El personaje secundario que será analizado a continuación es Estrella.
Es la bella y noble infanta de la corte de Basilio.
Estrella no tiene un carácter propiamente dicho. Su figura está muy poco caracterizada, es un mero juguete dramático en el conflicto planteado. Su función secundaria es importante de destacar, sin embargo su papel es más bien la interpretación de bellísimos versos.
Representa a la dama y princesa de comedia barroca exigida por la estructura del género comedia que utiliza en esta obra calderón.
La típica dama, caracterizada por su belleza, nobleza y con altos sentimientos amorosos, con astucia logra vencer los obstáculos que se interponen entre ella y su enamorado.
No sabemos de dónde viene la infanta (en …ver más…

La bella dama no se quedó convencida y le preguntó por el retrato de la mujer que llevaba en el cuello con los siguientes versos:
“Cuyo retrato pendiente
Trujistes al cuello cuando
Llegastis, Astolfo, a verme”

A continuación, en la ESCENA XII, Astolfo se va y quedan Rosaura y Estrella.
Estrella desea saber si Astolfo la desea o es una boda por intereses. Para saberlo, manda a Astrea (nombre que da Estrella a Rosaura la cual es su dama de llaves) a perdirle su retrato a Astolfo para que llegase a sus manos.
En la escena XV, Estrella aparece mientras Astolfo y Rosaura mantienen una conversación en la cual, Rosaura le pide el retrato que Estrella le ha ordenado. Rosaura al ver aparecer a Estrella, astutamente, se disculpa argumentando que el retrato que tiene en la mano Astolfo, es uno suyo que tenía en la manga antes de caerse. Astolfo, ágilmente, recogió el retrato pero se niega a devolvérselo a Rosaura; por lo que, en teoría Astolfo posee dos retratos. Da a Estrella el retrato de Rosaura y ella se lo devuelve a Rosaura mandándola que se vaya.
Una vez que Rosaura se marcha, en la escena XVI, Estrella reclama ahora su retrato argumentando que le pertenece y no quiere que se quede en su poder.
Dadme ahora el retrato vos que os pedí, que aunque no piense veros ni hablaros jamás, no quiero, no, que se quede en vuestro poder, siquiera
porque