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Proceso de descubrimiento, conquista y colonización en América




Enviado por tiago



    CARIBE

    A fines del siglo XV la Corona de Castilla aprueba el
    proyecto
    colombino de navegación del Océano Atlántico
    hacia el Occidente como parte de la expansión en que se
    encontraba empeñada España y
    que incluía la búsqueda de oro y especies y de una
    ruta hacia las Indias Orientales. Las primeras tierras
    descubiertas fueron las de las Antillas y confundidas por
    Colón con tierras asiáticas. A pesar de esta
    confusión geográfica que se mantuvo hasta la
    primera década del siglo XVI, las Antillas fueron
    integradas como parte de los territorios que constituían
    el área de explotación europea de fines del siglo
    XV.

    La primera fundación en las Antillas fue la
    ciudad de Santo Domingo, que se convirtió en el
    núcleo de la primitiva ocupación española de
    América
    organizándose como factoría comercial bajo la
    administración colombina. Conflictos
    originados por la lucha de intereses privados y estatales
    promovieron el reemplazo de Colón y la
    transformación de la factoría en colonia bajo la
    administración posterior. La experiencia de
    colonización en Santo Domingo, del mismo modo que la
    realizada anteriormente por España a
    mediados del siglo XV en las Canarias, resultó el primer
    ensayo de
    conquista y colonización española en América. Allí surgieron los puntos
    de partida de la administración colonial (cabildos,
    audiencias) que más tarde serían trasladadas al
    continente.

    La dócil población aborigen antillana que practicaba
    una economía
    de plantadores, fue sometida a un duro régimen de trabajo,
    ya sea mediante la esclavitud
    generalizada o bien e través del sistema de
    encomiendas. La incesante búsqueda de oro y la
    explotación de yacimientos auríferos conseguidas
    mediante el abuso de la mano de obra aborigen, condujo a un
    rápido y abrupto descenso demográfico en Santo
    Domingo, Por consiguiente se impulsó la conquista de islas
    cercanas (Cuba, Puerto Rico,
    Jamaica) como fuente potencial de mano de obra. Hacia 1530, el
    agotamiento de los yacimientos auríferos y la
    despoblación indígena tuvo como consecuencia la
    introducción de esclavos provenientes del África.
    Desde mediados del siglo XVI las Antillas se especializaron en la
    producción de cultivos tropicales y en la
    ganadería. La introducción de la caña de
    azúcar favoreció el desarrollo de
    las plantaciones, que consistían en grandes explotaciones
    trabajadas por mano de obra esclava. Estas nuevas unidades
    económicas, que encontrarán su mayor desarrollo en
    los siglos XVII y XVIII, orientaron su producción al mercado
    europeo.

    DARIÉN

    El descubrimiento del Darién, región
    comprendida entre el Golfo de Urabá y el Istmo de Panamá,
    fue el resultado de expediciones con fines mercantiles y de
    exploración iniciadas a principios del
    siglo XVI.

    Desde 1509 la Corona impulsa la conquista del
    área, considerada potencialmente rica en oro y esclavos.
    Conflictos
    provocados por luchas internas entre las huestes conquistadoras
    sumados a una tenaz resistencia
    indígena, provocaron una ocupación inestable de la
    región. El descubrimiento del Mar del Sur (Océano
    Pacífico) en 1513, impulsó la búsqueda de
    una vía de acceso marítimo más rápida
    que conectara el Atlántico con el Pacífico,
    expediciones que realizarán posteriormente Solís y
    Magallanes.

    El núcleo de la conquista y colonización
    de la costa atlántica trasladó al interior y
    posteriormente se fundó la ciudad de Panamá
    sobre la costa del Pacífico, desde donde se realizó
    la expansión hacia América
    Central Ístmica y hacia Perú.

    A partir de ese momento Panamá
    cobra importancia como asiento de puertos intermediarios en el
    tráfico comercial de América
    y España,
    puerto que allí se concentraban fundamentalmente las
    exportaciones de
    metales preciosos
    peruanos que se transportaban por rutas terrestres hasta alcanzar
    la región de puertos del Caribe.

    MÉXICO

    Expediciones privadas de exploración y conquista
    que tuvieron por base a la isla de Cuba llevaron
    a cabo el descubrimiento del estado Azteca
    en 1a segunda década del siglo XVI.

