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PERIODISMO:



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Rasgos de un concepto adecuado para la
    práctica periodística

    3. Increíble e imprecisamente
    "prensa"

    4. Conclusión: conciencia
    lingüística en el campo
    profesional

    5. Fuentes Consultadas

    1.
    Introducción

    "…una lengua no
    existe sino en los labios de sus hablantes, y su vitalidad y su
    potencia no son
    más que un espejo de la vitalidad y la potencia de la
    comunidad a la
    que sirve."(Manuel Seco, 1980: 34)
    Cuando cotidianamente se hace una imagen de los
    periodistas, viene a la mente una serie de acciones que
    los definen: Trabajar con hechos de actualidad, de andar casi
    siempre "a la carrera", preocupados por salir a tiempo con la
    información encomendada; comunicar a los
    sectores por medio de la información noticiosa sobre lo que acontece
    en la actualidad; angustiarse a la hora del cierre porque
    todavía la nota no está lista o porque el jefe de
    información está enojado.
    En Centroamérica, al caracterizarlos salta a la mente
    también los siguientes rasgos: bastante desunidos y poco
    solidarios entre ellos en el campo de trabajo; un gremio
    orgánicamente frágil en un entorno político,
    económico y social muy adverso para un trabajo profesional
    y humanamente remunerado.
    Pero en esa imagen
    también cabe que los periodistas latinoamericanos se
    distinguen porque se desenvuelven en un mundo paupérrimo
    de conceptos claros, precisos y concisos. Ellos conceptualizan su
    mundo profesional de modo ambiguo, polisémico e inexacto.
    Este es el asunto que nos ocupa en esta oportunidad.
    Con el ánimo de sugerir desde la academia al campo
    profesional, someto a consideración un análisis lingüístico del uso
    cotidiano del término "Prensa",
    especialmente desde la lógica
    y la semántica. Reconozco que la imprecisión y
    pobreza
    conceptual del campo profesional son amplias; por eso en el
    presente análisis se hace énfasis
    específicamente al concepto
    "prensa", palabra comodín del registro
    lingüístico de los periodistas.
    Para tratar este asunto, inicialmente se presenta un marco
    teórico sobre los conceptos y, posteriormente, se hace
    una aplicación de éste en el uso del término
    "prensa" en el campo profesional, en la que se patentiza la
    hipertrofia del término en el uso cotidiano dentro del
    campo profesional, se indican las motivaciones que determinan los
    fenómenos y, finalmente, establezco una serie de
    sugerencias a los sujetos que son parte de la solución de
    este mar de ambigüedades semánticas.

    2. Rasgos de un concepto adecuado
    para la práctica periodística

    Filosóficamente, el concepto es el resultado de
    la determinación de alguna característica del universo y, por
    lo tanto, su validez radica en la correspondencia con el modo de
    existencia que representa (De Gortari, E., 1979:91). Para nuestro
    caso significa que las designaciones deben tener relación
    con la naturaleza del
    fenómeno que designa, es decir, debe haber una
    razón que establezca la relación entre nombre y
    objeto nombrado.
    No se puede aceptar como dogma el planteamiento sausseriano de la
    arbitrariedad del signo, para justificar las irresponsabilidades
    conceptuales en el uso de la lengua
    castellana, especialmente en la utilización de signos
    relacionados con la identidad del
    propio campo profesional del periodista.
    En teoría
    periodística, el concepto de "periodismo" se
    origina en las características del trabajo de la
    información de actualidad; su designación
    corresponde a la esencia de la actualidad periodística,
    que es el período: la segmentación de la actualidad en parcelas
    idénticas por medio de la frecuencia de comunicación de una publicación o
    emisión en un lapso determinado (Mar de Funcuberta, 21-25)
    .La actualidad es el factor que convierte un hecho en digno de
    ser noticia, hasta el punto de que la actividad
    periodística se reconoce porque selecciona y difunde los
    llamados hechos de actualidad. Esto implica que la
    información acabe de producirse (o que se acabe de
    descubrir), que se dé a conocer en el mínimo
    espacio de tiempo posible, y
    que ese conocimiento
    circule entre un público amplio y masivo. Además,
    el intervalo entre una comunicación y otra depende de cada medio;
    se trata de una división temporal que sirve de marco para
    la difusión de una serie de hechos y valores
    seleccionados entre todos los que han sucedidos en los sucesivos
    intervalos. Así la prensa emite sus mensajes de una sola
    vez; la
    televisión y la radio renuevan
    continuamente sus mensajes. Esta periodicidad del medio crea su
    propio tiempo e impone al público un determinado ritmo de
    suministro de información que equivale a una actualidad
    programada.

