- La
muerte de Julio César - La
caída de Bolívar - Consecuencias de la invasión
lusobrasileña de 1816 - Breve
enfoque sobre el inicio y disolución de
Austria-Hungría
La Muerte de
Julio César
Es posible que el poder real que César anhelaba
no fuese el de los antiguos reyes romanos, sino el de un
Alejandro, rey de reyes y señor del mundo. Y, de hecho
tendían a ofrecerle los honores divinos que los orientales
tributaban a la dignidad regia.
De todas formas, la idea monárquica flotaba en el
ambiente. La amargura aumentó más
aún cuando la bella reina de Egipto fue a Roma y
estableció su corte en una de las quintas de César.
Después el dictador reconoció oficialmente al hijo
de Cleopatra, se murmuró entonces que César
quería casarse con la reina, que trataba de arrastrarle a
Egipto. Allí sería proclamado rey y haría de
Alejandría la capital del imperio romano, y Roma
sólo sería una sencilla capital de
provincia.
Muchas cabezas alocadas planearon la muerte del tirano.
Unos sesenta hombres se conjuraron contra César y entre
ellos algunos antiguos amigos. El genio malo de la
conjuración era Casio, hombre rencoroso, también
Junio Bruto, joven fanático que se vanagloriaba de tener
por antepasado a Junio Bruto, el que libró a Roma de su
primer tirano. Bruto era un hombre rudo, insensible, acreedor
despiadado y usurero sin entrañas que exigía
intereses del 48% a los provincianos.
Casio y Bruto habían luchado contra César
en Farsalia, pero se reconciliaron luego con su vencedor, que se
mostró benévolo. César fue un
auténtico padre para Bruto ( se murmuraba que
realmente era su padre ).Pero el obstinado jóven se
propuso imitar a su célebre homónimo y a su
suegro.
Los conjurados resolvieron actuar durante la
sesión del Senado en los Idus de Marzo ( 15 de marzo del
44 A.C. ), o aquel día o nunca, pues esta reunión
era la última antes de salir el dictador para una gran
expedición contra los partos, entonces los peores enemigos
de Roma.
Pero César había de sucumbir durante los
Idus de Marzo. Un adivino había prevenido a
César que desconfiara de este día. Pero
César no se dejó impresionar. César se
dirigió pues a aquella Curia, creada por Pompeyo, en el
camino un orador griego se abrió paso entre la multitud y
tendió un papel dónde constaban todos los planes de
la conjuración, ´´ lee esto
inmediatamente´´, dijo el hombre.
Quizás los apretones de la multitud impidieron a
César leerlo, quizás no concedió mayor
importancia a este último aviso del destino, lo cierto es
que César entró en la Curia sin haber leído
el papel que guardaba en la mano. Junto a la entrada
encontró al adivino que le había prevenido,
César le dijo bromeando ´´ ¡ qué
! , ¿ han llegado ya los Idus de Marzo ?.
´´
´´Si César, pero no han acabado
todavía ´´, respondió el adivino
César penetró en la Curia y tomó
asiento en el sitial dorado, insignia de su cargo junto a la
estatua de Pompeyo que el populacho quitara de allí y
él mandó restituír en testimonio de respeto
hacia el enemigo difunto. Apenas se hubo sentado,
César fue rodeado por los conjurados que ocultaban
puñales bajo la toga. Uno de ellos le presentó una
solicitud y asió el borde de su toga, como
los peticionarios solían hacer, era la señal
convenida. Uno de los asesinos, un tal Casca dio el primer golpe
en la espalda. Cuando vio a Bruto entre los asesinos,
César sólo lanzó una queja : ´´
tu quoque fili mihi ( tu también hijo mío )
´´, fueron sus últimas palabras. Se
cubrió la cabeza con la toga y se
desplomó, había recibido veintitrés
puñaladas. Aterrorizados, llenos de pánico los
senadores huyeron alocadamente, Bruto había preparado un
elocuente discurso pero cuando intentó hablar no le
escuchó nadie, ni en la Curia, ni en el Foro.