    Los Aztecas
    constituían un pueblo que había comenzado su
    expansión desde el Valle de México un
    siglo antes de la llegada de los europeos y que estaban
    intentando estabilizar una unificación política sobre muchas
    otras poblaciones de alto desarrollo
    cultural. En el área mesoamericana se dieron las primeras
    comunidades agrícolas y un rápido desarrollo
    arquitectónico y artesanal desde el segundo milenio
    a.C.

    La dominación azteca, si bien mantuvo intactas
    algunas autonomías administrativas en las poblaciones
    sometidas, fue resistida sobre todo por las onerosas exigencias
    tributarias. En ese sentido la llegada de los españoles
    ofreció una oportunidad de independencia
    a esas comunidades que se negaban a someterse al estado
    militarista azteca.

    El éxito de las técnicas militares
    españolas y el apoyo de los pueblos descontentos con el
    dominio azteca
    provocaron el derrumbe del estado azteca.
    Inmediatamente los españoles organizaron un rápido
    dominio del
    área cultural azteca y de una numerosa población indígena que
    posteriormente fue repartida como recompensa militar entre los
    miembros de las huestes conquistadoras. La experiencia previa de
    la colonización en las Antillas favoreció el
    traslado a México de
    la encomienda corno institución de trabajo indígena
    para la explotación agrícola, minera y
    manufacturera, adaptándola a la nueva situación
    cultural y demográfica.

    La exploración minera se inició
    tempranamente y se caracterizó por la gran
    dispersión de sus yacimientos ubicados en su
    mayoría fuera de los límites del antiguo imperio
    Azteca. A diferencia del caso peruano, en México se
    generalizó el trabajo
    indígena pago, limitando el servicio de
    trabajo obligatorio de los indígenas a un número
    reducido de actividades mineras.

    En cuanto a la agricultura
    durante el siglo XVI sobrevivieron las mismas formas
    técnicas de explotación indígena
    prehispánicas pero se alteraron especialmente las estructuras
    económicas en cuanto a que los españoles exigieron
    una intensificación de la producción e impusieron reglas
    económicas distintas a las que tenían vigencia
    durante el período prehispánico.

    Poco tiempo
    después comenzó la diversificación de la
    economía
    mexicana convirtiendo a Nueva España en
    el área más rica de toda América
    española: nuevos recursos
    económicos se explotaron en forma intensiva como la
    cría de ganado ovino y del gusano de seda, 1a
    instalación de ingenios azucareros, la difusión de
    la industria de
    paños para el consumo local,
    el cultivo de plantas
    tintóreas (cochinilla).

    En el siglo XVII comenzó a desarrollarse la
    hacienda como nueva unidad económica. Las haciendas,
    ingenios y obrajes se sostuvieron con mano de obra
    indígena que fue reinstalada de acuerdo a la
    localización de estos centros de producción y retenida en los mismos a
    través del endeudamiento (peonaje).

    En Nueva España se
    dio un particular crecimiento del urbanismo (Valle de México,
    Puebla, Veracruz) y una magnífica arquitectura
    urbana colonial se desarrolló en los mismos. Estos centros
    urbanos fueron también grandes centros económicos
    en los que se concentraban las fortunas y a la vez resultaron
    activos mercados
    internos.

    VENEZUELA

    El extenso litoral marítimo venezolano fue
    recorrido desde fines del siglo XV por expediciones que alentadas
    por la existencia de abundantes bancos de perlas
    y la caza de esclavos de tribus caribes, frecuentaron el
    área por más de treinta años con fines
    mercantiles. La mayor parte de la población aborigen que ocupaba las costas
    pertenecía a los grupos caribes
    quienes practicaban la antropofagia, motivo por el cual la Corona
    justificó su captura como esclavos.

    El difícil panorama que presentaba el
    sometimiento de los caribes y diversos compromisos
    contraídos por la Corona española en Europa indujeron
    a la dirección de la conquista y
    colonización de Venezuela a
    la familia de
    banqueros Welser, de origen alemán, representando esta
    área un caso atípico en el contexto de la conquista
    hispanoamericana. Encarada como una empresa puramente
    comercial, el gobierno de los
    Welser en Venezuela no
    condujo a su colonización, limitando su acción a la
    explotación económica de la región de Coro y
    a la explotación del occidente venezolano y del este de
    Colombia.

