Indice
1.
Introducción
2.
Desocupación
3. Marginación
4. Posibles
soluciones
5.
Conclusiones
Antes de empezar con el desarrollo de
la presente monografía, queremos aclarar los objetivos que
nos planteamos y que esperamos cumplir. Uno de ellos es el de
profundizar nuestros conocimientos acerca del fenómeno de
la
globalización. Otro, es el de descubrir algunos de los
problemas que
acarrea dicho fenómeno. Además, intentaremos
proponer posibles soluciones a
los problemas encontrados. Finalmente, esperamos adquirir la
capacidad como para poder aplicar
lo aprendido durante la realización del proyecto a la
situación actual que estamos viviendo.
En este trabajo intentaremos demostrar que la globalización acentúa y agrava los
procesos de
marginación y desocupación y explicaremos, además,
cómo afectan éstos al hombre.
Ante todo, debemos hacer mención del sistema en el que
se encuentra inmerso la mayor parte del mundo: la
globalización. La palabra globalización no se usa
sólo referida a la globalización económica o
financiera, sino que abarca otros aspectos. Se
trata de un proceso que
integra las actividades económicas, sociales, culturales,
laborales y ambientales.
Las principales características de este fenómeno
son: la desaparición de las fronteras entre países,
con la consiguiente pérdida de soberanía e identidad, en
pos de la creación de bloques políticos,
económicos o militares; el auge de los medios de
comunicación, capaces de llegar hasta los lugares
más remotos y de conectar a todo el planeta; el predominio
del poder económico por sobre el político,
situación simbolizada por los especuladores
bursátiles quienes sólo buscan satisfacer sus
propios intereses y la decadencia de los valores
humanos.
Es válido aclarar que globalización y neoliberalismo
no son términos sinónimos, aunque actualmente se
produce una repetida concordancia entre el fenómeno
físico de la globalización y el fenómeno
ideológico del neoliberalismo.
A continuación, describiremos cómo se ven afectados
el hombre y su
entorno por la exclusión social que genera la
globalización. Esta exclusión se manifiesta de
diferentes maneras. Las más significativas son el desempleo y la
marginación, concepto que
incluye a la pobreza y a la
hambruna.
La toma del modelo
neoliberal como mundial, es principal causa del actual desempleo.
Al favorecer a sólo algunos sectores productivos, parte de
la industria se
ve deglutida por el sistema. Veamos: al haber privilegios para
ciertas empresas (grandes
nacionales o multinacionales) comienza la desaparición de
algunas otras (las PyMES).
Además, el neoliberalismo trae como consecuencia la
ruptura de la relación entre las actividades
económicas y los lugares donde se desarrollan, es decir:
por la implementación de tecnología, no es
necesario manufacturar un producto
enteramente en una misma región, debido a que los
adelantos en los sistemas de
comunicación y transporte
posibilitan el fácil traslado de materias primas y
bienes
intermedios entre los diferentes centros de producción.
Todo esto lleva a que cada vez sea menos la mano de obra
necesaria para hacer funcionar a una empresa. Por
ejemplo, los fabricantes de automóviles han experimentado
con miles de innovaciones con la finalidad de incrementar la
producción y reducir la mano de obra en el proceso de
montaje.
Ford, pionero de la fabricación en serie, se
enorgulleció de la capacidad de su propia empresa para
sustituir por tecnologías la mano de obra física, y estuvo
siempre interesado en la búsqueda de nuevas formas para la
reducción de tareas, hasta convertirlas en operaciones para
las que no se requería ningún esfuerzo.
Posteriormente, fueron los japoneses los que marcaron la pauta,
iniciando la robotización de muchas de sus cadenas de
producción.
Así es como, hoy en día, vivimos bajo un sistema
que valora cada vez menos la actividad esencial y dignificante
del hombre: el trabajo.
Esto fomenta la lucha constante tanto por la obtención
como por el mantenimiento
de los puestos de trabajo, que son cada vez más escasos.
La causa primordial del desempleo es el invisible mercado
financiero que todo lo rige y, más concretamente, los
empresarios sin escrúpulos que no dudan en explotar a
millones de trabajadores con tal de mejorar su productividad. La
protección del medio ambiente
y de la salud, la
democracia y
los derechos humanos
tiene que quedar en segundo plano si esto sirve a los fines de la
economía
mundial.
"El error básico de una política que declara
fin en sí mismo la competencia
global [es que] ignora la perspectiva. La competencia sin
barreras por conseguir cuotas en el mercado (de trabajo) mundial
devalúa en ciclos cada vez más rápidos la
fuerza de
trabajo y se configura, desde el punto de vista de la abrumadora
mayoría, como una carrera entre la tortuga y la liebre.
