Si bien la filosofía gadameriana es
difícil de sistematizar en tanto que no brinda respuestas
definitivas, es posible de realizar y pasible de ejecutar la
dilucidación de un abánico de generalidades que
permitan -utilizando un término propio del autor en
cuestión-, una "fusión de
horizontes" con respecto a su propuesta. Es así que a
título de comienzo podemos indicar que entabla un debate contra
el cientificismo, a través del cual lucha contra el
positivismo
ingenuo (y por que no también, ingenuo positivismo). Este
debate se sustenta sobre una serie de pilares tales como: el
fenómeno de la comprensión como modo de ser en el
mundo y en la historia; el carácter
irreductiblemente lingüístico de nuestra
relación con el mundo y con los demás; la conciencia de la
fínitud tanto de la voluntad como de la
comprensión.
Pero, ¿cuál es su propuesta?. Gadamer
intenta rescatar un modo de saber moral
aristotélico, un "¡¿qué hacer con
nuestras vidas!?". También busca una recuperación
del diálogo
humano y del debate público sobre diferentes
cuestiones, es decir, intenta recuperar el juicio reflexivo. En
este orden de cosas se busca rescatar un saber
pre-científico entendiendo éste como un determinado
saber del hombre que
incluiría la posibilidad de que los hombres hagan ciencia.
Realiza un serio diagnóstico de la situación actual
destacando que la praxis ha sido olvidada. El dominio de la
tecnología, en tanto que "know-how" basado
en la ciencia
("tecnociencia" podríamos decir si se nos permite el
neologismo). Es así que cuanto más crece la
tecnología, más decrece el ejercicio del juicio
propio del hombre en tanto esta dirige todo lo que antes
pertenecía a otros dominios.
En conjunto, la propuesta de este filósofo se
basa en la "filosofía práctica", postulando la
necesidad de salir del contextualismo típico de nuestra
época sin caer en un objetivismo, y de esa manera
ver a qué tipo de universalidad podemos llegar. Como
él mismo afirma, "… no está en cuestión lo
que hacemos ni lo que debiéramos hacer, sino lo que ocurre
con nosotros por encima de nuestro querer y hacer".
(1)
Lo anteriormente expuesto es la mínima gestalt a que
puede llegarse en la realización de una síntesis
de su trabajo. Pero, ¿cómo opera el contenido de su
obra "Verdad y método" en
y para el despliegue de su filosofía?. Dejemos que
él mismo lo explique: "La presente investigación trata del problema
hermeneútico".(2)
"La cuestión que nosotros planteamos intenta
descubrir y hacer consciente algo que la mencionada
disputa metodológica (hace referencia a la disputa
metodológica entre las ciencias del
espíritu y la moderna ciencia natural),
acabó ocultando y desconociendo algo que no supone tanto
limitación o restricción de la ciencia moderna
cuanto un aspecto que le precede y que en parte la hace posible".
(3) (el paréntesis es mío).
De esta manera va a manifestar que la verdad es tanto
ocultación como des-ocultación del logos,
además, en tanto la develamos (a la verdad), se mantiene
una cierta tensión interna, lo que a su vez conlleva a
investigar sobre la capacidad interpretativa generadora de
sentido y la conciencia de la alteridad radical.
El
problema del conocimiento.
Dice Gadamer-. "…la comprensión no es uno de
los modos de comportamiento
del sujeto, sino el modo de ser del propio estar ahí". (4)
"Comprender no quiere decir seguramente tan sólo
apropiarse una opinión trasmitida o reconocer lo
consagrado por la tradición. Heidegger, que es el primero
que cualificó el concepto de la
comprensión como determinación universal del estar
ahí, se refiere con él precisamente al
carácter de proyecto de la
comprensión, esto es, a la "futuridad del estar
ahí". (5)
Teniendo una raíz heideggeriana, la
proposición anterior da cuenta de que el "Dasein" en tanto
que "ser en el mundo" impli
ca una facticidad que no es susceptible ni de fundamento
ni de deducción, sino que va a ser base ontológica
de todo planteamiento fenomenológico.
