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Licenciatura De Enfermería




Enviado por obicetempestad



     

    Indice
    1.
    Introducción.

    2. Superando
    complejos.

    3. Encendiendo luces / incendiando
    oscuridades.

    4. Cuestiones Candentes
    I

    5. Cuestiones Candentes
    II

    6. Cuestiones Candentes
    III

    7. Conclusión

    1. Introducción.

    ¿Qué es la Enfermería? ¿Qué
    debería ser la Licenciatura en Enfermería?
    Llegar a una definición de la Enfermería en
    España,
    cuando se plantea todavía su constitución curricular, no es
    fácil. Intentar hacerlo es desafiante.
    No es una ciencia,
    tampoco es un compendio de opiniones, de saberes, ni siquiera de
    conocimientos disciplinares. La Enfermería no es una
    actitud o un
    rol a jugar en un determinado ámbito, no es el colgajo
    vergonzante que cumple funciones
    delegadas de otras profesiones. Nada de eso es, exclusivamente,
    esta antigua profesión. Al menos nada de eso
    debería admitir ser.
    La Enfermería constituye un sistema que
    implica lo anterior, pero que no obvia su necesaria referencia en
    la práctica desde una óptica
    determinada. Es decir, constituye un conjunto de conocimientos
    epistémicos (con la validez de cualquier otra disciplina
    universitaria) y una práctica dirigida desde una mirada
    particular: Un saber que se hace, una actividad que se gesta
    intelectivamente.
    En este mundo nuestro en el que la Verdad se encuentra tan
    devaluada. En un ámbito en el que la tolerancia,
    vivida desde las categorías de la indiferencia, hace
    complicado dar definiciones universales parece que nadie desea
    lanzarse a dar una definición explícita de la
    Enfermería. Se queda en la urdimbre de lo accesorio antes
    que enmarañarse en la raíz cierta de la
    Enfermería: Se habla del rol de Enfermería, de sus
    funciones, de los modelos en los
    que puede apoyarse; se internan los manuales en
    concepciones subordinadas a modelos de Enfermería
    específicos (según Peplau, Orlando, Levine, Rogers,
    Johnson, Orem, King, Roy, etc…) Y quedamos en ello en una
    tipología que adolece de un centro universal de qué
    es la Enfermería.
    Afortunadamente los objetivos de
    este trabajo me obligan a dejar este asunto irresuelto, aunque se
    pueden intuir algunas de mis conclusiones al respecto. La
    razón es que vamos a situar a la profesión y esto
    es ya abrirse a la posibilidad de una definición
    explícita. Los veremos.
    Al pie de este callejón (con salidas, siempre las
    ahí aquende la muerte)
    respirando los sinsabores de una consideración del
    paciente como ser bio-psico-social se nos ofrece hoy la
    posibilidad, por vez primera, de convertir la Enfermería
    en una Licenciatura. Desgraciadamente, como veremos, nos dejan
    ser licenciados, pero no licenciados en Enfermería. Es una
    triste paradoja que encierra aquello de remendar un roto con un
    descosido. Pues, ¿es la Enfermería una "ciencia de
    la salud"?
    ¿es la enfermería una ciencia humana?
    ¿cuál ha de ser el trabajo del
    enfermero? ¿Adónde dirige sus cuidados? ¿por
    qué la Enfermería ha de entrar en consideraciones
    filosóficas e incluso en la raigambre de la
    diferenciación entra causa y motivación?
    Estas y otras preguntas nos guiarán en nuestro desarrollo.
    Resumamos lo dicho:
    1)La Enfermería es, formalmente, un saber que se hace
    práctica con una determinada óptica.
    2)En cuanto a contenidos, su definición es, cuanto menos,
    compleja de aprehender.
    3)El tipo de saber que es y el tipo de saber que debería
    constituir son las premisas ineludibles para constituir la
    Licenciatura de Enfermería. No se trata de intentar
    acceder A TODA COSTA a la licenciatura, sino de conseguir
    desarrollar nuestra profesión para promover unos mejores
    cuidados al paciente.
    4)La estipulación del sitio de la Enfermería en
    nuestra sociedad unido a
    los vericuetos que exigen su ampliación de conocimientos
    (es decir, la posibilidad de crear la Licenciatura) de be ser el
    motor que nos
    conduzca por las implicaturas de una Licenciatura en Ciencias de la
    Salud como opuesta a lo que enfermería está
    luchando en el ámbito administrativo y legal.

