Fundamentos teóricos para la formación del valor identidad en los alumnos de la enseñanza primaria
- Resumen
- Introducción
- La formación del valor identidad desde el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Educación Cívica en los alumnos de quinto grado de la Educación Primaria
- Principios generales en que debe basarse la formación del valor identidad desde la escuela
- Modelo pedagógico para la formación del valor identitario desde la asignatura Educación Cívica
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El artículo que se presenta pretende develar los resultados del estudio realizado en cuanto a la formación del valor identidad en la enseñanza primaria. Tiene como objetivo precisar los elementos fundamentales relacionados con la formación del valor identidad desde la Educación Cívica. Se pone a la luz las consideraciones abordadas por los diferentes autores, que desde el empleo de diferentes métodos de investigación permitieron abordar el término valor identidad a partir de llegar a una perspectiva más actual y culturizada. Se asumen importantes referentes relacionados con la formación del valor identidad en la enseñanza primaria, así como concepciones teóricas relativas a la labor de formación de valores en la escuela como parte del trabajo con los alumnos y con la familia.
Introducción
En las actuales circunstancias del contexto histórico social cubano, la escuela primaria ocupa un sitio privilegiado a partir de la concepción de constituir el cimiento de la formación ciudadana de las nuevas generaciones. El encargo social, marca un reto para todos los que tienen que intervenir en el desarrollo y la transformación a la que esta aspira.
A partir de los cambios producidos en Cuba y en el mundo, en la década de los 90 el Estado cubano se ve en la necesidad de realizar profundas transformaciones en el campo de la educación y resalta el importante papel que juega la formación de valores para la sociedad.
El nivel primario constituye una de las etapas esenciales en cuanto a adquisiciones y perfeccionamiento de potencialidades del niño en las diferentes áreas de su personalidad, la diversidad de edades y momentos del desarrollo requieren -para una atención pedagógica más efectiva-, la consideración de logros u objetivos a alcanzar hacia las metas más generales, sin olvidar que todo lo que se efectúe, en materia de educación e instrucción propicia la formación de valores, pues todas las transformaciones que se realizan en las escuelas primarias favorecen la formación integral de las nuevas generaciones.
En las transformaciones que se desarrollan en la sociedad contemporánea cubana desempeña un importante papel la formación de ciudadanos, capaces éstos de vivir y actuar en las complejas condiciones que imponen el desarrollo mundial, matizados por un sistema de valores correspondientes con la esencia de cada proyecto social.
El tema de los valores humanos y su formación en el sujeto ha constituido una preocupación del hombre a través de la historia de la humanidad. En las diferentes sociedades las reflexiones y debates filosóficos se centraban en el sentir, en el pensar, en la noción del bien y de la virtud. Así fue surgiendo un nuevo concepto que adquirió importancia en la Filosofía, el concepto de valor, que a partir de las últimas décadas del siglo XIX será tratado por una rama de la Filosofía, la Axiología.
Al indagar acerca de las investigaciones precedentes sobre la problemática de la formación de valores y específicamente de valores identidad, se encuentran una gran variedad de trabajos sobre este tema en las Ciencias Sociales, que aumentan en cantidad y calidad a partir de la década del ochenta del pasado siglo. El estudio y análisis de estas investigaciones y los criterios aportados por diferentes actores sociales me han permitido conformar el marco teórico referencial de la presente investigación,
El diagnóstico, realizado mediante de la utilización de varios instrumentos de investigación en el municipio de Sierra de Cubitas permitió reconocer la existencia de insuficiencias que lastran el desarrollo del proceso de formación del valor identidad:
Los docentes no aprovechan las potencialidades que ofrece el contenido de la asignatura Educación Cívica para dar tratamiento al valor identidad.
El programa de Educación Cívica no propicia la posibilidad para dar tratamiento al valor identidad desde el contenido de la asignatura.
Los maestros no trabajan el significado práctico del valor identidad así como los modos de actuación asociados a este valor teniendo en cuenta los componentes del mismo.
De acuerdo con lo anteriormente expresado el objetivo que guió el proceso investigativo es: favorecer la formación del valor identidad en los escolares de quinto grado de la Educación Primaria desde la enseñanza-aprendizaje de la Educación Cívica.
DESARROLLO
La formación del valor identidad desde el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Educación Cívica en los alumnos de quinto grado de la Educación Primaria
La Educación Cívica como asignatura del Plan de Estudio en la enseñanza primaria ocupa un lugar preponderante a partir de que en ella se sistematizan los conocimientos básicos referidos a la formación ciudadana, además contribuye al desarrollo de sentimientos, normas de conducta que necesita la formación moral del hombre nuevo en la construcción del socialismo. Esta materia interviene en la educación en valores patrióticos y ciudadano del escolar primario.
