El libro del que vamos a hablar se llama Estupor y temblores, está escrito por la autora Amélie Nothomb. Es una obra bastante autobiográfica, empezando por el detalle de que la protagonista también se llama Amélie, y la obra está narrada en primera persona.
Amélie es una joven belga de 22 años que entra a trabajar en una empresa japonesa, Yumimoto. Está bajo las órdenes directas de Fubuki Mori, una japonesa de 29 años, atractiva y muy alta con la que Amélie en seguida congenió. La señorita Mori, a su vez estaba bajo las órdenes del señor Saito, un hombre que a Amélie le pareció mezquino y retorcido, que obedecía al vicepresidente, el señor Omochi, un hombre enorme y espantoso. Todos ellos estaban dirigidos por el presidente de la empresa, …ver más…

Todos los socios desviaban la mirada, incómodos. Amélie pensó en intervenir, pero sabía que si lo hacía, tanto ella como su superiora saldrían peor paradas. Además, por el orgullo nipón, Fubuki no se lo habría perdonado nunca. Cuando el señor Omochi terminó, la dejó allí tendida y se esfumó. Ella desapareció sin decir palabra. Fue a los servicios.
Amélie cometió el error de seguirla, y al encontrarla en los lavabos llorando, trató de mostrarle su apoyo. Fubuki, al verla, enfureció indignada y la echó de los servicios en el acto. Una hora más tarde volvió y le lanzó una mirada de profundo odio.
Al día siguiente le asignó a Amélie un nuevo trabajo: Encargada de la limpieza de los servicios. Muchas veces Amélie se planteó renunciar y dimitir, pero consideró que eso sería indigno para un japonés y quería demostrarles a todos que ella sería capaz de aguantar el contrato que tenía hasta el final.
Muchos de sus compañeros mostraron su apoyo a Amélie y como queja de su situación en los servicios, la mayoría usaban los retretes de la planta inferior. Al cabo del tiempo, Fubuki volvió a soltarle una reprimenda, porque decía que el tiempo que perdían sus compañeros bajando al piso inferior era dinero que perdía la empresa.
Finalmente, un mes antes de finalizar el contrato, Amélie decidió renunciar. Y para ello tenía que presentar su denuncia a cada escalón jerárquico, es decir, a la