    2. Superando
    complejos.

    Cuando entré en primero en la Escuela
    Universitaria de Enfermería una desazón calcinaba
    desde el primer momento mi ánimo. Me dio la
    impresión de que se establecía una especie de
    complejo de inferioridad en la carrera con respecto a su hermano
    mayor, el ilustre médico: Si ellos tenían cinco
    horas de prácticas nosotros diez, si ellos diez nosotros
    veinte, si ellos tenían sus estudios específicos a
    nosotros nos machacaban el papel
    independiente del paciente, el de dependencia quedaba orillado.
    Lo relevante era ser Enfermero, desligado del médico, con
    funciones PROPIAS. Las valoraciones de enfermería eran
    prodigadas entre clase y clase, y por supuesto en medio de
    ellas.
    Enfermería había dejado de ser dependiente de los
    médicos, ya no éramos auxiliares de lo
    médicos sino profesionales sanitarios en igualdad de
    condiciones con ellos. En algunas clases, y más en algunos
    profesionales que conocí restalló, en alguna
    ocasión, aquello de que el paciente no es del
    médico, sino MÍO (la gravedad de la estupidez que
    jalona todos los estratos de la vida). Sin duda alguna constituye
    estas posturas un claro atisbo de un sentimiento de inferioridad
    de algunas personas, no de la profesión ni de todos los
    profesionales, de tener que vocear que la Enfermería ha
    claudicado en su papel de "sierva" de la Medicina.
    Aún recuerdo un funesto episodio en segundo…
    dejémoslo, la Enfermería no debe ser tolerante con
    la medianía de casos particulares.
    El paciente no es de nadie: Nadie puede decirte que para hablar
    con un ingresado TIENES que hablar antes con su enfermera y
    obviar la opinión del médico. No, señora. Es
    necesario hablar con los profesionales que estén a su
    cuidado. Según el problema a tratar será más
    conveniente dirigirse a uno u a otro profesional. Porque la
    respuesta define SIEMPRE su contenido por la pregunta. No
    entiende de cargos ni de complejos. Por eso, el paciente no es
    una pertenencia, sino una persona.
    Espero que estas situaciones terminen para siempre.
    ¿Cómo? Teniendo claras las funciones de la
    Enfermería y su delimitación específica.
    Creo que, a veces, todo esto no es sino fruto de una falta de
    formación y análisis pausado de lo que se está
    haciendo, o de A QUIÉN se le está ofreciendo un
    servicio
    público o privado.
    La Medicina y la Enfermería comparten un mismo objeto
    (sujeto, lo matizamos más tarde), sin embargo sus
    ópticas son distintas.
    Y ¿cuáles son éstas
    perspectivas diferenciadas?

