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Desastres naturales y antropicos (página 3)




Enviado por edu.mejia



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Así pues haciendo un breve recuento de las respuestas institucionales a los desastres en América Latina, podemos percibir dos períodos fundamentales. El primero, que cubre los años setenta y la primera mitad de los ochenta, el cual se caracterizó por la constitución de las entidades nacionales para enfrentar los desastres. En 1969 se crean las primeras instituciones en Guatemala y Costa Rica (Comité Nacional de Emergencias y Comisión Nacional de Emergencias, respectivamente). Organizaciones semejantes se crean durante los setenta en Perú, El Salvador, Honduras, Colombia, México, etc, cuyo rasgo principal es concebirse en el espíritu de la defensa civil o la seguridad nacional. Por esta razón, la mayoría de tales entidades nacen ligadas a las instituciones militares. Durante este período no puede hablarse de sistemas establecido, al respecto afirma Lavell[6]"el ente rector es a la vez coordinador y sistema y el campo de acción de los organismos es definido implícitamente en función de la base inmediatamente posterior al impacto de un evento físico (o social), de emergencia o contingencia" El segundo período, que va desde la segunda mitad de los ochenta hasta finales de los noventa, se produce la modernización de estas estructuras tradicionales. Por un lado, los organismos tienden a establecer fórmulas mixtas, cívicomilitares, de defensa civil, con frecuencia bajo una autoridad civil pero manteniendo su cuerpo de carácter militar. Por otro lado, las propias instituciones centralizadas comienzan a darse cuenta de la estrechez de su mandato, que solo cubre una de las etapas del ciclo de los desastres (la de emergencia), por lo que empiezan a reclamar el cambio de base legal para ampliar sus competencias. Finalmente, aparecen algunos sistemas interinstitucionales y de relación con la sociedad civil, como es el caso del Sistema de Prevención y Atención de Desastres de Colombia, creado por Ley de la República en 1988 y estructurado durante la primera mitad de los noventa., El Sistema de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres de Nicaragua que surge por la ley creadora del Sistema Nacional para la prevención, mitigación y atención de desastres ( Creada este año) y la ley para la reducción de riesgos y atención de desastres de Bolivia ( Creada este año) que se convierte en un verdadero ejemplo de reconocimiento de los derechos de la población a el debido medio ambiente y principalmente a la protección por parte del estado, pues la plasmación de estos principios en una ley permite la posibilidad de exigencias de los mismo ante un incumplimiento del estado a su deber natural esto pues podemos verlo plasmado en el Art. 1 de dicha disposición que reza lo siguiente: La Presente Ley tiene como objeto fundamental regular todas las actividades en el ámbito de la Reducción de Riegos y Atención de Desastres y Emergencias y, establecer un marco institucional apropiado y eficiente que permita reducir los Riesgos de las estructuras sociales y económicas del país frente a los Desastres y/o Emergencias y, atender oportuna y efectivamente estos eventos causados por amenazas naturales, tecnológicas y antrópicas.[7] Lo anterior refleja sin duda alguna pues un verdadero intento de los gobiernos por concretar en acciones reales, una verdadera protección de la persona humana y su integridad moral y física durante esto periodos de calamidad; en verdad dicha función no solo es un deber inherente al estado mismo, sino también un deber jurídico del mismo, esto pues basándonos en la presencia de dichas funciones en la constitución misma y acuerdos multinacionales vigentes. La defensa de los derechos de las personas durante estos momentos de calamidad publica no solo comprende las acciones que se toman en el momento mismo del hecho sino también, las acciones que se ejecutan para prevenir los efectos negativos de los mismos.

Esta defensa de los derechos de las personas no solo comprende la protección a nivel nacional, con la estipulación de dicha obligación en la Constitución de la Republica y demás leyes, sino que podemos incluso hablar de un sistema de protección regional, continental e incluso mundial. Los procesos de internacionalización y el mismo valor de solidaridad existente dentro de la temática de los derechos humanos hace pues que dicho problema transgreda la dimensión nacional pasando a dimensiones de sistemas regionales ( como el caso de la creación del CEPREDENAC), continental ( Organización de Estados Americanos) y mundial ( Organización de las Naciones Unidas). Así pues el caso especifico de América Central es un vivo ejemplo de cómo las naciones hoy en día están intentando dejar de lado la necesidad del ayuda por parte de las Naciones desarrolladas mediante la búsqueda de la creación de sistemas regionales encaminados hacia la mitigación de desastres naturales.

En verdad el sentimiento de solidaridad y el mismo proceso de internacionalización dentro del mundo e los derechos humanos, hace necesaria la intervención de las naciones industrializadas en los procesos de ayuda hacia países de menor desarrollo en caso de desastres, la misma ONU en la resolución 2816 de la Asamblea de la misma, otorga los parámetros de actuación no solo para la creación de la UNDRO (hoy OCHA) sino también hace los planteamiento concretos en los modos de actuación en estos casos tanto para los países en general como para los países desarrollados ( en el documento llamados Gobiernos donantes) ( Ver anexo .1) Sin embargo surge en verdad la pregunta ¿ Porque surge esta preocupación por defender los derechos humanos en estos casos?, la respuesta pues no es sencilla, la responsabilidad de los mismo estado por procurar un ambiente optimo para el desarrollo de la persona humana y en general el deber de proteger los derechos de la misma es quizás el punto medular de la cuestión sin embargo quedamos ante la incógnita de saber el origen de este movimiento proteccionista en el ámbito del derecho internacional. Así pues podemos determinar que dicho empeño por defender los derechos humanos durante este tipo de situaciones radica no solo en el deber jurídico que posee el estado mismo para con sus ciudadanos, sino también en el deber jurídico de cumplir con los pactos que el mismo ha firmado y ratificado, la ONU y la OEA procuran a través de una serie de instrumentos jurídico intentan velar por la debida protección de dichos derechos por parte de sus estados miembros. Así pues en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, firmado en 1966 podemos detectar hasta cierto punto los orígenes de dicha protección internacional, dicha protección se basa en el mantenimiento de la integridad tanto física como moral de la persona plasmada en el Art. 4 de dicho pacto el cual versa:

" En situaciones excepcionales que pongan en peligro la vida de la nación y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente, los Estados Partes en el presente Pacto podrán adoptar disposiciones que, en la medida estrictamente limitada a las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de este Pacto, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el derecho internacional y no entrañen discriminación alguna fundada únicamente en motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social. " Vistas así pues las medidas que se toman para la mitigación de desastres naturales son pues realmente esas disposiciones de las cuales hace mención dicho pacto, también podemos relacionar ciertamente el derecho mismo de protección del medio ambiente dentro del cual aparte de los preceptos de protección en contra de la contaminación ambiental, deforestación etc; comprende dentro de si además la protección contra la carencia negligente de instrucción, planes y programas encaminados a la mitigación y reducción de los efectos negativos de los desastres [8]en base a esto el mismo pacto internacional hace referencia a lo mismo en su Art. 1 que trata no solo sobre el medio ambiente en si sino también sobre el desarrollo de los países mismos, el referido articulo versa: "Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural… Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia… Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en fideicomisos promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas." La OEA por su parte en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, firmada en 1969 hace mención a ambos términos, en dicha convención el Art. 1 hace una clara mención del deber de los estado de respetar y promover los derechos que en ella están contenidos según el mencionado articulo: Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivo de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. Sin embrago dentro del contenido de esta convención no encontramos de manera desglosada un derecho al debido Medio Ambiente ni al Desarrollo, sin embargo el Art. 5 de la misma hace una referida mención al derecho de las personas de mantener su integridad física, moral y mental. Bajo este precepto podemos afirmar que de forma tacita se protege el derecho de las personas a la vida digna, el adecuado medio ambiente y el desarrollo económico mismo, por lo cual el derecho que estas poseen a ser protegidos en caso de desastres, aunque no de forma expresa se encuentra contenido en la misma. Así pues basándose en sus origines mismo podemos hablar de tres métodos utilizados para la creación de sistemas o planes de mitigación y prevención de desastres naturales, podemos hablar de un plan internacional el cual es el avalado por la UNO y sus dependencias, un plan regional de mitigación de desastres en este caso par Centroamérica los organismos nacidos a partir de acuerdos regionales ( por ejemplo el CEPREDENAC) y los planes de mitigación nacionales los cuales tiene que ver directamente con los sistemas jurídicos de cada estado y la forma como estos velan por la protección de los derechos de las personas en estos estados.

Basado en lo anterior pues podemos afirmar que en son muchas la instituciones que están trabajando respecto al tema, efectivamente, que en la actualidad el escenario de la temática de desastres presenta los siguientes actores, los cuales van desde los niveles de organismos internacionales hasta centros de investigación científica.

