3 General Justo Rufino Barrios (1835-1885) ?No debemos permitir
que ciertos hombres hundan su memoria en el olvido, si su
peregrinación por la vida, al caminar, marcó el
paso rectamente para señalar una ruta a la dignidad, amor
al estudio, empeño a la honradez y fe a la amistad? Manuel
Coronado Aguilar ?El Imparcial?, 21 de febrero de 1966
7 PRESENTACIÓN En la mayoría de libros relacionados
con la historia guatemalteca se da cuenta de la vida y obra del
gobernante liberal Justo Rufino Barrios (1835-1885), quien en su
intento de lograr la unión de Centro América y
coronarse como presidente de toda la región, murió
en la batalla de Chalchuapa (El Salvador), exactamente en la
mañana del 2 de abril de 1885. Sin embargo, el abogado e
historiador Manuel Coronado Aguilar (1895-1982) se atrevió
a lanzar una hipótesis en 1968: que no necesariamente fue
peleando como ocurrió el deceso de Barrios, sino producto
de un vil y planificado asesinato, por medio de un ataque
premeditado y traidor de los soldados del Batallón Jalapa
que le acompañaban y a quienes él dirigía
debido a que se habían negado a pelear bajo las
órdenes del coronel bisoño que tenían
asignado por jefe, siendo esta negativa parte de su estratagema
para lograr el propósito malévolo. No obstante, es
de aclarar que Coronado Aguilar en ningún momento
señaló que se trataba de una hipótesis;
simplemente dio como un hecho cierto y probado lo del asesinato.
El denominar como tal a su conjetura es responsabilidad del autor
de estas líneas. A pesar de la certeza con que expone su
argumento, es mejor tomarlo como una presunción que
amerita una mínima verificación para darla por
válida, toda vez que no fue el primero ni el último
en presentarla. En efecto. Prácticamente el mismo
día de la muerte del gobernante que promovió la
aplicación del liberalismo en Guatemala, en su
versión tropical, hubo dos militares que achacaron al
Batallón Jalapa el ser los causantes, entre ellos su
sobrino el general José María Reina Barrios, a la
sazón Jefe del Batallón Canales y quien en 1892
llegaría a convertirse en presidente de la nación.
Pero, esta afirmación publicada en un diario capitalino,
fue desmentida en sus memorias por el que otrora fuera secretario
privado de Justo Rufino Barrios, el abogado hondureño
Rafael Meza, para quien ?No ha tenido fundamento cierta especie
que en aquellos días se hizo circular, asegurándose
que soldados jalapas habían sido los que le dieron muerte
al General Barrios. En primer lugar, porque los del
Batallón que él llevó los había
distribuido por ambos lados para atacar y se encontraban ya en
acción, y los que quedaban estaban retirados a
retaguardia, que no lo veían y que no podían haber
hecho fuego sobre él sin hacerlo sobre los ayudantes, de
los que ninguno apareció herido; y en segundo lugar porque
fue herido de frente y no por detrás, no pudiendo en aquel
momento encontrarse adelante un soldado de los jalapas sin estar
confundido con los del enemigo, cuyo supuesto es inadmisible?,
agregando que lo de la
8 insubordinación del citado Batallón se dio porque
?aquí no tenemos verdaderos ejércitos
disciplinados, sino masas inconscientes que pelean y se
sacrifican no por deber sino por amor y por respeto al Jefe que
han tenido y conocen, y que de algún modo ha sabido
ganárselos y dominar sus instintos.? Y es que a pesar de
que Meza no observó directamente la acción
–se encontraba en el campamento militar y no en la
línea de fuego– para dar visos de verdad a lo que
expone tuvo a bien conversar y citar lo que el coronel
salvadoreño Andrés Téllez le comentó
inmediatamente después de la muerte de Barrios, por ser
este un testigo de vista del suceso, del cual no cabría
dudar habida cuenta que entre el general y el coronel
existía una íntima amistad de veinticinco
años, que venía desde 1860 cuando ambos ingresaron
a la Universidad de San Carlos de Guatemala en calidad de
estudiantes de la carrera de abogacía y notariado. En
agosto de 1891 el periódico ?El Patriota? en dos ediciones
publicó un extenso artículo donde describe la
situación en su momento cumbre, achacando al
Batallón Jalapa y al soldado Onofre Obando la muerte de
Barrios. Pero claro, debe comprenderse que en tal mes y
año la campaña electoral estaba en su apogeo,
había que encontrar razones válidas para quitar
fuerza a la campaña de los liberales por mantenerse en el
poder y lograr que los conservadores volvieran a ocuparlo, lo
cual no ocurrió pues ganaron de nuevo los representantes
del liberalismo y herederos de Barrios. Y por si hubiera duda
respecto a la causal de la muerte, el coronel Ramón G.
