Prisión y muerte del inca atahualpa
Carrera Andrade Jorge
En sus andas reales, guarnecidas de multicolores plumas de papagayo y de láminas de oro y plata, a hombros de ochenta "orejones" vestidos de cortas túnicas azules, se presentó el Emperador Atahualpa en la plaza de Cajamarca, seguido por su guardia de cañaris y por sus mejores tropas, comandadas por el general Rumiñahui, así como de sus consejeros y altos funcionarios que se hacían transportar en bamboleantes hamacas. Le precedía un escuadrón de mil indios con túnicas de cuadros blancos y encarnados. El ocaso ardía como una fogata detrás de los montes y daba matices fantasmáticos al cortejo indígena.
En la fortaleza, cuatro piezas de artillería disimuladas hábilmente, esperaban la …ver más…
Los cronistas de la época cuentan varias anécdotas significativas que cuentan que Atahualpa fue hombre de gran discernimiento y poderosa memoria. Salió vencedor de sus carceleros en todos los juegos que éstos le enseñaron, entre ellos, el ajedrez, --naturalmente para intentar ganarle sus joyas y vasos de oro-- e hizo enmudecer a los frailes y leguleyos que ansiaban despojarle de su reino invocando a una religión y una ley que le eran desconocidas.
Se dice que el monarca pidió a un soldado que le escribiera el nombre del Dios de los conquistadores, en la uña del dedo pulgar, y mostraba la mano a sus visitantes para que leyeran aquellos signos mal dibujados. El capitán Francisco Pizarro conocía más de mandobles que letras y no pudo descifrar la palabra tantas veces invocada vanamente por él y sus compañeros. Atahualpa, sorprendido de su ignorancia, le dio a entender que no comprendía cómo podía ser jefe un hombre inferior en conocimiento a sus soldados... El porquerizo no le perdonó jamás esta lección al monarca. Tampoco le perdonó el ladino fraile Valverde a su respuesta desdeñosa y elevada, cuando al anunciarle que la Corona de España quería tomar posesión de esas tierras de América que le habían sido cedidas por el Papa Alejandro VI, Atahualpa le