oxidarse, con lo cual la casa muy pronto empezará a
deteriorarse. Se necesita chequear si las vigas que llegan
cumplen las normas establecidas.

La contraloría social, como bien sabemos, es un
proceso dinámico en el cual la comunidad ejerce el control
de las obras o de servicios que pueden beneficiar a la
comunidad.

Hay que evaluar también el impacto que el
proyecto logra tener en la comuna.

Es aconsejable tener a mano una lista de
verificación de resultados esperados. Esta guía
permite a los evaluadores medir el desempeño del trabajo
realizado y los logros. Lo ideal es que se reconozcan a tiempo
las fallas para aplicar correctivos oportunos.

Los servicios
públicos y las comunas

23) LA ECONOMÍA POPULAR Y EL MODELO
SOCIOPRODUCTIVO COMUNITARIO

24) QUINCE ENEMIGOS DE LA COMUNA

Todo ser humano, así como toda obra o
institución creada por el hombre, es perfectible, puede
ser mejorada, pero igualmente, puede ser pervertida o desviada,
caer en peligro que la aleje de su objetivo, distrayéndola
de su propósito. Las Comunas no son la excepción;
el Presidente de la República y Líder de la
Revolución ha venido alertando sobre algunos peligros,
exigiendo siembra de valores, así como controles que
impidan las desviaciones de estas organizaciones ciudadanas, que
son base del Poder Popular y plataforma para la
participación protagónica del pueblo.

Haremos ahora quince alertas, daremos cuatro gritos de
alarma a la Comuna, que aspiramos sean escuchados, para impedir
retrocesos en un camino que debe siempre seguir hacia adelante,
en beneficio de los ciudadanos y para la construcción de
una sociedad de equidad y justicia.

La comuna tiene amigos, resulta atractiva para mucha
gente, pero es ingenuo desconocer que la Venezuela comunal tiene
enemigos, la Venezuela igualitaria, justa y sin privilegios, la
Venezuela de propiedad colectiva sin explotadores ni explotados,
también tiene enemigos, detractores, agentes que saben
poner piedras en el camino del pueblo.

Precisar quiénes son los enemigos y cuál
su peligrosidad es fundamental para su defensa. Si bien algunos
enemigos están afuera de la comuna, lejos del proceso
revolucionario, otros están adentro de la comuna o adentro
del sector bolivariano, en personas que dicen estar con la
revolución, pero que en el fondo lo único que
hacen, para expresarlo en argot popular, "es echar la burra pa"l
monte".

Detengámonos ahora en los 15 enemigos que voy a
mencionar, sin pretender agotar la lista, ya que es bien probable
que esta enumeración no sea exhaustiva, que hayan otros
agazapados lanzando piedras:

1) El Capitalismo. Sin duda es el enemigo principal a
vencer, pero ante él tenemos la ventaja de saber que es el
enemigo. Ese no está disfrazado, ese de cuerpo y alma
está contra las comunas. Ese es un adversario
clásico, es histórico, es quien ha detentado
privilegios y pretende seguir flotando, fortalecerse y no
desaparecer. Sabe que su existencia depende de la inexistencia
del poder popular y de las comunas como buena expresión
del mismo.

El capitalismo es un enemigo terriblemente inmoral y
lanzado, decidido.

Hay otro enemigo que se me antoja mucho más letal
y peligroso. Es el enemigo interno, ese enemigo conformado en
este caso por quienes nos han acompañado a lo largo de
este tiempo pero han ido perdiendo -o nunca tuvieron- la
tensión moral necesaria para abrazarse a un modo de vida
realmente socialista.

2) El Capitalismo de Estado. Haiman El Troudi, quien es
sin duda uno de los intelectuales que más ha aportado al
pensamiento del socialismo a la venezolana, escribió que
"No se sabe aún con certeza que será el socialismo
del Siglo XXI, pero lo que sí puede saberse, es loo que no
ha de ser". Luego El Troudi inicia una larga enumeración,
colocando de primero en la lista el "capitalismo de Estado",
dejando claro que ese no es el camino del socialismo del Siglo
XXI, por el contrario, es la explosión del poder popular,
son los bienes comunitarios, las empresas socioproductivas
comunales.

Tiene razón El Troudi ya que no tiene sentido
cambiar un capitalismo por otro. El Estado propietario es algo
distinto al capitalismo de Estado. El Estado propietario
está contemplado en la Constitución Bolivariana, en
el Título VI referido al "Régimen
Socioeconómico de la República", al cual nos
referimos en otra parte de este libro. Recordamos ahora que el
Estado, además de ser promotor y regulador de la
economía -por eso hablamos de Estado promotor y de Estado
regulador- es Estado empresario, dueño en nombre de todos
los venezolanos de empresas básicas fundamentales y
estratégicas.

