HOMENAJE A ROSARIO SANSORES.

Aquì les mando dos cuartetos de uno de sus poemas que mas me ha gustado.

Ya no soy la mujer que conociste,
La suave flor que perfumò tu vida,
Soy un ser desesperado y triste,
En cuyo pecho el desengaño anida

Eternamente sangrarà la herida
Que con mano cruel tu me hiciste
Ya no soy la mujer que conociste
La suave flor que perfumò tu vida

Sublime amor
Rosario Sansores
El amor que te tengo es sacrosanto y ese amor es sublime y verdadero y por siempre jamás es duradero porque es amor angelical y santo
Apartarlo de mí nunca podría imposible borrarlo de mi mente porque es como la luz fuerte y potente y si quisiera hacerlo moriría.
No intentaré hacerlo, no, no puedo vivirá en mi …ver más…

Si esa visión azul que evocas en tu lejana juventud.
¿A que gustan el embriagante cálido néctar del amor si su dulzor puro fragante ha de tocarse en amargor?
¿A que luchar contra el destino,
Si su inflexible voluntad
Te arrastrará por el camino
Que te depare su crueldad?
¡Oh corazón loco y sensible!
¿Porque te obstinas en soñar?
Si tu destino irredimible quiso que amando un imposible no lo pudieras alcanzar

No me esperes
Rosario Sansores
Me voy como viene
Con mi paso leve
Con mi fresca risa
Con mi voz alegre.
Ni un reproche duro tocará tu oído ni tú tienes la culpa ni yo la he tenido
Fue la vida ¿sabes? la vida que ingrata hoy nos da sus mieles y su hiel mañana
Cuando cruce el viento si es que mi recuerdo junto a la ventana te acaricia el alma
Los ojos no vuelvas hacia el hueco oscuro que nunca a tu puerta llamará mi orgullo

Olvido
Rosario Sansores
Recuerdos, ilusiones, esperanzas polvo y olvido son que las dulces y bellas añoranzas se borraron también del corazón.
Ojos negros, castaños, grises... ojos
Que copiaron los cielos y la mar, pupilas que llenaron mis antojos y me hicieron soñar.
A veces los confundo ¡De quién eran
Aquellos ojos de expresión falaz?
¿De quien aquellos limpios, que fueran dos remansos de paz?
Nombre y fechas se volvieron nudo que mis manos no quieren desatar, porque mi corazón al cabo pudo imágenes y sombras apagar. 15–4–52