Introducción
La Primera Guerra
Mundial (1914-1918)
Un domingo de fines de junio de 1914, en
el pequeño pueblo de Sarajevo en Bosnia, un nacionalista
servio fanático acribilló a balazos al heredero del
trono austríaco, el Archiduque Francisco Fernando, y a su
esposa. Este asesinato fue la causa inmediata de la Primera Guerra
Mundial. Durante algunos años antes de este crimen,
muchos europeos esperaban que la guerra
estallase de un momento a otro.
El odio, el temor, la supicacia y las
ambiciones nacionales crearon una atmósfera cargada de
ominosos presagios en Europa. El crimen
de Sarajevo fue sólo la chispa que prendió la
conflagración. Más, ¿por qué
quería el nacionalista servio dar muerte a la
pareja real? ¿por qué lo que parecía ser un
mero incidente local llevó a la guerra seis
semanas después, no sólo a Austria-Hungría y
a Servia, sino también a Alemania,
Rusia, Francia,
Bélgica y la Gran Bretaña? Para contestar estas
preguntas, es necesario estudiar las causas básicas de la
Primera Guerra
Mundial, cuyas raíces se hunden profundamente en el
siglo XIX.
Causas Básicas De La
Primera Guerra
Mundial
El Nuevo Nacionalismo
engendra profundos rencores. "No veo otra justificación de
la existencia de mi generación que no sea la esperanza de
recuperar nuestras provincias perdidas". Esta declaración
de un estadista francés, Poincaré, relativa a la
Alsacia y la Lorena, ilustra el apasionado nacionalismo
de muchos franceses antes de 1914. Es obivo que tal sentimiento
acogería con beneplácito una guerra de
desquite. No menos apasionado era el deseo de los nacionalistas
italianos de arrebatar a Austria lo que ellos consideraban sus
provincias perdidas, las italoparlantes regiones de Trentino y
Trieste. Los polacos, dominados por naciones extranjeras,
querían la restauración nacional. Según
hemos dichos, en los imperios austro-húngaro y turco
vivían varias nacionalidades sojuzgadas. Las naciones
balcánicas, como Servia, querían que sus
compatriotas, súbditos de estos imperios, se les unieran
para formar naciones balcánicas más potentes. Esto,
naturalmente, significaba el desmembramiento de aquellos
imperios. Como era lógico suponer, Austria-Hungría
y Turquía se oponían enérgicamente a tales
designios. Rusia, potencia eslava,
se consideraba a sí misma la protectora de los pueblos
eslavos. El Panaslevismo confligía con una actitud de
igual orden por parte de Alemania, el
Pangermanismo. Austria-Hungría, con su gran población eslava, veía con singular
aprensión el Paneslavismo ruso.
El espíritu recalcitante del nuevo
nacionalismo
mantenía al rojo vivo estas pasiones. Los "superpatriotas"
vociferaban fanáticos y desafiantes en defensa del honor
nacional y fomentaban el odio entre las
naciones.
El círculo vicioso del
militarismo.
En aquella atmósfera de odio,
temor y suspicacia, era inevitable el mantenimiento
de grandes ejércitos y marinas. Pero, mientras mayores
eran éstos, más aumentaban el odio, temor y la
suspicacia. Europa se
convirtió en un campamento armado, mietras cada
nación trataba de aventajar a la otra en armamentos. La
mayoría de las naciones europeas incrementaron los
ejercitos regulares y organizaron grandes ejércitos
ciudadanos mediante el reclutamiento
de todos los varones aptos para el servicio
militar obligatorio durante cierto período de tiempo. Las
rivalidades en la construcción de marinas de guerra
aumentaron la pesada carga de las contribuciones en Europa. Apoyaban
esta loca carrera de armamentos, militares y marinos
profesionaesl y fabricantes de pertrechos de guerra, como la Casa
Krupp en Alemania. Ya
que numerosos estadistas pensaban que su palabra tendría
mayor fuerza si la
apoyaban un gran ejército y una poderosa
flota.
La causa inmediata que provocó el
estallido de la primera guerra
mundial fue el asesinato
del archiduque de Austria-Hungría,
Francisco Fernando, en Sarajevo, Servia
(posterior
Yugoslavia), el 28 de junio de 1914.
Austria presentó un ultimátum a Servia y el 28 de
julio de declaró la guerra. El sistema de
alianzas militares creado en los años precedentes
entró entonces en funcionamiento. Rusia ordenó la
movilización de sus ejércitos contra Austria, por
afinidad con sus hermanos eslavos. Alemania,
aliada del imperio austro-húngaro, pidió a Rusia
que detuviera sus maniobras contra Francia, en la
que se concentraría el máximo de fuerzas
disponibles para lograr rápidamente una victoria que
permitiera al ejército dirigirse contra Rusia. El plan fue
ejecutado por el general Helmuth von Moltke, que dejó al
ejército austríaco encargado de contener a los
rusos en el frente oriental y dirigió la mayor parte de
sus tropas contra Francia. El
ejército francés, al mando del general
Joseph-Jacques-Césaire Joffre, se dispuso a su vez a
aplicar el plan XVII, contra
ataque centrado en el Marne.
Los alemanes iniciaron su ofensiva
occidental con la toma de Leija el 16 de agosto de 1914. El 20 de
agosto de este año entraron en Bruselas y tomaron Namur.
La defensa francesa fue arrollada, pero en septiembre, cuando la
balanza parecía inclinarse del lado alemán, el
ejército de Joffre consiguió rechazar la ofensiva
alemana en la primer batalla del Marne. El general alemán
Erich von Falkenhaynm que sucedió a Moltke como jefe del
estado mayor
del ejército, hizo frente a una nueva ofensiva
anglo-francesa. Tras las batallas de Yser e Ypres se
estabilizó un frente que iba desde el canal de la Mancha
hasta Suiza.
El imperialismo
engendra profundas rivalidades.
Las naciones industrializadas luchaban
por adquirir colonias con miras a obtener en ellas materias
primas, mercados y campos
para la inversión de capital. Esta
lucha desembocó en algunas guerras, pero
varios problemas
importanters quedaron pendientes de resolución en
África, Asia y los
Balcanes. El nacionalismo y
el militarimso estaban estrechamente asociados al imperialismo,
pues los nacionalistas y militaristas, entre otros, se ufanaban
de que su bandera nacional ondeara sobre colonias en muchas
regiones del mundo.
La anarquía internacional
desemboca en la rivalidad de las alianzas
internacionales.
En el tenso período que
antecedió a 1914, cada nación era su propia
ley.
Prevalecía la anarquía internacional, pues las
naciones tenían escasa fe en el derecho o en las organizaciones
internacionales.
En busca de alguna garantía de
seguridad, y
acaso también con la esperanza de obtener apoyo para
algún paso agresivo, las naciones se juntaban en
alianzas.
La triple Alianza ayuda a la
formación de la Triple Entente.
En 1882, se completó la
formación de una Triple Alianza, impulsada por Bismarck,
un gran táctico aleman. Ésta estaba compuesta por
Alemania,
Austria-Hungría e Italia.
Austria-Hungría se unió de buen grado a esta
alianza defensiva secreta, porque Rusia era una rival agresiva en
los Balcanes. Italia
entró porque recelaba de Francia, la
cual acababa de adquirir el protectorado sobre Túnez en el
norte de África.