El capitalismo de Estado no es consustancial con el
socialismo, lo que si está en su esencia es la propiedad
colectiva y la cogestión.

3) El burocratismo de afuera y la subordinación
indebida. Es demasiado frecuente ver a burócratas, a
funcionarios públicos que a pesar de ser o de llamarse
revolucionarios, no dejan de ser burócratas, bien
estatales, estadales o locales, que quieren convertirse en
gerentes y dueños, en mandamases de las comunas, de los
consejos comunales y de las otras expresiones del poder popular.
Quién le dijo al Alcalde, al Gobernador o al Ministro que
puede darle órdenes al pueblo, que puede naricearlos u
utilizarlos en su provecho, para su beneficio, para su fuerza
política o proyección social. Los funcionarios
públicos están para servir a las comunas, no para
servirse de ellas. Cambiar el patrono privado por el funcionario
público o burócrata es inadmisible, eso no es
revolución, menos aún socialismo.

También es frecuente encontrarnos con casos de
subordinación indebida, de comuneras y comuneros que
colocan su comuna a merced de un funcionario, lo que suele
ocurrir por falta de formación, de conocimiento pleno del
poder popular y de lo que es la comuna. En estos casos estamos
frente a una subordinación indebida, que no siempre es
reparada por el funcionario al cual pretende colocársele
por debajo la estructura popular.

No nos sirve quien cambia para no cambiar, quien
aparenta transformación pero que sólo marcha hacia
atrás, que cambia lo insustancial y lo necesario para
sólo satisfacer la fachada de cambio, pero que en el fondo
no es otra cosa que una apariencia de cambio, como ya dijimos,
cambiar para no cambiar. Vale la pena recordar al Ché
Guevara, en un pensamiento que viene a propósito y que
coloca el problema en su propia dimensión: "La
Revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca
para vivir de ella"

Los Consejos Comunales, así los define la Ley, y
así lo quiere el Presidente Chávez – inspirador y
principal orientador del proceso Revolucionario – son la
base del Poder Popular y del Socialismo, lo que obliga a los
Consejos Comunales a no estar subordinados a la voluntad de un
hombre o de un funcionario, ellos son el pueblo mismo, el
soberano en acción.

En la etapa de promoción, nacimiento y
fortalecimiento de los Consejos Comunales, mi experiencia me
permite haber visto funcionarios que quieren hacer depender de
ellos y de las estructuras burocráticas que manejan, a los
Consejos Comunales, expresión del Poder Popular. Eso es la
carreta delante del caballo.

Los Consejos Comunales no tienen por qué depender
de un funcionario municipal, así sea el mismo Alcalde; no
tienen por qué ser dependientes de un funcionario
regional, así se trate del Gobernador, como tampoco es
admisible que ningún Ministro o Funcionario Nacional, por
alto que sea su rango, pretenda someter al soberano.

El ansia de poder político, o de manejo indirecto
de recursos económicos, pueden mover al funcionariado a
intentar someter a los Consejos Comunales a sus designios,
valiéndose de superioridad política o de otra
diferencia a su favor. Denunciar esta desviación es
obligación de los ciudadanos y de los vecinos organizados
en Consejos Comunales.

La Constitución ni la Ley ordenan la indebida
subordinación del Poder Popular al funcionario, no es esa
la razón que mueve al Proceso Revolucionario. El
Ché Guevara manifestó: "…Revolución
se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que
forjar día a día su espíritu
Revolucionario…"

4) El burocratismo de adentro. Tan peligroso com el
burocratismo de afuera, es el que se puede generar dentro de la
comuna, donde los líderes, dirigentes o voceros se
convierten paulatinamente en burócratas, en especie de
"funcionarios intocables", que quieren imprimir a la empresa
común lo que indebidamente hacen los malos funcionarios
dentro de la administración pública. Fuera el
burocratismo dentro de la comuna, en ella sólo debe tener
cabida el comunero trabajador, solidario, cooperador y
desprendido, el que entiende que está para servir a la
comuna, y no para servirse de ella.

5) El Partidismo. El partido tiene un rol fundamental en
el proceso, en la revolución y en el socialismo, pero es
un rol político. No puede pretender el partido, asumir
campos y funciones que no le son propios, la comuna es de los
comuneros no del partido, si bien esos comuneros, en su
totalidad, en su mayoría o muchos de ellos formen parte y
militen en el partido. Diferenciar ambos campos y roles
constituye un hecho importante.