  • Las entidades nacionales centralizadas de atención a la emergencia, y, sobre todo en desastres de gran dimensión, los propios gobiernos organizados al afecto.

  • Las instituciones nacionales e internacionales dedicadas a esta materia (la Cruz Roja, el ejemplo más claro)

  • Las instituciones regionales intergubernamentales, como el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC).

  • Los programas internacionales sobre desastres que operan en la región, como son el Proyecto Piloto de Evaluación de Riesgo por Peligros Naturales de la OEA, el Programa de Preparativo para Situaciones de Emergencia y Coordinación de Socorro en Casos de Desastres de la OPS, o el Programa de Administración de Desastres del PNUD.

  • Las instituciones especializadas de investigación científica y tecnológica, como el Centro Internacional de Huracanes de Miami, o el Centro Regional de Sismología para América del Sur (CERESIS). Aunque con una perspectiva más social debe incluirse aquí la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED)

Las organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales que, bien, porque su mandato incluye el tema de los desastres (organizaciones internacionales de médicos, etc) o porque en el momento de la emergencia acuden en apoyo de la población afectada, aunque su objetivo general sea el desarrollo.

Todo este poder logístico hace la verdad preguntase si en realidad pues existe un sistema de protección ante dichas amenizas. Es en base a esto haremos un análisis de los tres ámbitos de creación de dichos sistemas de protección, es decir a nivel internacional, regional y nacional analizando su impacto tanto en el desarrollo de las sociedades como el los derechos de las personas que en ellas habitan.

  • Sistema Internacional de Protección y Mitigación de Desastres.

 Como ya antes hemos podido observar la ONU a través de sus organismos sin embargo no es el único organismo internacional ( quitando de ellos los regionales) que promueve la mitigación de desastres.

Dentro de este marco es posible hacer la mención de dos Organismos específicos los cuales poseen una gran relevancia en el tema primeramente la denominada Oficina de Naciones Unidas para Ayuda por Catástrofes (en inglés, United Nations Disaster Relief Office, UNDRO),actualmente llamada Departamento de Asuntos Humanitarios (DHA) es un organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fundado en 1971 por su Asamblea General para movilizar y coordinar las actividades de socorro ante cualquier situación de desastre.

La UNDRO fue establecida para coordinar la ayuda de la ONU con la proporcionada por los gobiernos y organizaciones no gubernamentales, y en particular por la Cruz Roja y Media Luna Roja Internacional. Ayuda a elevar el nivel de planificación y preparación anterior a los casos de desastre, en especial en los países poco desarrollados e intenta prevenir las catástrofes fomentando una planificación avanzada dentro de algunos campos, como pueden ser los avances científicos y tecnológicos. Durante los desastres la UNDRO actúa como centro de información, y asegura que todos los datos relevantes sobre el lugar del siniestro lleguen a aquellas entidades que ofrecen ayuda.

Colabora de modo estrecho con la Secretaría General de la ONU en la promoción de la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN), que tiene como objetivo fomentar la cooperación internacional para encontrar métodos operativos a bajo costo destinados a la reducción de desastres. La financiación de la UNDRO proviene del presupuesto regular de la ONU, y recibió en el periodo 1990-1991, 7.300.000 dólares. El otro grupo al que haremos mención es la Cruz Roja y Media Luna Roja Internacional, organización y movimiento internacional de ayuda humanitaria dedicada, en época de guerra, a aliviar el sufrimiento de soldados heridos, civiles y prisioneros. En tiempos de paz proporciona ayuda médica y de otro tipo a personas afectadas por desastres o cataclismos, como inundaciones, terremotos, epidemias y hambrunas, además de realizar otras funciones de servicio público.

El Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Internacional está integrado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), grupo formado por un máximo de 25 ciudadanos suizos, que tiene su sede en Ginebra (Suiza), y cuenta con más de 160 organizaciones nacionales de la Cruz Roja y la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (conocida hasta 1993 con el nombre de Liga de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja), también con sede en Ginebra, que coordina la actividades de las sociedades nacionales en tiempos de paz. La Conferencia Internacional de la Cruz Roja, que suele convocarse una vez cada cuatro años en distintos países, reúne a los representantes de las organizaciones de la Cruz Roja y de aquellos gobiernos que han ratificado las Convenciones de Ginebra. En 1986 se cambió el nombre del movimiento para incluir también la Media Luna Roja, nombre que adopta la organización en la mayoría de los estados musulmanes. Ambas instituciones poseen gran relevancia en el are de prevención de desastres, como ya antes hemos leído la UNDRO colabora de modo estrecho con la Secretaría General de la ONU en la promoción de la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN), que tiene como objetivo fomentar la cooperación internacional para encontrar métodos operativos a bajo costo destinados a la reducción de desastres las Naciones Unidas han instituido el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (de 1990 a 2000) y. La Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres Naturales (Yokohama, 23 a 27 de mayo de 1994) marcó un hito importante en la toma de conciencia prevista para el Decenio. La actividad se desenvuelve por conducto de los comités nacionales y los centros de coordinación del Decenio existentes en 138 países. La secretaría del Decenio Internacional, con sede en Ginebra, forma parte del Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. El Comité Científico y Técnico del Decenio es un órgano asesor, integrado por expertos en economía, ciencias sociales, obras públicas, sanidad pública, industria, geología, meteorología, etc. Un grupo de personalidades notorias, el Consejo Especial de Alto Nivel, promueve la difusión de conocimientos sobre la reducción de los desastres. La secretaría del Decenio cuenta con la colaboración periódica de un Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas, así como de un grupo de contacto formado por representantes de las misiones diplomáticas acreditadas en Ginebra. . En marco a esto decenio declarado por la ONU se dio una serie de acontecimiento los cuales han puesto en evidencia el claro interés por parte de la organización para fomentar dicha área entre sus miembros, basta par ello observar pues lo plasmado en el Mandato de Ginebra sobre reducción de los desastres del cual extraemos un fragmento a continuación: "Nosotros, participantes en el Foro del Programa Internacional del DIRDN – Establecimiento de compromisos para la reducción de desastres en el siglo XXI, reconocemos que el mundo se ve amenazado cada día más por desastres de gran magnitud debidos a fenómenos naturales que tienen consecuencias sociales, económicas y ambientales negativas a largo plazo para nuestras sociedades y reducen nuestra capacidad para alcanzar desarrollo sostenible y lograr inversiones, sobre todo en los países en desarrollo.

Debemos tomar medidas decididas hoy para garantizar que podamos legar un mundo más seguro a las generaciones futuras. Debemos consolidar el progreso alcanzado durante el Decenio, con vistas a asegurar que la gestión de los riegos y la reducción de los desastres pasen a ser elementos esenciales de las políticas de los gobiernos. La Estrategia de Yokohama (Japón, 23 a 27 de mayo de 1994) y la estrategia "Un mundo más seguro en el siglo XXI: Reducción de riesgos y desastres" (1999) trazan claramente el rumbo que ha de seguirse. Es esencial contar con la voluntad política para lograr que las políticas acertadas y los acuerdos institucionales fomenten a todos los niveles de nuestras sociedades una cultura en que prevalezca la previsión. " [9] Así pues podemos ver de lo anterior la existencia de dos documentos bases que surgen de a raíz de la declaración de la ONU la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales ( DIRDN) así pues ambas declaraciones contienen preceptos base para la reducción mundial del impacto de estos hechos, La Declaración de Yokohama es pues producto de la labor colectiva de colectiva de los 155 países y territorios que participaron en la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres Naturales celebrada en Yokohama, Japón, del 23 al 27 de mayo de 1994. Agrupaciones nacionales, regionales e internacionales analizaron medidas destinadas a reducir las consecuencias de los desastres en el mundo actual y los medios apropiados para crear la voluntad de trabajar con empeño y a largo plazo para la reducción de los desastres. En la Conferencia se examinó, a mediados del DIRDN, lo que la comunidad científica y técnica, los gobiernos nacionales, los organismos regionales y las organizaciones internacionales han hecho para prevenir y mitigar los desastres o para prepararse con antelación. Así pues la Declaración de Yokohama se basa en una serie de preceptos los cuales on la base fundamental para la creación de técnicas científicas y sociales capaces de ser implementadas por las naciones y organismos participantes en la materia en cuestión dichos preceptos son basados en una serie de observaciones las cuales sirve de justificación ante tal esfuerzo, tales justificaciones son detalladas a continuación:[10]

  • 1. Las pérdidas humanas y económicas causadas por desastres naturales han venido en aumento en los últimos años y la sociedad en general se ha hecho más vulnerable a esos desastres. Los más perjudicados por los desastres naturales o de otra índole suelen ser los pobres y los grupos en situación social desventajosa de países en desarrollo, que son quienes cuentan con menos medios para hacerles frente.

