Análisis
de lo implícito del texto
La caída vertiginosa desde unos rascacielos del
simpático camello implica el riesgo…. Y hasta
posiblemente ¡la muerte! ¿Qué tan lejos
está esto de lo que es un cigarro?.
Joe Camel refleja una personalidad intrépida y
aventurera, es un personaje tierno, simpático y alegre,
que consigue el éxito en cualquiera de las situaciones
donde se encuentre. Es vital, atractivo, afectivo, jovial,
aventurero y arriesgado,…es decir, tiene gancho.
Este anuncio está claramente dirigido al
cliente juvenil, esencial para la viabilidad a largo plazo
del negocio del tabaco, ya que la captación de nuevos
fumadores para este mercado empieza en la
niñez-adolescencia. Constantemente se necesitan nuevos
fumadores que reemplacen a las personas mayores que lo dejan o
fallecen. Población joven que, no habiendo alcanzado una
madurez suficiente, hace que sea fácilmente
manipulable. Una población que está inmersa en
un contexto socio- cultural con una pérdida de valores
sociales y de identidad, donde parece que, cada vez más,
todo vale para conseguir mis objetivos
individuales.
Los valores que nos pretende vender este anuncio, al
igual que los otros de la campaña, a través del
consumo de su producto, es: libertad, comunicación,
amistad, aventura, alegría. Camel presenta una
campaña de humor conseguido mediante situaciones extremas
y raras. Joe Camel nos facilita el acceso a nuevas situaciones,
rompiendo las normas establecidas y generando sensaciones de
vitalidad, riesgo, desafío suspense, miedo,
etc…
El consumo de tabaco produce adicción, es una
droga y, como tal, la persona enganchada a él no
experimenta ninguno de los valores anteriormente
mencionados.
Camel persigue que el joven adolescente empiece a sentir
la libertad, a buscar su independencia afirmando su propia
identidad, empieza a disponer de dinero y empieza a sentir la
necesidad que le presenta los cigarrillos como una de las
iniciaciones al mundo adulto. La intención no
oculta es presentar el fumar como "cosa de adultos". La
aventura y el riesgo son solo para adultos. Las empresas
tabacaleras conocen el deseo de niños y jóvenes de
considerarse "mayores", por ello su intención
oculta es llegar a ellos presentando el tabaquismo como una
"decisión" de adultos.
En una sociedad en la que se predica el individualismo,
la autodeterminación, la rebeldía, lo que pretenden
las empresas tabacaleras es todo lo contrario: la
alienación, el lavado de cerebro para que se consuma un
producto concreto, innecesario, superfluo y que además
atenta contra la salud de fumadores y no
fumadores.
Bibliografía:
Llobera Josep R., "La modernidad y el problema del
individualismo: una perspectiva comparativa." en
Fundamentos antropológicos del comportamiento
humano, Barcelona, UOC.
Castells, M.: La sociedad red. La era de la
información. Economía, sociedad y cultura.
Vol.1 Madrid, Alianza, 1997.Comentarios
Tutora:Me ha parecido que habéis hecho un super
esfuerzo en buscar objetos audiovisuales muy interesantes y
susceptibles de escribir análisis críticos, os
felicito porque he aprendido mucho también yo leyendo
vuestros trabajos.Habeis centrado este trabajo en reflexionar sobre el
individualismo y cómo los medios de
comunicación (prensa, industria
cinematográfica, publicidad) contribuyen en gran
medida a fomentar la idea occidental y moderna del
individualismo. Creo que en general habéis captado muy
bien el valor del individualismo en nuestra sociedad y
cómo existe un "aparato" simbólico que alimenta
esta ideología. Este "aparato" simbólico hace
refuerza la noción de autonomía y
autodeterminación, y aquellos que habéis
analizado anuncios comerciales (perfumes, ropa, loteria, etc)
hacéis especial incapié en eso.Creo que lo que más he hechado en falta en
vuestros trabajos ha sido una crítica a la idea de
individualidad y de cómo las personas podemos
reaccionar o resistar ese "aparato" simbólico que
promueve la sociedad consumista e individualista moderna. Se
que es dificil hacer todo en solo tres páginas. Al
leer vuestros trabajos una se queda con la idea de que todos
somos seres individualizados pero formamos parte de ese
"rebaño" de ovejas indiferenciado, en parte porque los
anuncios o la industria comercial nos ve como eso. A modo de
reflexión para el futuro, me gustaria que pensarais
también cómo es que las personas nos resistimos
y buscamos alternativas a esta ideología de consumo
que nos hace creer que con esfuerzo y disciplina vamos a
triunfar.Una cuestión que os incito a reflexionar y
que no me parece que haya quedado reflejada en vuestros
ejercicios (tampoco se discute en el módulo) es la
idea de que la noción de individuo o persona conlleva
una premisa de género (sexualidad) y de raza que puede
ser ampliamente criticada. Es decir, como habéis
podido leer en el módulo, el individualismo surge en
circustancias espeíficas en el mundo occidental, y la
idea de individuo que asume es la del hombre blanco. Es decir
las mujeres tampoco fueron vistas como personas capaces de
tener autonomía o libertad de decisión, tampoco
los negros, porque eran esclavos. Por tanto, cuando
analizamos el "aparato simbólico" que promueve esa
noción de individuo, habría que ver cómo
se contradice con una sociedad que ahora es mucho más
igualitaria en términos de las mujeres, o una sociedad
mucho más diversa racial y etnicamente que
antes.Otro aspecto que me parece valioso reflexionar y que
Llobera menciona en el texto, es el de la Intimidad (pagina
12 del modulo) y la importancia de la esfera privada (H.
Arendt). En muchos casos para este ejercicio habéis
elegido anuncios o films quevemos en la televisión, y eso es un acto muy
individualizado, fomentado por la idea de celulas familiares
y la primacía de la esfera privada frente a la
pública. Es decir, han sido pensados para ser
consumidos en privado o en familia, en la esfera
íntima.¿Que pasaría si la gente no tuvieramos
TV en casa y fueramos siempre al bar o a la biblioteca o a
una habitación pública a mirar la TV?
¿Creeis que el mensaje sería el mismo?
¿Cómo reaccionaríamos ante un anuncio o
una película si pudieramos charlar y comentar con una
comunidad?Autor:
Rosa Vera García
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