    Recién desde mediados del siglo XVI la Corona
    retoma una política de
    ocupación definitiva especialmente en la región
    central. Los fértiles valles costeros, con una numerosa
    población indígena no belicosa y por
    lo tanto fácilmente encomendable permitieron el
    establecimiento de ciudades que aseguraron la colonización
    de esos territorios. Sin embargo, quedaron desocupadas extensas
    áreas hacia el sur y hacia el este. Esta discontinuidad en
    la ocupación territorial se mantuvo hasta el siglo
    XIX.

    COLOMBIA

    Desde comienzos del siglo XVI empresas
    comerciales para la caza de esclavos indígenas exploraron
    las costas atlánticas colombianas pero el interés
    colonizador de la región sólo surgió a
    partir de 1525 con la fundación de dos ciudades sobre la
    costa del Caribe: Santa Marta y posteriormente Cartagena. La
    obtención de oro en sepulturas indígenas cercanas a
    la costa y mediante el comercio con
    los aborígenes pusieron de manifiesto la existencia de
    ricas culturas en el interior del continente. La difícil
    penetración hacia el interior a causa de los
    obstáculos que presentaba 1a geografía se
    realizó a través de dos grandes vías: el
    valle del Magdalena y el del Cauca. Una expedición
    partiendo de Santa Marta exploró el río Magdalena y
    desembocó en la aislada meseta de Bogotá en pleno
    territorio de comunidades chibchas. Tras el rápido
    sometimiento de las mismas se produjo el encuentro con huestes
    que provenientes de Venezuela y
    Quito decidieron la fundación de Santa Fe de Bogotá
    núcleo de la colonización de Colombia. Otra
    expedición también partiendo del Magdalena se
    desvió para explorar el valle del Cauca sin que se
    realizaran asentamientos definitivos.

    La necesidad de vincular Quito con Bogotá
    promovieron la fundación de Popayán y Cali que se
    convirtieron en puntos intermedios entre la meseta de
    Bogotá  y el área de Quito. La
    exploración del área del interior de Colombia en
    búsqueda del Dorado no se detuvo hasta fines del siglo
    XVI.

    En consecuencia Colombia
    resultó un área de escasa cohesión
    territorial (costas del Caribe y del Pacífico, valles del
    Cauca y Magdalena, meseta de Bogotá , región
    selvática meridional y oriental) manteniéndose la
    desocupación de vastos territorios y 1a
    concentración de la escasa población principalmente en la costa y la
    meseta de Bogotá hasta el siglo XIX. La gran riqueza
    aurífera concentrada en las regiones del Atrato y el Alto
    Cauca fue explotada desde el siglo XVI y fue su principal recurso
    económico hasta mediados del siglo XIX.

    PERÚ

    Como en el caso de la conquista de México, la
    conquista del Perú respondió al interés
    privado de huestes que se asociaron para emprender la
    búsqueda de metales preciosos. En el
    caso de México se tornó como base a las Antillas y
    en este caso a Panamá.

    Confirmadas las informaciones sobre la existencia de un
    gran estado
    indígena al sur de Panamá  en el área andina, la
    conquista se realizó desde 1531. El área andina
    estaba ocupada por pueblos de alto grado de desarrollo
    tecnológico desde mucho tiempo
    atrás, cuyos inicios se remontan al segundo milenio a.C. ,
    momentos en que aparecen las primeras aldeas de agricultores que
    van a localizarse en los valles costeros y en las tierras altas.
    A lo largo de 3500 años estos pueblos fueron desarrollando
    sobre una misma base cultural distintas sociedades con
    marcadas particularidades regionales. Uno de estos pueblos, los
    Incas,
    comenzaron una rápida expansión política desde el
    valle del Cuzco a partir del siglo XV y que fue interrumpida por
    la llegada de los españoles.

    La rápida victoria militar española,
    obtenida por la debilidad del estado incaico
    conmovido en esos momentos por luchas internas y también
    por la superioridad bélica hispánica,
    permitió la inmediata sustitución de la administración de los Incas por la
    española.

    Durante el primer siglo de dominación
    hispánica la agricultura
    intensiva, base de la economía de
    autosuficiencia de la población indígena, no se
    interrumpe pero se inicia una intensiva explotación minera
    que va a proveer de grandes cantidades de metales preciosos a Europa. El
    reparto de mano de obra indígena encomendada a
    particulares constituye la primera etapa de la
    colonización del Perú la principal fuente de
    recursos
    económicos de los conquistadores. Los encomenderos,
    apoyándose en la
    organización indígena preexistente canalizan
    esa mano de obra hacia la producción de manufacturas (tejidos, metalurgia,
    etc.). De este modo se constituye una aristocracia encomendera
    que durante el siglo XVI se afianzó política y
    económicamente a costa de cruentas guerras
    civiles.