Siempre hay algún competidor más barato […] Quien
se ‘adapta’ tan sólo fuerza una nueva
adaptación en algún otro sitio y pronto le vuelve a
tocar el turno. Da igual lo que hagan, la mayoría de los
trabajadores sólo puede perder en este juego.
Sólo una minoría de adinerados […] lleva
ventaja…" (MARTÍN, Hans-Peter. Op.cit, p.
200)
Mercado financiero
Actualmente, se vive una dictadura del
mercado mundial, ya librado de competencia desde la caída
del comunismo. El
‘turbo capitalismo’ está erosionando las
unidades sociales más rápido de lo que pueden
regenerarse o desarrollarse nuevas formas organizativas. Esto
implica un mundo con cada vez mayor desigualdad que incrementa la
distancia entre la clase alta y la trabajadora, destruyendo a la
clase media y haciendo a un lado al 80% de la población mundial que es ajena al desarrollo
económico. Basta el 20% restante para mantener en
marcha a la economía mundial. Continuamente aumenta "la
población sobrante" y esa población no satisfecha
pasa a incrementar la marginación a niveles
incomparablemente más elevados que en otros momentos de
crisis
sistémica.
El mundo laboral se
está transformando. Los trabajos que antes eran para toda
la vida se convierten en trabajos ocasionales y una
profesión que antes tenía mucha salida laboral
puede transformarse, de la noche a la mañana, en un oficio
sin valor. Ya casi
no existen los trabajos de tiempo completo.
La mayoría están siendo reemplazados por puestos de
media jornada, trabajos temporales y trabajos mal
remunerados.
Las empresas utilizan la nueva movilidad del dinero y de la
producción para concentrar su actividad allí donde
las condiciones y el precio del
trabajo están más despreciados. Como sostiene
Bangemann, Comisario de Economía de la Unión
Europea, la producción masiva europea con altos
salarios no tiene
futuro dada la competencia que ofrece la mano de obra china y
vietnamita. La sociedad
occidental de la exigencia colisiona con las sociedades
asiáticas de la renuncia. El modelo del trabajador
satisfecho con su sueldo, con vacaciones anuales, aguinaldo y
jornada laboral limitada es insostenible. Que la empresa crezca
y produzca beneficios no significa que los trabajadores
también se vean beneficiados. El éxito
de una empresa se mide, actualmente, por el beneficio que le
aporta a los accionistas.
Hace varios años que aumenta la cantidad de despidos
masivos. En el caso de los bancos, se
avecina un drástico reemplazo de pequeñas
sucursales por cajeros automáticos, de modo que
sólo se necesitará un pequeño número
de bancarios que reciban información continuamente para
actualizarse. Se predice que en el sector financiero, en los
próximos diez años, la mitad de los trabajadores
perderá su empleo.
Innumerables profesionales del sector servicios
desaparecerán como los archiveros, bibliotecarios,
empleados de agencias de viajes,
comerciantes minoristas y colaboradores de periódicos.
Otros sectores que se ven amenazados por fuertes descensos de
empleo son las empresas de telecomunicaciones, las compañías
aéreas y el sector
público.
En el Apéndice (p.20-23), incluimos gráficos correspondientes al despido por
sectores que facilitarán la comprensión del tema
(Fuente: MARTÍN, Hans-Peter. Op.cit., p.133-136).
Está claro que en la sociedad de hoy ya no hay trabajo
para todos. El sueño de un empleo para cada uno se ha
desvanecido. El desempleo se está configurando como un
elemento estructural de la actual realidad económica y no
como un aspecto meramente coyuntural, desmintiendo las tesis
neoliberales que proclamaban su carácter
pasajero.
Para peor, los gobernantes se encogen de hombros y dicen que las
condiciones que se han generado son consecuencia de fuerzas que
están más allá de su control. Se
encuentran atrapados entre las exigencias populares y las
condiciones impuestas por los organismos internacionales y los
dueños del capital.
Simplemente, miran para otro lado, tomando a la
desocupación como un índice más de la
situación económica. La ignoran como realidad
social, no sólo económica, que constituye una bomba
de tiempo puesta bajo los pies de todos que no se sabe
cuándo se puede activar. Algunos signos ya se
vislumbraron…
Pérdida de la dignidad
Trabajo se llama a la ocupación diaria a la que el hombre
debe su salud, su subsistencia, su serenidad y su sentido
común. Por todas estas características, se puede
afirmar que dignifica al hombre, ya que lo hace obrar de manera
que merece el respeto de los
demás y de sí mismo. Lo hace sentirse útil y
realizado, lo que convierte al trabajo en una actividad necesaria
y esencial para su vida.