  • 2. La prevención de desastres, la mitigación de sus efectos, la preparación y el socorro son cuatro elementos que contribuyen a la ejecución de la política de desarrollo sostenible, la cual a su vez redunda en beneficio de ellos. Estos elementos, junto con la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible, están estrechamente relacionados entre sí. Por lo tanto, los países deben incluirlos en sus planes de desarrollo y velar por que se adopten medidas complementarias eficaces en los planos comunitario, nacional, subregional, regional e internacional.

  • 3. Para el logro de las metas y los objetivos del Decenio, la prevención de desastres, la mitigación de sus efectos y la preparación para casos de desastre son mejores que la reacción una vez ocurrido uno. La reacción ante un caso de desastre no basta por sí sola pues no arroja más que resultados temporales con un costo muy alto. Durante demasiado tiempo hemos seguido este criterio restringido y ello ha quedado aún más de manifiesto en el interés que recientemente ha suscitado la reacción ante situaciones complejas de emergencia, las cuales, por imperativas que sean, no deben distraer la atención de la aplicación de un planteamiento general. La prevención contribuye a un aumento perdurable de la seguridad y es esencial para un manejo integrado de los casos de desastre.

  • 4. El mundo es cada vez más interdependiente. Todos los países deben actuar animados de un nuevo espíritu de asociación a fin de construir un mundo más seguro sobre la base del interés y la responsabilidad común de salvar vidas humanas, habida cuenta de que los desastres naturales no conocen fronteras. La cooperación regional e interregional nos dejará en condiciones mucho mejores de alcanzar verdaderos progresos en la labor de mitigar los efectos de los desastres transfiriendo tecnología, compartiendo información y realizando actividades conjuntas en materia de prevención de desastres y mitigación de sus efectos. En apoyo de lo que antecede hay que movilizar recursos financieros y asistencia bilateral y multilateral.

  • 5. La información, los conocimientos y parte de la tecnología necesaria para reducir los efectos de los desastres naturales podrían estar disponibles en muchos casos a un costo bajo y es preciso aplicarlos. Hay que poner libremente y en forma oportuna a disposición de todos, particularmente los países en desarrollo, la tecnología y los datos apropiados con la capacitación correspondiente.

  • 6. Habría que fomentar la participación activa de la comunidad para comprender mejor la interpretación individual y colectiva de las ideas de desarrollo y riesgo y para entender claramente características culturales y de organización de cada sociedad, así como de su comportamiento y su interacción con el medio físico y natural. Este conocimiento reviste suma importancia para determinar qué cosas favorecen y qué cosas entraban la prevención y la mitigación o promueven o limitan la preservación del medio ambiente para el desarrollo de las generaciones futuras y para econtrar medios eficaces y eficientes de reducir los efectos de los desastres.

  • 7. La Estrategia adoptada en Yokohama y el correspondiente Plan de Acción para el resto del Decenio y más adelante:

  • Afirmarán que cada país tiene la responsabilidad soberana de proteger a sus ciudadanos de los desastres naturales;

  • Prestarán atención prioritaria a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los países sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo;

  • Desarrollarán y fortalecerán la capacidad y los recursos nacionales y, cuando proceda, la legislación nacional para la prevención de desastres naturales o de otro tipo, la mitigación de sus efectos y la preparación para esos casos, incluida la movilización de organizaciones no gubernamentales y la participación de las comunidades locales;

  • Promoverán y afianzarán la cooperación subregional, regional e internacional en las actividades encaminadas a prevenir, reducir y mitigar los desastres naturales y de otro tipo, haciendo especial hincapié en:

  • La creación y el fortalecimiento de la capacidad humana e institucional;

  • La transferencia de tecnología y la reunión, difusión y utilización de la información;

  • La movilización de recursos.

  • 8. El marco de acción del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales ofrece a todos los países vulnerables, en particular a los países en desarrollo, la oportunidad de acceder a un mundo más seguro desde el final del presente siglo en adelante. A este respecto, la comunidad internacional y el sistema de las Naciones Unidas en particular deben prestar al Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales y sus mecanismos, en particular la secretaría del Decenio, el apoyo necesario para que puedan cumplir su mandato.

  • 9. La Conferencia de Yokohama marca una encrucijada en el progreso de la humanidad. Por un lado, esta oportunidad extraordinaria que se abre a las Naciones Unidas y sus Estados Miembros podría arrojar magros resultados. Por el otro, las Naciones Unidas y la comunidad internacional pueden cambiar el curso de los acontecimientos y reducir los sufrimientos causados por los desastres naturales. Es preciso actuar con urgencia.

  • 10. Las naciones deben enfocar la estrategia de Yokohama para un mundo más seguro como un llamamiento a la acción, individualmente y en forma concertada con otras naciones, para poner en práctica la política y los objetivos reafirmados en Yokohama y utilizar el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales como elemento catalizador del cambio

Basándose en estos preceptos se crean una serie de recomendaciones las cuales son bases para la creación de sistemas regionales de protección, y sirven como primer precepto de avances producto directo del DIRDN. La declaración de Yokohama sirven pues para señalar de forma expresa el deber de los estados miembros de la organización de velar por la protección de la integridad física de las personas humanas en base a un sostenimiento del desarrollo económico y social de los estados.

Los principios guías para la creación de estrategia dirigidas a la minimización de daños productos de desastres naturales son los siguientes:

  • 1. La evaluación del riesgo es un paso indispensable para la adopción de una política y de medidas apropiadas y positivas para la reducción de desastres.

  • 2. La prevención de desastres y la preparación para casos de desastre revisten importancia fundamental para reducir la necesidad de socorro en casos de desastre.

  • 3. La prevención de desastres y la preparación para casos de desastre deben considerarse aspectos integrales de la política y la planificación del desarrollo en los planos nacional, regional, bilateral, multilateral e internacional.

  • 4. El establecimiento y la consolidación de la capacidad para prevenir y reducir desastres y mitigar sus efectos constituyen una cuestión de suma prioridad que hay que tener en cuenta en el Decenio a fin de sentar una base sólida para las actividades posteriores a éste.

  • 5. La alerta temprana de desastres inminentes y la difusión efectiva de la información correspondiente mediante las telecomunicaciones, inclusive los servicios de radiodifusión, son factores clave para prevenir con éxito los desastres y prepararse bien para ellos.

  • 6. Las medidas preventivas son más eficaces cuando entrañan la participación en todos los planos, desde la comunidad local hasta los planos regional e internacional, pasando por los gobiernos de los países.

  • 7. La vulnerabilidad puede reducirse mediante la aplicación de métodos apropiados de diseño y unos modelos de desarrollo orientados a los grupos beneficiarios, mediante el suministro de educación y capacitación adecuadas a toda la comunidad.

  • 8. La comunidad internacional reconoce la necesidad de compartir la tecnología requerida para prevenir y reducir los desastres y para mitigar sus efectos; esta tecnología debería suministrarse libremente y en forma oportuna como parte integrante de la cooperación técnica.

  • 9. La protección del medio ambiente como componente de un desarrollo sostenible que sea acorde con la acción paliativa de la pobreza es esencial para prevenir los desastres naturales y mitigar sus efectos.

  • 10. Recae sobre cada país la responsabilidad primordial de proteger a su población, sus infraestructuras y otros bienes nacionales de los efectos de los desastres naturales. La comunidad internacional debería demostrar la firme determinación política necesaria para movilizar recursos adecuados y hacer uso eficaz de los existentes, incluidos los medios financieros, científicos y tecnológicos, en el ámbito de la reducción de los desastres naturales, teniendo presentes las necesidades de los países en desarrollo, en particular las de los países menos adelantados

Observe pues que dentro del contenido de estos principios se engloba tanto la participación conjunta de todas la áreas activas de la comunidad en general para la elaboración de la estrategia ( Principio 6 ), la fomentación de los lazos de solidaridad entre las naciones desarrolladas y las naciones sub desarrolladas o en vías de desarrollo ( Principios 10 y 8), aplicación de tecnologías y sistemas económicos adecuados para la mitigación de la vulnerabilidad de las regiones especificas ( Principio 7 ) , la protección debida al derecho al medio ambiente sano ( Principio 9 ) y la calar obligación del estado de fomentar todos los anteriores ( Principio 10 ).

