Indice
1.
Introducción
2. El pan de la proposición y su
aplicación hoy dia
3. Comentarios adicionales
sobre Despertad
La siguiente información se basa en una extensa investigación realizada por algunos
testigos de Jehová en la república mexicana, pero
en especial, en la región del Istmo de Tehuantepec,
Oaxaca. Los testigos involucrados no pertenecen a ningún
grupo o
asociación en especial (como es el caso de la
Asociación de testigos de Jehová para la Reforma en
el asunto de la Sangre), tampoco
se trata de una investigación llevada a cabo por
algún ex-miembro de la
organización de los testigos de Jehová, al
contrario, como se indica en esta información, se trata de testigos activos, y
algunos, con varios privilegios de servicio
(precursores, ancianos, siervos ministeriales, superintendentes
viajantes, betelitas,etc), y cada uno de ellos con diferentes
niveles de educación seglar
ó académica (desde los que solo cuentan con
la
educación primaria hasta post-grado, pasando por
médicos, ingenieros, licenciados, etc).
A las personas que les hicimos llegar este análisis exhaustivo, les pedimos y
concedimos la facultad de distribuir libremente por cualquier
medio estos resultados presentados en este informe.
Además, una de nuestras condiciones es no dar nuestros
nombres a nadie, por ello, tampoco, aparecen en este enviado a
ustedes. ¿Por qué ocultamos nuestra identidad? Por
razón de que se vaya a tomar algunas medidas contra
nosotros (entre ellas la censura, la expulsión, la
remoción de nuestros privilegios, el que se nos califique
de apostatas, de insurrectos, etc). Así que rogamos nos
dispensen este gran detalle y agradecemos profundamente su
comprensión. De todos modos, sentimos que lo más
importante no es quiénes somos, sino la información
que estamos presentando que será de mucha ayuda, no solo a
nuestros hermanos en la fe (otros testigos de Jehová),
sino también a los nuevos y a otras personas que necesiten
la información.
Por ello, les enviamos dicho trabajo informativo, para
su revisión, y posterior publicación en
monografías.com. Esperamos que pronto esté
disponible entre sus valiosas fuentes de
información, ya que de ello depende que muchos
testigos de Jehová que desconocen estos detalles
mencionados en este extenso informe, tengan
un fundamento bíblico de qué hacer en caso de una
emergencia (pues ya se sabe que, nosotros, nos negamos
rotundamente a transfundirnos sangre, algo que
en esta investigación que les enviamos demostramos que SI
PODEMOS TRANSFUNDIRNOS ANTE EL RIESGO DE
MUERTE
SOLAMENTE)
Ante todo, gracias.
2. El pan de la
proposición y su aplicación hoy dia
Como testigos de Jehová siempre nos hemos y
debemos caracterizarnos por ser cristianos imparciales,
razonables, de mente abierta, equilibrados, de buen juicio y sin
caer en el fanatismo (Fil.4:5; Snt.3:17;Tit.3:2); nuestra
organización desde sus inicios ha
considerado asuntos espirituales y doctrinales (la trinidad, el
alma inmortal, etc.), que incluso, el nombre que tenía
"Estudiantes de la Biblia" estaba bien aplicado y gracias a esos
estudios de la Biblia – la palabra sagrada de Jehová Dios
para todos -, doctrinas y creencias falsas han sido derribadas,
al grado que hoy adoramos a nuestro Padre Celestial "con
espíritu y verdad" (Jn. 4:24). Tomando en cuenta lo
anterior y poniendo un buen y firme fundamento analicemos el tema
citado anteriormente: "El Pan de la Proposición y su
aplicación hoy día" y leamos todos los textos
citados.:Rogamos tenga la paciencia de leer esta valiosa
información algo extensa que pudiera cambiar su vida y
tenga otro enfoque sobre un asunto concerniente a todo aquel que
desea agradar a Jehová Dios..