El desempleo provoca vergüenza, frustración e
impotencia en quienes lo sufren al generarles un sentimiento de
no ser merecedores de lo que tienen y de no aportarle nada a la
sociedad en la que viven.
El neoliberalismo no ayuda al trabajador dado que, en muchos
aspectos, no lo considera un ser humano.
"Desplazar, simplificar, eliminar y rescindir… la
economía de alto rendimiento y alta tecnología le
arrebata el trabajo a la sociedad del bienestar y despide a sus
consumidores." (MARTÍN, Hans-Peter. Op.cit., p. 130)
De esta realidad sociocultural va surgiendo una nueva clase de
hombre cuya ideología es el pragmatismo,
la falta de compromiso surgida ante la imposibilidad de
participar en la toma de
decisiones, la neutralidad y el conformismo. Éste es
frío y se vuelve más vulnerable e indefenso por la
carencia de valores.
Está perdido y desorientado. No vive la felicidad ni la
alegría. Por el contrario, sólo le importan el
placer y el bienestar inmediatos. No puede preocuparse por el
futuro debido a que está desesperanzado y a que no siente
que pueda aportar un cambio en el
devenir de los acontecimientos.
El sistema neoliberal está creando sujetos
individualistas, consumistas y con tendencias a caer en la
imitación. Con ello, lo que se va a conseguir es que la
sociedad se mantenga entretenida en otros asuntos y de tal manera
no tenga de qué preocuparse, ya que sin una sociedad que
se manifieste, el sistema seguirá reproduciendo sus
estereotipos sociales y sus formas de producción y de
gobierno.
Este modelo imperante necesita, además, que el individuo
no piense (pensamiento
cero), no dude, no discuta sobre las reglas del mercado, sobre el
imperio del mercado, acepte el librecambio como un hecho
(¿afortunado?) de la naturaleza, se
entregue a las verdades que los profetas del capitalismo global
le sirven por los medios de
comunicación día a día (pensamiento
único).
Necesita del individuo consumidor,
sumiso, pastueño, mediocre, despolitizado, desidealizado,
lobotomizado.
Lo más preocupante es que muchas de estas personas se
escudan en la espera del fin del mundo para justificar su
pasividad y que sus esfuerzos son vanos. Pero la Humanidad
aún sobrevivirá largo tiempo. La pregunta es
cómo… y también qué porcentaje
estará próximo al bienestar o a la gran miseria.
Como dijo Albert Camus: "Indudablemente, cada generación
se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin
embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es
quizá mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga.
Heredera de una historia corrupta en la que
se mezclan las revoluciones fracasadas, las técnicas
enloquecidas, los dioses muertos y las ideologías
extenuadas. En la que poderes mediocres, que pueden hoy
destruirlo todo, no saben convencer; en que la inteligencia
se humilla hasta ponerse al servicio del
odio y de la opresión."
Entendemos por exclusión o marginación
social el proceso por el que una sociedad rechaza a unos
determinados individuos, desde la simple indiferencia hasta la
represión y reclusión. También se da el caso
de quienes, por no concordar con los valores y
normas de una
determinada sociedad, se automarginan. Característica
común a todos los grados y tipos de marginación es
la privación o dificultad para la normal
satisfacción de las necesidades secundarias. Este
fenómeno se puede producir ya sea por seguir los ideales
de la comunidad o bien
cuando la sociedad responde a los intereses de un grupo
minoritario poderoso.
Es interesante mencionar que, como dicho anteriormente, la
exclusión social es un proceso, no una condición.
Por lo tanto sus fronteras cambian, y quién es excluido o
incluido puede variar con el tiempo, dependiendo de la educación, las
características demográficas, los prejuicios
sociales, las prácticas empresariales y las políticas
públicas.
Es importante distinguir otra clase de marginación que no
es la social sino la que acontece entre diferentes países
según estén integrados al mercado mundial o no. A
esta clase de marginación la denominamos
mundial.
Marginación mundial
La principal causa de la marginación mundial es el
neoliberalismo, cuyos efectos se ven agravados por la
globalización económica. No todos los lugares ni
todas las personas están incluidas directamente en ella.