Cáceres que acompañaba a Barrios en el momento
preciso del deceso, aclara en 1924 que la bala fatal provino ?de
las trincheras salvadoreñas, que estaban en alto,
[ingresando] En conclusión, Barrios murió en el
fragor de la batalla por una bala disparada desde las filas
enemigas, siendo que él constituía un buen blanco
al estar sentado sobre la yegua y colocado en un promontorio;
dicha bala fue factible que ingresara de arriba abajo en su
cuerpo, proviniendo de las trincheras salvadoreñas, que
estaban en alto. , y no como se ha dicho en muchas ocasiones, que
de parte de las tropas Jalapa procedió ese tiro, no siendo
posible, me creo con el derecho de aclarar cierta
aberración que hay a ese respecto, por ser testigo ocular
de esos momentos y posición en que se encontraba el
General Barrios.? Nótese que el coronel Cáceres fue
testigo ocular por encontrarse prácticamente a la par del
general Barrios en su último instante de vida. Pero como
siempre hay un pero, otro historiador, el abogado Luis Beltranena
Sinibaldi (1898-1983) señaló en 1979 que ?Los
cronistas difieren en cuanto a lo que siguió
inmediatamente después que Barrios asumió el mando
del batallón Jalapa.? En esto tiene razón,
según se trate de Rafael Meza, de Casimiro
9 Rubio, Batres Jáuregui, Reyna Barrios o el
periódico ?El Patriota?, las versiones resultan
disímiles en algunos puntos de la descripción,
especialmente en las horas en que señalan que
ocurrió determinado hecho, que en este caso son cruciales
para el historiador toda vez que no se está hablando de
algo que se desarrolló durante varios meses sino en tan
solo dos horas después de las 8:00 a.m. Obviamente que al
escribir la historia, don Manuel Coronado Aguilar
desvirtuó o mal interpretó los hechos y de
ahí su obsesión por demostrar que el general
Barrios fue asesinado, olvidando que este con sus impulsos de
tigre o pantera como se le conocía, en lugar de designar a
su amigo el coronel Andrés Téllez como éste
se lo pidió, decide comandar él mismo al
Batallón Jalapa y al colocarse en el punto de mira fue
derribado de un certero balazo. Lo demás, sólo cupo
en la mente del respetable Coronado Aguilar, lo que no es motivo
para dudar de su capacidad, solo de la calidad de sus
afirmaciones. Igual ocurrió con Beltranena Sinibaldi:
él mismo señaló en forma dubitativa:
?Barrios muerto por los suyos o en combate?. Si bien Manuel
Coronado Aguilar en su artículo de 1968 relacionado con la
muerte de Barrios planteó de nuevo que este no
murió en batalla sino por medio del asesinato fraguado y
planificado por sus enemigos internos y externos, disfrazado como
una acción de guerra, esto solamente tiene visos de
hipótesis, pero como no fue comprobada queda en
presunciones. En igual situación está la
versión de Beltranena Sinibaldi; él también
se basó en fuentes de segunda mano y no en lo que pudieron
contar los testigos presenciales. En conclusión, Barrios
murió en el fragor de la batalla por una bala disparada
desde las filas enemigas, siendo que él constituía
un buen blanco al estar sentado sobre la yegua y colocado en un
promontorio; dicha bala fue factible que ingresara de arriba
abajo en su cuerpo, proviniendo de las trincheras
salvadoreñas, que estaban en alto.
I. 1 2 3 4 11 ¿JUSTO RUFINO BARRIOS FUE ASESINADO O
MURIÓ EN BATALLA? ?Cuando se ha estudiado a fondo, alegar
propiedad por la hipótesis (o peor aún, el solo uso
del término, no cuenta. De lo que se trata, más
bien, es de documentar, describir y explicar este proceso. El
debate entonces deberá ir sobre las mejores y más
completas explicaciones, y no sobre el simple empleo del
término.? Manolo Vela (2011) ANTECEDENTES En el mes de
marzo de 2012 fue publicada la Cronología de Manuel
Coronado Aguilar (1895-1982), donde se reseñan las
principales actividades realizadas por el togado durante su vida
familiar, profesional, laboral y especialmente como escritor
prolífico en distintos temas, sobre todo de
carácter histórico nacional. 1 Un esbozo
biográfico se encuentra en las páginas referentes
al ensayo que contiene el análisis de una de sus novelas,
intitulado “El año 2001” visto en 1947 por
Manuel Coronado Aguilar. 2 Coronado Aguilar nunca tuvo como santo
de su devoción al caudillo de la Revolución Liberal
de 1871 y por ello lo acusa de la entrega a México de una
buena parte del territorio en 1882. 3 De igual forma, trata
peyorativamente al régimen de Barrios que sustituyó
al del mariscal Vicente Cerna, señalando: ?En el
país se ha operado un cambio radical. Una especie de
paternal absolutismo ha caído, en tanto otro absolutismo,
esta vez tenebroso por su misma especie, ha escalado lo alto del
poder.? 4 Y tan poca estimación guardaba para con Barrios,
que al publicar su artículo Así murió el
general J. Rufino Barrios (?El Imparcial?, 29 de marzo de 1968),
a propósito anota solamente J. Rufino, basándose en
que el propio general no utilizó su primer nombre cuando
firmó los variados decretos, acuerdos y cartas que
expidió, así como que en su acta de matrimonio
aparece tres veces el nombre Véase Cronología de
Manuel Coronado Aguilar (1895-1982) en el sitio: Martes 6 de
marzo de 2012, en: The Black Box –Blog económico y
político de Centro América, http://ca-
bi.com/blackbox/?p=6433 Publicado en: El Diario del Gallo, Blog
sobre Literatura Guatemalteca, 15 de junio de 2011 –
http://diariodelgallo.files.wordpress.com/2011/06/el-ac3b1o-2001-manuel-coronado-aguilar.pdf
Coronado Aguilar, Manuel; Apuntes histórico-guatemalenses.
