De la pobreza a competitividad territorial: andahuaylas-chincheros (Perú) (página 4)
Otra buena práctica en este proceso es la participación de los capacitadores (Potencial Expertos Locales, los Expertos Locales y los promotores de la OMPE) que son de procedencia local, porque al ser iguales que los demás productores, estos también se han identificado más con esos técnicos y con los mensajes que traen.
Con los procesos de evaluación y sistematización se puede consolidar y difundir los buenos resultados y las prácticas en otras comunidades campesinas, distritos, provincias y regiones.
Ahora ya se conoce con mayor precisión el perfil institucional de una organización competitiva, porque se han definido los roles principales de cada institución participante, en particular el rol de la municipalidad en la promoción y monitoreo de oportunidades empresariales; se ha establecido los criterios de calidad y el conjunto de instrumentos de referencia.
Conclusiones y recomendaciones
En estas cadenas de quinua y kiwicha se están fortaleciendo las organizaciones productivas, están adquiriendo nuevos conocimientos técnicos y gerenciales en todo el ciclo productivo, lo cual les permitirá en el futuro actuar de forma autónoma. En la actualidad, hay 17 asociaciones de productores de quinua y kiwicha que tienen capacidades técnicas validadas, esas asociaciones de productores ya firmaron acuerdos con oferentes de asistencia técnica.
Un número creciente de productores y productoras (alrededor de 1,200) están multiplicando las prácticas validadas para mejorar la productividad, la calidad y han destacado las oportunidades de sus rubros priorizados. Esos resultados son insumos muy considerables que se derivan de la capacitación y asistencia técnica realizada por los consultores contratados por el proyecto y por los expertos locales y promotores de las OMPE.
Los productores han visto mejoría en el acceso a la compra de insumos de calidad para la producción agrícola; proceso que es favorecido por las municipalidades a través de Fondos Semilla. Todos los insumos y servicios, salvo la asistencia técnica, son realizados contra pago, sea directamente por las OMPE, o por canalización de servicios de proveedores privados e institucionales.
Según la evaluación externa -la cual compartimos-, para mejorar estas intervenciones, se dieron las siguientes recomendaciones:
Dar atención focalizada para consolidar las organizaciones más prometedoras durante la fase última de implementación, como una manera de asegurar un marco de referencia para la multiplicación futura de los resultados; pero también se debe profundizar y extender la capacitación las estrategias y métodos para mejorar la calidad de la producción, las organizaciones y sus vinculaciones con los gobiernos locales.
Fomentar las alianzas entre instituciones para realizar economías de escala entre organizaciones de la misma cadena en el acceso a los mercados de insumos, asistencia técnica y demás servicios.
Capacitar a los alcaldes y regidores que han salido elegidos en el último acto electoral para que valoren la importancia de las OMPE, las sigan institucionalizando, para que incorporen las cadenas productivas en los planes de desarrollo económico local y en los presupuestos participativos.
CAPITULO III:
Las cadenas productiva de la tara
En este acápite se sistematizan las experiencias que han vivido los agricultores que cultivan "tara" con la participación de otras instituciones, como es el caso de los gobiernos municipales, PROCEDO, ADEA, etc. Los buenos resultados, las prácticas así como las limitaciones y lecciones aprendidas que han sido recogidos y analizados en esta sistematización deben servir para definir, de manera participativa, los lineamientos para el fortalecimiento de la cadena productiva de la "tara" en términos de tecnologías productivas, de post cosecha y de valor añadido (clasificación, transformación, acondicionamiento) para institucionalizar elementos básicos en la práctica de las asociaciones de productores.
La tara es una especie (Caesalpinea spinosa) de la familia "Leguminoseae", la parte empleada como fruto son las semillas. Es una planta originaria del Perú utilizada desde la época pre-hispánica en la medicina folklórica o popular y, en los años recientes, como materia prima en el mercado mundial de hidrocoloides alimenticios (www.taninos.tripod.com).
Se distribuye en diversas zonas áridas, en Venezuela, Colombia,
Ecuador, Perú, Bolivia hasta el norte de Chile. En el Perú se
distribuye en casi toda la costa, desde Piura hasta Tacna, y en algunos departamentos
de la sierra. De acuerdo al Mapa Forestal del Perú, la tara se encuentra
ocupando el estrato del Matorral arbustivo.
La tara posee un inmenso potencial médico, alimenticio e industrial, siendo de gran utilidad para la producción de hidrocoloides o gomas, taninos y ácido gálico, entre otros.
Industrialmente se integra como parte de los medicamentos gastroenterológicos, para curar úlceras, cicatrizantes, por sus efectos astringentes, antinflamatorios, antisépticos, antidiarréicos, antimicóticos, antibacterianos, antiescorbúticos, odontálgicos y antidisentéricos, siendo más utilizados aquellos que producen constricción y sequedad. Es utilizada, muy frecuentemente en la medicina tradicional para aliviar malestares de la garganta; sinusitis; infecciones vaginales y micóticas; lavado de los ojos inflamados; heridas crónicas y el diente cariado; dolor de estómago; diarreas; cólera; reumatismo y resfriado; depurativo del colesterol.
El mercado actual para la tara que se produce en Chincheros es logrado con la participación de las siguientes empresas exportadoras: ARGOS EXPORT y AGRIFOOD que compran toda la tara que se produzca y la venden al mercado de Japón y Corea.
Modelo de capacitación para que los pequeños agricultores de TARA sean competitivos
En la presente sistematización continuamos con la explicación y el análisis del recorrido de la construcción de las cadenas productivas, como instrumento para lograr que los agricultores de la localidad sean competitivos, se ha elaborado la siguiente hoja de ruta (Diagrama 1) que nos servirá para sistematizar las experiencias que van realizando las asociaciones de productores de TARA, las municipalidades, PRODECO y otras instituciones importantes como ADEA.
En esa hoja de ruta, se parte por el objetivo de que los agricultores pasen a ser competitivos, para lo cual deben mejorar sus tecnologías productivas y producir en mayor cantidad y calidad. Luego, deben aspirar a ser transformadores de una parte de la producción y obtener mayor capacidad de negociación. Para que todo ello ocurra, deben participar en el denominado "triángulo interinstitucional", donde concertarán integralmente con las instituciones locales.
La capacitación y las acciones planificadas en esa concertación interinstitucional deben provocar un cambio en la mentalidad de los campesinos, para que se constituyan en empresas formalizadas. Los impactos de esa capacitación, de la concertación y la organización de los productores en cadenas productivas harán que los productores tengan una mayor capacidad de negociación y que se ubiquen mejor en el mercado. Al final de este ciclo, los productores tendrán mayores ingresos, mayor capacidad financiera y, por lo tanto, iniciarán un proceso de acumulación de capitales económicos y sociales para alcanzar el gran objetivo del desarrollo humano, con calidad de vida, inclusión y bienestar familiar.
Diagrama 1: Plan de sinergia interinstitucional en la plataforma: cadenas de valor
Importancia económica del cultivo de la tara
La tara en sus orígenes más inmediatos en las comunidades de Apurímac era silvestre, ahora con la intervención del Proyecto recién se ha empezado a cultivarla. La tara es utilizada, como se ha observado anteriormente, para muchos fines. En el Perú, en cuanto a la producción de la tara, el primer puesto lo tiene Cajamarca, luego le sigue Lambayeque, Ayacucho y Apurímac, que son departamentos que abastecen más con tara a nivel nacional. El volumen producido en el Perú y que es destinado al mercado internacional es de 23,000 TM. Este producto sobre todo es adquirido en Italia, Brasil y Argentina. La demanda es de 138,000 TM y no hay país que pueda abastecer esa cantidad. Los comerciantes exportadores dicen "Yo quiero el producto en la puerta de la empresa". Los precios en los últimos años se están incrementando de S/.
1.50 el kilogramo que valía en el 2005 ha subido a S/. 2.20 en el 2006.
