1. INTRODUCCIÓN
1.1. Las sociedades
primitivas
2. CONCEPTO
3. SEÑALES DE ALARMA DE LA ANOREXIA
NERVIOSA
3.1. Síntomas físicos de
inanición
4. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE LA
ANOREXIA
NERVIOSA
5. PRESIÓN SOCIAL Y ESTEREOTIPOS
SOCIALES
5.1. La coacción publicitaria
5.2. Del culto a lo utópico
5.3. Comer con prisa
5.4. El rechazo social
5.5. Métodos
para adelgazar
5.6. El mercado del
adelgazamiento
5.7. El mundo de la moda y las
modelos
5.8. Los medios de
comunicación
5.9. Crítica
5.9.1. Principales problemas
5.9.1.1. El desconocimiento de alternativas para
adelgazar fuera de la restricción de los alimentos
5.9.1.2. Los malos hábitos en relación con
las comidas
5.9.1.3. Perjuicios y mala transmisión de
valores
5.9.1.4. La manipulación
5.9.2. La
familia
5.9.3. La educación
5.9.4. Medios de
comunicación
6. TRASTORNOS DE LA ANOREXIA:
CAMBIOS CONDUCTUALES, AFECTIVOS,
BIOLÓGICOS Y CULTURALES
6.1. Cambios conductuales
6.1.1. Comportamiento
ingestivo
6.1.2. Hiperactividad
6.1.3. Comportamiento
familiar
6.1.4. Conducta social y
sexual
6.2. Trastornos afectivos
6.3. Cambios biológicos
6.3.1. Exploración física
general
6.3.2. Manifestaciones cardiovasculares
6.3.3. Manifestaciones gastrointestinales
6.3.4. Manifestaciones hematológicas
6.3.5. Otros cambios biológicos
6.3.6. Trastornos hipotalámicos y
endocrinos
6.3.6.1. Eje
hipotalámico-hipófiso-gonadal
6.3.6.2. Eje
hipotalámico-hipófiso-tiroideo
6.3.6.3. Eje
hipotalámico-hipófiso-suprarenal
6.3.6.4. Hormona de crecimiento
6.3.6.5. Hormona antidiurética
6.3.6.6. Termorregulación
6.3.6.7. Metabolismo
hidrocarbonado
6.4 Trastornos culturales
7. ANOREXIA
NERVIOSA EN LOS VARONES
8. VENTAJAS Y RIESGOS
PSICOLÓGICOS DEL EJERCICIO FÍSICO
9. EL TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA
9.1. La intervención
9.2. Planteamiento del
problema
10. OBJETIVOS DEL
TRATAMIENTO
11. EL PROCESO DEL
PLANTEAMIENTO
11.1. Evaluación
11.1.1. Cuestionarios
11.1.2. La
entrevista
11.2. Opciones de tratamiento
11.2.1. Psicoterapia individual
11.2.2. Psicoterapia tradicional
11.2.3. Modificación de la conducta
11.2.4. Terapia conductista cognitiva
11.3. Terapias
11.3.1. Terapia de grupo
11.3.2. Terapia de familia
11.3.3. Terapia nutricional
11.4. Grupos de
autoayuda y apoyo
11.4.1. Grupos de
autoayuda
11.4.2. Grupos de
apoyo
11.5. Comilones anónimos
12. ¿ QUIÉN NECESITA UN
HOSPITAL?
13. MÁS AYUDA
13.1. La importancia de la autoestima en
la anorexia
13.1.1. Razones de la baja autoestima
13.1.2. Consejo para estimular la autoestima
13.2. Sugerencias para la
familia
14. CONCLUSIÓN
1. INTRODUCCIÓN
El primer caso de anorexia se dio en Catalina de Siena.
Con 26 años su idea de dedicar su vida a Dios chocaron con
los planes de sus padres de casarla.
Esta situación la llevó a encerrarse en su
habitación a maltratarse no comiendo consiguiendo ingresar
al final en la orden dominicana pero con la mitad de su
peso.
El prestigio de Catalina de Siena se extendió
rápidamente y tras su muerte, a los
28 años, contaba con muchas seguidoras
religiosas.
Aparecen muchos casos de anorexia en las religiosas de
la edad media. El
ayuno era un medio para que el espíritu triunfara y no la
carne. Estar sin comer era considerado como un signo de santidad.
A esta anorexia sufrida por el seguimiento a Dios se llamó
" Anorexia santa"
La palabra anorexia era utilizada por los médicos
como sinónimo de falta de apetito, inapetencia y ciertos
trastornos del estómago.
Richard Morton fue el primero que hizo una
descripción del cuadro de anorexia. Describió a una
paciente de 18 años que presentaba los síntomas
propios de la anorexia nerviosa: adelgazamiento,
dedicación obsesiva al estudio, pérdida de
apetito…
Morton se refiere siempre a la enfermedad como un
trastorno nervioso y es curioso saber que curó a esta
chica alejándola de su familia y de los
estudios.
Finalmente, con la intervención sobre la familia de
una paciente y su alejamiento como medio para curar, se
consiguió que el concepto de
anorexia nerviosa quedara dentro de la medicina
científica.
En el siglo XX se conoce la anorexia nerviosa como un
miedo a engordar, pero antes del siglo XX no se tenía muy
claro si las muchachas que la padecían tenían miedo
a engordar o no. Esto se cuestionaba ya que muchas motivaciones
eran religiosas o espirituales.
Ya en este siglo, la opinión de Freud era que
todos los apetitos eran manifestaciones de la libido o impulsos
sexuales por lo que asoció comer o no comer a la presencia
o ausencia de impulsos sexuales básicos. El ayuno
suponía a Freud la
repugnancia o el malestar provocado por el alimento. Pero
Freud no dio
ninguna importancia a los factores socioculturales en la anorexia
nerviosa.
1.1. Las sociedades
primitivas: en las sociedades
primitivas, las mujeres gordas tenían más atractivo
sexual que las delgadas. Una mujer gorda
constituía una señal de status elevado, de
prestigio.
En todas las culturas se han llevado a cabo procedimientos
para cambiar alguna característica corporal para incrementar el
atractivo sexual y social. Utilizando pinturas, cosméticos
pero hasta la llegada del mundo moderno no se encuentran culturas
donde se pretende tener más atractivo social aumentando o
disminuyendo su cuerpo.
Un cuerpo de mujer abundante
era signo de lujo, la delgadez era símbolo de muerte.
2. CONCEPTO
La anorexia nerviosa es un trastorno del comportamiento
alimentario que se caracteriza por una pérdida
significativa del peso corporal producida normalmente por la
decisión voluntaria de adelgazar. Este adelgazamiento se
consigue suprimiendo o reduciendo el consumo de
alimentos,
especialmente "los que engordan" y también con cierta
frecuencia mediante vómitos, uso
indebido de laxantes, ejercicio físico exagerado y
consumo de
anorexígenos, diuréticos…
El trastorno suele iniciarse entre los 14 y 18
años de edad, pero en los últimos tiempos
está descendiendo la edad del inicio.
El paciente anoréxico experimenta un intenso
miedo al aumento de peso a pesar de que éste disminuye
cada vez más y de una manera alarmante. Se produce una
distorsión de la imagen corporal,
lo que obliga a mantener la dieta.
El hecho de la pérdida de peso es negado
prácticamente siempre por el enfermo y no suele tener
conciencia de la
enfermedad. Esta malnutrición produce alteraciones,
síntomas y trastornos: hipotensión, alteraciones de
la piel,
caída de cabello, trastornos gastrointestinales, etc.
También se dan síntomas de ansiedad, depresión
y obsesivos. Esta malnutrición también provoca
tristeza, irritabilidad, aislamiento social e incluso ideas de
muerte y
suicidio.
Las preocupaciones por el alimento se hacen
auténticamente obsesivas. Los pensamientos y actitudes
relacionados con el cuerpo, el peso y la alimentación, y la
evolución de la enfermedad indican que
después del diagnóstico, un 25% de las pacientes siguen
siendo anoréxicas, un 40 % tiene síntomas
depresivos y un 25% obsesivos. La mortalidad se sitúa
entre el 8 y el 10% pero cuando la enfermedad dura más de
30 años este dato se eleva al 18%.
Tras doce años de evolución de la enfermedad en una persona la
curación se considera prácticamente
imposible.
Aproximadamente la mitad de las pacientes
anoréxicas experimentan episodios bulímicos, esto
es también un trastorno del comportamiento
alimentario caracterizado por la presencia de episodios en los
que el enfermo ingiere cantidades de alimento superiores a lo
normal, aunque en principio el bulímico no desea en
absoluto ese atracón. Después de estos atracones,
siguen vómitos,
laxantes, diuréticos…
En la aparición de la anorexia intervienen
factores socioculturales, es la presión por
parte de la sociedad, de los
medios de
comunicación, el anhelo de delgadez.
Intervienen también factores individuales,
como son los cambios corporales que obligan a fijar la
atención sobre el propio cuerpo. Es este el momento en que
el adolescente compara su imagen corporal
con el modelo
estético corporal presente en su medio social.
Se habla también de la familia
como factor importante en la aparición de la anorexia
aunque no es algo específico en la enfermedad. Se ha
observado que hay un predominio de estilo educativo
sobreprotector y también excesos de trastornos
alimentarios, afectivos y de ansiedad en los familiares de
anoréxicos.
Pero estos elementos no pueden considerarse factores
importantes de esta enfermedad, es decir, se asocian a otras
enfermedades que
no tienen nada que ver con el alimento. De todas formas una vez
que la anorexia está en marcha, los conflictos
familiares cobran gran importancia.
3. SEÑALES DE ALARMA DE LA ANOREXIA
NERVIOSA
– Comer como si estuviera a dieta, a pesar de que ya
está muy delgada.
– Usar ropas muy holgadas o demasiado
grandes.
– Estar preocupadas por el peso, por conseguir dietas y
por la figura.
– Experimenta cambios de personalidad.
– Experimenta vértigos, desmayos, pérdida
de conocimiento y
dificultad para concentrarse.
– Temor a aumentar de peso o engordar.
– Percepción
distorsionada del peso, tamaño o figura de su
cuerpo.
– En las mujeres, la ausencia de al menos tres ciclos
menstruales consecutivos.
– Ausencia de otro trastorno físico o
psiquiátrico que pudiera justificar la pérdida de
peso o la negativa de comer.
– Comienzo del tratamiento antes de los 25 años
de edad.
– Presencia de al menos 2 síntomas
fisiológicos asociados a la anorexia nerviosa.
Éstos son:
* Abuso de laxantes, diuréticos o píldoras
de dieta.
* Hacer ejercicio de manera excesiva. Puede que hasta 5
o 6 horas al día.
* Osteoporosis. Los
huesos se
vuelven más frágiles.
3.1 Síntomas físicos de
inanición
- Piel fría, algunas veces con tonalidad
azulada. - Dolor al sentarse.
– Desarrollo de
vello muy fino por todo el cuerpo.
– Hipotensión, o presión anormalmente
baja.
– Corazón
debilitado.
– Indigestión después de la escasa comida
que consume.
– Sensación de debilidad o cansancio.
– Problemas de
sueño.
– Anemia debido a la falta de hierro y
proteínas.
– Anormalidades hormonales: ausencia de los
períodos menstruales.
4. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE LA
ANOREXIA NERVIOSA.
– IMAGEN CORPORAL: la mayoría de las
anoréxicas perciben una imagen corporal
distorsionada porque se ven demasiado gordas sin hacer caso de lo
escuálido que está su aspecto.
Uno de sus principales temores es llegar a estar gorda y
la decisión de mantener un peso corporal bastante bajo a
cualquier precio.
