Programa de intervención educativa para el fortalecimiento de la lactancia materna exclusiva
La historia de la alimentación artificial data de siglos, se han encontrado biberones de barro en tumbas de niños romanos. Este tipo de alimentación para los pequeños es un reiterado fracaso, ya en 1794 William Moss cirujano de la maternidad de Liverpool escribía: "Se ha observado repetidamente que el alimento que se proporciona en la lactancia seca (alimentación artificial) causa cólicos, suelta el intestino y que es muy difícil de dar un sustituto adecuado del pecho".1 La literatura científica mundial recoge información desde épocas muy remotas sobre lactancia materna: 1800 años antes de Cristo el código de Hammurabi contenía regulaciones sobre las nodrizas que amamantaban al hijo de otra mujer por dinero; en toda Europa se han encontrado recipientes para alimentación con boquilla, en tumbas de niños, año 2000 A.C; el segundo hijo del rey Temistes heredó el reino de Esparta sólo porque su madre le había dado pecho. En los siglos XVI y XVII en Inglaterra las madres no lactaban a sus hijos, y en el siglo XVIII se introduce en Francia las nodrizas, la lactancia artificial y las papillas4 En el siglo XIX se inventó esta lactancia, que tiene su mayor auge en el año 1960.2Los textos de puericultura del siglo XIX y principios del XX señalan el riesgo de infecciones graves en los niños alimentados con biberón. Sólo en años recientes se han identificado las causas de este fenómeno: manipulación, chupos, biberones, dilución de la leche.2
En los siglos XX y XXI hay un renovado movimiento por la lactancia materna, motivado por las altas tasas de morbilidad y mortalidad, donde organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF se han reunido con el objetivo de rescatar y prolongar la lactancia natural. Ya en 1989 se emite la Declaración conjunta OMS-UNICEF de la Promoción, Protección y Apoyo de la Lactancia Natural: Diez pasos hacia una feliz lactancia natural. La base más firme para la salud infantil es la nutrición, y el mejor alimento para los recién nacidos es la leche materna.1
Dar de mamar es el mejor regalo para comenzar la vida de un niño; dar el pecho hace crecer el amor.3La leche humana es sin duda la más adecuada y la de la especie específica, se denomina alimentación natural, porque es la normal para el niño y la que le ofrece la naturaleza: la leche de su madre.3-6
Es un hecho aceptado universalmente que la leche materna debe constituir el único alimento que el niño reciba durante los primeros seis meses pues garantiza el alimento ideal para el desarrollo y el crecimiento pleno, reduce la incidencia y la gravedad de las enfermedades infecciosas, disminuye la morbilidad y la mortalidad en edades tempranas y disminuye el riesgo de adquirir enfermedades crónicas no transmisibles en la adultez.9
La OMS apoyada en la evidencia científica actual, recomienda la lactancia materna exclusiva (LME) en los primeros seis meses de vida, seguida por la introducción de alimentos complementarios y la continuación de la lactancia materna hasta los dos años de edad.10
La promoción de la lactancia materna o natural es una estrategia básica para el control de la morbilidad y mortalidad infantil. Basándose en estudios realizados se afirma que anualmente la prolongación del período de lactancia del seno materno podría salvar la vida a 1 millón de niños menores de 1 año en los países en desarrollo, y los beneficios aumentan cuando el lactante es alimentado exclusivamente de forma natural durante los primeros 6 meses de vida y posteriormente se sigue, con un período prolongado de amamantamiento, combinado con una alimentación complementaria.9-11
Según estimaciones de la OMS pudiesen salvarse en el mundo más de un millón de vidas infantiles al año, si todas las madres alimentaran exclusivamente a sus hijos con la lactancia materna durante los primeros cuatro meses de vida.12
Todo esto viene aparejado a los beneficios y ventajas que introduce la leche materna, la cual aporta un mejor estado nutricional, estabilidad psicológica, protección contra enfermedades infecciosas y no infecciosas para el niño, con el consiguiente desarrollo integral que esto significa, además de las ventajas médicas para la madre y el alto ahorro económico que ella genera .13
En los aspectos económicos es significativo señalar cifras elocuentes. Mundialmente se requieren 15 billones de dólares para alimentar 120 millones de niños, si estos se alimentaran con fórmula láctea artificial, pero si se alimentaran con la lactancia materna, estos 15 billones se usarían para otros fines (4).En el campo de la medicina cabe señalar que según estimados de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el riesgo de morir de los niños menores de un año, alimentados artificialmente es de 3 a 5 veces mayor que para los bebés alimentados al seno materno(1,5).Durante los anteriores 30 años la lactancia materna decayó en la mayoría de los países en desarrollo especialmente los grupos urbanos con mayor educación y mejor situación socioeconómica, gracias a las actividades de promoción se observó un resurgir de esta práctica .14