La obra Perspicacia para comprender las Escrituras
(it-2-S) en la pág. 592, tomo 2, nos menciona lo siguiente
en la sección PAN DE LA PROPOSICIÓN:
Doce hogazas de pan que se colocaban sobre una mesa en
el compartimiento Santo del tabernáculo (y luego del
templo) y que se reemplazaban todos los sábados por otros
recientes. (Ex. 35:13; 39:36; 1 Re. 7:48; 2 Cr. 13:11; Ne. 10:32,
33). La traducción literal del nombre hebreo para el pan
de la proposición es "pan del rostro". La palabra para
"rostro" a veces significa "presencia" (2 Re 13:23), de modo que
el pan de la proposición estaba enfrente del rostro de
Jehová como una ofrenda constante delante de él.
(Ex. 25:30, nota). Al pan de la proposición también
se le llama "pan en capas" (2 Cr. 2:4), "panes de la
presentación" (Mr. 2:26) y simplemente "los panes". (Heb.
9:2).
Los qohatitas tenían la responsabilidad de cocer el pan de la
proposición "sábado a sábado", así
como de transportarlo cuando se trasladaba el tabernáculo
(Nú. 4:7; 1 Cr. 9:32). Cada una de las doce hogazas
anulares estaba hecha de dos omeres (2/10 de efá;
equivalente a 4,4 l.) de flor de harina, y, según Josefo,
eran ácimas (Antigüedades Judías, libro III,
Cap. VI, sec. 6). El sábado se quitaban los panes de la
mesa del pan de la proposición, que estaba en el lado N.
del Santo (Ex. 26:35), y se sustituían con otros doce
panes recientes. Se colocaban en dos montones de seis panes o
capas cada uno, y sobre cada montón se ponía
olíbano puro. La tradición judía dice que el
olíbano se ponía en vasijas de oro, no directamente
sobre las tortas. Se dice que cuando el sábado se retiraba
el pan de la proposición, el olíbano se quemaba
sobre el altar (Le. 24:5-8).
Debido a que los panes habían estado durante
una semana delante de Jehová, eran algo santísimo y
tenían que comerlo los sacerdotes aarónicos en un
lugar santo, seguramente en alguna parte de los recintos del
santuario (Le. 24:9). La Biblia solo registra una ocasión
en lo que comieran los panes ya reemplazados personas que no
fuesen del linaje de Aarón. Cuando David huía de
Saúl, pidió al sumo sacerdote Ahimélec pan
para él y sus hombres. Como Ahimélec no
tenía "pan común", le dio a David panes de la
proposición que habían sido reemplazados. Ahora
bien, el sumo sacerdote, que creía que David estaba en una
misión
del rey, hizo esto solo después que David le
aseguró que tanto él como sus hombres estaban
ceremonialmente limpios (1 Sa. 21:1-6): Jesucristo se
refirió a este incidente cuando los fariseos se quejaron
de que sus discípulos habían arrancado unas espigas
en sábado (Mt. 12:3-7;Lu. 6:1-4).
¿Qué importancia y significado tiene este
suceso acaecido hace aproximadamente 3000 años
atrás? (1 Sa. 21:1-6). En él hallamos varios puntos
que podrían ser claves al tomar decisiones que tienen que
ver con nuestra propia vida; siendo de tal importancia analicemos
detalladamente este suceso que para nosotros puede significar la
vida o la
muerte.
El relato recogido en el primer libro de
Samuel cap. 21 vers. 1-6, nos dice que, huyendo David de
Saúl el rey, llegó a Nob, a Ahimélec el
sacerdote, quien tembloroso le pregunta a David:
"¿Porqué estás solo, y nadie está
contigo?", a lo cual David se ve obligado a mentirle para
salvaguardar su integridad a causa de Saúl (Mt. 10:16)
contestando que el rey lo mandó a x misión
diciéndole que no dijera sobre este a nadie. El sacerdote
Ahimélec le cree esta respuesta; a continuación
David le pide cinco panes o lo que fuera para comer, entonces,
Ahimélec le contesta que no hay "pan común",
sólo "pan santo" y que lo daba siempre y cuando David y
sus hombres se hubieran guardado de mujeres, como David le
aseguró que se habían abstenido de ellas el
sacerdote Ahimélec le dio lo que era santo, – el pan de la
proposición -. Y debido que ayudó a David,
más tarde tanto Ahimélec, junto con 84 sacerdotes y
otras personas (hombres, mujeres y niños)
de Nob, fueron masacrados por Doeg el edomita, un siervo del rey
Saúl (it-1-S).
