El hombre
necesita de varios elementos para realizar una tarea eficazmente,
desde aprender una canción a dominar disciplinas
teóricas y físicas. Entre estos elementos el
más importante, después de tener la voluntad
necesaria, está la concentración, ya que sin ella
no se logra una utilización al máximo de nuestras
capacidades mentales. Es por esto que es de gran importancia
desarrollar el hábito de la concentración para
lograr un mejor resultado en nuestras acciones y en
el menor tiempo
posible.
En este trabajo se habla de la importancia de la
concentración, así como también se explica
alguno de los ejercicios que se pueden realizar para lograr una
mayor concentración.
Para el logro de sus aspiraciones, para el buen
éxito en todo lo que persigue, el hombre
necesita de algo vital en todo momento y lugar: la
concentración de propósito, de pensamiento,
de sentimiento y acción.
Mediante la concentración, la mente y el cuerpo
aprenden a actuar juntos, sin malgastar energía física o mental. Este
es el estado
ideal que permite el vaticinio de un seguro
éxito.
Debemos practicar una extrema temperancia en todas las
cosas cultivando un estado
ecuánime y sereno de la mente; los pensamientos deben ser
puros, manteniendo el cuerpo en estricta sujeción al alma,
y la mente adiestrada para ocuparse en nobles y elevados
propósitos.
Con una práctica perseverante aprenderemos a
dominar nuestra mente de modo de poder
manternerla fija algún tiempo, en una
misma línea de pensamiento.
Fijar la mente en un solo punto, sin vagar y sin entregarse a
distracciones que causan los objetos externos, la actividad de
los sentidos o
la mente misma; esto es concentración.
Concentrarse en una idea o cosa, es colocarla ante
nuestra atención y contemplarla, en todo y en parte,
sacando de ella hasta los menores detalles. Concentrarse es un
acto, es sincronizar el pensamiento
con la acción evitando todo derroche de energías
físicas o mentales.
Debemos practicar la concentracion a fin de estalbecer
una disposición o tendencia preponderante, de modo que
todas nuestras ideas se polaricen por ella. Así llegamos
al convencimiento de que todos los pensamientos que constituyen
nuestra base mental, tienen mucha más importancia que
aquellos pensamientos esforzados que sostenemos en los momentos
en que tratamos asuntos que requieren especial
atención.
El curso o flujo del pensamiento
sigue una determina disposición o tendencia. Esto nos dice
a las claras que el triunfo en la consecución de un objeto
estriba en que sepamos establecer una disposición
permanente en la correspondiente dirección. Una vez logrado esto, hasta el
suceso mas adverso como el más trivial, serán
asimilados en favor de la conquista de nuestros fines.
La voluntad dirige el pensamiento y
crea la disposición necesaria a un período de
tiempo o a una
empresa
determinada. Entendido esto, usted también puede
convertirse en una persona de
vigorosa concentración.
En la prácitca diaria de los actos más
simples reside el principio de su aprendizaje.
Desde hoy comience a reparar en todas las pequeñas cosas
sin malgastar sus poderes en ociosos pensamientos, emociones o
acciones. No
haga ninguna cosa mientras esté pensando en otra,
recordando siempre que el pensamiento y la acción deben ir
unidos, tan estrechamente que no dejen cabida a interferencia
alguna.
Evite toda acción inútil o
superflua así como también todo pensamiento
ocioso.
En lo corporal, los pequeños malos hábitos
como entrechocar las rodillas, apretarse los dedos para hacerlos
crujir, etc., deben ser desterrados por usted.
Las grandes actividades perjudiciales también
deben proscribirse, algunas de ellas son: el quedarse hasta tarde
en la cama por la mañana, el malgastar tiempo en la
noche, el comer más de lo necesario, el luchar por
conseguir algo que no necesita, etc. Igualmente debe evitar en lo
posible toda excitación corporal y toda tensión
nerviosa o muscular. Poco a poco, y con el aumento progresivo del
tiempo
dedicado a ello, esto malos hábitos difíciles de
extirpar de golpe, irán desapareciendo condenados a un
saludable olvido.
