ensayo
INTRODUCCION
"En una economía
hiperinflacionista, la inflación es un fenómeno tan
general y un problema tan grande que domina totalmente la vida
económica diaria. La población gasta grandes cantidades de
recursos."
La economía europea
experimentó un proceso
hiperinflacionario en los años veinte en países
como Austria, Alemania,
Hungría, Polonia y Rusia, las causas y consecuencias de
éste, es lo que se ha denominado hiperinflación
tradicional. Lo mismo ocurrió en Iberoamérica en
los años ochenta en países como Bolivia,
Argentina,
Brasil y
Perú, pero a excepción de Bolivia, las
causas y consecuencias en estos países tuvieron una
naturaleza
distinta a la tradicional.
Existe numerosos debates, teorías
e ideas sobre las causas que provocan una alta inflación,
después de la experiencia vivida en los países
europeos, se establecieron teorías
acerca de sus razones, causas y efectos y se aplicaron políticas
económicas que resultaron ser muy efectivas aunque
costosas; años después algunos países del
tercer mundo se vieron en una situación similar de altos
índices de inflación; sin embargo ni la teoría,
ni las políticas
anteriores eran del todo aplicables a este nuevo proceso
inflacionario; porque si bien tenían algunos factores
similares, se desarrollaron en un contexto totalmente diferente;
Y si bien el paciente no era el mismo, no se le podía
realizar la misma cirugía; razón por la cual, las
políticas ortodoxas no fueron del todo
exitosas. Una vez entendido esto se procedió a realizar
diagnósticos alternativos del paciente cuyas condiciones y
síntomas fueron analizadas por diferentes doctores quienes
postularon diferentes teorías
al respecto (heterodoxos) y formularon nuevas políticas
que han tenido igualmente un costo
significativo para estas economías.
Es así como diferentes médicos han
evaluado a los países hiperinflacionarios de América
Latina, paciente que debe ser evaluado cuidadosamente pues
desde su infancia ha
sufrido numerosas enfermedades. Para
comprender el proceso
hiperinflacionario en algunos países Latinoamericanos, se
deben tener en cuenta numerosos elementos de su estructura, su
comportamiento
histórico, el comportamiento
de los agentes e instituciones
económicas , los individuos y la sociedad en
conjunto: factores que influyen en las determinaciones de
política
económica y en el diagnostico y recomendaciones para
sanearlos; esto demuestra que la inflación puede tener
numerosos trasfondos: sociales, políticos,
económicos o estructurales.
Desde esta perspectiva, sería interesante
hacer un análisis de la cadena: Condiciones
iniciales de los países Latinoamericanos (con alta
inflación)® individuo® individuo racional y
emocional® Sociedad®
Estado ®
Instituciones
Multilaterales ® políticas
económicas ® Respuesta de los individuos y la sociedad ®
condiciones finales de los países; analizando igualmente
lo que sucede al interior de esa cadena; Sin embargo este
ensayo se
limitara al análisis de las causas de las grandes
hiperinflaciones vividas en América
Latina, las políticas adoptadas y sus resultados;
teniéndose en cuenta algunos de los factores anteriormente
mencionados, además recoge las diferencias entre los
fenómenos hiperinflacionarios tradicionales y los de la
economía
latinoamericana y plantea una discusión sobre el papel de la
"credibilidad" como un factor / causa de este
fenómeno y el juego de las
expectativas en interacción con las políticas y los
planes utilizados en América
Latina.
Adoptar una posición en favor de los
ortodoxos o heterodoxos, no es tarea fácil dada la
racionalidad desde la cual cada uno realizo su análisis; El problema se constituye en el
circulo vicioso de transiciones continuas en la aplicación
de ambos postulados lo cual influyó directamente en la
actitud de los
individuos y la sociedad.
LOS TRADICIONALES:
El origen de la hiperinflación tradicional
obedeció a factores externos, ésta se produjo tras
la primera guerra
mundial, sus economías presentaron altos
déficit presupuestarios financiados mediante la
creación de dinero. Para
detener la hiperinflación se realizó un programa ortodoxo
ó plan global de
estabilización, el cual generó credibilidad en el
publico y la certeza de que el Banco Central no
financiaría el déficit presupuestario emitiendo
dinero.