Nótese pues que fuera del marco conceptual de la mitigación de daños producidos por los desastres, existe una clara preocupación de parte de la ONU por crear sistemas que en verdad sean factores ce creación de defensa de los derechos humanos en esta área especifica.

La estrategia de Yokohama marca pues hitos históricos respecto al tema dentro del desarrollo del DIRDN, primeramente por ser el primera señal de avances en cuanto a planes de creación de estrategia optimas para la reducción de desastres naturales y en segundo lugar presentar seria intenciones de intentar que los países miembros creen dichos sistemas de mitigación basados en el respeto de los derecho naturales, cabe mencionar que los aspectos tocados en Yokohama son netamente encaminado a los desastres naturales, los desastres de tipo antropico por lo general poseen diferentes tratamiento como los son las Convenciones y Protocolos de Ginebra en casos de victimas de Guerra, sin embargo no toda la gama de desastres antropicos son tratados de forma especifica por el sistema internacional de protección, hace mención de los derechos básicos a ser protegido tanto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ( ONU) como en la Convención Americana sobre Derechos (OEA) sin embargo queda a obligación de los países cumplir de forma optima en la protección de los derechos en estos casos. ( Accidentes de tránsito, intoxicaciones masivas), los estados en sus leyes son los encargados de velar directamente por la protección de los derechos, los cuales si bien están contemplados dentro de dicho sistema no son regulados directamente por el mismo.

La estrategia de Yokohama establece cierto cantidad de principios generales y específicos según la área de aplicación, sea ya regional, nacional o internacional, los principios generales que establece dicha convención son los siguientes:

  • 1. Desarrollo de una cultura mundial de prevención como componente esencial de un planteamiento integrado de la reducción de los desastres;

  • 2. Adopción de una política de autosuficiencia en cada país y comunidad vulnerables, comprendido el fomento de la capacidad, así como asignación y utilización eficiente de los recursos;

  • 3. Enseñanza y formación en materia de prevención de desastres, preparación para casos de desastres y mitigación de sus efectos;

  • 4. Desarrollo y fortalecimiento de los recursos humanos y la capacidad material y de la capacidad de las instituciones de investigación y desarrollo en materia de reducción de los desastres y mitigación de sus efectos;

  • 5. Identificación de los centros más prominentes en la materia a los efectos de mejorar las actividades de prevención y reducción de desastres y mitigación de sus efectos, y establecimiento de redes entre ellos;

  • 6. Mayor toma de conciencia en las comunidades vulnerables mediante un papel más activo y constructivo de los medios de información en lo que respecta a la reducción de los desastres;

  • 7. Participación activa de la población en la reducción de los desastres, la prevención y la preparación para casos de desastre, lo que a su vez permitirá un mejor manejo del riesgo;

  • 8. En la segunda mitad del Decenio, hay que asignar importancia a los programas que promuevan planteamientos de base comunitaria para reducir la vulnerabilidad;

  • 9. Mejor evaluación de los riesgos, vigilancia más amplia y difusión más amplia de pronósticos y alertas;

  • 10. Adopción de una política integrada para la prevención, la preparación y la reacción en el contexto de los desastres naturales y otras situaciones de desastre, con inclusión de los riesgos de carácter ambiental y tecnológico;

  • 11. Mayor coordinación y cooperación entre organismos nacionales, regionales, e internacionales que realicen actividades de investigación sobre desastre, universidades, organizaciones regionales y subregionales y otras instituciones técnicas y científicas, teniendo en cuenta que la relación causa – efecto, inherente a los desastres de toda índole, debería ser materia de investigación interdisciplinaria;

  • 12. Adopción de medidas nacionales efectivas en los planos legislativo y administrativo y mayor prioridad en la adopción de decisiones a nivel político;

  • 13. Asignación de mayor prioridad a la reunión y el intercambio de información sobre la reducción de los desastres naturales, especialmente en los planos regional y subregional, mediante el fortalecimiento de los mecanismos existentes y una mejor utilización de las técnicas de comunicación;

  • 14. Fomento de la cooperación regional y subregional entre países expuestos a los mismos riesgos naturales, mediante el intercambio de información, las actividades conjuntas en materia de reducción de desastres y otros medios oficiales u oficiosos con inclusión de la creación o el fortalecimiento de centros regional y subregionales;

  • 15. Suministro de la tecnología existente para una aplicación más amplia en el campo de la reducción de los desastres;

  • 16. Integración del sector privado en las actividades de reducción de desastres mediante la promoción de oportunidades de negocios;

  • 17. Fomento de la participación de organizaciones no gubernamentales en el manejo de los riesgos naturales, en particular los relacionados con el medio ambiente y sectores conexos, incluidas las organizaciones no gubernamentales autóctonas;

  • 18. Fortalecimiento de la capacidad del sistema de las Naciones Unidas para ayudar a reducir las pérdidas de vidas en desastres naturales y desastres tecnológicos conexos, con inclusión de la coordinación y evaluación de actividades por conducto del Decenio Internacional y de otros mecanismos

Basándose en dicho plan estratégico general y en los principios inicialmente dados la estrategia de Yokohama crea un modelo de elaboración de estrategias enfocadas a puntos específicos de aplicación, ya sea a escala nacional, regional o internacional, así pues dichos planes de acción son los siguientes:

  • Sistema Nacional y regional: Expresen el compromiso político de reducir su vulnerabilidad mediante declaraciones, medidas legislativas, decisiones de política y medidas al más alto nivel, para la aplicación progresiva de planes de evaluación y reducción de desastres a nivel nacional y comunitario; Fomenten la movilización constante de recursos internos para actividades de reducción de desastres; Elaboren un programa de evaluación de riesgos y planes de emergencia centrando sus esfuerzos en la preparación para casos de desastre, la reacción y la mitigación, y diseñen proyectos para la cooperación subregional, regional e internacional, según corresponda; Elaboren planes nacionales de manejo de desastres completos y bien documentados, en los que se haga hincapié en la reducción de los desastres; Establezcan y/o fortalezcan, según corresponda, comités nacionales para el Decenio u organismos claramente identificados que se encarguen de la promoción y coordinación de las actividades de reducción de desastres; Adopten medidas para aumentar la resistencia de las obras de infraestructura importantes y los sistemas de comunicación; Presten debida atención al papel de las autoridades locales en la aplicación de las normas y reglamentos de seguridad y el fortalecimiento a todos los niveles de capacidades institucionales de manejo de desastres naturales; Examinen la posibilidad de recurrir al apoyo de las ONG para aumentar la capacidad de reducción de los desastres a nivel local; Incorporen en la planificación del desarrollo socioeconómico elementos de prevención o mitigación para la reducción de los desastres, sobre la base de la evaluación de los riesgos; Consideren la posibilidad de incorporar en sus planes de desarrollo el principio de que deben realizarse evaluaciones de los efectos sobre el medio ambiente con miras a reducir los desastres; Identifiquen claramente las necesidades concretas en materia de prevención de desastres en que puedan utilizarse los conocimientos o las capacidades técnicas de que disponen otros países o el sistema de las Naciones Unidas, por ejemplo, programas de capacitación para el perfeccionamiento de recursos humanos; Procuren reunir información documentada sobre todos los desastres; Incorporen tecnologías eficaces en relación con su costo en los programas de reducción de desastres, incluidos los sistemas de pronóstico y alerta; Elaboren y apliquen programas de enseñanza e información destinados a despertar conciencia en el público en general, y especialmente en los encargados de formular políticas y en los grupos más importantes, a fin de lograr apoyo para los programas de reducción de desastres y garantizar su eficacia; Promuevan la participación del sector de los medios de información para que contribuya a aumentar la conciencia del público, a educar y a formar una opinión pública que reconozca mejor las posibilidades de salvar vidas y bienes que ofrece la reducción de los desastres; Establecer metas que determinen cuántas hipótesis de desastre distintas podrían razonablemente ser objeto de una atención sistemática hacia fines del Decenio; Fomenten una genuina participación comunitaria y reconozcan el papel que cabe a la mujer y a otros grupos desfavorecidos en todas las etapas de los programas de manejo de desastres, con miras a facilitar el fortalecimiento de la capacidad como condición fundamental para reducir la vulnerabilidad de las comunidades a los desastres naturales; Procuren aplicar los conocimientos, las prácticas y los valores tradicionales de las comunidades locales en materia de reducción de desastres, reconociendo así que esos mecanismos tradicionales de reacción son una aportación valiosa promover la participación de las comunidades locales y facilitar su cooperación espontánea en todos los programas de reducción de desastres.

