La documentación: acción estratégica integradora del docente para la obtención del conocimiento histórico a partir del patrimonio cultural local
Introducción:
En su concepto más amplio, el vocablo historia se
nos presenta relacionado concretamente al de sociedad. Dicha
relación está dada desde el origen del hombre y su
necesaria actividad social. Esta última fue la
condición indispensable para su supervivencia durante el
proceso de evolución, así como la propia
complejidad de su entramado social en el que ha estado inmerso
siempre, fruto de las relaciones contraídas entre los
propios hombres durante el proceso de trabajo.
Apreciar al hombre en su actividad social es relacionar
el estudio de la sociedad y el papel que desempeña el
hombre en la misma. Así, la interpretación marxista
de la sociedad, como proceso histórico – material,
viene a ser el punto de partida para la comprensión y
explicación materialista de la historia. En ella, la
sociedad es un producto de la actividad de los hombres, donde se
ubican en la diversidad de esferas en que se mueven, y expresan
elementos de orden económico, político, social y
cultural en una estrecha relación
dialéctica.
El vocablo historia, por tanto, se concibe con un doble
significado:
– Cuando hace referencia a lo ocurrido en la vida social
de los seres humanos, su experiencia histórica, la
conjunción de factores de las sociedades y los individuos:
en organización, actuación, desarrollo y cambio.
Esto es la realidad histórica. Es la materia de la
historia, la realidad objetiva.
– Cuando se refiere al estudio, análisis e
interpretación científica que de la realidad
histórica elabora la historiografía mediante la
investigación histórica, es lo que conocemos por
conocimiento histórico. Es decir, el conocimiento que se
ocupa de estudiar la realidad histórica.
En un juego de palabras concreto: "la historia es
conocimiento de una materia y materia de ese conocimiento"1,
se han conjugado los conceptos hombre, sociedad, realidad
histórica y conocimiento histórico, en una
interrelación dialéctica.
La elaboración de ese conocimiento
histórico, científicamente fundamentado, ha
correspondido a través del tiempo al historiador, como la
persona que responde a tal necesidad con su carga subjetiva
durante la explicación de la materia histórica.
Pero la historia no es solamente para ser elaborada por el
historiador, debe ser enseñada, y específicamente,
para el acto de enseñar, cumplir con determinados
requisitos pedagógicos.
A partir
de la idea central de que la enseñanza de la Historia
depende en gran medida y en primera instancia, de la
elaboración de ese conocimiento histórico, en esta
comunicación haremos especial énfasis en la
acción que estratégicamente debe asumir el docente
para obtener la información que luego procesará
acorde a las características psicopedagógicas de
sus alumnos. Es decir, garantizar la información para
elaborar el contenido histórico que ha de ser
enseñado. Todo ello corresponde a una acción
estratégica específica e integradora: documentar,
es decir: evidenciar, fundamentar el contenido histórico
que puede extraerse de las fuentes. Se recurre en este caso a las
obras del patrimonio cultural como fuentes del conocimiento
histórico que serán utilizadas como recurso y
contenido de enseñanza en el proceso de enseñanza
– aprendizaje de la Historia como asignatura. Se plantea
así la importancia de la tarea de seleccionar y describir,
desde la concepción histórica y pedagógica,
que han debido realizar muchos enseñantes en sus
propuestas pedagógicas de la Historia Local utilizando al
Patrimonio cultural como recurso y contenido de
enseñanza.
1 Colectivo de autores franceses y cubanos.
1996. "La Historia y el oficio de Historiador". La Habana.
Editorial Ciencias Sociales.
Todo lo que se expone en esta comunicación es
fruto de las experiencias de tutorías y direcciones de
trabajos de investigación realizadas, en que como
antecedente del problema se plantea inicialmente, la necesidad de
satisfacer carencias bibliográficas para la
enseñanza de historias de la localidad durante la
última década del siglo XX en Cuba. Posteriormente,
el hecho de acudir a este tipo de recurso de enseñanza,
que resultara elemento probatorio o evidencia para la historia
local, permitió la detección y comprobación
en la práctica, de las potencialidades del patrimonio
cultural como recurso y contenido de enseñanza, no solo
para la asignatura Historia, sino para otras, dado el
carácter polisémico y capacidad interdisciplinar
del patrimonio cultural.
En el desarrollo de esta comunicación se emplean
resultados de investigaciones realizadas por la autora,
vinculadas muy especialmente a argumentos de autores como Fontal
Merillas, Calaf Masachs, Ubieto Arteta, y Prats, del
ámbito español, mientras que del entorno cubano se
ha tomado como punto de partida los planteamientos de
Pendás, Álvarez de Zayas, Rita, Leal H. y Dubrocq ,
entre otros.
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