    La necesidad de aliviar tensiones sociales provocadas
    por esas luchas internas condujeron al desplazamiento de huestes
    descontentas hacia áreas marginales del antiguo imperio
    incaico: Chile y
    Tucumán. La incorporación de Tucumán y
    Chile afianzan
    la seguridad del
    Perú mediante la extensión de la frontera
    meridional y la fundación de ciudades en esos territorios.
    En cuanto al  área del Tucumán , su conquista
    se incluyó tempranamente dentro del proceso de
    ocupación del área andina. Tucumán se
    desarrolló como  área intermedia entre el
    Atlántico y los principales centros mineros del
    Perú siendo su principal función económica
    la de proveer de alimentos,
    transporte
    (mulas) y manufacturas a esos centros, en especial los
    localizados en el Alto Perú.

    A partir de 1650 dentro de toda el  área
    andina se produce una transformación social y
    económica debido por una parte, a los intentos de
    supresión de la encomienda que desde comienzos de la
    colonización se opone la Corona (Leyes Nuevas) y
    por otra parte, debido a la gran despoblación aborigen
    provocada por las nuevas formas de vida impuestas y las
    epidemias. En esta misma época comienza la
    valorización de la tierra y la
    mano de obra indígena adquiere un valor
    económico aún mayor que en la etapa de la
    organización del sistema de
    encomiendas, constituyéndose las haciendas como nuevas
    unidades económicas en el Perú.

    CHILE

    La conquista de Chile
    está vinculada con el proceso de
    incorporación territorial que siguió 1a conquista
    del Perú. En 1540 grupos de huestes
    hispánicas residentes en el Perú emprendieron la
    conquista de Chile,
    alentadas por la difusión de la leyenda del Reino del Rey
    Blanco, en búsqueda de metales
    preciosos.

    Posteriormente estas huestes comprobaron la ausencia de
    grandes cantidades de metales pero en su lugar
    encontraron una organizada resistencia
    indígena.

    En consecuencia Chile
    representa un caso de pura conquista militar. La guerra contra
    los araucanos dio caracteres epopéyicos a los intentos
    españoles por imponerse en un dilatado y poco accesible
    territorio. Este hecho condicionó profundamente el
    poblamiento de Chile realizado sobre la base de la
    fundación de ciudades que resultaron verdaderos fuertes o
    enclaves militares y que quedaron muy aislados entre sí.
    Por lo tanto, la dispersión de las fuerzas
    españolas condujo a una conquista extensiva y poco segura,
    a tal punto que se puede decir que el área chilena
    recién alcanzó su estabilidad en el siglo XIX. La
    falta de vinculación entre las ciudades-fuertes sumado al
    aislamiento geográfico del área con respecto a1
    Alto Perú y el Atlántico promovieron a mediados del
    siglo XVI la incorporación de las regiones de
    Tucumán y Cuyo a la gobernación de Chile. E1
    intento de avanzar sobre el Tucumán fue rechazado por
    huestes hispánicas procedentes del Alto Perú y en
    consecuencia Chile sólo retuvo bajo su jurisdicción
    el área de Cuyo.

    Cuyo proveyó de ganado y mano de obra
    indígena a las demandas de los centros mineros ubicados
    del otro lado de la Cordillera, y cuya incipiente
    producción metalífera se había iniciado a
    mediados del siglo XVI.

    RÍO DE LA PLATA E INTERIOR DEL
    LITORAL

    El descubrimiento del Río de la Plata a comienzos
    del siglo XVI se vincula con la búsqueda del paso
    interoceánico que condujera a las Indias Orientales.
    Diversas leyendas
    difundidas en la región le atribuyeron supuestas riquezas
    metalíferas, realizándose los primeros intentos de
    conquista en la tercera década del siglo XVI.

    El fracaso de este primer poblamiento por la carencia de
    metales y de mano de obra indígena dócil y
    abundante convirtieron al Río de la Plata en un
    área marginal dentro del contexto colonial
    hispanoamericano. Simultáneamente, Asunción
    nucleaba el poblamiento español, alentado por la facilidad
    de acceso a una numerosa población
    indígena.