    Según Elí de Gortari(1979:91-105), entre
    otras características fundamentales del concepto se
    encuentran:
    1)Se trata de una síntesis
    en la que se expresan los conocimientos adquiridos acerca de la
    actividad de un proceso
    objetivo, de
    una relación entre procesos o de
    una conexión interna de los procesos
    universales. Significa que, en su determinación, el
    concepto se constituye racionalmente por medio de una
    reconstrucción de los datos conocidos
    en la percepción. Esto implica que esos datos percibidos
    son entrelazados, organizados y constituidos en elementos de un
    todo único, en el cual queda representado en su integridad
    el proceso o la
    relación descubierta. Esta representación
    conceptual permite entender mejor los datos percibidos
    anteriormente y, a la vez, sirve para descubrir otros aspectos y
    otras conexiones en la percepción
    de los procesos.
    En esta perspectiva, otros autores (Rosental, M.M y otros,
    1985:75-76) consideran que, como resultado del conocimiento,
    el concepto se desarrolla históricamente. Se eleva de un
    grado inferior a otro superior y se resume en conceptos
    más profundos. Concretamente, sobre la base de la
    práctica, los resultados obtenidos perfeccionan y
    puntualizan los conceptos viejos, o se formulan otros nuevos. Se
    comprende entonces que los conceptos son dinámicos, esto
    es, en constante desarrollo, de
    cambio y
    progreso en el sentido de proporcionar una aprehensión
    más adecuada de la realidad.
    Por el constante desarrollo y
    uso de las nuevas
    tecnologías en los medios de
    comunicación social y, consecuentemente, por la
    diversificación y especialización del trabajo
    informativo, el concepto de "periodismo"
    sintetiza la multiplicidad de funciones del
    periodista, en diversos medios, resume
    toda la experiencia acumulada históricamente, desde el
    surgimiento del periodismo en el medio impreso, a finales del
    siglo xv, hasta la práctica profesional en los medios
    audiovisuales, incluyendo el ejercicio en instituciones
    públicas o privadas, y se extiende en estos momentos a la
    práctica informativa especializada, investigativa y
    multimedia.
    Sin embargo, el concepto que nos ocupa, "prensa", si bien es
    cierto en la práctica profesional significa todo el
    quehacer de los periodistas en todos los espacios de la comunicación
    social, no es menos cierto que es un concepto que no
    sintetiza y resume plenamente todos los procesos del ejercicio
    periodístico, en tanto que se limita a representar
    actividades informativas ligadas al medio escrito. Además,
    se trata de un término que no representa la multiplicidad
    de funciones del
    periodismo moderno, tampoco que perfecciona adecuadamente la
    aprehensión del quehacer profesional.
    2)Representa un proceso activo en que se determina la existencia.
    Los conceptos se encuentran enlazados en forma inseparable y en
    su determinación, que se amplía y mejora sin cesar,
    reproducen de un modo definido la acción recíproca
    que opera entre los procesos existentes.
    Por ejemplo, el concepto "periodismo" se encuentra en
    íntima interdependencia con otros, como son, entre
    otros,"información", "interpretación", "discurso
    informativo", "noticia", "géneros informativos", "medio
    informativo", "política
    informativa", "presente social", "proximidad, "hechos",
    "acontecimiento", "práctica significante", "actualidad",
    "inmediatez", "producción informativa", "planificación informativa",
    "especialización", etc. Cada uno de ellos, designa
    actividades o características específicas de la
    labor profesional; pero formando parte de una totalidad en la que
    todos los conceptos son interdependientes.
    Por necesidades históricas y por las condiciones en las
    relaciones de poder de la
    sociedad
    actual, se mejora y se extiende el concepto a realidades
    más complejas, como "periodismo
    económico","periodismo cultural","periodismo
    político","periodismo de servicio",
    "periodismo de investigación", etc. Significa que mientras
    más se complejiza la realidad en todas las dimensiones los
    conceptos relacionados con el periodismo se especializan y sus
    contenidos abarcan aspectos más amplios.
    3)Son abstracciones de los procesos universales. Por ello poseen
    un contenido de objetividad. Significa que es indispensable que
    la relación formulada en el pensamiento
    corresponda y represente, de alguna manera, a los procesos de la
    naturaleza o
    de la sociedad, para
    que dicha relación adquiera significado. Por ejemplo la
    designación conceptual "periodismo de investigación" no puede ser sólo
    nominal e inmotivada, y consecuentemente arbitraria, sino debe
    corresponder a una práctica concreta dentro del
    periodismo, con una especificidad en la actitud
    periodística: planificación, uso de fuentes,
    utilización de procedimientos y
    técnicas indagatorias, elaboración
    de textos adecuados y una publicación constante, amplia y
    oportuna.
    4)Son verificables. Significa que los conceptos son comprobables
    o refutables por medio de la experimentación. El concepto
    formulado debe expresar acertadamente las conexiones mostradas
    objetivamente por los procesos, y debe representarlas de una
    forma definida. Las abstracciones, como puede ser "producción periodística", deben
    implicar la verificación empírica, es decir, la
    comprobación en la práctica rutinaria del ejercicio
    periodístico. Por ejemplo, el concepto señalado
    tendrá que observarse en el procedimiento
    concreto del
    trabajo periodístico, que implica la realización de
    una serie de fases: determinación del hecho,
    indagación de datos y elaboración del texto
    periodístico.

