personajes de los rios profundos
El Viejo, de nombre don Manuel Jesús, es el tío de Ernesto.
Añuco, interno, era hijo de un hacendado caído en la ruina.
Lleras, interno, era huérfano como el Añuco, y a la vez el más altanero y abusivo de todos los alumnos, aprovechando la ventaja que le daba tener más edad y fuerza que el resto.
Ántero Samanez, externo, apodado el Markask’a o el «marcado», por sus lunares en el rostro, era un chico de cabellos rubios muy encendidos por lo que también le apodaron el «Candela».
«El Peluca», interno, un joven de 20 años, muy corpulento, aunque cobarde y de mirada lacrimosa.
Palacitos, apodado también como el «indio Palacios», era el interno más menor y humilde, y el único proveniente de una …ver más…
Fallece víctima de la epidemia de tifo.
Los Padres del Colegio. Son los religiosos que dirigen la institución educativa:
Augusto Linares, o simplemente el Padre Linares, director del Colegio, ya anciano, de cabellos blancos, que tenía fama de santidad en todo Abancay.
El padre Cárpena, alto y fornido, aficionado a los deportes.
El hermano Miguel, afroperuano, era oriundo de Mala, en la costa central peruana. Los alumnos irrespetuosos le llaman despectivamente «negro».
Doña Felipa, es cabecilla de las chicheras que se amotinan reclamando el reparto de la sal al pueblo. Es una mujer robusta, de voluminosos senos y anchas caderas, con el rostro picado de viruela. Ernesto la admira por su coraje, fuerza y sentido de justicia. Luego del motín, huye llevándose consigo un fusil y logra burlar la persecución de las fuerzas del orden. Gracias a ella, Ernesto comprueba que la reivindicación social es posible.
Los colonos, trabajadores indios contratados en la hacienda Patibamba, circundante a la ciudad de Abancay, entre quienes se extiende la epidemia de tifo. Invaden la ciudad exigiendo una misa para los difuntos.
Los guardias civiles, cuerpo de policía de la ciudad de Abancay. Son llamados jocosamente «guayruros» (frijoles de colores) por el color de sus uniformes (negro y rojo). Se les ridiculiza por no poder controlar el motín de las chicheras.
Los oficiales y soldados del Ejército, quienes ocupan la ciudad tras producirse el motín