Guatemala : Tercera edición. Talleres del Centro Nacional
de Libros de Te to y Material Didáctico ?José de
Pineda Ibarra? –CENALTEX–, del Ministerio de
Educación, 1987. Página 54. Idem., página
522.
5 6 7 12 de José Rufino y no Justo Rufino; una
niñería de parte de dicho autor, difícil de
aceptar en un historiador que se respete, sobre todo cuando anota
en forma sarcástica: ?[…] en el instante más
solemne de su vida privada, como lo fue cuando contrajo
matrimonio con doña Francisca Aparicio Mérida, en
Quezaltenango, el 5 de marzo de 1874, dijo, y como lo dijo lo
aceptó, llamarse José Rufino. Tal aparece por tres
veces, escrito en su acta matrimonial, según lo comprueba
el ilustrado «barrista» don Casimiro Rubio en su
libro Biografía del Jeneral Justo Rufino Barrios,
edición julio de 1935, Tipografía Nacional,
página 217.5 Uno se llama y a uno se le llama, como a uno
le conviene que le llamen, como dijera Perogrullo. Volvamos a
nuestro tema.? 6 Acerca de la esposa del dictador, procede
referir algunos rasgos biográficos: Francisca Aparicio
Mérida (1858-1943), nació el 2 de julio de 1858 en
Guatemala y murió el 30 de enero de 1943 en la ciudad de
Berna, Suiza. Casó con Justo Rufino Barrios el 24 de julio
de 1877 habiendo procreado con él 7 hijos. Después
del fallecimiento de éste en 1885 parte inmediatamente a
residir en la ciudad de Nueva York donde conoce a José
Martínez de Roda, Marqués de Vista Bella, con quien
se casa en 1892, heredando el título de Marquesa de Vista
Bella en razón que la pareja no tuvo hijos. 7 Algunos
detalles respecto a qué hizo Francisca Aparicio
después de la muerte de ?la pantera? los narra el abogado
e historiador Antonio Batres Jáuregui en: La
América Central ante la historia : 1821-1921, memorias de
un siglo. Tomo III. Bien haría el lector en consultarlos,
toda vez que se trata de la versión personal que ofrece
dicho ?memorialista? respecto a algunas presiones y rabietas que
recibió de la viuda por asuntos de dinero y herencia.
Así por ejemplo, refiere que pocos días
después de la muerte de Barrios, ocurrida el 2 de abril de
1885: En efecto, en dicha página se incluye el ?Acta
Matrimonial? asentada por el Cura de la Catedral de Quezaltenango
en el ?libro de matrimonios de ladinos, número 11, al
folio 24, frente y vuelto? donde se lee por tres veces el nombre
de José Rufino. El único lapsus de Coronado es que
el enlace no se efectuó en el mes de marzo sino en agosto.
Coronado Aguilar, Manuel; Así murió el general J.
Rufino Barrios. Guatemala : El Imparcial, edición del
viernes 29 de marzo de 1968. Página 3. Fundación
para la Cultura y el Desarrollo. Asociación de Amigos del
País; ?Aparicio Mérida, Francisca?. Diccionario
Histórico Biográfico de Guatemala. Guatemala :
Primera edición. Editorial Amigos del País,
2004.
8 13 ?Yo poseo datos verídicos sobre cómo
acaeció la muerte del general Barrios; datos que me fueron
suministrados por su asistente, el coronel José Angel
Jolón, que se encontraba con él, cuando fue
mortalmente herido. Estaba yo en Nueva York, algún tiempo
después, para recibir en esa gran ciudad a la esposa de
don Rufino, con sus hijos, todavía pequeños. La
acompañaban Luciano Barrios, el coronel Jolón y la
señorita Luz Ruiz. Doña Paca Aparicio v. de
Barrios, ocupó una casa en la 5ª avenida, frente al
Parque Central. Esa mansión lujosa y bien situada la
había comprado don Rufino, pero, como la señora no
sabía las prácticas domésticas de la gente
rica de allá, puso al coronel Jolón de portero, sin
duda, por la seguridad que dicho guatemalteco ofrecía,
como honrado y leal. Ya en vísperas de regresar yo a
Guatemala, fui, una de tantas veces, a visitar a doña
Paca, a quien procuré servir, haciendo que entrase, sin
pagar derechos, que importaban diez mil dólares, un gran
equipaje, varios caballos, y otras muchas cosas, que de
aquí llevó a los Estados Unidos.? 8 Por su parte,
el norteamericano Francisco Goldman en su novela El Esposo Divino
(2004) al tratar de ofrecer una versión acerca del
supuesto idilio entre José Martí y la hija del
general Miguel García Granados en 1877, ?la niña de
Guatemala, la que se murió de amor?; incluye varios
capítulos donde describe a la Francisca Aparicio, de
cómo esta vive Nueva York, acompañada de su amiga
María de las Nieves. Véase en particular el
capítulo 3. Habiendo Barrios salido en su última
campaña militar, tiene tiempo para redactar su testamento
el 23 de marzo de 1885, dejando a doña Francisca como
única heredera: ?Estoy en completa campaña, hago mi
declaración como Militar: 1.—Mi mujer
legítima lo es doña Francisca Aparicio, del
vecindario de Quezaltenango. Durante nuestro matrimonio, hemos
procreado siete hijos y son como sigue: Elena, Luz, María,
Carlos, José y Francisca. 2. —De mis propiedades e
intereses la única dueña lo es doña
Francisca Aparicio de Barrios. Ella sabrá darlas a
nuestros hijos ya mencionados, cuando éstos estén
en su mayor edad lo que les corresponda, pues en ella tengo toda
confianza. 3.—Le dará 25,000 a mi sobrino Luciano
Barrios en dos o tres partidas por los servicios que este sobrino
me ha prestado y no dudo siga prestando a mi dicha mujer
doña Francisca de Barrios. Batres Jáuregui; La
América Central ante la historia : 1821-1921, memorias de
un siglo. Tomo III. Introducción por Manuel Galich.