    3. Increíble e
    imprecisamente "prensa"

    La inexactitud en la manera de designar su
    profesión se evidencia a diestra y siniestra en los
    espacios donde se movilizan, las señales con que se
    identifican, los términos con que los nombran, etc. El
    error pasa inadvertido, se considera como lo más natural
    del mundo, y se evidencia poco interés
    por remediarlo por medio del uso de los términos precisos
    y adecuados de acuerdo a las características de un
    concepto propio del registro
    profesional.
    El término "prensa" lo designa todo: se nombra a todos
    periodistas, indistintamente a la función
    que desempeñan; a las prácticas que ejercen en
    todos los medios de difusión, tenga o no-relación
    con la máquina que sirve para imprimir; al título
    de la credencial, estusiasmadamente sin importar que tenga o no
    que ver con el medio prensa; a una unidad de comunicaciones, sin darse cuenta que realizan un
    trabajo multimedia; a
    todo el gremio, sin percatarse de que trabajan para medios que no
    tienen como soporte el papel y la
    impresión, etc., etc.
    Igual ocurre con otros términos. Por "reportaje" se
    entiende cualquier información; por "crónica", un
    collage; por "periodista"; un sonidista, un lector de noticias,
    un corrector de ortografía, un prensista; por "profesional
    del periodismo", un licenciado a medias o un empírico
    maestro del refrito, etc. Así como una ensarta de
    chorizos, circulan una cantidad de términos que, en lugar
    de unirlos la universalidad, la precisión y la claridad,
    se identifican por su ambigüedad y confusión.
    Sorprende que esa imprecisión e inexactitud en la
    designación de su campo profesional resulta tan natural y
    cotidiano que no se molestan en investigar, debatir y determinar
    correctamente todos los términos referidos a los
    elementos, dimensiones, fenómenos y procesos del trabajo
    periodístico.
    Al aplicarle las características del concepto, el
    término "prensa" no sale aprobado del examen. Reprueba
    porque no representa los diversos y complejos lenguajes
    periodísticos de los medios de
    comunicación actuales, ni sintetiza el proceso
    evolutivo del periodismo de acuerdo al cambio de
    soportes tecnológicos, ni tampoco se puede constatar en el
    ejercicio profesional. Hagamos una constatación
    etimológica con el apoyo de la historia de los medios de
    comunicación masivos para demostrar esta tesis de la
    impertinencia del término comodín.
    Etimológicamente, el término "prensa" significa la
    máquina de imprimir, desde que se inventó la
    imprenta en el siglo XV. En el principio era de madera y se
    operaba a mano. Con la creación de la máquina de
    vapor, en el siglo XIX, y posteriormente con el invento de la
    electricidad,
    y recientemente, con la aplicación de los sistemas
    informáticos, se llega a las modernas y eficientes
    máquinas de hoy. En el desarrollo de esta
    tecnología, se encuentran los siguientes
    tipos de prensas tipográficas: las de platina o minervas,
    que es un sistema de plano
    contra plano; las de prensa plana o de cama plana, que es un
    sistema de plano
    contra cilindro; y el de las rotativas, que es un sistema de
    cilindro contra cilindro.
    Implica que el concepto de "prensa" nace, precisamente, como
    resultado de la invención de la imprenta, atribuida a
    Johannes Gansfleisch Laden zum Gutenberg. Como sostiene James
    Burke(1997:120), la imprenta ocasionó la alteración
    más radical jamás realizada en la historia intelectual de
    occidente, cuyos efectos se han sentido en todas y cada una de
    las áreas de la actividad humana. Esta tecnología hizo
    posible que el
    conocimiento fuera ampliamente asequible y creó el
    espacio en que se pudieran florecer nuevas formas de
    expresión, como el periodismo escrito y el movimiento
    religioso de la Reforma.