6) El neorriquismo. Desde fuera de la comuna, pero
dentro del proceso, hay algunos pocos, pero bien visibles y
ostentosos, que han sido conquistados por el dulce encanto de la
burguesía. Escribió Martín Guedez que "Eran,
por así decirlo, burgueses en potencia que nunca tuvieron
la oportunidad de serlo. Son aquellos compatriotas que tan pronto
el ejercicio del gobierno, las oportunidades nuevas e incluso su
propio trabajo se los ha permitido se han abrazado al modo de
vida capitalista porque nunca terminaron de cerrar el abismo
entre la palabra y la vida, entre la ortodoxia y la ortopraxis.
Estos, mis queridos compatriotas, son infinitamente más
letales porque con su ejemplo -su mal ejemplo, más bien-
se convierten en ladrones de sueños. Enseñan de
alguna manera el camino hacia los mismos valores que deseamos
superar. Lo hacen desde nuestra misma trinchera y por tanto
producen un mayor y más cruel desencanto. Ponen la
utopía de una Venezuela comunal y socialista en
términos de una fantasía social, la alejan, la
hacen inalcanzable, producen agotamiento. Hacen dudar acerca de
la accesibilidad de la utopía -entendida esta en su
carácter más justificadamente peyorativo de algo
imposible- y promueven con su conducta el retorno a los viejos
antivalores. En otro texto Martín dice: "Hay gente que se
desgañita proclamando su condición socialista, pero
cada día ascienden más en poder y
dinero.

7) La NO formar para el socialismo y para los valores de
los comuneros. Lo hemos dicho y repetimos ahora no hay socialismo
sin socialistas ni comuna sin comuneros. Podemos hablar de que
existe un proceso socialista, así como hacer
mención a las comunas pero ni uno ni otro son realidad, ni
son perdurables en el tiempo, si no se forma al hombre y a la
mujer como socialista y comunero.

Si no hay formación, y siembra de valores todo
será efímero, sólo se mantendrá la
apariencia de socialismo y comuna, mientras el líder del
proceso esté dándole aliento, pero los actores que
debieron formar y no lo hicieron, que debieron sembrar y no
sembraron, estarán condenando a una segura muerte a lo que
debe ser para siempre, para no retroceder, para no perder lo
conquistado.

8) El NO anclaje de los valores del cambio. El
socialismo tiene valores, así como el capitalismo tiene
antivalores. Estos están vivos, si no los desterramos para
siempre y permitimos que echen anclas los valores socialistas y
comuneros, para que no sólo sean del conocimiento de los
compatriotas revolucionarios, sino que sean su propia vida, el
socialismo y el movimiento de comunas será una brizna de
paja en el viento, se la llevará el agua porque los
valores no estaban anclados.

El filósofo y Emperador Romano Marco Aurelio
alertó: "Observa siempre que todo es consecuencia del
cambio, y acostúmbrate a pensar que no hay nada que a la
naturaleza le guste más que cambiar las formas existentes
y crear otras nuevas
". La observación de Marco
Aurelio, se corresponde con la verdad; hay en la gente un cierto
gusto por cambiar "formas existentes".

No obstante lo antes dicho, también es verdad que
hay en la persona humana aprensión o rechazo al cambio por
temor a lo desconocido, por costumbre a lo anterior o por pensar
que puede perderse, que "es preferible malo conocido que bueno
por conocer". Es frecuente constatar en la historia o recorrido
vital de los pueblos y de las asociaciones, como luego de avanzar
en un determinado camino de cambio, se genera un retroceso, una
marcha atrás.

John Kotter, especialista en liderazgo, escribió:
"Debe tenerse en cuenta que no hay nada más difícil
de llevar a cabo, ni cuyo éxito sea más dudoso, ni
más peligroso de manejar, que iniciar un nuevo orden de
cosas", hay que vencer las resistencias al cambio que se genera
en los hombres. Son muchos los intentos de cambios en sociedades
y corporaciones que no tienen éxito, porque sucumben ante
los problemas; se gasta más tiempo del que se
quería o esperaba; se reciente la moral de alguno o de
varios de los actores; porque se generan trastornos emocionales;
en definitiva, estos hechos y circunstancias frenan el
cambio.