Hay empresarios que están comprando tierras en Cajamarca para cultivar tara con riego. Se cosecha a partir del 3 año de la siembra. Produce a partir de los 0 hasta los 1,800 metros snm; pero donde hay condiciones puede llegar a cultivarse hasta en los 3,500 snm. Esta planta se adecúa principalmente a las condiciones climáticas de la sierra, no exige mucho suelo ni mucha humedad.
En el programa del gobierno nacional actual denominado "Sierra Exportadora" la tara es uno de los productos de bandera. Mediante este programa el gobierno ha prometido dar crédito, está incentivando a grupos organizados como las asociaciones en Chincheros para darles apoyo mediante los proyectos de PRONAMACHSC, como también a través de las municipalidades para que puedan seguir incrementando el área de cultivos de tara.
En un futuro inmediato los pequeños agricultores, como los de estas comunidades, podrán convertirse fácilmente en microempresarios porque pueden sembrar tara dentro de las chacras sin que compita con los demás cultivos y porque es un árbol que no es dañino y se puede instalar incluso solamente en los cercos de las parcelas. Sin embargo, como todo árbol, la tara necesita de agua y fertilizantes, aspecto que se logra cuando siembran otros cultivos; como por ejemplo, cuando se cultiva maíz, al regarlo y abonarlo en forma indirecta se está beneficiando también a la tara. Este cultivo produce hasta 80 kilos por planta; sin embargo, si no tiene el manejo necesario su producción será menor.
Objetivos y metas del Proyecto
El objetivo del Proyecto es que mediante el cultivo de la tara se incrementen los ingresos de las unidades económicas familiares. Así como con la participación de los agricultores en las asociaciones y en las cadenas productivas se fortalezcan sus capacidades para mejorar la producción y comercialización. Proceso que se logra a través de la capacitación de los Potenciales Expertos Locales (PEL), los "Expertos Locales", los Consultores y los Promotores de la Oficina Municipal de Promoción Empresarial ( OMPE) .
La estrategia de intervención es lograr que se consolide esta propuesta en las OMPE organizadas en los gobiernos locales, así como institucionalizar el Proyecto dentro de la estructura orgánica de estos municipios. Como meta es lograr que en la gestión política, así como en los planes de desarrollo económico local de los gobiernos municipales se consideren a las OMPE como un órgano de línea formalizado y que sean parte del presupuesto de estos gobiernos locales, proceso en el cual se consoliden las cadenas productivas en las políticas municipales. El ámbito de intervención para la organización de esta cadena productiva de la tara es la provincia de Chincheros en ocho distritos.
Ámbito de intervención de las cadenas productivas de la tara en la provincia de Chincheros
2.2 Situación tradicional, problemas y cambios en el proceso y en la calidad de la producción
Antes de la intervención del Proyecto, la tara era una planta silvestre, conformaba un bosque natural, denominado por los campesinos como "el bosque de las cabras". La propiedad de esos bosques era comunal (300 Has. entre Andahuaylas y Chincheros) y también en las parcelas a nivel familiar (20% a nivel familiar y 80% a nivel comunal). La explotación de los frutos de la tara era individual y mediante la recolección – incluso se cortaban las ramas para la cosecha, práctica negativa con lo cual disminuían el potencial de la producción futura-, la que era vendida a los pequeños comerciantes acopiadores que vienen de fuera. No había manejo del bosque.
Posteriormente, con la intervención del Proyecto, se lograron importantes cambios, no solamente en los sistemas de producción, sino también en el liderazgo social de la localidad, en las formas de organización y en la capacidad de negociación de los productos. A continuación se observan cómo se lograron esos cambios.
2.2.1 Sistema de producción tradicional y recursos productivos de los productores
Los agricultores se caracterizan por ser productores muy pobres, pues tienen en promedio 0.5 hás por familia ( que representan el 78% de la muestra en el distrito de Huaccana-Chincheros) y el máximo tiene 2 hás (Gáfico 1). Las tierras con riego son parcelas extremadamente pequeñas (menos de 500 m2 por familia) y las tierras destinadas a las cadenas productivas llegan en promedio a 4,000 M2. y como máximo a 0.5 hás por familia. Lo cual indica que los productores conducen parcelas mínimas que no permiten un ingreso como para sostener a su familia y practican una tecnología baja o tradicional. Todos los agricultores siembran maíz, que es su principal cultivo y además cultivan papa, entre otros de menor significación.
Gráfico 1:
Tenencia de tierras por familias: Cadena productiva de Tara.Distrito Huaccana-Chincheros
Hectáreas por familia
Fuente: Encuesta para la sistematización a familias de la cadena productiva de la tara del distrito Huaccana-Chincheros (28 de noviembre de 2006)
Los productores de las comunidades y distritos del ámbito que producen tara tienen una agricultura predominantemente de autoconsumo, con pequeñas extensiones de producción que destinan a la venta.
En cuanto a la propiedad de ganado, particularmente, ganado vacuno, es muy desigual entre las familias (gráfico 2). El promedio de tenencia por familia es de 6 cabezas de ganado. Pero, la mayoría no tiene ganado, entre tanto un sector minoritario (el 25%) tiene entre 10 y hasta 18 cabezas de ganado por familia, los cuales con esos activos estarían en un estrato social alto.
Gráfico 2:
Tenencia de ganado vacuno por familia: Distrito Huaccana-Chincheros
Fuente: Encuesta para la sistematización a familias de la cadena productiva de la tara del distrito Huaccana-Chincheros (28 de noviembre de 2006).
2 Problemas y alternativas
En el ámbito del Proyecto, la población vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, que se evidencia en la desnutrición infantil, mujeres embarazadas sin acceso a buena alimentación y servicios de salud, bajo rendimiento escolar; esto se agrava aún más por el deficiente acceso de la población a los servicios básicos (agua, desagüe, electricidad, salud, etc.).
La baja disponibilidad de alimentos para lograr una seguridad alimentaria con recursos productivos locales, solamente es posible si se logra nuevas alternativas productivas para mejorar la oferta de alimentos de origen vegetal de alto contenido proteico y de origen animal, al mismo tiempo que se debe establecer cultivos para el mercado (dirigido a mejorar los ingresos económicos de las familias), pero que tengan las siguientes virtudes: que los precios sean mayores que los productos que actualmente cultivan, que el mercado sea seguro, que los costos sean bajos y que cuenten con formas de organización empresariales para lograr una producción más competitiva. En síntesis, más allá de la producción agrícola los problemas son:
Acceso inequitativo al mercado.
Debilidad institucional (de las comunidades, las formas de organización de las familias y del gobierno local que siguen la ruta tradicional de hacer "obras" y no combinarlas con planes de desarrollo económico para la localidad).
Marginación social, falta de capacitación para mejorar la producción y lograr una mejor ubicación en el mercado.
Baja calidad en la educación en el medio rural que no logra capacitar para formar líderes sociales para el desarrollo local y para que promuevan la autoestima local (ver siguiente diagrama sobre las alternativas para lograr actores sociales para el desarrollo social, como constructores de sinergias institucionales).
Desconocimiento de derechos ciudadanos.
A ello se añade que muchos de los productos de los campesinos locales, producen cultivos que tienen alta competencia en otras zonas del país, por lo cual se hace necesario que se opte por cultivos que sean muy originales, que tengan un mercado con demandas mucho mayores y con precios también mayores en comparación a los productos tradicionales que se cultivan en la localidad.
Como alternativa se propone, en primer lugar -antes que la programación recambios en la producción- que se logre el fortalecimiento de actores sociales como constructores de sinergias institucionales (Diagrama 2), lo cual es fundamental para construir asociaciones, cadenas productivas y organismos dentro de la estructura de los gobiernos municipales y empoderar a los productores para lograr el fortalecimiento de sus capacidades de negociación.
En segundo lugar, que se rescate los recursos locales que tienen ventajas comparativas y hacer que sean competitivos, mejorando la producción, la productividad y la calidad de esos productos, así como asociándose entre los productores e institucionalizando estas organizaciones en los gobiernos locales. Este el caso de la tara, que es un producto muy original, tiene altos precios y demanda en el mercado internacional, y tiene la virtud que no compite o remplaza con otros productos que integran los sistemas de cultivos de los agricultores locales.
