MI DIOS ESTÁ VIVO
Mi Dios está vivo, Él no está muerto.
Mi Dios está vivo en mi corazón.
Mi Dios está vivo, ha resucitado.
Lo siento en mi alma, lo siento en mis pies, lo siento en mi alma y en mi ser.
Oh, Oh, Oh, Oh, hay que nacer del agua.
Oh, Oh, Oh, Oh hay que nacer del espíritu de Dios.
Oh, Oh, Oh, Oh hay que nacer del agua y del espíritu de Dios, hay que nacer del señor.
Prepárate para que sientas,
Prepárate para que sientas,
Prepárate para que sientas el espíritu de Dios.
Déjalo que se mueva, déjalo que se mueva, déjalo que se mueva dentro de tu corazón.

TÚ SEÑOR
1-Tú Señor, que enciendes las estrellas, tú que al sol, le das su resplandor, tú que cuidas, del pájaro perdido, que va buscando un nido, guiado por …ver más…

Te doy, mi corazón sincero, para gritar sin miedo
Tu grandeza Señor.
Tendré mis manos sin cansancio.
Tu historia entre mis labios y fuerza en la oración.
LLÉVAME DONDE LOS HOMBRES…

Y así, en marcha iré cantando por calles predicando, lo bello que es tu amor.
Señor, tengo alma misionera condúceme a la tierra que tenga sed de Dios.

¿QUÉ TE PUEDO DAR?
Qué te puedo dar que no me hayas dado Tú.
Qué te puedo decir que no me hayas dicho Tú.
Qué puedo hacer por ti, si yo no puedo hacer nada, si yo no puedo hacer nada si no es por Ti, mi Dios. todo lo que sé, todos lo que soy, todo lo que tengo es tuyo.

JUNTO A TI JESÚS REZARÉ
Junto a Ti Jesús, rezaré, tu palabra quiero vivir.
Tú me haces sencillo Señor, en tus brazos me dejaré.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA

PON TU MANO
Pon tu mano en la mano de aquel que te da la mano.
Pon tu mano en la mano de aquel que te dice ven.
Él será tu amigo para la eternidad.
Pon tu mano en la mano de aquel que te dice ven.
Pon tus ojos en los ojos de aquel que te está mirando.
Pon tus ojos en los ojos de los ojos de aquel que te dice ven.
Él será tu amigo para la eternidad.
Pon tu mano en la mano de aquel que te dice ven.

SANTO (HAENDEL)
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios el Universo.
Llenos están en el cielo y la tierra de tú gloria,