En la aldea de Wahlheim, según Werther, encuentra
una señora vendedora, buen humorada y cortés, y
también narra en su carta haber hallado una plazoleta
posterior a una iglesia y un pequeño niño de cuatro
años con un crío más pequeño de seis
meses en sus brazos. Werther se inspira en su entorno natural y
lo prevalece en sus descripciones mediante el diálogo de
las cartas y relaciona su estado psíquico con la
naturaleza en el momento en el que escribe, por ejemplo, cuando
narra la creación de su apunte sobre el episodio en el que
revela al niño en los brazos del de cuatro años,
junto a él, sentado en el suelo con los ojos negros
intranquilos. "Sólo vi a un muchacho, como de cuatro
años de edad, que se había sentado en el suelo,
estrechando contra su pecho a otro niño de seis meses. Le
tenía entre sus piernas, formando así una especie
de asiento. A pesar de la vivacidad con que sus ojos miraban a
todas partes, permanecía sentado y tranquilo.".
Expresa también su inspiración con respecto a la
naturaleza el fragmento de la carta del 26 de mayo de 1771, donde
dice: "Un hombre formado según las reglas,
jamás producirá nada absurdo y absolutamente malo,
así como el que obre con sujeción a las leyes y a
la urbanidad nunca puede ser un vecino insoportable ni un gran
malvado; sin embargo, y dígase lo que se quiera, toda
regla asfixia los verdaderos sentimientos y destruye la verdadera
expresión de la naturaleza.".
El encuentro con
Carlota (Junio 1771)
Para las cartas del 16 y 21 de Junio, Werther relata su
amor pasional por la chica Carlota, particularidad resaltante de
las obras literarias del romanticismo. Manifiesta su
atracción por la condición y las
características de Carlota. Describe como angelical,
maravilloso y espectacular, el episodio en el que conoce a
Carlota. Experimenta una sensación placentera y alegre al
pensar en ella en esos momentos y cuantifica un enamoramiento que
denomina: "he hecho una amistad que interesa mi
corazón", sin encontrar más palabras para la
descripción de lo que ha vivido.
Carlota, es una muchacha de clase media-alta, hija de un
administrador, con responsabilidad de alimentar los niños
que la rodean, según Werther hermosa, de mediana estatura,
con un vestido blanco en el día en que la conoció.
Ella, según la carta del 16 de Junio, es amable,
lúcida y está comprometida con el joven
Alberto.
La presencia del valle en la colina y el bosquecito
influyen en el estado de ánimo de Werther, y profundizan
más en el sentir de su enamoramiento. Para el momento, el
entorno es el punto clave que exalta su intranquilidad por
Carlota e incrementa su correlación positivamente con la
naturaleza, cuyos detalles son vistos por Werther desde el punto
de vista romántico como brindes de ella y condiciones con
las cuales comparte su agrado y se identifica. Werther sufre la
inducción en dichos capítulos, de transmitir
cariño, como lo enuncia en el escrito, que cita: "no
pude resistir la tentación de darle algunos besos.".
En las formas de expresarse y comportarse transmiten los
personajes de la narración sus sentimientos entre
sí.
Para la carta del 21 de junio, se puede notar
cómo influye de forma afirmativa el elemento religioso, en
la apertura de la epístola, cuya cita expresa: "Paso
unos días tan felices como los que Dios reserva a sus
elegidos", en la que se declara como elegido para vivir una
grata experiencia y señala a Dios como la causa de la
vivencia.