  • Plan Regional: y Sub regional: Establecer o fortalecer los centros subregionales o regionales para la reducción y prevención de los desastres que, en cooperación con organizaciones internacionales y con miras a aumentar las capacidades nacionales,; Dada la considerable vulnerabilidad de los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, deben facilitarse recursos técnicos, materiales y financieros en apoyo de los centros subregionales o regionales correspondientes para reforzar las capacidades regionales y nacionales de reducir los desastres naturales; Mejorar la comunicación sobre los desastres naturales entre los países de la región en el contexto de los sistemas de preparación y alerta temprana en casos de desastre; Establecer y fortalecer los mecanismos de alerta temprana para la reducción de los desastres; Conmemorar el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales; Establecer acuerdos de asistencia mutua y proyectos conjuntos para la reducción de los desastres dentro de las regiones y entre ellas; Examinar periódicamente en foros políticos regionales los progresos hechos en materia de reducción de los desastres; Pedir a las organizaciones regionales que desempeñen un papel eficaz en la aplicación de los planes y programas regionales correspondientes sobre la reducción de los desastres naturales y ponerlas en condiciones de hacerlo; La comunidad internacional debe dar la máxima prioridad y apoyo especial a las actividades y programas relativos a la reducción de los desastres naturales a nivel subregional o regional con el fin de promover la cooperación entre los países expuestos a los mismos riesgos; Como ha decidido la Asamblea General, debe prestarse especial atención a los países menos adelantados apoyando sus actividades en materia de reducción de los desastres naturales; Los mecanismos regionales deben utilizarse en estrecha cooperación con los programas nacionales para la reducción de los desastres, de los que han de constituir un complemento; La comunidad internacional debe ayudar a los países en desarrollo a establecer medidas para integrar la prevención y reducción de los desastres en los mecanismos y estrategias existentes en los planos nacional, regional y subregional para la erradicación de la pobreza, con el fin de lograr un desarrollo sostenible.

  • Plan Internacional: Se recomienda que se aporten recursos extrapresupuestarios para la ejecución de las actividades del Decenio y, por tanto, se aliente especialmente a los gobiernos, las organizaciones internacionales y otras fuentes, incluido el sector privado, a efectuar contribuciones voluntarias. Con este fin, se insta al Secretario General a que vele por que el Fondo Fiduciario para el Decenio, establecido de conformidad con la resolución 44/236 de la Asamblea General, se administre de manera eficaz y eficiente; Se recomienda que los países donantes den mayor prioridad a la prevención y mitigación de desastres y a la preparación para esos casos en sus programas y presupuestos de asistencia, ya sean de carácter unilateral o multilateral, lo que incluye aumentar sus contribuciones al Fondo Fiduciario para el Decenio, o las realizadas por intermedio de éste, a fin de apoyar plenamente la aplicación de la Estrategia y el Plan de Acción de Yokohama, en particular en los países en desarrollo; La prevención y mitigación de los desastres deben convertirse en parte integrante de los proyectos de desarrollo sufragados por las instituciones financieras multilaterales, incluidos los bancos regionales de desarrollo; Integrar la reducción de los desastres naturales en los programas de asistencia al desarrollo por medios eficaces . Asegurar la cooperación en materia de investigación y desarrollo en ciencia y tecnología en relación con la reducción de los desastres naturales a fin de fortalecer la capacidad de los países en desarrollo para reducir su vulnerabilidad a este respecto; El Fondo Fiduciario para el Decenio debería dar prioridad a financiar el establecimiento y fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana de los países en desarrollo expuestos a desastres, especialmente los países menos adelantados; los países sin litoral y los países insulares; Asegurarse de que desde la fase de formulación los proyectos de desarrollo se diseñen de forma que contribuyan a reducir y no a aumentar la vulnerabilidad a los desastres; Mejorar el intercambio de información sobre políticas y tecnologías de reducción de los desastres; Alentar y apoyar las actividades en curso encaminadas a elaborar indicadores apropiados de la vulnerabilidad (índices); Reafirmar las funciones del Consejo Especial de Alto Nivel y del Comité Científico y Técnico en la promoción de las actividades del Decenio, en particular la conciencia de las ventajas de la reducción de los desastres; Intensificar las actividades de organizaciones y programas del sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales, no gubernamentales y del sector privado relacionadas con la reducción de los desastres y la cooperación entre ellas, incluido el uso más eficaz de los recursos existentes; Apoyar las actividades que realizan los gobiernos en los planos nacional y regional en las esferas prioritarias del Programa de Acción en favor de los países menos adelantados para el decenio de 1990 y el Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo en relación con el manejo de los desastres naturales y ambientales mediante las medidas mencionadas en el párrafo 13 b); . Dar un apoyo más amplio a los mecanismos de manejo y reducción de desastres del sistema de las Naciones Unidas para ampliar su capacidad de dar asesoramiento y asistencia práctica, según sea necesario, a los países que afrontan desastres naturales y otras situaciones de desastre, incluidos los riesgos ambientales y tecnológicos; Proporcionar apoyo adecuado a las actividades del Decenio, incluidas las de la Secretaría del Decenio en particular con miras a asegurar que se apliquen oportunamente la Estrategia y el Plan de Acción de Yokohama. A este respecto es el momento de considerar propuestas sobre los medios de garantizar la seguridad funcional y la continuidad de la Secretaría del Decenio en la medida de lo posible mediante el presupuesto ordinario de las Naciones Unidas; Reconocer la necesidad de una coordinación adecuada de las actividades internacionales de reducción de los desastres y reforzar los mecanismos establecidos a tal efecto. Esa coordinación internacional debe referirse en particular a la formulación de proyectos de desarrollo que proporcione asistencia para la reducción de los desastres y su evaluación; De forma prioritaria, establecer o mejorar los sistemas de alerta en los planos nacional, regional e internacional y conseguir una difusión más efectiva de las alertas; La coordinación eficaz del manejo internacional de desastres, en particular por parte del sistema de las Naciones Unidas, es de la máxima importancia para lograr un enfoque integrado de la reducción de los desastres y, por tanto, debería fortalecerse; Celebrar una Conferencia de Examen sobre la reducción de los desastres naturales al final del Decenio con miras a trazar una estrategia para proseguir las actividades de reducción de desastres en el siglo XXI.

Así pues cada una de las recomendación respecto a la creación de dichos sistemas tienen como fin intrínseco no solo fomentar el proveer a la personas de métodos óptimos en la prevención de desastres y por tanto proteger su derecho a un medio ambiente sano sino además procurar que los estado que forman parte de la Organización , como efecto inmediato a esta estrategia surgen Convenios regional respecto al tema ejemplo de esto el la Declaración de Valencia de 1999 surgida a raíz de la Conferencia Mediterránea del Decenio Internacional de Reducción de Desastres Naturales, y la Declaración de Guatemala de 1999 que surge de la XX Cumbre de presidentes de Centroamérica, Republica Dominicana y Belice.

La estrategia "Un mundo más seguro en el siglo XXI: Reducción de riesgos y desastres" (1999) trazan más claramente el rumbo a seguirse es mucho más reducida que la compleja estrategia de Yokohama sin embargo conserva en si ese espíritu de protección de la condición humana frente a estos imprevistos, su base medular a escala jurídica sigue siendo pues la búsqueda la creación de un ambiente optimo para el desarrollo integral de las personas ( Art. 4, 6, 7, 10 inc 1, 8 [11]y la promulgación del derecho que poseen las personas a un medio ambiente sano[12]( Art. 1) Esta nueva estrategia creada por la ONU hace un cambio respecto a Yokohama al incluir en sus contenidos previsiones contra ciertos tipos de desastres antropicos: "Ante todo debemos efectuar un viraje hacia una cultura en que impere la previsión. Prevenir no solo es más humano que remediar, sino también mucho más económico…. Ante todo, no debemos olvidar que la prevención de desastres es un imperativo moral, no menos importante que la reducción de los riesgos de conflicto armado."[13], lo cual representa un avance respecto su antecesora ya que se va dejando de lado la idea de considerar únicamente bajo el termino de desastres a aquellos de tipo natural, Sigue haciendo énfasis en el papel del estado como promulgador y fomentador de dichos sistemas preventivos, sin embargo no deja de lado la importancia de la solidaridad que debe de existir entre las naciones, principalmente de aquellas desarrolladas hacia las que se encuentra en vía de desarrollo: "La protección de la ciudadanía contra los riesgos y desastres es responsabilidad principalmente de los gobiernos. Con todo, las comunidades locales y los elementos de la sociedad civil que se ven más directamente amenazados por los peligros son los principales iniciadores de importantes medidas de prevención de riegos y desastres. Ambas partes deben colaborar estrechamente y recibir el necesario aliento y respaldo que haga realidad la visión de una comunidad capaz de hacer frente a los desastres.

