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Caída del Muro de Berlín




Enviado por latiniando



    Un acontecimiento de la revolución
    europea

    La caída del Muro de Berlín fue el
    resultado de una imparable revolución
    popular que se anidó durante más de cuarenta
    años, y que conoció sucesivos estallidos debido a
    la inviabilidad del régimen stalinista de la Alemania
    oriental, y de los regímenes stalinistas en general,
    principalmente el ruso. Se inscribió en la ola de
    levantamientos que inició la clase obrera polaca en 1980,
    una ola que puso al desnudo la negativa de la clase obrera a
    soportar la carga de la 'coexistencia pacífica' y de la
    'distensión' entre el imperialismo
    mundial y la burocracia
    stalinista, que se traducía en pesadas deudas externas y
    descomunales 'ajustes' económicos. Por eso, aunque las
    grandes potencias de los dos bloques ya habían tomado la
    decisión de enfrentar a los pueblos del este, no mediante
    la represión sino mediante el 'desvío
    democrático', el derribamiento del Muro por una revolución
    popular fue un episodio de la revolución
    europea, que quebró "el artificio montado (por el imperialismo
    mund!

    ial y la burocracia
    soviética) para dividir al proletariado más fuerte
    de Europa" (1); la
    caída del Muro puso sobre el tapete "la
    descomposición conjunta del imperialismo y
    de los regímenes burocráticos y el completo
    agotamiento de las relaciones políticas
    establecidas entre ellos a partir de la posguerra"
    (2).

    La movilización que acabó con el Muro fue
    tempranamente estrangulada por la pequeñoburguesía
    democratizante, el sector 'perestroiko' de la vieja camarilla
    stalinista y el imperialismo,
    mediante recursos
    principalmente políticos, fundamentalmente el pasaje
    abierto de la burocracia al
    capitalismo y
    de la pequeñoburguesía a la democracia
    imperialista. Esto explica que el derribamiento del Muro se
    convirtiera, al cabo de un proceso
    político muy claro, en la anexión forzada del
    sector oriental a la Alemania
    capitalista, y que el episodio revolucionario quedara limitado a
    "una semi-revolución, lo cual hasta cierto punto o
    relativamente significa que fue una contrarrevolución"
    (3). "Hasta cierto punto", porque aunque el contenido social de
    la anexión política del sector
    oriental es contrarrevolucionario, las masas alemanas recuperaban
    un protagonismo político que el imperialismo y
    el stalinismo les habían destruido desde el ascenso del
    nazismo.

    El error que llevó a la casi totalidad de la
    izquierda a su derrumbe político, luego de la
    'caída del Muro', tiene su raíz en la incapacidad
    de esa izquierda para definir por medio de contradicciones, el
    carácter de esos acontecimientos, o dicho de otro modo,
    caracterizarlos en su movimiento y
    devenir, y no reducirlos a formulismos sociológicos
    fijos.

    Las direcciones pequeñoburguesas y gorbachovianas
    aseguraron que, rápidamente, el control
    político del proceso pasara
    íntegramente a las manos del imperialismo alemán.
    Anudando un conjunto de 'garantías' y 'salvaguardas' con
    el imperialismo norteamericano y con la burocracia
    moscovita, el gran capital
    alemán se lanzó a la 'unificación' del
    país, que no fue tal sino que consistió en "la
    integración del aparato estatal staliniano
    y sus burócratas al régimen capitalista" y en "un
    operativo financiero que apunta a la privatización masiva
    de las empresas
    estatales del este" (4). Es esta anexión capitalista la
    que ha provocado la crisis
    actual.

    La privatización de las empresas
    estatales del este en favor de los pulpos del oeste fue
    subsidiada masivamente por el Estado
    alemán (que se hizo cargo de la deuda externa de
    la RDA y de las deudas internas y externas de sus empresas), lo que
    provocó una descomunal emisión monetaria y un
    crecimiento espectacular del déficit fiscal. El
    'costo' de la
    'unidad alemana' ascendió a varios cientos de miles de
    millones de dólares … que ahora se pretende que paguen
    los trabajadores del este y del oeste mediante la
    reducción del seguro al
    desempleado, de los subsidios familiares y el elevamiento de la
    edad jubilatoria. Este 'costo',
    enfatizábamos entonces, "está expresando dos
    cuestiones fundamentales: de un lado, la falta de pujanza, el
    envejecimiento o la descomunal crisis del
    capitalismo
    mundial; y, del otro lado, los métodos de
    destrucción económica que inevitablemente ha tenido
    que imponer para encarar la 'unificación' … Todo esto
    importa porque demuestra los límites
    insalvable!

    s de la penetración capitalista en el este, y su
    tendencia a generalizar las condiciones revolucionarias al este y
    al oeste de Europa"
    (5).