– UN ACONTECIMIENTO CRUCIAL: éste se
refiere a la inmediata adultez de la joven y la independencia
que la sociedad espera
que ella logre. A medida que se vuelve más delgada y
más débil, la anoréxica requiere más
atención de quienes la rodean, y ya no tiene que
preocuparse por salir sola ya que sino, supondría un mayor
control sobre su
vida propia.
– SATISFACE VARIAS NECESIDADES CONFLICTIVAS: la
libera de parte del estrés de
entrar en la adultez y lograr la independencia,
mientras que atrae la atención de los padres y ofrece una
medida de control de su
propia existencia.
A través de estas características psicológicas se
puede observar dos tipos de anorexia:
– Anoréxicas austeras: comienzan perdiendo
peso a través de dietas y ejercicio, por lo general
ayudadas con laxantes, píldoras de dieta y/o
diuréticos.
– Anoréxicas voraces: muestran características de la bulimia
nerviosa, es decir, que pasan por atracones y vómitos.
Otros tipos de características son las que
presentan estas chicas:
– Un historial de ligero sobrepeso: estas chicas
comienzan teniendo un ligero sobrepeso por lo que comienzan con
dietas estrictas y luego no se detienen cuando llegan al peso
buscado sino que, se agradan, y continúan perdiendo
peso.
– Un excesivo deseo de agradar a los demás y
evitar situaciones estresantes: intentan agradar a los
demás a expensas de su propia felicidad por lo que
desarrollan una personalidad
rígida, expresada en una excesiva necesidad de seguir
reglas y una tendencia a criticar a los demás. Intentan
mantener el control sobre su
entorno porque no tienen control sobre su
propia vida.
Esto además conlleva a que tengan miedo a
enfrentarse a situaciones nuevas y así les surgen los
problemas de
identidad y
control.
– Elección de una afición o una carrera
que concede gran importancia al peso: las carreras de
bailarina, actriz, modelo y
deportista, fomentan esta enfermedad porque se le concede un alto
valor a poseer
un aspecto delgado y saludable.
Hay una serie de factores que también son
determinantes dentro de la anorexia que son:
– Factores familiares: muchas de las afectadas
proceden de familias afectuosas y cariñosas pero hay una
serie de factores que la van a conllevar a la anorexia.
Está comprobado que las familias de las anoréxicas
están situadas en los estratos socioeconómicos
medios y altas
de la sociedad. Tal
hecho supone conductas, valores y
relaciones personales diferentes de la persona que
pertenecen a otros estratos además de existir una
tendencia a que los padres de las anoréxicas tengan edades
avanzadas.
Concesión de una gran importancia emocional a
la comida, el comer, el peso y el aspecto: este caso puede
ocurrir cuando los padres están relacionados con
algún tipo de relación estrecha con la comida:
restaurantes, trabajan en la industria
alimentaria…
Casos de anorexia nerviosa en la familia y
trastornos anémicos en familiares cercanos: la
mayoría de los casos suelen darse porque algún
familiar haya ya padecido anorexia o algún trastorno
emocional como depresión
o manía depresiva.
Insistencia exagerada en el aspecto y los logros por
parte de uno o ambos padres: muchas veces se someten a dietas
para agradar a uno de sus padres lo que la lleva a abarcar
sentimientos negativos como la cólera.
Una relación excesivamente estrecha con los
padres, excesivo control: los padres llevan un excesivo
control sobre ellas llegando a tomar sus propias decisiones y
gobernando su propia vida porque tienen puestas muchas
expectativas en ellas. Ellas intentan satisfacer completamente
los deseos, necesidades y sus expectativas, y al hacerlo dejan de
expresar sus propios deseos produciendo una falta de
reconocimiento de sí misma como un individuo con derecho
propio.
Otros problemas de
la familia: muchos trastornos que puedan haber dentro de ella
como el alcoholismo lo
que lleva a la niña a que se centren en ella y descuiden
sus problemas.
Todos estos problemas están entrelazados. Los
trastornos vienen por pasar toda la vida en un entorno social y
familiar particular. Los miembros de una familia casi
nunca se dan cuenta del impacto de su conducta en la
futura paciente.
5.PRESIÓN SOCIAL Y ESTEREOTIPOS
SOCIALES.
Las dimensiones corporales de la mujer han sido
valoradas de distintas maneras en las distintas épocas de
la historia del
mundo occidental.
El modelo de
belleza femenino de la época de Rubens es muy distinto al
actual. Los cambios históricos acarean cambios culturales
y cambios en los patrones estéticos y
corporales.
La imagen de un
modelo ideal
de belleza, compartido y reconocido socialmente, supone una
presión altamente significativa en todos y cada uno de los
miembros de la población. Las mujeres que encarnan o se
identifican con ese modelo tienen
razones para valorarse positivamente. Quienes no reúnen
estas características, padecen baja autoestima.
En el establecimiento de los modelos
estéticos, intervienen multitud de factores aunque en cada
país tenga su prototipo de belleza específico. Por
ejemplo, en la India, donde
escasea el alimento, la obesidad es
signo de prestigio social y de potencial socioeconómico.
Por el contrario, el ideal de delgadez se da en sociedades
donde la obtención de alimento no es problema.
Los estereotipos estéticos suelen extenderse en
las sociedades
complejas en sentido descendente, es decir, de las clases
más elevadas a las más bajas.
En las sociedades más desarrolladas, hay una
relación inversa entre clase social y obesidad.
Huenemann (1969) verificó que el 11,6 % de la población adolescente femenina de clase
baja eran obesas mientras que las de clase alta sólo
había un 5,4 %.
Esta distribución por clases
sociales es totalmente opuesta a la que se da con la
anorexia. Este fenómeno entremaña que los valores
asociados al alimento(necesidad básica) son sustituidos
por otros de carácter estético más
culturizados y alejados de lo primario, de lo mas estrictamente
biológico.
Pero para que la restricción ingestiva se inicie
no basta con que la persona tome la
decisión de reducir las dimensiones de su cuerpo, sino que
es necesario que sufra las influencias sociales.
Éstas se canalizan a través de los
demás y del ambiente.
Un canal importante y de influencia efectiva son los
medios de
comunicación de masas. Nos hallamos inmersos en una
sociedad donde
TV, prensa, radio, bombardean
continuamente a los ciudadanos con múltiples
mensajes.
También se sabe que los valores
del mundo anglosajones, en especial EEUU, ejercen una gran
influencia sobre el resto del mundo y que pronto serán
implantados en otros países.
En relación con los grupos de
jóvenes más afectados por la anorexia, Garnel y
Garfinkel realizaron algunos estudios concluyéndolos con
la afirmación de que toda la presión sociocultural
todavía es mayor en determinados grupos
homogeneizados que están en función de ciertos
intereses y actividades. Éste es el caso del estudiante de
música y
danza o en
modelos de
alta costura.
Se plantearon la posibilidad de que unos estudios de
este género resultaran humanamente estresantes por su
competitividad. Más adelante se vio que el
factor clave no es la competitividad
sino la dedicación a actividades que subrayen el valor del
cuerpo delgado.
En 1986, se volvió a hacer otro trabajo (por
Ordeig y Cols) con muestras de estudiantes de danza,
modelos de
alta costura y gimnastas. Las puntuaciones obtenidas ante el
E.A.T. fueron de 30, 14,8 y 18,6 respectivamente; mientras que en
el grupo control
fue de 11.
Entran en patología el 30% de los bailarines, el
18% de los gimnastas, el 13,3% de los modelos. Este
estudio confirmó el resultado obtenido por Garner y
Garfinkel.
5.1 La coacción publicitaria: hasta ahora
nos hemos referido a los medios de
comunicación como portavoces y creadores de los
estereotipos estéticos corporales que surgen en la
población.
El cine, la
fotografía, los reportajes sobre métodos de
adelgazamiento contribuyen a determinar el estado de
opinión y evaluación
corporal. Pero, además, todo este mundo de palabras e
imágenes van a crear un
importantísimo mercado
descubierto por los comerciales y productores de más de
mil recursos de
adelgazamiento.
El estado de
opinión, por tanto queda en cierto, enrizado en una
publicidad
comercial, que con sus mensajes incorporan el estereotipo
estético, lo concreta y potencia.
Se realizó un análisis de publicidad de
pro-adelgazamiento en 1985. De todas las revistas que se
publicaron en España se
eligieron aquellas que contaban con un 60% de lectores del
sexo femenino
que a la vez tenían una difusión de más de
100.000 ejemplares. De aquí se seleccionaron diez que
constituyeron el 80% de todas las revistas leídas por la
población femenina.
De estas revistas, se analizaron todos los anuncios que
aparecían seleccionando todos aquellos que de manera
directa o indirecta incitaban al uso o consumo de
productos para
adelgazar.
Los resultados fueron éstos:
Anuncios Directos …………………..
10,43%
Anuncios Indirectos …………………..
14,24%
Anuncios Totales …………………..
24,64%
Con esto se constata que casi uno de cada cuatro
anuncios que llegan a un público femenino invitan de
alguna manera a la mujer, a
perder peso.
También se midió el coeficiente de
Impacto. Éste mide la capacidad de difusión de un
mensaje en una población dada. Como se ve en la tabla
toman prioridad aquellos productos que
son de actuación específica e inmediata, como es el
caso de las cremas y pomadas adelgazantes. En segundo lugar
aparecen los alimentos de tipo
calórico.
En la tabla, vemos un cambio
significativo en las razones que los anunciantes dan para invitar
a perder peso. Es difícil predecir si esta tendencia se
mantendrá, por eso antes había una gran
preocupación por la salud y actualmente lo que
se está dando es un vuelco hacia lo estético, es
decir, se hace notar que vende más la
motivación en estética que lo
sanitario.
En 1985 el 55% de los argumentos pro-adelgazamientos
eran estéticos mientras que sólo el 19% estaban
relacionados con la salud.
El llamado coeficiente de utilización indica la
cantidad de veces que una palabra aparece en publicidad. En la
tabla del anexo 3, hay 24 términos verbales. Los
más utilizados son: tipo, silueta, figura, delgado,
línea, centímetro, kilos, adelgazar, calorías e hipocalorías.
También se llegó a la conclusión
que la mayor difusión de esta publicidad se
produce, principalmente en mujeres de 15 a 24 años de
edad. Esto es solo un botón de muestra para
darnos cuenta del bombardeo al que estamos sometidos los
jóvenes y adolescentes.
Cada época ha tenido unos prototipos de belleza.
En la década de los 50, existían dos modelos: uno
el de Marilin Monroe con caderas anchas, cintura ceñida
etc. y el de Grace Kelly tendiente a lo rectilíneo, era la
delgadez extrema. Las seguidoras de Marilin eran mucho más
vulgares que las de Kelly que eran chicas
aristocráticas.
En los años 60, se da el fenómeno Twiggy.
Una chica inglesa, francamente esquelética, que se
introdujo como un ciclón en el mundo de la moda de
América
y Europa.
Publicaciones como " Vogue " trasladaron sus
escuálidas dimensiones a los ojos de todo el mundo
occidental. El impacto que produjo constituyó un ejemplo
de la eficacia de los
medios de
comunicación y de las campañas de
publicidad.
La aparición de este fenómeno Twiggy es un
hecho clave para entender el incremento epidémico de los
trastornos en el comportamiento
alimentario. De algún modo el modelo de Marilin y el de
Twiggy se han mantenido hasta nuestros días.
El anhelo de la delgadez sigue vigente. Un estudio
pionero de Garner verificó de las medidas de las modelos
fotografiadas en las páginas centrales del Playboy y otras
revistas, fueron disminuyendo cada vez más. Eran
más delgadas.
5.2. Del culto a lo utópico: Kim Cherin
desde una perspectiva feminista hace una importante
crítica acerca de esta sociedad
generadora de la actual epidemia de anoréxicas y
bulímicas
En 1981 ya señalaba que E.E.U.U. se gastaba 10
billones de dólares anuales en servicios y
productos
relacionados con la búsqueda y pérdidas de peso y
que 20 millones de personas seguían una dieta
rigurosa.