En este sentido, la experiencia humana en el mundo es
conciencia de finitud y es un irreductible que no necesita
de fundamento por parte de la reflexión. La experiencia
humana en el mundo es la base de toda
reflexión.
Es así que reconoce junto a Heidegger que la
realidad es condición de ser existente, pero
también reconoce que la adecuación
cognoscente-conocido, es decir, entre el que conoce y lo
que es conocido tiene un peculiar modo de ser que es común
a ambos. De este modo, la relación con el mundo no la
comprende ni desde un punto de vista objetivista ni subjetivista;
ni subsumiendo el objeto al sujeto ni el sujeto al
objeto.
Volviendo a la frase del comienzo, podemos afirmar que
en tanto que seres "arrojados" al mundo, nuestro modo de ser en
el mismo implica que este se nos presente como un
obstáculo, una resistencia que
nos obliga a comportarnos como seres que comprendemos, y
comprender no es tan sólo un tipo de actividad propia que
desarrollemos sino que es parte constitutiva de nuestra
existencia.
El mundo en que vivimos, el "lewensfeld" husserliano
-que está pre-dado y que es base para toda praxis-, se nos
presenta así como lo otro que nos enfrenta a nuestra
conciencia de la finitud de la experiencia humana en tanto que
constantemente está poniendo límites
que es necesario trascender, superar. Esta conciencia de la
finitud es el resultado de la experiencia humana en el mundo y es
además, un irreductible del análisis al cual llegamos a través
de la limitación de toda previsión humana. En este
sentido, para Gadamer la conciencia humana es limitada. La
existencia del hombre es entonces el mundo, pero además,
el mundo es un otro que se nos presenta como interpelación
y como obstáculo.
Ahora, ¿cómo se desarrolla para Gadamer el
proceso de la
comprensión en tanto que seres en el mundo enfrentados a
él?. Para él comprender es comprender el proceso de
fusión de horizontes que se da en el dominio de la
tradición, entre personas, entre culturas.
El concepto gadameriano de horizonte refiere al
"…ámbito de visión que abarca y encierra todo lo
que es visible desde un determinado punto". (6) Y qué tipo
de horizonte es: "El horizonte es más bien algo en lo que
hacemos nuestro camino y que hace el camino con nosotros. El
horizonte se desplaza al paso de quien se mueve… Comprender una
tradición requiere sin duda un horizonte
histórico". (7)
"Ganar un horizonte quiere decir siempre aprender a ver
más allá de lo cercano y de lo muy cercano,
no desatenderlo, sino precisamente verlo mejor
integrándolo en un todo más grande y en
patrones más correctos". (8)
"Comprender es siempre el proceso de fusión de
estos presuntos "horizontes para sí
mismos""(9)
"La fusión tiene lugar constantemente en el
dominio de la tradición; pues en ella lo viejo y lo
nuevo crecen siempre juntos hacia una validez llena de vida, sin
que lo uno ni lo otro lleguen a destacarse explícitamente
por sí mismos". (10)
Sí bien ésta fusión de horizontes
tiene lugar en forma constante, debemos tener presente que cada
vez que comprendemos lo hacemos de modo diferente, es decir,
comprendemos desde nuestra "actualidad", pero también es
menester tener en cuenta que la conciencia de la finitud pone
límites a la experiencia humana y del mundo, y que por
ende, no podemos abarcar ni comprenderlo todo. "La experiencia es
pues, una experiencia de la finitud humana". (11)
En este sentido podemos afirmar que no se conoce la
"cosa en sí" sino que lo que se logra con la
comprensión es una unidad de sentido que se da en base a
acuerdos, es decir, no hay fenómenos sino interpretaciones
de los fenómenos.
