un extraterrestre en la cocina
Publicado: 4 mayo 2010 en Julio Villanueva Chang
Un día de primavera algo extraño sucedió en El Bulli. Fue un viernes de junio de 2007, a las diecisiete horas y cincuenta minutos y todos los que estábamos en su cocina volteamos para verlo: uno de sus cocineros había dejado caer un plato. Un plato que cae al piso es una obra maestra del ruido. Pero cuando estalla en El Bulli, el eco se prolonga hasta decibeles de culpabilidad en el expediente de un ayudante de cocina. Todos lo miraron con ojos de escopeta. Lo que en una casa es un accidente doméstico y en cualquier restaurante una torpeza profesional, en la cocina de El Bulli es un tabú. Cuando el culpable vio el plato volador hecho pedazos, se hizo un …ver más…
Sin coche, con una casa normal, sin joyas. No soy materialista. Mi ego de fama y mi ego creativo están cubiertos mil veces.
A esa hora de la tarde, frente a la Costa Brava, los mosquitos acosaban a Ferran Adrià y él no era muy vanguardista para espantarlos. Había conseguido una libertad absoluta para crear. Desde 2001, El Bulli abría seis meses al año y sólo por las noches. Había sido nombrado tres veces el mejor restaurante del mundo y Ferran Adrià se había convertido en un clásico viviente de la cocina, alguien de quien se podía decir que era el chef más original del planeta sin haber probado su comida. La revista del New York Times lo exhibió con su frente pantagruélica y un título efervescente en su cubierta: «La Nueva Nouvelle Cuisine: cómo España se convirtió en la nueva Francia». Hipersensible a este golpe de Estado, Le Monde lo llevó a la carátula de su revista dominical con cara de buenos amigos pero al lado de una intrigante pregunta: «Ferran Adrià, el alquimista. ¿Es el más grande cocinero del mundo?». Como un fenómeno atmosférico soplando en todas las cocinas, la revista Time lo incluyó en la lista de las cien personas más influyentes de la Tierra. La ubicuidad de Adrià lo estaba convirtiendo en alguien que iba por el mundo como un embajador de la trasgresión de los guisos. Por la estética con que construye sus platos, una fundación de Berlín le adjudicó un premio de diseño concedido a creadores del ego industrial de