En el caso de los que sí han logrado integrarse, no lo han
hecho todos en igual grado. Algunos indicadores
clave para medir la integración de la economía de
cualquier nación
son las exportaciones y
las importaciones en
términos del porcentaje del PIB, los
flujos de inversión
extranjera directa y de inversión en los mercados
financieros, así como los flujos de pagos por
regalías asociadas a la transferencia de
tecnología.
La mayoría de la población y la mayoría de
los territorios están excluidos, desconectados, ya sea
como productores o como consumidores, o como ambos. La
flexibilidad de esta economía global permite que el
sistema en general conecte todo lo que sea valioso de acuerdo con
los valores e intereses dominantes, en tanto que se desconecta
todo lo que no sea valioso, o que haya llegado a devaluarse. Esta
capacidad simultánea para incluir y excluir a las
personas, los territorios y las actividades caracteriza a la
nueva economía mundial tal como está
constituida.
El Programa de
las Naciones Unidas
para el Desarrollo que,
mientras la integración global está avanzando a
gran velocidad y
con alcance asombroso, la mayoría del mundo no participa
de sus beneficios. Las nuevas reglas de la globalización,
y los actores que las escriben, se centran en la
integración de los mercados
globales, descuidando las necesidades de las personas que los
mercados no pueden resolver. El proceso concentra aún
más el poder y margina a los pobres.
Los problemas de pobreza,
marginación y dislocación social están
ligados no a una falta de creación de riqueza en la
economía global sino a una distribución altamente despareja de
ésta y a la falta de reglas internacionales para lograr
una distribución más justa de los ingresos y la
riqueza.
Es así como es cada vez más evidente la diferencia
entre los países desarrollados y los subdesarrollados o en
vías de desarrollo. El sistema actual, en lugar de
fomentar la igualdad entre
las diversas naciones, profundiza el abismo existente entre las
grandes potencias y el resto del mundo. De esta manera, los ricos
son cada vez más ricos mientras que los pobres tienen cada
vez menos posibilidades de mejorar su situación. Como
expresaron Irma Roy y Eduardo Valdés, ex-diputados
peronistas electos para la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en
el artículo titulado "El trabajo, rehén del
mercado":
"Su mecanismo [el del sistema] conduce a una agravación y
no hacia una atenuación en la disparidad de los niveles de
vida: los pueblos ricos gozan de un rápido crecimiento en
tanto los pobres sólo logran un lento desarrollo."
El caso más claro de este tipo de marginación que
se da entre países es el del continente africano, que no
sólo sufre una exclusión del comercio
internacional y un recorte en la ayuda que se le brinda, sino
que además no posee la capacidad como para salir adelante
por sus propios medios. Carece
de recursos
humanos, infraestructura, espíritu empresarial,
capital y tecnología. La causa primordial del débil
estado en el
que se encuentra África es el colonialismo, proceso del
que aún quedan notorias secuelas. Actualmente, no es ni
siquiera considerada un negocio para las potencias sino que es
directamente ignorada, vista como un caso perdido. Otras causas
son la incompetencia de los gobernantes y la actitud de los
nativos frente a la realidad que atraviesan. El evidente retraso
de este continente respecto del resto del planeta repercute en la
población creando un pesimismo que sacude a todo el
territorio.
Marginación social
Por marginación entendemos el estado en
el que un individuo o grupo social no es considerado parte, o lo
es pero como parte externa, de una determinada sociedad.
Podemos distinguir diferentes tipos de marginación
social:
• La marginación por indiferencia incluye a los
ancianos, minusválidos, subnormales (dementes) e
inválidos. Lo que sucede es que no es la sociedad la que
los rechaza sino que es el mercado el que los margina por ser
improductivos e incapaces de aportar su fuerza de trabajo.
• La marginación por represión de conducta, la cual
abarca a prostitutas, drogadictos, alcohólicos y
delincuentes y la marginación de reclusión por
falta de recursos, formada
por vagabundos y mendigos. En estos casos, la sociedad los
margina debido a que presentan una actitud desviada, incompatible
con los ideales morales de la comunidad.
• La automarginación, encarnada por los hippies de
los años 60, revolucionarios e intelectuales, quienes no
comparten las ideas imperantes en su entorno y buscan la manera
de satisfacer sus necesidades sin involucrarse en el circuito
productivo-mercantil.
La exclusión social, sea debida a cualquiera de sus
posibles orígenes, produce siempre en quienes la padecen
una pérdida o una lesión del disfrute de los
derechos
fundamentales que como personas les corresponden. La
exclusión marca la frontera
entre quienes gozan en plenitud de sus derechos y quienes se ven
privados de una parte de ellos, con menoscabo de sus capacidades
de desarrollo como personas, agravio de su dignidad y, con
frecuencia, peligro de su propia vida. Vuelve a la gente incapaz
de insertarse o reinsertarse en el circuito económico;
esta imposibilidad de reinserción lleva a un proceso de
"descalificación social" y a la pérdida de una
"ciudadanía activa".