    La anexión significó, efectivamente, una
    enorme destrucción de fuerzas productivas: desaparecieron
    las dos terceras partes del PBI industrial este alemán y
    la desocupación trepó más allá del
    40% de la población activa. Esta sangría
    sistemática del este sirvió para que los
    capitalistas del oeste amasaran enormes beneficios y para que la
    economía
    alemana escapara por un tiempo a la
    recesión … pero cuando la 'fiesta' de la
    'unificación' pasó, dejó al descubierto una
    crisis
    capitalista agravada, pero por sobre todo, ha dejado en claro que
    la unidad alemana sólo puede hacerla la dictadura del
    proletariado y el socialismo.

    La crisis
    'oriental' se ha convertido, entonces, en una crisis
    general; que la gigantesca masa de beneficios provocada por el
    copamiento (subsidiado) de los mercados
    orientales y la eliminación (también subsidiada) de
    los competidores orientales por los grupos
    occidentales, no haya alcanzado para elevar de una manera
    decisiva la tasa de beneficio, es una demostración
    inapelable de la envergadura de la crisis del capitalismo
    alemán. La política capitalista
    frente a la crisis apunta a la 'convergencia de los salarios' y a una
    'flexibilización radical del mercado del
    trabajo en toda Alemania'.
    Esto significa agudizar la competencia entre
    los trabajadores mediante la eliminación de la estabilidad
    en el empleo y la
    introducción de la famosa 'flexibilidad'; la
    burguesía trata de utilizar el desempleo
    oriental para forzar la reducción de los salarios y las
    condiciones de trabajo de los obreros del oeste.

    El 'problema' para la burguesía alemana es que
    debe llevar adelante este ataque en las condiciones
    históricas determinadas por la caída del Muro de
    Berlín:

    "la conjugación del desmantelamiento del aparato
    de opresión del stalinismo con la declinación
    histórica mundial del capital (que)
    ha abierto un período de

    características revolucionarias, cuya perspectiva
    sería la de unir al conjunto del proletariado
    alemán en un combate común" (6).

    La crisis social y el agravamiento de la lucha de clases
    en Alemania
    confirman el pronóstico fundamental de que "la
    cuestión de la unidad alemana sigue abierta: o se consuma
    como resultado de una revolución socialista o como
    resultado de una contrarrevolución burguesa -cuya misión no
    es solamente el desmantelamiento de la propiedad
    estatal en la parte oriental sino la liquidación de las
    conquistas sociales y democráticas del movimiento
    obrero de Alemania
    occidental" (7).

    Hoy, más que nunca, cuando la 'guerra social'
    se desenvuelve cada vez más abiertamente, "no se puede
    comprender la situación alemana si no se establece la
    conexión histórica y política que
    objetivamente existe entre el conjunto de la clase obrera
    alemana" (8).

    1. Prensa Obrera
    nº 284, 19/10/89

    2. Idem ant.

    3. Prensa Obrera
    nº 297, 27/3/90

    4. Prensa Obrera
    nº 307, 2/7/90

    5. Prensa Obrera
    nº 315, 11/10/90

    6. Prensa Obrera
    nº 327, 27/4/91

    7. Idem ant.

    8. Idem ant.

    El complejo orden mundial con la caída del
    muro

    Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en
    secuencia rápida, una serie de acontecimientos
    drásticos (la caída del Muro de Berlín, la
    reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno
    de la Unión Soviética, el término del Pacto
    de Varsovia y la guerra en la
    antigua Yugoslavia), que resultó en los siguientes
    hechos:

    Fin de la guerra
    fría y del mundo bipolar, emergiendo los Estados Unidos
    como potencia
    hegemónica. Los Estados Unidos de
    América
    reunió 28 naciones aliadas y obtuvo permiso de la O.N.U.
    para sacar las tropas iraquíes del territorio de Kuwait en
    caso de que las mismas no se retiraran de sus fronteras antes del
    15 de enero de 1991. La Guerra del
    Golfo duró desde el 16 de enero al 27 de febrero de 1991
    con la rendición incondicional de Iraq.