Guatemala :Tipografía Nacional, 1949. Página
499.
9 10 14 4.—Se aconsejará si lo cree conveniente, de
don Francisco Aparicio. Tío de mi ya dicha mujer.
5.—Acabará de costear la educación de Antonio
Barrios que se halla en los Estados Unidos de América.
6.—Le queda completo poder para exigir y hacer efectivos
todos los créditos que estén a mi favor, tanto en
este país como en el extranjero. Todos los mayordomos o
administradores de mis propiedades, sólo darán
cuenta a doña Francisca de Barrios o a la persona que ella
nombre en mi representación. Son las cinco de la
mañana. En estos momentos estoy para salir de esta ciudad
con dirección a Jutiapa en donde está el
Ejército.? 9 Francisca de Barrios 10 Estrada Monroy,
Agustín; Datos para la historia de la iglesia en
Guatemala. Tomo III. Guatemala : Tipografía Nacional,
1979. Páginas 215 a 216. Rubio, Casimiro D.;
Biografía del General Justo Rufino Barrios : reformador de
Guatemala. Op. Cit., página 213.
II. 11 15 BIOGRAFÍA DE JUSTO RUFINO BARRIOS Previo a
entrar en materia respecto a si la muerte de Justo Rufino Barrios
ocurrió en batalla o fue producto de un asesinato fraguado
previamente, para conocimiento de lectores nacionales y de otros
países precisa dar a conocer una síntesis
biográfica del personaje, con el fin de comprender por
qué continúa la discusión acerca de la causa
de su deceso. Con tal propósito, continuación se
transcribe literalmente la Biografía publicada en el blog
de Wikiguate, 11 cuya última revisión corresponde
al 12 de septiembre de 2012, la cual puede consultarse
directamente en:
http://wikiguate.com.gt/wiki/Justo_Rufino_Barrios. Justo Rufino
Barrios (San Marcos, 19 de julio de 1835-El Salvador, 2 de abril
de 1885) fue un notario público, General militar y
Presidente de Guatemala desde 1873 hasta 1885. Fue uno de los
líderes de la Revolución Liberal de 1871 junto con
Miguel García Granados, que derrocaron el gobierno del
mandatario Vicente Cerna. Murió en 1885, siendo aún
presidente de la nación, cuando intentaba conquistar
territorio salvadoreño (Móbil, 2011). Contenido 1
Vida 2 Legados como mandatario 3 Referencias
bibliográficas Vida Barrios nació en San Lorenzo,
San Marcos, el 19 de julio de 1835. Fue hijo de Ignacio Barrios y
Josefa Auyón (Asociación de Amigos del País,
2004). Estudió la carrera de leyes por dos años en
la Universidad de San Carlos de Guatemala. En 1862,
recibió el título de escribano público o
notario. Ese mismo año regresó a San Marcos y
dividió su tiempo entre el ejercicio de su
profesión y el cultivo de su finca, El Malacate.
Más tarde en su vida, Barrios contrajo matrimonio con
Francisca Aparicio, de las principales familias Según se
describe en el propio blog: ?Wikiguate es una breve enciclopedia
en línea sobre Guatemala, desarrollada y coordinada por el
Instituto de Lingüística e Interculturalidad de la
Universidad Rafael Landívar. Esta plataforma virtual es
una iniciativa del Grupo Multimedios y opera con financiamiento
del Programa de Apoyo a la Calidad Educativa (PACE), de la
cooperación técnica alemana (GTZ). El objetivo del
portal es ofrecer a estudiantes y docentes insumos en
español, maya k?iche? y maya mam, relacionados con los
contenidos del Currículum Nacional Base del Nivel
Medio.?
16 acaudaladas de Quetzaltenango, el 5 de agosto de 1874.
Él tenía cuarenta años y ella menos de
quince (Móbil, 2011). En 1867, Barrios abandona el
país y decide residir en México. Es en este
país donde se une a varios revolucionarios guatemaltecos e
ingresa junto a ellos a Guatemala para organizar constantes
guerrillas contra las autoridades guatemaltecas del gobierno de
Vicente Cerna, de las cuales logra huir (Asociación de
Amigos del País, 2004). De vuelta en México, se une
a Miguel García Granados, quien tenía en su poder
armas y contaba también con buenas conexiones en Guatemala
para ayudarle a derrocar al Gobierno del presidente de Guatemala,
Vicente Cerna. El 3 de junio, en consejo de comandantes, Barrios
firmó el Acta de Patzicía, mediante la cual se
nombró Presidente Provisorio de Guatemala a Miguel
García Granados, tras varios enfrentamientos contra el
gobierno de turno (Asociación de Amigos del País,
2004). El 30 de junio de 1871 las fuerzas liberales entraron en
la Ciudad de Guatemala y García Granados se
convirtió oficialmente en presidente provisional,
gobernando hasta el 4 de junio de 1873. De inmediato, Barrios fue
nombrado Comandante General de Los Altos. En septiembre de 1871
proclamó, en Quetzaltenango, la separación entre el
gobierno y la Iglesia Católica. Mientras García
Granados combatía en oriente -junio de 1872-, ocupó
interinamente la Presidencia, ocasión que aprovechó
para expulsar al Arzobispo Bernardo Piñol y Aycinena, a
los jesuitas y a los miembros de la Congregación de San
Felipe de Neri del país. Además, estableció
el servicio militar obligatorio para todos los hombres
comprendidos entre los 18 y 50 años de edad
(Asociación de Amigos del País, 2004). En marzo de
1873, Barrios ganó las elecciones presidenciales, y
tomó posesión el 4 de junio (Móbil, 2011).