Es claro que toda exclusión es una injusticia. No hay
exclusión que pueda proceder del ejercicio de la justicia,
cuando lo que produce es el daño de la persona, su
destrucción física, psicológica o moral.
Pobreza
La pobreza se hace notar:
- En la carencia que sufre una persona/hogar por la
falta de bienes y servicios considerados indispensables para
cubrir las necesidades vitales: vivienda y todo lo que comporta
el alojamiento, vestimenta, alimentación,
protección sanitaria, formación (escolar,
profesional, universitaria), etc. - En el grado de incapacidad para participar en todos
los aspectos de la vida (social, cultural, cívica,
profesional), así como en la imposibilidad de
comunicarse.
En los años 80, los conceptos y las medidas de la
pobreza adquieren una nueva entidad, debido a la magnitud que
ésta llega a tener en el nuevo régimen de
acumulación. A la pobreza estructural que ya estaba
presente en el mundo (originada por una mala distribución
de la riqueza) se le agregan los ‘nuevos pobres’,
producto de los ajustes y de la desarticulación
generalizada de las nuevas economías. Éstos
incluyen a los sectores de clase media, jubilados, docentes,
trabajadores fabriles, que ven cómo sus condiciones de
vida elementales se van deteriorando significativamente.
Con la desaparición de la clase media, el abismo entre
pobres y ricos se profundiza y quien se encuentra entre los mejor
pagados quiere tener cada vez menos en común con los
estratos inferiores. La cohesión social está
desapareciendo, ahora lo que se propone es la vuelta de las
élites. La nueva norma es el encapsulamiento de los ricos.
Por ejemplo, en Brasil y Japón
se construyen barrios cerrados bien custodiados a manera de
ghettos para separar a los más ricos de la realidad social
de su propio país. En lugar de ser los criminales los que
están entre rejas, ahora son los ricos.
Es imprescindible mencionar que la pobreza tiene serios efectos
sobre las personas. La impotencia que sienten ante la
imposibilidad de modificar su situación se traduce en
menosprecio propio, menosprecio del país, depresión
anímica y social, violencia y
quebrantamiento de la ley.
Además, provoca el resentimiento hacia los que tienen,
refuerza el racismo y mata la
sensibilidad humana.
Hambruna
El hambre es la manifestación más extrema de una
situación social y de condiciones de vida que empeoran y
hacen estragos entre los sectores populares. Es también el
resultado del modelo económico netamente neoconservador
implementado alrededor del mundo. El hambre existe no por falta
de alimentos (no
existe una relación estrecha entre producción
global de alimentos y hambre) sino porque importantes estratos de
la población no pueden acceder o no tienen la capacidad de
adquirir los alimentos necesarios. Esto tiene que ver en gran
parte con la desocupación presente y con el modelo
económico en el que vivimos, el cual tiende a marginar a
vastos sectores de la comunidad de los frutos del progreso
técnico, por basarse en un régimen de
acumulación.
La situación actual es alarmante. Algunas estadísticas que ilustran el estado del
mundo globalizado son:
• 1,000 millones de seres humanos están mal
alimentados y padecen enfermedades.
• 100 mil personas agonizan diariamente de hambre en el
mundo.
• Cada 2 segundos muere un niño por falta de
alimentos.
• "… una quinta parte de la población del mundo en
desarrollo se acuesta todos los días con hambre, una
cuarta parte no tiene acceso ni tan siquiera a una necesidad tan
básica como el agua
potable, y una tercera se halla en situación de pobreza
abyecta -viviendo una existencia humana tal que faltan las
palabras para describirla." (Informe sobre
Desarrollo
Humano 1994, p.2)
• A escala mundial,
la quinta parte más rica de la población mundial
consume el 45% de toda la carne y el pescado, y la quinta parte
más pobre, el 5%.
El hambre seguirá existiendo en la medida en que el
sistema económico siga siendo excluyente, marginando a
sectores de la comunidad.
Es previsible que el rumbo actual no se puede mantener mucho
tiempo. La ciega adaptación al mercado mundial lleva a las
sociedades a la disgregación, dado que los mercados y las
multinacionales no saben qué respuesta dar a la fuerza
destructiva que emana de la radicalización de una
minoría creciente de desplazados y personas
marginadas.
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