Esta asignatura tiene como punto de partida los conocimientos precedentes referidos a la educación en valores que ha adquirido el escolar en otros grados donde se devela una actitud cívica en ellos.
Esta disciplina contiene elementos fundamentales de la Educación Comunista tales como:
La educación política desde el conocimiento de los deberes y derechos políticos, económicos y sociales.
La educación moral a partir del conocimiento de normas de conducta y conciencia moral, social y laboral.
La educación jurídica que devela el conocimiento de normas jurídicas que rigen en el estado cubano.
El tratamiento a esta asignatura en el grado está dirigido a lograr en los escolares una conciencia clara de las posibilidades de la vida en la nueva sociedad en Cuba y la necesidad de la existencia de las normas jurídicas y de convivencia social.
En este grado se le presta especial atención a los elementos cognitivos, los que favorecen la educación en valores en los escolares:
La Constitución de la República de Cuba desde la expresión de la dignidad del hombre como individuo de esta sociedad.
La interrelación de la escuela, la familia y la comunidad en la formación de valores como la responsabilidad social, la dignidad, el patriotismo y formación ciudadana.
Como elemento fundamental: la disciplina, el respeto y el orden social, circunstancia primordial para el desarrollo del individuo de esta sociedad.
El patriotismo, el antimperialismo y la solidaridad, componentes fundamentales para el desarrollo de los cubanos.
La formación ciudadana permite lograr en los escolares de la enseñanza primaria, la formación de una conciencia superior, sin embargo para alcanzar esta meta se necesita prestar especial atención al tratamiento de elementos como la concepción científica del mundo, el conjunto de ideas, representaciones, opiniones, puntos de vista que contribuyen a que el escolar se forme la idea general del mundo, así como el lugar que ocupan en el mundo. Además debe contribuir a transformar el conjunto de ideas en convicciones que se manifiesten en la actuación de los escolares y en su conducta ciudadana.
La formación de valores en la escuela cubana tiene una fuerte tradición pedagógica en la que se destacan insignes pedagogos como Félix Varela (1788-1853), José de la Luz y Caballero(1800-1862), José Martí (1853-1895) entre otros.
Félix Varela se percató de la falta de conciencia moral de la generación de la época y comprendió que había que desarrollar sentimientos, convicciones y valores, porque sin ellos no se lograría la libertad y tampoco la independencia. Para él la posición y el ejercicio de la verdad son la razón y el objetivo de todo cuanto se dice a los escolares y jóvenes. Se trata de proporcionar mediante la gestión educativa, los instrumentos que les permitan descubrir la verdad por sí mismo, por lo que afirmó: "Enseñar a pensar con independencia y acierto es la motivación que los impulsa" Varela F., (1945:45)
José de la Luz y Caballero (1800-1862), resaltó el papel de la labor educativa en la escuela, enfatizó en la necesidad de desarrollar cualidades positivas de la personalidad tanto en el proceso de instrucción, como mediante todas las actividades que la escuela programe. Consideró imprescindible el empleo de métodos para llevar a cabo el trabajo educativo.
Este criterio fue abordado también por el Héroe Nacional José Martí, para él la educación debe propiciar la formación de un hombre nuevo, libre, integral, crítico, con cualidades morales elevadas y con opiniones propias.
Para José Martí el amor es el motor impulsor de la labor educativa, expresó claramente que para resolver el problema del aprendizaje hay que "desenvolver a la vez la inteligencia del niño y sus cualidades, así como el amor y la enseñanza ordenada." Martí, J. (1961:110)
Lo más relevante de este período histórico fue la decisión de los educadores de continuar la defensa de la cubanía, la identidad nacional y sobre todo tratar de modernizar la educación desde la óptica del más genuino pensamiento educativo cubano. Esta intención continuó y ya en la década de los años 30 tuvo el propósito de combatir los rezagos más negativos de la educación cubana.
La prueba del eficiente resultado de la aplicación de las ideas educativas cubanas influye en la formación de la conciencia nacional. Es por ello, que la escuela ha estado siempre presente en el modelo revolucionario con el que se ha dado respuesta a la formación de valores para preparar al joven integral fruto del trabajo al cual aspira la sociedad.
La Revolución Cubana le ha dado gran importancia a la preparación de los escolares primarios y ha tratado que el resultado sea un joven instruido y educado lo que demuestra que no puede verse separado porque entonces no se logra el fin y objetivo de la educación.
En estos momentos Cuba está inmersa en la sistematización de las adecuaciones en la enseñanza primaria los que se proyectan fundamentalmente en el trabajo organizativo metodológico, es decir en el sistema de enseñanza y aprendizaje de los escolares en la que la formación de valores juegan un rol primordial, sobre todo en el desarrollo de la personalidad de los escolares.