En 1882, Barrios firmó un tratado de límites con
México mediante el cual Guatemala renunciaba a toda
reclamación sobre Chiapas y Soconusco y se
establecía la frontera común (Asociación de
Amigos del País, 2004). Más adelante en su
gobierno, decidido a llevar a cabo la unión
centroamericana, Barrios invadió el territorio
salvadoreño con un ejército de 15 000 hombres,
penetró el suelo de El Salvador y se libró el
primer combate en el "Coco". El ejército
salvadoreño constaba de 10 000 soldados, por lo tanto los
guatemaltecos avanzaban con empuje guiados por emigrantes
salvadoreños que comandaba el general Francisco
Méndez. Barrios iba a la vanguardia montado en una yegua
inglesa. Lo acompañaban su hijo Venancio y un joven
cadete, Adolfo Hall. Cercaron Chalchuapa, y en este combate que
ocurría el viernes santo 2 de abril de 1885, el jefe
unionista se aproximó tanto a las líneas enemigas
sin medir el peligro, cuando una bala certera le rompió la
clavícula derecha para atravesarle el
corazón.
17 Al saberse la noticia de su muerte, cundió el
desconcierto en las tropas y se desbandaron, se organizó
la retirada, se embalsamó el cadáver de Barrios y
fue enterrado en el Cementerio General de Guatemala (Haeussler,
1983). Legados como mandatario La obra material efectuada durante
su gobierno reformista fue considerable y afortunada:
habilitó el Puerto de Champerico, inauguró la
primera vía férrea del país y trazó
el ferrocarril de occidente. Además, varios capitalistas
fundaron bajo el patrocinio gubernamental el Banco Internacional,
se organizaron de forma moderna los servicios postales, se
estableció el servicio urbano de tranvías y se
organizó en la costa norte un puerto moderno que se
denominó Puerto Barrios (Móbil, 2011).
Repartió muchos terrenos baldíos y dispuso que las
zonas incultas conocidas con el nombre de El Palmar y Costa Cuca
que eran favorables al cultivo del café y que contaban con
más de dos mil caballerías propiedad de la
nación, fueran vendidas al precio de quinientos pesos, en
cinco anualidades, repartidas en lotes de una a cinco
caballerías. Esta disposición se proponía la
creación de la pequeña propiedad privada
agrícola, pero adversamente, constituyó la base
para la creación de los nuevos latifundios que surgieron
posteriormente (Móbil, 2011). Barrios también
dispuso conceder en los departamentos de Izabal, Zacapa y Baja
Verapaz, lotes no menores de una manzana, ni mayores de una
caballería, con el objeto de aumentar el cultivo del
trigo. A la vez, fundó el Banco Nacional de Guatemala en
1874 (Móbil, 2011). Como presidente en aquel momento
también dictó el decreto que creaba el sistema de
habilitación de mano de obra indígena para el
cultivo del café y que obligó a los
indígenas de tierras altas a trasladarse a la costa y
bocacosta con este objeto. Además, se incluye en su
mandato la construcción de carreteras en el interior del
país para facilitar la extracción de sus productos
agrícolas (Móbil, 2011). Barrios fundó el
Registro de la Propiedad Inmueble, organizó la
Dirección General de Estadística, inició la
reforma monetaria, inauguró el servicio de
telégrafos y del alumbrado público y emitió
el Código de Comercio. También fomentó la
industria y la ganadería y dio su apoyo a la
instalación de fábricas de hilados y tejidos, Se
preocupó por el desarrollo cultural de la nación:
mejoró la instrucción primaria y reorganizó
la Escuela Normal para Varones, el Instituto Nacional, la Escuela
Politécnica y organizó la Biblioteca Nacional,
dotándola de 15 000 libros. Durante su gobierno
también fueron creados el Instituto Normal de
Señoritas Belén, la Escuela Normal de
Señoritas y los institutos normales
? ? ? 18 departamentales de Chiquimula, Quetzaltenango, Antigua
Guatemala, Jalapa, Cobán y San Marcos (Móbil,
2011). También empezaron sus labores la Escuela de Artes y
Oficios de Varones, la Escuela de Agricultura, el Conservatorio
Nacional de Música y Escuela de Sustitutos, la Escuela
Especial para Indígenas, la Escuela de Comercio, la
Escuela Nacional de Dibujo, la Escuela de Comadronas y anexas y
el Hospicio de Huérfanos. A la vez que fueron creadas dos
escuelas para niños y niñas pobres. Su mandato
incluye la apertura de escuelas nocturnas para artesanos
así como la Sociedad de Artesanos, la Sociedad Literaria
El Porvenir y la Sociedad Científica de Ingenieros
(Móbil, 2011). El gobierno de Barrios se
caracterizó por su dictadura férrea. Decidido a
impulsar la economía capitalista del país,
emprendió una ardua y continuada batalla contra la
iglesia, los grandes terratenientes ociosos y los restos del
partido político conservador, que gobernó Guatemala
casi ininterrumpidamente desde los inicios de la vida
independiente del país, hasta 1871, fecha del triunfo de
la revolución liberal (Móbil, 2011). Referencias
bibliográficas Asociación de Amigos del País
(2004). Diccionario Histórico Biográfico de
Guatemala. Guatemala, Guatemala. Fundación para la Cultura
y el Desarrollo de Guatemala. Móbil, J. (2011). Personajes
Históricos de Guatemala. Editorial Serviprensa, S. A.