Por otro lado la Ley
prescribía acerca de la limpieza ceremonial que
incluía la lepra, la regulación del contacto a
cadáveres, y flujos sexuales. Cuando Ahimélec le
condicionaba a David y sus hombres el comer "pan santo" (de la
proposición), hacía referencia sobre este
último caso. Pues, cuando un hombre
tenía relaciones con su esposa, al eyacular el esperma
tanto él como ella eran considerados inmundos hasta el
atardecer y debían bañarse (Le. 15:16-18). Es por
esto que los hombres se abstenían de tener coito con sus
esposas cuando se requería limpieza ceremonial, como,
ejemplo, al santificarlos para una campaña ó
misión militar (it-2-S pág. 240).
Ahora bien, ¿Porqué David pidió pan
para él y sus hombres? Obviamente porque tenían
hambre, pues imaginémoslos huir de Saúl por
algún tiempo. Y
¿Porqué accedió darles Ahimélec el
"pan de la proposición" a David y sus hombres –algo
que a él no le era lícito comer, ni a los que iban
con él, sino solo a los sacerdotes- (Mt.
12:4;Le.24:5-9;Ex.29:33)? Aparte del factor hambre de David y sus
hombres, tomó en cuenta efectuar justicia y
hacer el bien (Prov. 21:3) que mostrarse reacio, rígido y
estricto en este asunto, fue flexible, pero, se aseguró de
que los hombres y David atendieran y cumplieran la Ley en todos los
demás aspectos, en este caso que fueran limpios
ceremonialmente, cosa que la Ley pedía, como hemos visto
en este estudio, aunque desatendieran, por así decirlo
esta cuestión: Comer el Pan Santo que sólo los
sacerdotes podían tomar parte de él. De hecho, la
Biblia menciona una sola vez una excepción así,
excepción que Jesús utilizó para responder a
los fanáticos, duros y rígidos fariseos de su
época (Mt. 12:1-8). De hecho, Jesús hizo
aplicativas sus palabras y principios en esa
misma ocasión (Mt. 12:9-13). En efecto, la Ley mandaba
guardar el sábado, lo cual no incluía abstenerse de
hacer obras de justicia y de
misericordia; los fariseos y guías religiosos
habían caído en el fanatismo extremo, por ello
condenaban las acciones de
Jesús, quién expresó y mostró una
disposición y mentalidad totalmente distinta y les hizo
ver sus anomalías vez tras vez a sus enemigos, en su
mayoría religiosos de se época (Mt. 11:28-30), pues
ellos habían hecho de las simples y sencillas leyes mosaicas un
pesado yugo y una carga sobre el pueblo (Mt. Cap. 23; poner
atención especial al vers. 28). Por
ejemplo, la revista La
Atalaya del 1/Julio/2001 pág. 8, párrafo
7 menciona lo siguiente: "En el siglo primero, los grupos religiosos
judíos habían incorporado tradiciones humanas a la
Ley. Esta se aplicaba mal, y a causa de dichas tradiciones se
convirtió en una carga gravosa para el pueblo, en lugar de
ser una fuente de instrucción (Mt. 23:2-4)". Por ejemplo
la Ley decía: "honra a tu padre y a tu madre", pero ellos
decían: "Si un hombre le dice
a sus padres que todo lo que tiene es corbán (una
dádiva dedicada a Dios) se exime de honrar a sus padres,
pues ya no puede dar este hombre de lo que tiene a sus
padres"(Ex. 20:12; Mr. 7:9-13). Lo mismo es en el caso de guardar
sábado, la Ley mandaba observar este mandato (Ex.
