lOS SOBREVIVIENTES
Avanzaban jadeantes empujando la maleza con las manos, incapaces ya de esgrimir las espadas que la selva se venía comiendo sin darles tiempo a ensañarse contra la carne de un enemigo.
Solamente un mono curioso que se arrimó a olfatear la fruta que envenenó a Gómez sirvió para manchar de sangre su todavía reluciente acero de Toledo. Poco después moriría Gómez, víctima de atroces convulsiones a causa de la ponzoña que se ocultaba en la fruta.
Los guerreros fueron perdiendo la confianza ineluctablemente y ocurrió que algunos, en desesperados accesos de locura, buscaran querella a sus compañeros de infortunio, queriendo, morir en combate de una buena vez. De Ostos Mantenía el orden gracias al terror amarillo que …ver más…
Elías reía febrilmente aferrado a su pie prodigioso mientras los guardianes caían postrados de rodillas balbuceando: ¡milagro! ¡Milagro!, antes de echarse de bruces al estanque azul. Sólo entonces, arrancándose el sopor en que De Ostos se dio cuenta de que los hombres en el agua parecían dormidos, ensimismados, como presos de un sortilegio, y que aparte de los guardianes ninguno se había enterado del milagro.
El reflejo del guerrero fue más fuerte que la tentación de hundirse en aquel sospechoso bienestar y salió del agua dando gritos, cogió su espada y azotando con ella la superficie arrancó a los hombres del letargo.
Los obligó a salir del estanque, a empujones y a planazos, para descubrir asombrados que habían desaparecidos callos infectados, forúnculo, lepras de monte y hasta la gusanera que los tábano habían inoculado en nucas y cueros cabelludos. Los guerreros exhaustos no mostraban en sus relucientes pieles blancas ni él, asomo del recuerdo de una picadura de mosquito. El, mismo De Ostos estaba definitivamente curado del gusano