Es comprensible que todo aquel que de una u otra forma
pueda sentirse afectado por un cambio, experimente cierto
trastorno emocional; incluso los cambios que podríamos
calificar como "positivos" ó "racionales" involucran
incertidumbre. Por eso, individuos y grupos reaccionan frente al
cambio de maneras distintas, unos resistiendo pasivamente, otros
tratando de impedirlo.

Para enfrentar el problema de la resistencia al cambio,
los propulsores de los Consejos Comunales deben tener en cuenta
las cuatro razones más comunes o frecuentes por las cuales
la gente se resiste al cambio:

– No querer perder algo que se considera
valioso.

– No comprender la naturaleza y las implicaciones del
cambio.

– Creer que el cambio no tiene sentido para los
ciudadanos o para la comunidad, y

– Tener baja tolerancia al cambio.

9) La extrapolación de modelos foráneos.
Cada pueblo tiene su propia idiosincrasia, sus tradiciones, su
manera de ver y entender las cosas. Los modelos no se pueden
extrapolar, no se pueden tomar de un país y pretender
calcar en otro, simplemente pueden inspirar, pueden y deben ser
motivo de estudio, pero es absolutamente necesario, si se quiere
que echen raíces, que respondan a la realidad de donde
pretender sembrarse.

Tan nefasto es pretender copiar modelos de comunas del
pasado histórico del socialismo, del que pudo ser y no
fue, o de que siendo fracasó, como el pretender absorber
modelos de la realidad actual de otros países. Estudiemos
esos modelos pero construyamos el propio.

El socialismo a la venezolana y las comunas a la criolla
tiene que ser la consigna. El propio Presidente Chávez
quien ha dicho públicamente que cuando él
lanzó las propuestas de las comunas como modelo de
articulación socioeconómica, se había
inspirado en los primeros años de la Revolución
China, añadió luego con claridad y contundencia,
"la idea no es copiar nada. Vamos a crear nuestro modelo, pero
hay que tomar referencias de otros escenarios".

10) El dogmatismo. Chávez es
antidogmático, está opuesto a creer y a que creamos
que hay dogmas o fórmulas predeterminadas, que las cosas
deben hacerse de conformidad a tal o cual "modelito". No. El
dogmatismo es perverso. Tengamos claros los valores y principios,
ellos inspiran y son guía. Dentro de esos principios nos
movemos y con toda seguridad vamos a encontrar el camino, la
solución apropiada. No es en el dogma, en la creencia
rígida en modelos y formas. El líder del socialismo
venezolano bien sabe, con el poeta Machado, ya citado muchas
veces, que el camino se hace al andar.

11) La falta de autocrítica y
autocorreción. El peor enemigo de la comuna podría
ser el comunero que piense que se la está comiendo, que
todo lo hace bien, que no es capaz de evaluar su trabajo y el
trabajo comunal, que no sabe autocriticarse y menos aún,
en consecuencia, autocorregirse. Ninguna obra humana es perfecta,
si bien es perfectible, porque cada vez puede hacerse mejor. Para
eso es necesaria la autocrítica.

12) El productivismo-economicista. Cuando la comuna
sólo busca producir, cuando únicamente la mueve los
números, los resultados vistos en cifras de
producción, en términos económicos, en
detrimento de lo social, dejando de lado al hombre, la comuna se
habrá hecho enemiga de si misma, al no servir al hombre y
a todos los hombres de la comunidad. Si la comuna es de los
comuneros y PARA los comuneros, no puede entenderse que el
afán de producir pueda hacer olvidar para quién se
produce.

13) La proclamación el socialismo sin vivirlo. No
se puede hablar de verdadero socialismo si no se vive, si no se
hace de él una manera de amar y de existir. El socialismo
no es una fórmula de bolsillo, tampoco un librito para
cargar bajo el brazo, es una vivencia, es una forma de sentir y
hacer.

Dentro del socialismo, no ocurre distinto dentro de las
comunas, existen caballos de Troya, socialistas de nombre de
franela o conveniencia. Esos no sólo no hacen la tarea, o
la hacen mal, sino que serán los primeros en pegar la
carrera ante el primer temor, o cuando suene el primer
tiro.

14) La no participación de los comuneros o
participación insuficiente. Participación al
máximo es la consigna que responde al mandato
constitucional. La participación es la que da al ciudadano
organizado el rol protagónico, para ser sujeto activo y no
sujeto pasivo del proceso de cambio; para esto se requiere su
plena incorporación al gobierno de su localidad y,
más particularmente, de su comunidad o vecindario, por lo
que el Consejo Comunal podría ser definido como centro de
participación.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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