    El inicio de las reivindicaciones del Japón y
    Alemania, grandes potencias económicas, pero alejadas
    desde el fin de la Segunda Guerra
    Mundial de las decisiones políticas
    mundiales. El Japón, al recibir la negativa de Rusia de
    devolver las islas Curiles, ciertamente reevaluará su
    estructura
    militar, hoy limitada al 1% de su PBI por disposición
    constitucional impuesta por los Estados Unidos
    durante la ocupación al final de la Segunda Guerra
    Mundial.

    Alemania reivindicó la retirada de las tropas de
    la OTAN de su territorio, ya que no existe amenaza justificada.
    Ambos, Japón y Alemania, desean tomar asiento como
    miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la
    ONU. No se
    justifica tomar parte del "Grupo de los
    Siete" (líderes de las naciones más
    industrializadas) si no se tiene la contrapartida del poder
    político, a través del poder del
    veto, en el órgano de mayor representación política en el
    planeta. Tal reivindicación causó el
    pronunciamiento de los 108 países del Movimiento
    No-Alineado, reunidos en Indonesia en septiembre de 1992,
    manifestando preocupación con el ingreso de esas naciones
    como miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

    Formación de mega-bloques económicos y
    políticos. La formación del NAFTA, conformado
    por los Estados Unidos,
    Canadá y México,
    sorprendió a los países de América
    del Sur pues se constituía otro mega-bloque
    económico en el eje Norte-Norte. Por ello se
    concibió la creación del MERCOSUR, del
    cual formaban parte inicialmente Brasil, Argentina,
    Uruguay,
    Paraguay y
    ahora Chile. La
    posibilidad de formación de nuevos mega-bloques
    económicos (en el sudeste asiático encabezado por
    Japón, en el Oriente Medio a través de la
    identificación islámica, arrastrando las
    repúblicas islámicas a la ex-URSS y otros) es seria
    en relación a la perturbación que podría
    producir en las relaciones
    internacionales.

    Interferencia cada vez mayor de la O.N.U., a
    través del Consejo de Seguridad, en las
    querellas regionales con el consecuente aumento del número
    de tropas y el número de "Peace Keeping Forces" (Fuerzas
    de Mantenimiento
    de la Paz).

    Hasta el final del año pasado, había trece
    "operaciones de
    paz" en ejecución:

    – MINRUSO (Sahara Occidental)

    – UNFICYP (Chipre)

    – UNPROFOR (ex-Yugoslavia)

    – UNDOF (UNDOF (Colinas del Golán)

    – UNTSO (Jerusalén)

    – UNFIL (Líbano)

    – UNTAL (Cambodia)

    – UNMOGIP (India/Paquistán)

    – UNIKON (Irán/Kuwait)

    – UNOSOM II (Somalía)

    – UNOMOZ (Mozambique)

    – ONUSAL (El Salvador)

    – UNAVEM II (Angola)

    Se ha observado que las sociedades del
    primer mundo ya no aceptan con facilidad que sus hijos sean
    enviados a regiones de conflicto,
    aumentando así los efectivos de los países en
    desarrollo,
    siendo una paradoja la gran presencia de sudamericanos tratando
    de hacer la paz en tierras europeas.

    A la luz de los temas
    discutidos brevemente arriba, y teniendo en vista las tendencias
    observadas en estos preludios de la postguerra fría, saco
    las siguientes conclusiones:

    En el campo político: el paso de un mundo bipolar
    a otro unipolar, de potencia
    hegemónica global, significa un cambio en la
    situación inicial de alta confrontación y baja
    inestabilidad, hacia una situación de baja
    confrontación y alta inestabilidad en el escenario
    mundial. En esa nueva situación, los conflictos
    bélicos regionales, siendo menos apocalípticos en
    cuanto a la amenaza de la paz mundial.

    En el campo económico: el comercio
    multilateral, que floreció bajo el sistema del mundo
    bipolar, ahora ha evolucionado hacia la relación entre
    bloques o regionalismo económico. El concepto de
    soberanía no prevalece en el mundo de los
    altos intereses económicos, dado el hecho de que cada
    Estado ya no
    tiene la capacidad de sobrevivir sólo, lo cual ha
    conducido a la aparición de las economías de
    conjunto.