La colaboración regional, subregional e internacional es fundamental, sobre todo por cuanto se refiere a la difusión de experiencia e información, aplicaciones científicas y técnicas, la promoción continua y la coordinación de estrategias para colaborar en el desarrollo de las capacidades nacionales. El sistema de las Naciones Unidas cumple una función rectora especial en la reducción de riesgos y desastres a nivel mundial por su carácter universal, alcance interdisciplinario y multisectorial, y desempeña un papel de foro de diálogo mundial."[14] Esta estrategia tiene hasta cierto punto casi los mismo punto de llegad que la de Yokohama sin embargo al ser observados con detenimiento la estrategia de 1999 es un poco más especifica, de manera que su aplicación es más sencilla que la compleja estrategia dictada en el Japón.[15] La proyecciones de acción de dicho plan son de 5 años para ver resultados reales en esta área, su ejecución se basa en diferentes preceptos los cuales presentamos a continuación:

  • 1. Realizar una verificación o proceso de evaluación nacional de las funciones existentes indispensables para una estrategia amplia e integrada de prevención de los peligros, riesgos y desastres, para períodos de cinco a diez años y de 20 años.

  • 2. Llevar a cabo un análisis dinámico de los riesgos prestando especial atención a los aspectos demográficos, el crecimiento urbano, y la interacción o las complejas relaciones entre los factores naturales, tecnológicos y ambientales.

  • 3. Crear o, cuando ya existen, consolidar, las soluciones regionales, subregionales, nacionales e internacionales, así como los acuerdos de colaboración entre organismos que permitan potenciar la capacidad y las actividades de prevención de peligros, riesgos y desastres.

  • 4. Fomentar y alentar la transferencia de conocimientos mediante la asociación y cooperación entre países, prestando especial atención a la transferencia de experiencia entre los países más expuestos a los riesgos.

  • 5. Establecer mecanismos de coordinación para lograr mayor coherencia y eficacia de las estrategias combinadas de prevención de peligros, riesgos y desastres a todos los niveles de responsabilidad.

  • 6. Centrar las estrategias multi anuales de reducción de riesgos en grandes urbes y megalópolis.

  • 7. Instituir programas exhaustivos sobre la planificación del uso de las tierras en sitios expuestos a riesgos.

  • 8. Vincular más estrechamente las actividades de prevención de peligros, riesgos y desastres con el proceso de ejecución del Programa 21 con vistas a lograr mayor sinergia con las cuestiones ambientales y de desarrollo sostenible.

  • 9. Emprender exámenes periódicos de los logros alcanzados por las actividades de reducción de peligros, riesgos y desastres a todos los niveles de compromiso y responsabilidad.

  • 10. Preparar y aplicar mejores medios de medición económica y registro estadístico de los factores de riesgo y las consecuencias de los desastres.

  • 11. Estudiar la viabilidad de otras modalidades específicas de financiación o asignación de recursos que permitan garantizar el compromiso continuado de las estrategias sostenidas de prevención de riesgos y desastres.

  • 12. Establecer centrales, sistemas o sitios Web para el intercambio de información a nivel nacional, regional, subregional y mundial, que estarán dedicados a la prevención de peligros, riesgos y desastres, empleando normas y protocolos de comunicación reconocidos, que faciliten los intercambios.

Concluyendo podemos determinar pues que en verdad el marco de protección internacional es extremadamente amplio y funciona no solo como un marco institucional de protección de los derecho humanos durante estas situaciones de emergencias, sino también como marco doctrinal y científico el cual es la base de los preceptos básicos para la creación de los sistemas regionales y nacionales, sin embargo pese a la defensa de los derechos ya antes mencionados [16]la protección de los derechos violentados durante los desastres antropicos queda aun más a nivel nacional que de protección internacional, principalmente los relacionados con las conductas humanas negligentes ( Exceptuando de lo anterior los conflictos armados ).

  • Sistema Regional de Protección y Mitigación de Desastres.

Los sistemas regionales en el mundo y específicamente en América Central son modelos basados en las estrategias internacionales pero adecuado a las condiciones de las localidades donde son implementados de acuerdo a las necesidades de las mismas en el caso de Centroamérica y el Caribe, la situación de constantes desequilibrios económicos originados por las altas concurrencia en las misma de desastres naturales es eminente. Vale para comprobarlo la cruda situación que se vivió con el huracán Mitch, históricamente la región Centroamericana siempre ha estado sujeta a los efectos de los huracanes. Situación que se agravo en particular durante la temporada de huracanes de 1998 en el Hemisferio Norte sobre el Océano Atlántico (que ocurre anualmente entre los meses de julio y noviembre) tuvo características de inusitada fuerza, causando desolación, pérdidas de vidas y daños económicos, sociales y ambientales de enorme magnitud. La concentración de eventos de gran violencia meteorológica en los meses de agosto a octubre fue destacada como histórica. Una docena de ciclones tropicales afectaron a zonas densamente pobladas en toda la Cuenca del Caribe, abarcando tanto a los países insulares como a los estados del Istmo Centroamericano.

Centroamérica tiene una serie de fracturas geotectónicas a nivel global y fallamientos locales en todos los países que lo conforman. Por el norte, en el Atlántico, se encuentran interactuando la Placa de Norteamérica y la Placa del Caribe, divididas por la Fosa del Gran Caimán. En la parte sur, en el Pacífico, se distingue la Placa de Cocos a lo largo de todos los países centroamericanos (zona de subducción) formando la Fosa de Mesoamérica. Esta estructura geológica llega hasta la cresta de Cocos al nivel de la frontera entre Costa Rica y Panamá. La Placa de Nazca actúa a nivel de Panamá, a través de la Placa Galápagos con movimiento paralelo al bloque de Panamá que afecta también a Costa Rica a través de una falla transcúrrete. Los países de Centroamérica y el Caribe son proclives a inundaciones. En Honduras, en 1998 se registraron 6,600 muertos tras las inundaciones provocadas por el Huracán Mitch; más de 1,393,000 damnificados y pérdidas económicas alrededor de 3,794 millones de dólares. En Nicaragua, el saldo dejado por el Mitch fue de 1,863 muertos, más de 368,000 damnificados y pérdidas económicas evaluadas en 988 millones de dólares. En Guatemala, Mitch fue la causa de 268 muertes, cerca de 111,000 damnificados y significo pérdidas evaluadas en 748 millones de dólares. En El Salvador, el mismo Huracán provocó 240 muertos, más de 84,000 damnificados y pérdidas económicas de 388 millones de dólares.

La totalidad de los países tienen problemas relacionados con el uso del suelo, donde la deforestación aparece como el elemento principal, sumado a la pérdida de suelos por erosión y contaminación de los cuerpos de agua.

La mayoría de los deslizamientos en la región por lo general suceden en laderas y lugares puntuales y son de pequeña magnitud pero con resultados algunas veces de gran impacto cuando suceden en áreas de infraestructura vital o de bienes y vidas humanas. En América Central los estudios y mapas de zonificación de este riesgo han sido restringidos principalmente para áreas urbanas.

En el pasado, la región centroamericana ha sido afectada por la actividad volcánica. Actualmente varios de sus volcanes se encuentran activos y podrían tener un impacto serio en la salud y economía en la población de un país.