Bismarck temió que Francia
pudiera aliarse con Rusia para encerrar a Alemania. Y por
conservar la amistad de Rusia,
firmó con ella un acuerdo separado y secreto, a espaldas
de Austria. Para mantener la amistad de
Inglaterra,
Bismarck rehusó por algún tiempo competir
con los ingleses en la lucha colonial o en la ocnstrucción
de una potente armada.
De súbito, 1890, el Kaiser
Guillermo II despidió a Bismarck y descontinuó el
tratado con Rusia.
Por otra parte Francia prestó a
los rusos cuantiosas sumas para ayudar a la
industrialización y a la construcción del Ferrocarril
Trans-Siberiano. En 1894, Francia y Rusia firmaron una alianza
defensiva secreta, que acordaron mantener en vigor mientras
durase la Triple Alianza.
La rápida industrialización
de Alemania hacía de ésta una rival peligrosa de
Inglaterra en los
mercados
mundiales. Ingalterra se arrojó, pues, en brazos de
Francia ansiosa de ganar amigos.
Francia entonces quiso acercar entre
sí a sus dos nuevos amigos, Rusia e Inglaterra. Pero
había serios obstáculos. Inglaterra se
oponía desde hacía mucho tiempo a los
deseos rusos de conquistar Constantinopla; las dos naciones eran,
además, rivales imperialistas en el Medio Oriente. Pero,
como ahora temían más a Alemania que lo que se
temían entre ellas, llegaron a un entendido. En el mismo
año en que se repartieron a Persia, formaron con Francia
una alianza defensiva, la Triple Entente. Europa estaba,
pues, dividida en dos campamentos armados, la Triple Alianza y la
Triple Entente.
De una en otra crisis, hasta
la crisis de
Sarajevo
En 1908, en los momentos en que
había una revolucion en Turquía,
Austria-Hungría anexó las dos provincias
balcánicas de Bosnia y Herzegovina. Técnicamente
eran territorio turco, pero en 1878, en el Congreso de
Berlín se las entregaron a Austria-Hungría para que
las administrara. Como la población de estas dos provincias eran
principalmente eslava, tanto Rusia como Servia protestaron de la
Anexión. Además, el hecho venía a entorpecer
la aspiración de Servia de conseguir una salida por el
Adriático. La paz de Europa estaba
más insegura que nunca, pues los servios se inflamaron en
odio contra Austria-Hungría.
En 1912, alentados por Rusia, los estados
balcánicos de Servia, Bulgaria, Grecia y
Montenegro declararon la guera a Turquía. La derrotaron
rápidamente y se repartieron entre sí casi todo el
terrritorio europeo turco.
Al fin los servios obtuvieron su puerto
en el Adriático, por medio de la anexión de
Albania. Pero no lo retuvieron mucho tiempo . Austria,
apoyada por Italia y
Alemania, exigió el establecimiento de una Albania
independiente. La triple Entente, aunque simpatizaba con Servia,
se echó atrás. Bulgaria había ganado mucho
territorio en la primera Guerra Balcánica. Sus aliados
balcánicos querían que repartiese el botín
con ellos. Cuando rehusó hacerlo, estalló una
segunda Guerra Balcánica en la cual los búlgaros
fueron castigados duramente. También Turquía
cayó sobre Bulgaria para recuperar una pequeña
porción de su territorio perdido. Todos los aliados
balcánicos obtuvieron ganancias, y Servia duplicó
su territorio. Austria montó en cólera. Los
austríacos temían que los pueblos eslavos del
Imperio quisiesen unirse con la Gran Servia. Se multiplicaron las
sociedades
secretas entre los pueblos eslavos, tanto en Servia como en
Austria, para lograr la unión. Una de éstas, La
Mano Negra , tenía como divisa "La Unión o
la Muerte".
Fue un miembro de esta sociedad quien
asesinó al Archiduque Fernando y a su mujer. En esta
crisis,
ninguno de los bandos se hizo atrás. Y comenzó la
Primera Guerra
Mundial.
La crisis de
Sarajevo provoca un reacción
progresiva
Un mes después del asesinato,
Austria envió a Servia una nota con cuatro demandas muy
duras y exigió una respuesta en cuarenta y ocho horas. Los
austríacos se sentían seguros al hacer
deliberadamente aquellas demandas tan violentas, porque Alemania
se había comprometido a apoyar a Austria, pidiese lo que
pidiese. Los servios aceptaron todas las demandas, menos una: la
de que permitieran que los funiconarios austríacos
penetraran en el territorio servio para dar caza a los que
poryectaron el asesinato. Los servios indicaron que si Austria no
estaba aún satisfecha, el asunto podría llevarse
ante la Corte de La Haya. Austria rehusó, y el 28 de julio
de 1914 declaró la guerra.
Entonces comenzó la
reacción progresiva que muchos habían previsto como
resultado de las alianzas rivales. Rusia, enemiga de Austria y
amiga de Servia, inició la movilización militar.
Alemania le pidió que desmovilizara. Cuando Rusia se
negó, le declaró la guerra. Alemania
preguntó a Francia, aliada de Rusia, cuáles eran
sus intenciones. La respuesta fue vaga. Alemania le
declaró la guerra a Francia. Cuando Alemania violó
la neutralidad de Bélgica al cruzar el territorio de
ésta para invadir a Francia, Inglaterra le
declaró la guerra. Hacia fines de agosto, el Japón,
aliado de Inglaterra en el Extremo Oriente, declaró la
guerra. Los japoneses ambicionaban apoderarse de las colonias
alemanas en el Extremo Oriente. Los turcos, quienes tenía
un tratado secreto con Alemania, le declararon la guerra a su
inveterado enemigo, Rusia, en octubre. Temían, como
siempre habían temido, que Rusia se apoderase de
Constantinopla.
Italia rehusó unirse a sus colegas
de la Triple Alianza, por creer que estos hacían una
guerra ofensiva, no defensiva. Los italianos se pasaron al lado d
ela Triple Entente, en 1915. Este bando, conocido por los
Aliados, había prometido secretamente en el tratado de
Londres que, después de la victoria, Italia
recibiría de Austria la tan anhelada Italia Irredenta.
Poco después, Bulgaria se unió a Austria, Alemania
y Turquía, conocidas por las Potencias Centrales.
Bulgaria quería vengarse de Servia, que se apoderó
de su territorio como resultado de la segunda Guerra
Balcánica. Hacia 1918, había veintitrés
naciones junto a los aliados y frente a las cuatro Potencias
Centrales.
La Primera Guerra
Mundial:
Importancia De La Defensa, La
Resistencia Y La
Moral
La vida en las trincheras, las
armas y los
métodos de
combate.
Millones de hombres vivieron bajo
tierra durante
la mayor parte del tiempo que
duró la Primera Guerra Mundial.
Los ejércitos combatientes cavaron largas trincheras en
zig-zag, que se comunicaban con otras que estaban detrás
de las primeras. En varios puntos de estas trincheras y a mucha
más profundidad, había refugios
subterráneos, llamados dugouts, donde descansaban
los soldados y se guardaban los pertrechos. Los hombres pasaban
largos días de espera en estos subterráneos
fangosos y a menudo infestados de pulgas y ratas. El tableteo de
las ametralladoras, el rugido de los proyectiles lanzados por
cañones a que veces estaban a veinte millas de distancia,
y el silbido de la fusilería amenzaban siniestramente
aquella vida de topos. A veces, tras de bombardear al enemigo con
artillería gruesa durante días y aun meses, se daba
la señal de salir afuera para entrar en la tierra de
nadie, como se llamaba a la zona entre trincheras enemigas.
