ORIENTACIONES
METODOLOGICAS. Desarrollo
del lenguaje
cuenta con una frecuencia diaria, ubicada
principalmente en el horario de la mañana, para
llevar a cabo el cumplimiento de los objetivos
mínimos esenciales. No obstante, la
estimulación del lenguaje debe concebirse en todos los
momentos de la vigilia activa del niño,
durante la realización de las más
diversas actividades y procesos de
satisfacción de las necesidades básicas, e incluso
en aquellos momentos en los que el niño se centra en su
propia actividad, donde la lengua materna
debe mantener un contacto entre la actividad que realiza el
adulto y la del niño en sí.
Así, cuando se baña al niño,
el educador (a) debe hablarle sobre lo que están
haciendo, nombrarle los objetos que utiliza para el baño,
señalarle verbalmente las partes del cuerpo que le
limpia, las acciones que
realiza, entre otras. Pero también, cuando el
niño está en el corral o el área
de gateo, y se entretenga en su propia actividad, el
educador (a) debe hablarle pausadamente,
señalándole lo que está haciendo, elogiando
sus logros, nombrando los objetos que manipula, etc.
Incluso, si el niño está aparentemente inactivo o
se concreta a mirar tranquilamente a su entorno, el
educador (a) le hablará de lo que ella
está haciendo, o de lo que otros niños
hacen, para mantener un nivel de estimulación verbal
adecuado.Lo importante es que el niño tenga una
atmósfera
sonora a su alrededor, en que las palabras se
expresen de manera clara y comprensible, en un tono
suave y mesurado, sin ruidos altisonantes que impidan la
correcta diferenciación de los distintos
sonidos por el niño. Esto debe alternarse con
períodos de silencio, que deben ser mucho menores en
número que aquellos en los que se propicia una
estimulación sonora.
Los contenidos de Desarrollo del Lenguaje
responden a los objetivos del primer ciclo aunque
están organizados en cuatro subgrupos etareos, 45
días – 3 meses, 3 – 6 meses, 6 – 9
meses y 9 –12 meses, con contenidos
específicos para cada uno de ellos, los que responden a
los objetivos generales del ciclo del primer año de
vida. Estos contenidos señalan que aspecto
básico de la formación del lenguaje está
sucediendo o predomina en el subgrupo en cuestión, pero
tienen un carácter
general y se trabajan de manera simultánea en
las actividades, pues están estrechamente
interrelacionados.Por ejemplo, cuando en el subgrupo de 9 –
12 meses el educador (a) realiza una actividad en la que su
contenido sea describirla al niño un objeto o su
representación en una lámina, con el objetivo de
que el niño incorpore esta palabra a su vocabulario
pasivo, a la vez estimulará al niño a que la
repita, tratando de incorporar los objetivos el vocabulario
activo en la misma actividad. Esto ha de constituir una
norma general para la realización de todas las
actividades programadas en el primer año de vida, y
solamente énfasis que pueda darse a un tipo u
otro de lenguaje indicará qué es lo principal
que se propone el educador (a).En establecimiento de
una sólida y estrecha relación afectiva del
educador (a) con los niños, la pronta satisfacción
de sus necesidades básicas y la
estimulación más apropiada para una vigilia rica
son condiciones básicas previas para posibilitar la
asimilación de estos contenidos, y fomentar en los
niños la comprensión e imitación
activa de los sonidos de la lengua.Para llevar a cabo esto
se utilizan como medios
esenciales diversos tipos de objetos, tales como chinescos,
sonajeros, móviles, objetos representativos de animales,
muñecas, entre otros, cuidando que sean de colores planos y
brillantes, de fácil manipulación y de diseño
reconocible. Igualmente se utilizan objetos diversos para
ser mostrados al niño durante la actividad
programada y que tienen como función la
asimilación de un conocimiento o
propiedad,
pero que no son para ser usados libremente por el
niño durante la actividad independiente, por su
peligrosidad, posibilidad de piezas desprendibles, o de
emisión de sustancias. Estos juguetes se
mantienen fuera del alcance del niño y sólo
se usan en la actividad programada con un adecuado
control por parte
del educador (a).
También se pueden utilizar láminas
representativas de los objetos para establecer generalizaciones
más complejas.Para lograr que los niños se
interesen por los contenidos del desarrollo del lenguaje se hace
imprescindible una atmósfera agradable en el
salón, la utilización por el adulto de una
entonación suave y una pronunciación
adecuada, sin trastornos de los sonidos, que posibiliten una
diferenciación clara de los fonemas que el niño
debe asimilar. Estas condiciones básicas deben
acompañarse de actividades atrayentes y creativas que
estimulen a los niños a interesarse por la comunicación oral.El Desarrollo del
Lenguaje se trabajará preferentemente en las
condiciones del área de gateo y de sol para los
niños que ya tienen desplazamientos, y en el corral
colectivo o individual para los más pequeños.
Algunas actividades para el subgrupo mayor de 12 meses
pueden ser efectuadas en la mesa baja, dadas las
condiciones de los materiales a
utilizar.
En todos los procesos de satisfacción de
necesidades básicas pueden incorporarse contenidos
del programa
sí así lo permiten las condiciones, con el
fin de activar la comprensión de la lengua materna.
Durante el proceso del
aseo se posibilita la introducción de contenidos tales como
la estimulación del gorjeo y el balbuceo, o la
imitación por el educador (a) de todos los sonidos que el
niño emita. Mientras se realiza el proceso de
alimentación se puede llamar al
niño por su nombre, o establecer la
relación entre el objeto y la palabra,
al denominar el jarrito o la cuchara. En la
preparación de la siesta de los niños es factible
utilizar diferentes entonaciones de voz por el educador (a)
para ayudar a conciliar el sueño, tanto con las
palabras, como con las nanas que se utilicen.
Estas actividades programadas generalmente deben
tener un carácter individual, si bien en
determinadas condiciones, pueden realizarse con varios
niños simultáneamente, en dependencia de las
posibilidades del contenido. Por ejemplo, si el educador
(a) está en el área de gateo jugando con
algún objeto, puede prestar una mayor atención a los dos o tres niños que
le están más cercanos, y reforzar con estos la
denominación, ya que generalmente, los niños se
sienten atraídos por cualquier objeto que les
muestre el educador (a). Lo importante es no fijar esquemas
en este sentido, y el educador (a) puede desarrollar iniciativas
creadoras que le permitan una buena estimulación verbal de
los niños, que es la fuente para el posterior dominio de la
lengua materna.
