novena señor de los afligidos
J.M.J.A.T.
Elma M. Valdez
NOVENA EN HONOR AL SEÑOR DE LOS AFLIGIDOS
Por la señal…
Oración preparatoria para todos los días.
¡Señor mío Jesucristo, Padre de los Afligidos! Al postrarme hoy ante tu bendita imagen, siento verdadera pena y confusión al contemplar el estado lamentabilísimo en que te han puesto mis pecados…
Esos ojos apagados por la tristeza, esa frente taladrada por las espinas, ese rostro regado por la sangre y cubierto de amargura, y todo tu cuerpo santísimo magullado y destrozado por los golpes… son como otras tantas voces tristes que me dicen al alma: “¡Hijo mío, mira tu obra; ve cómo has puesto a tu padre; éste es el fruto de tus …ver más…
No eres tú un criminal para que así te atropellen…
Aquí es el caso de exclamar con San Alfonso de Ligorio: ¡Pero, ¿Qué es lo que veo? Un Dios maniatado! Y ¿Por quién?, por unos gusanos de la tierra salidos de las manos del mismo Dios. Ángeles del Paraíso, ¿Qué decís? Y vos Jesús mío, ¿Cómo permitís que os aten las manos? ¡Oh, Rey de Reyes y Señor de los que dominan!, os diré como San Bernardo: ¿Qué tienen que ver las cuerdas de los esclavos y de los malhechores con Vos que sois el Santo de los Santos…?” San Alfonso, Medit. De la Paz, Cap. 7.
Pero no, alma mía, no te indignes contra los discípulos que abandonaron a su Maestro ni contra Judas que lo traicionó por treinta monedas, ni contra los soldados que tan cruelmente lo maltratan… ¿No has hecho tú eso mismo con tu amante Jesús? ¡Cuántas veces le has dejado solo, abandonado… para seguir en pos de tus caprichos y vanidades…! ¡Cuántas otras le has hecho traición, entregándote villanamente en manos de tus pasiones e infidelidades…! ¿Cuántas más le has atando ignominiosamente las manos con los feos y duros cordeles de tus pecados…? ¿No te está diciendo esto el Señor de los Afligidos desde su dolorida imagen?
Medítese unos instantes y pídase la gracia que se desee conseguir en esta Novena. Se rezan tres Padres Nuestros, Ave María y Gloria.
EJEMPLO
Hallándose duramente afectada por una enfermedad pulmonar, cierta señorita de esta ciudad de Torreón, sintió verdadera mortal tristeza, cuando los doctores