    3. Encendiendo luces / incendiando
    oscuridades.

    La selección
    epistemológica de la Enfermería y la Medicina.
    Un apunte inicial.
    La Enfermería, como ciencia, es la parte intelectiva que
    vehicula la práctica de la profesión. Es una de las
    dos cargas que contrapesa la balanza de nuestra labor.
    La ciencia
    enfermera depende del objeto que analiza así como de la
    perspectiva desde la que analiza al objeto: Una manzana
    será estudiada por un especialista en nutrición desde sus
    cualidades nutritivas, por un metafísico desde la
    consideración de su verdad de existencia, y por un artista
    desde las posibilidades creativas que le sugieren. En los tres
    casos el objeto es el mismo. ¿Qué cambia? La
    óptica.
    La ciencia enfermera, traza sus fronteras desde la forma
    específica de ver a ese objeto. Desde ahí hace su
    selección epistemológica. Fragua, así, el
    lado de la teoría
    en que se va a posicionar para conocer.
    El
    conocimiento humano, dice el profesor Queraltó Moreno,
    es indefinido. No por ello es infinito. Esto provoca que cada
    cual ha de estudiar la realidad, el objeto científico,
    desde una perspectiva específica. Nadie puede llegar a un
    conocimiento
    absoluto sobre su objeto y es por ello que el conocimiento humano
    se configura para que cada disciplina posea un acceso
    específico al objeto. Esto configura la selección
    epistemológica de cada ciencia particular. También
    la Enfermería tiene la suya.
    ¿Y dónde lo hace?, ¿qué quiere
    conocer la Enfermería? Al paciente, o mejor al ser humano
    en tanto en cuanto persona que adolece de una enfermedad o es
    proclive a padecerla.
    Si comparamos lo anterior con la Medicina, podemos columbrar dos
    visiones:
    1)La reducción epistémica de la Medicina nos
    conduce a un organismo humano que es un compendio
    biológico en interacción con el medio. Esta
    relación lo puede llevar a padecer una serie de enfermedades. EL
    médico mediante una metodología diagnóstica define
    qué es lo que no funciona bien y promueve una
    curación (En general mediante química) del
    desarreglo. El ser humano es entendido como pura biología a curar.
    2)Para la enfermería el ser humano es una entidad que
    comprende lo biológico, lo psicológico y lo social.
    Como me enseñaron en la carrera es un ser
    bio-psico-social. Esta sería la reducción de la
    Enfermería. Por el momento…

    Concluimos:
    – Ninguna de las dos concepciones es completa, ninguna llega al
    objeto por completo.
    – Realmente no se busca llegar a este conocimiento total. Ambas
    disciplinas cumplirán su papel si cumplen los fines
    teóricos y pragmáticos que le son encomendados
    desde sus propias perspectivas.
    – La definición de los fines de las disciplinas no implica
    jerarquización alguna. La mediocridad estará no en
    la valoración de los objetivos, sino en el incumplimiento
    de los fines perseguidos. Así, un enfermero que intentase
    llevar a cabo una operación sería un mal enfermero,
    aparte de probablemente un criminal. Igualmente un médico
    que buscase realizar un plan de cuidados
    de un paciente no estaría cumpliendo su misión y
    sería objeto de apertura de expediente disciplinario.
    El único problema que veo aquí es el reduccionismo
    de la Enfermería en la consideración del paciente.
    Quizá halla de criticarse lo mismo en Medicina, en
    cualquier caso no soy médico y no me considero con
    suficientes conocimientos para decir lo propio en aquesta
    disciplina.
    Veamos la razón de esta reflexión.