    En el campo militar: la baja observada en los gastos militares
    durante el final de la guerra
    fría, en términos mundiales, no habrá de
    continuar, debiendo volver a aumentar en los próximos
    años, aunque de manera discreta. A lo largo del tiempo,
    habrá una reducción drástica de las armas nucleares
    de largo alcance y destrucción masiva y una
    implementación de las armas no
    nucleares de alta tecnología.

    En el campo psicosocial: la mayor amenaza a la paz se
    originará a través de la pobreza, de
    las discriminaciones étnicas, del nacionalismo
    exacerbado, del radicalismo religioso, del narcotráfico y de las condiciones del
    medio
    ambiente, más que de cuestiones políticas.

    Repercusiones sobre América
    Latina

    En primer lugar, considero, desde un punto de vista
    estrictamente personal, que las
    expresiones "América
    Latina" y "latinoamericano" son meras figuras de
    carácter discriminatorio, creadas por los anglosajones
    europeos. Los países de origen hispánico de
    América
    Central y del Caribe tienen profundas diferencias en materia de
    factores condicionantes geopolíticos con respecto a los de
    América
    del Sur. La expresión "América
    Latina" fue usada también como consecuencia de la
    presencia del Brasil, de origen
    portugués, y nunca fue utilizada para referirse a los
    países de origen francés del continente
    americano.

    México, integrante ahora del NAFTA, es vecino
    fronterizo de la nación más poderosa del mundo
    moderno, siempre tuvo y tendrá perspectivas diferentes de
    los demás países de origen
    hispánico.

    Los países de origen hispánico de América
    Central y el Caribe están situados en un área de
    influencia directa del NAFTA y
    deberían recibir atención especial de los Estados Unidos y
    Canadá, principalmente con inversiones en
    los sectores básicos de energía y saneamiento,
    tratando con ello de reducir la "brecha" actual, pues de lo
    contrario permanecerán como focos de tensión y
    amenaza a la paz del continente.

    De esta manera, el análisis conciso que haré en
    términos de perspectivas y repercusiones del nuevo orden
    mundial, tendrá que ver exclusivamente con América
    del Sur, la cual debido a la presencia de las naciones hermanas
    Guyana y Suriname (hoy sin muchas conexiones con los
    colonizadores que le dieron origen) no podría denominarse
    "América
    Latina".

    A pesar de las diferencias acentuadas existentes entre
    los países de América del Sur en términos de
    extensión territorial, población, densidad
    demográfica, mezclas
    raciales, PBI, grado de desarrollo,
    etc., considero que tales diferencias son manejables, pudiendo la
    región ser tratado como conjunto.

    América del Sur continúa dependiendo del
    ahorro externo
    para completar su desarrollo ya
    que todavía no existe el capitalismo de
    mercado y es bien
    clara su condición de importadora de tecnología y de
    bienes de
    capital, y por
    otra parte, su situación de exportadora de materias primas
    y bienes
    manufacturados, hace que esté enfrentando cada vez
    más, mayores dificultades, debido a la recesión no
    totalmente superada, y que ya se encuentra arraigada en las
    naciones desarrolladas. Ha sido notable la dificultad -para no
    decir: la discriminación– que la América del
    Sur ha experimentado para tener acceso a la tecnología de punta
    que le podría imprimir mayor velocidad a su
    desarrollo.
    Son preocupantes también las ideas recién
    formuladas por líderes políticos del eje
    Norte-Norte, sobre el recorte drástico de los gastos militares,
    con vistas al redimensionamiento o reducción de las
    fuerzas armadas de los países en desarrollo,
    especialmente en América del Sur, o el cambio de la
    misión
    de la!

    s mismas para fines de seguridad tipo
    Guardia Nacional o fuerzas policiales.

    Otra gran preocupación proviene de la
    reivindicaciones territoriales históricas de algunos de
    los países en relación a otros del continente, las
    cuales serían extremadamente perjudiciales para la
    convivencia pacífica si llegaran a surgir, tal como
    está aconteciendo en el hemisferio norte.

    Finalmente, en el aspecto psicosocial, preocupan los
    bolsones de pobreza, fruto de
    desajustes internos, y también los problemas del
    narcotráfico y su envolvimiento con la
    guerrilla, que son resultado de la real falta de voluntad para
    reducir, mejorar o exterminar este problema, por parte de los
    grandes consumidores de droga del
    hemisferio norte.