El nivel primario constituye una de las etapas fundamentales en cuanto a adquisiciones y desarrollo de potencialidades del niño en las diferentes áreas de la personalidad de ahí que el contexto sociocultural en que se desarrollan los escolares, requiere como parte de su aprendizaje, de una atención didáctica priorizada desde la escuela.
Gran relevancia se le concede, a la integración de los procesos instructivos y educativos como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, por el aporte que brindan al desarrollo y formación de aspectos esenciales de la personalidad como son los sentimientos, actitudes, y valores.
A partir del criterio de Fabelo Corzo, J. para la formación de valores se debe tener en cuenta líneas estratégicas como:
Enseñar a valorar a los escolares y adolescentes por sí mismo.
Establecer un sistema coherente de influencias educativas entre la escuela, la familia y la comunidad.
Lograr la interiorización de los valores utilizando como guía fundamental el sistema de actividades y comunicación del proceso docente-educativo y en particular las potencialidades de las diferentes asignaturas.
Realizar sistemáticamente acciones conjuntas encaminadas a su formación.
Como se aprecia, se requiere lograr un verdadero sistema de influencias lo que exige que sea estructurado adecuadamente el trabajo que se realiza en la escuela.
La palabra identidad procede del latín identitas, la identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás
Los estudios sobre identidad se enfocan desde las posiciones culturológicas, políticas, éticas y axiológicas. Un acercamiento inicial al concepto permite esclarecer su carácter concreto: es al mismo tiempo diferencia. Engels en su obra Anti-Duhring señaló "La identidad consigo mismo supone la diferencia con todo lo demás" (1975). Sólo en una abstracción formal se puede estudiar la identidad, "algo" o "alguien" al margen de "lo otro", pues la realidad y la vida son un constante devenir, mediados por múltiples relaciones. Las primeras ideas sobre esta categoría aparecen vinculadas a Aristóteles, quien la concibe como unidad de la sustancia, a partir de lo cual determina que las cosas son idénticas al ser unidad de esta. Por tanto, identidad se equipara con unidad.
Leopoldo Zea (1990) aborda el problema en tres direcciones: a) identidad como diversidad: "todos los hombres son iguales, por ser distintos" a) identidad como universalidad: la identidad como identificación con los otros no se puede alcanzar renunciando a la propia identidad como pretenden los opresores, sino la que aglutina y da capacidad de resistencia de estos pueblos, convirtiéndola en instrumento de defensa; c) identidad como libertad y como igualdad es la que ofrece al individuo concreto el desarrollo de su originalidad, capacidad y personalidad frente a sus semejantes y al dominador, orientándolo hacia la libertad. Zea en sus trabajos se refiere al desarrollo de la identidad latinoamericana como defensa de estas naciones ante las aspiraciones del opresor, contrapone el proyecto Civilizador de Sarmiento – que sobre el conflicto Civilización y Barbarie aspira a "ser distinto de lo que se era" para ser como Francia, Inglaterra o E.U e invitará a la anulación con el proyecto bolivariano, quien alegaba por la unidad de los pueblos para defender la independencia sobre la base de la solidaridad, "que implica, a su vez, el reconocimiento de los otros y el de la propia, por esos otros" (Zea, 1990).
La concepción de la identidad por diferentes estudiosos considera que: – "…en cualquiera de sus manifestaciones es un hecho cultural" (Ubieta, 1993) – "…La identidad es vista como camino hacia la individualidad de una cultura (…) pero también como camino hacia la integración en una colectividad, es decir, autoconciencia de una determinada pertenencia a la totalidad" (Ubieta, 1993).
– "…Opera como la abstracción de un tipo de proceso que tiene lugar en una diversidad de fenómenos de la realidad empírica" (García, 2003). – "…El "nosotros" nacional, de clase, territorial, generacional, etc., que constituimos existe no solo como hecho físico, sino, ante todo, como comunidad cultural, como memoria histórica, como sistema de valores, creencias y patrones culturales que nos son comunes y orientan la actividad social y personal en una dirección determinada". (Limia, 2003).
-"…La identidad es una estructura de sostén del sí mismo, que sustenta el proceso de conformación del individuo, de su familia, de su etnia, de su nación" (Pellegrino, citado por Ulloa, 1999).