Los asesinos de César estaban convencidos de que
la antigua administración republicana se
restablecería por sí misma a la muerte del tirano.
Pero el puñal de Casca no era el remedio ideal para salvar
a la República moribunda.
Después del asesinato Bruto exhortó a los
ciudadanos a recuperar sus derechos, nadie le respondió,
ya no había ciudadanos. Los conjurados no
comprendían que el tiempo de la República ya
había pasado, que podía derribarse a un monarca,
pero no la idea de monarquía. El cuerpo de
César debía ser normalmente incinerado
en el Campo de Marte, pero el pueblo exigió que los
despojos de su bienhechor permanecieran en la ciudad, no pudo
impedirse que la multitud encendiera una hoguera en el mismo
Foro. Apenas prendió, la multitud tomó
antorchas y corrió a prender fuego a las casas de Bruto,
Casio y otros libertadores, pero los asesinos se habían
puesto ya a salvo.
La situación degeneró en una guerra civil
que llevó a la conformación del Segundo Triunvirato
( Marco Antonio, Lépido y Octavio ) cuyos miembros se
dividieron los territorios romanos. Luego de vencer a
Lépido, Octavio selló una alianza con
Marco Antonio quién se casó con su hermana (
Octavia ). Ya en Egipto, Marco Antonio repudió a su esposa
e inició una campaña contra los partos
con el apoyo de Cleopatra la que culminó en un desastre
militar para los romanos. Octavio que había sido
instituído por Julio César como su heredero e hijo
adoptivo en su testamento y que había ya adoptado el
nombre de Cayo César persuadió al Senado para
declarar la guerra a la reina Cleopatra y a
Marco Antonio, todo ello culminó en el año
31 A.C. con la victoria de Octavio en la batalla naval de Accio (
en la costa occidental de Grecia, gracias al genio militar de
Marco Agripa ) sobre la flota combinada de Marco Antonio y
Cleopatra, para luego del suicidio de ambos convertir a Egipto en
una provincia romana y ser proclamado Augusto dando así
comienzo al imperio romano, a un régimen conocido como el
principado republicano y a un período de esplendor
denominado el Alto Imperio y la Pax Romana. Luego de Augusto
todos sus sucesores utilizarían el nombre de César
como título distintivo de su dignidad imperial.
La caída
de Bolívar
Para 1826 cuando se convocó al Congreso del Istmo
de Panamá, las Provincias Unidas del Río de la
Plata desilusionadas porque Bolívar rehusaba tomar parte
en la guerra contra el Brasil no ocultaban su enfado.
A su vez ya se manifestaban los primeros intentos
secesionistas en Venezuela, conjurados por la intervención
directa de Bolívar.
La Constitución que éste redactara ese
mismo año para la recién creada
República de Bolivia demostró estar fuera de
la realidad política, social y económica del
país y fue desechada, cuando su primer presidente el
Mariscal
Antonio José de Sucre renunció a dicho
cargo en 1828.
En dicho Congreso de Panamá si bien se
acordó establecer la liga y confederación perpetua
de las Américas en la práctica nunca llegó a
realizarse lo allí acordado.
En 1827 estalló la guerra entre el Perú y
la Gran Colombia motivada por la ocupación de Guayaquil
por las tropas peruanas que reclamaban dicha ciudad para su
país, la guerra duró hasta 1828 y Guayaquil fue
liberada, pero evidenció la ruptura entre el Perú y
Bolívar.
Luego del atentado contra su vida en 1828 dónde
salvó el pellejo por la intervención
de Manuela Sáenz ( quiteña casada con un
inglés a quien había abandonado y era amante suya
en forma pública a la que le concedió el grado de
coronela ), Bolívar suprimió la Vicepresidencia lo
que lo enemistó con el General Francisco de Paula
Santander a quién se acusó de estar involucrado
en el atentado, éste fue condenado a muerte
pero Bolívar le conmutó la pena por la de
exilio.