Los hombres se abrían paso arrastrándose a
través de estas franjas generalmente breves, cortando las
alambradas de púas, y lanzando granadas de mano al
enemigo. Luego, a punta de pistola y de bayoneta, trataban de
capturar la trinchera enemiga. La captura no significaba gran
cosa por lo general, pues tras de aquella había otras
trincheras, o acaso el enemigo la recapturaba al poco tiempo.
Para ganar unas escasas yardas de tierra, miles
de hombres sacrificaban la vida valientemente.
La Primera Guerra Mundia, debido
principalmente a la falta de armas ofensivas,
fue una guerra defensiva.
Los alemanes quisieron valerse de un arma
ofensiva eficaz mediante el uso de los gases
venenosos, en violación de los acuerdos hechos en La Haya
en 1907. También los ingleses crearon una arma ofensiva:
el tanque blindado que aplastaba los obstáculos y
escupía metralla en todas direcciones. Los aeroplanos se
usaron por primera vez en esta guerra. Pero no resultaban
armas muy
eficases, porque eran escasos, frágiles y
lentos.
El control, el
bloqueo y los submarinos promueven la guerra de
resistencia
Como se vio muy pronto que la Primera
Guerra Mundial
sería una lucha prolongada e indecisa, las naciones
tomaron disposiciones para reforzar la capacidad de resistencia.
Muchos gobiernos se incautaron de los ferrocarriles, controlaron
la producción, racionaron el alimento y el
combustible, y fijaron los salarios y los
precios. Todo
el que no estuviera en el frente de batalla debía ayudar
en el frente doméstico. Se vio claramente que los
operarios de las fábricas, los agricultores, los
químicos y los ingenieros podían ganar guerras al
igual que los combatientes.
La flota inglesa jugó un papel
importante en debilitar la resistencia de
Alemania. Bloqueó estrechamente los puertos de los
alemanes y los austríacos. Por eso, sufrieron éstos
de una severa escasez en renglones como los alimentos, el
algodón, el cobre, la goma
y el
petróleo. La flota alemana, embotellada en el Canal de
Kiel, se arriesgó finalmente a una salida desesperada al
Mar del Norte. Allí, en 1916, en la Batalla de Jutlandia,
cerca de la costa danesa, se hundieron más barcos ingleses
que alemanes. Pero los ingleses obligaron a la escuadra alemana a
guarecerse nuevamente en Kiel, donde permaneció hasta
terminar la guerra. La flota inglesa barrió
prácticamente el mar de barcos mercantes y navales
alemanes. Por lo cual, los buques aliados pudieron traer alimentos,
pertrechos de guerra y soldados de todas
partes.
Para conservar su resistencia y
debilitar la de los Aliados, los alemanes generalizaron el uso
del submarino, arma que no se había utilizado antes en la
guerra. Los furtivos torpedos destruyeron tantos barcos mercantes
aliados que, por un tiempo, se temió que se hubiera
perdido la guerra. Algunos de los métodos
usados por los Aliados para combatir la guerra submarina, fueron
las bombas de
profundidad, las minas y los viajes en
convoyes escoltados por buques de guerra.
La moral
pública promueve la capacidad de resistencia.
La capacidad de resistencia requiere
también que el pueblo crea en la justicia de su
causa y tenga confianza en la victoria. En resumen, hay que
sostener alta la moral. Los
Aliados dieron a la publicidad, para
conocimiento
de sus pueblos y del mundo en general, ciertas declaraciones
inauditas de los alemanes. Por ejemplo, con respecto a la
invasión de Bélgica, el cansiller alemán
calificó de "pedazo de papel" el
tratado que garantizaba la neutralidad de Bélgica. La
propaganda
aliada pintaba a los alemanes como agresores brutales, gobernados
por un autócrata implacable, decidido a destruir la
civilización. La porpaganda alemana acusaba a los Aliados
de haber fraguado un plan
diabólico para monopolizar el comercio
mundial y las colonias, y encerrar a Alemania en un
"círculo de hierro"
formado por potenicas hostiles. Ambos bandos contaban horrores
del enemigo. Una empresa en Viena
ofrecía a la venta a ambos
contendientes fotografías de atropellos, para que le
pusieran los calces que acomodaran a uno o a otro, según
quien las comprase. No era difícil hacer aparecer al
enemigo un monstruo inhumano. Ambos contrincantes censuraban la
prensa a fin
de destacar y exagerar las victorias y disimular las
pérdidas.
Las potencias centrales ganan
muchas batallas, pero la resitencia aliada es
superior.
La posibilidad de una guerra en dos
frentes fue siempre una pesadilla para los militares alemanes.
Por eso Bismarck se preocupaba tanto de mantener relaciones
amistosas con Rusia. Y por eso también, el Estado
Mayor alemán, mucho antes de 1914, había hecho un
plan para
poner en ejecución inmediatamente en el caso de que la
nación se viera comprometida en una guerra de dos frentes.
La primera parte del plan era caer
sobre París como un rayo, cortando por Bélgica,
para eludir las grandes fortificaciones francesas en la frontera
franco-alemana. Cuando Francia estuviera fuera de combate, los
ejércitos alemanes se transportarían al frente ruso
oriental en sus magníficos ferrocarriles. Una vez,
allí, era de esperarse que el ejército
alemán, el más eficaz del mundo, derrotara
fácilmente al ejército ruso, el más
numeroso, pero mal equipado y organizado.
La heróica resistencia de los
belgas dirigidos por el Rey Alberto, dio a los franceses tiempo
para reunir sus hombre en el
frente, y a los ingleses para desembarcar un ejército en
Francia. Pero no fue sino en las orillas del Marne, a quince
millas de París, que pudo detenerse el avance
alemán. Allí fue que, a comienzos de septiembre de
1914, un ataque conjunto mandado por los generales franceses Foch
y Joffre, salvó a París. El plan alemán
había fracasado. Ambos ejércitos cavaron trincheras
que se extendían unas seiscientas millas, desde Suiza
hasta el Mar del Norte. Los Aliados tuvieron la fortuna de
hacerse fuertes en dos puertos del canal, los de Calais y
Dunkerque. Pero fue desgraciado que perdieran a Luxemburgo,
Bélgica y el noreste de Francia, lo que dio a los alemanes
el dominio de
fértiles campos, valiosas minas de carbón y
hierro, y
muchas fábricas.
Una razón importante del fracaso
del plan alemán fue la invasión de Prusia Oriental
por los rusos. Los alemanes debilitaron su frente occidental en
Francia al retirar tropas de allí para defender el frente
oriental. En una serie de batallas, una de ellas en Tannenberg,
las tropas alemanas mandadas por los generales Hindenburg y
Ludendorff, desalojaron a los rusos del territorio alemán.
El general ruso sintió tal vergüenza de su torpe
estrategia en
Tannenberg que se suicidó de un balazo. Hacia la primavera
de 19145, Hindenburg dominaba una parte considerable del
territorio ruso. Los rusos lograron algunas victorias en las
provincias austríaca de Galicia. Pero en el otoño
de 1915, los austríacos, auxiliados por los alemanes,
echaron a los rusos de Galicia y de la parte rusa de Polonia.
Pronto ambos contendientes se atrincheraron en un frente que, a
tiempo de la derrota de Rumania en 1916, se extendía unas
novecientas millas desde Riga en el Báltico al Mar
Negro.
Las terribles derrotas rusas pusieron de
relieve la
corrupción
del mando, la pésima disciplina y
hasta los sentimientos filogermanos de algunos oficiales rusos.