El segmento de la carta del 21 de junio, que cita:
"Por eso el hombre más inquieto y vagabundo vuelve al
fin, vuelve los ojos hacia su patria y halla en su lugar, en
medio de sus hijos y en el trabajo para el bien de tan queridos
seres, la dicha que en vano ha buscado por toda la tierra."
y en el que cita: "Con lo que está distante entre
nosotros sucede lo que con el porvenir. Un horizonte inmenso y
crepuscular se extiende delante de nuestra alma; en él al
par que a nuestras miradas, se sumergen nuestros
sentimientos.", se hace notoria la manera en la que pondera
la grandeza de los fenómenos naturales y el objetivo que
califica vano de encontrar la dicha, efectuando metáforas
relativas a la condición humana como los sentimientos, el
alma, nuestros sentidos, el destino y estableciendo afirmaciones
sobre las impacientes búsquedas de los hombres de
encontrar la felicidad. También puede notarse la
apariencia del nacionalismo apasionado en el momento en el que
expresa "…vuelve los ojos a su patria…" y
la complacencia por lo propio cuando expresa "…y halla
en su lugar, en medio de sus hijos y en el trabajo para el bien
de tan queridos seres, la dicha…".
La
aparición de Alberto: imposibilidad entre Carlota y
Werther
Analizando la epístola del 10 de Julio, puede
apreciarse que Werther califica su gusto por Carlota como
respuesta humana a la condición natural. Puede notarse
además en las siguientes cartas que éste se
considera correspondido por un amor reciproco, o una
relación en la que Carlota transmite su aprecio hacia
él pero se halla en la realidad de Alberto quien ocupa el
lugar de comprometido para contraer matrimonio con su amada
Carlota. Cítese la fracción de la carta del 13 de
julio, que claramente expresa: "…a pesar de ello,
cuando ella habla de su futuro esposo, con todo el calor, con
todo el amor posible, me hallo como el desgraciado a quien
despojan de todos sus títulos y honores, y le obligan a
entregar su espada.", cita en la que se denota su
situación con respecto a Alberto , el comprometido para
Carlota, causal por la cual, se pone de manifiesto la ausencia de
posibilidades para la presencia de una mutua relación
amorosa. Aún así, se ubica Werther cegado en su
enamoramiento e indiferente a lo real, por ejemplo, lo expresa en
los momentos en los que dice que Carlota lo ama y cuando escribe
"¡vayan al diablo los razonadores" en la carta del
30 de julio, él experimenta un viaje por las ideas de
muchas formas imposibles de erradicar la realidad aún
estando claro en y sin desconocer la existencia de
Alberto.
El sufrimiento de Werther comienza a partir del reproche
de Carlota: "En nombre del cielo…os ruego que no
repitáis la escena de anoche; estáis espantoso
cuando os ponéis tan contento" en el cual reprende
las actitudes del joven al desaparecer Alberto del escenario, sin
lograr evitar hacer el burlesco con una actitud descontrolada
ante la muchacha.
Según las cartas de julio, Alberto, el joven de
Carlota, es un joven noble, honrado, inspirador de cariño,
generoso y bueno, a quien Werther estima. Es sensible y de buen
humor.
Las formas de comportarse como por ejemplo, el retirarse
a la llegada de Alberto y el regreso a su ida, la tristeza de
Werther y el considerarse desgraciado, son actitudes que
caracterizan la psicología de Werther para el momento, en
el cual, puede reconocerse su necesidad emocional de poner
término al inconveniente; su desequilibrio sentimental
manifiesta la posibilidad alta de recurrir a cualquier recurso
que considerase necesario y de su disposición y su
descontento consigo mismo cuya infelicidad trae como consecuencia
posteriormente el empeño de tomar decisiones ciegamente,
dejar el sentido común en el segundo plano, y llegar a
influir el problema en su ánima, actuando en pesadillas y
sueños y formas de expresar sentimientos
descontroladamente.