-" La identidad cultural es un complejo fenómeno socio-psicológico con característica histórico-cultural, que se expresa desde las más simples manifestaciones de la vida cotidiana: prácticas culinarias, ajuares domésticos, vestuarios; se refleja en las variantes lingüísticas, idiosincrasia, relaciones familiares y sociales, etc.; se afirma en las costumbres, tradiciones, leyendas y folklore; se define a través de las producciones artísticas, literarias, históricas, pedagógicas, políticas y científicas en general; para alcanzar niveles superiores en la formación de la nacionalidad y llega a su madurez con la consolidación de una nación soberana. Córdova (2006:19)
La identidad tiene un marcado carácter humano. El asunto radica en su reconocimiento y la plena conciencia de su ser por el sujeto o el grupo social, esto es la aceptación de sí mismo, de lo propio y no pretender ser lo otro. Sin un reflejo adecuado de la identidad y del sentido de sí mismo se paraliza la actividad social progresiva y se corre el riesgo de ser subsumido por "el otro".
La definición de identidad recoge como contenido los valores. Varios autores consultados (Aguirre, 1995; Ubieta, 1993; De la Torre, 2003; Limia, 2003; Tejeda, 2003, Fabelo, 2006, Pupo (2005) conciben en sus estudios "el carácter de reflejo", o su asunción dentro de "la autoconciencia", como parte "inseparable de la autodefinición social", o elemento de la producción espiritual. La identidad – como dice Ubieta – es un hecho cultural y la cultura es un resultado de la creación humana.
Cada generación hereda y da continuidad a la identidad nacional, grupal o familiar; pero solo si es comprendida como "un espacio sociopsicológico de pertenencia" (De la Torre, 2003). Es a la vez, vida espiritual, que refleja lo objetivo del sí o del otro por encima de los deseos y la voluntad del sujeto. La conciencia revela la significación positiva o negativa (valoración) que tiene el sujeto de su interacción con la otredad, expresada en tradiciones, costumbres, lengua, historia, en fin cultura. La producción de respuestas y valores que, como heredero y trasmisor, actor y autor de su cultura, éste realiza en un contexto histórico dado como consecuencia del principio sociopsicológico de diferenciación– identificación en relación con otro (s) grupo (s) o sujeto (s) culturalmente definido (s). García y Baeza (1996: 17-18).
En Cuba, el centro de la identidad social es el ser humano, su vida, su salud, su justicia, su progreso. Pero no basta: hay que desarrollar la participación desde los pequeños grupos para que el sujeto se sienta partícipe real de la Historia y comparta y asimile los objetivos sociales. Ese es el fin del modelo, lograr la participación positiva de todos los componentes del centro en las estructuras creadas para favorecer el proceso formativo de los escolares. Las concepciones teóricas consultadas sobre identidad tienen como rasgos comunes:
Comprenden la identidad como componente de la cultura.
Le atribuyen, en su mayoría, el carácter objetivo a partir del contenido cultural que revela.
Es parte de la creación humana.
Es un componente de la subjetividad.
Inevitablemente revela significaciones (positivas o negativas).
Cuando esas significaciones son positivas, la identidad deviene valor.
El pensamiento social cubano atesora una rica herencia identitaria en épocas diferentes, pero, inmersas en las luchas del pueblo cubano por su independencia y consolidación nacional, emergen las concepciones de José Martí y Fidel Castro, que se constituyen en verdaderos paradigmas para el pueblo nación cubano y alcanzan dimensiones universales, en tal condición son valorados en este folleto. La asunción teórico–práctica por José Martí de la concepción sobre la identidad rebasa los ideales de su época y trasciende el pensamiento político emancipador. Para entender este concepto desde la posición martiana hay que partir de la idea de patria, fundada "con lazos de fraternidad y amor", (O. C. t. I, p. 94), y que define como: "…comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas..". (O. C., t. I, p. 95).
Patria es algo más que donde se nace y vive, es algo más que el odio al enemigo, no es sólo especial; en ella entra el tiempo a través de la Historia y de las relaciones sociales. Su concepción de unidad y comunidad presupone también la diferencia. Su sentido de lo Universal social y cultural le permite comprender que la patria es un concepto superior. La identidad nacional está unida al ideal de independencia y soberanía, a las tradiciones históricas del pueblo y al sentido de unidad nacional entre todos los sectores sociales:
Las ideas esenciales de Martí en torno al concepto identidad se pueden resumir como:
Le adjudica a la historia en la génesis y sostén de la identidad.
Como una continuidad y síntesis teórico-práctica, Fidel Castro desarrolla ideas profundas acerca del concepto identidad, incorporándola con maestría al proyecto de emancipación definitiva. En el alegato La Historia me absolverá de extraordinaria fuerza y contenido ético, presentó un programa nacional –libertador y reveló a un líder. La identidad como libertad e igualdad en el sentido que explica se fue concretando en la praxis social. El triunfo de la Revolución bajo su liderazgo permitió un proceso de cambios y transformaciones esenciales.