Los pertrechos escaseaban de tal manera que hubo soldados que
tuvieron que aguardar la muerte de
un compañero para armarse de un rifle.
En 1917, estalla un revolución
en Rusia que le obliga a abandonar la guerra. En sólo tres
años de guerra, Rusia tuvo más de nueve millones de
bajas, que es mucho más de lo que sufriría ninguna
otra nación después de los cuatro años que
duró la contienda.
1917: Un año aciago para los
Aliados.
La pérdida de Rusia fue
sólo una de las varias razones del por qué, en
general, la situación era sombría para los Aliados
en 1917. Recordaban con amargura la desastrosa derrota sufrida
por ellos a manos de los turcos en la campaña de los
Dardanelos en 1915. Uno de los propósitos principales de
esta campaña había sido abrir los Dardanelos a fin
de llevar pertrechos a los rusos. En 1916, las Potencias
Centrales habían conquistado no sólo a Luxemburgo,
Bélgica y el noreste de Francia, sino también a
Servia, Montenegro y Rumania. Aunque los alemanes no había
logrado romper el estancamiento del frente occidental en
Verdún, los Aliados perdieron en esta batalla y en
la
contraofensiva del Somme más de un
millón de hombres. Y para colmo de calamidades, en octubre
de 1917, las fuerzas austro-alemanas infligieron una grave
derrota a los italianos en Caporetto, al note de Italia, en la
que éstos perdieron más de seiscientos mil
hombres.
Sin embargo, no todo fue sombrío
para los Aliados en 1917. Podían mirar con
satisfacción la captura de las posesiones alemanas del
Extremo Oriente y del Pacífico en 1914 por el
Japón, Australia y Nueva Zelandia. Las tropas aliadas
conquistaron también todas las colonias alemanas en
África, excepto el África Oriental alemana, que fue
tomada en 1918. Los Aliados estaban ansiosos de debilitar a
Turquía a fin de asegurar las comunicaciones
británicas con la India. Por lo
tanto, se apoderaron de gran porción de Mesopotamia,
Palestina y Siria, reclamaciones todas de Turquía. Y
Egipto fue
hecho un protectorado inglés.
La entrada de los Estados Unidos en
la guerra alienta a los Aliados en el año
sombrío.
La entrada de los Estados Unidos en
la guerra fue el hecho más alentador para los Aliados en
el cuadro del año de 1917. Pocos norteamericanos
sabían en 1914 por qué se peleaba la guerra. Muchos
no habían oído jamás de los lugares
mencionados en las noticias de la campaña. Cuando el
presidente Wilson declaró la neutralidad nacional,
tenía la aprobación de millones de
ciudadanos.
Pero era muy difícil mantenerse
neutral. Los norteamericanos tendían a simpatizar con las
naciones de donde habían emigrado ellos o sus antepasados.
Además, los propagandistas de ambos contendientes trataban
de ganar las simpatías de los Estados Unidos.
Las propaganda de
los Aliados era más hábil y sensata, y se basaba en
una comprensión más honda de los
norteamericanos.
Sin embargo, al principio hubo serios
inconvenientes con los ingleses. Éstos se apoderaron de
algunos cargamentos que los norteamericanos no consideraban
contrabando. Se incautaron además de otros envíos
de los Estados Unidos a
países neutrales como Holanda y Suecia, aludiendo que su
destino final era Alemania. Pero pronto los norteamericanos se
sintieron algo más que molestos con los alemanes. El
norteamericanismo se precia de no tolerar los abusos del fuerte
contra el débil. Los propagandistas lo sabían. Por
lo tanto se dieron maña en lanzar a los vientos historias
sobre las atrocidades – la mayoría falsas- que los
alemanes cometían con los belgas. La hostilidad contra
Alemania aumentó cuando sus agentes trataron de incitar a
México
para que declarase la guerra a los Estados Unidos.
Había, además, otras razones para que los
norteamericanos favorecieran a los Aliados frente a los alemanes.
Como Inglaterra dominaba los mares y había numerosas
naciones peleando junto a los Aliados, la mayor parte de los
negocios, el
comercio y los
préstamos de los Estados Unidos era para éstos. No
es de extrañar, pues, que hubiera muchas personas deseosas
de que ganaran los Aliados.
Las simpatías de los
norteamericanos por los Aliados aumentaron cuando el gobierno
alemán violó los derchos de neutralidad de los
Estados Unidos al expedir órdenes en las que decían
a los barcos americanos cuándo y de dónde
debían partir. Permitirían, dijeron, que un barco
de pasajeros hiciera un viaje semanal a Inglaterra por una ruta
indicada. Pero lo peor de todo fue que los submarinos alemanes
torpedeaban barcos de carga, tanto neutrales como beligerantes,
sin aviso y sin tomar medidas para la seguridad de los
pasajeros y la tripulación. Esta violación del
derecho
internacional costó muchas vidas norteamericanas,
incluso las 128 perdidas en el vapor inglés
Lusitania. El presidente Wilson protesó una y otra vez.
Pero la guerra submarina desmandada continuó casi sin
interrupción. Finalmente, Wilson pidió al Congreso
un declaración de guerra, basada en que "el derecho es
más preciado que la paz"… y en que " hay que salvar
al mundo para la democracia".
El 6 de abril de 1917, los Estados Unidos declararon la guerra a
Alemania.
Los Aliados derrotan a las
Potencias Centrales.
Al entrar los Estados Unidos en la
guerra, los alemanes comprendieron que tenían que obrar
con rapidez o perderían la contienda. Su pueblo, como el
de los Aliados, estaba cansado de la guerra; el hambre amenazaba
a millones de personas. Los rumores de paz se extendían
rápidamente entre los ciudadanos y los soldados y en el
propio Reichstag. También en los países Aliados se
hablaba de paz. Pero, en este campo, la entrada de los Estados
Unidos en la guerra levantó la moral.
Grandes cargamentos de provisiones y pertrechos de guerra
llegaban de los Estados Unidos, pagado con los préstamos
de esta nación a los Aliados. Las flotas norteamericanas y
aliada se combinaron para arruinar la campaña submarina
alemana. Con gran sorpresa del Estado Mayor
alemán, trescientos mil soldados norteamericanos
habían desembarcado en Francia en diciembre de 1917. Hacia
fines de la guerra, había dos millones de soldados en la
Fuerza
Expedicionaria Americana (A.E.F.), al mando del General John J.
Pershing.
Para obrar rápidamente antes de
que los Estados Unidos movilizaran a plenitud toda su fuerza, en
marzo de 1918 el General Ludendorff, lanzó una gigantesca
ofensiva contra las fuerzas aliadas en el frente occidental.
Aumentó sus tropas con soldados que no habían
recuperado aún de las heridas, con adolescentes
de dieciséis años y con hombres traídos del
frente oriental donde ya no se necesitaban pues los rusos estaban
derrotados. Uno tras otro golpe de ariete contra la línea
aliada, abrieron grandes brechas en ésta. Ambos
contendientes sufrieron terribles pérdidas. Finalmente,
los Aliados comprendieron la necesidad de la unificación
del mando, ventaja de que habían gozado los alemanes desde
los primeros días de la guerra. Se nombró al
General Foch Comandante en Jefe de las fuerzas
aliadas.
Foch dejó que los alemanes se
debilitase en la ofensiva. Entonces lanzó su contra
ofensiva en la segunda Batalla de Marne. Los norteamericanos se
distinguieron por primera vez en la Batalla de Chateau-Athierry.