20:8-11), y aunque en ese día no habían de
realizarse trabajos, las personas podían aún
realizar tareas u obras de manera excepcional como hacer un duro
trabajo esforzándose para sacar en día de
sábado una oveja caída en un hoyo o curar enfermos
(Mt. 12: 9-13). Lo mismo es en el caso de la sangre, aunque se
nos dice que no debemos comer sangre, debemos entender en que
circunstancias pudiéramos usarla para salvarnos y
encontrar el punto y la pauta a seguir, cómo lo hizo
Jesús (Mt.12:1-8) en el caso del pan de la
proposición, que comieron David y sus hombres aunque no
eran sacerdotes aarónicos, a quienes la Ley les
confería comerlos únicamente y a nadie más
(Lev. 24:5-9); puesto que no queremos ser como los fariseos y los
guías religiosos del tiempo de
Jesús, no debemos incorporar creencias nuestras con
respecto a la sangre y otras leyes ó
mandatos de Jehová, convirtiéndolas de unas
observancias sencillas en unas cargas gravosas.
Ahora veamos la aplicación práctica para
nuestros días de este incidente que citó
también nuestro Señor Jesucristo.
Como organización, en general, se ha debatido
nuestra firme postura acerca del uso de la sangre (Hech.
15:28,29). Como cristianos verdaderos valoramos la Biblia y la
consideramos la palabra de Jehová (2 Tim. 3:16,17),
así que hemos aprendido de este asunto a lo largo de
nuestro estudio de ella lo siguiente:
- Como descendientes de Noé = Gén.
9:3,4 - A los israelitas adoradores de Jehová = Lev.
17:10-12 - Como cristianos = Hech. 15:28,29.
En este asunto las Escrituras y sus contextos
sólo hacen mención de esta prohibición en el
comerla solamente, por ello, se nos pregunta siempre:
"¿Porqué no aceptamos transfusiones de sangre?"
Sin dudarlo respondemos con convicción que no las
aceptamos, explicando el porqué de nuestra negativa a
aceptar sangre transfundida, y que optamos por otras
alternativas. Pero, ¿no es cierto que para tomar una buena
decisión es necesario estar bien informado, usar la
lógica,
la razón y otros elementos que nos guíen (Prov.
14:15; Hech. 17:2,3)? Claro que sí, y qué mejor que
la propia Palabra de Dios – la Biblia -. Veamos estos
puntos que nos podrían ayudar a tomar una buena y sabia
decisión usando a ejemplo paralelo el relato de David y el
pan de la proposición (1 Sam. 21:1-6).
Aunque David y sus hombres no eran sacerdotes (los únicos
que podían comer el pan de la proposición eran
estos últimos, pues descendían de Aarón),
tomaron parte de él, lo que a él ni a sus hombres
no les era lícito ni permitido comer (Mt. 12:4), siempre y
cuando hubieran cumplido otros requisitos de la Ley, en este
caso, ser limpios ceremonialmente al haberse abstenido de
mujeres, por ello Ahimélec el sacerdote les
concedió lo que era santo (1 Sam. 21:6), ejerció
bondad, fue flexible, ejerciendo justicia y misericordia (Prov.
21:3; Mt. 12:7), cosas que eran más importantes en ese
preciso momento en que David y sus hombres sufrían de
hambre y podían morir, que cumplir rígidamente y de
manera inflexible una disposición de la Ley (Mt.23:23).