La preocupación por el peso y la imagen corporal
está tan extendida que en la sociedad actual, es un
fenómeno que puede considerarse como normal en la
experiencia femenina; lo anormal es la no- preocupación
por el cuerpo.
Ésta preocupación e insatisfacción
suscitada por el propio cuerpo, tiene que encontrar alguna
vía de solución. Los afectados intentan resolver
sus problemas eligiendo entre las múltiples alternativas y
mejores. Ésta es la técnica para adelgazar
más difundida y más peligrosa en cuanto al riesgo de sufrir
trastornos del comportamiento alimentario.
Una revisión de las publicaciones sobre dietas
alimentarias publicadas entre 1967 y 1993 resulta muy
significativa (French y Jeffery, 1994).
Resumiendo todos estos trabajos se concluyen que
alrededor del 40% de las mujeres y que el 23% de los varones
estaban intentando perder peso. En estas mismas circunstancias el
26% de las mujeres y el 14% de los hombres estaban haciendo
régimen para adelgazar.
Los porcentajes más altos se referían a
chicas que estaban en Colleges donde del 50% al 61% practicaban
dietas. También concluyeron en que había más
personas de peso manual siguiendo
dietas que personas con sobrepeso.
Pero lo más grave es que en 1985 y 1990
creció el porcentaje de personas que considerándose
a sí mismas delgadas trataban de adelgazar. Del 0,7% se
pasó al 4% y en adolescentes
las cifras aún eran más preocupantes. El 20% de
chicas adolescentes
con infrapeso estaban siguiendo dietas adelgazantes.
Éste es el panorama descrito con algunas
pinceladas ilustrativas que hacen patente la preocupación
por el cuerpo y sus medidas supuestamente excesivas. Es como si
la gente aceptara la presión social y haya llegado a
convencerse de que este prejuicio es intentar adelgazar, reducir
las dimensiones y de manera competitiva.
En 1993 se realizó otro estudio, Phelps quienes
evaluaron de igual modo y en las mismas circunstancias
académicas a todas las chicas de 12 a 18 años
ubicadas en el mismo distrito escolar de
Búfalo.
Se les pasó una encuesta a
todas las alumnas situadas en Middle School, de 12 a 14
años, y a todas las de High School, de 4 a 18 años.
Los resultados fueron ambiguos ya que en High School, las de
mayor edad, las prácticas patógenas para perder
peso habían disminuido, mientras que en Middle School en
ese mismo período de 8 años, el porcentaje de
niñas que se medicaban para adelgazar había parado
del 0,8% al 6% y de niñas vomitadoras había pasado
del 3,8% al 11,4%.
En consecuencia parece concluirse que se está
reduciendo la edad en que más se experimenta e interioriza
la presión pro-adelgazamiento. Serían
todavía niñas las que emplearon métodos
peligrosos para perder peso.
Los estudios realizados sobre el tema que hagan
referencia a niños pre-puberales son muy escasos pero hay
un ejemplo muy significativo que es una serie de estudios llevada
a cabo por un grupo de
investigadores de la universidad de
Leeds, en Inglaterra.
En el más reciente trabajaron con 213
niñas y 166 niños de 9 años. Hallaron que
los niños presentaban una baja autoestima, un
evidente deseo de adelgazar y altos niveles de restricción
de comida. Pero ese deseo de adelgazar y la
motivación para seguir una dieta se mantenía en
los niños y niñas de todos los niveles de
peso.
Con estos resultados se puede concluir que la
interiorización en los niños de los modelos
estéticos corporales empieza a edades muy tempranas, al
igual que los anhelos por adelgazar y llevar a cabo alguna dieta.
Éstas suelen llevarse a cabo (sobre todo en el caso de las
niñas) en colaboración y correspondencia de las
madres.
Los niños se encuentran en la misma sociedad que
los adultos y como ellos experimentan las mismas influencias. En
ellas, los niños quedan mediatizadas por los adultos y
mayores que tienen más cerca y que son más
significativas desde una perspectiva socioafectiva. La información verbal que los padres dan a sus
hijos, ha sido estudiada por una investigación muy reciente (Thelen y
Cormis, 1995) en donde veían las características de
118 niños y niñas de 9 a 10 años y se
constató que tres de cada cuatro padres y/o madres
alentaban a sus hijos e hijas para que controlaran su
peso.
Se percibía como más frecuente y presente
la acción adelgazante ejercida por las madres, madres que
en un 86% habían practicado dietas en alguna
ocasión y que en un 57% lo habían hecho más
de tres veces a lo largo de sus vidas. Éste es uno de los
trabajos que pone de manifiesto el papel de la
familia en la
transmisión de valores en
este caso, alimentario-corporal.
Esta transmisión de valores y
costumbres aumentan cuando las madres han padecido o padecen
trastornos en el comportamiento alimentario.
5.3. Comer con prisas: El modelo de familias
tradicional tenía establecido la ingestión de tres
comidas: desayuno, comida y cena que no sólo eran
ocasión para alimentarse sino también de reunirse,
comunicarse, en definitiva, de convivir.
Ahora cada vez son más las personas de una misma
familia que
realizan sus comidas por separado y lejos del hogar. Las "comidas
rápidas" y en general escasas, han ocupado el lugar de las
comidas lentas y hogareñas. La estructura de
una comida con dos platos y postre se han ido sustituyendo por
bocadillos y hamburguesas que además se ingieren con
prisas.
Estos hábitos son más frecuentes en
adolescentes y
jóvenes de enseñanzas medias y universitarios, es
decir, la parte de la población de mayor riesgo para los
trastornos en la alimentación. Es
justo, en estas edades, donde se debe cuidarse más en la
alimentación
Las ocasiones para comer en grupo son
múltiples: aniversarios, sesiones de trabajo, despedidas o
cenas de parejas. Para el adelgazador, estas ocasiones suscita
pesadumbre, angustias y arrepentimientos y como consecuencia se
sitúa en una disyuntiva: o rechazar a la vida social o
compensar esos excesos con ayunos y restricciones
posteriores.
En el caso en que se elija la renuncia social, la
autoestima y estabilidad emocional saldrían perjudicadas.
En el segundo caso, la preocupación absorbente por la
alimentación llevaría a un posible
trastorno alimentario. Quien se encuentra en el culto a la
delgadez no puede asistir indiferente a estos "encuentros "
sociales que en definitiva son encuentros para comer.
Ésta es una de las principales razones del
aislamiento social progresivo que sufren los pacientes
anoréxicos y bulímicos. Sienten temor a reunirse
con amigos alrededor de una mesa con platos o
similares.
Resumiendo todo lo anterior se puede decir que los
cambios de costumbres han alterado los hábitos
alimentarios y que no se tratan de nuevas modificaciones formales
y sin importancia sino que se han derrumbado que los cambios de
horarios de situaciones sociales y de funciones
sociales de los alimentos, dan
lugar a cambios en el contenido. La desorganización
incrementa los riesgos de
patología alimentaria.
5.4. El rechazo social: Uno de los rechazos
sociales más claros es el rechazo al obeso, tanto que a un
niño de seis años de edad ya lo tiene totalmente
interiorizado. Se ha observado que los niños a esta edad
atribuyen características positivas (bueno,
simpático, feliz…) a una persona delgada y
características negativas(tramposo, sucio, lento…) a una
persona
gruesa.
Un estudio muy conocido hecho en los años 60 por
Richardson, puso de manifiesto algo semejante. A un grupo numeroso
de niños y niñas de 10- 11 años, se les
mostraba una serie de láminas. Cada lámina
representaba un niño con una incapacidad (niño
totalmente normal, niño con muletas, niño sin una
pierna, niño en silla de ruedas, niño obeso,
niño con la cara desfigurada y niño sin una mano).
Los niños/as debían elegir uno a uno las figuras
infantiles que les resultaran más agradables. Pues en
todos los casos se dio que el niño obeso era el menos
elegido.
A parte de este caso de rechazo al obeso se le atribuye
la responsabilidad de su enfermedad. La obesidad
está considerada como la consecuencia de un vicio y el
obeso una persona que se entrega a él, es decir, que el
obeso es obeso porque quiere ya que come sin control con
glotonería.
Este rechazo tiene varias manifestaciones. Se
observó que en una serie de colegios prestigiosos, el
número de chicas obesas admitidas era
desproporcionadamente menor que el de chicas delgadas. Esto
sucedía sin que existieran diferencias significativas ni
en el cociente intelectual ni en el expediente escolar previo.
Sólo los prejuicios podrían explicar estos
hechos.
Otra manifestación clave y evidente del rechazo
social al obeso se da en el mundo laboral. Un
estudio sobre las relaciones entre un sobrepeso y empleo
concluyó en líneas generales que las personas con
sobrepeso son consideradas menos competentes, más
desorganizadas, indecisas e inactivas.
En el caso de las mujeres la situación se agrava
aún más. La promoción profesional es mucho más
asequible para las delgadas que para las que no lo son. Citemos
como ejemplo el caso de los auxiliares de vuelo o azafatas que
pueden ser despedidas por tener problemas de sobrepeso y ciertas
compañías controlan las medidas de sus muslos,
caderas… hasta acostumbrarla a establecer unos límites.
Es importante señalar que los trastornos en las azafatas
son bastantes frecuentes (Shilling 1993).
Como se puede observar la presión social sobre
las mujeres es mucho más acentuada. Ha podido
también verificarse que las mujeres más
emprendedoras y social y laboralmente más activas son las
que prefieren un cuerpo delgado y a las más voluminosas se
les atribuye funciones de
madre, esposa…
Todos estos perjuicios hacen referencia al atractivo
físico, pero nos olvidamos que el atractivo físico
no se reduce al volumen del
cuerpo sino que es mucho más; el rostro, el cabello, las
manos, los ojos, formas de moverse, color de la
piel…
5.5. Métodos para adelgazar: la
consecuencia más grave de las dietas restrictivas consiste
en la facilitación y precipitación de trastornos en
la alimentación. La restricción de
alimentos es
el factor de riesgo inmediato
más evidente de la anorexia nerviosa.
5.6. El mercado del
adelgazamiento: los medios de
comunicación junto con mensajes verbales
lanzan imágenes
de cuerpos que sutil o burdamente van destilando mensajes y
señales que facilitan la difusión y consiguiente
interiorización de la cultura de la
delgadez.
Algunos datos
significativos que reflejan la situación actual. En la
década de los 80, los americanos gastaban 10.000 millones
de dólares en servicios y
productos
destinados a perder peso. En tan solo un año los
americanos subieron la cifra a 74.000 millones de dólares
en alimentos dietéticos y a lo largo de esta
década, los americanos doblaron sus gastos en
alimentos dietéticos, programas para
adelgazar libros de
regímenes y consejos para perder peso.
La industria
británica del adelgazamiento está facturando
más de un billón de libras esterlinas por
año (1994).
5.7. El mundo de la moda y las
modelos: el mundo de la moda
incluyendo modistas y costureras juegan un papel
relevante en la preocupación femenina por revelar/ocultar
el cuerpo.
Un factor importante a tener en cuenta en el mundo de la
moda son las
modelos. Sin ellas casi no habría difusión de las
tendencias de la moda. Ellas protagonizan las exhibiciones de
todo género en revistas, en televisión, carteles urbanos etc. Sus
siluetas, sus figuras extremadamente delgadas parecen ejercer
influencias decisivas en muchas adolescentes,
jóvenes y algunas nostálgicas de la juventud.
John Casablanca fundador y presidente de una de las
agencias de modelos más importantes del mundo, con 24
establecimientos en Europa y América
ha declarado recientemente en una entrevista que
"vivimos en una época muy sensual en la que los cuerpos lo
ceden todo. Lo mismo un coche que la moda" y en esa misma
entrevista
reconoce que han pasado varios años volcado con las
anoréxicas. Y es que esta esbelta delgadez tan deseada por
los diseñadores y que tantas modelos tienen, está
al borde de lo patológico.