Tras la victoria de Marne, los Aliados continuaron pegando duro y
empujando a los alemanes hacia el norte, hacia su propia
frontera. Los aliados de Alemania también se desmoronaban.
En septiembre, se rindió Bulgaria; en octubre,
Turquía; y el 3 de noviembre, tras una severa derrota a
manos de los italianos, Austria-Hungría se entregó.
Los pueblos sojuzgados a través del Imperio
Austro-Húngaro comenzaron a rebelarse y declararse
independientes. Las deserciones en el ejército, los
motines en la armada, las revoluciones socialistas en muchos
estados alemanes, las amenazas de huelga general
y la fuga de Guillermo II a Holanda, contribuyeron al colapso
definitivo de la Alemania imperial. El 11 de noviembre de 1918,
se firmó el armisticio.
Batallas y Estrategias
De La Primera Guerra
Mundial
1914
Frente
Occidental.
Tras tomar la fortaleza de Lieja, los
alemanes entraban en Bruselas, mientras el ejército belga
se retiraba a Amberes. Entre tanto, los franceses obtuvieron
triunfos efímeros en Alsacia y Lorena. El centro del
esfuerzo alemán se dirigió al N.E. de París;
el 20 de agosto belgas y franceses fueron derrotados en
Charleroi, en tanto que una ofensiva francesa en las Ardenas
también fracasaba. Las fuerzas aliadas, a las que se
habían unido los británicos, se retiraron hacia la
línea del Marne. Los británicos fueron vencidos en
Le Cateau, pero los franceses salieron vencedores en Guise. El
gobernador militar de París, general Galliéni,
preparó un ataque a las fuerzas alemanas inmediatas a la
ciudad, sobre el Marne. Éste se produjo el 6 de setiembre
y abrió una brecha de 50 mil en el frente alemán y
los alemanes se retiraron hasta el Aisne (17 de septiembre). El
10 de octubre capituló Amberes. Los aliados atacaron el
Ypres (octubre-noviembre), pero la ofensiva fracasó y a
duras penas fue impedida la irrupción de los alemanes. Al
terminar la batalla, todo el frente occidental estaba formado por
trincheras y la guerra de posiciones reemplazaba a la de
movimientos.
Frente
Oriental.
El 17 de agosto el ejército ruso
invadió Prusia Oriental; el 19-20 venció en
Gumbinnen a los alemanes. Otro ejército invadió
Prusia Oriental por el Sur, Hindenburg lo derrotó en la
batalla de Tannenberg (27-30 de agosto), seguida por la batalla
de los Lagos Masurianos (9-10 de septiembre), en que fue vencido
el ejército del Norte. Pero los rusos obtienen victorias
contra los austríacos: se apoderan de Lember (agosto). Los
austroalemanes emprenden una audaz ofensiva destinada a aislar al
ejército ruso en la saliente polaca y una contraofensiva
rusa es detenida or Ludendorff sobre el Vístula (11 de
noviembre). Los rusos se retiran a la línea del
Bzura-Rayka, frente a Varsovia. Ludendorff lanza una nueva
ofensiva el 15 de diciembre y los rusos se retiran tras del
Dunajec, donde establecen también una línea de
trincheras.
Nuevos
Beligerantes.
En octubre de 1914 Turquía
lanzó una importante ofensiva sobre el Cáucaso,
repelida por los rusos. El 24 de mayo de 1915 Italia
declaró la guerra a Austria y comenzó una guerra de
posiciones a lo largo de su frontera.
1915
Frente
Occidental.
Se realizaron varias tentativas de poner
fin a la guerra de posiciones. Los británicos atacaron en
Neuve-Chapella (marzo), y fracasaron. Los alemanes emplearon por
primera vez gases
asfixiantes en la segunda batalla de Ypres (22 de abril-25 de
mayo), pero la sangrienta batalla no pudo poner fin a la guerra
de posiciones. A ello siguieron breves ofensivas francesas en
Artois (mayo-junio) y en Chmpagne (septiembre). El
ejército italiano quiso quebrar las líneas
austríacas en el Isonzo, para lo cual lanzó sin
éxito dos ofensivas (junio y octubre).
Frente Oriental.
El 2 de mayo fue lanzado el ataque
general austro-alemán contra las líneas rusas de
Dunajec; el frente ruso se quebró, y el avance
prosiguió hacia el San (mayo); el 3 de junio los rusos
perdían Przemysl; el 22, Lemberg, y el 31 de julio
caía Lublin; el 4 de agosto, Varsovia; el 5 de agosto
comienzan los ataques contra Brest-Litovsk, abandonada el 26;
pero el ejército ruso se ha salvado del peligro de ser
cercado. El frente ruso queda estabilizado en una nueva
línea que va del Báltico hasta la frontera
rumana.
La Guerra en los
balcanes.
La dificultad de llegar a una
decisión en el frente principal llevó a los
beligerantes a buscarla en campos periféricos. La primera tentativa fue la
campaña de los Dardanelos, inspirada por Chuchill. Una
flota anglofrancesa intentó forzar el pasaje de los
estrechos, pero fracasó (18 de marzo). A ello
siguió una ofensiva terrestre, el 25 de abril se produjo
el desembarco en la península de los Dardanelos; pero los
invasores no pudieron conquistar las alturas y la lucha se
estabilizó hasta la evacuación del cuerpo
expedicionario, en diciembre de 1915 y enero de
1916.
En 1915 la lucha se tornó
también activa en Servia. Allí las ofensivas
austríacas de 1914 habían fracasado, pero el 6 de
octubre de 1915 una nueva ofensiva, con auxiliares alemanes y
búlgaros (Bulgaria se unió en octubre de 1915 a los
imperios centrales), terminó con la resistencia servia; el
ejército servio pudo reorganizarse en Corfú. De
allí pasó al frente de Salónica, donde
había desembarcado en octubre un cuerpo expedicionario
francés; también allí la lucha se
estabilizó bien pronto.
La lucha en Mesopotamia.
En noviembre de 1914 una fuerza
expedicionaria británica con base en la India se
había apoderado de Basora para controlar los yacimientos
petrolíferos de Persia. En la primavera de 1915 los
británicos extendieron la zona ocupada, tras de vencer a
los derrotados más tarde en Kut (1916), los
británicos quedaron sin embargo en posesión de la
baja Mesopotamia.
1916
Frente
Occidental.
Los alemanes intentaron provocar el
desgaste de las reservas francesas, que juzgaban cercanas al
agotamiento. Esta táctica fue aplicada en la lucha en
torno a
Verdún. La batalla comenzó el 21 de febrero y
terminó en diciembre, alterando ofensivas y
contraofensivas. Juntamente con la campaña de
Verdún tuvo lugar una ofensiva aliada en el Somme (julio a
noviembre). Los avances, reducidos, se lograron a costa de muy
fuertes pérdidas. A mediados de septiembre entró a
actuar en esta batalla una nueva arma de guerra, el tanque,
inventado por los ingleses.
Frente
Oriental
El 4 de junio los rusos lanzaron una gran
ofensiva contra los austríacos y triunfaron en Luck y en
los Cárpatos. Esas victorias decidieron la entrada en la
guerra de Rumania, cuyo ejército invadió
Transilvania en agosto. En septiembre los búlgaros
invadieron la Dobrudka, obligando a los rumanos a cesar en su
ofensiva en Transilvania. Las fuerzas austroalemanas los
vencieron allí en Brasov (octubre) y en noviembre
atravesaron los Alpes de Transilvania; luego cruzaron el Banubio
el 6 de diciembre tomaron Bucarest; toda Valaquia quedaba
ocupada.
