Resumen del pensamiento de Descartes
Descartes
Perteneció a la corriente filosófica del s. XVII denominada racionalismo, que se opone al empirismo inglés del XVIII, y sostiene que nuestros conocimientos válidos sobre la realidad provienen del entendimiento. Afirma también que hay ideas innatas en el entendimiento, que no tienen su origen en la experiencia sensible, y que nuestro conocimiento se construye deductivamente a partir de ciertas ideas y principios evidentes.
El objetivo de Descartes era el logro de la verdad filosófica mediante la razón. Pretendía construir una filosofía que asegurase el conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer.
Las dos grandes operaciones de la mente son: la intuición, que …ver más…
Encontró la primera verdad en el cogito: aunque la duda parece haber eliminado todos nuestros conocimientos, incluidos los matemáticos, en el acto mismo de dudar aparece algo que resiste cualquier duda: si el sujeto duda, es que piensa, y, si piensa, es que existe. «Pienso, luego existo» (“Cogito, ergo sum”) es la primera certeza indubitable de la metafísica. Sugiere como regla general que todo aquello que percibimos con claridad y distinción es verdadero.
Demostración de la existencia de Dios
Descartes define el yo como una sustancia pensante, en la que hay ideas, voluntades y juicios (que son los que pueden conducirnos a error). A su vez, las ideas son de tres clases: Adventicias: aquellas ideas que parecen provenir de los objetos exteriores o la experiencia sensible. Facticias: las crea nuestra imaginación y la voluntad. Innatas, en cambio, parecen ser connaturales al sujeto (por ejemplo, el yo). Ahora bien, entre las ideas innatas encontramos una muy especial: la de un «ser infinitamente perfecto» (Dios), que no puede haber sido creada por el yo, ya que este es finito e imperfecto, de manera que esa idea ha tenido que ser puesta en el sujeto por un ser realmente infinito, con lo que queda demostrado que Dios existe.
Descartes se propone examinar, si hay un Dios que tenga al menos tanta realidad objetiva como la idea del yo, un Dios, no engañador, que le