A continuación encontrará algunos
ejercicios que deberá practicar a diario y que
constituirán un valioso aporte a su desarrollo
mental y físico. Busque para ellos un lugar apropiado de
su casa. Su cuerpo es un disco emocional que registra sus propias
creencias e impresiones, ordénele relajamiento y él
le obedecerá. En cuanto a su mente, líbrela de la
irritabilidad de la vida diaria, será un gran aporte a su
mejor concentración.
Ejercicios de
Concentración
1er. Ejercicio
En un lugar apropiado, donde nadie lo moleste, tome un
reloj y colóquelo tan lejos de su oído, como le
permita seguir oyendo el tic-tac de su máquina.
Cierre los ojos y concéntrese en este ruido todo el
tiempo que pueda, 50 segundos, 1 minuto, 2 minutos, tal vez no le
sea posible al principio pero gradualmente irá aumentando
su poder de
concentración. Piense en el reloj y no lo aparte un
instante de su mente, piense en su configuración exterior,
vaya luego a la constitución de su maquinaria, vea las
piezas moverse, sin perderlo un momento. Practique por lo menos
una vez al día este ejercicio.
2do. Ejercicio
Antes de iniciar la práctica de este ejercicio,
debe elegir cuidadosamente cuál será el objeto de
su concentración y por cuánto tiempo se propone
sostenerla. Hecho esto dígase: "Voy a fijar la mente sobre
tal o cual cosa durante diez minutos y en todo ese tiempo no
tendré nada que ver con ninguna otra cosa".
Le daremos un ejemplo de este ejercicio: Supongamos
haber decidido concentrarnos en un perro, muy conocido para
nosotros, ya que este es un factor primordial. Tratando en lo
posible de seguir un orden de cosas, pensando todo lo que
queremos y podamos relacionarlo con él; sin perder en
ningún momento la imagen de nuestro
perro.
A fin de servir mejor a nuestro propósito, a
través de este ejemplo, observaremos rigurosamente las
tres leyes del
pensamiento.
Objeto y clase: Este perro es un animal,
pertenece a los vertebrados, es cuadrúpedo,
mamífero, pilífero, etc. Otros miembros de su
especie son: la jirafa, la vaca, la oveja, el caballo, el conejo,
el burro, el elefante, y así sucesivamente establecemos
mentalmente todos los animales que se
asemejen a nuestro perro, sin sentirnos satisfechos hasta haber
podido extraer todo posible pensamiento en cuanto a semejanza y
diferencias con los otros animales que
desfilan por nuestra mente.
Pasamos enseguida a otra vía del pensamiento:
El todo con la Parte. Teniendo a nuestro perro siempre
presente en la imaginación, tomamos una parte de su
cuerpo; la cabeza, luego las patas delanteras, etc. Concentremos
nuestra atención en sus ojos, pensamos en la forma, el
marco formado por los párpados, los distintos colores que lo
componen, etc. Tendremos especial cuidado en no inventar lo
desconocido, tratando solamente de ahondar con nuestra
imaginación lo conocido.
Así por ejemplo; si nunca nos detuvimos a
observar cuánto dedos tiene el perro en sus patas
delanteras, no pensaremos caprichosamente en una cifra
cualquiera. Continuaremos con sus forma, color, características de sus movimientos,
etc.
Cualidad y familiaridad: Esta ley está
relaiconada a las más notables experiencias que nos son
familiares, y tiene más que hacer con la
imaginación que con la observación lógica.
Así nuestro perro es fiel, es nuestro mejor amigo. Su casa
está pintada de colorado y blanco, la conserva en orden y
aseada. Cuando el gato del vecino lo ataca en mi presencia rehuye
la pelea, él sabe que me disgusta. Llego del trabajo y lo
encuentro esperándome en la puerta, juguetea a mi
alrededor y a veces me ensucia la ropa. Aún no he
conseguido enseñarle a no ladrar a los automóviles
que pasan, corre al lado de ellos como si quisiera espantarlos de
sus dominios, etc., etc.
3er. Ejercicio
Siéntese tranquilo en su cuarto y observe
cuidadosamente. En riguroso orden mire lo que tiene al frente. De
izquierda a dercha, observe atentamente los objetos adheridos a
la pared, los muebles y los objetos que se encuentran entre ello.
Mírelos con atención uno por uno sacando el
máximo de detalles en cuanto a: formas, colores,
contornos, ubicación, etc. Ahora cierre los ojos y
describa con la mayor cantidad de detalles cada una de las cosas
vistas.