    Cuatro siglos después, en 1893,con el surgimiento
    de la telegrafía por radio
    (transmisión de mensajes con el código
    de Morse de un lugar a otro, sin el uso de cables), inventada por
    Guglielmo Marconi, y, posteriormente, tras finalizar la Primera Guerra
    Mundial, numerosas emisoras amateurs comenzaron a
    "radiodifundir" la voz junto con la música. Durante la
    década de los años 30,compañías
    privadas comenzaron a crear sistemas de
    radiodifusión, nuevo soporte tecnológico;
    comunicación sin cables, prensa y papel, y
    transmitían acontecimientos puntuales, como una
    declaración de guerra, un
    partido de béisbol, un servicio
    eclesiástico o un concierto, con una inmediatez sin
    precedentes mayor que el
    periódico, y con la posibilidad expresiva
    fónica, propia de la narración oral. Con esto, se
    conforma otra forma de hacer periodismo: el
    radiofónico.
    Según Ray Gallon y Diana Seligsohn(1997:28-31),
    históricamente, la tecnología se ha desarrollado en
    tres etapas: la de la honda corta ("la primera
    generación"), la de la modulación
    de frecuencia ("La segunda generación") y la de la
    transmisión digital directa por satélite (Sistema
    DAB-Digital Audio Broadcasting), en proceso de
    consolidación.
    Aun cuando las primeras emisiones televisivas en EE.UU.
    comenzaron en 1939, por retraso impuesto a su
    desarrollo a causa de la Segunda Guerra
    Mundial, su extraordinario crecimiento inicia a principios de los
    años 50. La televisión, que recientemente ha resuelto
    completamente la definición de la imagen (con la
    versión digital), ha cautivado a la población mundial por más de 45
    años.
    Ese éxito
    radica en que su lenguaje se
    acerca más al drama y al ritual (Edmund Carpenter,
    1997:331).Significa que técnicamente este lenguaje
    combina la música y el arte, la lengua y
    el gesto, la retórica y el color. Con el
    nacimiento del periodismo televisivo, los públicos, en una
    noticia sobre un jurado, oye al acusador pero observa al acusado,
    en su auténtico drama. Favorece la simultaneidad de
    imágenes visuales y auditivas. La prensa o
    la imprenta no tiene estas posibilidades expresivas.
    Sin embargo, aun cuando con el desarrollo tecnológico el
    periodismo se ha ido especializando en cada uno de los medios de
    comunicación social, a pesar de que cada uno de ellos
    presenta diferentes lenguajes periodísticos (cada uno de
    ellos codifica la realidad del presente social actual de manera
    distinta), y de que cada uno contempla diferentes rutinas de
    trabajo
    periodístico, aquí en El Salvador, y en otros
    países latinoamericanos,"PRENSA" es sinónimo de
    periodismo.
    Se supone que, por falta de interés
    profesional por usar un registro técnico del idioma,
    propio para la designación de la práctica
    periodística, se está utilizando
    erróneamente un concepto que ha dejado de ser
    representativo de la diversidad y complejidad del campo,
    precisamente desde que se comienza a ejercer en la radio, otro
    soporte comunicacional, diametralmente distinto al soporte
    papel.