Según datos proporcionados por la UNICEF, anualmente mueren 1,5 millones de lactantes por no haber sido amamantados lo suficiente. El fomento de la lactancia materna se convirtió en una tarea internacional y de toda la sociedad, que halló su preámbulo en la Convención de los Derechos del Niño, la cual fue ratificada por consenso en el año 1989 por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).15
La promoción de la lactancia materna o natural es una estrategia básica para el control de la morbilidad y mortalidad infantil. Cuba se suma a la iniciativa de la UNICEF, se ha llevado este programa a todos niveles de atención, A pesar de la labor llevada a cabo, los resultados han demostrado que aún queda mucho por hacer, pues los por cientos de lactancia materna exclusiva hasta los 6to mes no son los deseados. Resulta de gran importancia dotar a las mujeres de los conocimientos necesarios sobre Lactancia materna en el período reproductivo para preparar y persuadir a la futura madre de las ventajas y no ocultarle las dificultades; adiestrarla en las técnicas, además, de enseñarle la posición más cómoda para ella y el niño, siendo crucial para garantizar una lactancia exitosa durante el primer semestre de la vida. (7)
Por tal motivo, resulta de gran interés que el equipo de salud proporcione educación sobre Lactancia materna (LM), no solo a las futuras madres sino que implique a otros miembros de la familia, de esta forma se garantiza el éxito de la lactancia para futuros hijos. La influencia positiva de la educación prenatal podría utilizarse para mejorar las condiciones de Lactancia materna, pues es un recurso simple y de bajo costo. Autores extranjeros coinciden con esta afirmación (3).
El deber del médico y la enfermera en la comunidad es el de informar correctamente y con veracidad los beneficios, pero también los riesgos que se pudieran correr en algunos casos. Es en esta situación donde deben manifestar mayor comprensión, para que con sus conocimientos sean capaces de transmitir las orientaciones a las futuras madres y tener el éxito esperado en esta importante misión, de esta forma los familiares del bebé, pueden tomar una decisión a lo que se aplica el término bioético, consentimiento informado.
Una de las causas que justifica el abandono de la lactancia materna es el desconocimiento de su técnica. Se ha identificado que el mayor porcentaje de madres pueden lactar a sus hijos, todo depende de la preparación temprana que se les ofrezca, así como del convencimiento del médico a partir de informaciones claras y precisas, como el ascenso progresivo del peso del recién nacido y la estabilidad del sueño en los primeros 7 días, elementos convertidos en razones de convencimiento para la madre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentaron hace algunos años la "Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño", destacando a la lactancia materna como fundamental para la supervivencia infantil. Es indudable que el amamantamiento es la medida más eficaz y menos costosa para evitar la desnutrición y las enfermedades infecciosas durante los primeros meses de vida, debido a que la leche materna es el alimento perfecto para el niño durante los primeros seis meses de vida en forma exclusiva y hasta los dos años en forma complementaria. Por otra parte, estudios realizados en la última década tienden a indicar que la falta de la lactancia materna o un período corto de ésta se asocia a las anomalías dentomaxilofaciales (1).
La adecuada capacitación a las madres garantizan modificar positivamente los conocimientos (62.2%), sobre la lactancia materna como única alimentación para el bebé, siendo efectivo la aplicación del Programa Educativo sobre Lactancia materna. Consultorio médico, Policlínico "Juan Bruno Zayas"
Referencias bibliograficas
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3. P S. O M S. 142ª Sesión del Comité Ejecutivo: Estrategia y Plan de Acción Regionales sobre la salud del recién nacido en el contexto del proceso continuo de la atención de la madre, del recién nacido y del niño.CEI 42/12(Esp.) 2013. Consultado el 24 de Noviembre del 2013. Disponible en: http://www.paho.org/spanish/gov/ce/ce142-03-s.pdf
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14. Hernández MT.: Guía de Práctica Clínica basada en la evidencia para el manejo de la lactancia materna. Pediatría Atención Primaria. Area 09-H. Dr. Peset Valencia. 2012. Consultado en Noviembre 2009. Disponible en http://www.ihan.es/index62.asp
15. Comisión de Lactancia Materna, Hospital de Barbastro. España Protocolo de Lactancia Materna. Consultado el 24 de julio del 2012. Disponible en: http://www.ihan.es/cd/documentos/Protocolo_Barbastro.pdf
Autor:
Dra. Yenisey de la Paz Pérez.
Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas. Profesor Instructor. Policlínico Universitario ?Juan Bruno Zayas?, Cifuentes, Villa Clara.
Lic Grisel Landa Perez.
Licencia en Educacion Superior Policlínico Universitario ?Juan Bruno Zayas?, Cifuentes, Villa Clara.
Msc. Elizabet León Moya.
Licenciada en Enfermería, Máster en Salud Pública, profesora Asistente, Policlínico Universitario ?Juan Bruno Zayas?, Cifuentes, Villa Clara.