Carlos Rafael Rodríguez (1983) señala que Fidel Castro con su ejemplo, su comunicación y persuasión ante el pueblo, logró convertir a este, de un fiel admirador de los E. U. y anticomunista, en un antiimperialista y un constructor del socialismo. Esto dio un nuevo sentido axiológico al concepto de patria y de identidad. Fidel Castro educa el pueblo en la idea de que la patria va unida al concepto de soberanía e independencia. Las leyes revolucionarias están dirigidas a afianzar en la práctica esta aspiración. Pero la patria se conquista con trabajo, con lucha y con preparación para defenderla. Este sentimiento político–moral ha prevalecido siempre. No obstante, Fidel preconiza la necesidad de obtener la total independencia económica, posterior a la caída del campo socialista y la URSS. Para este líder la identidad no sólo se conforma con la soberanía económica y política; es necesaria la soberanía de la cultura, porque la tendencia de los centros de poder hoy es eliminarla, borrar la memoria histórica.
Para Fidel Castro, la educación y la cultura son la garantía de la salvación de la nación y de América, la verdadera libertad se alcanza con una mejor comprensión de la Historia y el lugar de cada pueblo en esta. Insiste en la idea de que un pueblo más culto tendrá menos espíritu de colonizado y más sentido de resistencia. La cultura ética y moral del cubano lo ha demostrado así. Pero también es necesaria la identidad como diversidad, en el sentido de que la Patria es una y múltiple, pues hay principios básicos que deciden la unidad y esos principios se asientan en la política, en la moral. Por eso expresó al triunfo de la Revolución: "Todo lo que la Revolución haga tiene que ser realidad primero en la conciencia del pueblo…" (Castro, 1959), reiterando la idea y concretando: "… no se puede ser socialista sin pensar que la conciencia es el factor fundamental (…)
El modo en que argumenta y persuade el valor de la identidad para el futuro de la nación se expresa mejor en los discursos dedicados a los escolares y jóvenes. Fidel destaca cómo los sentimientos patrióticos del pionero están vinculados a su más importante tarea social: estudiar. Con los jóvenes es más exigente. No sólo estudiar, sino asimilar su deber social y desarrollar una actitud ante la vida que sea reflejo de sus convicciones. En medio de condiciones adversas, con la caída del Socialismo y el crecimiento de la hostilidad del imperialismo, sintetiza en un Congreso juvenil el ideal social: lo nacional se forma y sostiene de las múltiples individualidades; pero su sostén depende de los valores humanos, de la capacidad y las convicciones de cada sujeto para sentirse patria y defenderla hasta con su propia vida:
"…La Revolución, la independencia del país, la libertad del país, el honor del país, la fuerza del país no es de nadie, sino cada uno de ustedes .Yo digo que esta idea es muy importante. Cada uno de ustedes debe decir: ¡yo soy la Revolución!, ¡yo soy la independencia del país!, ¡yo soy el honor del país, ¡yo soy la fuerza, el ejército del país!, dondequiera que esté. Sólo, aislado, o en un grupo, o en una patrulla, en un pelotón, en un batallón, o solito. Ustedes deben decir como dijimos nosotros, aquel grupo que perseveró… Este concepto es muy importante, porque mientras exista un hombre o una mujer habrá Revolución, habrá independencia, habrá Patria." (Castro, 1991).
El valor teórico–práctico de esta idea encarna la historia, la cultura, las tradiciones y la ética de una nación fundada en el más acendrado patriotismo y espíritu de rebeldía, su importancia metodológica para el diseño de las estrategias educativas y políticas se encarna en el sostenimiento de la nación y el sistema socialista en Cuba. Como síntesis teórica de la unidad del pensamiento martiano y marxista en la praxis revolucionaria, Fidel Castro expresó el 7 de diciembre de 1989: "En Cuba, Revolución, Socialismo e independencia nacional, están indisolublemente unidas".
En síntesis, en las condiciones de una revolución en el poder, Fidel aporta al concepto de identidad:
La identidad y la independencia van unidas al concepto patria.
La moral debe ser el elemento regulador que garantice la unidad de la nación.
La cultura y la conciencia poseen un papel determinante.
Las acciones cotidianas del sujeto son factor para el sostén de la identidad.
Para la definición de la identidad como valor, la autora tuvo en cuenta los enfoques de José Martí, Fidel Castro y diversos estudiosos Atendiendo a estos presupuestos epistemológicos, la autora, ofrece la siguiente definición: identidad es un valor cultural que expresa el sentido del sí mismo del sujeto, grupo, etnia, clase o nación, la diferencia respecto a los demás y que se manifiesta en la forma de pensar, sentir y actuar como un ente transformador. La identidad y la independencia van unidas al concepto patria.