Otros
Frentes.
Los italianos cruzaron el Isonzo y
tomaron Gorizia (8 de agosto), pero no pudieron proseguir su
ofensiva en los montes del Carso. En Mesopotaia una ofensiva
británica comenzada en diciembre concluyó con la
toma de bagdad (11 de marzo de 1917). En cambio, otra
ofensiva contra Palestina, desde las bases egipcias, comenzada en
la primavera de 1916, no pudo tomar Gaza.
1917
Frente
Occidental.
En este año ocurre un hecho
decisivo: la declaración de guerra por los Estados Unidos.
Pero las consecuencias no se hicieron sentir en forma importante
hasta 1918. Los franceses prepararon una ofensiva en el frente de
Champagne (abril), qe fracasó completamente, porque el
mando alemán estaba informado de ella, en tanto que en el
Somme los alemanes se retiraban a una nueva línea (la
línea Sigfrido). Los británicos emprendieron otra
ofensiva en Flades (batalla de Ypres de 1917). Pero los ataques
generalizados de julio, agosto y septiembre sólo dieron
lugar a pequeños avances, a costa de grandes
pérdidas.
Colapso Del Frente
Ruso.
La última ofensiva había
agotado las reservas humanas y la voluntad de resistencia de
rusia. La revolución
de ferbrero pretendió proseguir la guerra. Brusilov, nuevo
general en jefe, obtuvo éxitos contra los
austríacos en Stanislau (junio). Pero la contraofensiva
alemana expulsó a los rusos de Galitzia y Bukovina
(agosto), y en septiembre los alemanes se apoderaron de Riga. El
7 de noviembre la revolución
bolchevique se apoderaba del poder, con el
programa de
paz inmediaa. En noviembre se firmaba un armisticio en
Brest-Litovsk.
Derrumbe Del Frente
Italiano.
Una nueva batalla del Isonzo llevó
a la conquista de la Bainsizza, al norte de Gorizia. Los
ejércitos austríaco e italiano estaban al borde del
agotamiento. El 24 de octubre refuerzos alemanes lograban abrir
una brecha en Caporetto, el 28 alcanzaban Udine; el 31,
Tagliamento. Todo el centro del frente italiano había sido
quebrado y los italianos se salvaron mediante una retirada hasta
el Píave, completada en noviembre. Las tentativas
posteriores de forzar esta nueva línea de defensa
fracasaron.
Otros
Frentes.
En el frente turcoegipcio una ofensiva
británica conquistó Jerusalén el 9 de
diciembre.
1918
Frente
Occidental.
El 21 de marzo los alemanes lanzaron una
gran ofensiva en la zona Arra-Saint Quentin, con amplio uso de
granadas de gas. El frente
aliado fue quebrado al S. del Somme, pero resistió al N.,
y los alemanes prosiguieron inúltilmene los ataques. El 9
de abril lanzaron los alemanes una nueva ofensiva en Flandes que
alcanzó objetivos
importantes y provocó grandes bajas entre los
británicos, pero no pudo quebrar el frente. Una nueva
ofensiva en Champagne (batalla de Chemin-des-Dames, 27-30 de
mayo) llevó a los alemanes hasta el Marne. Pero el ataque
alemán del 9 de junio, destinado a aislar la saliente
aliada de Compiégne, fracasó. Ente tanto, los
refuerzos americanos habían comenzado a llegar. El 18 de
julio, Foch, comandante en jefe de todo el frente, lanzó
una ofensiva sobe el Marne, con amplio uso de masas de tanques;
otra ofensiva británica, en el Somme, quebró la
resistencia alemana el 8 de agosto.
Los Balcanes Y El Cercano
Oriente.
El 15 de septiembre el ejército de
Salónica lanzó una ofensiva contra los
búlgaro, el 29, éstos pedían armisticio. En
Palestina, los británicos obtuvieron una importante
victoria en Megido (septiembre) que les dio acceso a Damasco y
Alepo; el 30 de octubre Turquía firmaba un
armisticio.
El Colapso De Los Imperios
Centrales.
El 26-28 de septiembre Foch lanzó
un ataque general que puso en peligro de derrumbe a todo el
frente alemán en Occidente. El Estado
Mayor alemán juzgó urgente pedir la paz; el
príncipe Max de Baden, nuevo jefe del gobierno
alemán, solicitó del presidente Xilson la inmediata
concertación de un armisticio. En estas condiciones, la
defensa contra los ataques aliados comenzó a derrumbarse.
La batalla de Vittorio Veneto (27-30 de octubre?, que
destrozó al ejército austríaco, llevó
al armisticio austroitaliano del 4 de
noviembre.
En Alemania la revolución
estallada ese mismo día condujo a la instauración
de una república. El 11 de noviembre los delegados
alemanes firmaron armisticio con los aliados en
Compiegne.
La Guerra
Naval.
Durante el año 1914 la guerra
naval tuvo por teatro los
grandes océanos; los alemanes realizaban una tentativa de
disputar su predominio a la flota británica. Esta
tentativa fracasó: el Emden fue hundido en el
océano Índico el 9 de oviembre; el Karisruhe
lo fue en el mar de las Antillas el 4 de ese mes, pero la
acción más importante fue la de las Malvinas, en
la cual la flota del conde Von Spee fue destruída (8 de
diciembre). Desde entonces la acción se
circunscribió principalmente al mar del Norte y al
Báltico, la acción de Dogger Bank (24 de enero de
1915) hizo que aun en el mar del Norte los alemanes prefiriesen
no aventurarse. Pero la batalla de Jutlandia (31 de mayo de
1916), con las graves pérdidas causadas a la flota
británica, puso fin a las tentativas británicas de
actuar en el Báltico. El aspecto más importante de
la guerra naval fue sin duda la guerra submarina, que los
alemanes llegaron a considerar factor decisivo para su triunfo.
El año de más intensa acción submarina fue
1917; Alemania declaró la guerra submarina indiscriminada
contra naves mercantes de todas las banderas (1ro de febrero), lo
que iba a llevar a la entrada de E. U. en la guerra. Las
pérdidas de tonelaje fueron creciendo hasta agosto, en que
llegaron a 600,000 tn.. A partir de mayo comenzó a
aplicarse el sistema de
navegación por convoyes de barcos mercantes escoltados por
navíos de guerra; este método
reveló su eficacia al
descender grandemente las pérdidas a fines de
1917.
El 9 de noviembre, Guillermo II
decidió abdicar al tiempo que se extendía por
Alemania una revolución
proletaria que sería finalmente sofocada por grupos
contrarrevolucionarios y militares. En Europa comenzaron los
preparativos para la conferencia de
paz de Versalles.
La guerra mundial
había causado cerca de diez millones de muertos y varios
millones más de heridos, en su mayoría
jóvenes, principalmente de Rusia, Alemania, Francia y el
Reino Unido. Las pérdidas materiales
fueron también cuantiosas en los países
beligerantes. Por otra parte, la contienda había generado
un intenso desarrollo de
los instrumentos y técnicas de guerra: por primera vez
participaron de forma activa en el combate los fusiles de
repetición, las ametralladoras, los gases
asfixiantes, los tanques, los dirigibles y los aviones, y
también por primera vez se practicaron la guerra de
posiciones y los bombardeos de ciudades. La exacerbación
del patriotismo y la movilización de la sociedad civil
fueron otras novedades de la primera guerra
mundial.