En tercer lugar, que se asocien en cadenas productivas, pero no solamente para vender sus productos a mejores precios, sino también que amplíen su visión del futuro, que actúen con equidad, concertadamente y con inclusión de los grupos sociales diversos y, en especial, que participen hombres y mujeres.
Diagrama 2:
Fuente: Elaboración propia.
Cambios efectuados en el proceso de producción y en la organización comunal
Antes de la intervención del Proyecto, no se cultivaba la tara, solamente se explotaba sin un manejo adecuado del bosque de tara. Como explicó un líder de esa cadena productiva:
"Antes la tara no se cultivaba, los bosques silvestres no se manejaban y tampoco no pensábamos hacerlo nunca, es que no sembraban, con la intervención del proyecto y la voluntad de nosotros estamos tratando de sensibilizar a las demás familias de las comunidades para manejar el bosque y sembrar tara en nuestras parcelas".
Sin embargo, recuerdan que antes, cuando habían otros líderes comunales y en tiempos en que se escuchaba a los ancianos, uno de los entrevistados manifestó lo siguiente: "Antiguamente teníamos acuerdos para no talar el bosque para la cosecha de tara, pero sí lo hacían los que venían de otros lugares. Antes se prohibía talar ya que años anteriores, con el aumento de la compra de tara en el mercado, se había iniciado la tala. Pero cuando vino el Proyecto nos explicaron que ese sistema de tala era negativo, porque los árboles de tara podrían desaparecer o bajaban la producción. En cambio ahora – y lo dice con mucho orgullo- dos comunidades campesinas del distrito ya tienen 37 hectáreas cultivadas con tara, eso es un fruto de la idea de la importancia de la tara que se ha difundido entre los demás hermanos comuneros".
"Bueno, ahora con estas cadenas productivas -continua el relato de representantes de un grupo de entrevistados en Huccana-, con la implementación del Proyecto, hemos logrado sensibilizar y construir una asociación, en donde estamos comprometidos en la asociación de productores de tara y hemos iniciado el manejo del cultivo de la tara, aunque no todas las familias han participado al mismo tiempo, unos aprenden más pronto que otros, unos fracasan y otros triunfan hasta que todos nos ponemos de acuerdo y empezar a triunfar todos. Primero se maneja un sector del bosque de unas 3 ó 4 hectáreas. Allí no más participa la comunidad para hacer un limpieza, poda y abonamiento con estiércol natural (preferentemente de cabra o mediante el uso de compost) de esa parte del bosque, pero hay otras comunidades que antes no habían tomado interés, pero con el trabajo que nosotros hacemos como demostrativo se han dado cuenta que ahora el bosque produce más tara y vendemos a mejor precio".
Frente a la incursión de gente que viene de fuera de la comunidad para explotar el bosque, ahora se han organizado los productores locales para cuidar el bosque y los cultivos de tara.
El bosque es de propiedad comunal. Como antiguamente la comunidad no valoraba estos árboles, la mayor parte se ha talado para usarlos como leña y algunos lo han destruido, pero algunos campesinos también han reservado el bosque como recurso natural y lo han reconstruido. Actualmente que ya se observa la importancia comercial que tienen estos árboles, se ha repartido el bosque entre las familias que conforman las comunidades para conservar y manejar el bosque de tara con nuevas tecnologías.
Sin embargo, esta distribución no es igual para todos, algunos tienen poco y otros tienen más áreas cultivada con tara. Se ha dado 5 años de plazo para que cada familia siembre y cultive la parte del bosque que le ha sido entregado por la comunidad.
Por otro lado, se ha formado una Asociación de Productores de Tara para que cada agricultor se organice como empresa y ahora vende -mediante convenios- en Lima a empresarios exportadores. En el aspecto de la comercialización, la asociación de agricultores tiene el riesgo de que los asociados no lleven la producción de tara al centro de acopio, debido a que varios intermediarios tradicionales, mediante malos comentarios y regalos, tratan de quebrar a las cadenas productivas, provocándoles así para que los productores les vendan a los acopiadores y no a la asociación. Pero, con la orientación de los dirigentes (líderes locales) y con el afán de que los campesinos confíen en sus propias fuerzas basadas en sus organizaciones, convencen a los demás campesinos para que vendan a sus asociaciones y, por lo tanto, fortalezcan sus cadenas productivas y se conviertan en cadenas de valor.
Los mecanismos que utilizan los líderes sociales para fortalecer las asociaciones de productores y las cadenas productivas son los siguientes:
Mediante los Expertos Locales y los Potenciales Expertos Locales (que también son productores de la localidad) y los Consultores difunden nuevas tecnologías y dan orientación técnica a los agricultores de la comunidad para que cumplan con el manejo forestal del bosque de tara, de esa manera, los agricultores mejoran la producción y la productividad, así como también pueden cumplir con el volumen y la calidad de la producción anual acordada.
Estos líderes sociales, para mejorar la productividad de la tara, hicieron propuestas de reforestación a nivel de la comunidad y a nivel intercomunal en todo el distrito, de esa forma replican no solamente la tecnología, sino también las formas de organización que les dan mayor autonomía y desarrollan la autoestima local.
Incluso estos líderes locales tienden "puentes" para resolver los conflictos que tienen entre las comunidades debido a los límites territoriales de los bosques de tara, pero, al darse cuenta de participar en un nuevo proyecto, recién han empezado a aglutinarse, a unirse para que los agricultores de diversas comunidades se beneficien mutuamente, entonces, ahora esos conflictos son menores.
La confianza con las asociaciones y los nuevos sistemas de comercialización
Con visión de un futuro común para las comunidades, el mensaje de las asociaciones y las cadenas productivas unen más a los productores, los hacen depender menos de los comerciantes intermediarios y baja la intensidad de los conflictos.
Los agricultores (los que aparecen en la parte central del Diagrama 3) se están dando cuenta que seguir explotando el bosque y vendiendo individual o aisladamente a los comerciantes tradicionales, permite que los precios de sus productos sean menores y hasta sean engañados por el peso. En cambio, ahora, con las experiencias positivas que vienen teniendo los agricultores en la comercialización de manera asociada (por ejemplo, los agricultores que aparecen en forma asociada en la parte izquierda del Diagrama 3), tienen un criterio básico para fortalecer aquel mensaje del futuro común.
Como al respecto expresó uno de los entrevistados, "la gente ha visto que el resultado en cuanto a la comercialización es muy positivo para nosotros y también ellos están enterados que el mercado de la tara tiene una demanda en el tiempo de no menos de 40 años, ellos están concientizados y saben como pueden trabajar, el conocimiento nos ha dado mayor fuerza para unirnos".
Con la planificación en la asamblea comunal (se reúnen entre 150 y 180 campesinos por comunidad), con la participación de los productores, los Expertos Locales y los Consultores, al programarse la cantidad de tierras o la cosecha que debe efectuarse en cada año, así como también al tenerse seguro el mercado y los precios, se logra fortalecer la confianza entre los socios para acopiar asociadamente y dejar de lado a los comerciantes tradicionales.
Diagrama 3:
No obstante, este producto depende también de las variaciones climáticas. Si hay poca lluvia hay poca cantidad de producción, si las lluvias son abundantes sube la producción; por lo tanto, este factor climático es un limitante que debe considerarse en las planificaciones comunales.
Con la nueva institucionalidad local, que se ha fortalecido como capital social relacional (entre los mismos productores asociados) y vinculante (entre las asociaciones de productores, los gobiernos locales y las empresas exportadoras), ahora los productores que venden y las empresas que compran, es decir ambas partes, respetan los precios y la cantidad tratada antes de la producción. Por ejemplo, "los secretarios de los comités de productores en las comunidades -explica un productor entrevistado- nos piden todo lo que se produce en este lugar y acordamos una cantidad, toda esa producción es comprada por las empresas de Lima a los precios también acordados al inicio de la campaña agrícola".