Estas actividades programadas tendrán una
duración entre 2 y 4 minutos.Los contenidos de
Desarrollo del Lenguaje se estructuran didácticamente por
subgrupos etareos, no obstante, para cada niño se
consideran de acuerdo con la evaluación
de su desarrollo. Esto quiere decir que si, por ejemplo, el
niño tiene ocho meses y ya es capaz de entregar
un objeto que se le pide verbalmente, que es un contenido
del subgrupo de 6 – 9 meses, se le debe estimular a
la búsqueda y entrega de este objeto, que se
corresponde con contenidos del subgrupo siguiente, de 9 – 12
meses. Lo importante en esto es enfocar el trabajo
de esta manera creadora, y no propiciar una falta de
estimulación porque se considere incorrecto
metodológicamente el incluir contenidos de otros
subgrupos, esto lo determina el propio desarrollo del
niño, y el educador (a) deben estar bien conscientes de
este enfoque.Un contenido de singular importancia lo
constituye la estimulación para el surgimiento del
complejo de animación, pues el mismo es la
base para la realización de otras actividades. Para lograr
su manifestación el educador (a) ha de colocar al
niño boca arriba acostado preferentemente en
el corral colectivo, y a continuación, lo
estimulará verbalmente procurando centrar la
visión del niño en su rostro. Es
importante recordar que el rostro del educador (a) debe estar en
movimiento
mientras estimula al niño, pues de lo contrario, la
respuesta será débil o puede no producirse.
Esta estimulación provoca una animación general del
niño, que realiza movimientos con sus brazos y
piernas, a la vez que emite sonidos guturales.
La animación general que se provoca en el
complejo de animación sirve para la
puesta en práctica de otros contenidos, como
puede ser la estimulación verbal del
gorjeo y el balbuceo, o la repetición de los sonidos
espontáneos emitidos por el niño. En la
estimulación del gorjeo es importante
repetir de la manera más exacta posible
los sonidos guturales que dice el niño, que a veces
conduce a la emisión de un sonido continuo
que ha de ser repetido por el educador (a). Es de
señalar que en esta ocasión resalta la
concentración del niño en el rostro del
educador (a), lo cual es un signo evidente de un comportamiento
verbal activo por parte del pequeño.De igual manera para
lograr la repetición por el niño de los
sonidos que produce el adulto, a partir de la
manifestación, del complejo de
animación, que es la primera expresión del
desarrollo afectivo social, constituye un elemento
importante la
comunicación oral entre el niño y el educador
(a).En el subgrupo de 45 días – 3 meses los
sonidos que emplee el adulto han de ser siempre de vocales
seguidas de consonantes (Ej.: aj, am, ej ik, ur,
etc.), luego a partir de 3 – 6 meses sonidos de consonantes
seguidas de vocales (tales como: ma, ta, ne, po, ri, mu, etc.). A
partir de 6 – 9 meses los sonidos pueden
incorporar una vocal-consonante – vocal (ej:
ama, eto, iso, upa,
etc.) y utilizar una combinación de las formas
anteriores con una expresión vocal prolongada.Es
importante saber que en el tránsito entre el subgrupo de 6
– 9 meses hacia el de 9 – 12, el niño puede
reproducir el sonido sin una exacta relación
fonética, y esto es perfectamente normal. Ya a partir
del último trimestre sus reproducciones mantienen
una relación fonética semejante a la que
emite el adulto.
A partir del subgrupo 3 – 6 se ha de comenzar a
trabajar en los contenidos referentes a la
utilización de diversos movimientos, en forma de juegos o
acciones psicomotrices, que se asocian con palabras
determinadas para establecer la relación entre
estos movimientos y las palabras que se
acompañan, ejemplo, en 3 – 6 meses se puede tomar el
niño por debajo de las axilas y elevar su cuerpo
hacia arriba repitiendo verbalmente "arriba" o "sube-sube"
y luego descenderlo diciendo "abajo " "baja – baja". Esta
actividad suele gustar mucho a los niños, y puede
realizarse en cualquier momento de la vigilia activa ¬
menor a continuación de la
alimentación. En los subgrupos mayores estos
juegos pueden asociarse a acciones más complejas, y
que impliquen una imitación activa por parte del
niño, como sucede con los conocidos juegos de "las
tortitas", "Tun tun en la naricita", o cualquier otro que
considere el educador (a).Desde el subgrupo de 3 – 6
meses en adelante se han de trabajar aquellos contenidos
dirigidos a la utilización de diferentes
entonaciones en el contacto verbal con el
niño, el un principio más simples y
contrastantes, como puede ser la diferencia entre una misma
palabra emitida de manera grave y aguda, hasta otras
más complejas que puedan expresar asombro, enfado, etc.
Para ello podrán usarse objetos, láminas o
situaciones de juego o de la
vida cotidiana. En las situaciones más simples una misma
frase o palabra puede variar su tono acorde con la
situación, en las más complejas es importante que
el tono se relacione con acciones específicas que
los reflejen, por ejemplo si se les muestra al
niño un juguete en una actividad, el educador (a) puede
exclamar "Oh lindo perrito" para reforzar el asombro que esto
provoca y concretar este tono oral para situaciones
semejantes.
Relacionado con lo anterior, desde el subgrupo de 6
– 9 meses se empezarán a usar las primeras palabras
prohibitivas, tales como,"no", ante situaciones que lo demanden.