    Hipertrofia del término
    "prensa"
    En su uso frecuente, se ha
    ampliado tanto que, desafortunadamente, el término
    aprehende tantas cosas, que se ha llegado hasta el extremo de
    utilizarlo para diferenciar ideológicamente los tipos de
    periodismo. Durante la intolerancia política de la
    década de los ochenta, en el marco de la guerra
    fría, se designaba como PRENSA BURGUESA a la
    práctica periodística cuya característica
    esencial era "servir de vehículo propagandístico de
    los explotadores y opresores, y como aparato ideológico de
    Estado, con el
    objetivo de
    desinformar, engañar y alienar a la población"; mientras que como PRENSA
    REVOLUCIONARIA a la práctica periodística cuya
    característica esencial era "la revelación de la
    verdad, la educación y la
    orientación del pueblo, en la construcción de una sociedad sin clases
    sociales".
    La extensión que se le ha dado al concepto de "prensa", en
    lugar de evolucionar según el desarrollo de la
    práctica periodística, ha dado lugar a conceptos
    más imprecisos, que ha generado, por supuesto, un
    verdadero fenómeno de polisemia. Significa que tiene
    tantos significados como dimensiones tiene el campo profesional
    de las comunicaciones. Aun cuando el término no
    tiene nada que ver con el soporte tecnológico de los
    medios audiovisuales, cotidianamente se nombra indistintamente
    como "prensa televisiva" al PERIODISMO TELEVISIVO, "prensa
    radiofónica" al PERIODISMO RADIOFÓNICO; "prensa
    institucional" al PERIODISMO INSTITUCIONAL.
    Pero todavía la imprecisión no llega a tanto como
    para designar "prensa prensa" al PERIODISMO IMPRESO;
    quizá, porque suena cacofónico; por eso se le
    nombra "prensa escrita", incluso sin superar la redundancia.
    También, aun cuando el término no representa toda
    la actividad de comunicación institucional, al tratarse de
    ofertas informativas multimedia (fónicas, escritas,
    visuales o protocolares), en diferentes empresas se le
    denomina "unidad de prensa", "prensa y propaganda",
    "oficina de
    prensa", "secretaría de prensa", etc.
    Es más, a las entrevistas
    colectivas que preparan los relacionistas públicos de las
    fuentes
    informativas compulsivas, se les denominan "conferencias de
    prensa"; al discurso
    escrito que distribuyen las mismas, en donde plantean su
    posición sobre determinado tema,"boletín de
    prensa". O, en otro caso, al discurso de la institución
    donde difunde su posición (aclaratoria o acusatoria)
    acerca de un hecho nacional en la que está involucrada, se
    le denomina "comunicado de prensa".
    Asimismo, la imprecisión del concepto ha inundado la
    práctica del periodismo especializado, al nombrar,
    según el campo, "prensa deportiva", "prensa
    académica", "prensa medioambiental", "prensa
    política", "prensa económica", "prensa cultural",
    etc. Incluso, cuando se clasifica el contenido informativo por el
    lugar de origen, se utilizan los términos "prensa
    nacional", "prensa local", "prensa regional", "prensa
    internacional"; por su gentilicio, "prensa salvadoreña",
    "prensa cubana", "prensa musulmana", "prensa europea", "prensa
    hondureña", "prensa etcétera".
    En el uso de conceptos para aglutinar al conjunto de trabajadores
    o de actividades del campo profesional del periodismo, se los
    nombra "trabajadores de prensa" o "jefe de prensa","secretaria de
    prensa","ordenanza de prensa", etc.
    También, en el marco de los espacios lúdicos de los
    informadores, específicamente de los que gustan
    frecuentemente desestresarse con un par de cervecitas o
    "traguitos", se los califica como "prensa
    alcohólica".