    La vinculación de la ciudad de Asunción
    con el Atlántico se hizo imperiosa para su propio
    progreso: las fundaciones de Santa Fe y de Buenos Aires,
    aseguraron la ruta comercial con España y al mismo
    tiempo
    frenaron el avance de las huestes que, desde Córdoba,
    intentaban también una salida hacia el
    Atlántico.

    MISIONES JESUÍTICAS

    Diversas ordenes religiosas entre las que se cuenta la
    Compañía de Jesús promovieron dentro del
    contexto colonial hispanoamericano la creación de
    establecimientos coloniales en territorios aislados a fin de
    lograr la captación de comunidades indígenas
    mediante la actividad evangelizadora.

    El estado español se mostró interesado en
    la cesión de territorios fronterizos para el desarrollo de
    la labor misional a fin de proteger inmensas regiones amenazadas
    por la presencia hostil de comunidades indígenas no
    integradas al sistema colonial
    español, o bien de otros rivales coloniales
    europeos.

    En América del Sur las misiones jesuíticas
    se ubicaron en áreas limítrofes con el Brasil
    portugués, desde Ecuador hasta el
    Río de la Plata.

    Por lo general se localizaron en zonas de asentamiento
    protegidas por la geografía, como las
    regiones selváticas o los bosques subtropicales. En
    América del Norte las misiones jesuíticas se
    instalaron en la región occidental y septentrional de
    México, incluyendo la península de California a fin
    de consolidar el dominio
    español en el área.

    La experiencia misionera tenía como fin lograr el
    cambio
    cultural de las sociedades
    aborígenes hacia las formas de vida europea
    basándose en las formas indígenas preexistentes. Se
    suprimió 1a exigencia del servicio
    personal
    obligatorio y del pago del tributo.

    La intensificación de las actividades
    agrícolas corno parte del programa
    misionero obtuvo éxitos espectaculares en aquellas
    comunidades que ya anteriormente practicaban la agricultura.
    Esta actividad agrícola y la introducción de la
    cría de ganado contribuyeron a un ascenso notable del
    nivel de vida de los aborígenes, que se manifestó
    en altos índices de vitalidad
    demográfica.

    El carácter cosmopolita de la Orden
    Jesuítica le dio gran impulso a la actividad artesanal. Se
    importaron técnicas avanzadas europeas en 1a
    producción artesanal de las Misiones y con mano de obra
    indígena se obtuvieron productos de
    alta calidad tanto
    técnica como artística.

    Todas las misiones tenían un mismo patrón
    de asentamiento. Cada misión
    constaba de un pueblo con una definida planificación integrada por calles, plaza,
    sectores artesanales y de viviendas, una extensión de
    tierras dedicada a la agricultura y
    tierras de pastoreo (estancias) . Las grandes extensiones
    dedicadas a la cría de ganado producían un
    importante excedente de cueros que se comercializaba fuera del
    ámbito misional. Asimismo en las zonas climáticas
    apropiadas la yerba mate constituía otro de los recursos
    económicos importantes para las misiones.

    Las misiones jesuíticas, en especial las del
    Paraguay,
    habían adquirido una organización militar como consecuencia de
    la constante amenaza portuguesa encarnada por grupos armados
    provenientes de la región paulista (bandeirantes) que
    buscaban capturar esclavos indígenas.

    En 1767 el estado
    borbón español expulsó a los jesuitas de
    América entre otros motivos por temor a que aumentara la
    tendencia a la autonomía en lo político y en lo
    económico y de este modo la Orden Jesuita se convirtiera
    en un factor competitivo de poder.

    BRASIL

    El litoral atlántico del Brasil fue
    explorado por expediciones de origen español y
    portugués‚ desde los últimos años del
    siglo XV. A principios del
    siglo XVI Portugal dio carácter oficial al descubrimiento
    del Brasil a fin de
    legalizar la posesión de territorios ubicados al este de
    la demarcación de Tordesillas.

    La carencia de metales preciosos desalentó la
    colonización portuguesa postergándola por
    más de tres décadas. Durante ese período la
    extracción del palo brasil fue el
    único aliciente para que se instalaran pequeñas
    factorías en las costas atlánticas a cargo de
    empresarios europeos.

    Fracasado el sistema de
    colonización a través de las concesiones
    hereditarias (capitanías) la corona portuguesa
    emprendió la colonización efectiva del Brasil a mediados
    del siglo XVI, e1 poder
    político y administrativo quedó centralizado en la
    ciudad de Bahía y desde esta ciudad y la de San Vicente se
    impulsó la difusión del cultivo de 1a caña
    de azúcar que se había iniciado anteriormente con
    éxito en 1a región de Pernambuco.