Aunque la región Centroamericana sufre dentro tipo de amenazas (como lo son los tsunamis, o las amenazas tecnológicas, etc.) las aquí señaladas son las que más daños han provocado. Para una mayor ampliación esto presentamos un cuadro donde se detallan los desastres ocurridos en Centroamérica a partir de la década de los 60´" con su respectivo costo tanto económico como social y humano ( Ver anexo CD.)[17] Los altos índices de vulnerabilidad respecto a estos desastres se ciertamente la región centroamericana, en su conjunto, concentra uno de los más altos niveles de pobreza relativa en el continente americano, situación agudizada a lo largo de los 80s por la crisis económica que atravesaban los países y los conflictos internos que caracterizaban en particular a Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Hacia finales de la década de los 80s Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua contaban con niveles de pobreza absolutos que en todos los casos abarcaba a un 70°/a o más de sus habitantes. Otro aspecto importante es Las condiciones físicas de la vivienda y la ubicación de múltiples comunidades en zonas de amenaza por falta de opciones de acceso a tierras seguras impone una vulnerabilidad física /estructural de grandes proporciones. La marginación económica y las pobres condiciones de empleo y salud constituyen componentes importantes de una vulnerabilidad social aguda. Frente al riesgo y amenaza de la vida cotidiana y la necesidad de invertir energía, tiempo y los escasos recursos disponibles en la lucha por la sobrevivencia diaria, existen poca atención y posibilidades para preocuparse por la prevención o mitigación de los desastres. Esto junto con la falta de "cultura preventiva", se ha combinado con altos niveles de fatalismo y resignación frente a los embates de una naturaleza, interpretada como hostil, acto o castigo de Dios. Además otro aspecto a tomar en consideración es la falta de aplicación técnica en las construcciones Aún entre los sectores más favorecidos de la sociedad, y los gobiernos mismos, existen grandes deficiencias en cuanto a las técnicas y los niveles de seguridad constructivas y la ubicación de muchas edificaciones e infraestructura, como ha sido demostrado con cada gran evento físico que ha asolado la región. La falta de una conciencia o cálculo adecuado en cuanto a los niveles de amenaza y riesgo existente; la falta de adecuadas normas o controles sobre la construcción, de regulaciones sobre el uso del suelo, o la falta de aplicación de éstos, sitúa en una condición de alta vulnerabilidad a amplios sectores de la sociedad más acomodada La implementación de los sistemas regionales de protección van encaminados a mitigar los daños provocados por estas condiciones de vulnerabilidad propias de la región, sin embargo dicha protección no solo posee un enfoque técnicos sino también jurídico, dicha protección es parte sin duda del deber de protección mismo que poseen los estados frente a las personas, tanto en el mantenimiento de su integridad tanto física como mental como también globalizado en el deber de fomentar el desarrollo de un medio ambiente sano para las personas, dichos derechos pues no solo tiene un aspecto nacional sino también internacional por los documentos que los estado de la región han ratificado para ello[18], visto pues de una manera integral el desarrollo de este tipo de medidas no solo obedece al mantenimiento de un desarrollo económico sostenible sino también como parte integral del deber de el estado mismo de proteger a las personas, para ello en caso como el de nuestra región el apoyo solidario de cada uno de los países que la componente es necesario para poder en parte suplir las múltiples vulnerabilidades que la mis a posee El Plan Regional de Reducción de Desastres (PRRD) es pues un mecanismo mediante el cual los gobiernos de la región, a través de sus instituciones especializadas, plantean sus políticas, prioridades y acciones de prevención y mitigación de los desastres. El PRRD surge como una iniciativa del Centro de Coordinación para la Prevención de Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC), con el fin de establecer una estrategia centroamericana para reducir el impacto de los desastres en la sociedad y fue ratificado por la más alta instancia política de la Región la Reunión de Presidentes en el año 1993, mediante la Resolución 26 del Protocolo de Guatemala. El presente Plan incorpora las líneas estratégicas plasmadas en el documento llamado "Marco Estratégico para la Reducción de la Vulnerabilidad y los Desastres en Centroamérica" que se presentó en la XX Cumbre de Presidentes de Centroamérica, a la que participaron los Sres. Presidentes de las Repúblicas de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y el Primer Vicepresidente de Panamá, acompañados del Vicepresidente de la República Dominicana y del Viceprimer Ministro de Belice, los días 18 y 19 de Octubre de 1999.

El Plan consta de tres partes:

  • El Plan Básico

A este corresponde a los lineamientos generales y contenidos presentes en este documento. Implica el diseño de las estrategias globales y la identificación de las necesidades políticas, organizativas, de ejecución y control de las actividades.

El responsable de la elaboración y seguimiento de este Plan Básico es el CEPREDENAC y consta de una serie de actividades de coordinación y promoción, agrupadas en 6 áreas:

Área de Fortalecimiento Institucional Incluye acciones tendientes a cubrir aspectos de vulnerabilidad institucional y al fortalecimiento institucional. Como eje principal se reforzará el Marco Jurídico mediante la adecuación de la legislación y de las disposiciones normativas existentes para la incorporación del tema de la prevención y preparación ante los desastres a nivel nacional y regional.

Área de Información e Investigación En donde se establecen actividades tendientes a mejorar la disponibilidad de información oportuna y de buena calidad para alimentar el proceso de toma de decisiones y en donde se identifican los vacíos existentes que requieren de investigación científica y documentación sistemática.

Área de Sistemas de Alerta Temprana y Planes Específicos Esta área tiene un especial énfasis en los aspectos de preparativos, puesto que aunque la mitigación de desastres es parte sustancial del ejercicio del desarrollo y corresponde, por lo tanto, a las diferentes instancias responsables de su gestión, es claro que los niveles de vulnerabilidad requieren fortalecer las alertas, así como elaborar planes específicos de intervención.

Área de Estrategias Sectoriales En donde se analizan prioridades de los diferentes sectores regionales en el tema de la Reducción de los Desastres Naturales y se determinan algunas actividades que aparecerán detalladas en los Anexos Sectoriales.

Área de Fortalecimiento de Capacidades Locales para la Gestión del Riesgo Esta área apunta a acciones dirigidas directamente a la población más vulnerable de la Sociedad Civil y en particular a los niveles comunitarios y municipales. Fomenta actividades de fortalecimiento de las estructuras y capacidades locales en mitigación de desastres.

Área de Asistencia Mutua en Situaciones de Desastres Esta área apunta a crear las condiciones para una cooperación mutua en casos de desastres. Para eso, se establecerá el marco de acción concreto para la coordinación de la asistencia humanitaria y de la cooperación horizontal entre los países de Centroamérica, República Dominicana y Belice en situaciones de desastre. Estas acciones concretas serán realizadas por la Comisión de Seguridad del SICA, con el apoyo del CEPREDENAC

  • Las Estrategias Sectoriales,

Cada una de las instituciones que componen el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), establece su estrategia particular de mitigación y atención de desastres, e identifica los nodos de conexión con otras instituciones.

Cada institución regional es la responsable de la elaboración y mantenimiento de su propia Estrategia, y contarán para este efecto con el apoyo y asesoría del CEPREDENAC y de la SGSICA.

  • Los Planes Nacionales de Mitigación y Atención de Desastres.

cada país miembro del plan ejecuta un plan nacional para ello identifica las estrategias nacionales de reducción y atención de desastres, con especial énfasis hacia las poblaciones más vulnerables. Estas estrategias supondrán la ejecución práctica de las acciones definidas, tanto al nivel nacional como al regional. Los planes nacionales serán retroalimentados por el Plan Básico y las Estrategias Institucionales Regionales. Los Planes estarán compuestos por dos apartados, en un esquema reflejo del Plan Regional, pero guardando las particularidades de cada país: La elaboración de los Planes Nacionales es responsabilidad de las Comisiones Nacionales del CEPREDENAC, con la coordinación y rectoría de los organismos de emergencia, protección o defensa civil. A continuación se detallan algunos programas, que podrán ser considerados por cada país en función de sus necesidades:

  • 1) Evaluación de la Amenaza y la Vulnerabilidad

  • 2) Monitoreo de los Fenómenos Naturales

  • 3) Mitigación

  • 4) Adopción de Reglamentos para Diseño y Construcción

  • 5) Preparación de Respuesta en caso de Emergencia

  • 6) Conciencia y Educación

  • 7) Aprendizaje de los Desastres

  • 8) Colaboración Regional

Nótese la inclusión de la Preparación de Respuesta en caso de Emergencia dentro de los planes nacionales que el mismo CEPREDENAC recomienda para ellos esta función que realizan los comité de emergencia (COEN por ejemplo) Los coordinadores de emergencia tendrán a su disposición los mapas de peligros para desarrollar escenarios realistas sobre que esperar y que hacer en caso de un fenómeno natural dañino. Estos escenarios serán las bases técnicas para los planes de respuesta ante emergencias así como para los planes de recuperación después del desastre. Los planes de emergencia se desarrollarán considerando el peor de los escenarios.

Sin embargo consideramos que la no inclusión de los desastres antropicos dentro de este tipo de estrategias es un verdadero error, a nivel internacional resultaría difícil hablar de un plan de mitigación de desastres antropicos sin embargo a nivel de una región la cual presenta los mismo problemas seria algo más fácil y de alguna manera obligaría a los gobiernos mismo a buscar una mayor protección en relación a este tipo de desastre los cuales en la mayoría de las ocasiones atacan a sectores con un mayor índice de vulnerabilidad que la población normal, un ejemplo de esto ultimo lo constatamos en El salvador con el caso del envenenamiento toxico con metanol, dicho desastre ataco a un sector hasta cierto punto con una mayor vulnerabilidad, por razones obvias, que otros sectores de la sociedad misa, dicho sector eran los enfermos alcohólicos, sin embargo pese al numero de perdidas humanas el gobierno central tardo mucho en ordenar la prohibición de venta de alcohol, pudiendo con una mayor rapidez en su acción haber minimizado el numero de perdidas humanas, dicho aspecto a nuestro juicio fue una verdadera violación al deber del estado mismo de proteger a las personas pese a su condición física o social, la implementación de programas de minimización de desastres en áreas de afectación común de desastres antropicos es a nuestra consideración el próximo paso de este proceso integrativo.