En este caso se usará un tono ligeramente severo, pero sin
estridencias, basta con que el niño detenga su
acción o centre su mirada en el educador (a) para
considerar que se ha obtenido el logro. En el subgrupo mayor,
pueden incorporarse expresiones algo
más complejas como "no se puede", aprovechando una
mayor comprensión del habla por parte del niño. Es
importante que al usar estas palabras el rostro del adulto se
mantenga sereno, sin que sea necesario mostrar enojo extremo,
pero tampoco hacerlo riendo, porque esto no ayudaría al
niño a diferenciar.A partir de 6 – 9 meses se
incorpora un contenido importante, que consiste en la
búsqueda de objetos que caen, desaparecen siempre
a la vista del niño. Para ello, bien en
el área de sol o gateo, o en la mesa
baja el educador (a) tomará un juguete interesante y
utilizando un pañal, una hoja de papel o
cartón, lo ocultará cuidando que el niño lo
está mirando, luego le dirá "dónde
está… cógelo!. También el
niño puede estar de pie junto a la baranda del
corral, y llamándole su atención sobre
el objeto, dejar que este caiga al suelo, repitiendo
las mismas o semejantes frases. El educador (a) debe controlar
que ella no se incline hacía donde el objeto
cayó o se oculta, lo importante es
que el niño se estimule con la orden verbal.
También puede usarse una cucharita en la mesa baja y
golpeando la mesa con la misma, dejarle caer por un borde
cercano al niño y demandas su búsqueda. Este
contenido puede combinarse fácilmente con las entonaciones
de las palabras, o el cumplimiento de órdenes
sencillas.También a partir del subgrupo de 6 – 9 meses se
comenzarán a utilizar diversos sonidos
onomatopéyicos para que sirvan de apoyo en la
comprensión de algunas palabras, si bien debe
existir acuerdos entre las diferentes educador (a) para su
pronunciación. Esto quiere decir que si para
el sonido onomatopéyico se selecciona "jau, jau", no
se deben introducir variantes como "gua.gua o "jauf,
jauf", si bien la selección
del tipo de sonido es libre.
Estos sonidos onomatopéyicos se
trabajarán tanto para el desarrollo del lenguaje
pasivo como el activo, pero cuando se demande verbalizar
alguno, el educador (a) debe estar segura de que ya el
niño lo tiene incorporado en su
comprensión. Es importante que siempre" que se utilice
en una u otra forma el sonido onomatopéyico se
acompañe de la significación correcta
de la palabra, como por ejemplo, "el educador (a) diga".
¿Qué lindo el jau-jau, el perro ¡ o
Cómo dijo el niño?, El jau – jau
¿ Qué bien, el perro ¡ Sin que exija que el
niño pronuncie la palabra correcta? En el
último subgrupo existe un contenido que reviste una
particular importancia, y que puede combinarse con
otros: la realización de acciones
objetales para el surgimiento de generalizaciones
elementales de la palabra. El logro aquí
estará dado cuando el niño sea capaz de reconocer
el objeto independientemente de su variedad, diversidad o
localización. Para ello se hace necesario utilizar
diversos tipos de un mismo objeto: en colores y
materiales diferentes y ubicarlos en posiciones
distintas. Este contenido propicia la creación de
múltiples actividades combinadas, como el cumplimiento de
órdenes sencillas, la demostración de
acciones objetales y sociales simples, la descripción de láminas, la
realización de juegos en que se verbalizan
objetos iguales y diferentes, etc., lo importante en todas
ellas es que se mantengan los principios
siguientes:- Que los objetos iguales varíen en su forma,
color,
tamaño, textura, complejidad, etc.- Que se utilicen
diversos objetos y no concretarse a una sola familia de
ellos.- Que se coloquen en distintas posiciones y
localizaciones, bien al utilizarlo individualmente o
en conjunto.
Desde el subgrupo de 3 – 6 meses aparece el
contenido de llamar al niño por su nombre, y
particularmente en este subgrupo el educador (a) ha de insistir
en señalar al niño que llama, mediante
gestos y acciones psicomotrices, para ir
asociando este sonido (el nombre del niño) a
una acción directa hacia el niño en
particular.En los subgrupos mayores hay que tratar de que se da
una reacción de respuesta del niño al escucharlo:
fijar la vista, observar al adulto, detener su juego y
mirar, etc. También se le debe llamar desde
algún lugar alejado, y tratar de provocarle una
reacción.Específicamente en el subgrupo
mayor se debe trabajar para que el niño
reconozca el nombre de quienes lo atienden, así como el de
otros niños. Esto se logra llamando a otra educador
(a) por su nombre y diciéndole al niño:
"Dónde está Rosa… Aquí está
Rosa! Que en este caso hará algún gesto o
acción psicomotriz hacia el niño.Cuando ya el
niño reconozca, se tratará de que verbalice algunos
de los nombres que ya identifica, uniendo a la
técnica anterior frases tales como: A ver,
llama a Rosa!", Rosa, Rosa ven acá!, Quien a su vez
estimulará al niño en este sentido.Finalmente, y
aunque no debe constituir una exigencia para el
niño, cada vez que éste reclame o solicite
del adulto, mediante una palabra aislada o de un
gesto, o el educador (a) intuya que el niño la reclama,
debe enfatizarse el darle la respuesta utilizando frases de
varias palabras, para estimular la comprensión del
niño. Así, por ejemplo, si éste dice "zapato
o cualquier sonido que se sabe significa lo mismo, "apo o
"pato", el educador (a) podrá exclamar.
¡El zapato del niño!, Qué lindo
está el zapato¡ o cualquier frase semejante en
relación con lo que el pequeño quiere.
Un aspecto importante del trabajo educativo en
primer año de vida lo constituye la
ejercitación de las estructuras
fonatorio – psicomotrices del niño,
porque en la medida en que el niño tenga desarrolladas
dichas estructuras y domine los movimientos posibles de
realizar con estas, igualmente se posibilitará una
mejor emisión de los sonidos dependientes de tales
estructuras.
La ejercitación de estas estructuras
comienza desde el primer subgrupo de 45
días a 3 meses. En este subgrupo se realiza durante el
proceso de la alimentación, es decir, cuando
se le da al bebé el agua o
la leche.
