Pacto ostende
En el sórdido universo del narco, el imperio de la traición lo supera todo… En una serie de conversaciones con un sicario de sangre fría, el periodista Juan Carlos Reyna tomó registro de lo que supone matar por dinero o por simple venganza, matar para hacer sufrir a la víctima hasta lo indecible… Aun cuando el pistolero entrevistado cayó en desgracia, revela que todavía siente ganas de matar. Historias de este corte quedaron plasmadas en el libro Confesión de un sicario. El testimonio de Drago. …ver más…
El jefe estaba pesado, por eso yo le decía, para mis adentros, Elefante.
Cierta noche el jefe me mandó una alerta por radiolocalizador.Cuando nos hablábamos por teléfono o radio, lo hacíamos en clave. No voy a dar detalles de las claves porque está complicado entenderlas, pero el caso es que me dijo que esa noche yo iría con mi compadre a darle piso al licenciado. A mi compadre, que era el yerno de Elefante, yo le decía Tiburón, por una historia que en un momento más contaré. Tras recibir la alerta, miré mi reloj, me quité las botas y apagué la televisión. Tenía 20 minutos, quería descansar aunque fuera un rato. Llegada la hora me preparé: fierro, me dije, y salí hacia donde estaba mi compadre.
Terminamos el trabajo poco antes de las 10 de la noche. Tiburón sudaba y su mandíbula estaba trabada. Antes de cada ejecución, se metía un chingo de perico. Mi compadre, a quien conocí en el último decomiso que hice cuando era madrina de la judicial, fue el que me introdujo en el cártel. Él era varios años mayor que yo, y en la jerarquía de la organización era el segundo al mando, sólo después de Elefante. Más que su compadre, decía que yo era como su hijo. No sólo porque nos parecíamos un chingo o porque… fui amigo de su hijo de sangre, más bien porque había sido él quien apadrinó mi ingresó a la organización.
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(…) Aunque no es ningún descubrimiento, la verdad es que en este negocio trabaja un chingo de gente