En este último año, los productores han respetado la oferta de acuerdo a las cantidades acordadas (a excepción de 3 ó 4 agricultores de un total de 150 que no han respetado el acuerdo), ya no han escuchado a los comerciantes tradicionales que vienen a dar regalos para que les vendan a ellos.
Las explicaciones más importantes que los agricultores dan sobre las ventajas y desventajas de estas cadenas productivas son las siguientes:
Las ventajas son: Primero, se han organizado para producir, capacitarse y vender. En segundo lugar, se logran obtener créditos mediante esas asociaciones. En tercer lugar, antes vendían a los comerciante locales entre a 12 ó 13 soles la arroba de tara; en cambio ahora, con el Proyecto venden a 21 soles la arroba y los ingresos por productor se han incrementado de un promedio por productor de S/. 50.00 antes del proyecto a S/. 326.70 (es decir, el incremento fue del 163.3%. Gráfico 3).
Entre las desventajas de las cadenas productivas, que es un cuello de botella se tiene lo siguiente: Que la selección de la producción no se adecúa aún a los criterios de calidad que exigen las empresas exportadoras. Esa desventaja se ha empezado a suplir mediante la participación de un experto nacional (ingeniero forestal) y la participación en los concursos para mejorar este cultivo y el manejo de los bosques de tara.
Gráfico 3:
Inicios y procesos de las cadenas productivas: de la producción tradicional a la competitividad empresarial
A continuación se expone las experiencias que tuvieron los productores y los líderes sociales en la construcción de la cadena productiva y su paso hacia cadenas de valor de la tara.
Los actores de la cadena productiva
La primera actividad para la formación de cadenas productivas en la producción de la tara fue identificar las potencialidades que tenía ese producto en el mercado. Luego para resolver el problema de la tecnología, para aumentar la producción y mejorar la calidad en la cadena productiva -que es uno de los eslabones importantes para lograr que los productos con ventajas productivas sean competitivos- se revisó si en el ámbito local habían técnicos de mando medio o agricultores capacitados en el tema; pero no se logró encontrar esos especialistas. Entonces, la estrategia fue buscar expertos y un consultor que sean especialistas en el tema, pero tampoco se encontró en el ámbito local.
Por lo cual se hizo una convocatoria a nivel nacional, allí sí se logró encontrar un especialista en árboles frutales y forestales, el que fue contratado para capacitar a todos los agricultores que estaban trabajando con tara. Iniciándose esa capacitación con los Potenciales Expertos Locales (PEL) que se habían identificado en cada zona, a su vez estos PEL hicieron la réplica entre los demás productores que estaban integrando las cadenas productivas. En suma, este fue el proceso inicial del funcionamiento de la cadena, primero se identificó el mercado y luego se identificaron cuatro actores: los asesores nacionales, los PEL, los productores y los promotores de las OMPE que integraban las cadenas productivas.
Proceso de capacitación, eslabones débiles de la cadena, el uso del capital institucional y la identidad como soluciones
El proceso de capacitación se inició con métodos tradicionales, mediante la transferencia de conocimientos a nivel teórico, pero eso cansó a los productores. En una segunda etapa se pasó hacia una capacitación práctica y luego se hizo una capacitación de "campesino a campesino" (Diagrama 4); es decir, sobre la base de recoger las mejores prácticas de aquellos productores que mejor manejaban el bosque y mejor hacían uso de las innovaciones tecnológicas, se pasó a la difusión de esos conocimientos a otros campesinos y comunidades.
En esa segunda fase de la capacitación se utilizaron procedimientos metodológicos con el enfoque de la interculturalidad y de género, pues se provocó encuentros amistosos y de gran impacto afectivo entre los consultores externos -que venían a las comunidades con otras ideas y propuestas tecnológicas para manejar la tara – y los productores locales que eran los líderes del cambio tecnológico.
En relación a la capacitación se tiene un promedio de 20 a 30 productores de capacitados en cada lugar, pero eso es relativo porque a veces se tiene la presencia de 60 a 100 personas. En relación al número de mujeres y varones que participan se puede indicar que la participación de los varones fue un tanto mayor (entre 60 a 70 %) que de las mujeres.
En la cadena de la tara se tiene un consultor externo para acompañar y participar en esos procesos de capacitación directa y presencial en el mismo campo donde se cultiva la tara. El tema principal de esa capacitación es sobre el manejo forestal de tara. En ese manejo se ha considerado primero el manejo de las plantaciones, la poda, el abonamiento y riego; en segundo lugar, se ha tratado también sobre la propagación de viveros para la multiplicación de la tara en dos formas: uno a nivel de bolsas y otro en siembra directa. En la metodología de capacitación se han incluido temas sociales como el de las alianzas institucionales y cómo lograban esas alianzas.
Esas alianzas institucionales eran necesarias no solamente para la capacitación (la necesidad de entrar en el "triángulo" de la concertación interinstitucional), sino también para la viabilidad del proyecto, por un lado, había que hacer alianzas con las instituciones del Estado porque la tara es un recurso natural que está protegido por las leyes peruanas y dentro de ellas el INRENA cumple un papel importante, pues, en la parte normativa de esta institución exige que se tenga un plan de manejo forestal, pero en estas comunidades no se contaba con ese plan.
Por otro lado, en la capacitación también se afirmaron nuevos conocimientos para lograr una mayor capacidad de negociación de los productores en los mercados, una mejor ubicación en los corredores económicos y estrategias para proveerse de los insumos necesarios para la producción. Particularmente, en la comercialización tuvo que fortalecerse primero la organización de los productores. En suma, el objetivo central de la capacitación desde una primera fase fue fortalecer las capacidades de los agricultores y los líderes locales (PEL, expertos, dirigentes, etc.) y su institucionalización en los gobiernos locales (las OMPE).
Diagrama 4:
Fuente: Barrio de Mendoza, P. 2006. Las campañas agrícolas sus actores y metodología de planificación. Campaña 2006 / 2007. PRODECO. Andahuaylas.
Uno de los eslabones débiles de la cadena fue la interferencia de los acopiadores tradicionales que tienen mucha influencia tanto cultural como económica sobre los agricultores. Esos acopiadores, sabedores de la necesidad económica que tienen los agricultores, tratan de pagar por adelantado por los productos. Eso fue un freno que no dejó que las organizaciones puedan desarrollarse mas rápidamente y, por lo tanto, los agricultores no lograsen incursionar con mayor soltura en las cadenas productivas con una mentalidad empresarial, a pesar de que en la capacitación se trataban estos temas. La concertación con los gobiernos locales y nacionales (como INRENA) y otras instituciones privadas (como ADEA) fue una de las estrategias más importantes para resolver aquellos problemas. La programación de diversos eventos y la propia capacitación para mejorar la producción que empezó a brindarse en alianzas entre las asociaciones de los productores y el gobierno municipal, hizo posible que se logren vencer las interferencias negativas de los acopiadores tradicionales.
Otra acción importante de la capacitación no solamente fue la difusión de nuevos conocimientos, sino también el reforzamiento de la autoestima de los productores locales. Un elemento importante de ese proceso fue que la población se reconociese como productora de tara y como un producto con identidad regional en Apurímac.
Esa acción era necesaria debido a que INRENA indicaba, por ejemplo, que en el mapa de producción nacional la tara no era reconocida como una planta que se producía en Apurímac y no obstante que se tienen muchos bosques de tara en esta región, lo que sucedía es que la producción cosechada en esta región era llevada a Ayacucho, región que sí aparece en el mapa de producción nacional de tara. Esa situación hizo reflexionar tanto a los productores como a los propios técnicos locales para plantearse, como otro tema de la capacitación, primero la necesidad de afirmarse como productores de tara y hacerse reconocer formalmente ante las instituciones públicas y privadas como agricultores especializados en esta producción.