¿Qué hay de la sangre y el uso que le demos? Cuando
David pidió pan común se le dio pan santo (de la
proposición) porque él y sus hombres tenían
hambre, era un asunto de vida o muerte, si no
comían lo que no les estaba permitido morirían de
hambre, por tanto es obvio que nosotros, aunque la Biblia
prohíbe comer sangre, podemos usarla a fin de salvar
nuestra vida y la de cualquiera de nuestros seres queridos, y en
general la de todos; David y sus hombres para no cumplir la
prohibición de comer pan santo tuvieron que haber cumplido
los demás requisitos, nosotros si usamos la sangre para
salvarnos debemos haber cumplido los otros requisitos que
Jehová nos pide: Amar a Jehová, al prójimo,
predicar y hacer discípulos, etc. (Mt.
22:37-39;24:14;28:19,20) y otros más. Recordemos,
además que David y sus hombres, para comer el pan de la
proposición se tuvieron que abstener de mujeres
primeramente, en nuestro caso, según la Biblia y su
contexto abstenernos de mujeres es evitar el contacto con
cualquier religión falsa. No
debemos ser estrictos en cuanto a esto, Jesús les hizo ver
esto a los fariseos, que aunque la Ley incluía
prohibiciones había excepciones (Mt. 12:1-13). En este
caso aunque se prohíbe comer sangre, sí la podemos
usar para salvarnos, como en una transfusión. La Biblia
muestra que
Jehová, misericordioso, benévolo, tardo para la
cólera, y abundante en bondad amorosa ó amor leal (Ex.
34:6 nota), no quiere que el inicuo muera, sino que se vuelva a
él (Eze. 33:11), y nos manda a llamarlos (Eze.3:17-21),
¿Cómo lo hacemos? A través de la
predicación (Mat. 24:14), pues ¡Con mucha más
razón no quiere que nosotros – sus leales –
muramos! (Sal. 16:10;55:22). Veamos lo que escribe sobre este
asunto David – un leal de Jehová – en Salmo
30:9: "¿Qué provecho hay en mí sangre cuando
yo baje al hoyo? ¿Te elogiará el polvo?
¿Informará de tu apego a la verdad?". A primera
vista comprobamos que Jehová desea que vivamos no que
muramos – ó no que nuestra sangre baje al hoyo con
nosotros en una tumba -, además notamos que Jehová
quiere que vivamos para que le sirvamos al predicar – de
elogiarlo, de informar de su apego a la verdad – pues ya
muertos no le podemos servir , – el polvo no lo puede elogiar – ,
la Biblia dice que él es un Dios de vivos no de muertos
(Mat.22:32;Sal. 115:17), y nosotros debemos seguir hablando de
él (Sal. 115:18).
Por otro lado, no debemos confundir el comer sangre con
usar una transfusión, lo primero es inadmisible, ¡No
es posible degustar un platillo que la contenga!, es deleitarnos
saboreando y comiendo algo sagrado que Jehová nos dio a
nosotros y a los demás seres vivos para efectuar diversas
funciones
vitales (Lev. 17:11,12). A manera de ejemplo, la obra
Razonamiento a partir de las Escrituras (rs-S) asemeja una
transfusión con comer sangre – algo totalmente
distinto (y veremos porqué)- ; además nos confunde
al poner dos ilustraciones que desenfocan la atención en este asunto, además de
ser inapropiadas (Pág. 347, sección ¿Es en
realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?).