Conocedores del tema apuntan que entre el 20% y el 30%
de estas muchachas sufren trastornos en el comportamiento
alimentario. Por eso no es infrecuente que muchas de ellas
durante la comidas en grupos desaparezcan en dirección al baño para vomitar lo
que se habían comido.
Estas son algunas de las informaciones que la prensa del
corazón
nos da acerca del estilo de vida de muchas de ellas. Por ejemplo,
Kate Moss que mide sólo 1,70 m. y pesa sólo 44
kilos, su régimen alimentario habitual es de huevos,
carne, verdura y mucho café. Claudia Schiffer no come
carne, sólo pescado y verdura y Michael Jackson no supera
las 550 calorías diarias (1995).
Otro claro ejemplo es que los diseñadores son los
primeros que promueven o consienten en cierto modo este tipo de
enfermedad, como es el caso de Calvin Klein que en "El
País Semanal" del 20× XI× 94 hizo estas declaraciones:
" Oh si, desafortunadamente este es otro problema. Un
gran problema en este país. Con lo avanzadas que son y con
lo lejos que han llegado en todos los aspectos de su vida. Y
todavía hay una tremenda obsesión por la delgadez,
con estar delgadas. Es como si fuera lo más importante en
sus vidas. Una paranoia. Y Kate les recuerda a todo
eso".
Una vez que ha reconocido y definido el problema
lamentándose de su existencia, añade:
" ¡Yo no promociono la anorexia! Pero creo que si
voy a enseñar mi ropa prefiero enseñarla en
personas delgadas. La ropa sienta mejor a la gente que " cuida"
de su cuerpo y que está delgada. La imagen es
importantísima".
Esas cuatro frases encierran todo un sistema de
valores, toda
una ideología que en la que realmente está
sustentando toda esa cultura de la
delgadez.
5.8. Los medios de
comunicación: el papel que las
televisiones ejercen en la difusión de valores y modelos
relacionados con la estética de la delgadez es el medio de
comunicación más
intensivo.
Silverstein (1986) estudió las
características de los hombres y mujeres que
aparecían en televisión
durante un mes. Eran 221 personas, 139 varones y 82 mujeres.
Luego un jurado de psicólogos especialmente entrenados
clarificaba el cuerpo de cada uno de ellos en una escala del 1 al
10 de acuerdo con su grado de delgadez o de obesidad.
Hallaron que el 69% de las mujeres entraban en la
clasificación de "muy delgado " lo que sólo
sucedía al 17,5% de los hombres que aparecían en la
pantalla. En cuanto a obesos televisivos los varones
constituían el 255 y las mujeres el 5%. Por otro lado, el
35% de las mujeres tenían menos de 26 años mientras
que en el caso de los hombres tan sólo el 16% contaba con
esa edad. Por tanto el modelo suministrado por televisión
es el de la mujer
sumamente delgada y joven.
5.9. Crítica: haciendo una crítica
de todo lo visto con relación a la "presión social
y a los estereotipos culturales" hemos sacado una
conclusión; por un lado los principales problemas ante una
buena alimentación sin riesgos
patológicos de ningún tipo y por otro lado las
medidas que (teniendo en cuenta los problemas) sería bueno
tomar para que cada vez sean menos los trastornos alimentarios (y
a otro nivel), los trastornos en la concepción e
interiorización de valores.
5.9.1. Principales problemas:
5.9.1.1 El desconocimiento de alternativas para
adelgazar, fuera de la restricción de alimentos es
el peor método
para adelgazar ya que es el que más propicia el trastorno
patológico.
5.9.1.2. Los malos hábitos en
relación con las comidas: hacerlas rápidas,
escasas, sin saber bien cuáles son sus
contenidos…
5.9.1.3. Perjuicios y mala transmisión de
valores: aceptar y mantener vigentes los prejuicios por
pequeños e insignificantes que puedan favorecer al
desarrollo de
ésta patología.
5.9.1.4. La manipulación: desde los
diversos medios de
comunicación (prensa, revistas,
TV) somos invadidos y manipulados hasta el punto de llegar a ser
víctimas de unos pocos (especialistas en marketing,
diseñadores, empresarios del mundo de la dietética,
modistos etc.).
Las medidas que tomaríamos para remediar un poco
esta situación las haríamos desde tres
focos:
5.9.2. La familia: ya que actúa
como filtro para los más jóvenes y pequeños
de la casa de toda la presión social que de fuera recibe,
y también porque en ella es donde se cuaja los valores y
donde pueden aparecer los perjuicios. La familia (los padres)
pueden así proteger a los niños hasta que puedan
ser críticos e interpretar la realidad por sí
solos.
Estamos de acuerdo en que los padres deben
enseñar a los niños a que "tomen medidas" a la hora
de comer; a comer sin glotonería pero no por cuestiones de
peso sino por cuestiones de educación y del saber
estar.
En cuanto a las madres que han padecido trastornos en el
comportamiento alimentario sería muy bueno (aunque
difícil) que supieran distinguir y separar entre sus vidas
y las patologías que han sufrido y las de sus hijos que
pueden ser muy distintas.
Los padres son también los responsables de la
alimentación de sus hijos. Son también los
encargados de que (en la medida de lo posible) se respeten unas
normas en
cuanto a las comidas. No sólo por disciplina,
orden o tradición sino para un buen desarrollo del
niño o adolescente.
5.9.3. La educación: a
través de los profesores junto con los padres es como se
transmiten los valores.
Por esta razón en nuestras manos (educadores) está
evitar cosas como que un niño de peso mayor presente una
baja autoestima, o que ya a la edad de 6 años los
niños relacionen delgado con bueno y grueso con malo; o
que el concepto de
atractivo físico se reduzca al volumen de una
persona.
Los educadores somos los que a los adolescentes tenemos
que llevarles las razones para que no se dejen influenciar y
deslumbrar unas modelos.
A través de la educación estamos
formando cabezas, enseñando a pensar de una manera que
cuando esos niños crezcan o esas adolescentes lean las
declaraciones hechas por Calvin Klein y muchos otros, puedan ser
críticos y analizar la raíz del problema de la
anorexia y de los deseos desmesurados que la gente tiene por
adelgazar.
También serán conscientes de las
incongruencias de estos altos diseñadores y quizá
el día de mañana sean los directores de colegios
prestigiosos y entonces sabrán que los alumnos gruesos
pueden aportar a un colegio otras cosas (mucho más
importantes) que muchos delgados no aportarán en la vida
(como puede ser la alegría en el colegio, facilitar
la
comunicación, calidez entre la gente…).
5.8.4. Medios de comunicación: de
la misma manera que son medios para difundir las ansías
para adelgazar han de ser medios para dar información de cuáles son las
maneras más saludables (ejercicio físico, control
médico…).
6. TRASTORNO DE LA ANOREXIA: CAMBIOS CONDUCTUALES,
AFECTIVOS, BIOLÓGICOS Y CULTURALES.
6.1. Cambios conductuales: los pensamientos de
las anoréxicas suelen preceder a la acción.
Así se manifiestan los distintos comportamientos que vamos
a ver:
6.1.1. Comportamiento ingestivo: los
primeros cambios son el inicio de una dieta restrictiva. Suele
iniciarse limitando y/o suprimiendo los hidratos de carbono
mediante la reducción o supresión de grasas y acaba
en la limitación de la ingesta
proteínica.
Suelen utilizar varios recursos para
seguir la dieta:
– Vómitos.
– Uso de laxantes: suelen padecer estreñimiento y
para vencerlo utilizan laxantes ya que piensan que "a más
retención, más peso". Su problema es la falta de
información.
– La utilización de diuréticos: disminuyen
así la retención líquida y, por tanto, de
peso.
Las conductas que realizan son extravagantes, raras e
incluso compulsivas. Aumenta todo lo relacionado con la
alimentación y el peso: conversaciones, lecturas… Se
informa de todo lo relacionado con las mil y una dietas posibles,
el uso de cremas, colecciona libros,
recetas… Suele incluso preocuparse hasta de lo que se comen en
su casa.
A partir de ahora realizará rituales con la
comida como desmenuzarla, la reparte en el plato, la esconde en
los bolsillos, la almacena en la boca para escupirla
después, toma alimentos del plato de los demás que
luego abandona sin probar…
6.1.2. Hiperactividad: es la
práctica de la actividad física de manera
obsesiva. Así camina varios kilómetros al
día, estudia paseando o de pie, hace abdominales para
realizar un mayor gasto calórico.
Se han hecho varios experimentos de
Meyer y Cols (1956), Routtenberg y Kuznesou (1967), Eplings y
Cols (1981 y 1983) en los que han visto que cuanto más
ejercicio hagas, menos hambre tienes.
Todo ello supone la posibilidad de que la
anoréxica incremente sus actividades físicas en dos
mecanismos. El primero de ellos es el cognitivo –
conductual en las que sus ideas acerca del cuerpo y el peso
llevarían a un mayor gasto calórico a través
de más movimiento. El
segundo es el psicofisiológico en donde la
disminución de la ingesta comportaría más
actividad física.
La alteración del sueño se encuentra entre
lo conductual y lo fisiológico. La anoréxica decide
dormir menos porque así, al estar despierta, hace
más gasto calórico.
6.1.3. Comportamiento familiar: es el
primer sitio donde la anoréxica ataca porque es el lugar
en el que se realizan las midas, ya que la alimentación
cuenta con un importante componente emocional. Las madres son las
que imponen su papel de
"alimentadores" ya que la alimentación es igual a salud y no alimentarse es
enfermedad. En consecuencia, la disminución de la ingesta
alimenticia por parte de la anoréxica, desencadena la
ansiedad familiar.
Una vez en marcha la ansiedad, se producirá el
consiguiente repertorio de intervenciones con finalidad
correctiva. Cuando una palabra o un gesto consiguen resultados
positivos en la ingesta, son considerados como comportamientos
que resultan reforzados positiva o negativamente. Así
aumenta el intervencionismo familiar, es decir, un conjunto de
estímulos de distinto orden que forzosamente va a influir
sobre el comportamiento de la anoréxica.
La interacción familiar incrementa y codetermina
los comportamientos desadaptados y desadaptadores de
la anoréxica. La familia no tiene por qué ser la
causante de la anorexia, pero la familia afectada evoluciona y
actúa de modo paralelo a como evoluciona y actúa la
anoréxica.
6.1.4 Conducta social y sexual: el
sentimiento de ser diferente, de no poder ser
comprendida por los demás, la ocultación de su
problema, la evitación de situaciones donde la comida se
plantea como obligación o como tentación. Todos
éstos y muchos otros factores contribuyen a la
irregularidad y/o inestabilidad de los intercambios
sociales.
También es una realidad la disminución del
interés, de la práctica y del placer
sexual por parte de las anoréxicas, aunque esto se ha
estudiado de manera diversa porque no es lo mismo una niña
de 13 años que una mujer casada de
35, ya que no se puede esperar la misma respuesta sexual de una
niña, sin casi experiencia, a otra ya con
experiencia.
El interés
sexual de la anoréxica está disminuido o acumulado.
Ellas suelen darse cuenta de que serían más
atractivas si tuvieran más peso. A pesar de ello, desean
perder más kilos. Las cosas suceden como si su apariencia
le permitiera evitar muchas de las expectativas asociadas a la
madurez y el desarrollo
físico.
6.2. Trastornos afectivos: existe una
relación entre la anorexia nerviosa y los trastornos
afectivos ya que las anoréxicas suelen manifestar
síntomas depresivos: tristeza, llanto frecuente,
insomnio… Todo ello relacionado con la pérdida de
peso.