Otra actividad en la capacitación para caminar positivamente hacia las cadenas de valor fue la organización de los agricultores con una mentalidad empresarial para lograr que la organización comience a vender directamente al mercado de Lima y tenga mayores ingresos. Ese proceso se inició con la explicación a los agricultores que tenían que cumplir con una serie de normas en sus propias organizaciones, por ejemplo, primero que tuviesen libros de actas de las sesiones, que se registren en la SUNAT, que saquen boletas de la SUNAT, etc.
Esos requisitos no solamente eran necesarios para relacionarse empresarialmente con el mercado, sino que también fueron medios para obtener el plan de manejo forestal como exige INRENA, para que solamente así se pueda explotar el bosque de tara. Con esa formalización empresarial, la policía forestal pudo prohibir a los acopiadores tradicionales -que no tenían esos medios formales- para que no comercialicen la tara, porque al no tener esos documentos no podían llevar tara al mercado. Después los acopiadores también tuvieron que formalizarse.
La asociación, mediante esos procedimientos formales, al vender directamente al empresario tuvo mayores recursos económicos, disfrutando así de los resultados positivos de la formalización empresarial basada en sus propias organizaciones. Estos pasos fueron muy importantes para lograr vender más productos y a mayores precios, lo cual fue un inicio importante para una acumulación económica y social que beneficien a los agricultores locales. Como explica uno de los expertos de PRODECO "los productores con mayor dinero en la mano, producto del trabajo que habían desarrollado y con precios más justos, recién han tomado conciencia de que debían organizarse, desde ese momento incluso varios agricultores que antes eran acopiadores y recolectores ahora son parte de esta asociación, al igual que los demás agricultores" (Entrevista el 2 de diciembre del 2006 a Dersi Zeballos, consultor de PRODECO).
Institucionalización y roles de la OMPE en las cadenas productivas
Para lograr el cumplimiento de uno de los objetivos del proyecto, que es generar ingresos a través de la promoción del desarrollo competitivo en la producción agropecuaria, un importante medio fue la creación de oficinas denominadas OMPE en los gobiernos municipales para que promocionen el surgimiento y fortalecimiento de las asociaciones y las pequeñas empresas. Por esas razones, es que esas OMPE deban institucionalizarse dentro de cada municipalidad para que apoyen las acciones programadas de acuerdo a los objetivos del proyecto.
El compromiso del convenio entre las municipalidades y el Proyecto es que, a partir del 2005, las municipalidades ya debían asumir, por ejemplo, el pago total de los promotores. En estos momentos todos los promotores son pagados totalmente por las municipalidades, pero hay un detalle interesante, que estos promotores fueron nombrados después de concursos de mérito, por lo tanto, no es personal de confianza del alcalde, lo cual le da una base firme para la estabilidad de los promotores como capacitadores de los productores asociados en las cadenas productivas.
En la cadena de la tara, el trabajo del Proyecto ha sido a través de las OMPE, institución que es parte del gobierno local. La OMPE está encargada también de hacer las convocatorias a los productores, de sensibilizarlos en el campo sobre la importancia de la producción y acopio de la tara. La OMPE, tomando como base los proyectos de siembra, se contactan con los empresarios en los mercados, a ellos les informan sobre la planificación que se hace sobre la producción de la tara.
Los productores reconocen la importancia de la OMPE para las cadenas productivas porque cumple los siguientes roles operativos, según la manifestación de los agricultores: "participamos en la venta de la tara y logramos un mejor precio", "es una institución que nos da apoyo para mejorar la tara y otros productos", "porque se llega a vender más y hay mejoramiento de la tara", "proporciona semillas", "programa la limpieza de los cultivos de tara", "por todo eso ha mejorado para la producción de la tara", "nos enseña a podar, el mejoramiento y nos enseña a vender nuestro producto de la tara".
Evolución de la producción 2004-2007
Cómo un impacto positivo de los cambios en la tecnología para la producción de mayor cantidad de tara, así como para el fortalecimiento de las instituciones y la capacitación, se está incrementado la producción de tara. Se espera incluso, en los eventos de planificación para la campaña del año 2007, que la producción sea aún mayor, como se puede observar en el siguiente gráfico (4):
Gráfico 4:
Producción agrícola actual y proyectada: Tara
Fuente: Elaborado a base de información de Barrio de Mendoza, P (consultor). 2006. Las campañas agrícolas sus actores y metodología de planificación. Campaña 2006 / 2007. PRODECO. Andahuaylas.
Los acopiadores, la asociación y el incremento de los precios
No obstante que la asociación ya tuvo un espacio ganado entre los productores, sin embargo, los acopiadores tradicionales han pugnado intensamente para no dejarse derrotar por la asociación. Pero hubo dos factores -además del fortalecimiento del capital social- que han logrado convencer a la mayoría de productores para llevar su producción a la asociación y no a los acopiadores tradicionales.
El primer factor fue que la demanda de tara, por parte de la empresa comercializadora de Lima, se incrementó, incluso esta fue mucho mayor que la oferta (100 TM pedía la empresa comercializadora, pero los agricultores solamente podían abastecer con 8 TM). El segundo factor para ese convencimiento fue que los precios pagados por los comerciantes de Lima fueron mayores que los ofrecidos por los acopiadores tradicionales, los cuales en el año 2005 pagaron entre 0.60 y 0.90 centavos de sol por kilogramo, en tanto que la empresa de Lima pagó entre 1.57 y 1.58 soles por Kg y el pago fue al contado. En el año 2006, el precio de la tara subió a S/. 2.20 el Kg. Además, los acopiadores acostumbran a realizar su propia selección de la producción que compran, lo cual es un mecanismo y hasta pretexto para que bajen aún más los precios de la tara.
2.4. Características de una cadena productiva institucionalizada
Según los propios productores, los Expertos Locales y los promotores de las OMPE, las fortalezas que existen en torno a los nuevos sistemas de producción de la tara se debe, en principio, a la asociación de productores, la que se fortalece cuando se ha formalizado e institucionalizado. Por ejemplo, la asociación del distrito de Huaccana, se ha formalizado de tal manera que los documentos ya están en regla. Ello implica que está inscrita en los Registros Públicos, tiene guía de reemisión RUC y tiene empadronados un total de 218 socios.
Otro factor de esa institucionalización es la participación de los socios en las reuniones bajo la convocatoria de los miembros dirigentes. El promotor de la OMPE debe participar dinámicamente en la cadena productiva. La comercialización debe tener -como en caso de la tara- un mercado seguro, con precios actualizados, el pago debe ser en lo posible al contado y debe existir seguridad y confianza en la entrega y el pago correspondiente.
Asimismo, se debe contar con el Potencial de Expertos Locales en la cadena para que apoyen en la parte técnica, en las programaciones de los procesos productivos y en la comercialización.
La asociación debe contar con un área de tierras para instalar viveros, pero también debe programarse las actividades para el manejo forestal, la poda, el raleo, la limpieza y continuar con la certificación orgánica de los productos. Así como también la asociación debe tener acceso al fondo de semillas.
Debe haber un registro de las ventas de tara y la asociación debe manejar transparentemente esos ingresos.
Otra recomendación que se deriva de estas experiencias se explica en cuanto las juntas directivas de las asociaciones deben tener una gestión acorde con los estatutos. Debe programarse asambleas en forma regular y los aportes de los socios deben enriquecer las propuestas para mejorar la gestión empresarial de la asociación. Los socios también deben ser sensibilizados en temas de la producción, organización y comercialización; asimismo, deben participar activamente en los cursos de capacitación y deben sensibilizarse para elaborar y actuar de acuerdo a un plan de forestación.
Debe elegirse una junta directiva integrada por socios que tengan una venta importante de productos, pero también deben ser equitativos con todos los sectores de socios.
La junta directiva en coordinación con la OMPE debe convocar a los potenciales expertos locales (PEL) para que participen más en los cursos de capacitación y otros eventos, debe solicitar el apoyo de la municipalidad para que se realice los eventos, como también deben acompañar a la gestión de la junta directiva de la asociación para lograr el plan forestal. Es necesario también contar con un consultor nacional que entregue materiales o separatas especializadas en la producción de tara.