Es importante destacar que la identidad es el respeto que una persona tiene de sí misma y que por consiguiente la convierte en alguien distinto a los demás, aunque es meritorio señalar que muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno tiene gran influencia en la conformación de cada especificidad de cada sujeto. Por ello la idea identidad se asocia a algo propio, intimo de cada sujeto, que puede verse oculta tras disímiles modos de actuación.
La identidad va con la opinión que cada uno tiene de su propia identidad y que lo hace diferente a los demás.
Al concepto de identidad lo integran diversas connotaciones que varían dentro del marco de referencia que se le sitúe o desde donde se desee teorizar. En este caso se utiliza el concepto de identidad desde un punto de vista sicológico y pedagógico, donde el escolar adquiere las características mentales, emocionales, sicológicas afines con su ser biológico, espiritual e intelectual.
La identidad constituye, entonces, las particulares propias de la personalidad, la sensación de ser. La identidad es conciencia de ser uno mismo, pero no como un cúmulo de sensaciones diversas y confusas que se experimentan al actuar de cualquier forma, sino como un sello distintivo frente a las demás personas.
Por consiguiente se determina que la identidad nacional es un sentimiento identitario a nivel individual o colectivo basado en la pertenencia a un estado o nación que pueden llegar a abarcar distintos aspectos como la cultura y la lengua.
La identidad nacional la integran distintos valores como el patriotismo, el nacionalismo y la responsabilidad.
Actividad identitaria: es un complejo proceso de acciones materiales y espirituales que simultánea o sucesivamente lleva a cabo el sujeto de la cultura en el proceso de comunicación con uno(s) u otro(s) significativo(s), y que trae como resultado la transformación del primero en sujeto de identidad. Incluye acciones de distinta índole que se condicionan y se complementan entre sí, a la vez que interaccionan con las propias de la actividad cultural. El proceso de actividad identitaria puede tomarse como expresión concreta de unidad entre lo objetivo y lo subjetivo. En el ámbito de esta se conciben procesos como:
1. Acciones subjetivas que se operan en el interior de la conciencia del sujeto de la cultura en relación con otro que actúa como alter.
2. Acciones materiales y espirituales que lleva a cabo el sujeto de identidad en la producción de objetos de cultura con intención comunicativa
3. Acciones subjetivas (de conciencia) que lleva a cabo el sujeto de identidad para relacionarse con objetos de la cultura creados por las generaciones precedentes.
Las tradiciones actúan y forman parte de la psicología social y están fuertemente vinculadas con la ideología, de modo tal que se interrelacionan e interactúan. La ideología enriquece a las tradiciones, le aporta conceptos políticos, éticos, clasistas. Las tradiciones, por su parte, crean las condiciones más favorables para la comprensión, aceptación y difusión de la ideología. Ambas se encuentran en diferentes niveles de la conciencia social, pero se fusionan. En Cuba, tenemos experiencias muy cercanas sobre esta fusión, pues como Fidel ha expuesto:
Peligros que acechan la formación de valores.
1. El esquematismo, o sea la tendencia a seguir un orden rígido
en la realización de1. las actividades, en no admitir la diversidad de alternativas.
2. La improvisación en la concepción de las actividades,
subvalorando la complejidad del problema.3. La saturación del sujeto a consecuencia de la reiteración
innecesaria por la superposición de mensajes.4. La falta de compromiso con los valores del que pretende formarlos.
Esto es inmediatamente advertido por el sujeto cerrándose ante las
influencias del educador.
Principios generales en que debe basarse la formación del valor identidad desde la escuela
Los fundamentos teóricos expuestos, el criterio de varios autores, y nuestras reflexiones, permiten determinar los principios generales de carácter sociológicos, pedagógicos, psicológicos y filosóficos a tener en cuenta en el proceso de formación de valores, entendidos como "normas generales, posiciones rectoras de partida" que son insoslayables para realizar una labor educativa eficiente:
Utilizar al máximo el entorno social en que se desenvuelve el estudiante.
Exaltar la significación socialmente positiva de la realidad. En este sentido se debe tener en cuenta que "… la vida social es una gran fuente para la formación de valores, pues en la herencia cultural de los pueblos siempre se conservan con mucha fuerza los mensajes de las significaciones sociales positivas."
Asumir una posición crítica ante la significación negativa. (antivalor)
Atender a los valores en sistema.
Identificar los componentes de cada valor.
Lograr plena unidad de lo cognitivo, motivacional-afectivo y volitivo, de la instrucción y la educación.
Motivar sobre la base de lo emocional. Hacer que las cosas tengan sentido para el sujeto.
Profundizar en el conocimiento por la vía de los sentimientos.