Pase ahora a la pared de la derecha y haga la misma
operación, luego a la otra, y después a la otra. El
techo y el piso serán más fáciles pero no
por ello dejará de prestarles atención.
Ahora salga de su cuarto. Concéntrese nuevamente
en el mismo orden en que las vio repase todas las cosas que se
encuentran allí dentro.
Practique a menudo este ejercicio por ser de especial
utilidad. En
la oficina
hágalo con las cosas que se encuentran en su escritorio.
Cuando se dirige a ella toma las casas o negocios que
se encuentran en una cuadra y descríbalas mentalmente
después.
4to. Ejercicio
Esta vez ejercitará con cosas abstractas, hechos
vividos por usted mismo. Tome por ejemplo el día de ayer y
recuerde imaginativamente toda la experiencia vivida desde que se
despertó por la mañana. Siga paso a paso todos los
incidentes, tratando de vivirlos otra vez con todos sus detalles
de la manera más perfecta que le sea posible.
Concéntrese totalmentes, y si su mente se desviara en
algún momento por efectos de una distracción,
comience de nuevo desde el principio.
Permanezca sereno y flemático, no dé
muestras de impaciencia o descontento y resista todo derivativo
externo del pensamiento.
5to. Ejercicio.
Reconstruya de memoria y enel
orden en que son expuestas, las secuencias de un libro que haya
leído recientemente. Cuando haya terminado lo referente a
un capítulo, léalo nuevamente en su libro y luego
comience de nuevo a recordarlo, llenando esta vez las lagunas y
rectificando simultáneamente las inexactitudes. Por fin,
después de haber dividido el capítulo en secciones,
ensaya recordarlo lo más preciso que pueda. Proceda de
esta manera con todos los capítulos de su libro. No lo
olvidará jamás.
Ejercicios corporales
Flexiones: En la posición de pie
naturalmente a los costados de su cuerpo con las palmas de las
manos hacia adentro. Levante nuevamente los brazos sin doblarlos
hasta que las manos se toquen por el dorso encima de la
cabeza.
Vuelva a la posición inicial. Ahora
inclínese lentamente a un lado hasta que la mano pase
más abajo de la rodilla mientras la otra se doble hasta
entrar debajo de la axila. Vuelva a la posición inicial y
haga el ejercicio hacia el otro lado cuidando siempre de estirar
el cuerpo lo más posible. Repita varias veces esta
combinaición de ejercicios.
Siempre de pie, con los talones juntos levante las manos
sobre las cabeza e inclínese hacia adelante hasta tocar
los pies sin doblar las rodillas. Repita ejercicio.
Finalmente levante un pie flexionando la rodilla hasta
hacer un ángulo de 90 grados con su pierna. Baje este pie
y alce el otro. Aumente el ritmo hasta correr sin morvese del
mismo lugar.
Respiración: Estos ejerciicos
tienene por finalidad dar alegría y vigor al
cuerpo.
Siéntese en la posición acostumbrada. El
cuerpo derecho y la cabeza ergida. Inspira en forma igual y lenta
por ambas fosas nasales, mientras mentalmente cuenta hasta ocho
segundos. Retenga el aire en los
pulmones por ochos segundos. Luego comience a expulsarlo
lentamente contando también los ocho segundos. Repita
varias veces este ejercicio.
Durante el ejercicio y alternativamente debe llenar de
aire la parte
superiror de los pulmones encogiendo el abdomen, en el siguiente
llenará la parte inferior de éstos extendiendo los
músculos del pecho hacia abajo del diafragma.
Nervios: Extienda su mano hacia adelante
con los dedos algo abiertos. Notará que se mueven un poco.
Continúe en esta posición, empezará a sentir
un especie de crujidos en las conyunturas. Con un esfuerzo de
voluntad trate de mantener los dedos quietos. En unos pocos
minutos comenzará a hormiguear y sentirá una
filtración en las puntas, como si algo se escapara de
ellos. Lentamente mediante la voluntad y la mirada haga
rotroceder esta sensación al brazo, y de éste al
cuerpo.
Ahora siéntese de espaldas a la luz, elija un
mueble grande, mírelo. Recórralo con los ojos
lentamente, sin dar saltos, por todos sus contornos. Si mover la
cabeza recórralo por sus líneas más
prominentes, hasta volver al punto de partida.
