Señor Juez, los tipos penales que hoy se están discutiendo son ciertamente unos de los delitos más atroces que se pueden cometer contra una persona. Atentar contra la vida, integridad y bienes de las personas, mediante violencia y bajo la inminente amenaza de arrebatarle la vida, es una situación vil que nadie debería sufrir. Por eso son crímenes tan repudiados en nuestro ordenamiento y sus autores, quienes cometen estos delitos responden al perfil de un ser insensible, frio, agresivo, ofensivo y violento. Ese perfil de delincuente, como usted lo verá en los testimonios de personas tan cercanas como sus propios amigos y compañeros de trabajo, responde y se adapta al perfil del acusado.
El acusado, su señoría, el señor Juan …ver más…

En cambio, verá usted señor juez que si habían otras personas, que se beneficiarían enormemente si mi cliente de pronto apareciera como un delincuente capaz de secuestrar al hijo de su colega y competidor en la licitación del proyecto el dorado.
Vamos a demostrar que el Arquitecto HADER BARRETO no pudo nunca hablar con los supuestos secuestradores de Camilo para impartirles ordenes sobre lo que debían hacer, como recoger el dinero, donde llevarlo y que hacer con el señor Camilo Quevedo., porque se encontraba recluido en una clínica por razón de una hemorragia cerebral . Usted escuchara de viva voz al médico neurólogo Julián Marulanda quien ha sido el medico del Arquitecto Barreto durante muchos años, contarnos sobre las características de la dura enfermedad que el señor Barreto padece y que como en este caso, por razón del estes al que se somete en los periodos de licitación, lo obligan a ser recluido en la clínica para tratarle las crisis que dicho estres le provoca dad su enfermedad.
Después de que usted escuche al Doctor Marulanda, no le quedará la más mínima duda de que el arquitecto Barreto durante los días en que el señor Camilo Quevedo fue secuestrado no podía hablar, no podía comunicarse por vía telefónica, ni siquiera podía recibir visitas y se encontraba en aislamiento total.
Su señoría, el padecimiento del que sufre mi defendido es ampliamente conocido por sus colegas por que como lo relatará el Dr Marulanda su