    Dos  áreas bien definidas constituyeron los
    núcleos de la producción azucarera durante un siglo
    y medio: el nordeste (Pernambuco, Bahía) y el sur (San
    Vicente, Río de Janeiro) .

    El desarrollo del cultivo de la caña de
    azúcar en Brasil condujo a la creación de una
    economía
    agrícola de exportación basada en el sistema de
    plantaciones. Las plantaciones azucareras demandaban importantes
    inversiones de
    capital para
    la instalación de ingenios, grandes extensiones de
    tierra y una
    mano de obra dócil que trabajara en las mismas. La
    población aborigen de la región atlántica
    que practicaba una economía de
    recolectores resultaba poco apta para el trabajo
    organizado de las plantaciones. En consecuencia se
    incorporó una numerosa mano de obra esclava africana. La
    explotación azucarera quedo limitada en manos de una
    "aristocracia del azúcar" capaz de afrontar los elevados
    costos de
    producción que exigía el cultivo del azúcar,
    Brasil mantuvo el monopolio
    mundial de la producción de azúcar hasta mediados
    del siglo XVII cuando los holandeses y franceses iniciaron la
    competencia en
    las Antillas. Los holandeses habían intentado previamente
    la colonización del área de Pernambuco en donde por
    treinta años se dedicaron a la producción de
    azúcar hasta que fueron expulsados del Brasil por los
    mismos portugueses.

    Una franja fronteriza en constante expansión
    hacia el interior fue sumando recursos
    ganaderos a las plantaciones e ingenios que presentaban tan pocos
    vínculos de intercambio entre sí.

    Mientras tanto la escasa población del interior
    del Brasil se expandía en búsqueda de
    indígenas para esclavizar y de metales preciosos. La
    acción de esta población, conocida como
    bandeirantes, apoyó las pretensiones de Portugal por
    superar hacia el oeste la línea de Tordesillas. E1 centro
    de estas expediciones de caza de esclavos fue la antigua misión de
    San Pablo que comienza a desarrollar una actividad azucarera
    desde mediados del siglo XVII y consecuentemente necesitaba mano
    de obra abundante. San Pablo cumplió también un
    papel
    trascendente como base para la expansión de Portugal hacia
    el Río de la Plata. En ese sentido la fundación de
    la ciudad de Colonia del Sacramento en la margen izquierda del
    Río de la Plata constituye uno de los intentos de Portugal
    por alcanzar el acceso directo al Río de la
    Plata.

    En los últimos años del siglo XVII se
    produjo el hallazgo de yacimientos auríferos y de piedras
    preciosas en la actual región de Minas Geraes. Durante el
    siglo XVIII un gran movimiento
    migratorio proveniente de las áreas costeras condujo a la
    fundación de nuevas ciudades y a la vinculación de
    las distintas regiones económicas del Brasil que hasta
    entonces se habían mantenido como unidades productivas
    independientes.

    El interior selvático de Brasil por sus
    condiciones de difícil acceso se mantuvo por dos siglos
    como región poco poblada y aún inexplorada en gran
    parte.

    ESTADOS UNIDOS

    En la costa atlántica de América del Norte
    la colonización anglosajona se concentró en dos
    regiones: Virginia en el centro y Massachusetts al norte. Esta
    ocupación colonial se caracteriza por la continuidad de
    poblamiento a lo largo del litoral atlántico que perdure
    hasta las guerras de
    independencia.

    La colonia de Virginia creada por una
    compañía por acciones pudo
    sobrevivir a las dificultades que presentaban los primeros
    momentos de la colonización gracias a la
    introducción del cultivo del tabaco. En pocos
    años el tabaco
    convirtió a Virginia en una colonia de monocultivo
    protegida por Inglaterra que
    monopolizó la comercialización de dicho producto. En
    Virginia la distribución de tierras la realizó
    la compañía en forma directa a los colonos. En el
    siglo XVII las parcelas repartidas a los colonos fueron
    reuniéndose en pocas manos y de esa forma un siglo
    más tarde se consolidó el latifundio de
    plantaciones de tabaco al que se
    agregó posteriormente el cultivo de algodón. Estas
    grandes unidades de producción promovieron la distribución de la población en
    áreas rurales y consecuentemente no se dieron las
    condiciones para que aparecieran las grandes concentraciones
    urbanas. De este modo surgió una clase dirigente de
    propietario de plantificiones que adoptó actitudes
    aristocratizante y señoriales intentando reproducir el
    estilo de vida de 1a metrópolis. Esta elite colonial de
    Virginia practicaba el anglicanismo (religión oficial de
    la monarquía inglesa) y participaba activamente de la
    administración de la iglesia
    anglicana y de los asuntos públicos. La gran demanda
    inglesa y mundial de los productos
    coloniales fundaron las bases de una economía floreciente
    que alcanzará  su apogeo en el siglo XVIII. Estas
    circunstancias explican el desinterés de estas colonias en
    la participación del proceso de
    emancipación colonial y la tendencia al aislamiento de las
    colonias de plantaciones con respecto a los intereses
    políticos de los restantes estados americano que surgieron
    como consecuencia de las guerras de
    independencia.