Practique movimientos uniformemente acelerados con todas
las parte del cuerpo. Lenta, muy lentamente mueva la pierna hasta
un punto determinado. Comience después el recorrido de
vuelta. Haga lo mismo con los brazos, la cabeza, etc.
Relajamiento: Esta técnica conduce
por medio de su práctica a la eliminación de todas
la tensiones del cuerpo, proporcionando estabilidad emocional,
autoconfianza y liberación de la voluntad. Intente estos
ejercicios que le darán la pauta de cómo ejercer la
relajación de cualquier parte del cuerpo.
Levante el codo izquierdo por encima del hombro
colocando la mano sobre el pecho. Con el codo en su
posicón natural, levante la mano derecha hasta el pecho de
modo de tormar sus dedos con los de la mano izquierda. Retire
lentamente toda energía del brazo derecho hasta que no
sienta vida en él, esto es que esté completamente
relajado. Conseguida esa sensación, abra de repente la
mano izquierda soltando la derecha. Si ésta cae sin vida
habrá logrado el relajamiento.
Los ojos a menudo manifiestan cansancio y es bueno
incluir el método
para lograr su relación y descanso.
Al principio estos ejercicios le harán lagrimear
o arder los ojos. No se preocupe por esto pues es necesario que
durante los primeros dias los realice teniéndolos
abiertos, una vez adquirida la técnica podrá
realizar los ejercicios con los ojos cerrados y
experimentará así la verdadera
relajación.
Cierre suavemente los ojos duratne un minutos
aproximadamente. Sin abrirlos en ningún momento,
ciérrelos fuertemente durante dos minutos. Afloje ahora
toda tensión y manténgalos cerrados tres minutos.
Repita varias veces este ejercicio.
Sin mover la cabeza, mire hacia arriba durante un
minuto. Obseve la tensión de los músculos de los
ojos y transcurrido este período mantenga los
párpados suevamente cerrados durante dos minustos. Repita
luego esta operación mirando hacia abajo, derecha e
izquierda, siempre con sus períodos de descanso. Hasta que
en el último movimiento se
tomará cinco minutos de negativización. Practique
asiduamente este ejercicio ampliando estos períodos que
son los iniciales, una vez adquirida la práctica
hágalo sin abrir los ojos hasta terminar la
sesión.
Sentado: Sin duda nos resulta muy
fácil sentarnos, sobre todo porque se trata de una
posición de descanso. Pero a los efectos del estudio y de
la concentraicón debemos adoptar la postura correcta que
nos permita un mayor rendimientos en nuestro trabajo.
El asiento elegido no deberá se ni demasiado
mullido que invite a la modorra, ni desmasiado duro que nos haga
sentir incómodos.
Haga ahora el siguiente ejercicio que repetirá
todos los días por espacio de cinco a diez
minutos.
Siéntese en el asiento por usted elegido. Las
piernas bien flexionadas haciendo un ángulo de 90 grados,
las palmas de las manos hacias abajo puestas sobre los muslos. El
cuerpo derecho y la cabeza erguida mirando al frente.
Ahora concéntrese con el pensamiento fijo en una
cosa sacando todos los detalles de ella. Si desea cerrar los
ojos, ciérrelos, pero su cuerpo deberá continuar
rígido, completamente quieto como quizá nunca lo
estuvo.
Notará su cuerpo no es tan obediente como le
parecía. Pero usted es su amo y por lo tanto está
en condiciones de hacerle acatar sus órdenes. "Yo quiero"
dígase cuando se sienta atacado por alguna
asociación perturbadora. Así, obediente y
adiestrado su cuerpo será su mejor servidor.
De pie: Quieto, derecho y atento,
permanecerá durante cinco minutos delante de un espejo. No
permita que su cuerpo se ladee, que sus músculos se muevan
ni sus dedos se crispen.
Su mente puede ocuparse mientras tanto en pensar por
turno en todas las diferentes partes de su cuerpo y sus funciones.
Le dolerán los hombros, los dedos o cualquier
otra parte del cuerpo. No les preste atención y rechace
esta asociación preturbadora aumentando su
concentración.
Practique estos ejercicios cuantas veces le sea posible,
obsevará que rápidamente irá adquiriendo el
dominio de su
cuerpo y de sus actos, ignorando a voluntad los sucesos
exteriores.
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