    4. Cuestiones Candentes
    I

    Persona Quejosa, Herida Dolorosa
    Todo aquello que hable de ciencia en el mundo del conocimiento
    nos remite inexorablemente a la necesidad de un objeto que la
    respalde: El objeto científico. La ciencia tiene como
    misión quedarse en su propia selección y
    perspectiva epistemológica y, desde allí, definir
    qué esta viendo. Como vimos la manzana no es la misma para
    el artista, que para el especialista en nutrición o el
    metafísico. Ni siquiera para nosotros que, probablemente,
    la veamos como elemento que clama un "¡cómeme!"
    hacia las tres de la tarde.
    Ahora bien. La ciencia queda ahí. En la
    consideración OBJETUAL de la manzana. Cuando se opera a un
    paciente se le tapa totalmente para obviar su carácter
    de personalidad.
    No interesa que el paciente se queje (¡qué
    desbarajuste en el quirófano si ocurriese esto!).
    Simplemente es algo que ha de responder conforme a una serie de
    parámetros fisiológicos, anatómicos,
    bioquímicos, etc…
    La estulticia asola a aquellos enfermeros que crean que su
    misión es parecida a esta: hacer cuatro curas por la
    mañana, entregar ocho medicamentos y revisar que los
    auxiliares cubran las necesidades de lavado del paciente u
    semejantes de su cuerpo. Esa fue la misión de los A.T.S.
    Eran Auxiliares Técnicos Sanitarios. Es decir unos
    técnicos y por lo tanto nadie debería criticarles
    que no se "ocupen de sus pacientes". El A.T.S. no ha de ocuparse
    del paciente sino de lo que le pasa al organismo del paciente.
    Son una especie de extensión de las funciones del
    médico. Ellos no tienen que asumir la búsqueda de
    una selección epistemológica. Sólo ayudar
    técnicamente al médico.
    Ahora bien, cuando la Enfermería aparece como disciplina,
    ha de recorrer el camino de sus compañeras. Antes de
    buscar una licenciatura debe tener establecido el tipo de
    licenciatura que gestará y el por qué de la misma.
    Si una vez concedida la Licenciatura en Enfermería, una
    Escuela Universitaria no se pone en funcionamiento con un
    programa de
    formación resulta extraño. Quizá se buscase
    la Licenciatura, pero no la profundización y
    ampliación de la misma enfermería. Es decir buscar
    prestigio antes que conocimiento.
    ¿Por qué la Enfermería ha de hacerse
    universitaria en 1977? Porque nos enfrentamos a un nuevo orden
    global que requiere un cambio. El
    paciente quiere que se le cuide a él y no a su enfermedad.
    Esto requirió una nueva figura social que antes no
    existía: la figura del Enfermero.En nuestros Hospitales y
    Centros de Salud esto se hace patente ante el "¡ay!" de la
    persona que estamos curando, o ante las lágrimas del
    niñito que no quiere vacunarse, las manos que se aferran a
    las sábanas en un aborto de una
    joven adolescente o la violencia de
    un padre que, lejos de preocuparse de que ha perdido un brazo en
    un accidente, tiene grabado en su semblante la lobreguez de la
    muerte del
    hijo que le acompañaba. La realidad se impone, dicen.
    Aquí no hay la menor duda.
    Por eso la Enfermería no es meramente una ciencia pura.
    Porque unirse a la ciencia enfermera es alejarnos del hombre como
    sujeto y reducirlo a carne, a reacciones fisiológicas, a
    química. Es estudiar al hombre como un OBJETO.
    Solo bajo la consideración nueva de la ciencia es posible
    llamar a la Enfermería ciencia. ¿Cuál es la
    novedad?
    En el pasado una ciencia se definió por su carácter
    experimental y matematización de la realidad. Estos dos