Hacia 1830 ya enfermo de tuberculosis renunció a
la Presidencia dejando encargado de ella al Vicepresidente
Domingo Caycedo ( había tenido que restablecer dicha
Institución ). Después de pasar los días en
Fucha a la espera de los resultados de la elección
presidencial que se llevaban adelante en la Convención de
Ocaña, y una vez enterado de su derrota, retornó a
Bogotá, para desde allí informar
públicamente que partiría a un exilio voluntario en
Londres. Partió acompañado por un centenar de
Granaderos y Húsares del contingente venezolano, mientras
otros tantos del mismo contingente partían a las
órdenes del General José Laurencio Silva rumbo a
Venezuela, pues temían de cual sería
su suerte una vez que Bolívar abandonara el país.
Muchos creían que era mentira eso de su exilio voluntario,
pero el embajador británico redactó en su informe
para su gobierno que el tiempo que le quedaba le
alcanzaría a duras penas para llegar a la tumba,
así se iba el General Simón Bolívar quien
había dirigido más de veinte años de guerras
contra los españoles y liberado de éstos un
territorio vastísimo el que había gobernado con
pulso firme hasta el momento de su renuncia.
Su viaje lo llevó primero a Facatativá,
para luego en la ciudad de Honda y con ayuda del Gobernador
Posada Gutiérrez abordar un champán y navegar por
el río Magdalena en dirección norte
hacia la costa del Caribe. Por la ciudad de Santa
Cruz de Mompox se entrevistó con el General Lorenzo
Cárcamo, enfermo de lo mismo y pronto a fallecer.
Había sorteado el episodio diplomático con
México a raíz de aceptar como su edecán al
Capitán Agustín de Iturbide, hijo del primer
Emperador de México el cual luego de depuesto fue fusilado
en su intento de volver al trono. El gobierno mexicano lo
había considerado como parte de un plan patrocinado por
Bolívar para instalar en el trono al hijo del depuesto
Emperador y llevar la monarquía nuevamente a dicho
país.
Cuando alcanzó el Cerro de la Popa, le
llegó la noticia de que el General Rafael Urdaneta
había depuesto al Presidente Joaquín Mosquera y al
Vicepresidente Domingo Caycedo luego de encabezar una
insurrección de las tropas y oficiales
venezolanos acantonados en la Nueva Granada. Motivado
en parte por el asesinato del Mariscal Sucre, único
a quien Bolívar veía como sucesor y capaz de
mantener la unidad de la república. Allí hubo un
nuevo enfrentamiento con tropas provenientes de Venezuela, pues
el General José Antonio Páez ya había
proclamado la secesión de ésta de la
república gran colombiana. Rechazó por
último el ofrecimiento del General Andrés de Santa
Cruz, Presidente de Bolivia, de representar a dicho país
como embajador ante la Santa Sede.
Llegado a Cartagena el Gobernador General Mariano
Montilla lo instó a aceptar el poder que Urdaneta le
había ofrecido, pues éste declaró que
asumía en forma provisional, sin embargo Bolívar lo
rechazó como lo había hecho cuando le ofrecieron
coronarlo monarca, pues declaró allí que ninguna
corona ceñiría sobre su cabeza. Era republicano,
pero unitario pues consideraba al federalismo como un sistema
para el que los pueblos recién emancipados no estaban
aún preparados, y con él se corría el riesgo
de la disgregación nacional.
Partió para Santa Marta y ante la imposibilidad
de poder embarcarse en una goleta atracada por los fuertes
vientos, se dirigió a la quinta de su amigo Mier situada
en San Pedro de Alejandrino, pero su estado era terminal, de
allí no saldría con vida, y fue allí mismo
que comprendió que la loca carrera entre sus sueños
y sus males estaba llagando a la meta final, el resto eran las
tinieblas, pues el General había declarado
públicamente su ateísmo.
Se preguntó como iba a hacer para salir de ese
laberinto por él mismo trazado, lo cierto es que de la
apoteosis al eclipse no hay más que un paso,
América es demasiado vasta y compleja para que pueda ser
gobernada por un solo hombre.