    Debemos considerar que somos la macrorregión
    más desarmada y con menor índice de conflictos en
    el mundo. Las fuerzas armadas sudamericanas, en su gran
    mayoría, tiene que desempeñar sus tareas en tiempos
    de paz, empleando medios
    militares, sea por razones económicas, por no ser viable
    la ejecución de las mismas por entidades privadas por
    motivo de costos, o bien
    por razones administrativas o por la imposibilidad de que ellas
    sean ejecutadas por agencias civiles del gobierno, debido
    a dificultades con las leyes
    laborales.

    Los países en desarrollo emplean sus batallones
    de ingenieros y sus batallones logísticos en el control,
    reducción y contención de los desastres
    naturales, así como en la construcción y reparación de
    vías férreas, carreteras y puentes en las
    áreas poco habitadas o de difícil acceso, donde los
    costos de los
    empresarios privados ocasionarían grandes cargas
    financieras para el gobierno. Los
    países en desarrollo emplean a sus marinas en labores de
    salvamento y socorro marino, en la cartografía
    náutica, en la señalización náutica y
    en todas las tareas de guardacostas, pues sería
    tremendamente costoso, o en algunos casos poco práctico,
    que otra agencia del gobierno o
    entidad privada se hiciera cargo de ellas.

    En muchas instancias la atención médica y
    odontológica en determinadas regiones del interior y
    ribereñas, es brindada exclusivamente por las fuerzas
    armadas.

    Por lo anterior, discierno para las naciones de
    América del Sur las siguientes perspectivas, que son en
    verdad esperanzas para solucionar necesidades que deben ser
    concretadas:

    a) En el campo político

    Aceptar la fronteras actuales como definitivas,
    excluyendo a Bolivia donde,
    por una vía rigurosamente pacífica, las naciones
    envueltas pueden garantizarle el acceso al océano
    Pacífico, a través de un acuerdo
    específico.

    Contribuir de manera decisiva al fortalecimiento de la
    O.E.A. y de sus organismos subsidiarios, incluida la JID, como
    foro principal para llevar a
    cabo las discusiones de los problemas del
    continente americano, evitando soluciones
    impuestas por el eje Norte-Norte, contribuyendo así a
    evitar que surja cualquier

    tipo de crisis, dificultad o conflicto
    Norte-Sur.

    Incentivar al máximo la cooperación
    internacional mediante aproximaciones bilaterales o
    subregionales.

    Luchas en los foros internacionales, por la
    reducción o eliminación de las dificultades de
    acceso a la tecnología de
    punta.

    Aunar todos los esfuerzos para la manutención de
    la paz en el continente americano.

    Fortalecer la democracia
    representativa como el mejor sistema de
    gobierno.

    b) En el campo económico

    Fortalecer y ampliar el MERCOSUR con la
    admisión de los demás países del
    continente.

    Mantener el multilateralismo del comercio con
    los socios tradicionales y buscar decididamente los mercados
    asiáticos y los mercados
    emergentes del Africa.

    Crear condiciones favorables para un verdadero capitalismo de
    mercado,
    reduciendo drásticamente la interferencia de los gobiernos
    en la economía, a través de la
    eliminación o reducción al mínimo de las
    empresas
    estatales y reservas de mercado.

    Conceder un tratamiento especial a los países
    menos desarrollados tecnológicamente a fin de disminuir
    las desigualdades en el continente.

    Hacer fuertes inversiones en
    la educación
    y establecer políticas
    modernas de distribución de ingresos para
    evitar los bolsones de pobreza y reducir
    los niveles socio-económicos.

    Crear condiciones adecuadas para el aprovechamiento
    total de la red de navegación
    fluvial interregional y aumentar así la capacidad de
    transporte y
    reducir los gastos de los
    fletes.

    Mantener control sobre el
    crecimiento demográfico, a través de una planificación familiar
    consciente.

    c) En el campo militar

    Mantener los actuales niveles de fuerza, con
    miras a la continuación de la disuasión mutua, como
    contribución expresiva a la mantensión de la paz en
    el continente.

    Mantener programas de
    intercambio y estrechar las relaciones de buena vecindad entre
    las fuerzas armadas de los diversos países con miras a
    aumentar la confianza mutua.