El tratado de Paz de
París:
los sueños chocan con la
realidad
En diciembre de 1918, el Presidende
Wilson embarcó para Europa. Iba camino de una conferencia en
París, que se reunía para redactar los tratados de paz
que pondrían fin a la Primera Guerra Mundial.
Habían muerto en la guerra unos diez millones de soldados.
Los heridos sumaban viente millones; y los desaparecidos, cinco.
El hambre, el crimen, la enfermedad y la revolución
ocasionaron la muerte de
diez millones de ciudadanos. En cuanto al costo material de
la guerra, se calcula en unos trescientos mil millones de
dólares. Estos datos, así
como también otros efectos de la guerra eran del conocimiento
de los delegados que se reunían en la Conferencia de
Paz de París en enero de 1919.
El Presidente Wilson había
expuesto ya su criterio. Pedía una "paz sin victoria",
esto es, que no se castigara tan duramente a los perdidosos como
para obligarlos a buscar el desquite. Dijo, con sencillez: "No
habrá anexiones, ni retribuciones, ni daños
punitivos". En enero de 1918, había redactado lo que
consideraba un program de paz perdurable. Confiaba en que este
programa de
los Cartoce Puntos fuera aceptado por los Aliados como la
finalidad de la guera. Para acabar con la diplomacia secreta,
recomendó:
- Convenios de paz abiertos, libremente
concertados: A fin de proteger los derechos de los
neutrales. - Sugirió la libertad de
los mares: para reducir las rivalidades económicas e
imperialistas. - Favoreció la disminución
de las barreras arancelarias: con miras a evitar la pugna de
los armamentos. - Abogó por la reducción
de armamentos: para frenar el imperialismo. - Sugirió un reajuste de todas
las áreas coloniales: en interés
de los pueblos concernidos. - En reconocimiento del nacionalismo: recomendó, por ejemplo, que
la Alsacia y la Lorena fueran devueltas a Francia y que se
reconstituyera a Polonia como nación
independiente. - Sugirió la propia
determinación: que los pueblos sojuzgados de los
imperios austríaco y turco determinaran por sí
mismos qué gobierno
querían. - Propuso el establecimiento de una Liga
de las Naciones.
Etc.
Al llegar Wilson a Europa, se celebraron
paradas en su honor. Tocaron las bandas musicales. Las calles
estaban llenas de flores. Se le dio su nombre a algunas calles.
Los millones de seres que lo vitoreaban con lágrimas en
los ojos, no olvidaban que él y su país vinieron en
auxilio de ellos en los días más aciagos de la
guerra. Sin embargo, en la conferencia de la
paz, el idealista Wilson encontró una fuerte
oposición. Los otros delegados objetaban muchos de sus
Catorce Puntos. El octogenario Clemenceau, delegado
francés, diz que ridiculizó a Wilson con estas
cínicas palabras: "Diez mandamientos fueron bastantes para
Dios, pero Wilson no se contenta con menos de catorce".
Clemenceau quería la venganza. Ni él ni millones de
franceses podían olvidar que los alemanes invadieron a
Francia en 1870 y nuevamente en 1914. Querían una paz con
victoria, tan dura que no le fuera posible a Alemania invadir por
tercera vez a Franicia.
El Primer Ministro Lloyd Geroge, delegado
inglés,
quien combatió la pobreza en su
páis, estaba dispuesto a aceptar algunos de los Catorce
Puntos de Wilson. Pero no quería que nada comprometiera el
logro de la causa de Inglaterra en la conferencia.
Estaba obstinado en mantener el tradicional equilibrio
inglés
del poder en el
continente, y quería evitar que Francia ganara demasiado a
expensas de Alemania. Buscaba también asegurarse de que el
Imperio Británico obtuviese la mayor parte de las colonias
alemanas. Veía en la conferencia una oportunidad de
eliminar a Alemania como competidora naval y comercial de
Inglaterra.
Un gran obstáculo a los Catorce
Puntos de wilson, eran los tratados secretos
que los Aliados habían hecho entre ellos durante la
guerra. Se había acordado que si ganaban, Francia
recibiría la Alsacia y la Lorena y el dominio de la
magen izquierda de Rin. Inglatera obtendría la mayor parte
d elas colonias alemanas en África, y compartiría
con Rusia, Francia e Italia las regiones turcas al este del
Mediterráneo. Se prometió dar a Rusia los
Dardanelos y Constantinopla. El premio de Italia sería la
Italia Irredenta y la mayor parte de la costa oriental de
Adriático. El Japón recibiría las
concesiones alemanas en Shantung y algunas de las islas alemanas
del Pacífico. Los delegados de los países que
habían hecho estos acuerdos secretos estaban presentes
para ver que se cumplieran. Y así, los sueños de
Wilson se estrellaban contra las realidades
imperialistas.
Acudieron a la conferencia representantes
de las potencias victoriosas así como también de
los diversos grupos que
querían que los delegados consideraran sus particulares
problemas.
Entre éstos figuraban irlandeses, hindúes, negros y
judíos. Ni Rusia, que abandonó la guera, ni las
Potencias Centrales derrotadas, recibieron invitación. Al
principio, la conferencia estuvo dominada por Wilson, Clemenceau,
Lloyd Geroge, y Orlando de Italia -los Cuatro Grandes. Luego,
Orlando se retiró, y quedaron sólo los Tres
Grandes. Italia había exigido la entrega del puerto de
Fiume en el Adriático, pero Wilson no quiso allanarse
porque tal anexión violaba el principio de la propia
determinación.
Wilson descubrió pronto tras
acalorados debates, que debía hacer numerosas concesiones
a fin de lograr apoyo para la formación de una Liga de las
Naciones. Creía que, a la postre, la liga
corregiría los errores que se cometiesen en los arreglos
de paz. De los Catorce Puntos, éste era el que con
más devoción anhelaba. Aunque wilson se
había opuesto la diplomacia secreta los Tres Grandes
hicieron secretamente las decisiones más importantesde la
conferencia. Para complacer a Inglaterra, wilson abandonó
el asunto de la libertad de
los mares. Nada se hizo tampoco sobre la reducción de los
aranceles.
El acuerdo de paz de París
castiga a los vencidos y premia a los
victoriosos
Se hicieron tatados aparte con cada una
de las potencias vencidas, los que conjuntamente se conocen por
el Acuerdo de Paz de París. Después de haber
redactado el que correpondía a Alemania -El trtado de
Versalles- se llamó a los dirigentes alemandes para que lo
firmasen.
Se obligo a Alemania a reducir su
ejército a 100,000 hombres y su marina de guerra a unos
pocos barcos, y a abolir el serico militar obligatorio. Se le
prohibió mantener tropas o fortificaciones en la margen
occidental del Rin. Wilson obtuvo, pues, una reducción de
los armamentos, pero no entre los victoriosos. La Alsacia y la
Lorena fueron devueltas a Francia, quien también
recibió en usufructo por quince años las ricas
minas carboníferas de la cercan Cuenca del Sarre. Con
miras a la creacion de una Polonia libre, Alemania tuvo que
entregar Prusia Occidental y Polonia. Para dar a esta
última acceso al mar, se declaró ciudad libre el
puerto alemán de Danzig, y se puso bajo el dominio de la
Liga de las Naciones. Hubo, pues, que demarcar una franja de
tierra, el
Corredor Polaco, que partía a Alemania en dos. Tras los
plebiscitos de rigor en interés de
la propia determinación, el norte de Schleswig pasó
a Dinamarca, y parte de la Alta Silesia, región muy
industrializada, a Polonia.