Como se sabe, la succión es un reflejo innato, que
posibilita la supervivencia del recién nacido. Por
esta actividad refleja, cualquier objeto que contacte en
área de los labios del niño determinará de
inmediato un movimiento de la lengua hacia la zona de
la boca donde se siente el contacto aprovechando esta
particularidad refleja, en el momento en que se le
vaya a dar el biberón al niño, de manera
dulce y tranquila, se tocará con la punta del
biberón la comisura de los labios del niño,
lo que conducirá a un estiramiento de la lengua en esa
dirección. Luego se repetirá la
acción con la otra comisura, de inmediato en
el borde superior del labio y, finalmente en el
borde inferior, para provocar un movimiento de
rotación de la lengua. Esto puede hacerse tanto al inicio,
como durante el curso de la toma del agua o
leche, en dependencia de la reacción del niño, pues
si tiene mucha hambre, es mejor satisfacer primero su
necesidad inicial y cuando se interrumpa el
proceso para sacarle el aire o
cambiar de posición, se pueden ejercitar las
estructuras psicomotrices en la forma indicada.Este
tipo de ejercitación se mantiene durante
el subgrupo de 3 – 6 meses. En el
subgrupo de 6 – 9 meses se introduce una nueva forma
de ejercitación que consiste en enseñarle al
niño como dar besos, y en los que el adulto
exagerará el funcionamiento de los labios en forma
de "trompita", como suele comúnmente decirse. Una vez que
el niño imita estos movimientos, se le pide
alternativamente que le dé un beso suave, o un
beso fuerte al educador (a), lo que previamente se le
habrá enseñado. Esta ejercitación puede
acompañarse tanto del sonido natural como del
onomatopéyico del beso, para reforzar la
comprensión de la actividad. Lo fundamental es
que el niño estire los labios en forma de trompa y
aunque no logre dar el beso como tal, se cumple el objetivo
propuesto en la ejercitación.
En el subgrupo mayor se pueden realizar una serie
de ejercitaciones psicomotrices más complejas, dadas
las posibilidades de una mayor comprensión del
habla adulta por parte del niño. Estas
ejercitaciones se hacen sobre la base de acciones
imitativas, y pueden incorporarse como juegos dentro de la propia
actividad independiente, y no concretarse a realizarlo en
la actividad programada. Entre las mismas
está el inflar cachetes y botar el aire
abriendo la boca, soplar "velitas realizar chasquidos
con la lengua, etc. Igualmente estos contenidos pueden combinarse
con aquellos que se refieren a la imitación por el
educador (a) de los sonidos que emita el niño, tales
como vocalizaciones, estornudos, bostezos, trompetillas,
entre otras, e incorporarlos como acciones de "juego conjunto.La
evaluación del desarrollo del lenguaje en este
año de vida estará en relación con el
cumplimiento de los objetivos del ciclo, que se van venciendo
parcialmente en los subgrupos de acuerdo con los logros en
cada uno de ellos, y que se establecen en los
índices del desarrollo neuropsíquico
del año de vida. Desde este punto de vista al
concluir la etapa debe haberse conseguido que el
niño sea capaz de imitar activamente los sonidos,
que por su comportamiento pueda considerarse que exista una
cierta comprensión del habla de los adultos expresada en
una respuesta dada ante la estimulación verbal, y que sea
capaz de tener incorporada al menos una palabra significativa,
entendiendo como tal una palabra que designe propiamente al
objeto u objetos, a una persona o a una
acción específica, y no a otros objetos,
personas o acciones, independientemente de su
pronunciación correcta.
El educador (a) tendrá presente que, como la
mayoría de los niños comienzan a los 6 meses
en los Centros educativos, en algunos casos
será necesario partir de contenidos de subgrupos
anteriores, cuando no tengan alcanzados los índices
correspondientes del lenguaje, para poder
desarrollar con efectividad los contenidos siguientes.
TRABAJO CON LA
FAMILIA.El trabajo con la familia ha
de hacerse de forma diferenciada, teniendo en cuenta las características individuales de los
niños y padres.Considerando la estrecha
relación que guarda la afectividad con el
desarrollo del niño en estas edades, se
insistirá con los padres, en la importancia de
proporcionarle un ambiente de
afecto y seguridad,
a la vez que se estimula para su desarrollo.Se les
explicará además, la necesidad de:- Hablarle y
sonreírle al bebé cuando lo alimenten, aseen, y en
todas las actividades que realicen con él.- Repetir
los sonidos, sílabas y palabras que el
niño vocalice, e introducir otros nuevos para que
él los imite.- Realizar juegos "al escondido" y
"dónde está?", Primero con la cara del adulto y
luego con otros juguetes y objetos.- Llamar al niño por su
nombre, así como a otros miembros de la familia,
para que él aprenda a identificarlos.- Darle
órdenes sencillas al niño a partir de los seis
meses, empleando un tono de voz suave y
cariñoso, acompasadas de gestos, por
ejemplo "dame la mano", "toma el chinesco", "dame un besito".-
Colocar el bebé ante un espejo para que reconozca su
propia imagen y la de
otras personas.- Al final del primer año se le debe
enseñar al niño láminas y fotos de revistas
y libros y
conversar sobre las mismas.- Jugar con el lactante, y
enseñarlo a imitar los sonidos de las cosas que va,
así como a soplar velitas, plumitas, y papelitos. El
educador (a) deberá orientar a los padres sobre las
denominaciones que se dan en el centro educativo a
los diferentes objetos y los sonidos
onomatopéyicos que los caracterizan, de modo que se
mantenga una unidad entre las exigencias del hogar y la
institución. Para orientar a los padres se
aprovechará todos los contactos que se tengan con
ellos, siempre empleando formas positivas, y realizando un
trabajo educativo, no impositivo. Esta debe ser una tarea
planificada y organizada, y los docentes deben preparase para
realizarla.
PRIMER CICLO. (Primer año de vida))
CARACTERIZACION
DEL PROGRAMA.En este año de vida la Educación Musical
ocupa un lugar importante en el proceso pedagógico,
ya que mediante los contenidos del programa se introduce a
los niños en el mundo sonoro y enriquece sus
vivencias, por lo que se aprovechará los horarios de
vigilia, la preparación para el sueño,
los procesos de alimentación y baño, para
educar su oído
musical y el sentido del ritmo. La música
desempeña un papel fundamental en el proceso de comunicación emocional con el adulto, ya
que estimula al niño a mantener un estado alegre
y activo. La percepción
de los sonidos musicalizados prepara al niño para la
emisión de las primeras palabras, de ahí la
importancia de lograr un ambiente musical permanente en la sala
de lactantes.