6.3. Cambios biológicos: no siempre el
problema de la pérdida de peso es el que lleva a los
familiares de las anoréxicas a la consulta médica
sino manifestaciones clínicas consecuencias de la anorexia
nerviosa: estreñimiento, insomnio, aparición de
intensa debilidad muscular, calambres…
6.3.1. Exploración física general:
su deseo de pérdida de kilos a veces ha sido comentado y
comienza con una dieta que va a sobrepasar.
Como consecuencia va a disminuir la masa del tejido
adiposo y muscular, con pérdidas de un 25% del peso
inicial. A los menores de 18 años se les debe
añadir la interrupción de las ganancias de peso
según las tablas de crecimiento por sexo y
edad.
Las anoréxicas van a presentar un aspecto
marchito y envejecido, con una faz triste que intentan aparentar
desarrollando una actividad física normal o
exagerada.
Físicamente, la piel aparece
seca e incluso agrietada y tiene un aumento de la
pigmentación de la piel. Las
palmas de las manos y las plantas de los
pies presentan una coloración amarillenta y fríos
produciendo que las uñas se vuelvan más quebradizas
y no es raro que se produzca una caída de cabello.
Aún así se atenúan las proporciones
femeninas normales características, manteniéndose
el desarrollo
mamario o encontrándose a lo sumo una cierta
reducción de tamaño.
También se puede encontrar en la
exploración de alteraciones dentarias, la
descomposición del esmalte y la caries provocados por los
repetidos episodios de vómitos.
6.3.2 Manifestaciones cardiovasculares:
suelen producirse braquicardias e hipotensión. En el
corazón
se describe el adelgazamiento de la pared del ventrículo
izquierdo, disminución del tamaño de las cavidades
y disminución del trabajo cardíaco. Al igual que
sucede en otros casos de malnutrición, hay una
alteración en los mecanismos aeróbicos y se
produciría una menor contracción cardíaca,
que se consiguen con la normalización del estado
nutricional.
La mayoría de los estudios dinámicos
cardiovasculares realizados en la anorexia nerviosa muestran una
disminución del volumen
sanguíneo y del volumen
cardíaco proporcionales a la pérdida de
peso.
Según las estadísticas, la mortalidad de las
anoréxicas varía entre un 4 y un 30%, y en un
cierto número de estos casos representan muertes
súbitas y no esperadas atribuibles por algunos a arritmias
secundarias, a alteraciones electrolíticas debido a
vómitos o abuso de laxantes. Sin embargo, muchas de estas
muertes podían relacionarse mejor con cuadros de desgaste
o lesión miocárdia y su riesgo de
aparición aumentaría mucho cuando el peso de estas
pacientes disminuye más del 35 al 40% inicial.
6.3.3. Manifestaciones gastrointestinales:
las enfermas anoréxicas presentan un vaciado
gástrico retardado y una disminución del movimiento
intestinal que produce sensación molesta de
hinchazón y flatulencia que en muchos casos se
acompañan de dolor abdominal y estreñimiento.
Éste y la sensación de hinchazón son lo que
suele inducir a la toma de laxantes. Incluso algunas pacientes se
producen diarreas porque creen que les ayuda a perder peso y de
esta manera facilitan su acostumbramiento.
6.3.4. Manifestaciones
hematológicas: la anemia es relativamente frecuente.
En la mayoría de las pacientes, la anemia es
normocrómica, pero en algunas es ferropénica
(ingesta deficiente de hierro).
En algunas anorexias se han hecho descripciones de
descensos en las concentraciones plasmáticas de
ácido fólico, de disminución de los
depósitos medulares de hierro y de la
capacidad de su fijación en relación con grupos
controles.
También la médula ósea aparece
hipoclásica en ciertos casos, con un aumento exagerado de
mucopolisacáridos, desaparición de grasas y
aparición de un material gelatinoso.
6.3.5. Otros cambios biológicos:
uno de ellos es la elevación de las concentraciones
séricas de carótenos, responsables de la
pigmentación amarillenta que presentan algunas pacientes y
no aparece en otras formas de malnutrición.
También pueden observarse cifras moderadamente
bajas de HDL-colesterol. Sin embargo, en más de la mitad
de las pacientes con anorexia nerviosa se observan
hipercolesterolemias, con elevación de LDL- colesterol y
con niveles normales de triglécidos.
6.3.6. Trastornos hipotalámicos y
endocrinos: en la anorexia nerviosa existe una
distorsión de los mecanismos reguladores centrales que
controlan el equilibrio
físico y emocional, con la aparición de un
trastorno psico-neuroendocrino-metabólico en el que la
pérdida de peso y la desnutrición que la acompañan
serían responsables de la manifestación reversible
con la recuperación del estado
nutricional.
Las diferentes alteraciones neuroendocrinas y
metabólicas que se pueden presentar en la anorexia
nerviosa son:
6.3.6.1 Eje
hipotalámico-hipófiso-gonadal: una de
las manifestaciones es la aparición de la amenorrea
secundaria que sigue a la pérdida de peso que llevan a la
conducta
anoréxica.
Se ha comprobado que con estos cambios dietéticos
se producen cambios hormonales que llegan a modificar el ciclo
menstrual normal. Pero con la recuperación del peso
corporal dentro de los valores
normales generalmente aparecen los ciclos menstruales de
nuevo.
El ejercicio físico intenso se asocia a retrasos
en la edad de aparición de la menstruación y a una
mayor incidencia de trastorno menstrual.
Los ovarios de las pacientes son mucho más
pequeños que los de las mujeres hormonales. Con la
recuperación del peso, el tamaño ovárico se
normaliza y su estructura
llega a ser quística, sin cambios en el estroma, y de una
forma semejante a lo que ocurre en el curso del desarrollo
puberal normal.
6.3.6.2. Eje
hipotalámico-hipófiso-tiroideo: algunos de
los síntomas y signos de la anorexia nerviosa semejan
muchas de las manifestaciones que acompañan al
hipotiroidismo tales como: piel seca,
estreñimiento, hipotermia y sensibilidad aumentada al
frío.
6.3.6.3. Eje
hipotalámico-hipófiso-suprarenal: se
describen en la anorexia nerviosa cambios en los niveles de
hormonas
glucocorticoides y concretamente aumentos de variables de
cortisol. La producción neta de cortisol está
aumentada en estas pacientes y las concentraciones de cortisol
libre en la orina también son altas.
Se cree que el hipercorticismo que presentan estas
enfermas sería la consecuencia de un aumento de
secreción de CRF hipotalámico; la ausencia
hipercorticismo se explicaría por una reducción del
número de receptores celulares al cortisol. Con la
recuperación de peso desaparece la alteración,
aún cuando la respuesta de CRF pueda persistir alterada
durante meses e incluso años.
6.3.6.4. Hormona de crecimiento: en la
anorexia nerviosa las concentraciones de esta hormona son
variables
estando elevadas en el 50 % de los casos.
Aún cuando las cifras de esta hormona son altas,
no aparecen los característicos efectos anabólicos
y de estimulación de crecimiento. En la anorexia nerviosa
el aumento de secreción de la hormona de crecimiento
podría servir para obtener energía, al estimular la
movilización de los depósitos de grasa y favorecer
la liposis.
Existe una fuerte correlación directa positiva
entre la elevación de esta hormona y la cantidad de
ingesta calórica. No hay relación en cambio con el
grado de pérdida de peso. Al iniciar la
realimentación, en pocos días los valores
básales de la hormona retornan a la normalidad.
6.3.6.5. Hormona antidiurética:
Muchas de las pacientes no pueden concentrar su orina cuando son
sometidas a una situación de privación de agua. Casi la
mitad de los pacientes anoréxicos presentan un cuadro que
podría diagnosticarse de diabetes
insípida parcial.
La hormona antidiurética es segregada al plasma,
pero también al líquido cefalorraquídeo; por
tanto atendiendo a algunas de las funciones
descritas de esta hormona por el sistema nervioso
central, que su secreción podría influenciar
funciones
conductuales o cognitivas que pudieran tener relación con
las alteraciones que presentan estas pacientes.
6.3.6.6. Termorregulación: en los
trastornos hipotalámicos se describen fallos en la
adaptación del organismo a estados agudos de hipotermia o
hipertermia. En general, en los individuos que presentan
pérdidas importantes de peso les aparecen también
defectos en la regulación de la temperatura.
En la anorexia nerviosa ante un clima frío
aparece una caída rápida de la temperatura
corporal: sin presentarse escalofríos. En un ambiente
caluroso la elevación de la temperatura
corporal se produce de una forma más rápida que en
sujetos normales, existiendo un significativo retraso en la
aparición de la vasodilatación.
Estos defectos se asocian a la disfunción
hipotalámica, pero también tiene que ver la
pérdida de la grasa corporal, así como posibles
alteraciones en la regulación vasomotora.
6.3.6.7. Metabolismo hidrocarbonado: en la
anorexia mental, la insulina y los niveles de glucosa se
encuentran más bajos de lo normal además de
presentar una intolerancia a la sobrecarga de glucosa.
6.4 Trastornos culturales: ha habido
múltiples hechos históricos, sociales y culturales
que aparecen asociados a los trastornos alimenticios. Así
se pasa por las santas anoréxicas, doncellas ayunadoras,
deportistas y bailarinas.
Durante siglos, los sacrificios y mortificaciones
transcendían al individuo y todo se realizaba a
través de motivaciones religiosas, pocas veces sin ellas,
o el estar ayudando a los demás. Buscaban la
"perfección moral" y ahora
hemos pasado a la persecución de la "perfección
corporal".
Otras sociedades, otras culturas, también han
manipulado su cuerpo decorándolo, perforándolo…
pero se trata de modelos heredados, transmitidos de
generación en generación y por lo general
dependiendo de rituales. La manipulación que se hace ahora
es más a conciencia porque
cuando la persona cree en la realización de un deseo no
para hasta conseguirlo.
En nuestro tiempo las
mujeres, pero sobre todo las adolescentes, están
preocupadas por su cuerpo y distorsionan su imagen corporal
practicando fuertes deportes y dietas estrictas. No se
aspira al ser sino al parecer es como un "narcicismo" en el que
en última instancia depende la aprobación real o
supuesta de los demás y que solo importa la
silueta.
Aquí llegamos al "mercado de
adelgazar" donde la moda y sus creadores desempeñan en
este juego
psicosocial un papel
destacado al igual que los medios de comunicación y la publicidad que les sirve
para aumentar sus fortunas. Todo esto se suele encerrar en
la mujer para que
logre prestigio social y una autoestima personal a la
delgadez. Las características y valores que encierran la
delgadez universal son que para muchos es el medio por el que se
van a lograr todos los valores, los modelos sociales, los halagos
de quien te rodea que aportan y sirven de reforzadores para
conseguir el propósito.
Los trastornos del comportamiento alimentario en la
sociedad actual se han convertido en un valor central
de nuestra cultura
constituyendo una serie de riesgos sobre
todo para la salud. Se está
viviendo y compartiendo con el sentimiento de que la delgadez
corporal se asocia, de algún modo de belleza, elegancia,
prestigio, juventud,
aceptación social… y esto ha sido todo aprendido porque
no hemos nacido con estos sentimientos, actitudes y
creencias.
En esta época es cuanto más importancia se
da a la apariencia corporal. El deseo de adelgazar actual supone
a las personas un anhelo por destacar y ser valorado de modo
particular, sino sólo por ser aceptado y no
rechazado.
La minoría social controlada por los comerciantes
es lo que forman la sociedad de consumo.
Reproducen los usos y costumbres que marcan la moda para la
aceptación y satisfacción personal.
Llegamos a pasar de querer un determinado tipo de
automóvil a un determinado cuerpo para poder ser
aceptados y aceptables.
Actualmente la sociedad está muy determinada por
el culto al cuerpo como pasa en las películas, chicas
jóvenes de cuerpos esbeltos y delgados. Parece como si la
belleza estuviera al alcance de todos. Es el "aparento, luego
soy… así".