Luego de su fallecimiento el 17 de diciembre de 1830, la
Gran Colombia por él ideada se derrumbó y para el
31 de enero de 1831 había oficialmente dejado
de existir como tal.
Luego de ello el Ecuador pasó a ser gobernado por
el General Juan José Flores, Venezuela por el General
José Antonio Páez y la Nueva Granda por el General
Francisco de Paula Santander quien retornó de su exilio.
Con sus seguidores del partido santenderista fundó el
Partido Conservador, lo seguidores de Bolívar
agrupados en el partido bolivarista fundaron el
Partido
Liberal. ( ambos existentes hoy en Colombia
).
La idea de integración se mantuvo en el ambiente
ya que en 1836 el General Santa Cruz unió a Bolivia y el
Perú en una confederación de la cual él fue
designado presidente, pero que para 1839 luego de una guerra
contra Chile y en menor intensidad contra la Confederación
Argentina que apoyaron al Ejército Libertador compuesto
por peruanos opuestos a Santa Cruz lo vencieron y la
Confederación Perú – Boliviana fue disuelta,
resurgiendo tanto el Perú como Bolivia como estados
separados.
Luego de ello no hubieron esfuerzos serios de llevar a
cabo una integración continental y la idea como tal se fue
diluyendo con el paso del tiempo y la
consolidación de los nuevos estados nacionales, fue
llevando al fin del caudillismo y la creación de una
identidad nacional bien definida en cada una de las
repúblicas americanas.
Consecuencias de
la invasión lusobrasileña de 1816
La invasión lusobrsileña de 1816
dejó como legado luego de varios años de guerra y
ocupación del territorio oriental el hecho de que era la
primera vez que este territorio no se encontraba unido a las
demás provincias del Río de la Plata.
Si bien la Banda Oriental durante la época
colonial española integró primero la
Gobernación, luego el Virreinato y por último la
Capitanía General de las Provincias del Río de la
Plata, se encontraba ligada en la misma unidad territorial con
las demás provincias de lo que hoy es
Argentina.
Con la etapa revolucionaria el territorio oriental se
integró como la Provincia Oriental en las Provincias
Unidas del Río de la Plata, un Decreto del 20 de febrero
de 1814 del Directos Supremo Posadas fijaba los límites de
la provincia y estipulaba que ésta era parte
del Estado Provincias Unidas desde su nacimiento. En el Congreso
de Oriente la Provincia Oriental junto con las provincias de
Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y
Córdoba declaran su independencia de España y
constituyen la Unión de los Pueblos Libres pero dejando
claro que es en el seno de las Provincias Unidas a las cuales
pertenecen. El 9 de julio de 1816 el Congreso reunido en
Tucumán declaró la independencia de
las Provincias Unidas del Río de la Plata de
España.
En agosto de 1816 la Provincia Oriental, la cual era el
bastión principal del Partido Federal de las Provincias
Unidas es invadida por las tropas lusobrasileñas, que tras
varios años de guerra para 1820 conquistan y ocupan todo
su territorio en la batalla de Tacuarembó el 22 de
enero.
Aquí se produce la derrota del Partido Unitario
en la batalla de Cépeda el 1° de febrero,
pero con la firma del Pacto del Pilar entre las provincias de
Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires se
produce la disolución de la Unión de los Pueblos
Libres conocida como Liga Federal. La Provincia Oriental junto a
las provincias de Misiones y Corrientes firman el Pacto de
Ábalos, ambos pactos en el marco de las Provincias Unidas.
Luego de la guerra entre Artigas y Ramírez el
Pacto de Ábalos se disuelve, Artigas se exilia en el
Paraguay, Entre Ríos se anexa a Corrientes y Misiones y
proclama la República Federalista de Entre Ríos
también en el seno de las Provincias Unidas. Luego de la
guerra entre Santa Fe y Entre Ríos con la victoria
santefesina se disuleven el Pacto del Pilar y la República
Federalista de Entre Ríos. Más adelante
estallarán dos guerras entre Santa Fe y Buenos Aires,
ambas con victoria santafesina.