Haeussler, C. (1983). Diccionario General de Guatemala.
Guatemala: Sin editorial.
III. 12 19 ¿JOSÉ O JUSTO RUFINO BARRIOS? En 1971, y
sin hacer referencia a Coronado Aguilar, el historiador Francis
Gall en la ?Nota Liminar? a la obra del norteamericano Paul
Burguess, Justo Rufino Barrios: una biografía (1926) se
preocupó por deslindar el entuerto acerca de si el general
se llamó José o Justo, y para ello acude no solo al
acta matrimonial mencionada, sino a la partida de bautismo, a
resultas de lo cual se aprecia que eso de discutir respecto al
primer nombre de pila no es más que perder tiempo, pues en
realidad su llamó ?Justo?, aunque en muchos de sus actos
públicos no haya sido igual de justo. Una copia en
facsímil de la partida nacimiento de Justo Rufino Barrios
la proporciona Paul Burguess: 12 Burguess, Paul; Justo Rufino
Barrios: una biografía. Traducción del
inglés, Documentación y Nota Liminar de Francis
Gall. Guatemala : Publicación Especial No. 17 de la
Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala. Editorial
del Ejército, 1971. Página XXVII. Nota: la obra fue
escrita en 1920. La primera edición en inglés fue
publicada en 1926 por la editorial Dorrance and Company de
Philadelphia, con el título Justo Rufino Barrios – A
Biography. En Guatemala hubo nueva edición en
inglés, impresa en Quetzaltenango por Tipografía
?El Noticiero Evangélico?, 1946.
20 Francis Gall escribe al respecto: ?La fotografía de la
partida de bautismo de Barrios aclara una duda que durante
decenios existía, sobre el nombre con el cual se le
inscribió en la parroquia de San Marcos el 21 de julio de
1835. Después de un detenido examen de la grafía,
de la tinta y del papel, se pudo constatar que NO existe
alteración alguna en su nombre: JUSTO RUFINO. Debido a que
en su partida de casamiento (5 de agosto de 1874) figura como
JOSE RUFINO, Burguess comenta en llamada de pie de página
que Barrios =pudiera ser que por entonces no supiera que su
primer nombre era Justo‘. Al respecto, deseo exponer
aquí lo siguiente, que estoy seguro aclarará
más de alguna duda: 1º. La partida de bautismo
asentada en el libro número doce (12) de bautismos, folio
tres (3) anverso, de la Parroquia de San Marcos, tanto en el
texto como en su anotación al margen dice claramente JUSTO
RUFINO. 2º. El resultado de un examen cuidadoso de la letra,
de la tinta y del papel demuestra que NO EXISTE BORRON O ENMIENDA
ALGUNA EN EL NOMBRE. […] 4º. La certificación
de la partida de bautismo fue realizada en el mes de septiembre
de 1861, o sea durante la época en que Barrios estudiaba
para Notario Público en la ciudad de Guatemala. Es decir,
que indudablemente ha de haber sabido para entonces bajo
cuál nombre había sido bautizado. 5º. Barrios
nació el 19 de julio de 1835, que en el Santoral
corresponde a SANTA JUSTA y SANTA RUFINA, vírgenes y
mártires. Entonces, al igual que ahora, ha sido
práctica común que a los recién nacidos se
les dé el nombre del santo del día en que nacieron,
=como aparece en el almanaque‘. […] 6º.
¿Por qué en muchos decretos que emitió, en
gran número de documentos, así como en varias citas
de sus contemporáneos se menciona a Barrios como JOSE
RUFINO? Puede mencionarse al respecto lo siguiente: a) A la fecha
no se ha encontrado documento alguno, fidedigno y de la
época que aclare esta interrogante y, de consiguiente,
cualquier hipótesis no pasaría de ser precisamente
eso. Empero, sí se desea hacer hincapié en lo que
sigue: 1. Que se sepa, Barrios no firmó como JUSTO RUFINO
ni como JOSE RUFINO, sino que siempre con una ?J? inicial: J.
RUFINO BARRIOS, seguido de su rúbrica.
13 21 2. Su padre se llamó José Ignacio de Barrios;
su madre fue María Josefa Auyón. 3. Por la
época en que nació Barrios (1835), el Martirologio
Romano conmemoraba el día 20 de julio —un día
posterior a su nacimiento y uno anterior a su bautismo— a
San José Justo, o San José llamado el Justo,
propuesto por los apóstoles con San Matías para
suplir el lugar de Judas, pero le tocó la suerte a
Matías. 4. Se conoce el hecho que los amigos
íntimos de Barrios lo llamaban únicamente por su
nombre RUFINO. 5. Su padrino de bautismo fue José Lino
Villagrán.? 13 Biografías acerca de Justo Rufino
Barrios las hay para todos los gustos: en algunas se le idolatra
y en otras se le execra. Autores hay que lo tratan como un dios,
magnificando su obra material, en tanto que varios lo califican
de déspota, sanguinario y dictador. Prácticamente
todas se ocupan de lo realizado como líder o gobernante
durante 1871 a 1885, incluyendo algunos pasajes de su vida antes
de llegar al poder. Quizá por esa razón el
guatemalteco José Luis García Aceituno
escribió en 1958 la novela Don Rufino, publicándola
al año siguiente. Al estilo de novela histórica o
biografía novelada, el ?motivo? de la obra es adentrarse
en lo que otros autores habían soslayado, la niñez
y juventud del líder revolucionario, para entender mejor
?la Vida del Hombre? que fue como gobernante y hasta dictador.
Por tal razón, el autor hace un repaso detallado de dicha
vida en 522 páginas, que abarcan desde su nacimiento hasta
el 30 de junio de 1871 cuando el movimiento que junto con Miguel
García Granados dirigían, dan al traste con el
gobierno conservador del general Vicente Cerna. No se describe en
esta novela qué hizo y dejó de hacer el gobernante
durante 1871-1885, eso deberá buscarlo el lector en otras
biografías, toda vez que al autor le interesó
especificar los años anteriores, anticipando sus
?Motivos?: ?Ciertamente, no es éste el primer libro que se
escribe para dar a conocer la vida de don Rufino; bastantes se
han publicado. Unos, en cantos a sus proezas; otros, con Gall,
Francis; ?Nota Liminar?. En: Burguess, Paul; Justo Rufino
Barrios: una biografía. Op. Cit. páginas XVII a
XX.
14 15 22 anécdotas que pintan los rasgos de su
carácter; y otros, en sencilla recopilación
documental de su labor administrativa. En buena parte de estas
publicaciones se incluyeron intentos biográficos donde el
pasaje de la niñez pasó rápidamente y, de un
salto, se llegó al hombre. No se da a conocer al
revolucionario. Apenas se trata el período de su forja,
cuando penetraron en su alma las injusticias que hacen sentir
corajes renovadores. En todos los demás, sólo se
exaltan sus días de grandeza. Y, caso extraño, en
labios de la gente del pueblo la vida de don Rufino es tema de
leyendas sabrosas, evocadoras de un pasado magnífico,
mientras en los políticos unos se desbordan con adjetivos
y exaltaciones apasionadas, en tanto que otros e ecran su
memoria.? 14 ?También narramos algunas tradiciones de
acontecimientos vividos cuando se formaba el niño, el
adolescente y el hombre. Los detractores de don Rufino pintan su
pasado con rasgos sombríos; para desvanecerlos, sus
biógrafos no han penetrado hasta los días de su
niñez, en busca del origen y la calidad de sus ancestros,
con qué proclamar la verdad. Por eso escribimos esta
historia en la forma aquí contenida. Con historia
documental, hubimos de establecer la estructura de nuestra
sociedad y las ideas que la alentaban en aquel entonces.
Determinar la cuna del caudillo. Evocar el ambiente vivido por
Guatemala cuando sucedieron cosas de las que apenas tenemos
referencias o una vaga idea de lo que fueron. Las causas que en
la mente del niño pusieron ideas de hombre. Las
circunstancias que al hombre sencillo le hicieron el brazo de
acero. Su gestación intelectual en las aulas
universitarias, y su cosecha de enseñanzas en esa otra
gran escuela llamada =Vida‘. Ese es nuestro argumento: la
Vida del Hombre. Así lo vemos y así escribimos su
novela.? 15 García Aceituno, José Luis; Don Rufino.
Guatemala : Tipografía Nacional, 1959. Página 7.
Idem., páginas 9 y 10.
IV. 16 17 23 ¿MISTERIOSA MUERTE DE BARRIOS? La muerte de
Barrios continúa siendo un misterio para la historia; y si
no es arcano por lo menos ese tinte han querido darle algunos. La
mayor parte de autores señalan que murió en
batalla, y algunos cuantos dicen que fue asesinado antes de la
batalla decisiva en Chalchuapa, El Salvador. Sin que ese sea su
propósito, el antropólogo y novelista
norteamericano radicado en Panajachel, Guatemala Robert E.
Hinshaw, quien llegó al país por primera vez en
1961 como asistente del también antropólogo Sol
Tax, pone en duda la forma en que murió Barrios en su
novela My Lake at the Center of the World (2007), traducida al
español con el título Los coyotes tienen suerte
(2012). Como la novela narra la vida de Rodolfo Luis
Ajcojóm Yach desde que nace en 1890, toma en cuenta algo
de la vida de sus padres, pasando por la muerte de Barrios en
1885, al señalar que el cura Rodolfo Luis (en cuyo
homenaje le pusieron el nombre a Rodolfo) tras su muerte cruenta
por andar difundiendo ideas libertarias: ?[…] Sin la
confusión creada por la muerte del presidente Barrios,
Rodolfo Luis no se hubiera atrevido a correr ese riesgo. Hasta
ahora había logrado distribuir los volantes en las fincas
de varias parroquias vecinas, además de la propia, sin que
los poderosos finqueros dieran señales de
agitación.? 16 ?—Mataron a Barrios
—exclamó Chepe sin aliento, dejando caer el volante
en la hamaca de Esteban y acostándose en la suya.