La búsqueda de esta silueta hace que se recurra a
unos procedimientos,
en los que interviene la cirugía: intervenciones
quirúrgicas estéticas y plásticas, silicona,
liposucciones y lipoesculturas, trasplante de órganos,
prótesis de todo
tipo…
Hemos copiado, textualmente, del libro este
párrafo porque pensamos que definía bien este
capítulo. "La anorexia nerviosa ocurre cada vez con mayor
frecuencia en nuestra cultura; no
hay solución de continuidad entre las actitudes y
conductas referidas al cuerpo y la alimentación en
general, en los trastornos alimentarios subclínicos y en
los casos clínicos propiamente dichos; el trastorno parece
expresar conflictos y
tensiones psicológicas generalizados en nuestra cultura; el
trastorno puede ser la vía de expresión final de
distintos problemas personales y malestares
psicológicos; sus síntomas son extensiones y
exageraciones de conductas y actitudes
normales dentro de nuestra cultura; se trata de un trastorno muy
estructurado y ampliamente "imitado"; y, finalmente, suscita en
las demás respuestas ambientales".
En nuestra opinión el párrafo demuestra
que la anorexia conlleva factores ambientales que están a
nuestro alrededor y nos dejamos inducir por ellos. No tenemos un
autoconcepto propio y por eso nos gusta cambiar para que los
demás estén bien con nosotros y no quedarnos solos.
La cultura nos influye de tal manera que nos hace tener una serie
de conductas y actitudes que
no son como nos gustaría que fuesen.
7. ANOREXIA NERVIOSA EN LOS
VARONES.
La anorexia es más frecuente en las mujeres que
en los varones pero esto no quiere decir que no haya hombres que
lo padezcan, son pocos pero los hay (no llegan a 100 los casos
descritos por la literatura médica
antes de 1986).
Debido a que son pocos los varones que la padecen, se ha
llegado a considerar diferente de la anorexia femenina. Se han
hecho comparaciones entre las características
clínicas y evolutivas de varones y mujeres
anoréxicos:
El primer estudio se hizo en 1985 en el departamento de
Psiquiatría de la universidad de
Munich y en el instituto Max- Planch en donde se compararon las
características de 29 anoréxicos con 23
anoréxicas. Se llegó a la conclusión de que
la edad media de
inicio del trastorno es la misma para ambos sexos. El 95% de los
varones manifestó una negación de la enfermedad,
hiperactividad, ideal de delgadez, fobia al peso y dieta. Los
síntomas bulímicos se dieron en el 76% de ellos
siendo considerados restrictivos el 24 %. Los vómitos se
produjeron en la mitad de los pacientes. Esta
sintomatología es igual en las mujeres pero con algo
más de intensidad que ellos: manifestaban más
quejas somáticas, más preocupaciones
específicas, más ansiedad relacionada con los temas
sexuales, más hiperactividad. También se estudiaron
los rasgos de personalidad
de unos y otros y no encontraron ninguna diferencia. La
única distinta encontrada fue que la edad de la madre en
el momento del nacimiento del paciente era sensiblemente inferior
en el caso de los anoréxicos. Es un hecho difícil
de interpretar.
Se realizó un segundo estudio que se llevó
a cabo en el St. George Hospital de Londres en 1986 y se
compararon 36 varones anoréxicos con 102 mujeres
anoréxicas. Se llegó a lo siguiente:
SEMEJANZAS
– Fobia ante el peso
– Ideal de delgadez
– Edad media de
inicio del trastorno
– Clase socioeconómica de procedencia
– Características del peso previo
– Duración de la enfermedad en el momento de la
consulta
– Seguimiento de dietas de adelgazamiento
– Orden en la familia, número de
hermanos
– Tipo de relaciones infantiles con compañeros/
as
– Actividad sexual premorbida
– Rendimiento académico
– Enfermedades mentales en los
padres
– Trastornos de peso en la familia
DIFERENCIAS
– En algunos de los procedimientos
empleados para luchar contra el aumento de peso, las mujeres
utilizan más laxantes.
– Los varones han practicado más deportes que las
mujeres.
– Los controles de seguimiento entre los 2 y los 20
años después de la consulta parecen señalar
unos resultados más optimistas en los varones, pero sin
alcanzar diferencias significativas.
Hay una aparente existencia de una proporción
sexual y más concretamente de homosexualidad
en los varones anoréxicos.
En la práctica clínica se observa que los
varones anoréxicos mas que "estar delgados" desean " no
estar gordos", por eso se preocupan por conseguir una cierta
musculatura para " impresionar a las chicas". Además los
varones adolescentes experimentan mucha mayor presión
social hacia el ejercicio físico intenso, asumiendo y
practicando lo que se ha denominado " fisicalidad".
En definitiva, mientras que las chicas adolescentes, a
la vez de perseguir la delgadez, se preocupan por la forma de
vestir, la cosmética, la peluquería, el uso de la
bisutería/joyería… los chicos adolescentes se
dedican, preferentemente a la construcción y moldeamiento de su
cuerpo.
Cabe destacar en el tema de los varones
anoréxicos el uso de esteroides anabolizantes. Estos
productos,
derivados de la testosterona, fueron administrados a soldados
alemanes durante la segunda Guerra
Mundial. Así se pretendía incrementar su
agresividad y su "espíritu de lucha". Probablemente fue
esta la primera aplicación de estas sustancias al margen
de la clínica médica. A raíz de esto fueron
los deportistas los que comenzaron a ingerir esteroides para
desarrollar el tejido no graso y aumentar la potencia
muscular.
Pero los anabolizantes además de producir estos
cambios en la persona tienen muchas consecuencias negativas, como
producir quistes hepáticos, reducir la variedad de
colesterol protectora, disminuir la producción de espermatozoides y el
tamaño de los testículos, reducir la producción de hormonas
sexuales (en ambos sexos), etc.
Afortunadamente, el consumo de
anabolizantes todavía no es práctica difundida
entre los adolescentes que toman habitualmente estimulantes y
anabolizantes para mejorar su musculatura y su rendimiento
deportivo.
8. VENTAJAS Y RIESGOS
PSICOLÓGICOS DEL EJERCICIO
FÍSICO
La actividad física practicada con regularidad y
moderación es muy recomendable desde el punto de vista
médico, ya que puede ayudar a mejorarse de muchas enfermedades. Varios
estudios realizados entre adolescentes coinciden en que desde el
punto de vista psicopedagógico la actividad física
ayuda a controlar estados emocionales como la depresión,
estrés,
ansiedad…
Según Martinsen hay una estrecha relación
entre el ejercicio físico y la depresión
porque a mayor ejercicio menor depresión.
Éste fenómeno se puede explicar desde dos puntos de
vista:
– Médico: ya que ayuda a mejorar los
problemas de salud y
– Psicológico: el ejercicio físico
requiere concentración, lo cual impide pensamientos
causantes de reacciones negativas.
El ejercicio físico aumenta la autoestima, ya que
se consigue una imagen corporal positiva. Cabe pensar que el
efecto positivo de la actividad física sea, simplemente un
efecto placebo, como se dedujo en el estudio de Deshornais, en el
cual 48 jóvenes se sometieron a un programa de
actividad física. Se dijo a la mitad de ellos que el
programa
estaba dirigido a mejorar su bienestar psicológico y nada
se dijo a la otra mitad. Al final se constató que la
autoestima había mejorado en el grupo de estudio y no en
el otro.
El ejercicio físico también tiene sus
riesgos como la dependencia a la actividad física. Morgan
propuso los siguientes signos de alarma:
– Insistencia en practicar ejercicio físico como
una obligación.
– Experimentación de síntomas de
"dostinencia" como irritabilidad, ansiedad y depresión
cuando se imposibilita el ejercicio.
– Mantenimiento
del ejercicio físico a pesar de la prohibición
médica.
Morris realizó un experimento con 40 corredores
habituales para observar los síntomas de abstinencia. El
experimento consistió en dividir a los corredores en dos
grupos. El primero interrumpió la actividad física
durante dos semanas. Al final de la segunda semana de
supresión de la actividad física, los componentes
del grupo " inactivo" presentaban una sintomatología
depresiva significativamente superior a la del grupo corredor.
Los "inactivos", durante esas dos semanas de inactividad,
presentaban más síntomas somáticos,
más ansiedad, más insomnio y más
sensación de tensión que sus compañeros
"activos". De
aquí que Morris dedujera que la interrupción del
ejercicio físico regular produce un auténtico
"síndrome de abstinencia".
El ejercicio físico practicado por razones de
peso, tono muscular, atractivo personal de
manera obsesiva, está directamente relacionado con
trastornos alimentarios y con insatisfacción de la imagen
corporal. Esto supone que al suspender bruscamente la actividad
física se produce la recuperación del
peso.
En cambio, una
práctica regular y moderada del ejercicio físico
con el fin de mantenerse en forma y no de adelgazar obsesivamente
es muy beneficioso tanto psíquica como
físicamente
9. EL TRATAMIENTO DE LA
ANOREXIA
9.1 La intervención: a menudo es utilizada
por quienes quieren a la persona afectada y les preocupa su
conducta, sea un
trastorno de la ingesta, abuso de drogas o
alcohol u
otras clases de comportamientos autodestructivos. La
intervención puede ser un medio eficaz de comunicar su
preocupación, establecer algunas reglas y quizás
que la persona afectada, decida buscar ayuda.
Para intentar una intervención es necesario estos
dos puntos:
1- Si es posible, es positivo comentar la
intención con un consejero, clérigo o médico
de cabecera.
2- Es necesario planear la intervención con
cuidado. Quienes deben de estar allí, padres, hermanos,
novios… En general las personas idóneas son las
más próximas al paciente, quienes la vean con
más frecuencia y aquellas cuyas vidas se han visto
afectadas por su conducta.
3- Es necesario conocer los hechos para así
poder dar a la
afectada razones de su preocupación: No es conveniente
criticar y decir " estás destruyendo a esta familia" es
perjudicial y melodramático- aunque pueda ser verdad -. En
su lugar se podría decir que se siente preocupación
por su salud, quizá incluso por su vida.
4- Hay que mantenerse firme. Puede que no se produzca un
milagro de la noche a la mañana, pero eso no es
razón para cambiar su opinión de que existe un
problema.
5- Es normal esperar resistencia de la
anoréxica. Obtienen una sensación de orgullo e
identidad del
hecho de estar delgadas y se sienten atacadas cuando alguien
trata de cambiarlo.
6- Es conveniente documentarse. Hay que leer
bibliografías sobre el tema de la ingesta, ver si hay
algún programa o campo
de apoyo en su comunidad.
7- Hay que recordar en todo momento el propósito
de la intervención. Su objetivo es
ayudar a la persona afectada. Si no se consigue la primera vez,
hay que continuar intentándolo; no hay que renunciar ni
perder de vista el objetivo.
8- Es necesario reconocer los miedos de la paciente.
Para una anoréxica, la idea de cambiar de hábitos
mantenidos durante meses, quizá años, asusta de
verdad porque comenzará a pensar o temer que se
está intentando convertirla en una gorda. No hay que
minimizar estas preocupaciones aunque parezcan
irracionales.
9- No es conveniente esperar. Es muy importante
intervenir pronto porque probablemente no se conseguirá
resultados inmediatos. Quizás se requieran varios
días o varias semanas para que una anoréxica acepte
finalmente buscar ayuda.
10- No hay que olvidar las propias necesidades de quien
realiza la intervención. Un trastorno de ingesta tiene
efectos en la vida de la familia. Es bueno a veces de buscar
asistencia sociopsicológica o encontrar un grupo de apoyo
para asegurarse de que se está cuidando de manera
correcta.