Si bien España reclamó ante el Tribunal de
la Santa Alianza sus derechos sobre el territorio oriental, este
órgano dictaminó que España defendía
un derecho y Portugal un hecho, el derecho prima sobre el hecho
pero España debe hacer valer su derecho. Cuando se
preparaba una expedición española al Río de
la Plata en 1820, antes de zarpar su jefe el General Rafael de
Riego se subleva contra el absolutismo real e inicia una
revolución, lo que lleva a que España no pueda
hacer valer su derecho ni cumplir con lo dictaminado a su favor,
entonces el Tribunal de la Santa Alianza valida el hecho de la
ocupación lusobrasileña del territorio
oriental.
Para 1821 se reúne en la Provincia Oriental un
congreso llamado Cisplatino, el que cambia el nombre del
territorio por el de Provincia Cisplatina y aprueba su
incorporación al Reino Unido de Portugal, Brasil y
Algarve. Desde 1815 el Brasil era un reino a la par que Portugal
teniendo ambos el mismo soberano, dicha
decisión había sido confirmada por el Congreso de
Viena.
Cuando en 1822 el Brasil se independiza de Portugal la
Provincia Cisplatina queda incorporada al Imperio del Brasil,
cediéndola Portugal a éste último en
1823.
La Asamblea de la Florida del 25 de agosto de 1825 en el
territorio oriental vuelve a adoptar la denominación de
Provincia Oriental, la cual declara su independencia de
España, Portugal y Brasil, se declara unida a las
Provincias Unidas del Río de la Plata y
establece el pabellón provincial. El 24 de octubre de 1825
el Congreso de las Provincias Unidas aprueba la ley de
reincorporación de la Provincia Oriental, lo que lleva a
que el 10 de diciembre el Brasil le declare la guerra a las
Provincias Unidas. Para 1828 con la mediación
británica de por medio que temía que el Río
de la Plata fuera de exclusivo dominio argentino y que fuera de
dominio compartido por argentinos y brasileños
promovió la independencia de la Provincia Oriental. Si
bien dicha idea había ido tomando forma entre algunos
jefes orientales como Juan Antonio Lavalleja, Pedro
Trápani, Pablo Zufriategui, Manuel Oribe, Fructuoso
Rivera, quienes veían que la permanencia dentro de las
Provincias Unidas llevaría a numerosos conflictos con
Buenos Aires y con los unitarios como los sostenidos en la
época de Artigas. Además durante los años de
dominio lusobrasileño se había producido la primera
experiencia fuera de las Provincias Unidas. Con la
Convención Preliminar de Paz de 1828 nace a la vida
independiente la Provincia Oriental la que se pasa a llamar
Estado Oriental del Uruguay. Asimismo la clase dominante en
Buenos Aires estaba disconforme con la continuidad de la guerra
con el Brasil y su elevado costo económico que
hacía difícil seguir manteniendo la lucha, por otro
lado los brasileños había sufrido varias derrotas
navales y militares que les habían dejado sólo el
dominio de Montevideo y Colonia en la Provincia Oriental, pero
bloqueaban el puerto de Buenos Aires. Por eso ambos aceptaron la
mediación británica que instituyó un estado
tapón entre las Provincias Unidas del Río de la
Plata y el Imperio del Brasil.
Si bien durante la llamada Guerra Grande de 1839 a 1852
el Partido Blanco del Estado Oriental del Uruguay y el Partido
Federal de la Confederación Argentina
pretendieron la unión de ambos estados en uno solo, la
oposición integrada por el Partido Colorado del Estado
Oriental del Uruguay, el Partido Unitario de la Argentina,
Francia, Brasil, el Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda, luego de su victoria en la batalla de Monte Caseros el 2
de febrero de 1852 pusieron fin al régimen de
Rosas y a todo intento de unión entre el territorio
uruguayo y el argentino en forma definitiva.