OBJETIVOSEl
educador (a) ha de trabajar para que los niños:
Reaccionen con alegría ante el sonido musical.
Realicen movimientos corporales con estímulos musicales.
CONTENIDO Desarrollo
del oído musical:
– Audición de música: vocal e
instrumental, motivos folklóricos (canciones
infantiles. Percepción de las variaciones del sonido por
su timbre. Desarrollo rítmico:
– Imitación de sonidos por su ritmo.
– Establecimiento de relación movimiento
estímulo musical.
ORIENTACIONES METODOLOGICASEl educador
(a) musical desempeña un importante papel en la
preparación del personal docente,
en la ejercitación del Repertorio Infantil y los Juegos
Rítmicos – Musicales.Por estar presente la
Música en todo momento del día, no se concibe
como actividad programada, y no se confecciona planeamiento. De
45 días a 3 meses se escoge un contenido
para el desarrollo del oído musical y a partir
de los tres meses en adelante se escoge un contenido para
el desarrollo del oído musical y otro para
la capacidad rítmica.La actividad para
establecer la relación movimiento estímulo
musical, no se puede realizar después del horario de
alimentación, ya que puede provocar la
devolución de los alimentos
(vómitos),
o puede afectar el proceso digestivo.DESARROLLO DEL OIDO
MUSICAL
Audición de la música.Los procesos y la
vigilia resultan momentos importantes para la
audición de diferentes tipos de música,
por ejemplo, en la recepción se le cantará a
los niños canciones que provoquen un estado de
ánimo que favorezcan la separación de la madre.Para
la hora de siesta se cantarán nanas en tonos
suaves o se hará escuchar en
instrumental. Durante la vigilia se pueden utilizar
los motivos folclóricos para estimular los
movimientos rítmicos del niño, y para
realizar acciones de bailar o dormir la muñeca.En los
procesos de alimentación y baño se cantarán
canciones alusivas a dichos procesos u otra música
infantil.Todas estas audiciones favorecerán,
no sólo el oído musical, sino también
la comprensión del lenguaje del adulto.Las canciones
pueden ser cantadas a capella, tarareadas, con
acompañamiento de instrumentos o pueden ser
instrumentales (radiales o grabadas. El canto debe ser
suave, sin esfuerzo, dentro de la métrica y
expresión requerida, atendiendo al carácter y
género
de la música.Cuando se acompaña la canción
con un instrumento melódico (guitarra, melodium, triola. O
de percusión (triángulo, claves), el educador (a)
no puede olvidar) que su percusión no debe
realizarse fuertemente para esta edad, ya que puede afectar
el estado
emocional de los niños.
CUALIDADES DEL SONIDO
Timbre.Para trabajar el timbre como cualidad
de sonido, se debe tener en cuenta los sonidos
del medio de forma natural, teniendo presente las
características del medio, que son las más cercanas
al niño, ejemplo: el canto de los pajaritos, sonidos
onomatopéyicos de animales (gato, gallo, vaca,
perro, etc. Estos le llegarán al niño de
una forma agradable, evitando que sean
estridentes, ya que perjudican el buen desarrollo del
oído que en estas edades es tan sensible.Si los
niños no pueden percibir estos sonidos de forma
natural, el educador (a) puede reproducirlos mediante
efectos similares ejemplo: para obtener el sonido del pajarito se
utiliza un corcho, se moja y frota sobre una botella, dicho
sonido varía según el tamaño de estos
objetos.Mediante el canto del educador (a) los
niños perciben el timbre de su voz, el cual puede ir
variando con diferentes tonos, sin llegar a ser demasiado
fuerte, sino moderando la. Los sonidos pueden musicalizarse
de diferentes formas: con vocales, sílabas, onomatopeyas,
palabras y nombres, de esta manera desarrollamos el
oído musical del niño. Por ejemplo llamar al
niño por su nombre con melodía, (remitirse al
folleto, por ejemplo N° 1. Para trabajar el timbre y
proporcional niño diferentes sonoridades se pueden
utilizar las vainas de flamboyán, sonajeros
confeccionados con diferentes materiales y semillas de la
naturaleza que
no ofrezcan peligro para los niños; con instrumentos
industriales como el triángulo, maracas, claves,
guitarra, triola, melodium u otros también se
logra este propósito.DESARROLLO RITMICO
El desarrollo rítmico se manifiesta en todas las
actividades y procesos del hombre, cada
persona imprime un ritmo a su propia vida, a su lenguaje, a
su actividad fundamental ¬ cada ser humano desde su
nacimiento tiene su propio ritmo: en la respiración, en las pulsaciones del
corazón, el llanto, sus primeros balbuceos,
en su andar, es decir que el ritmo está sin dudas,
diariamente unido al cuerpo humano.
En este año de vida el adulto tiene un papel
muy importante en el desarrollo rítmico del
niño, pues mediante el contacto emocional puede provocar
sus movimientos ante cualquier estímulo musical. Ritmo del
Lenguaje.Desde el subgrupo de 3 – 6meses se comienza a trabajar
el inicio del desarrollo de las capacidades y
habilidades rítmicas a través del
ritmo del lenguaje teniendo en cuenta los contenidos de
estimulación verbal de Desarrollo del Lenguaje
con diferentes valores musicales (negra, blanca, corchea),
remitirse al folleto 3, ejemplo N°.2. Puede
utilizarse otros ejemplos o combinaciones que el
educador (a) considere necesario.
Posteriormente se podrán utilizar los ejemplos
dados o ligados a otros movimientos.
Ejemplo: Hacer cabalgar a los niños sobre
la rodilla del educador (a) suavemente, acompañado de
la canción "Arre caballito". A los niños
desde los 3 meses, el educador (a) los estimulará
para desarrollar el ritmo con canciones que se
acompañan con movimientos, por ejemplo: en "Las
tortitas, se tomarán las manos de los
niños marcando el pulso mientras se canta la
canción Entre los 9 y los 12 meses, el educador (a),
siguiendo el ritmo de una canción, deja que
los niños por si sólo hagan las
tortitas.
Pueden utilizarse otros como "Tun tun
en la naricita", "Topiton", "El pollito", "Arre caballito",
"Aserrín, aserrán", etc.