    Los porqués de la vaguedad
    Siguiendo el planteamiento de Stephen Ullmann (1978: .141 y ss),
    los motivos de la vaguedad o imprecisión en el uso del
    término "prensa" pueden ser los siguientes:
    Falta de fronteras bien delimitadas en el mundo profesional del
    periodismo. Significa que las acciones
    cotidianas en la producción de la información no
    están claramente definidas. No hay una clara
    distinción entre las experiencias concretas y las
    abstractas. Implica que con el uso del término "prensa" se
    dividen las unidades discretas de los fenómenos que supone
    todo el quehacer periodístico.
    Consecuentemente, se funde unos fenómenos con otros.
    Resulta que, a diferencia de otros cambios profesionales, el
    gremio de periodistas no tiene bien diferenciado y designado su
    campo de actividades y los sujetos que las realizan, por ejemplo,
    periodista a cualquiera, aun cuando no tenga que ver
    esencialmente con la construcción del presente social
    actual.
    Obviamente, si todavía no se ha logrado conseguir esa
    clara distinción entre abstracción y
    práctica, resulta más cómodo designar como
    "prensa" todo lo que se refiere al periodismo que hacer la
    distinción de cada una de las actividades productivas
    relacionadas con la información
    periodística.

    Falta de familiaridad técnica con las cosas que
    representan porque son actividades de otros planos profesionales.
    Resulta paradójico que la información
    periodística en el mundo actual es clave para la
    civilización, sin embargo, ni los mismos periodistas se
    han acostumbrado a designar claramente los componentes de su
    campo profesional. Ocurre que en el campo de las comunicaciones
    los sectores no mantienen una correspondencia profesional que les
    dé unidad social: Aun cuando lo necesitan para
    consolidarla, los periodistas, en su mayoría, están
    completamente divorciados del mundo técnico o
    académico., Por ejemplo, suelen nombrar frecuentemente de
    modo empírico las cosas; el nombramiento categórico
    no es costumbre. Esto permite que los periodistas en sus
    designaciones sean bastantes simplistas y superficiales.
    Carácter genérico de las palabras.
    En la
    comunicación verbal, a excepción de los nombres
    propios y de un pequeño grupo de
    nombres comunes que se refieren a objetos únicos, las
    palabras denotan, no entidades singulares, sino clases de cosas o
    de acontecimientos ligados por algún elemento
    común. Por esta generalidad, el término usual de
    "prensa" no corresponde a la oposición entre
    genérico y particular, entre abstracto y concreto. Se
    le da un sentido tan vasto que se reduce a la pobreza
    léxica.

    4. Conclusión:
    conciencia
    lingüística en el campo profesional

    Para romper con ese círculo de imprecisiones en
    el uso de términos relacionados con la profesión,
    manifiesto hasta en los periodistas más talentosos del
    país y de toda Iberoamérica, pienso que es
    necesario que las instituciones
    involucradas en el campo profesional deben tomar en cuenta las
    siguientes sugerencias:
    Reconocer que el campo profesional de las comunicaciones requiere
    una autoevaluación de todo el marco de referencia, que
    permita asumir una conciencia
    lingüística seria y, consecuentemente, que
    conceptualice todas y cada una de las acciones de las
    prácticas profesionales de una forma eficaz y
    correcta.
    En esta discusión deben estar integrados: Las
    universidades que ofrecen las carreras relacionadas a esta
    especialidad, bajo cuya responsabilidad está gran parte de la
    corrección del lenguaje técnico del campo
    profesional; los medios de comunicación
    social que son los responsables de producir y/o distribuir la
    información, que se constituyen en modelos en el
    uso del idioma en El Salvador; los comunicadores profesionales
    que son los encargados directos del buen uso de los
    términos que los denominan, y los investigadores
    especializados en el tema, que son los responsables de estar
    pulsando rigurosa y sistemáticamente lo que acontece en
    todo el campo profesional.
    Cada uno de los sectores aludidos debe asumir su papel en esta
    tarea imprescindible en el desarrollo profesional de las
    comunicaciones, que indudablemente pasa por apropiarse de un
    registro lingüístico especializado.
    Los investigadores de la
    comunicación, especialmente los especializados en
    filosofía del lenguaje y en lingüística, deben
    a través de sus pesquisas establecer el estado
    actual del uso de la lengua castellana en el campo profesional,
    con la finalidad de diseñar una radiografía del
    habla profesional de los comunicadores; además, proponer
    un cuadro lexicográfico especializados para todos y cada
    uno de los comunicadores, con el propósito de construir un
    referente lingüístico a todo el gremio.
    Los profesionales de los medios, con una actitud
    autodidacta, primero deben apropiarse de un léxico
    técnico de los conceptos referidos al campo profesional y
    de otros campos relacionados con los temas que abordan en sus
    informaciones, y, segundo, en su quehacer informativo diario
    deben hacer el esfuerzo por designar sus actividades
    profesionales de la manera más precisa, de modo que se
    vaya socializando y consolidando el uso de conceptos precisos,
    con lo cual se evitará la ambigüedad.
    Los profesores universitarios, como responsables de heredar a los
    futuros profesionales los conocimientos científicos
    acumulados en las ciencias de la
    comunicación, especialmente en la teoría
    periodística, deben esforzarse por enseñar un marco
    conceptual riguroso de la profesión, que no sólo
    sea actualizado, sino nombrado con los términos más
    precisos.
    Considerando que la formación universitaria es esencial e
    imperecedera en la vida profesional de los comunicadores, el
    profesorado debe asumir con seriedad la enseñanza de los términos precisos,
    los cuales sobrevivirán a los embates de la
    imprecisión del habla técnicas
    en los medios de comunicación.
    Los dueños de comunicación tienen una responsabilidad en esta dirección: deben diseñar y aplicar
    con la participación de personal
    especializado un libro de
    estilo en cada uno de sus medios, que abarque tanto la normativa
    institucional sobre el tratamiento periodístico de los
    hechos, como las reglas de cómo nombrar la propia
    actividad del periodista.