    carácteres son superados en la actualidad por la
    objetividad y el rigor. Así es posible hacer una ciencia
    del ser humano sin reducirlo a objeto. Nosotros para distinguir
    los dos estadios de la ciencia, hablaremos de ciencia para
    referirnos a la ciencia en el sentido clásico y de
    disciplina para referirnos a la ciencia en el sentido más
    actual.
    La Enfermería no ha de litigar con nadie. Ha de ser seria
    en su propio cometido. Ella misma ha de ser su propio
    límite. Responder a aquello para lo que fue fabricada y
    aportar su trabajo a un asunto que compete a todos los
    profesionales enfermeros. Trabajas con personas de las que no ha
    de sentirse diosa y dueña. Ha de asentarse en la
    consideración subjetiva del paciente. Si falla en su
    cometido, la curación no será factible, o al menos
    trocará la evolución del paciente en un trayecto
    amargo que postergará, socialmente, insatisfacción
    y suspicacias en el sistema sanitario.
    Desde aquí, entendemos que ese lamento enfermero de que
    "los pacientes no se quejan delante del médico sino
    que esperan a que salga para soltar imprecaciones de dolor frente
    a los enfermeros" deberíamos entenderlo como que el
    sistema está funcionado. La queja pertenece al campo de
    trabajo del enfermero. El dolor sólo él es función
    del médico. El enfermo sí comprende la
    función de la enfermera: él es persona para
    nosotros, para el médico es suficiente con quedar
    manifiesta su parte biológica.
    Permítanme ser gráfico con un ejemplo final.
    Partamos de que el médico se enfrenta a un ORGANISMO con
    una serie de REACCIONES y el enfermero a una PERSONA con una
    serie de RESPUESTAS. Ahora piensen un instante: ¿Han visto
    alguna vez a un filete de ternera quejarse cuando van a
    pincharlo? Yo no. A lo sumo sangrará y entonces lo
    pasaremos otra vez por la sartén para que no vuelva a
    suceder. Esto es lo que hace el médico. Y es que no tiene
    que hacer otra cosa.
    Con todo esto ponemos de manifiesto la responsabilidad tan grande que posee el enfermero
    en su forma de acometer su labor. Por eso sí que voceo que
    esto es demasiado importante para que pueda responsabilizarse de
    él a alguien que estudia tres añitos en una Escuela
    Universitaria. Entender una garganta que gime no es tan
    fácil, pregúnteselo a los psicólogos. Darle
    una respuesta no es algo que se pueda aprender jamás en
    guías o listas protocolizadas. Ir lo mejor pertrechados
    que podamos cuando se plantee la situación es lo que
    podemos hacer. Ofrecernos los medios
    adecuados es lo que está obligada a hacer una
    formación que se presume universitaria.
    ¿Adónde me dirijo? A las fauces del dragón.
    A la Licenciatura, claro. Eso sí, Licenciatura en
    Enfermería. A una Licenciatura que entienda lo que
    significa el paciente como persona, como sujeto y no como
    objeto.
    La Licenciatura en Ciencias de la Salud es una regresión.
    El diplomado de Enfermería está ya suficientemente
    preparado con los conocimientos científicos
    (objetualistas) que recibe en un primer ciclo. Lo que hace falta
    es salir de ellos y usarlos PARA un sujeto. Porque ahí
    sí que hay un elemento sobre el que hemos de trabajar. El
    fin de la Médico-Quirúrgica no hunde su sentido en
    sí mismo, sino en la recursividad de ponerse en
    acción para un paciente QUE ES PERSONA. Y lo mismo
    habrá de decirse de una fisiología, una anatomía, una
    psicología
    social, etc…
    Licenciatura, por supuesto. Pero, Licenciatura en
    Enfermería.