    Mantener los programas de
    intercambio, operaciones
    conjuntas y relaciones de aproximación con las fuerzas
    armadas de los Estados Unidos, con vistas a lograr una mejor
    preparación para la defensa del continente,
    acompañando los avances en el campo de la alta tecnología.

    Fortalecer la Junta Interamericana de Defensa y su
    órgano subsidiario como instrumento de máxima
    importancia para contribuir al mantenimiento
    de la paz y la seguridad
    colectiva del continente.

    Continuar empleando los medios
    militares en tiempo de paz,
    contribuyendo a la reducción de los desastres
    naturales y apoyando el desarrollo socioeconómico,
    inclusive en el área de la ciencia y
    la tecnología, buscando un acercamiento en las relaciones
    con las universidades.

    d) En el campo psicosocial

    Establecer políticas
    de largo plazo con miras a buscar la integración y aculturación de las
    comunidades aborígenes restantes, respetando en la medida
    que sea posible, sus usos, costumbres y tradiciones.

    Tratar en forma rigurosa los focos de la discriminación étnica o
    religiosa.

    Mantener la libertad de
    prensa y los medios de
    comunicación de masas del sector privado, como
    instrumento de fortalecimiento de la democracia
    representativa.

    I ncentivar la participación de los liderazgos de
    las sociedades en
    las reuniones, encuentros y conferencias internacionales
    promovidas por las Organizaciones No
    Gubernamentales, como forma de buscar un acercamiento y conocimiento
    mutuo.

    Fortalecer los partidos
    políticos, evitando la supremacía de los
    grupos de
    presión, para defender de esa manera la democracia
    representativa.

    Conclusión

    Es cierto que durante la guerra
    fría, a través del "equilibrio del
    terror", las dos superpotencias garantizaron la paz en Europa, lo que
    significó la ausencia de grandes conflictos.
    Sin embargo, durante esos 45 años, se registraron 125
    conflictos
    armados fuera de Europa, con la
    pérdida de casi 40 millones de vidas.

    En los albores del nuevo orden mundial, algunos
    interrogantes claves aún no están resueltos. Rusia
    se encuentra en una grave situación de crisis política y
    económica, sin haber perdido su poderío
    militar; se hace necesaria la ayuda de los siete grandes, para
    que los liderazgos ultranacionalistas que comienzan a aparecer en
    Rusia no puedan, en su desespero, en caso de que asuman el
    poder, emplear
    tal poderío
    de una manera insensata.

    El esfuerzo para combatir la pobreza tiene
    que ser universal, pues aunque el 95% del PBI mundial se
    concentra en el hemisferio norte, las estadísticas muestran que en los 12
    países de la C.E.E. existen cerca de 50 millones de
    pobres, 1 millón de personas sin techo, y 12 millones de
    seres condenados a la llamada "pobreza
    extrema".

    La elevación del índice de desempleo en las
    grandes economías mundiales conduce a movimientos
    ultranacionalistas mundiales, y los analistas pasan a preocuparse
    más por el número de inmigrantes que por el
    número de misiles de un potencial enemigo.

    El Muro de Berlín era repudiado bajo todos los
    aspectos, mas contribuyó a mantener los 45 años de
    paz en Europa; espero
    que el "Muro" de Maastricht no demuestre ser perjudicial para la
    paz en el continente europeo.

    Todos debemos esforzarnos por la paz, pero no podemos
    que a lo largo de la historia las ideas de
    Sun-Tsu, Maquiavelo,
    Clausewitz, Mahan y tantos otros, han quedado
    constatadas.

    Junto a la defensa de los principios
    fundamentales de autodeterminación de los pueblos y de la
    no-intervención, debemos también adoptar la
    filosofía del pragmatismo
    responsable, pues más vale prevenir que curar.

    Dentro de la filosofía del pragmatismo
    responsable, debemos reconocer que el mundo ya ha vivido
    épocas de paz, definida ésta como una ausencia de
    grandes conflictos,
    bajo la égida de una potencia
    hegemónica.

    Tuvimos la paz romana, la paz británica ahora,
    iniciamos la era de la paz americana o, por la propia actitud de la
    potencia
    hegemónica de procurar actuar a través de la
    Organización de las Naciones Unidas,
    la PAX UNUS.

    Espero que la potencia
    hegemónica continúe siendo amante de la democracia
    representativa y del respeto de los
    derechos
    humanos, como siempre lo ha sido.

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