9.2 Planteamiento del problema: Hay mayores
posibilidades de que alguien con anorexia no quiera buscar ayuda
por si misma, se presentará de mala gana probablemente con
uno o dos de los padres. Pero ¿por dónde
empezar?
El médico de cabecera es un buen comienzo. Si
ésta no es una opción, actualmente muchos
hospitales disponen de programas para el
tratamiento de la ingesta. Cuando se plantee esta
situación, es necesario buscar un programa adecuado
para tratar el trastorno. A la hora de examinarlo habrá
que tener en cuenta lo siguiente:
1- Referencias del personal o
personas a cargo del programa.
2- Experiencia del personal, el
tiempo de
existencia ese programa y el porcentaje de
éxito.
3- Los componentes del programa, duración del
proceso de
evaluación y su consistencia.
4- En que consiste y cuanto dura el proceso o
período de internamiento y el tipo de medicación
así como el período de seguimiento.
5- Informarse acerca de si el seguro
pagará todo o una parte del tratamiento.
Por último, una cuestión importante a
tener en cuenta a la hora de comenzar un tratamiento de la
anorexia es que una relación estrecha y de confianza entre
paciente y terapeuta es esencial para la relación
terapéutica. La paciente debe sentirse cómoda con
las personas que la están tratando, de lo contrario hay
muchas posibilidades de que la terapia no resulte tan eficaz como
podría.
10.OBJETIVOS DEL
TRATAMIENTO
El éxito de la terapia depende de muchos
factores, entre ellos:
– La propia personalidad
de la paciente y su deseo de cambio.
– La duración de su trastorno.
– La edad a la que comenzó la
enfermedad.
– Su historia
familiar.
– Nivel de habilidades sociales y
vocacionales.
– La concurrencia de otros trastornos como la
depresión.
Es importante recordar que no hay una cura milagrosa
para los trastornos de la ingesta. Estas enfermedades implican
problemas contra los que las pacientes han luchado y
seguirán luchando durante la mayor parte de sus vidas,
pero un buen programa de tratamiento ayudará a reforzar la
autoestima y enseñará a las pacientes a enfrentarse
a sus problemas sin recurrir o incurrir en conductas
autodestructivas. El programa también ayudará a
restaurar la salud y la fuerza
física.
En general, los tres objetivos
principales de la terapia son:
1.- Mitigar los síntomas físicos y
peligrosos o que representen una amenaza para la vida.
2.- Enseñar a la paciente a comer normalmente y a
disfrutar de una relación más relajada con la
comida.
3.- Investigar, con la esperanza de cambiarlos, los
pensamientos destructivos en relación con el comer, el
peso y la comida.
11 EL PROCESO DEL
TRATAMIENTO
11.1 Evaluación: Antes de que alguien
inicie un tratamiento, como paciente interno o externo, debe ser
evaluado:
– Su estado
físico y mental general.
– La gravedad de su trastorno.
– La eventual existencia de trastornos
concurrentes.
– Su voluntad para cambiar.
Para que la terapia de resultado, los médicos y
terapeutas necesitan la mayor información acerca de la persona a quien
intentan ayudar.
Un trastorno de la ingesta implica todas las facetas de
la vida de alguien:
– Su imagen de sí misma.
– Su relación con la familia y amigos.
– Su habilidad para hacer valer sus derechos y dar a conocer sus
necesidades.
La mayor parte de los afectados obtienen del trastorno
una gran parte de su propia imagen; es decir, mediante
éste pueden verse como delgadas o especiales o fuertes.
(Sólo hay que imaginarse qué se siente al
desarrollar un rasgo del que alguien está especialmente
orgulloso, sólo para que le digan que tiene que
cambiarlo).
Esta es la tarea a la que se enfrentan las personas que
se enfrentan a un tratamiento: Asumir que el rasgo del que se
está tan orgullosa, es perjudicial.
Por esta razón, la evaluación
ha de ser lo más detallada posible, de manera que el
terapeuta pueda adaptar la terapia a cada paciente.
11.1.1. Cuestionarios: Se han desarrollado
varios cuestionarios, especializados para evaluar a los
pacientes. Estos ayudan a evaluar las actitudes de alguien hacia
el peso y figura y clarifican las características
psicológicas como los rasgos de la
personalidad, el grado de desempeño social y problemas
similares. Los más usados son:
- TAIC: Test de
actitudes de la ingesta de la comida. Consiste en 26
preguntas destinadas a medir la presencia de patrones de la
ingesta trastornados y determinar si la paciente sufre
anorexia nerviosa. - ELITIC: Test con
91 preguntas, destinado a medir una serie de síntomas
psicológicos que se piensa que contribuyen al
desarrollo y mantenimiento de los trastornos de la ingesta
tales como la tendencia a la delgadez, insatisfacción
corporal, perfeccionismo…
Estos cuestionarios no se pueden usar en sí
mismos para diagnosticar trastornos de la ingesta, lo que
sí pueden hacer es indicar quién es más
propensa a tener un trastorno de la ingesta y cuales pueden ser
algunos de sus problemas propios.
11.1.2 La entrevista: La entrevista
de evaluación
ayuda al médico o terapeuta a obtener una idea más
clara del estilo de vida de la paciente, así como su peso
actual, historial de la dieta, hábitos de la
ingesta…
Otros aspectos como la asistencia al trabajo o clase,
las relaciones con el novio o marido o amigas y la familia y las
ocupaciones exteriores, son de interés
porque arrojan luz sobre sus
habilidades de desempeño, el grado de independencia
y la medida de su aislamiento.
El médico, durante la entrevista,
tendrá gran interés en
conocer los intentos pasados y presentes de estar a dieta,
atracarse y vomitar; el uso de los laxantes, diuréticos y
píldoras dietéticas.
Por último el entrevistador querrá saber
si la persona está preparada para cambiar y sobre todo si
está dispuesta a recibir terapia.
Por otra parte, también es importante una
evaluación física. Si una mujer presenta
una figura emaciada y es incapaz de pensar con claridad o se
muestra
agitada y/o con otros signos de desequilibrio, puede requerir
hospitalización inmediata. Un deterioro físico tan
extremo, afecta al funcionamiento mental y la capacidad de
obtener beneficios de la terapia.
11.2 Opciones del tratamiento: Después de
la evaluación, se recibirán las recomendaciones
para la paciente para iniciar el tratamiento.
No hay método
estandarizado para tratar trastornos de la ingesta "el mejor
tratamiento es el que da resultado".
Lo importante es que el programa sea exhaustivo, que
combine psicoterapia con terapia nutricional y asistencia
sociopsicológica y, si es necesario, atención
médica especializada
11.2.1 Psicoterapia individual:
quizá el aspecto más importante de la terapia es el
desarrollo de una relación cálida entre la paciente
y el terapeuta.
A las personas afectadas frecuentemente les resulta
difícil confiar en otros. Es necesario un alto grado de
confianza por parte de la paciente para confiar en el terapeuta.
La enferma debe abandonar sus miedos y comienza a desarrollar
hábitos alimentarios normales.
11.2.2. Psicoterapia tradicional: Los
medios de esta psicoterapia animan a la paciente a reflexionar
acerca de su infancia,
sueños y sentimientos no expresados para, de ese modo,
adquirir una nueva percepción
de su conducta actual.
Al reconocer el papel de estas influencias subliminales,
la paciente adquirirá una nueva percepción
de sus acciones y las
cambiará.
Esta clase de terapia viene mejor como accesorio de
otros métodos.
Hoy en día los psicólogos saben que el
conocimiento acerca de las raíces de la conducta de
una persona, no hará que se cambie esa conducta a menos
que se cambie los hábitos alimentarios de la paciente.
Muchas de ellas pasan años en terapia tradicional sin ni
siquiera revelar que tienen un trastorno.
Por otra parte, a medida que la paciente consigue el
control de su ingesta, la psicoterapia tradicional puede ayudarla
a identificar y manejar algunos de los sentimientos que
contribuyeran al trastorno.
11.2.3 Modificación de la conducta:
Esta forma de terapia ignora por completo los sentimientos
subyacentes y se centra sólo en la conducta cambiante. La
modificación de la conducta actúa sobre un
principio: reforzar una conducta deseada mediante premios y
castigar o ignorar una conducta no deseada.
Esta forma de terapia da mejores resultados cuando la
paciente está internada en el hospital, donde el personal
puede contestar incentivos como
la T.V. o excursiones, salidas…
Cuando se aplicó por primera vez este método,
dio buenos resultados, pero por desgracia sólo fueron
temporalmente. Las pacientes encontraron la estancia en el
hospital tan desagradable que realizaron las conductas deseadas
sólo es suficiente para ser dadas de alta y una vez fuera,
volvieron a sus viejas costumbres.
11.2.4 Terapia conductista cognitiva: (la
TCC) combina los mejores aspectos de la psicoterapia tradicional
y la modificación de la conducta.
Este método
requiere conocimiento y
desafío de las conductas y pensamientos autodestructivos,
seguido de apropiados cambios en la conducta.
Esta terapia implica los siguientes pasos:
- Intensificar el
conocimiento de la paciente, de sus propios patrones de
pensamiento. - Enseñarle a reconocer la conexión
entre ciertos sentimientos, los pensamientos autodestructivos
y la conducta de la ingesta trastornada. - Sustituir las creencias erróneas por ideas
más apropiadas. - Cambiar gradualmente las suposiciones fundamentales
que subyacen en el desarrollo de los trastornos de la
ingesta.
Se suele asumir " creencias erróneas" en un
momento u otro; la diferencia es que para una enferma de anorexia
tienen más extremas estas creencias. Algunos de estos
pensamientos típicos son:
– Pensamiento blanco o negro/ todo o nada: que
consiste en la convicción de que si todo no es perfecto,
el desastre está a la vuelta de la esquina.
– Errores de atribución: por ejemplo,
cuando una anoréxica afirma tajantemente que ha engordado
un kilo sólo por haber comido un pastel la semana pasada
cuando en realidad ese aumento de peso se debía a que
estaba en la fecha del período menstrual, que siempre la
hacía retener líquidos.
– Pensamiento mágico: la menor indulgencia
en una comida " prohibida " significa obesidad
instantánea. Algunas personas aseguran: " Mi cuerpo no
tolera los hidratos de carbono, los
convierte instantáneamente en grasa" o " soy adicta al
azúcar", " pruebo algo dulce y pierdo el control". Tales
ideas atribuyen propiedades irreales y casi mágicas a la
comida y al cuerpo humano.
En estos casos, lo mejor mirar un libro de
nutrición
o pedir ayuda a un experto en programas de
nutrición
para explicarle a la paciente como el cuerpo metaboliza la
comida, con el fin de ayudarla a comprender que no existe la
llamada comida " mala".
– Personalización: Anne, una
anoréxica de 15 años, pasó las vacaciones en
un tratamiento del trastorno de la ingesta y cuando
regresó al instituto había engordado 3 o 4 kilos.
Su profesora la vio y le dijo: " ¡¡ Anne,
estás estupenda!!, ¿Has pasado un buen verano?".
Durante el resto del día Anne se lamentó:
"¿Habré engordado tanto que la gente lo nota?,
¿Sabía ella que yo estaba sometida a una terapia?".
Anne había tomado el cortés comentario de su
profesora como un drama, reflejo quizá de la baja
autoestima que la caracteriza por su enfermedad.
– Exageración: la reacción de Anne
ante el comentario de su profesora constituye un ejemplo de
exageración: la tendencia a desorbitar las cosas. El
comentario de la profesora se convirtió en una
creencia.
Concluyendo: la TCC se ha practicado con buenos
resultados en pacientes de bulimia y ha
sido recomendado para el tratamiento de la anorexia nerviosa pero
su efecto a largo plazo en esta última no se conoce con
seguridad.