Las juntas directivas de las asociaciones deben solicitar a la OMPE para que traigan a consultores nacionales, así como también a expertos locales, los cuales a su vez deben coordinar con la OMPE y definir sus funciones.
En la asociación debe calendarizarse también las fechas de cosecha, de lo contrario, puede malograrse la calidad de los productos. Pero, también debe cuidarse la producción porque algunos comerciantes acopiadores -que tienen licencia de acopio de INRENA- pueden robar la producción, aunque esta producción aún no haya madurado, lo cual desprestigia la calidad de la tara regional.
Resultados e impactos: problemas y cambios en la producción, organización y en la comercialización
Entre los resultados más importantes se tienen los siguientes:
Mediante las cadenas productivas de tara, se ha logrado asegurar las condiciones para el desarrollo de las capacidades productivas de las Unidades Económicas Familiares, cambios que son de acuerdo a las oportunidades de mercado.
Se ha desarrollado una oferta de capacitación y asistencia técnica adaptada a la competitividad. Se avanzó en los cambios de los sistemas de producción que antes fueron muy tradicionales, como los bosques de tara que no eran manejados técnicamente; en cambio, ahora, se maneja el bosque de acuerdo a un plan forestal.
Ante la ausencia de técnicos especializados en la localidad para organizar las cadenas productivas, la estrategia del proyecto fue crear -con el apoyo de asesores externos- recursos humanos en las mismas comunidades, que sean capaces de atender las necesidades a nivel local,
Para lograr ese resultado, el Proyecto ha capacitado a técnicos locales en dos niveles: ha contratado consultores especializados que aseguran la formación de líderes productivos seleccionados de manera transparente entre los productores locales y , por otro lado, ha contratado a técnicos egresados de los centros superiores radicados en el distrito.
Estos expertos que están en formación y son denominados "Potenciales Expertos Locales" (PEL), han recibido entrenamiento teórico y práctico que les permitió graduarse después como "Expertos Locales" certificados. Ese recurso humano apoya a los productores de las cadenas en las tareas de organización, producción y acceso a mercados. La apuesta del proyecto es que estos Expertos Locales, conocidos en sus comunidades y que tienen la misma cultura y lengua que los agricultores locales, se conviertan en los líderes sociales que deben darle continuidad y sostenibilidad a las cadenas productivas cuando el Proyecto se vaya de la comunidad.
Para lograr la competitividad de los sistemas de producción, el Proyecto ha logrado las adaptaciones tecnológicas y de gestión necesarias para que los productores empiecen a responder a las exigencias del mercado en términos de cantidad, calidad y oportunidad de su oferta.
Sin embargo, las adaptaciones tecnológicas necesarias a nivel del sistema de producción varían según las familias. Son técnicas que incluyen la mejora del manejo del bosque de tara y los cultivos de tara en las parcelas de los agricultores. Ahora, usan abonos para estos cultivos, han aprendido a cosechar oportunamente y a seleccionar los frutos de los árboles de la tara.
Este enfoque de cadenas productivas ha logrado ayudar a los agricultores a que realicen innovaciones tecnológicas en la producción de tara, las cuales están relacionadas con las oportunidades de mercado y, por tanto, están relacionadas también con las adaptaciones de gestión empresarial.
El buen funcionamiento de las cadenas productivas a nivel de la coordinación entre oferta y demanda ha posibilitado que se avance hacia un sistema de comunicación entre los productores, las empresas comercializadoras y prestadores de servicios, como es el caso del transporte o los créditos.
La capacitación técnica fue impartida en la cadena productiva por los consultores y difundidas entre otros productores y comunidades por los expertos locales. Aunque los eventos formales, como reuniones o talleres de capacitación para la producción de tara fueron escasos (por ejemplo, 2 eventos en el año 2005), pero esos eventos fueron reemplazos por las visitas de campo por parte de los PEL y los "expertos locales" en las chacras de los agricultores socios de las cadenas.
Otro resultado significativo fue que el área de instalación del cultivo de la tara fue mucho mayor que los demás cultivos. Por ejemplo, en el 2006 se instalaron 1,400 Hás y el producto que le sigue fue la papa nativa con 145 Has.
Problemas y cambios en las organizaciones sociales y en los sistemas de comercialización
Para adecuarse a los mercados nacionales y, sobre todo de acuerdo a las características de la demanda, lo primero que se hizo fue relacionarse con INRENA para que informe sobre las empresas que están autorizadas para la compra de tara a nivel nacional, debido a que los compradores de tara también están registrados en INRENA.
En segundo lugar, en esa institución se recogieron referencias sobre estas empresas si realmente son confiables; sin embargo, la verificación de ese indicador es muy tediosa, porque tiene que averiguarse por parte de sus clientes de cómo se comportan esas empresas, debido a que hay empresas que se les vende la producción y pagan después de un mes o más tiempo. Pero, gracias a esa experiencia se ha logrado contactar con una empresa que paga contra entrega del producto, la cancelación es de inmediato. En ese contexto es importante también contar en la organización con un especialista en comercialización.
Los operadores de la cadena (los dirigentes de las asociaciones, los expertos locales, los promotores de la OMPE, los asesores y técnicos de PRODECO) intervienen para que se superen los cuellos de botellas en los eslabones mediante los siguientes procedimientos: a través de los sistemas de información de los sectores sobre mercados seguros y rentables; sus funciones son también la elección de la empresa compradora y el inicio de los contactos comerciales.
Los argumentos que se explican a las empresas comercializadoras son los siguientes: que se tiene un proyecto en ejecución que está facilitando el proceso de consolidación de las cadenas productivas, así como el fortalecimiento de las organizaciones de los productores, por lo cual se quiere que se haga un comercio justo con los productores de las comunidades. Se explica también que en las asociaciones de productores hay desconfianza y muchas inquietudes para pasar a este nuevo tipo de comercialización. En el caso del proyecto, los empresarios aceptaron hacer la comercialización con precios justos y despejar las preocupaciones y la desconfianza de los agricultores; pero también los comerciantes ponen sus condiciones, las cuales radican en que, los comerciantes para comprar productos de calidad no se comprometen a realizar un trabajo previo o en las chacras de los campesinos, sino que requieren que la producción de tara esté puesta con calidad en la puerta de su empresa.
Resultados e impactos: problemas y cambios en la producción, organización y comercialización
La cadena de la tara se inició cuando esta producción era en bosquetes naturales o de árboles existentes en los cercos perimétricos de las chacras, explotación que implicaba una ausencia de manejo técnico de estos bosques o de los árboles en las chacras. La tara cosechada era comercializada a intermediarios ubicados en las capitales de los distritos a precios menores a los que pagan las empresas mayoristas.
La cosecha y comercialización de la tara se realizaba de manera ilegal, sin autorización del INRENA. Considerando este diagnóstico, el Proyecto trabajó, en primer lugar, el tema de la organización de los productores y en los gobiernos locales. Iniciándose ese trabajo con la OMPE del distrito de Huaccana, donde se fundó una asociación especialmente con los recolectores de tara, quienes de manera voluntaria constituyeron la "Asociación de Productores de Tara Cuenca Pampas de Huaccana", luego elaboraron sus planes de explotación y realizaron todos los trámites hasta conseguir el permiso del INRENA. Una vez formalizada la asociación iniciaron la recolección y el acopio de la tara y la venta asociada de 13,230 kg. a la empresa ECPROSA, consiguiendo mejor precio por la producción. El compromiso de la asociación no es únicamente la recolección organizada, sino también instalar nuevas áreas de tara cultivada.
Esta misma modalidad de trabajo se está motivando en el resto de OMPE, en cuyo ámbito rural hay potencial para este cultivo. En la campaña 2005 / 2006 se tuvo una participación de 187 productores (33 mujeres + 128 varones y 26 denominados afectados por la violencia), organizados en 13 organizaciones de productores. Las principales acciones de apoyo en lo productivo estuvieron centradas en la producción de plantones de tara en viveros, así como la instalación en campo definitivo, manejo del cultivo y la comercialización.