Cultivar el amor como esencia del valor y resultado de la síntesis de conocimientos y sentimientos. Solo se ama lo que se admira. Con esto el valor se convierte en autoobjetivo y cumple su función movilizadora.
Lograr la unidad entre sentimiento, pensamiento y actuación. Propiciar el compromiso cuando se ha convertido en autoobjetivo, se traduce en conducta, porque se ama lo valioso.
Tener en cuenta la relación entre conocimiento y valor.
Considerar la experiencia práctica del sujeto: vivencias, trayectoria, legado familiar, condiciones sociales en que desarrolla su actividad, etc.
Considerar el legado cultural que ha recibido el individuo, en el que están contenidas ideas políticas, jurídicas, estéticas, religiosas, morales, etc.
Lograr el protagonismo de los estudiantes y el grupo en el proceso.
Implicar al resto de los factores que intervienen en el proceso.
Carácter colectivo de las actividades, donde prime la comunicación, confianza y colaboración.
Acercar los modelos a los estudiantes. El paradigma debe ser alcanzable por el estudiante.
Evitar sobrecargas, superposiciones, formalismos y esquematismos.
Hacer coincidir los valores individuales con los sociales.
Lograr un control permanente y sistemático de la marcha del proceso, que incluya el autocontrol y la autovaloración.
Las concepciones teóricas expuestas constituyen los fundamentos generales sobre los que se basa la propuesta metodológica y el estudio diagnóstico
La escuela primaria republicana nos legó una fuerte tradición de educación patriótica.
Ante las pretensiones yanquis de falsear nuestra historia, diferentes generaciones de maestros enseñaron a niños, adolescentes y jóvenes a venerar a los héroes y respetar los símbolos patrios como algo sagrado.
Al respecto nuestro máximo líder expresó "se nos enseñó a querer y defender la hermosa bandera de la estrella solitaria y a cantar todas las tardes un himno cuyos versos dicen que vivir en cadenas es vivir en afrenta y oprobio sumidos, y que morir por la patria es vivir."
Se propone que se incluyan las modificaciones que se subrayan, e incluir nuevos componentes al valor identidad, también resaltado, para trabajarlos de esta forma:
Identificarse con las principales tradiciones patrióticas y culturales del país y de su localidad.
Demostrar alegría y orgullo por el suelo en que nació; asumir los conceptos de independencia y soberanía.
Admirar, respetar y defender la historia patria; sus símbolos y atributos nacionales y locales.
Conocer los hechos históricos y amar a los héroes y mártires de la patria y de su localidad.
Estar dispuesto a defender la patria de cualquier amenaza, tanto externa como interna y rechazar el sistema capitalista.
Amar y cuidar la naturaleza.
Asumir que hablamos del mismo concepto cuando nos referimos a Patria, Revolución y Socialismo.
Estar dispuesto a hacer cualquier sacrificio en favor del suelo en que se ha nacido.
Pasos para utilizar los símbolos de la identidad, a través de las vías propuestas.
Seleccionar los símbolos a trabajar, sobre la base del diagnóstico, tanto de las necesidades educativas de los estudiantes, como de las potencialidades de los símbolos para satisfacerlas.
Estudio minucioso del o de los programas a través de los que se les va a dar salida al trabajo con los símbolos en clases. Como la muestra seleccionada para nuestra propuesta con respecto a los símbolos son los de carácter históricos, humanos y arquitectónicos, y en el programa de Historia de Cuba están agrupados contenidos de la Historia de Cuba, Geografía de Cuba, Educación Musical, Apreciación Artística y Educación Cívica, con un enfoque histórico, proponemos que sea este el que se utilice para darle salida al trabajo con los símbolos locales.
Determinar las posibilidades de vincular los símbolos con el contenido a impartir.
Determinar la forma y el momento en que se va a introducir el contenido de los símbolos en clases, priorizando el protagonismo estudiantil.
Promover el debate y la reflexión con respecto a los componentes del valor patriotismo que se pretenden fortalecer.
Desarrollar un diálogo ameno, sin formalismos ni imposiciones, donde prime la libertad de expresión y la creatividad.
Lograr el vínculo afectivo del alumno con los símbolos tratados.
Modelo pedagógico para la formación del valor identitario desde la asignatura Educación Cívica
Objetivos: El objetivo general que se propone el modelo es el siguiente: Promover, a través del proceso educativo en la escuela primaria la formación del valor identitario desde la asignatura Educación Cívica.,
Objetivos específicos:
1. Dotar a los alumnos de elementos que le permitan conocer los elementos necesarios para apropiarse de los elementos relacionados con los valores identitarios, es decir los aspectos que nos identifican como cubanos.