El deseo de
evasión (agosto-septiembre 1771)
Para las cartas finales de 1771, el estado
anímico de Werther está constituido por una
composición de amor y sufrimiento, uno para el otro. El
sufrido joven se siente bajo una esclavitud del sentimiento de
afecto hacia Carlota, y se sitúa afectado por esta
posición en forma conductual, piensa que la vida se
refiere a su amada y que dejarla depende de la decisión
que vale su vida. Al no desconocer la realidad de lo imposible
que es su relación con Carlota, se alimenta su sufrimiento
y cada vez mas incrementa su enamoramiento. Para Werther, se
ubica en una realidad que considera con una única
solución: dejar a Carlota. Su desajuste emocional se
manifiesta cuando expresa a su amigo Guillermo: "tengo que
irme" en la carta del 3 de septiembre del año
1771.
El matrimonio de
Alberto y Carlota: 1772
Para febrero de 1772, Carlota se había cazado con
Alberto, el joven con el que estaba comprometida. El desorden
sentimental se incremento en Werther a partir de este suceso y su
juicio interno comenzaba a desaparecer. Su estado anímico
se tornó triste y desesperado habiendo elementos que
contribuyeron con su desequilibrio, por ejemplo, el retrato de
carlota que conservaba colgado. Para las cartas escritas el 3 de
septiembre y el 27 de octubre, se puede notar que Werther
está en la noción de que Carlota ama a su esposo y
por tanto declara que nadie sería capaz de corresponderle
con un amor necesario que alimentase su alma. Cítese el
fragmento que indica: "Nadie me dará el amor, la
alegría, el goce de las felicidades que yo no siento
dentro de mí.". Werther se enfrenta fracasando a la
realidad de que está enamorado de una mujer casada que ama
a otro hombre y dentro de si no puede soportar dicho
sentimiento.
Diciembre de
1772: el suicidio de Werther
El estado anímico de Werther decayó tras
las quejas de desahogo frente a Carlota. Su insoportable
situación lo condujo a tomar la decisión de acabar
con su vida. Dicho hecho era fácilmente deducible por
Guillermo, ya que en las últimas epístolas
efectuaba Werther despedidas y disculpas para sus familiares y
conocidos. En el día que escribió su última
carta cometió el suicidio como recurso extremo del que
siempre dispondría, tal como lo declara la nota del autor.
Su actitud hacia la muerte puede explicarse desde un punto de
vista psíquico como consecuencia de un desajuste emotivo
que sufrió y la ausencia de paz e infelicidad consigo
mismo.
CONCLUSIÓN
El Romanticismo se refiere a una época
histórico-cultural, del final del siglo XVIII. En
particular en destaca, en los ámbitos de bellas artes
(1790-1840), literatura (1795-1848) y música
(básicos período 1820-1850).
El Romanticismo es un complejo artístico,
literario, intelectual y de movimiento que se originó
entre el siglo XVIII y el siglo XIX en Europa occidental, y ha
ganado fuerza durante la Revolución Industrial. Es en
parte una revuelta contra la aristocracia social y
política de las normas de la edad de la filosofía
de la Ilustración y una reacción en contra de la
racionalización científica de la naturaleza, y se
incorporó con mayor fuerza en las artes visuales,
música y literatura.
Obras literarias como "Las desventuras del joven
Werther" fueron influencia en el romanticismo ya que en estas se
manifiestan las características principales de las obras
del romanticismo:
La exaltación del Yo. La
primacía del Genio.
La supremacía del sentimiento. La
fuerte tendencia nacionalista.
La originalidad frente a la
tradición clasicista. La identificación con la
naturaleza.
BIBLIOGRAFÍA
GOETHE, Johann Wolfgang von. Los
sufrimientos del joven Werther. Editorial Planeta. Última
edición. Barcelona, España 2002.
ÁNGEL, Blanca Elida. Castellano y
Literatura I. Editorial Actualidad
Escolar 2000. Caracas, Venezuela
2008.
Autor:
Andrés Urdaneta
Martes, 25 de febrero de 2009
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIDAD
EDUCATIVA "TOMÁS DE JESÚS QUINTERO" LOMAS DE
URQUÍA, CARRIZAL – ESTADO MIRANDA
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