Breve Enfoque
sobre el inicio y disolución de
Austria-Hungría
En 1867 luego de la derrota de Austria en la Guerra de
las Siete Semanas de 1866 contra Prusia e Italia y
la posterior disolución de la Confederación
Germánica, los húngaros platearon un escenario de
revolución nuevamente como la que habían llevado a
cabo en 1848, y que los austríacos habían logrado
reprimir con la ayuda de las tropas rusas enviadas por el Zar
a solicitud del Emperador.
En virtud de ello y ante un escenario de
revolución, el Emperador austríaco
Francisco José I aceptó la propuesta
autonómica de los magiares y así se llegó al
Compromiso de 1867 ( AUSGLEICH ) por el cual el Imperio se
dividía a través del río Leitha, un afluente
del Danubio. Al oeste la Cisleithania, sería el Imperio de
Austria, al este la Transleithania, sería el Reino de
Hungría.
Cada entidad tendría su gobierno y parlamento
propios, con amplia autonomía, teniendo sólo en
común al monarca ( Emperador de Austria y Rey de
Hungría ), los Ministerios de Guerra, Marina, Hacienda,
Estado y Asuntos Exteriores, el Banco de Austria-Hungría,
el Ejército y la Marina de Guerra, así como la
moneda ( la corona ). Asimismo de un Acuerdo comercial renovable
cada diez años.
En Austria se estableció un sistema parlamentario
con el consiguiente ascenso de los partidos de masas populares,
como los socialdemócratas, aunque los alemanes de Austria
mantuvieron el control del gobierno, al mismo tiempo
en
Hungría se aplicó un sistema de
ingeniería electoral que llevó a los magiares a
detentar la mayoría en el parlamento con el consiguiente
perjuicio a las demás nacionalidades. Aunque desde la
Patente de 1861 se le había concedido cierta
autonomía a los checos los que pasaron a tener a su propio
reino dentro del imperio austríaco, el Reino
de Bohemia del cual el monarca austríaco pasaba a ser el
rey.
Esto motivó que en 1868 se llegara a un Acuerdo
dentro del reino húngaro dónde se le
concedió cierta autonomía a los croatas quienes
tendrían su propio reino, si bien el monarca
húngaro sería a la vez el Rey de Croacia cuya
corona quedaba integrada a la de San Esteban.
Con todo la monarquía dual sobrevivió
más de cuarenta años, aunque luego de la
anexión en 1908 de Bosnia y Herzegovina como un territorio
imperial y real la rivalidad con Rusia se intensificó
así como los recelos de Serbia que
pretendía la antigua provincia otomana para formar
lo que consideraba debía ser la Gran Serbia. Ello
dejó a Austria-Hungría aislada del resto de Europa
y con Alemania como su única aliada. Produciéndose
la ruptura de la Liga de los Tres Emperadores ( Alemania,
Austria-Hungría, Rusia ).
En 1914 ante el asesinato en Sarajevo del Archiduque
Francisco Fernando y su esposa la condesa Sofía Chotek.
Luego del ultimátum austrohúngaro a Serbia y del
rechazo de este por aquella Austria-Hungría declaró
la guerra a Serbia y el juego de alianzas europeas
se puso en marcha lo que llevó al inicio de la Primera
Guerra Mundial. El Ministro de Asuntos Exteriores del Imperio, el
conde Leopold Berthold en ningún momento creyó que
se activarían las alianzas como en los hechos
ocurrió, En 1915 con la entrada de Italia en
el campo aliado se produce la ruptura de la Triple
Alianza ( Alemania, Austria-Hungría, Italia ), lo que
aumenta aún más la dependencia austrohúngara
frente a los alemanes. Austria-Hungría quedó
inmersa en un bando llamado Imperios Centrales en el que se
encontraban Alemania, Turquía y Bulgaria
además.
En 1916 a la muerte del anciano Emperador Francisco
José I, le sucedió su sobrino nieto, Carlos I, el
cual intentó buscar la paz por separado a través
del nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, el conde checo Otokar
Von Czernin, pero las gestiones realizadas por intermedio del
príncipe Sixto de Borbón Parma, su
cuñado ante Francia fracasaron y el hecho salió a
la luz lo que obligó a los austrohúngaros a
desechar toda nueva tentativa de alcanzar la paz y someterse
aún más a Alemania, la cual había iniciado
planes para invadir Austria-Hungría con el fin de derrocar
al Emperador y sustituírlo por alguien que fuera por
completo leal.