En el subgrupo de 9 – 12 también se
podrá jugar con los niños flexionando el
tronco con "Merengues u otras canciones
sugerentes. El educador (a) tiene que realizar este
movimiento conjuntamente con el
niño.MOVIMIENTOS CORPORALESPara el desarrollo del ritmo el
educador (a) puede hacer escuchar música de ritmos
variados que posibiliten las respuestas corporales
con movimientos, para lo cual se
realizará de forma que destaque el
movimiento, puede utilizarse diferentes objetos como
banderitas, chinescos, muñecas, etcétera.Otra
tarea que puede hacer el educador (a) es: mostrar
juguetes a los niños asociándolos a
diferentes tipos de música, ejemplo: realizar la
acción de dormir una muñeca mientras hace escuchar
una melodía suave, lenta como una nana.
Realizar con el niño la acción de subir y
bajar la rampa escalera con canciones: "La escalerita", "La
estrellita", u otras melodías donde se aprecie la escala ascendente
y descendente.
Para la percusión corporal, el docente
estimulará al niño a acompañar con
palmadas la música o ritmo que escuchan, para esto, ella
marcará el pulso con percusión en diferentes
partes de su cuerpo, que pudiera ser por ejemplo: percutir palmas
contra palmas, palmas sobre la cabeza, palmas sobre los muslos u
otras partes que considere.Dada las
características de esta edad es posible que algunos
niños hagan palmadas o intentos de ellas buscando
imitar al educador (a. Pero lo más importante es
destacar bien los movimientos y el ritmo que se percuten,
para que pueda contribuir al futuro desarrollo rítmico de
los lactantes y no buscar una respuesta inmediata de los
movimientos o de la percusión corporal por parte del
niño.Para contribuir al desarrollo del aspecto
rítmico se utilizarán los juegos
rítmicos con diferentes partes del cuerpo.
Ejemplo: Pipirigallo. Juego de manos
con las palmas hacia abajo, pellizcar brevemente la mano y
dedos del niño, mientras se dice rítmicamente
la letra. Se la enseña al niño que al
terminar de decir el juego el educador (a), él
debe quitar la mano con cierta rapidez, para evitar que el
gallo lo pique.
Texto pipirigallo. Pipirigallo montando a caballo,
pasa un malojero vendiendo romero, le pide un poquito para
mi pollito que estaba malito de una patita, no me lo quiso dar,
me eche a llorar, con un paliquín, me hizo callar. Quita
la mano que te pica el gallo.
TRABAJO CON LA
FAMILIAEs necesario lograr la continuidad en el hogar de
la tarea educativa, por lo que se debe orientar a los
padres que música debe escuchar el niño,
en que momento, y los juegos rítmicos musicales
propios de la edad.Se les
enseñará la letra, melodía de las
canciones y cómo realizar los juegos
rítmicos musicales "Las tortitas", "Tun tun en la
naricita", "Topitón", "Arre caballito", "El pollito",
"Aserrín, aserrán".Es importante
preparar a la familia para la realización
de estas actividades musicales en los diferentes
momentos de vigilia de los niños, para
lograr una reacción positiva ante la música
sin olvidar que en esta edad, al ser percibido el
estímulo musical por el niño, éste
reacciona emocionalmente, expresándose por medio de una
sonrisa, gorjeo ¬ balbuceo, distintos movimientos corporales,
o sencillamente se quedan tranquilos como extasiados.Para
la percepción del timbre, se propiciará que
los niños escuchen las voces de los adultos
que los rodean, y se les llamará por su
nombre con voz suave, o mediante el canto.Se pueden utilizar
otras canciones infantiles y juegos rítmicos
conocidos por el personal docente y audiciones
de fragmentos de música culta
instrumental.
PRIMER CICLO El educador (a)
trabajará para que el niño:- Reaccione
positivamente, manifestando adaptación a los cambios
ambientales, de su entorno y muestre
disposición para la realización de las
diferentes actividades.- Manifieste un estado
emocional positivo cuando el adulto lo atiende,
estimule y cuida de él, y no muestre reacciones
negativas al estar junto a otros niños al compartir
espacio ý atención.- Manifieste hábitos
alimentarios correctos en relación con distintos
alimentos que se le ofrecen y formas
elementales de hábitos higiénicos.- Reaccione
activamente ante el sonido, olor, textura, color y
movimiento de los objetos.- Reaccione positivamente ante la
estimulación táctil.- Ejecute movimientos
fundamentales como: giros, gateo, sentarse, pararse, caminar con
apoyo y caminar independiente.- Realice diversas acciones de
manipulación activa con los objetos.- Establezca
relaciones elementales entre los objetos e inicie la
realización de acciones imitativas en
correspondencia con la función social de los
objetos de la vida cotidiana.- Tenga un desarrollo del lenguaje
que le permita la reproducción de los sonidos, la
comprensión elemental del habla del adulto y la
emisión de algunas palabras significativas. Reaccione
positivamente ante estímulos sonoros musicales.
LOGROS DEL
DESARROLLO.- Mantiene un buen estado
emocional por períodos prolongados. Manifiesta una
comunicación afectiva positiva con el adulto
(que se expresa en la sonrisa, movimientos,
vocalizaciones etc.- Acepta distintos alimentos de
diferentes sabores, texturas y temperaturas. Come de la cucharita
cuando el adulto lo alimenta y bebe por sí solo del
jarro.- Reaccionar ante el sonido, el color el movimiento de los
objetos y del medio que lo circunda. Agarra objetos
pequeños con dos dedos.
Explora los objetos al tocarlos, frotarlos,
golpearlos, etc.
– Imita algunas acciones sencillas que el adulto
le demuestra, (meces la muñeca, dar de comer al
osito, etc.)- Establece relaciones elementales entre los objetos
al realizar algunas acciones simples como poner uno
sobre otro, tapar y destapar.- Camina con movimientos
descoordinados.- Trepa a un plano horizontal con apoyo de todo el
cuerpo.- Lanza objetos.- Repite algunos sonidos y llega a
pronunciar algunas palabras (sin señalar limite o
número). Cumple una acción ante una sugerencia
verbal.- Reconoce por su nombre las personas que
están en contacto con él, así como
algunos objetos. Disfruta y participa en sencillos juegos
rítmicos musicales.