    Al norte la región de Massachusetts se
    convirtió en el segundo centro de colonización
    anglosajona. Los grupos
    colonizadores que fundaron la colonia de Massachusetts que fue el
    núcleo originario de la región conocida como Nueva
    Inglaterra eran
    en su mayoría disidentes religiosos pertenecientes a
    diversas sectas del puritanismo. El puritanismo de Nueva Inglaterra
    afectó profundamente la vida económica, política y social de
    la colonia. La injerencia en la administración colonial
    por parte de los colonos fue dominante al punto que quedaba en
    manos de los colonos la elección del gobernador de la
    legislatura y la distribución de las tierras.

    Generalmente obtuvieron tierras las congregaciones de la
    iglesia
    puritana. Sólo los propietarios de tierras tenían
    derecho a intervenir en el gobierno colonial
    constituyendo de este modo una pequeña oligarquía
    puritana de gobernantes que pretendieron mantener una comunidad
    socio-religiosa unitaria.

    La pretensión de mantener esa unidad
    política-religiosa fue un factor de importancia en la
    colonización de Nueva Inglaterra,
    porque muchos colonos que se opusieron a la política o a
    la religión
    de la oligarquía de Massachusetts fueron expulsados y se
    vieron obligado a fundar nuevas colonias ( Connecticut, New Haven
    , Rhode Island).,

    La especialización en la producción
    agrícola dio prosperidad económica a la
    región. Desde 1660 el comercio
    cobró una importancia cada vez mayor. Los recursos
    económicos de Nueva Inglaterra
    (pesquería, pieles, maderas, cereales) abrieron el
    intercambio con la metrópolis y con las colonias inglesas
    de las Antillas. El puerto de Boston se convirtió en el
    centro de intercambio colonial del norte. Los comerciantes fueron
    afirmándose económica y políticamente. A
    fines del siglo XVII reemplazaron a los magistrados puritanos en
    el orden político y económico. Esta nueva clase
    social va a ser la promotora del movimiento de
    anticipación basados en los principios del
    liberalismo
    político y económico. La prosperidad
    económica de la región favoreció el
    crecimiento de su población, aumentada considerablemente
    por el aporte inmigratorio anglosajón.

    La organización del espacio colonial del sur y
    norte de la costa atlántica se tradujo en lo
    económico en una clara diferenciación productiva
    entre ambas. En las primeras (Virginia, Maryland, las dos
    Carolinas, Georgia) se desarrolló una economía
    sustentado en la exportación del tabaco y del
    algodón cuya clase social y económica fue la
    plantación esclavista. La esclavitud negra
    prosperó debido a dos factores: la expansión
    territorial del sistema de plantaciones y la dismunición
    de la mano de obra aportada por la servidumbre por contrato de
    origen blanco quienes terminadas sus obligaciones
    contractuales emigraban al norte y centro. De este modo la
    institución de la esclavitud
    quedó vinculada a las colonias del sur hasta la guerra de
    Secesión. En las colonias del norte prevaleció el
    minifundio, la vida urbana y el comercio
    diversificado de exportación. La mano de obra se
    componía en su mayor parte del trabajo familiar no
    remunerado y del contrato
    temporario de una mano de obra especializada muy
    cotizada.