Esto nos conduce a considerar al hombre también
como un "ser histórico", en tanto que en el proceso y
experiencia del comprender no se participa acríticamente
como meros espectadores sino en tanto que partícipes
ubicados en la historia. Y esto es lo que Gadamer denomina
"historia efectual", es la estructura de
la comprensión y que predispone la apertura del mundo, es
decir, se comprende siempre desde y dentro de determinado
contexto. Historia efectual en tanto que siempre la
experimentamos desde adentro y siempre nos encontramos en la
historia, la cual transcurre permanentemente y es parte
constitutiva de nuestra historia personal en tanto
que seres en el mundo. Es algo que nos precedió y de lo
cual no podemos escapar.
La conciencia de la historia efectual es la fuerza
operativa de la tradición que opera sobre quienes
pertenecen a dicha tradición, estando condicionados por
ella sin posibilidad de escape, y en tanto somos seres
históricos no podemos nunca agotarnos en el saber ni en el
saberse.
¿Y qué es la tradición?. Dice
Gadamer: "…la tradición no es un simple acontecer que
pudiera conocerse y dominarse por la experiencia, sino que es
lenguaje, esto es habla por sí misma como lo hace
un tú". (12)
La tradición es esa "historia" dentro de la cual
nos encontramos inmersos, la cual nos constituye y a la cual
constituimos a través de un proceso dialéctico
continuo y dinámico.
De esta manera llegamos a comprender -en el sentido
gadameriano del término-, que podemos hablar del mundo y
de nosotros de múltiples maneras; el problema es que lo
que se dice ha de permanecer en una forma predecible pero no
definida en cuanto a su relación con lo dicho, es decir,
no todo se dice y no todo se comprende.
Para finalizar este introito a la obra de Gadamer en lo
que refiere al problema de la comprensión digamos que, la
comprensión que nosotros seres finitos podemos realizar de
la realidad infinita que es la alteridad toda (el todo que se
construye con palabras y que está dado por ellas), y
siendo el lenguaje el
lugar en que el yo y el mundo se encuentran, es donde ambos
aparecen en su unidad originaria, superándose así
la dualidad sujeto-objeto. También se salva así a
lo otro en tanto que diferente, como "alteridad" pues es la
lingüisticidad de nuestra experiencia en el mundo la que nos
permite comprender y/o interpretar a lo otro.
Nada queda explicado sino tenemos en cuenta la
comprensión lingüística. El lenguaje pone
así una dimensión completamente nueva. No nos
libramos del horizonte ni adoptamos un horizonte libremente, sino
que estos horizontes forman un lenguaje que nos constituye y que
nos permite comprender significados.
Lenguaje y comprensión son entonces aspectos
inseparables del ser en el mundo. "… esta fusión de
horizontes que tiene lugar en la comprensión es el
rendimiento genuino del lenguaje". (13)
"El acuerdo en la conversación no es un mero
exponerse e imponer el propio punto de vista, sino una
transformación hacia lo común, donde ya no se sigue
siendo el que se era". (14)
El ser que puede ser comprendido es lenguaje. Todo
comprender es interpretar y toda interpretación se
da en medio del lenguaje que se abre a lo otro, en una palabra,
la realidad no está a espaldas del lenguaje. Y en este
sentido, tener lenguaje es tener mundo porque no lo dominamos
como la ciencia a los objetos y además, no lo creamos
conscientemente (al mundo), sino que ya estamos en él.
Tener mundo es comportarse con respecto al mundo en el mundo. El
lenguaje no es así un instrumento sino el mundo en que
vivimos desde el comienzo.
- Hans-Georg GADAMER: "Verdad y método";
pág. 10 - Ibid.; pág. 23
- Ibid.; pág. 11
- Ibid.; pág. 12
- Ibid.; pág. 20
- Ibid.; pág. 372
- Ibid.; pág. 375
- Ibid.; pág. 375
- Ibid.; pág. 376-377
- Ibid.; pág. 377
- Ibid.; pág. 433
- Ibid.; pág. 434
- Ibid.; pág. 456
- Ibid.; pág. 458
Lic. Germán H. PASTORINI
Licenciado en Psicología
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