PRIMER CICLO. (Primer año de vida))
La educación socio
– moral ocupa un
lugar central en este ciclo por cuanto sus
objetivos están encaminados, conjuntamente con el resto
de los programas, a
garantizar en el niño un adecuado desarrollo
emocional y la formación de correctos hábitos
alimentarios, de ahí su contribución decisiva al
desarrollo psíquico y físico .
En este trabajo el adulto desempeña el papel
fundamental. Es el encargado de satisfacer las necesidades
básicas del niño pues garantiza el cumplimiento del
horario de vida y le brinda todo el afecto que necesita
para lograr un adecuado desarrollo emocional, lo que
constituye la base de su desarrollo moral.
Este programa no tiene frecuencias en el horario de
actividades, pues sus contenidos se trabajan en todos los
momentos de la vida del niño y mediante todas las
áreas de desarrollo, por lo que el mismo constituye
un documento de trabajo diario del educador (a). Especial
importancia tiene por ello la orientación y
cooperación de la familia, pues esto garantiza la
consistencia educativa necesaria para el logro de los
objetivos propuestos.
Es importante destacar que con este programa se
contribuye al cumplimiento de los objetivos del ciclo, por
cuanto los logros de esta área son la base de
las adquisiciones fundamentales del niño en su
primer año de vida.
El educador (a) trabajará para que los
niños del ciclo:
– Reaccionen positivamente, manifestando
adaptación a los cambios
ambientales.
– Muestren disposición para la realización
de las diferentes actividades.
– Manifiesten un estado emocional positivo cuando el
adulto los estimule y cuide de ellos, y al compartir
espacios de atención al estar junto a otros
niños.
– Acepte los alimentos que se le ofrecen.
– Incorpore formas elementales de hábitos
higiénicos culturales.
La estrecha relación que existe entre el
desarrollo psíquico y emocional, hacen del primer
año uno de los períodos más importantes
en la vida del niño, por cuanto se
sientan las bases de todo su desarrollo posterior.
Para desarrollar bien este trabajo es
necesario que el educador (a) conozca que:
Las emociones
constituyen la primera señal mediante la cual el
niño puede expresarse, y en el recién nacido
se manifiestan como reacciones incondicionadas del organismo a la
satisfacción e insatisfacción de las
necesidades orgánicas, por ello en un
principio existe un predominio de emociones negativas pues
son las únicas vías asequibles al recién
nacido para expresar sus necesidades. Luego aparecerá
la sonrisa, al principio derivada de la satisfacción
de sus necesidades, y después como respuesta a la
estimulación del adulto y al contacto con los
objetos, y hacia el tercer mes el "complejo de animación",
estado de satisfacción generalizado ante la
estimulación, el cual constituye la
primera comunicación
social del niño.
Hacia los cinco meses comenzará a
reaccionar a la voz del adulto en dependencia de su
entonación y manifestará reacciones de temor ante
la presencia de un extraño o un estímulo
cualquiera que haya recibido refuerzo negativo; y de
alegría ante juguetes y objetos interesantes y
ante acciones realizadas por ellos mismos. En la medida en
que el niño crece y pasa de un estado de inactividad a uno
de actividad, comienzan a surgir las emociones positivas
que paulatinamente han de predominar, si el proceso
educativo se dirige acertadamente.
En este trabajo la institución y la familia
desempeñan un papel fundamental, ya que son los
encargados de hacer reaccionar con emociones
positivas al niño, para ello es necesario tener en
cuenta además de las características
etáreas e individuales las siguientes
recomendaciones:
– Identificar sus necesidades,
para satisfacerlas con amor
y alegría.
– Alimentarlo a su hora.
– No permitirle que llore por períodos
prolongados.
– Atenderlo cuando está triste,
grite, está irritado, llore o se
agite.
– Responder a su sonrisa y estimularlo a que
sonría.
– Hablarle mucho y suavemente.
– Cargarlo, acariciarlo, arrullarlo y cantarle
canciones.
– Aprobar y celebrar sus gracias.
– Cambiarlo de posición en la cuna o corral si no
lo puede hacer solo.
La primera sonrisa social y la animación general
del niño aparecerán cuando los estímulos
verbales son con voz suave y cariñosa, cuando lo
acarician y le sonríen. El estado emocional positivo es
condición necesaria para el desarrollo exitoso y el
logro de una conducta activa y
equilibrada, a tales efectos, durante la
vigilia debes velar porque el niño siempre
está activo y juegue con los juguetes, reciba
estimulación para alcanzar el objeto que le atrajo, y una
vez alcanzado realice acciones con él, que finalmente
tengan un propósito y le permitan asimilar las funciones de los
objetos.
A veces es necesario cargar al bebé,
caminar con él, atraer su atención
hacia los objetos que no ve desde el corral.
Se recomienda cargarlo cuando está tranquilo,
cuando no está gritando, porque de lo contrario se
le puede crear el hábito negativo de utilizar el
grito para que lo carguen.
También, durante la vigilia, se
puede dejar a ratos solo, de lo contrario se
habituará a que le entretengan todo el tiempo y
llorara por la ausencia del adulto.
Siempre se le hablará con voz
equilibrada y baja que lo sede, o animosa y
tierna que lo alegre, evitando la voz enfadada que lo puede
irritar y a veces provocar el llanto.
Se orientará a los padres para que familiaricen
al niño con personas y ambientes desconocidos, pero sin
forzarlo, cuando muestre desagrado o timidez ante una
persona. Lo puedes llevar de paseo por el centro educativo
y ponerlo en contacto con otros niños y adultos,
señalándole a personas, nombrándolas y
preguntándole dónde está?¿,
Quién es? Y conversándole sobre las personas que va
conociendo. Al relacionarlos con los adultos se
debe evitar que éstos lo abrumen con caricias
o expresiones exageradas que pueden atemorizarlo; se debe
propiciar que el niño identifique la voz de la
mamá y se alegre al sentirla cerca. También
permitirás que pase su mano por rostros
familiares.