    5. Fuentes
    Consultadas

    Baylon, Christian y Xavier Mignot (1996): La
    comunicación, Madrid, España,
    Ediciones Cátedra.
    Carpenter, Edmund (1997): "El papel y la imprenta de molde. De
    China a
    Europa", en La
    comunicación en la historia. Tecnología, cultura y
    sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 331.
    De Funcuberta, Mar (1993): La noticia. Pistas para percibir el
    mundo, Barcelona, España,
    Editorial Paidós
    De Gortari, Elí (1979): Introducción a la lógica
    dialéctica, México,
    Editorial Grijalbo.
    Ducrot, Oswald y Tzvetan Todorov (1974): Diccionario
    enciclopédico de las ciencias del
    lenguaje, Argentina,
    Editorial Siglo XXI
    James Burke(1997): "La comunicación en la edad media",
    en La comunicación en la historia. Tecnología,
    cultura y
    sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 120.
    Ortuño Martínez, Manuel (1999): Teoría y
    práctica de la lingüística moderna, México,
    Editorial Trillas
    Ray Gallon y Diana Seligsohn(1997:28-31)
    Rosental, M.M y otros (1985): Diccionario
    filosófico, México, Editorial Grijalbo.
    Rosental, M.M y G: M Straks (1960): Categorías del
    materialismo
    dialéctico, México, Editorial Grijalbo.
    Seco, Manuel (1980): Gramática esencial del español.
    Introducción al estudio de la lengua,
    Madrid, España, Editorial Aguilar.
    Ullmann, Stephen (1978): Semántica. Introducción a
    la ciencia del
    significado. Editorial Aguilar, Madrid, España.

    Resumen:
    En la mayoría de los campos profesionales relacionados con
    las Ciencias
    Sociales, se tienen conceptos coherentes y congruentes con lo
    que designan. Este consenso posibilita la claridad y la
    precisión en sus procesos de comunicación
    profesional.
    Sin embargo, en el campo profesional de las comunicaciones en
    general y en el del periodismo en particular, todavía se
    expresa el fenómeno de la imprecisión en sus
    conceptos al extremo de que algunos no corresponden al
    fenómeno que designan.
    Se constituye entonces una necesidad fundamental la
    búsqueda de un marco conceptual preciso para el campo
    profesional como una exigencia de la complejidad de la
    profesión en la sociedad postmoderna.

     

     

     

    Autor:

    Mario Alfredo Cantarero

    Master en comunicación social por la universidad
    autónoma de barcelona, investigador, profesor de metodología de la investigación y
    coordinador de postgrados e investigaciones
    de la escuela de
    ciencias de la comunicación. De la universidad "dr..
    José matías delgado", el salvador,
    centroamérica.
    Además, ex – director de la escuela de
    periodismo de la universidad de el salvador y periodistas del
    año 1998 en la rama de artículo otorgado por la
    asamblea legislativa.

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