    5. Cuestiones Candentes
    II

    Mas allá del ser bio-psico-social
    Haber superado la etapa biologicista en la Enfermería ha
    sido todo un logro. Permanecer en una definición del ser
    humano como ser bio-psico-social es quedar a medio camino. El ser
    humano, desde la Enfermería es PERSONA. Y me temo que esto
    es mucho más amplio que los tres adjetivos que, con
    esfuerzo, hemos alcanzado.
    Cuando hablamos de Persona nos referimos a un sustantivo, cuando
    decimos ser bio-psico-social estamos sustantivizando tres
    adjetivos. La diferencia es profunda créanme.
    Sí, se van haciendo progresos. Cada vez se descubren
    más dimensiones en el paciente, sin embargo lo primordial
    es reconocer las definiciones como medio, no como fin absoluto.
    No es bueno apostar por una consideración del paciente
    como ser bio-psico-social como algo cerrado y definitivo. Es
    más, hoy existe un aparataje suficiente para superar tal
    consideración. Solo hace falta que se ponga en marcha.
    La Enfermería hoy no es una profesión que ayuda a
    ser independiente, no es algo que suple o que asiste y
    actúa como agente de autonomía asistida. No, la
    Enfermería hoy es la que gesta el HACER PERSONA a un
    individuo en unas determinadas condiciones específicas (la
    enfermedad o la susceptibilidad de padecerla). Como pueden intuir
    esta definición incluye lo anterior pero le añade
    un plus. ¿Es posible negar esto en el futuro? Mi cabeza
    asiente. Lo admito, es posible ascender en la balaustrada que nos
    haga ser hombres. No debería hablarse de proyecto nunca
    sino de proyectualidad. Ahora bien, esto exige que el hoy se
    afirme como un escalón hacia una cumbre en la que queda
    reverberando el Sol con las
    letras del mediodía de PERSONA o algo que la englobe y se
    acerque más a lo que somos humanamente hablando.
    Así, la Enfermería (hoy) es un SABER APLICADO
    ubicado en las inmediaciones de una PERSONA enferma o susceptible
    de estarlo. La psicología, la
    sociología, la antropología y la filosofía
    ayudarán a avanzar en nuestra gesta. Es más, en los
    abriles de nuestra intención debe esbozarse siempre la
    primavera de las humanidades. Acariciar las fragancias de los
    despertares de este nuevo saber que recupera nuestra sociedad. En
    resumidas cuentas, apelar a
    un concepto mucho
    más amplio que la reducción de lo que es una
    ciencia y estigmatizando el reduccionismo que nos fustiga el ser
    una Ciencia de la Salud.
    Me parece absurdo infantilizar a la Enfermería con aquel
    tipo de Licenciatura. Ahondar en el conocimiento biologicista,
    que impone la necesaria referencia objetual y objetiva del
    paciente, no es lo que necesitamos los enfermeros. No quiero
    saber qué microorganismo es el que oportunístamente
    se mete en la piel de mi
    paciente, o cual es su mecanismo de acción. No, eso ya me
    lo enseñaron en Microbiología. Lo que quiero es comprender
    su mirada consternada y eso no es nada fácil.
    De lo que estoy seguro de que la
    mediación tecnologicista y cientificista no son la
    solución para una mayor comprensión de mi
    "objeto-subjetivo". Es solo seguir teniendo celos de los
    atributos masculinos del hermano médico… y lo que es
    más patético, seguir con oídos sordos al
    dolor del paciente. Faltarnos a nosotros, a nuestro ser, a
    nuestra ética, por
    celos…
    Elevarse a este ámbito de la mirada, del tú, es
    algo que sigue estudiando el personalismo y les aseguro que
    llegar a
    conclusiones particulares no es fácil. Ahora bien, todo se
    enmaraña más si nos regalan una carrera regada de
    florilegios cientificistas.
    La Enfermería es una carrera que se encarga de las
    respuestas humanas, no de las respuestas del cuerpo humano.
    Es la
    carrera de la queja. Para entenderla lo mejor es preguntar al
    paciente.
    ¿Saben qué? Yo no curo heridas, acompaño a
    personas hacia su curación. Yo no doy pastillitas y
    medicamentos, escucho a mis pacientes los valoro y actúo
    en consecuencia. Yo no soy un "pone-inyecciones" sino alguien que
    quiere dar respuesta a la angustia prequirúrgica que asola
    a mi paciente. Las heridas no se quejan, solo sangran y supuran,
    la persona es la que articula el llanto. Y esto último, de
    verdad que sí, se los puedo jurar.