En los países europeos que presentaron
hiperinflación, el ingreso solo cubría una
pequeña fracción de los gastos totales y
el colapso en los ingresos
públicos coincidió con el aumento en la
inflación. (caso del efecto Olivera Tanzi). En estos
países, el fenómeno de la hiperinflación fue
precedido por una excesivo nivel del impuesto a la
inflación o señoreaje.
Uno de los componentes claves de los programas
integrales de
políticas ortodoxas que detuvieron la
hiperinflación en las economías tradicionales fue
el hecho de que adoptaran políticas de
estabilización del tipo de cambio
que restablecieran la convertibilidad de la moneda
doméstica en términos del dólar o del oro y
la reducción del déficit presupuestario. Esto hizo
posible la erradicación de la hiperinflación pues
lograron convencer al público sobre el papel del
Banco Central
independiente, que se comprometió legalmente a rechazar
las demandas de créditos internos inseguros y a otorgar
mas crédito
interno al gobierno.
En general, las hiperinflaciones tradicionales
tendieron a ser de mayor duración y mas extremadas que las
de los países latinoamericanos y la característica mas importante respecto a
estas, fue la fuerte credibilidad y aceptación en los
programas
establecidos en Europa durante
este tiempo.
En este punto, podemos inferir que en aquella
época era mas fácil adoptar un tipo de cambio
como ancla pues "el mundo se regia por el patrón oro y en
un ambiente en el
que la deflación de precios no era
común. La norma era una baja inflación" (Kiguel,
Miguel A. Y Nissan, Liviatan), esto fue generando una "creencia
convencional" que "indicaba que un compromiso de tipo de cambio
fijo garantiza más disciplina
fiscal y
monetaria que otras variables"
(Chris Canavan y Mariano Tommasi. 1997), esto dado que el publico
percibe mucho mas fácil una devaluación o cualquier
acción sobre el tipo de
cambio.
Así, en las experiencias tradicionales
lograron atacar ese punto álgido en el proceso
hiperinflacionario y en general en todos los procesos
económicos: lograr la credibilidad de los individuos. En
este punto, se hace visible un elemento clave en la adopción
de políticas económicas y se constituye en la forma
en la cual éstas envían las señales de lo
que pretenden y la forma en que los individuos la reciben (las
expectativas), además el contexto y ambiente en el
cual estas señales se transmiten.
A diferencia del caso tradicional, las
señales que pretendían enviar las políticas
económicas para disminuir la inflación en América
Latina tenían un antecedente relevante y era el hecho
de que eran países con una historia de inflación
crónica y persistente en los cuales el publico supone
frecuentemente que los planes antiinflacionarios son de corta
vida, aun a pesar de las promesas del gobierno;
entonces, esto deja entrever la necesidad que se tiene de que las
políticas económicas pongan un acentuado interés en
la transmisión de señales ya que como afirman
Miguel A. Kiguel Y Nissan Liviatan refiriéndose a las
hiperinflaciones tradicionales : " para detener la
inflación no era necesario lograr el equilibrio
presupuestario a largo plazo, aunque si lo era para dar
señales inequívocas de que el Banco Central no
volvería a emitir dinero para
financiar el déficit" como lo muestra la
experiencia de Austria en 1923. Es importante entender en este
punto como en esos casos la señal que indica cambio de
régimen (como señala Sargent, 1982) puede ser un
factor igualmente clave cuando un gobierno pretende
construir su credibilidad.
El CASO DE BOLIVIA
Bolivia tuvo un proceso
hiperinflacionario que se ajusta en forma similar al proceso
tradicional y representó la inflación mas alta de
la historia
latinoamericana y la séptima más grande del siglo
veinte.
El origen de la hiperinflación Boliviana se
debió a tres grandes causas: Primero: Durante el proceso
de endeudamiento de los países iberoamericanos, Bolivia no
estuvo ausente pues adquirió una gran deuda en los setenta
y al subir los intereses en los mercados
mundiales a principios de los
ochenta, no pudo seguir pagando su deuda ni los intereses
antiguos por medio de la solicitud de nuevos créditos; al
estar insolvente para pagar la deuda, el intento de devolverla
creó tensiones presupuestarias desencadenando elevadas
tasas de creación de dinero;
Segundo: los precios de las
materias primas bajaron generando una disminución en la
renta real y de los ingresos del
estado y, en
tercer lugar la gran inestabilidad política
provocó una huida de capitales nacionales y extranjeros
del país creando una espiral inflacionista que
generó una depreciación de la moneda y una mayor
brecha entre los gastos del
estado y sus
ingresos.
