Pedro urdemales biografia
El origen de este personaje está en las leyendas medievales españolas. La referencia más antigua documentada la encontramos, de acuerdo a Antonio Ubieto Arteta, en un documento aragonés de fines del siglo XII, en el cual se menciona un paraje llamado campum de Petro Urde malas. Según dicho filólogo e historiador, el campo de alguien llamado Pedro Urdemalas estaba situado en Cogullada (un barrio de la margen izquierda de Zaragoza) y supone «una noticia sobre la existencia real de un Pedro Urdemalas en la Zaragoza del siglo XII».[2]
La primera mención literaria, según José Manuel Blecua, aparece hacia 1440 en el Libro del paso honroso de Suero de Quiñones. Poco después se encuentran referencias al personaje en …ver más…
En verdad que venís tan trocado, que dubdo si sois vos. Dos horas y más ha que estamos parlando y no se os ha soltado una palabra de las que solíais, sino todo sentencias llenas de filosofía y religión y temor de Dios.
De este modo, a partir de un personaje del folclore, aparece un protagonista interesante por su capacidad sentenciosa y sabia, que es el que podrán aprovechar escritores cultos como Miguel de Cervantes a lo largo del Siglo de Oro.
[editar] Su aparición en América
La primera aparición de este personaje folclórico en la literatura de Chile se da en la Historia de Pedro Urdemales (Yungay, 1885). En esta novela el personaje nace en la noche del 23 de junio de 1801 en «una choza situada en la ribera izquierda del caudaloso Maule». Presumiblemente esa publicación reflejó no solo la existencia de una tradición oral sino también un interés más general en sus aventuras.[8] Según la historia, murió bastante joven y de vergüenza porque una sabia anciana lo engañó. Pero una versión alternativa posterior sugiere que a pesar de ello luego se recuperó y engañó a la misma muerte.
Del relato que se hace de Pedro de Urdemalas en el primer acto de la Comedia famosa de Pedro de Urdemalas de Miguel de Cervantes (Madrid, 1615) se deduce que el personaje es «el mismo embaucador» de los relatos chilenos, excepto que el personaje español es «mejor hablado» que el chileno, y más altruista. Su nombre pasó a designar por antonomasia al pícaro, al «malo», en los