2. Desarrollar en los alumnos el pensamiento reflexivo, crítico y creativo que condicionen la aparición de una opinión signada por una formación identitaria y adopte una actitud más activa ante el modo de actuación adecuada en cuanto al amor y respeto a la patria y los elementos que nos identifican.
3. Lograr que los alumnos interioricen, aprehendan los valores en sus múltiples determinaciones: cognitiva, afectivo volitiva y se exprese en su conducta como reguladores de esta y de sus relaciones sociales.
4. Contribuir a la creación en las escuelas de un ambiente escolar democrático, participativo, tolerante, solidario que aporte un modelo social de ciudadanía acorde con el proyecto social cubano.
El cumplimiento de estos objetivos plantea trascender las bases tradicionales de esta problemática por lo que se plantean los siguientes principios que constituyen punto de partida de todo el sistema de relaciones que refleja el modelo. Cumplen respecto al modelo, una función lógica– gnoseológica y metodológica cuando sirven de instrumento lógico para explicar, organizar o fundamentar la búsqueda de conocimientos, explicar ese nuevo conocimiento o esclarecer su estrategia ulterior y práctica; al determinar el camino, la vía para alcanzar objetivos o fines de la actividad humana y práctica que rigen la actividad.
Actúan como guías de las metas para la creación y transformación de lo nuevo.
Principios teórico- metodológico en los que se sustenta:
1. El humanismo, el cual constituye además principio estructurador del sistema, en tanto considera al ser humano como fin y no como medio, como sujeto activo y meta, que potencie el mejoramiento humano, sin caer en perfeccionismos en aras del bien social, le concede oportunidades para desarrollar sus potencialidades, admite el error como algo humano y facilita el aprendizaje de estos.
2. El vínculo teoría práctica que significa educar desde la cotidianidad, el vínculo estrecho con la vida, avanzar desde las experiencias vitales del sujeto en la medida que transforma la realidad se transforma a sí mismo como ente activo, transformador.
CARACTERÍSTICAS O CUALIDADES DEL MODELO
Enfoque holístico. Abarca el fenómeno en su conjunto, no se detiene en dividirlo en variables o en discernir sobre ellas. Los sujetos no se toman de manera aislada pues carece de sentido estudiar fenómenos y hechos aislados, dada la imposibilidad de hacer objetivamente abstracciones de algún aspecto del objeto de estudio, que a su vez son sujetos (Rafael Bisquerra.1964).
Por esa razón el objeto de estudio en cualquier investigación de este tipo es el todo, el proceso, los cuales surgen, se desarrollan y desaparecen, como un sistema; solo así, en su carácter holístico, y en su decursar en el tiempo se puede lograr la integralidad que exigen los procesos formativos.
Participativo: Demanda una participación activa y protagónica de todos los involucrados (alumnos, profesores, directivos, familiares) en el propósito de la formación del valor identitario desde la asignatura Educación Cívica. En todos los momentos del proceso educativo escolar. Se asume como participación a la posibilidad que tienen los miembros de la institución de incidir efectivamente en todos los procesos de la vida institucional y en la naturaleza de las decisiones. (Salgado, 1997). Esta participación se logra desde lo académico y exige asegurar las condiciones para lograr el protagonismo de los estudiantes, aceptar que se equivoquen y tomen sus propias decisiones, el papel activo real de las organizaciones estudiantiles.
Multifactorial: Todo el currículo, todos los sujetos, espacios, contribuyen a la formación del valor identitario, no se trata de algo agregado, sino de aprovechar todas las posibilidades para desarrollarla. Establecer los nexos entre las diversas disciplinas que mantienen su independencia pero se vinculan en las proyecciones que posibilitan integrar la labor encaminada al logro de objetivos docentes y educativos priorizados de acuerdo con lo que se aspira del escolar. Implica tener en cuenta a todos los sujetos que intervienen en la educación de los alumnos como son los trabajadores no docentes, todo el colectivo escolar, los directivos, el ambiente escolar, la familia y la comunidad.
Contextual: Se adapta a las características de los distintos contextos en que se desenvuelve el alumno, desde los más inmediatos como la familia, la comunidad hasta las condiciones concretas del medio social del país y del mundo, extrae de ellos ejemplos, situaciones para promover la reflexión, ir conformando sus puntos de vista y actuar sobre la realidad transformándola y transformándose a sí mismo. Implica darle peso a la educación incidental, promover una reacción pedagógica ante los múltiples problemas y costumbres de los ciudadanos cubanos, pero que no pueden dejarse pasar por alto. Incluso en determinados momentos implicará tomar un camino no previsto pues en estas situaciones es que el alumno se enfrenta a la vida tal cual es, actúa más libremente y expresa sus verdaderos sentimientos.
Página siguiente |