El shock en la disponibilidad de financiamiento
externo llevó a que en 1982 significaran un -5.6% del
PIB por lo
cual se desencadenaron políticas de creación de
dinero,
situación que condujo a la economía al proceso
hiperinflacionario. En este punto se refleja la clara similitud
de Bolivia con la
experiencia tradicional, pues en este país, el nivel de
señoreaje efectivamente precedió a la
hiperinflación, el cual se quintuplico a mas del 10% del
PIB en el
periodo 1983-85. La hiperinflación en Bolivia, fue
erradicada por medio de la adopción
de un programa de
estabilización basado en el compromiso de mantener el
tipo de
cambio, la reducción del déficit presupuestario
y la transmisión de credibilidad en el Banco Central;
una característica particular en este punto, es
que después, Bolivia financió sus déficits
externamente sin recurrir al señoreaje y procuro mantener
el equilibrio del
presupuesto en
relación a los ingresos en
efectivo.
LOS NO TRADICIONALES.
Carlos A. Vegh, en su revisión
analítica para detener la alta inflación,
resaltó que:
"La alta inflación ha sido un problema
recurrente en los países en desarrollo. Es
usual que los programas de
estabilización diseñados para frenarla tengan corta
vida y que la inflación resurja con violencia. El
fracaso reiterado de los programas de
estabilización lleva a que el público sea
escéptico sobre las posibilidades de éxito de
cualquier nuevo intento. El objetivo de
erradicar la inflación se vuelve cada vez más
difícil de alcanzar a medida que los países se
adaptan a una mayor inflación y cada programa fallido
deteriora la credibilidad de las
autoridades"
Las nuevas hiperinflaciones se presentaron en un
contexto distinto y con características y consecuencias diferentes
a las tradicionales. Existen varios aspectos diferenciadores
entre el caso tradicional y el de las nuevas hiperinflaciones:
primero que todo, a diferencia de los tradicionales, las
economías de países como Perú, Brasil y Argentina eran
economías que seguían una tradición de alta
inflación, lo que se debió en gran parte a los
elevados déficits presupuestarios y al incremento del
gobierno y de las
empresas del
sector público; Sin embargo las altas tasas de
inflación fueron controladas durante varios
períodos mediante mecanismos creados por los gobiernos,
manteniendo los ingresos del
gobierno estables
y enseñando a las personas a vivir con una alta
inflación, situación que retardó el proceso
hiperinflacionario e influyo en las expectativas y en el aspecto
de la poca credibilidad que se tenía en los programas de
estabilización del Estado.
El segundo factor diferenciador, fue el hecho de
que en estas economías los niveles de señoreaje no
fueran tan significativos como si lo fueron en el caso
tradicional, en este caso, el señoreaje no se
descontroló ni precedió a la hiperinflación
(a excepción de Perú); fueron las devaluaciones
acompañadas de dinero barato e indización salarial,
la razón que provocó los incrementos en la
inflación.
La incapacidad del Banco Central
para contrarrestar los shocks y la mayor fragilidad en el
sistema
financiero se debió en estos países, a la
gradual contracción de las tenencias de dinero en
relación con el PIB,
situación que se complicó al limitarles el acceso
al financiamiento
externo.
Inicialmente para el control de la
inflación se establecieron programas heterodoxos
caracterizados por políticas de ingresos basadas en
precios y
salarios, pero
ante el continuo problema de las inflación, Argentina,
Brasil y
Perú pusieron en práctica importantes
políticas de estabilización para detener la
hiperinflación. En cada país los nuevos programas
coincidieron con un nuevo gobierno; Menem en Argentina en
1989, Collor de Mello en Brasil y Fujimori
en Perú en 1990; Los cuales buscaron romper con los
anteriores programas heterodoxos, enfatizando en las
políticas ortodoxas y limitando la política de ingresos,
el objetivo que
buscaban era el equilibrio
presupuestal y el cambio en las
expectativas de crecimiento a largo plazo, por lo cual incluyeron
reformas estructurales dirigidas a la privatización de las
empresas del
sector publico
y liberalización del comercio exterior
para así, llegar a una estabilización continua de
precios; sin
embargo esta estabilización de precios no se
logro tan exitosamente como en los casos
tradicionales.
La aplicación de estos nuevos programas
ortodoxos de estabilización, tuvieron resultados
diferentes a los tradicionales, pues, aunque lograron disminuir
la hiperinflación, ninguno de los países
logró la estabilidad de los precios.
En su estudio Miguel A. Kiguel Y Nissan Liviatan,
argumentan que la crisis de la
deuda en los ochenta fue en orden de importancia, un factor
secundario en el proceso de hiperinflación en estos
países y que los mas importantes fueron los factores
internos, sin embargo cabe cuestionarse la verdadera importancia
de esta crisis, porque
si bien los factores internos fueron de extrema incidencia, la
crisis de la
deuda fue generadora de desajustes internos al limitar el acceso
al financiamiento
externo en una situación en la que existía una
debilidad del control fiscal y
monetario que limitaba la disponibilidad de financiamiento
interno en estos países, así pues se puede incluir
la crisis como
parte esencial de la cadena de causas y consecuencias de la
hiperinflación latinoamericana.
América Latina, se puede considerar como un
paciente con problemas en
su nacimiento y en su proceso de crecimiento, afectado
además por factores externos (su relación e
interacción con el resto del mundo). La alta
inflación por su parte, se constituyó como una
enfermedad con la que aprendió a vivir generando
mecanismos que la hacían alta pero tolerable, y sus
raíces son tanto los problemas
estructurales, como los elevados déficits presupuestarios
y el crecimiento continuo de un sector publico
ineficaz.
PERÚ:
La economía peruana tuvo
dos hiperinflaciones, una en 1988 que duro solo un mes y otra en
1990 que duro solo dos meses. Perú, fue el caso de las
nuevas hiperinflaciones mas similar al proceso tradicional, pues
en el caso del señoreaje, su incremento fue el causante de
la explosión de la hiperinflación. El comienzo de
la hiperinflación estuvo vinculado a la excesiva
creación de dinero que se llevó a cabo en 1985 y
1986, desencadenando el proceso de aumentos persistentes de los
precios a partir de 1988 llegando a su tope en
1990.
El desarrollo de
la hiperinflación tuvo una marcada influencia de las
políticas populistas iniciadas por Alan García; En
1985 se inició un programa de
estabilización basado en las políticas de ingresos
que establecían un control de
precios y salarios,
además estableció un tipo de cambio fijo,
el cual no fue suficiente para estabilizar los precios; El
gobierno peruano financió la actividad económica
mediante perdidas de las reservas internacionales y
desarrolló políticas monetarias y fiscales
expansionistas logrando evitar en el momento, el aumento en la
inflación; sin embargo, al agotarse las reservas se
generó un largo periodo
hiperinflacionario.
Los periodos de inflación elevada pero
estable, fueron acompañados de niveles crecientes de
señoreaje; factor que explica el limitado control que el
gobierno ejerció sobre la
inflación.
El programa de
estabilización aplicado en Perú en 1990,
siguió las pautas del programa Boliviano; El gobierno se
comprometió a mantener el equilibrio en
el presupuesto y a
restringir el crecimiento monetario. El equilibrio en
el presupuesto, se
dió por la disminución del gasto y por el aumento
de los ingresos vía impuestos de
emergencia, eliminación de excenciones impositivas y el
aumento en los precios del sector
público.
En 1990 se buscó romper con el
régimen antiguo basado en el populismo y la
gran intervención gubernamental por lo cual, además
de unificar el mercado de
divisas, trabajar en reformas laborales, de comercio y
tributarias gobierno se esforzó en reinsertar la
economía en los mercados
financieros mundiales estableciendo nuevamente contactos con
las organizaciones
multilaterales y los bancos
comerciales.
El proceso de desinflación en Perú,
se vio afectado por el alto nivel de dolarización generado
en el proceso hiperinflacionario, el cual no cambio de
dirección durante el periodo de
estabilización, lo cual condujo a que el proceso de
detener la hiperinflación no ocasionara la
expansión de la base monetaria real (M1), y a que ambas se
redujeran a medida que entraban mas dólares en el sector
financiero, creando un ambiente
vulnerable a la reanudación de la inflación y a la
convergencia en las expectativas.
En Brasil y Argentina se
desarrolló el efecto Olivera-Tanzi en forma contraria,
pues la inflación elevó el nivel de
señoreaje en las hiperinflaciones de 1989. En estas
economías que ya presentaban altas tasas de
inflación, la inestabilidad y los aumentos persistentes de
los precios se debieron a las políticas de freno y
reactivación adoptadas las cuales crearon un proceso
cíclico en el cual, se daban aumentos y luego
disminuciones gracias a los intentos estabilizadores, creando un
escenario ideal para la explosión de la
hiperinflación, pues al cerrarse la brecha en los ciclos
-alta inflación/ estabilización- se desencadeno el
fenómeno hiperinflacionario.
LOS BRASILEROS:
La inflación brasilera se debió en
mayor parte según los analistas, a la inercia, pues los
precios aumentaban según la inflación pasada,
independientemente de las presiones de la demanda o los
choques en la oferta – punto conflictivo entre
monetaristas y neoestructuralistas -; esto conllevo a que la
poblacion generara mecanismos de defensa para poder lograr
la sincronización de los reajustes de precios, salarios y tipos
de cambio.
Aparece el plan Cruzado, el
cual se categorizó en lo que fueron los planes
heterodoxos, este plan iniciado en
1985 se basó en el crecimiento
económico como prioridad, la renegociación de
la deuda externa
(sin sacrificar el crecimiento
económico y sin aceptar las condiciones del FMI), mejorar la
distribución del ingreso por medio de la
reorientación de los gastos
públicos a programas sociales y solucionar el
desequilibrio financiero del sector público dándole
prioridad al aumento de ingresos y no a la reducción del
gasto público.
Tras el agotamiento de este plan heterodoxo
en 1990 apareció el plan Collor que
fue el nuevo programa de estabilización, el cual
poseía varios elementos para la erradicación de la
hiperinflación adoptando una línea ortodoxa que
buscaba aplicar nuevas reformas estructurales. La
privatización de las empresas
estatales, la liberalización del comercio y las
reformas en el mercado laboral, fueron
medidas adoptadas para reducir el papel del
Estado en la
economía; Por el lado fiscal se
buscó eliminar el déficit y generar
superávit en saldos primarios y operativos. En este
programa, las políticas de ingreso perdieron importancia y
su interés
fue el de combatir las fuerzas inerciales de la tendencia
inflacionaria. En el aspecto cambiario, este programa le dejo al
tipo de cambio un papel pasivo,
adaptándose a la tendencia de la inflación; sin
embargo logró estabilizarse y el congelamiento de los
activos
conllevó a que se disminuyera la liquidez generando
presiones recesivas que obligaron al gobierno a un cambio de
políticas.
En Brasil la inflación no se
eliminó, en marzo de 1990 ésta cayó un 81%,
que en mayo represento el 9%, pero en diciembre subió al
19% y a continuado alta desde entonces. Existe una
explicación (Rodríguez 1992), a esta
situación que sostiene que, el superávit primario
creado por este plan se desgasto rápidamente y no fue lo
suficientemente alto como para pagar la deuda.
En 1991 apareció el plan Collor II de
contenido heterodoxo, que buscaba afrontar el nuevo problema
inflacionario, y por medio de un ajuste fiscal
enfrentar el problema financiero y del sobreendeudamiento del
Estado y los gobiernos locales; aquí podemos ver
claramente como esta transición de un programa a otro,
generó un problema de credibilidad afectando las
expectativas de reducción inflacionaria y provocando
desconfianza en el gobierno ante las nuevas expectativas de alto
déficit fiscal;
estructuralizando aún más la inflación por
medio de la inercia.
LOS ARGENTINOS
En Argentina, la economía ya estaba en
medio de una recesión cuando aparece el plan Austral
(1985) que fue el primer programa de estabilización
integral en muchos años, este plan se enmarcó en un
contexto heterodoxo que combino políticas ortodoxas de
reducción del déficit presupuestario y adopción
de un tipo de cambio fijo y políticas heterodoxas de
control de
precios y salarios, este
plan proveía una política
monetaria restrictiva de no emitir para efectos fiscales y el
aumento de la base monetaria solo se haría por medio del
aumento en las reservas internacionales; en este punto es
importante anotar como las teorías
estructuralistas vieron la inflación como un problema
inercial (al igual que en Brasil) que debían terminar con
medidas que modificaran la estructura. El
programa tuvo mucho éxito pues logro detener la
inflación, la cual cayó de 30% en junio a 3.1% a
agosto de 1985 en términos del IPC, sin embargo al
año siguiente la inflación presentaba de nuevo
altos índices y éxito de este plan se
revirtió .
En 1989, buscando erradicar la
hiperinflación, se aplicó el plan B&B que se
basó en medidas ortodoxas utilizando el tipo de cambio
como ancla nominal y busco también hacer un importante
ajuste fiscal y reformas estructurales como las privatizaciones.
Este plan buscó solucionar el problema permanente de la
deuda interna promulgando la conversión forzosa de
depósitos a plazo y deudas a corto plazo indizados en
dólares.
Los aumentos de la inflación, condujeron a
que el plan atravesara por tres etapas: la primera, fue la
reprogramación forzosa de la deuda interna para controlar
la oferta
monetaria y reducir el déficit fiscal, en la segunda,
el dinero
adopto un papel de ancla
nominal, sin embargo al no lograr el control de la
inflación se realizó la tercera etapa en 1990, en
la cual se profundizo el ajuste fiscal.
En 1991, dada una nueva aceleración de la
inflación, salió el plan otoño o de
convertibilidad, encabezado por el ministro Cavallo, en el cual
se estableció la convertibilidad de la moneda a un cambio
fijo e impuso limites a la
cantidad de financiamiento
que el Banco Central daría al sector público no
financiero, por lo cual el Banco Central debe mantener las
reservas suficientes para respaldar la base monetaria y solo el
congreso aprobaría las devaluaciones. En éste plan
la privatización de empresas
estatales busco una disciplina
fiscal rigurosa y estableció medidas para mejorar el
cumplimiento de las obligaciones
tributarias, lo que unido al tipo de cambio fijo, le permitieron
salir exitoso.
Las reformas estructurales realizadas por las
autoridades argentinas, permitieron después de un largo
periodo, la convergencia hacia bajos niveles de inflación
y una ves detenido el problema hiperinflacionario, el objetivo de
medidas se ha dirigido a poner en orden los elementos
fundamentales de la economía dejando de lado los controles
de precios y salario para
frenar la inflación.
CONCLUSIONES
"Uno de los obstáculos fundamentales con
los que tropieza la lucha contra la inflación en América
Latina, es la creencia de que se trata de un mal inevitable."
Felipe Pazos
En este ensayo he
intentado analizar las influencias de los diversos factores que
influyen en los procesos
hiperinflacionarios, dado que éste problema es un conjunto
de fenómenos; tanto monetarios como estructurales y de
comportamiento
y racionalidad de los agentes
económicos.
La inercia inflacionaria es un factor presente e
importante en el fenómeno de la inflación en
Latinoamérica, pues la costumbre a sus altos
índices la ha hecho y la hizo perpetuar porque el proceso
de alza en los costos y precios
se acostumbro a hacer mediante la indización de los
salarios, precios
del sector publico
y tasa de cambio, jugando un papel fundamental en las
expectativas de los individuos.
Otro punto importante que sostengo, es que a
diferencia de lo que dicen Miguel A. Kiguel y Liviatan Nissan en
su estudio sobre la hiperinflación en América
Latina, la crisis de la
deuda no fue tan solo un factor secundario en el proceso, si no
que representó una influencia fundamental para el
desencadenamiento de la hiperinflación, pues como dice
Jaime Ross (1988) en su estudio sobre la inflación "las
sucesivas aceleraciones de las tasas de inflación en
América
Latina tras la crisis de la deuda a comienzos de los ochenta
pueden ser vistas, dentro de ese enfoque (el enfoque
neoestructuralista) como el resultado de la caída en los
salarios reales impuesta por las devaluaciones de la tasa de
cambio y el aumento de los ingresos del gobierno necesarios para
pagar el servicio a la
deuda
externa"; con esta afirmación no pretendo tomar parte
de estructuralistas o monetaristas; mas bien intento reconocer
los diferentes factores que en conjunto argumentan para explicar
el proceso de hiperinflación en América
Latina.
REFERENCIAS
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"Inflación, estabilización y
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Pazos, Felipe. "El desborde inflacionario:
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Olozoga, Echavarría Hernan. " La
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Autor:
Isabel Cristina Ruiz Olaya