Decimos esto no por nuestro punto de vista, sino a raíz de
la respuesta que nos dan las personas en el ministerio del campo
y otras ocasiones al explicar con ellas nuestra postura acerca de
la sangre – de hecho personas de diferentes estratos
sociales y de educación -. De hecho
en la primera ilustración de las dos que se dan se trata
de igualar el poner un suero (quizás vitaminado) a
alimentarse comúnmente – por la boca -, algo que es
totalmente distinto, pues, al investigar este asunto con
profesionales de la medicina y otros
especialistas nos comentan que, aunque una persona puede
recibir sueros inyectables, no es lo mismo que comer los alimentos, a
manera de ejemplo, nos comentan que una persona en
estado de coma
podría estar por un tiempo con suero, pero,
después, es necesario intubarle los alimentos, en
este caso papillas, líquidos, etc., ya que no es posible
en su estado la masticación; en caso contrario, sí
se le mantuviera con sueros, poco a poco se desnutriría y
moriría. El alimento – concluyen – es
insustituible, pues este proporciona vitaminas,
grasas, minerales,
proteínas, azúcares, fibras y
nutrientes que necesitamos, algo que los sueros ni otro sustituto
puede darnos; no podemos comparar un platillo variado (carne,
verduras, frutas, etc.) con un compuesto químico como el
suero. Por otro lado, la segunda ilustración nos habla acerca de alguien a
quien el doctor le prescribe abstenerse de beber alcohol, pero
por otra parte desobedece inyectándoselo en las venas. En
este caso, aunque los médicos en algunos casos utilizan el
alcohol
diluido inyectado, sería irrazonable que alguien se
inyectara alcohol en las venas, ni mucho menos vino, cerveza, bebidas
alcohólicas, u otra forma de alcohol que comúnmente
se ingiere por la boca. De hecho, las personas al ponerles esta
última ilustración, nos han dicho que caemos en
infantilismos con esos ejemplos y que nuestra organización
siendo seria debería utilizar ejemplos más serios,
lógicos, verídicos y creíbles, y tratar con
más seriedad y realismo estas
cuestiones, pues estas ilustraciones lejos de aclarar, apoyar,
demostrar y favorecer nuestra postura, la nubla, dándole
un giro a las objeciones que se nos colocan.
En las págs. 347 y 348 del libro Razonamiento se
nos dan algunas alternativas que debemos considerar con cautela.
Primero, se nos menciona que la solución salina, el
lactato de Ringer y el dextrán pueden expandir el volumen de
plasma, que – según es lo principal en una
hemorragia -, pues el cuerpo produce por sí solo
glóbulos rojos que serán vertidos en el plasma
expandido que compensa al que se vacía. Pero autoridades
médicas nos dan un detalle: El cuerpo requiere tiempo para
llevar a cabo todos sus procesos, como
ejemplo, el digerir alimentos por el estomago y los intestinos,
"fabricar" calcio, y producir glóbulos rojos; así
que, en casos de hemorragias en donde la pérdida de sangre
sea elevada, no sirve de nada introducir alguna de las sustancias
citadas (salina, Ringer, dextrán, etc ni ningún
otro expansor.), para aumentar el volumen de
plasma, pues esto quizás compense la pérdida de
plasma, pero, la producción de glóbulos rojos lleva
su tiempo, por ello es necesario optar por una transfusión
sanguínea; y nos dicen – a manera de
conclusión – que la solución salina, el
lactato y otras no sirven en casos donde hay mucha pérdida
de sangre, pues en efecto, poco a poco, el cuerpo produce sus
glóbulos rojos y otros componentes de la sangre
(glóbulos blancos, plaquetas, etc.), y con el tiempo el
cuerpo alcanza su ritmo normal. Segundo, en las mismas
páginas citadas, se mencionan alternativas a la sangre
basados en publicaciones que van desde 1968 a 1984 y de
comentarios de médicos de esos mismos años, a pesar
que estamos ya bien entrados en el año 2001; esos
comentarios de especialistas de esa época se basan en
terapias experimentales que arrojaron éxitos muy
efímeros (temporales, breves), pues al correr el tiempo,
esos "éxitos" fracasaron, o no dieron los resultados
totalmente esperados, quedaron en la experimentación, como
muchos tratamientos médicos sin sangre que hoy
están en etapa todavía experimental, pues, hasta
hoy – comentan los especialistas – no hay sustituto