Todas las colonia de Alemania pasaron a
la Liga de las Naciones, quien las asignó a las varias
potencias victoriosas para que las administraran hasta que
pudieran considerarse preparadas para la emancipación.
Tales colonia -las llamadas mandatos– se regenteaban como
cualquier otra colonia, sólo que había que
presentar informes sobre
su administración a la Liga. La Comunidad de
Naciones británicas btuvo la mayor parte de estos
mandatos. El acuerdo ganó par la Liga el fuete apoyo de
los ingleses. Gran Bretaña, propiamente, obtuvo el
África Oriental alemana (hoy Tanganyka). La Unión
del Sur África obtuvo el África del Suroeste
alemana. Australia y Nueva Zelandia obtuvieron las islas alemanas
del Pacífico, al sur del Ecuador; y el
Japón recibió las que demoran al norte y las
concesiones alemanas en la península de Shantung. Muchos
de estos arreglos consonaban con los tratados
secretos. El Tratado de Versalles decía además que
Alemania era totalmente responsible de la guerra y del
daño causado por ésta. Esta cláusula se
conoce como la cláusula de la culpabilidad de
guerra.
El Imperio de Austria-Hungría,
aliado de alemania, había comenzado a desmembrarse
aún antes de que se reuniera la conferencia de la paz. El
tratado, dictado oficialmente al Imperio, dividió el reino
de Habsburgo en las naciones independientes de Austria,
Hungría y la recién creada Checoslovaquia, y partes
de las nuevas Polonia y Yugoslavia. Yugoslavia se formó de
Seriva, Montenegro, Bosnia-Herzegovia, y algunas otras
provincias. El arreglo reconocía el principio de la propia
determinación. Sin embargo, se le prohibió a
Austria, nación alemana, que se uniera con Alemania.
Hungría tuvo que entregar Transilvania a Rumania, y
Bulgaria ceder territoiro a sus vecinos balcánicos,
Grecia,
Rumania y Yugoslavia. Italia recibió por fin la Italia
Irredenta y el Tirol meridional, según se le
prometió en un tratado secreto. Además, en 1924,
Yugoslavia le entregó a Fiume.
La vencida Turquía fue
prácticamente echada de Europa por los términos del
Tratado de Sévres, en el cual Grecia
ganó mucho. En el Asia,
Truquía tuvo que entregar Transjordania, Palestina y la
Mesopotamia
petrolera a Inglaterra, y Siria y el Líbano a Francia.
Todas estas regiones pasaron a ser mandatos. De nuevo, los
tratados secretos
prevalecieron sobre los Catorce Puntos. Como Turquía
rehusó aceptar todas las condiciones del tratado, y hasta
le ganó una guerra a Grecia, se
otorgó a los turcos en 1923 un nuevo y más generoso
pacto, el Tratado de Lusana. Esta vez, Turquía
reconquistó su pequeña franja en Europa, incluso
Constantinopla, y alguna porción de su territorio en el
Asia
Menor.
Al igual que de Alemania, se
exigió de las otras Potencia
Centrales vencidas, con excepción de Turquía, la
reducción de sus ejércitos y el pago de
indemnizaciones. Austria, Hungría y Turquía,
así como también los países recién
creados, tuvieron que prometer que respetarían la religión y las
costumbres de los grupos
minoritarios dentro de sus fronteras.
En 1917, los alemanes habían
dictado al régimen comunista de Rusia, el Tratado de
Brest-Hitovsk. Rusia tuvo que entregar los estados en las
márgenes del Mar Báltico, su parte de Polonia, la
Ucrania, y algunos territorios en el Cáucaso. Esto
costó a Rusia el 75 por ciento de su carbón y
hierro y cerca
del 30 por ciento de sus fábricas y tierras
fértiles. Terminada la guerra, los Aliados, a tenor de los
Catorce Puntos, obligaron a las tropas alemanas a salir de Rusia.
Luego se hicieron arreglos para reconocer la independencia
de Finlandia, Estonia, Latvia, Lituania y Polonia. Los acuerdos
de paz sancionaron también la anexión de Besarabia,
arrebatada por Rumania a Rusia. Posteriormente, los rusos se
quejaron de que los Aliados los habían aislado con toda
intención de Occidente al establecer un bloque de
recién creadas naciones desde el Báltico al Mar
Negro. Según los Aliados, este arreglo fue una manera de
cumplir la política de la propia
determinación, al par que de refrenar el avance del
comunismo hacia
el occidente europeo.
Hechos
Significativos
De La Primera Guerra
Mundial
Hay muchos factores que considerar en los
orígenes y causas de la I Guerra
Mundial:
ninguno de ellos es suficiente, y todos
son contaminantes. Uno es la continuación histórica
de de los grandes conflictos de
finales del siglo XVIII y principios del
siglo XIX en donde potencias centrales en torno a Alemania
se encontraban frente a aliados en torno a Rusia,
Francia y Gran Bretaña. Otro, un poco dudoso, es el
enfrentamiento de democracias y autoritarismo.
Un factor clave es la lucha imperialista
por el reparto del Mundo, ya que en efecto, en 1914 Europa
dominaba el mundo, salvo por los Estados Unidos y el
Japón, y las riquezas estaban irregularmente
distribuídas. Además, algunos países
veían en la guerra la posiblidad de resolver sus conflictos
internos.
Sus principales protagonistas: el
emperador de Austria Francisco José, el zar
Nicolás II de Rusia y el Kaiser Guillermo II de
Alemania
La Gran Guerra duró cuatro
años, que los tratadistas militares dividen en tres
períodos:
En los primeros meses, guerra de
movimientos; en los tres años siguientes guerra de
posiciones o trincheras y el período de ofensiva alemana y
contraofensiva aliada que en un plazo de catorce semanas y
gracias a la intervención de los Estados Unidos,
terminó con las potencias centrales y las redujo a un
estado de
postración. De este estado de
postración y de los tratados de paz
subsiguientes iba a salir el fenómeno del nazismo.
Los tratados de paz no fueron
fáciles: las potencias vencedoras no estaban de acuerdo
entre sí sobre el reparto de los territorios de los
perdedores y sobre el destino de Alemania. Francia
pretendía el desmembramiento de su enemiga y por su parte
Gran Bretaña y Estados Unidos veían ya la necesidad
de conservarla como nación fuerte para el comunismo,
tesis que se
repetiría al final de la II Guerra
Mundial
Finalmente el Tratado de Versalles
decidió el reparto de territorios y colonias de Alemania,
la reducción de su ejército a 10.000 hombres y la
obligación germana de pagar indemnizaciones de guerra por
las reparaciones a los daños hechos a los
aliados.
Los cambios que produjo esta guerra
fueron: la revolución bolchevique (comunista) en Rusia, la
entrada de los Estados Unidos en Europa y, por supuesto, las
bases para la II Guerra Mundial. Una vez más, una guerra
de enorme envergadura no había acabado las
contradicciones, sino que, además de aumentarlas,
creó otras nuevas.
Contenido
Introducción
Causas Básicas de la Primera
Guerra Mundial
Batallas y Estrategias de la
Primera Guerra Mundial
El tratado de Paz de París: los
sueños chocan con la realidad.
Hechos Significativos de la Primera
Guerra Mundial
Bibliografía
Enciclopedia Quillet, Cuarta
Edición, tomo IV, 1968
Páginas 458-459
Enciclopedia Microsoft
® Encarta ® 98.
"Guerra Mudial,
Primera".
Nuestro Mundo A través de las
Edades,
Segunda Edición,
1978
Pág. 511-531
Autor: