Amo a Sumer. Me encanta su sonrisa, su pelo, sus rodillas. Me encanta el lunar con forma de corazón que tiene en la piel. La forma en la que a veces se moja los labios antes de hablar. Y el sonido de su risa. Me encanta mirarla cuando está dormida. Me encanta escuchar esa canción cada vez que pienso en ella y cómo consigue que me sienta. Hace que todo sea posible, no sé… como si mereciese la pena vivir

Odio a Summer. Odio sus dientes torcidos, odio su corte de pelo de los 60, odio sus rodillas huesudas, odio su mancha con… forma de cucaracha en la piel. La forma en la que se chupa los labios antes de hablar. Y odio el sonido de su risa. ¡Odio esa canción!

NOTA DEL AUTOR: La siguiente es una obra de ficción. Cualquier parecido con …ver más…

La gente compra las tarjetas porque no pueden decir lo que sienten o porque tienen miedo a decirlo. Y nosotros proveemos el servicio. ¿Saben qué? ¡A la mierda con esto! Vamos al siguiente nivel, Estados Unidos. O al menos dejen que hablen por sí mismos.
Son estas tarjetas, las películas y las canciones pop. Tienen la culpa de todas estas mentiras. Y los problemas. Somos responsables. Yo soy responsable. Lo que hacemos aquí está mal. La gente debe ser capaz de decir lo que siente. Lo que sienten de verdad, no palabras que un extraño pone en su boca. Palabras como "amor"... Eso no significa nada. Lo siento, lo siento. Renuncio. Ya hay demasiada mierda en el mundo sin mi ayuda.

-Es como decíamos, todavía hay un montón de peces en el mar.
-Gracias. Pero son peces de acuario.
-Tom... Yo sé que piensas que ella era la indicada. Pero yo no lo creo.
Creo que sólo recuerdas las cosas buenas. La próxima vez que recuerdes, yo creo que deberías revisarlo.
-Deberías habérmelo dicho... cuando estábamos en la boda... bailando.
-Él no me lo había pedido todavía.
-Pero estaba en tu vida. Entonces ¿por qué bailaste conmigo?
-Porque quería hacerlo.
-Siempre haces lo que quieres, ¿no? No querías ser la novia de nadie y ahora eres la esposa de alguien.
-Sólo desperté un día y lo sabía.
-¿Saber qué?
-Aquello de lo que nunca estuve segura contigo.
-Y... me puse a pensar. Tom estaba en lo cierto.
-¿Lo estaba?
-Lo estabas. Sólo que no estabas en lo cierto