Tanto el educador (a) como las auxiliares
pedagógicas deben participar en la actividad
lúdicra del niño, permitiéndole el
contacto físico mediante las actividades
psicomotrices, musicales y en el aseo. Con los mayorcitos
se propiciarán relaciones con otros
niños de su edad, dejando que se
acerquen, observen, toquen, jueguen entre ellos (con
cuidado de que no se arañen, muerdan o halen los cabellos)
y agrupándolos al desarrollar actividades, como por
ejemplo: junto con el niño que se tiene en brazos
alcanzará a otro, o esconderá a un niño
debajo de un pañal, proponiéndole a otros que
lo busquen, dónde está Gisela?, Gisela no
está; quitará el pañal y dirá:
Mírenla, está aquí!. Otros ejemplos de
juegos que se pueden utilizar son: "Juego con el
espejo", "Huye que te cojo", "Dónde está el nene",
"El nene baila", "Juego del pañal",
juegos con títeres y canciones sencillas como
"Arroz con leche" entre otras.
Cuando se retira una persona se
aprovechará para decir adiós con
la mano y estimular al niño a que lo haga
igual.
Al finalizar el primer año es necesario que
enseñar al niño a comprender la
expresión "no se puede". Por ejemplo, si el
niño quita un juguete, "no se puede
hacer eso", y se le muestra dónde puede coger un juguete
igual, o se le dirige su atención hacia otra cosa; si el
niño obra bien, se alabará y aprobarán sus
acciones. Las emociones positivas o negativas que surgen en
el niño cuando el adulto lo aprueba o censura,
contribuyen a la comprensión de lo que es bueno y de
lo que es malo, esto es una condición esencial para
su desarrollo moral. En este año de vida la
formación de hábitos está relacionada con
la satisfacción de las necesidades
básicas del niño. El educador (a)
desempeña un papel fundamental en dicho trabajo, ya que al
organizar la vida del niño, es decir, al garantizar
que de la misma forma y a la misma hora, coma, duerma,
está limpio y mantenga una vigilia activa, creará
las bases para la formación de hábitos
y un buen estado emocional.
Especial atención se debe prestar a los
hábitos alimentarios por su
contribución al estado de salud del niño. En
ello desempeña un papel fundamental el personal
docente y el de salud, por lo que deben lograr el trabajo
conjunto para posibilitar un adecuado estado nutricional y
evitar así la mal nutrición por exceso
o por defecto en los niños de estas
edades.
Para formar hábitos vinculados al proceso de
alimentación es necesario enseñar al niño a
tomar alimentos líquidos y comer semisólidos,
teniendo en cuenta que estos últimos se
introducirán de forma paulatina, y a degustar alimentos de
diferentes sabores, texturas y temperaturas, de acuerdo con la
guía de ablactación, teniendo en cuenta las
indicaciones del médico. Al alimentar al niño
es necesario acompañar con palabras todas
las acciones vinculadas a la comida, y cuando se
le enseñe a comer un nuevo alimento se ha de
ser especialmente cariñoso con él.
Aprenderá, a colocar las manos en el
biberón siempre que se alimente con él,
de forma que tenga una participación activa en su
alimentación; así como a comer bien de la
cucharita, tomando el alimento con los labios, lo que se comienza
desde que se introducen los puros; se iniciará
además, en el manejo de la cucharita a
partir de los 11 meses. Aprenderá a tomar
alimentos líquidos en el jarro que el adulto sostiene
a partir de los 7 meses, llegando a beber del jarro
por sí solo. Es fundamental que habituar al
niño a comer sentado a la mesa desde que se sienta
solo.
Se tendrá en cuenta el desarrollo del niño
para ponerlo en la posición adecuada al alimentarlo; si
aún no se sienta solo, recibirá el alimento en
brazos, cuando se siente solo, se alimentará en la mesa
duplex y cuando inicie la marcha independiente, en la mesa
baja.
Al realizar este proceso es muy importante tener en
cuenta las medidas higiénicas siguientes:
– Cumplimiento del horario de alimentación
basándose en la libreta del primer alimento. (Hay que
despertar al niño para que se alimente, lo que
hará que se adapte rápidamente y se despierte en
tiempo.
– Higiene personal
del adulto, lavado escrupuloso de las manos, uso del naso buco
cuando lo alimente en brazos.
– Uso del babero y servilletas.
Otro aspecto de gran significación en esta
edad es el trabajo en la formación de
hábitos higiénicos, lo que se logrará
acostumbrando al niño a que está
limpio, por eso es importante garantizar el
baño con lavado de cabeza diario, la higiene bucal y
el inicio del trabajo en el control de esfínteres, y
su aseo cada vez que lo requiera. Especial atención se
prestará también a los hábitos relacionados
con el proceso de sueño, los que
garantizarán su duración y
carácter, estableciéndose de esta
forma, una relación adecuada con los
demás procesos. Para ello se evitará excitar
al niño antes, ya que demorara en dormirse y su
sueño será intranquilo; por el contrario, se
creará una situación de tranquilidad,
lo cual es muy importante para el proceso
de inhibición que precede al sueño. Se debe
garantizar que la cuna está
cómoda con
superficie plana y pañales estirados y la
disminución de estímulos de luz y sonidos del
medio ambiente. Todo ello propiciará que el
niño duerma profundamente y despierte
tranquilo.
Resulta indispensable también
mantener en todo momento una buena higiene en
la sala, limpieza, ventilación, iluminación y seguridad y una
atmósfera agradable, caracterizada por un tono de voz
bajo, suave y cariñoso que permita una comunicación
afectiva con los niños, lo que
influirá positivamente en su desarrollo emocional
y estimulará la correcta formación de
hábitos.
Por la importancia en este año de vida, del
trabajo para el desarrollo de las emociones positivas, la
formación de hábitos y el cumplimiento del
horario de vida, deben trascender los marcos del centro
educativo, llegando a la familia por medio de diferentes
actividades de orientación tales como: charlas,
entrevistas,
activos de
padres, murales, bibliotecas de
padres, y todas aquellas iniciativas que puedan contribuir a una
adecuada educación.
Para la
organización y ejecución práctica del
trabajo de formación de hábitos culturales y
alimentarios se consultara sistemáticamente el
folleto de metodologías en el cual aparecen
plasmadas las formas correctas de trabajar cada uno
de los hábitos previstos.
Autor:
MARCO MUÑOZ
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |