TEXTO: de Agustín de Hipona. Confesiones, Libro X, 33, 49.
Agustín, nacido en el 354 en Tajaste pequeña ciudad Numídica en el África romana, vivió en una época de grandes cambios sociales e institucionales. Casi veinticinco años antes, Constantino inauguraría su nueva capital en Oriente, comenzando un proceso de helenización del Imperio. El proceso de cristianización ya estaba en marcha; pero aun convivían dentro del Imperio diversas religiones paganas junto a varias tendencias cristianas (que se acusaban unas a otras de heréticas). Luego con Teodosio, se suplantan oficialmente las religiones paganas por el cristianismo.
Agustín en un principio estuvo muy imbuido por la idea maniquea, que se recusaba de ser la fe definitiva que completa …ver más…

Un tercer elemento es reconocido por San Agustín, el de la iluminación, viene del conocimiento sensible al conocimiento intelectual, donación de Dios a la razón humana, es decir es el esclarecimiento religioso interno y racional. * De la vida feliz, la felicidad es producto de una verdad existencial unida con el bien. La felicidad es un anhelo propio de todo ser humano y es comunicación con amor, es gozar la verdad. * De la pureza moral, el conocimiento de Dios y la vida interior no van separados. El conocimiento de Dios exige un conocimiento de sí mismo, exige un acercamiento por medio de la renuncia, mística - ascética, de la concupiscencia, de la tentación de los sentidos, de la vana curiosidad y de las ambiciones espurias. En la exposición de estos puntos hace un conmovedor examen de conciencia. De todo pudo reprimirse menos de la música, tentación ofrecida por el sentido del oído. La tentación musical es la material y más sutil de las tentaciones.
Por la renuncia, o represión de los sentidos, la razón humana tiene la posibilidad de percibir la existencia de Dios. Es con la razón que se puede traducir que el mundo exterior como mudable y caduco y que sólo Él es eterno. Este reconocimiento, del mundo y de Dios es posible únicamente con un recogimiento a lo interior. Es interesante que estas renuncias marcan el fin de un proceso expuesto en libros anteriores: la observación de lo