de la sangre, (creer que los hay de manera total y eficiente es
como creer que hay computadoras
con la capacidad del cerebro humano,
pues ningún compuesto químico por muy complejo que
sea, no se puede igualar a la maravillosidad de la sangre) pues
ninguno puede llevar a cabo las tareas complejas que realiza la
sangre y las que hace cada componente de ella (pues es un
equipo): transportar nutrientes, oxígeno, bióxido de carbono,
anticuerpos, etc. Muchos de estos tratamientos en fase
experimental se les ha tomado como una solución consumada
al problema de las transfusiones y una alternativa para ellas, y,
se nos ha olvidado que son sólo experimentos
meramente, y se nos ha tratado de hacernos creer que son una
verdadera alternativa comprobada al presentárnoslos vez
tras vez (algunas veces en publicaciones de la Sociedad
Watchtower, ó a fin de que tengan publicidad en
la
televisión u otro medio de comunicación), al presentarlos a nosotros
como testigos de Jehová – y en general a toda
persona -, como si esos experimentos
fueran las opciones que tenemos, dando por hecho que pueden
servir como sustitutos a las transfusiones sanguíneas,
cuando aun no es así (Por ejemplo, Despertad
8/Enero/2000,- y otros números de la misma revista – , La
Atalaya, y entre otras publicaciones, que de vez en cuando
muestran casos en que se ha tratado pacientes sin sangre de
manera exitosa (pero no ha habido un seguimiento de dichos casos
que muestre si en verdad se lograron los resultados esperados, y
que dichos tratamientos hayan funcionado totalmente, pues no se
ha publicado ni difundido la continuación de la
recuperación en dichos casos), pero recalcamos, al
investigar no con uno, sino con varios especialistas en el
área (algunas veces personalmente y otras en publicaciones
ó en Internet y otros medios), nos
han comentado y hemos comprobado, que todos esos tratamientos
atractivos que nos hacen brillar los ojos, de los cuales se ha
hablado y recomendado de ellos, siguen siendo experimentos, y hay
que ver si realmente funcionarán en general y de manera
eficaz y eficiente). Además, en algunas ocasiones, se ha
mencionado de facultativos que han tratado casos sin sangre,
pero, un detalle, han sido casos aislados, y hay que agregar que
no todos respondemos por igual a un mismo tratamiento, y hay que
tomar en cuenta también el tipo de intervención y
el caso (quizás no había considerable
pérdida de sangre), y no olvidemos el país, en
nuestro caso, vivimos en un país subdesarrollado. En la
Despertad citada antes, se habla de un don José, sin
más datos de su
identidad, y
no se menciona el nombre de los médicos que lo
intervinieron ni el tratamiento usado. En la pág. 7 el
doctor Johannes Scheele menciona: "No considero el uso de una
transfusión en pacientes normales sometidos a
intervenciones de abdomen". Con ese comentario de él
están de acuerdo los médicos que encuestamos,
veamos porque, por ejemplo, la revista La Atalaya 1/Junio/2001
pág. 21 pár. 11, menciona que en un congreso,
personalidades médicas analizaron información
preparada (¿Por quién?) para "ayudarlos" a tratar
sin sangre a sus pacientes. La pregunta es ¿Cómo
ese alguien puede "enseñar" a un facultativo con cierta
información (Y si ese alguien está capacitado para
hacerlo ¿Porqué no se dice quién es)?
¡Es como decir que el alumno le enseña a resolver
ecuaciones a
un catedrático de álgebra!.
En ese mismo número de La Atalaya se menciona que, los que
reciben sangre tienen mayor índice de mortalidad que los
que no la reciben, y que estos últimos salen antes del
hospital que los transfundidos. Debemos recordar de nuevo que
cada caso médico es distinto y en cada persona existen
factores diferentes (hay personas diabéticas, hipertensas,
cardíacas, con problemas
renales, etc.) que influyen en la recuperación del
paciente, no tanto el que reciba sangre o no, algo que,
repetimos, está en conformidad con lo que comenta el Dr.
Johannes Scheele en la pág. 7 del recuadro de Despertad
8/Enero/2000. El comentario en la misma sección del Dr.
Alex Zapolanski es acertado, pero, hay que analizar los casos
para determinar el uso o no de una transfusión.
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