Medidas nacionales para la prevención de desastres

De todos es conocido que en la ultima década del siglo XX la intensidad y frecuencia de los desastres socio naturales se ha visto incrementada, especialmente en el tipo de desastres de origen hidrometeorológico, tales como sequías, inundaciones, derrumbes y deslizamientos. Este incremento, al entender de expertos en el tema, se debe precisamente a la falta de interés de la población de las zonas afectadas por cuidar el ambiente que les rodea, provocando con su actuación imprudente un desequilibrio ecológico que siempre va acompañado de la vulnerabilidad social; es por ello que, los desastres de hoy en día son desastres socio naturales, ya que provienen tanto del desequilibrio ecológico tanto como de los problemas sociales que afectan a la humanidad entera.

A modo de ejemplo, el incremento de sequías, inundaciones y derrumbes obedece principalmente a la utilización del recurso suelo para la producción de agro exportaciones, granos básicos y pastos que han conducido a elevados niveles de deforestación y utilización de tierras que no son aptas para cultivos intensivos. [19] Existe en las sociedades alrededor del mundo un desinterés hacia el tema de la prevención de los desastres, que no necesariamente esta ligado a la mayor o menor frecuencia de los desastres. Uno de los obstáculos que impide la implementación de esquemas de prevención es la "voluntad política", en cuanto son políticos los que adoptan leyes y reglamentos para los países (especialmente en Latinoamérica), y porque se sigue en la creencia que los desastres no son producidos por la actividad del hombre.

Por eso el autor Romano afirma categóricamente que: "Los desastres son una faceta más de la pobreza y, en esa medida, su prevención necesariamente pasa por la satisfacción de las necesidades básica de la población vulnerable".

LEY DE DEFENSA CIVIL En El Salvador desde 1976 se promulgo la Ley de Defensa Civil con la que se pretendió normativizar la intervención del Estado en caso de desastres, guerras y cualquier otra situación de emergencia nacional. Esta ley surge como reacción al auge de desastres que se registro durante la década de 1970 en el área centroamericana. Esta ley, como todas las promulgadas en la mayoría de países subdesarrollados, se centra mas en la fase de atención de la emergencia olvidando la prevención y mitigación que deben prevalecer en los momentos anteriores al desastre. Como se ha dicho anteriormente, esta ley surge a partir de una coyuntura de proliferación de los desastres, en realidad no perseguía solamente combatir sus efectos, sino también cubrir las necesidades operativas surgidas a partir de acciones atribuibles exclusivamente al ser humano. [20]Con esto se quiere decir que la ley fue diseñada también para atender los efectos de posibles tumultos y conflictos sociales, que no son exclusivamente desastres, pero pueden causar los mismos efectos que aquellos, en cuanto pueden llegar a causar crisis o disrupción del normal funcionamiento social. De acuerdo al análisis del Centro de Protección para Desastres (CEPRODE) dos de los aspectos mas rescatables de la citada ley son:

  • Concentración en la etapa de postdesastre y,

  • La conformación del Sistema de Protección Civil sobre la base de una estructura organizacional a nivel departamental y municipal pero con concentración de la toma de decisiones en el gobierno central.

La ley no lo aclara pero es evidente que el diseño de la misma estuvo dirigido a articular la respuesta en casos de desastres de gran envergadura y no tanto para hacer frente a otros desastres de menor envergadura que estaban presentes ya desde aquel momento en el quehacer cotidiano de la sociedad salvadoreña. En esta ley se refleja además que los objetivos y acciones del Estado para casos de desastres estaban dirigidos mayoritariamente a reglamentar las acciones a desarrollarse en la etapa posterior, y la definición de "desastre o calamidad publica" comprende no solo desastres sino también las "acciones armadas o trastornos sociales". En la practica, este enfoque postdesastre se traduce en una desatención de cualquier enfoque preventivo dentro de los esquemas estatales de reacción ante los desastres, provocando una situación preocupante a la hora de suceder otra calamidad. Aunque en el espíritu de la ley predomina la idea de la descentralización al momento de suceder la calamidad, en el momento del desastre esta comprobado el predominio de la centralización de la toma de decisiones en las instancias ministeriales, presidenciales o en otras creadas especialmente para la atención de un desastre en particular. Resulta evidente la supuesta descentralización al leer el articulo 8 de la misma ley que dice: "El Comité Nacional de Defensa Civil es el organismo de mas alto nivel en el Sistema de Defensa Civil y sus decisiones deben acatarse por los restantes Comités de Defensa Civil, personas naturales, empresas y entidades de cualquier naturaleza. Los Comités que crea esta ley son, según el artículo 6:

A nivel Nacional: Comité Nacional de Defensa Civil; A nivel Regional: Comités Regionales de Defensa Civil; A nivel Departamental: Comités Departamentales de Defensa Civil A nivel Municipal: Comités Municipales de Defensa Civil".

PROPUESTAS DE REDEFINICION. Son dos los proyectos que buscan redefinir el actual sistema de protección y sustituir la antigua Ley de Defensa Civil: el Anteproyecto de Ley Nacional de Emergencia y la Ley de Protección Civil en Casos de Desastres. A continuación se resumen las propuestas de cada anteproyecto:

Anteproyecto de Ley Nacional de Emergencia Existen en la actualidad nuevas propuestas de redefinición de la Ley de Defensa Civil de 1976, una de estas es la elaboración del Anteproyecto de Ley Nacional de Emergencia en 1995 con los aportes del Comité de Emergencia Nacional, y su objetivo principal es crear el Sistema Nacional de Emergencia (SISNAE) y a continuación se resumen algunos de los aspectos principales del citado anteproyecto:

  • La permanencia de visiones de manejo de los desastres que privilegian los preparativos para la emergencia, dando menor importancia a la prevención e incorporación del tema en los planes y programas de desarrollo implementados por el gobierno en turno. Se establece un énfasis autentico en el fortalecimiento de la capacidad reactiva de las instituciones estatales, sugiriendo además la creación de comités locales de emergencia y los comités escolares de emergencia; no obstante, carece de una real definición del papel que dichas instituciones jugaran en el momento del desastre.

  • Se establecen verdaderas acciones tendientes a la prevención, lo cual es un significativo avance en el tema de desastres.

Como todo anteproyecto posee ciertas deficiencias que el CEPRODE recoge y analiza con la idea que sean retomadas por los legisladores: "el anteproyecto no define como estarían integrados los comités locales y escolares, limitándose a definir la estructura de los comités nacional, departamentales y municipales. Además, el anteproyecto tampoco considera cual podría ser la relación de estos comités con las instancias del Estado en términos de cooperación, equipamiento, capacitación, apoyo logístico, etc."

  • Anteproyecto de Ley de Protección Civil.

Otra de las propuestas es el Anteproyecto de Ley de Protección Civil que es un avance más prometedor que el Anteproyecto de Ley Nacional de Emergencia, con el único inconveniente que pretende establecer una rígida centralización en el Ministerio del Interior y en el Comité de Emergencia Nacional, a la hora de actuar. No obstante, busca sabiamente establecer el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) con verdaderas ideas de prevención, capacitación y organización de las comunidades a nivel nacional, contemplando inclusive la "ejecución de estudios tendientes a la adopción de medidas preventivas"[21] Este anteproyecto levanta ciertas dudas al referirse al tema de la descentralización por cuanto sus sugerencias en el campo de la descentralización no son consistentes con el articulado del anteproyecto, ya que en el texto se entiende una toma de decisiones centralizadas, desconocimiento de las condiciones de riesgo, bajo nivel de organización a nivel local, inadecuada priorización de las zonas de acuerdo a su riesgo. Otra debilidad es que no establece cuales serán los recursos financieros con los que podría contar la Dirección Nacional de Protección Civil.

Un problema adicional es de carácter participativo por cuanto se establece que instancias privadas, ONG´s, organismos científicos, entidades de socorro, etc., solo podrían participar a nivel local, olvidándose de los niveles municipal y departamental. No obstante sus problemas anteriormente señalados este anteproyecto es un precedente importantísimo en la mejora del marco jurídico e institucional para la gestión del riesgo a desastres, porque enfatiza la necesidad de realizar estudios y elaborar planes de prevención y mitigación.

Partes: 1, 2, 3, 4
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