—Justo Rufino Barrios, ¿el presidente?
—Esteban levantó los pies y se sentó en la
hamaca. —Sí, lo mataron en El Salvador en una
batalla para unir todos los países alrededor de Guatemala
y hacer uno solo… como Mé ico. Él
quería mandar en todo el territorio. Había un cura
afuera de la tienda repartiendo unas hojas y explicando todo.
Parecía muy indignado por el trato que recibimos del
gobierno y los finqueros. Es la primera vez que escucho a alguien
que no es natural hablarnos con respeto.?17 ?—¿De
veras cree que el trabajo forzado en las fincas va a seguir por
tanto tiempo? —reflexionó Chepe mientras cerraba su
matate—. El padre Rodolfo Luis Hinshaw, Robert E.; Los
coyotes tienen suerte. Guatemala : F&G Editores, 2012.
Página 23. Idem., página 26.
18 19 24 dijo que ahora que el presidente Barrios está
muerto, si suficientes campesinos nos negamos a trabajar, el
gobierno tiene que cambiar la ley.? 18 Nótese que los
diálogos anteriores se producen en 1885; nadie habla de
asesinato, solo de la muerte de Barrios. Sin embargo, pasados los
años, entre 1935 y 1940, Rodolfo Ajcojóm ha
transcurrido su vida como caporal en una finca de Panajachel y
Eliseo –de origen indígena aunque no muchos lo
saben– le comenta al padre Jacobo –español de
pura cepa– qué Rodolfo es un sabio
–principal– y el origen de su nombre, hablando ahora
del asesinato de Barrios ya no como simple muerte. Y como el
eclesiástico como que no muy cree que Rodolfo sea sabio,
Eliseo le ratifica: ?—¡Exactamente! Sabio y
totalmente autosuficiente, eso es lo que es. Elena
también. ¿Alguna vez le conté que Rodolfo
fue bautizado así en memoria de un sacerdote?
—¡No! ¿En serio hombre?, ¿quién
era el sacerdote? —Rodolfo Luis… nunca supe su
apellido. Un español asesinado en La Bendición
más o menos al mismo tiempo que yo me hice cargo de la
tienda. Estaba agitando a los indígenas en contra de los
mandamientos después de que Justo Rufino Barrios
había sido asesinado en El Salvador. El papá de
Rodolfo quedó impresionado después de escuchar al
cura hablarle a los trabajadores la tarde que fue macheteado.? 19
Idem., página 40. Idem., página 294.
V. 20 25 UNA HIPÓTESIS ARRIESGADA O SIN PRUEBAS Debido a
que en prácticamente todos los libros de historia se
cuenta que Justo Rufino Barrios murió en la batalla de
Chalchuapa (El Salvador), exactamente en la mañana del 2
de abril de 1885, don Manuel Coronado Aguilar se atreve a lanzar
la hipótesis: que no necesariamente fue peleando que
ocurrió su deceso, sino producto de un vil y planificado
asesinato. Debe hacerse notar que él en ningún
momento señaló que se trataba de una
hipótesis, sino más bien lo dio como un hecho
cierto y probado. El denominar como tal a su conjetura, el
asesinato, es responsabilidad del autor de estas líneas.
Sin embargo, a pesar de la certeza con que expone su argumento,
es mejor tomarlo como una presunción que amerita una
mínima verificación para darla por válida,
toda vez que no fue el primero ni el último en
presentarla. Por tal razón, al inicio de este apartado se
transcribió la advertencia que efectúa Manolo Vela:
?Cuando se ha estudiado a fondo, alegar propiedad por la
hipótesis (o peor aún, el solo uso del
término, no cuenta. De lo que se trata, más bien,
es de documentar, describir y explicar este proceso. El debate
entonces deberá ir sobre las mejores y más
completas e plicaciones, y no sobre el simple empleo del
término.? 20 Para probar su certidumbre, expuesta
originalmente en la ?Revista conservadora del pensamiento
centroamericano? (Volumen 18, No. 89: páginas 51-52,
Nicaragua, Febrero, 1968) y reproducida nuevamente en Guatemala
el 29 de marzo de 1968, Coronado utiliza como fuente la obra de
Casimiro Rubio, Biografía del General Justo Rufino Barrios
: reformador de Guatemala, publicada en 1935, precisamente cuando
se celebró el Centenario del nacimiento del Reformador,
así como los comentarios publicados en un periódico
de 1891. Y, quien lo iba a pensar, su gran amigo el periodista
Clemente Marroquín Rojas le hace una aclaración el
martes 2 de abril de 1968, tendiente a desmentir los resultados
de la comprobación empírica realizada por el
historiador. Vela Castañeda, Manolo E. (coordinador);
Guatemala, la infinita historia de las resistencias. Guatemala :
Edición de la Secretaría de la Paz de la
Presidencia de la República. Magna Terra editores, 2011.
Página 18.
21 22 26 He aquí lo expuesto por Coronado Aguilar, adosado
con la transcripción de las fuentes que cita, para
finalmente incluir lo señalado por Marroquín Rojas,
así como otros ?detalles? complementarios, que a j
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