Pequeños sueños, Grandes aventuras

Siendo la hora de dormir, me voy al baño a cepillarme los dientes. Tal y como mi mamá me enseñó, arriba y abajo, arriba y abajo, realizando círculos en donde están las muelas. Tomo el vaso con agua y me pongo a enjuagarme la boca y a botarla por el lavamanos. Veo como se hace un remolino de espuma pasando por el agujero. Me termino de arreglar y salgo del baño, mi hermana mayor me estaba esperando para ir a la cama.
– Hora de acostarte, pequeñín. – Decía con tono cantarín. Llevaba un pijama rosado, que parecía ya quedarle pequeño.
– Okey, ya voy, Yessi. – Le respondí en medio de un gran bostezo.
El pantalón de mi pijama verde con figuras de cohetes se arrastraba por el piso, con cada paso perezoso …ver más…

– dice señalando hacia lo más profundo.
Me refregué los ojos para ver mejor, y cuando veo hacia donde apunta el caballero, observo lo que parece ser…
– Esa es mi mesa de trabajo. Pero, ¿Por qué se ve tan lejos? ¿Y tan grande?
Uga me hace señas de que de la vuelta para ver el otro lado, y al girar, no lo podía creer.
Allí había una gran montaña frente a nosotros, cubierta por una especie de grama alta. Encima de la montaña se veían dinosaurios de todos los tamaños y colores corriendo como si no se pudieran caer de allí, y en la cima de la montaña, había una cara gigante. Era yo, que seguía durmiendo en lo que parecía ser mi cama. No es un mundo diferente, ¡Es mi cuarto! ¡Y yo estoy fuera de mi cuerpo!
– Entonces, nada de esto es real, ¿verdad?
– Todo este mundo le pertenece, mi señor – respondió Sir Manfred en una postura de héroe.
– Bueno. Mejor vamos a buscar ese pergamino mágico. Quizás me pueda ayudar a saber dónde está mi tarea.
Y así, partimos en un viaje a través del mundo que yo conozco como mi cuarto. Bajamos por la correa que tenia en una de las patas de mi cama. A lo que llegamos al piso, lo que veían mis ojos era asombroso. Todo lo que tenía en mi cuarto cobraba vida
Un mundo hecho totalmente de juguetes, carros corriendo de un lado a otro a través de las pistas de plástico, edificios de lego con luces en ellos como si fueran ventanas, los muñecos luchaban al estilo kung-fu, y los dinosaurios de juguete andaban como si fueran