    Las colonias centrales de la costa atlántica
    (Pennsylvania, New York, New Jersey y Delawere) se caracterizaban
    por un predominio de la agricultura de
    cereales. Tan importante era esta producción que se
    consideraba a estas colonias centrales como el "cesto de pan" de
    las restantes colonias atlánticas. New York y Philadelphia
    evolucionaron rápidamente hasta convertirse en puertos
    cerealeros de primera importancia en el siglo XVIII. Ambas
    ciudades dieron origen a una clase comercial pujante que fijaba
    la cotización de los productos
    agrícolas dentro de incipiente sistema bursátil.
    Esta clase comercial dirigente se asoció en el siglo XVIII
    a los intereses emancipadores de las colonias del norte, ya que
    una política de librecambio les ofrecía la
    oportunidad de gravitar en el mercado mundial
    de productos
    agrícolas el que podían abastecer con un gran
    volumen de la
    producción agrícola.

    Otras dos naciones europeas participaron en el siglo
    XVII de la colonización América del Norte : Holanda
    y Suecia.

    Los holandeses se encontraban en la vanguardia del
    capitalismo
    comercial del siglo XVII. Sus métodos
    financieros se contaban entre los más desarrollados dentro
    del contexto europeo (sistemas de
    crédito, costos de flete,
    concentración y fluidez de capitales) y esta superioridad
    los había convertido en los dueños del comercio
    marítimo mundial. Las compañía por acciones de
    las Indias Occidentales y Orientales apoyadas por el Estado
    holandés‚s impulsaron la expansión colonial
    tanto en Oriente como en América. Dentro de este proceso
    encontramos la ocupación holandesa en Brasil, en el Caribe
    y también en la costa atlántica de América
    del Norte. La ocupación holandesa en América del
    Norte fue breve. Y el núcleo más importante de esa
    colonización fue el puerto de Nueva Amsterdam (actual
    Nueva York) verdadero centro cosmopolita de intercambio
    comercial. La colonia de Nueva Holanda, como se denominó a
    los territorios holandeses en América del Norte, no
    significó un atractivo para el traslado de grandes
    contingentes migratorios de origen holandés‚ pero en
    pocos años los colonos de Nueva Amsterdam se
    adueñaron del tráfico ilegal de las colonias
    inglesas.

    Por esta razón se entabla una guerra
    económica entre Inglaterra y Holanda que
    finalizará  con la destrucción del poder
    holandés en América del Norte.

    Más breve que la holandesa y sin dejar
    consecuencias económicas importantes la
    colonización sueca se centralizó en la
    región del río Delawere. Desde el punta de vista
    económico el rubro más importante fue el
    tráfico de pieles pero en pocos años los suecos
    fueron desplazados por el empuje holandés antes que
    éstos a su vez fueran desalojados por
    Inglaterra.

    CANADÁ

    Los objetivos de
    la expansión atlántica francesa coinciden con los
    que perseguían sus rivales europeas del siglo XVI: acceso
    directo al comercio de
    las especies, adquisición de metales preciosos.

    La ocupación del Canadá  se
    realizó a través de un poblamiento
    numéricamente reducido que, sin embargo, mantuvo una
    continuidad en la ocupación territorial. E1 extenso
    territorio oriental del Canadá  estaba ocupado por
    diferentes grupos
    aborígenes, con distinto grado de desarrollo cultural.
    Dentro de estos grupos, los aborígenes que practicaban una
    economía de cazadores caracterizada por una gran
    movilidad, no pudieron ser incorporados a un régimen de
    trabajo similar al que los españoles pudieron implantar en
    Mesoamérica y en el Perú.

    En consecuencia, condicionada por la carencia de metales
    preciosos y de mano de obra indígena que pudiera ser
    empleada en actividades agropecuarias, la colonización
    francesa se volcó hacia la exportación de materias primas muy
    valorizadas en Europa desde
    mediados del siglo XVI. La formación de
    compañías dedicadas al comercio de pieles, maderas
    y pesquerías, estuvo en manos de la iniciativa privada y
    su organización resultó similar a la de
    aquellas compañías que formaron holandeses e
    ingleses.

    Cuando el estado
    borbónico profundizó su interés
    por la colonización del Canadá , introdujo
    formas semifeudales de acceso a la propiedad de
    la tierra,
    desalentando la inmigración de vastos sectores de escasos
    recursos, hecho que constituyó el factor decisivo para el
    mantenimiento
    permanente de la colonización del
    Canadá.

    A fines del siglo XVIII, el impulso explorador de
    misioneros jesuitas y de comerciantes de pieles, permitió
    la incorporación de la Louisiana, conectando el Golfo de
    México con el Canadá.

     

     

    Autor:

    Oscar Pastorutti, 16años

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