Las asociaciones de productores han instalado viveros en diversas comunidades, en los cuales han producido 6,400 plantones de tara e instalado 2,870 plantas en campo definitivo en un área de 4.48 Ha. por vivero. Los trabajos de post cosecha, como selección y ensacado los realizaron los productores que disponen de bosquetes naturales y plantaciones instaladas en los perímetros de las chacras y en producción.
El volumen comercializado fue de 24,230 Kg., cantidad producida por las OMPE de los distritos de Huaccana y Talavera. El producto fue entregado en Lima a la empresa ECPROSA. Los precios a los que se comercializaron fueron de S/. 1.58 / Kg.
En la imagen siguiente se observa la instalación de viveros de
tara.
Cuadro 1. Cadena productiva : tara periodo: enero / junio 2006
Fuente: PRODECO. Evaluación primer semestre del 2006.
Principales productos logrados e instrumentos desarrollados durante el Proyecto
A aparte de los resultados positivos logrados en la producción, otro de los resultados más importantes se refiere a que la comercialización de la tara se está efectuando mediante las organizaciones de los propios productores. Ese es un aspecto clave, porque antes la comercialización era muy informal. Los acopiadores que tenían capital incentivaban a los productores para que les provean de estos productos, pero mayormente eran de mala calidad, incluso los cosechaban sin madurar, entonces las empresas rechazaban muchos de esos productos, con lo que se desprestigiaba la producción local.
En cambio, ahora los productores han logrado organizarse, mejoran la calidad y aumentan la cantidad cosechada, así como también se han formalizado empresarialmente, con todos los documento que demanda la formalidad legal. Con esa nueva gestión ahora los agricultores tienen mayores ingresos, como expuso uno de los líderes lo siguiente:
"En Huaccana la asociación 24 de Octubre logró obtener Plan de Manejo y permiso de explotación de rodales naturales por parte de INRENA, e impedir con apoyo de la OMPE la venta ilegal de tara verde a los intermediarios. Para este año existe un contrato con una empresa agroexportadora para comprar toda la producción de la asociación".
Se ha concluido y difundido planes de manejo de rodales naturales para obtención de permisos de aprovechamiento de INRENA, así como nuevas plantaciones con manejo orgánico. La facilitación de los servicios de semillas y créditos a través de la OMPE de las municipalidades ha significado que, dado el carácter de servicio público amplio de ésta institución, se logra cubrir la demanda de la mayor cantidad posible de productores.
La organización y la membresía de las asociaciones de productores bajo criterios de vocación productiva y ubicación en las mismas comunidades, así como la priorización de rubros netamente campesinos, han garantizado cierta homogeneidad social con la participación de agricultores pobres y muy pobres.
Se ha propiciado, tanto a nivel de organizaciones como de expertos locales, un enfoque del liderazgo técnico y de la legitimidad, minimizando las distorsiones de carácter político.
La necesidad de acceder servicios en forma equitativa es una preocupación de las organizaciones como de las OMPE. La organización colectiva de acceso a los servicios de apoyo y a los contratos de siembra y de comercialización fomenta la organización solidaria de los productores, sin imponer modelos insostenibles de producción colectiva. Para ello, varios mecanismos de control social han sido implementados.
Lecciones aprendidas
Las siguientes lecciones fueron aprendidas en las prácticas de esta cadena productiva:
Para lograr que la organización comience a vender directamente y tenga mayores ingresos, debe formalizarse de acuerdo a la normatividad legal de tipo empresarial, ello implica que estén al día sus libros de actas, se registren en la SUNAT, tengan boletas de pago de la SUNAT, entre otros requisitos.
Que los procesos para ubicar los mercados es recurrir primero a INRENA y a otros productores que venden a las grandes Empresas de Lima, para averiguar qué empresas comercializadoras ofrecían mayor confianza.
Para la consolidación de las cadenas productivas, los actores involucrados en la cadena deben ser partícipes en la producción. Incluso, cuando los regidores del gobierno municipal y los promotores de esas cadenas participan como socios y productores, esas cadenas productivas son más exitosas.
Que los productores no sigan viendo la tara como una planta silvestre, pues, requiere mejorar la calidad mediante cambios tecnológicos, ello empieza por la limpieza del bosque, el redoblamiento de nuevas plantas y el abonamiento con insumos orgánicos, así como también mediante la implementación del sistema de riego. De esa manera, se obtiene un bosque más sostenible y con mayores rendimientos que les reporte también mayores ingresos por la venta de la producción.
Las lecciones aprendidas en las relaciones con el mercado implica que ambos
-productores y empresas comercializadoras- deben tener confianza, si no hay confianza entre el empresario y el productor fracasa de antemano la cadena productiva.
En ese sentido, los productores deben cumplir con los compromisos, con los requisitos o los estándares de calidad que exige el mercado, pero también, así como el empresario exige que los productos de los agricultores sean de calidad, ellos también deben exigir que los comerciantes paguen los precios justos.
En las asociaciones de productores una lección aprendida en cuanto el éxito de estas asociaciones se explica en el hecho de que, se requiere que la venta de los productos mediante la asociación tengan mayores ingresos que con la venta al comerciante tradicional, así como también que la distribución de esos ingresos sea equitativa de acuerdo al aporte de productos de cada uno de los socios de la cadena. Ese factor fortalece con mayor peso a las organizaciones y la asociatividad de los productores.
Conclusiones y recomendaciones
Para institucionalizar estas propuestas de desarrollo económico local, mediante el asocio y las cadenas productivas, no solamente se debe lograr una simple normatividad, sino que también es muy importante que estas cadenas sean parte de las decisiones políticas de los alcaldes y regidores, que sobre esa base se creen instrumentos de gestión en las municipalidades -como gobierno local que está interesado en el desarrollo económico local-, como es el caso de los presupuestos de las OMPE que deben ser programados en los presupuestos del gobierno municipal, en calidad de inversiones y no como simples gastos, que se creen oficinas especializadas para el funcionamiento de las OMPE.
Por otro lado, los promotores que son parte de las OMPE deben estar capacitados y tener aptitudes y actitudes para relacionarse con las diferentes direcciones institucionales de la localidad y del exterior. El promotor debe ser uno de los líderes sociales principales con capacidad de buscar otros aliados, no solamente esperar la lectura de los avisos comerciales de los diarios o periódicos, sino que deben identificar otras direcciones, que pueden ser instituciones comercializadoras estatales o empresas privadas.
Las asociaciones de productores deben capacitarse permanentemente, tanto sobre la innovación productiva, como también sobre el mercado, sobre la demanda, los volúmenes y la calidad de la producción.
El "capital social" -relacional o entre todos los productores y vinculante, entre la asociación de productores y otras instituciones foráneas- de los distritos y las comunidades ha aumentado y se ha fortalecido importantemente con el surgimiento de organizaciones de carácter económico basadas en las cadenas productivas, generando dinámicas de identidad social y cultural entre las comunidades que fueron afectadas fuertemente por la violencia y donde la organización comunal tradicional había sido debilitada.
Los roles de las municipalidades participantes se han mejorado en la medida que los alcaldes y regidores -anteriormente focalizados en los centros poblados y limitados a la gestión de obras de infraestructura- se están volcando cada vez más hacia las comunidades rurales y se comprometen en el área económica. Las prácticas participativas de planificación, seguimiento y evaluación de las actividades de las OMPE contribuyeron a legitimar la acción de la municipalidad y a mejorar el diálogo con la población.
El desarrollo económico local ha surgido, con la intervención del Proyecto, sobre la base de las demandas de la población y del marco legal de la descentralización, como un tema político central en la gobernancia municipal. Los municipios están buscando aunar fuerzas más allá de las diferencias políticas, como lo atestigua el surgimiento de la Asociación de Municipios del Corredor Económico Chincheros-Andahuaylas (AMCECHAN), apoyada por
el Proyecto31.
El enfoque de género fue incluido en el Proyecto y con resultados evidentes, las mujeres jóvenes que antes no participaban en la producción ahora han elevado su autoestima con la participación en la producción de tara, muestran que tienen mayores aptitudes y actitudes para efectuar las actividades que integran la planificación forestal.
31 Geilfus, Frans. 2006. Informe de evaluación de medio término Proyecto Mejoramiento de la Competitividad Agropecuaria para Reducir la Pobreza – PRODECO.
Entre las recomendaciones principales tenemos las siguientes: la necesidad de efectuar procesos de sistematización continua de cada uno de los eventos más importantes que logran realizar en el Proyecto. Esas sistematizaciones deben realizarse con la participación de los diversos actores locales. Por ejemplo, deben sistematizarse los talleres de seguimiento y evaluación, los concursos, las ferias y los resultados de los talleres de capacitación, así como los procesos de comercialización y los procesos de participación de las OMPE. Al respecto, en la presente sistematización se ha logrado avanzar en esos requerimientos.
Los resultados de esas sistematizaciones puntuales deben constituirse en base para la elaboración de instrumentos que sirvan para la réplica de estas experiencias y para la incidencia política.
CAPITULO IV:
La cadena productiva de cuyes y las familias afectadas por la violencia
En este acápite se reflexiona y se pretende ordenar u organizar lo que ha sido la marcha, los procesos, los resultados de la cadena productiva de los cuyes; se busca la dinámica de las dimensiones que pueden explicar el curso que asumió el trabajo realizado en esas cadenas productivas. Se trata también de interpretar críticamente las experiencias – siguiendo a Oscar Jara. 199832-, a partir de ese ordenamiento y reconstrucción de estas cadenas productivas, la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo.
En la explicación de las características de los "cuyes", se destaca que es una especie oriunda de los Andes (Cavia porcellus). Se cría fundamentalmente con el objeto de aprovechar su carne. Se le conoce, también, con los nombres de cobayo, curi, conejillo de indias y en países de habla inglesa como guínea pig.
La crianza de este animal es importante por cuanto representa un gran potencial de desarrollo para aquellas familias minifundistas que disponen de poco espacio para criar otras especies mayores (vacunos, ovinos, caprinos, etc.), facilitándose su crianza por cuanto generalmente la realizan en la cocina del hogar. Además, por sus bajos costos de producción y rápido retorno económico a diferencia de otras especies.
Existen varias limitantes en el desarrollo del sector; así tenemos que el 95% se encuentra bajo el sistema de crianza familiar, esta es de forma casera y son alimentados con residuos de cocina y/o con algún forraje, por tanto, presentan bajos índices de producción y productividad; mientras que el 5% es criado en un sistema comercial y familiar-comercial. Otra limitante es la poca definición de su mercado, el cual se presenta frágil y estacional supeditándose el consumo de carne de cuy a festividades.
El Perú y Ecuador presentan la mayor población de cuyes a nivel mundial, distribuidos en todo su territorio. El Perú tiene el mayor consumo y población de cuyes. No es fácil estimar la población de estos animales. Según el censo agropecuario de 1994, la población de cuyes alcanzó la cifra de 6 884 938 animales, aunque informaciones recientes del MINAG, señalan que se cuenta con alrededor de 22 millones de animales, lo que equivaldría en toneladas a 17,600 – 18,700 TM. de carne, cantidad similar a la producida por los ovinos.
Considerando su gran potencial de explotación, el Ministerio de Agricultura viene estudiando la formación de una Comisión Nacional para la Promoción de la Crianza Racional del Cuy, orientado a crear políticas que regulen su producción de acuerdo al mercado nacional y a largo plazo con fines de exportación comercial.
La carne de cuy se caracteriza por presentar buenas características
nutritivas, como 19.1% de proteína y 7.41% de grasa. El peso promedio
comercial de las carcasas llegan a 600 g. (Fuente: MINAG. www).
32 Jara, Oscar. 1998. Para sistematizar experiencias. ALFORJA. San José, Costa Rica.
Objetivo de la sistematización de la cadena productiva
El grupo meta del Proyecto está referido, principalmente, a las familias de las comunidades que han sido afectadas por la violencia armada en la década de los 90; en la sistematización se destacan, particularmente, los procesos de la participación de las mujeres, por ser el grupo de personas que más se dedica a esta crianza, aunque viven con mayor marginación y pobreza en la región.
Los objetivos específicos de la sistematización están dirigidos a recabar y analizar las experiencias de los actores sociales y las familias participantes, con la finalidad de fortalecer los eslabones débiles de las cadenas productivas, así como promover y difundir las propuestas tecnológicas y sociales que tienen mayor viabilidad y sostenibilidad para el desarrollo de los pequeños productores agrícolas, como también para el desarrollo de las comunidades y los gobiernos locales. Con las lecciones aprendidas en este proceso se tratará de fortalecer y fomentar las propuestas para apoyar a los grupos sociales más vulnerables (mujeres, jóvenes y niños/as), para aliviar y superar la pobreza.
En esta sistematización se trata de identificar las estrategias para desarrollar alianzas entre actores y definir mecanismos para cumplir con la demanda de mercado, buscar mayor equidad social con la distribución de beneficios. Y, al mismo tiempo, lograr mayor sostenibilidad ambiental en el desarrollo de la cadena.
El contexto, pobreza y los sistemas de producción
El espacio y el corredor económico
Existe una identificación de los nexos de los espacios entre las regiones del Sur, integrados por Ayacucho, Huancavelica, Junín y el espacio Chanca de Andahuaylas- Chincheros, así como con el sur andino. Estas relaciones tienen vías de articulación de larga tradición histórica, que últimamente se han visto revitalizadas particularmente por el impacto de la pavimentación de algunas de sus vías de transportes que son centrales.
El norte ayacuchano es el eje articulador que atrae las dinámicas provenientes de Andahuaylas y Chincheros (antiguo eje de relación de la Confederación Chanca), correspondiente administrativamente a la Región Apurímac. Las limitaciones para una mayor integración interregional deriva de la mala calidad de sus vías de acceso, no obstante el asfaltado que está previsto en un futuro inmediato permitirá potenciar los actuales circuitos económicos y poblacionales ya significativos. Una vez asfaltada la ruta vial que hoy resulta crítica, este espacio deberá dinamizar sus vínculos igualmente con la ciudad de Abancay. En la región Apurímac, los distritos de Chincheros y Andahuaylas deben operar, para efectos de las estrategias de desarrollo, como subcorredores del corredor Ayacucho-Cusco-Puno.
El circuito que actualmente se dirige entre Andahuaylas y Chincheros y luego hacia la ciudad de Abancay, se constituye en un centro de confluencia estratégica de los procesos provenientes de Pisco – Huamanga – Andahuaylas y Nazca – Puquio – Chalhuanca, así como de las que provienen del eje comercial y turístico del Cusco.
En ese espacio socio-económico se ubican los mercados locales y regionales de una parte importante de la producción de los distritos de Andahuaylas y Chincheros, en especial de la producción de cuyes, que es el tema de este acápite.
¿Son posibles los cambios de la pobreza a la competitividad?
Una interrogante válida a responder para el diseño de la estrategia de reconversión de la agricultura y la ganadería de los pequeños productores en la sierra peruana y, en particular en este sub corredor económico de Andahuaylas y Chincheros, es la siguiente: ¿es posible el cambio en los espacios andinos, donde predomina la pobreza, hacia la producción de excedentes económicos acumulables y creadores de nuevos empleos, dignos y con capacidad para entrar a un mercado competitivo?
En gran medida, el desafío está en el diseño de estrategias que deben ser medios para mejorar no solamente la producción y la productividad, sino también para mejorar la calidad y las capacidades de los productores en la negociación en el mercado, el cual debe ser identificado más allá de la localidad, para lograr mejores precios para sus productos. Es necesario encontrar nuevas estrategias de organización, capacitación y formas de participación de los productores en esos procesos. Entre esas nuevas estrategias, como alternativas, deben estar las que den paso a la necesidad de que los productores se organicen en cadenas productivas.
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