11.3 Terapias.
11.3.1 Terapia de grupos: para las
personas que nunca lo han intentado, la idea de la terapia puede
resultar aterradora. Descubrir sus pensamientos más
íntimos, hacer frente a sus miedos… y la idea de hacerlo
en grupo puede convertirlo en algo peor.
Sin embargo, el propósito de la terapia de grupo
es justamente lo contrario: busca proporcionar una fortalecedora
red de personas
que saben lo que la persona (paciente) está sufriendo y
quieren ayudarla.
Los grupos de terapia exigen un compromiso firme.
Algunos pueden durar sólo unas semanas, pero otros se
prolongan durante un año o más.
Lo cierto es que este tipo de terapia va más
dirigido a enfermos bulímicos. Se sabe menos acerca de la
terapia de grupos dirigida a anoréxicos. Algunos
terapeutas afirman que esta terapia en lugar de tratar de cambiar
su terapia de conducta, en grupo, las anoréxicas compiten
fieramente por ver quién consigue mantener el peso
más bajo o pasar más tiempo sin
comer.
11.3.2. Terapia de familia: muchos
terapeutas la recomiendan en enfermas anoréxicas
jóvenes que con frecuencia viven con sus
padres.
Esta terapia permite observar a los patrones
trastornados que ayudaron a dar origen al trastorno de la
ingesta. Durante la terapia, el terapeuta puede contemplar
cómo se comunican los miembros de la familia entre
sí. A la larga todo esto puede ayudar a que la paciente
reconozca los patrones negativos de la familia, a que se vuelva
más firme y a que la familia en conjunto aprenda mejores
maneras de ayudar a que cada miembro logre satisfacer sus
necesidades.
Características:
– Trata a la familia entera como paciente.
– Tres etapas:
- INICIAL
* Etapa de evaluación.
* El terapeuta conoce a los miembros de la
familia.
* Juntos elaboran un plan para
ayudar a la enferma.
* Desempeño de la familia como
unidad.
- MEDIA
* Los padres aprenderán a ayudar a su hijo/a
crecer y éste aprenderá a ser más
independiente.
- ÚLTIMA
* El terapeuta apartará a la familia de la
terapia.
11.3.3 Terapia nutricional: el objetivo de
esta terapia es ayudar a la paciente a asumir que puede comer
todo lo que quiera con moderación. Para lograrlo ella debe
estar libre del temor a que todo lo que coma le hará
engordar.
Deberá enfrentarse a una firme prueba de que
está demasiado delgada, pérdida de la
menstruación, el hecho de que siente frío todo el
tiempo…
Éste simple enfoque, reconociendo los miedos de la
paciente pero insistiendo en que coma de todos modos, ha
obtenido resultados excelentes.
11.4 Grupos de autoayuda y de apoyo: estos grupos
existen para las personas que no quieren o no pueden entrar en
programas de
tratamiento formal o cuya terapia formal ha finalizado, pero
desean ayuda adicional.
El grupo recuerda a la paciente que no es la
única, que otras mujeres se han visto envueltas en la
misma conducta y no obstante se han recuperado.
Una desventaja de estos grupos es que a diferencia de
los grupos de terapia, no exigen asistencia regular.
11.4.1 Grupos de autoayuda: la autoayuda
se refiere a aquellos grupos integrados enteramente por personas
que padecen trastornos de la ingesta de comida. No hay miembros
profesionales. En este grupo se anima a los miembros a contar sus
historias personales, como solían ser las cosas para
ellos/as y como son ahora.
11.4.2 Grupos de apoyo: estos grupos
suponen la ayuda de uno o más profesionales, aunque sus
papeles pueden cambiar a medida que cambian las necesidades de
los miembros del grupo.
Los terapeutas suelen formular preguntas y orientar
comentarios.
11.5 Comilones anónimos: la
filosofía que subyace aquí es que la ingesta
compulsiva es una enfermedad progresiva.
Para ellos la enfermedad se puede controlar con doce
pasos:
1º. Admitir que una se encuentra impotente ante la
comida.
2º. Admitir que una fuerza
superior puede devolver "la cordura" al afectado.
3º. Entregar la voluntad y la vida de una a
Dios.
Los pasos restantes exigen que le miembro se enfrente a
sus errores y los explique.
Casi todas las entrevistadas tenían opiniones
contrarias a cerca de comilones anónimos: " ¡ lo
último que una anoréxica necesita es oír que
su ingesta está fuera de control y que debe de acudir a
Dios o a una fuerza
superior en busca de mayor control! ".
12. ¿ QUIÉN NECESITA UN
HOSPITAL?.
La terapia de paciente externa para trastornos de la
ingesta a menudo tiene éxito, pero hay casos en que
ésta debe permanecer en el hospital. Esto ocurre
cuando:
– Hay deterioros físicos graves o que representan
un riesgo para la
vida. Uno de los objetivos de
la hospitalización es impedir que la paciente se haga
más daño adicional mientras recibe la
terapia.
– Se detectan trastornos concurrentes como abuso de
drogas,
alcohol o
miedos inmotivados. Mientras estos problemas no sean tratados, el
trastorno de la ingesta no se podrá resolver
realmente.
SESIÓN:
– Evaluación y etapa de
diagnóstico: de dos semanas antes de la
admisión.
– Etapa de paciente interna: que dura unas seis
semanas y consiste en:
* Consejo y terapia nutricional para aumentar de
peso.
* Evaluación médica.
* Terapia individual diaria.
* Terapia de grupo diaria.
* Terapia de familia.
– Seguimiento durante un año de las terapias
anteriores llevadas a cabo durante la hospitalización:
de acuerdo con las necesidades de la paciente.
13. MÁS AYUDA
13.1 Importancia de la autoestima en la
anorexia.
La baja autoestima es una característica
común de los diferentes trastornos de la ingesta ya que
refleja el temor de la paciente en que si " se abandona" y se
muestra al
mundo tal y como es en realidad será rechazada
inmediatamente.
Uno de los objetivos de
la buena terapia del trastorno de la ingesta es conseguir que la
paciente aprecie su propia valía
intrínseca.
13.1.1. Razones de la baja autoestima:
¿ Cómo desarrolla alguien una baja autoestima?
Participan varios factores:
– Creencia de que la figura determina la valía:
Las personas con trastornos de la ingesta han llegado a creer
que son despreciables e inaceptables a menos que estén
delgadas, y por supuesto, nunca consiguen estar lo
suficientemente delgadas para sentirse satisfechas.
– Dependencia de factores exteriores para determinar
la propia valía: en lugar de quererse y valorarse
internamente, miden su valía a través de
señales exteriores, por ejemplo: la calificación de
un examen, la marca de una
carrera, la aprobación por parte de los
amigos…
– Pensar en sí mismas como inútiles e
incompetentes: Si una persona se siente impotente respecto de su
vida o entorno, es evidente que no será capaz de
desarrollar mucho respeto por
sí misma.
13.1.2 Consejos para estimular la
autoestima:
– Dedicarse a algo que la paciente ya haga bien:
desarrollar una nueva actividad implica paciencia y el riesgo de
no poseer actitudes para ella, de manera que hay que asegurarse
de que la enferma opera de baja autoestima o persona, se dedique
a algo que ya sabe que hace bien.
– Inventar " abogado del diablo" imaginario o pedir a
algún amigo que lo sea: de esta manera alguien con baja
autoestima puede empezar a comprender lo negativo que resulta
confiar en un refuerzo exterior para sentirse bien consigo
misma.
– Preguntarse " ¿Porqué es tan importante
tener un aspecto determinado? , ¿Cambiaría mucho la
vida si pesara yo 4 kilos menos?, ¿Conseguiría ser
mejor en el trabajo?,
¿Sería más divertida en las fiestas?,
¿Eleanor Roosevelt habría logrado más cosas
si hubiera sido hermosa?".
– ¿ Porqué no tener mejor aspecto sin
preocuparse del peso?. Es bueno imaginar un mundo en el que el
peso de las personas fuese inalterable. "¿Seguiría
tomando medio pomelo de postre en lugar de la tarta de
chocolate?.
– Actuar como si fuese delgada, como si fuese hermosa.
Paradójicamente, las personas que actúan como si se
quisieran comienzan a obtener una mejor reacción del resto
del mundo, lo que les hace más fácil quererse de
verdad.
– Observar a las personas de alrededor. Esto es
más eficaz si se pertenece a un club o gimnasio, donde las
personas pasean en diversos grados de desnudez.
¿Cuántos cuerpos perfectos se ven?. Además
lo que para alguien puede ser perfecto para otra persona puede no
serlo.
– Hay que aprender a aceptarse. Es genial desarrollar un
plan de
nutrición
y ejercicio saludable, dejando bien sentado que no se está
buscando un plan de
adelgazamiento sino sólo orientaciones para comer, una
dieta normal y saludable. Lo mismo vale para un programa de
ejercicio: hay que dejar sentado que se está haciendo
ejercicio para beneficiar el corazón,
huesos… no
para lograr una figura imposible.
– Es bueno unirse a un grupo de autoayuda o apoyo. Un
grupo compuesto por otras personas que experimentan lo mismo,
esto las ayudará a ver que no están
solas.
13.2 Sugerencias para la familia: los trastornos
de la ingesta afectan a toda la familia. Es imposible simular que
todo está bien; muchos padres se preguntan: " ¿Es
mi culpa? ¿He hecho algo mal?". Es importante recordar que
los trastornos de la ingesta pueden tener muchas causas pero no
se puede negar que la presencia de un trastorno a menudo indica
un problema básico en la dinámica de la familia aunque
también hay que entender que la enferma está tan
influida por la cultura global como por su crianza.
Es importante saber que sólo en contados casos
los trastornos de la ingesta logran solución sin ayuda
profesional. La familia no puede culparse de la falta de
actividades que sólo se puede esperar de un profesional
especializado.
Si creemos que alguien querido padece anorexia, hay que
decírselo con franqueza, no se debe callar con la
esperanza de que sólo es una etapa; cuanto más
persista la enfermedad más se agravará la paciente
y más difícil será tratarla, además
siempre existe la posibilidad de que la enferma esté
suplicando ayuda en silencio, esperando secretamente que alguien
la advierta su difícil situación y ayuda a
encontrar una salida.
ALGUNOS CONSEJOS:
– Sosegarse antes de comenzar, no emocionarse expresando
la preocupación de manera severa y
comprensible.
– Esperar resistencia. Las
anoréxicas aseguran mantenerse en perfecto estado de
salud.
– Es necesario mantenerse firme en que a pesar de lo que
la enferma diga o niegue, necesita ayuda. Dejar sentado que lo
que nos preocupa es su salud y su vida.
– Es bueno hacer a la enferma responsable de su
conducta.
– Estar dispuesto a obtener ayuda nosotros mismos, ya
que los trastornos de la ingesta afectan a las personas que la
rodean también.
– Es bueno asegurarse que las propias necesidades de la
familia son satisfechas. Existen grupos de apoyo para familiares
de personas afectadas.
14. CONCLUSIÓN
Al considerar un tratamiento, se ha dado el primer paso
y más importante hacia la recuperación: se ha
comprendido que existe un problema, eso requiere mucho
coraje.
Durante una intervención y tratamiento eficaces,
se puede ayudar a suavizar la presión destructiva que la
anorexia y otros trastornos de la ingesta ejercen en las
pacientes y allegados. Un buen programa de tratamiento no ofrece
una curación de la noche a la mañana pero si ofrece
esperanza.
BIBLIOGRAFÍA.
– TORO, JOSEP: " El cuerpo como delito: anorexia,
bulimia,
cultura y sociedad". Ed. Ariel, Barcelona 1996
– TANNENTAUS, NORA: " Anorexia y bulimia". Ed.
Plaza & Janés,
Barcelona 1992.
– TORO, JOSEP Y VILARDELL, ENRIC: " Anorexia
nerviosa". Ed. Martínez Roca, Barcelona
1987.
Autor:
Arteaga