    6. Cuestiones Candentes
    III

    Entre CAUSA y MOTIVO
    No podemos acabar aquí sin fundamentar todo lo dicho de
    alguna forma. Sería muy fácil terminar con juicios
    que no se detuviesen en un análisis de las razones que
    subrepticiamente se deslizan por todo esto.
    Miren ustedes, el ser humano, desde el mismo momento en que lo
    podemos localizar en su humanidad es libre.
    Esto quiere decir que inferir las RESPUESTAS a sus actos no es
    objeto más que probabilísticamente de algunas
    ciencias. Se puede SUPONER cómo va a reaccionar un
    paciente. En todo caso jamás se SABE cómo va a
    reaccionar un paciente. El umbral del dolor, las condiciones
    sociológicas, psicológicas, relacionales e incluso
    lo que se entienda en una época y cultura por
    educación,
    por queja y por dolor van a modificar las pautas de respuesta de
    nuestro paciente.
    La causa es la ya aducida al principio. El hombre
    muestra un
    rango de libertad que
    no se da en los animales.
    Éstos se mueves por estímulo-respuesta. Por eso en
    ocasiones es más fácil educar a un perrito que a un
    niño pequeño. Por esta razón es más
    cómodo dedicarse a curar una herida que interesarse por
    el estado
    emocional de un paciente.
    La sutileza que cimenta la libertad nos obliga a establecer una
    diferencia entre causa y motivación. La causa de que una
    herida no se cierre puede ser a que halla un rozamiento
    inobservado con una sábana, la causa de que una enfermedad
    no se cure puede estar en que los niveles de linfocitos en la
    sangre
    estén muy reducidos, etc… Las soluciones son
    fáciles en general en este ámbito. La persona no
    suele llorar porque halla una causa que se lo provoque sino
    porque tiene MOTIVOS para hacerlos. Tratar los motivos no es tan
    fácil.
    El ámbito de la medicina se vincula más con las
    causas. Por ejemplo, un paciente se presenta con un problema de
    lagrimeo recurrente por una malformación congénita
    debería ser derivado a un médico por que existe una
    CAUSA que se lo provoca. Si descubrimos que llora porque se le ha
    muerto su esposa e intentamos operarle los lacrimales (o lo que
    es mucho más común darle un ansiolítico) es
    como matar mosquitos a cañonazos. Resulta evidente que en
    el segundo caso lo que el paciente tiene son MOTIVOS para llorar.
    Y un motivo no desaparece con una intervención
    quirúrgica o con una pastilla.
    Esta diferencia nos puede llevar a errar a la hora de encarar un
    problema si confundimos causa y motivación. No es que en
    el ser humano no aparezcan causas de determinados efectos, sin
    embargo las motivaciones pertenecen más al ámbito
    que le interesa a la enfermería, el de la persona.
    Por eso ha de poseer enfermería conocimientos de
    Anatomía, Fisiología, Biología,
    Microbiología. A veces porque habrá de
    solventarlos, en otros momentos porque habrá de
    diagnosticarlos y derivarlos y por último en última
    instancia porque pueden estar interfiriendo en generar una
    motivación.
    Por tanto, la
    motivación es la que se ubica en el final del interés
    del enfermero. Ser conscientes de ello es un acto de agudeza
    visual. Igual que no es mi bolígrafo el que escribe sino
    que soy yo el que escribo a través del bolígrafo,
    no es la causa la que hace que me queje, sino que soy yo el que
    me quejo porque tengo MOTIVOS para hacerlo.
    Finalizando en este punto resumamos las condiciones infinitas a
    dónde llegamos:

    1. Estudiar al hombre en base a motivos en lugar de a
      causas nos devuelve al mundo de la persona. Igualmente, nos
      aleja del peligro de considerar exclusivamente la parte
      biológica del hombre.
    2. Esto supone una redefinición de la
      Enfermería. Lejos de buscar diferenciarse o presentar
      celos de la Medicina, se abre a su verdadero
      objeto.
    3. De este modo gana el paciente. Cubriendo por ello la
      función social que le demanda hoy
      la sociedad: S
    4. Si la causa está dentro de un marco más
      biologicista, la enfermería busca lo humano en su
      paciente. Así, se reitera la necesidad de entenderse la
      enfermería como una disciplina humana.
    5. Queda fuera de discusión que Enfermería
      busque, en fidelidad a sí misma, una licenciatura en
      Ciencias de la Salud. Aceptarla es violentarse a sí
      misma, sus objetivos y su ser más íntimo.
      Asumirla es dejar desprotegido la queja del paciente, de la que
      nadie debería de ocuparse.
    6. Por lo tanto, proponer una Licenciatura en Ciencias
      de la Salud para Enfermería es desoír al
      paciente. Es desatender una sanidad abatida por la falta de un
      profesional que venga a cumplir este hueco.
    7. Proponer una Licenciatura en Ciencias de la Salud es
      claudicar ante una ciencia que cada vez es más
      tecno-ciencia. Es rendirse ante un mundo que objetiviza en
      lugar de proyectarse a una sanidad que atienda más al
      paciente como sujeto libre.
    8. Creo que una Licenciatura en Ciencias de la Salud no
      es una solución democrática que no nos debe dejar
      indiferentes. El principio de la dominación es la
      renuncia a escuchar la queja ajena como algo real. Y esto, me
      parece que es demasiado grave para nuestro ser de
      Enfermeros.
    9. Por eso una Licenciatura sí. Pero sólo
      si es Licenciatura en Enfermería.

    7.
    Conclusión

    Asaeteando la mediocridad
    Decía una profesora de la Escuela que "su opción
    personal no es
    la mediocridad", sirvan este artículo para unirme a ella.
    La mía tampoco, Concha.
    Si Enfermería pide una mayor formación no ha de
    confundir los términos. Yo no envidio los atributos
    sexuales de nadie. Solo lo hace quien acepta ser licenciado sin
    medir sus consecuencias. Aceptar la Licenciatura en Ciencias de
    la Salud no supone sino equipararse académicamente y
    lograr una estima social semejante con una titulación
    médica.
    Si Enfermería lucha por una ostentación antes que
    detenerse en la necesidad de una formación enfocada a su
    particular trato con el paciente me parece deplorable. Porque es
    entonces cuando hemos perdido el rumbo. Cuando sucumbimos en un
    piélago que nos devasta en la búsqueda de honores
    en lugar de plantarnos en la consecución de nuestros
    objetivos como enfermeros.
    La Licenciatura debe ser un añadido que nos ayude en una
    mayor formación en la línea ya sugerida. Debe ser
    un recurso de mayoría de edad. No de emancipación
    de la Medicina, sino salida de la casa de lo biológico
    para reencontrarnos con el paciente en su realidad más
    íntima. La mediocridad pasa por buscar honores antes que
    la Verdad de nuestra profesión.
    Yo soy enfermero y, discúlpenme, lo que hagan los
    médicos me trae sin cuidado. Espero que lo hagan lo mejor
    posible por el bien del paciente. Yo soy Enfermero y, no quiero
    ser médico, menos un especialista en Ciencias de la Salud.
    No me llenaría esa forma de ver la realidad, no la
    elegiría hoy por lo menos.
    Zapatero a tus zapatos, rezaba el aforismo. Pues eso: A enlustrar
    los nuestros y no a remendar los de los otros. EL paciente
    está al otro lado de la puerta y creo que se está
    quejando…
    "La opción fundamental de mi existencia no es la
    mediocridad"
    Concha García, Enfermera

     

     

     

     

    Autor:

    José Barrientos Rastrojo,
    D.U.E.

    En mi currículum es destacable lo siguiente:
    Diplomatura en Enfermería en la EE.UU.CC.SS de Sevilla
    1998-2001
    Publicaciones en ECCUS, Cuadernos de la aldea, la revista el
    bolígrafo,
    Sitz im Leben,…
    Comunicación que presentaré en Abril
    en el Congreso de Filosofía "Pensar
    el Tiempo, Tiempo
    de Pensar".
    Participaciones en el programa de televisión
    "Las Mil y una Noches".

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