Para 1918 ni con el nombramiento del almirante
húngaro Miklos Horthy como comandante en jefe de la flota,
ni del croata mariscal barón Svetozar Boroevic Von Bojna
como comandante en jefe de las tropas en el frente italiano,
así como la amnistía a los detenidos
políticos, se podía revertir el hecho ineludible de
la derrota militar y la posterior disolución del
Imperio.
La derrota de la batalla de Vittorio Véneto
obligó a los austrohúngaros a solicitar la paz,
Croacia proclamó su independencia y la república,
otro tanto hicieron Eslovenia y Bosnia y Herzegovina
que se unieron con la República de Macedonia y los Reinos
de Serbia y Montenegro para conformar el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos el cual en 1929 pasaría a llamarse
Reino de Yugoslavia.
En Bohemia se proclamó la independencia y la
república al igual que en Eslovaquia, estas crearon la
República de Checoslovaquia, la que se quedó con el
territorio de los Sudetes de amplia mayoría de la
población de origen alemán.
Italia se quedó con las ciudades de Trento,
Trieste y Fuime, con la península de Istria, islas de
Dalmacia, el norte del Véneto, el Friuli Venezia Giulia y
el Alto Adigio Trentino Sul Tirol.
Rumania se anexó la Transilvania, Polonia la
región de Galitzia. Serbia se anexó el Banato o
Voijvodina y Checoslovaquia se quedó con la región
de Rutenia o Ucrania Subcarpática.
En Austria se proclamó la independencia y la
república. Se trató de lograr la unión con
Alemania en un solo estado germánico, inclusive el nombre
de Austria Alemana evocaba esa aspiración. Pero los
Aliados en el Tratado de Paz de Saint Germain en Laye en 1919
prohibieron a Austria la unión con Alemania e incluso
vetaron el nombre de Austria Alemana, el país pasó
a llamarse República de Austria y pasó a ser
conocida como la primera república austríaca, al
tiempo que Austria reconocía la disolución del
imperio y obtenía el reconocimiento como estado soberano.
Por otra parte en el Tratado de Paz de Versalles en 1919 los
Aliados prohibieron a Alemania unirse con Austria en un mismo
estado germánico.
En cuanto a Hungría, ésta proclamó
su independencia y la república, la que luego copada por
la revolución comunista de Béla Kun quedó
convertida en una república soviética fuera de la
U.R.S.S., tras una reacción monárquica se
restableció el reino pero sin un rey aunque Carlos I
intentó en dos oportunidades volver al trono aunque sin el
menor de los éxitos. El almirante Miklos Horthy se
convirtió en el regente de Hungría situación
que perduró hasta 1945.
El imperio de Austria-Hungría había sido
disuelto, en el Tratado de Paz de Trianón en 1920
Hungría fue reconocida como estado soberano y ésta
reconoció por su parte la disolución del
imperio.
Los Aliados reconocieron a los nuevos estados surgidos
del desmembramiento del imperio austrohúngaro
en forma casi inmediata a su constitución como tales.
Además de todo ello la alianza de los Imperios Centrales
fue completamente anulada.
Tal fue el costo que tuvo para Austria-Hungría su
aislamiento frente a las demás potencias europeas y su
cada vez mayor dependencia de Alemania evidenciada en el Tratado
de Spa de 1918. Austria dejó de ser una potencia europea
para siempre y en 1938 fue anexada por la fuerza a Alemania en el
episodio conocido como Anchluss para como estado alemán
tomar parte en todas las acciones de Alemania hasta su derrota en
1945, aunque en la conferencia de Teherán de
1943 los Aliados habían acordado el reconocimiento de
Austria como la primera víctima de la agresión
nazi. Para luego en 1945 restablecer lo que se ha
dado en llamar la segunda república
austríaca.
Autor:
Dr. Esc. Maximiliano Mauri
Vidal