Mantenimiento de arneses de seguridad
Un campesino crió un aguilucho junto con sus gallinas. Lo trataba de la misma forma como lo hacía con las gallinas, de modo que él estaba convencido que era una de ellas. Le daba la misma comida en el suelo, la misma agua en un bebedero y lo soltaba en el campo para complementar su alimentación, igual que si fuese una gallina. El águila creció y se comportó como si fuera una gallina.
Cierto día pasó por el su casa un ecologista que, al ver al águila escarbando en el suelo, fue a hablar con el campesino.
Esto no es una gallina, ¡es un águila!
El campesino contestó: ahora ya no es más un águila porque se crió con las gallinas, aprendió a vivir como ellas y por lo tanto se cree gallina.
El ecologista dijo: …ver más…
Tu eres parte de la fuerza de la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados
Una carrera de sapos
Érase una vez una carrera de sapos en el país de los sapos. El objetivo consistía en llegar a lo alto de una gran torre que se encontraba en aquel lugar. Todo estaba preparado y una gran multitud se reunió para vibrar y gritar por todos los participantes.
En su momento se dio la salida y todos los sapos comenzaron a saltar. Pero como la multitud no creía que nadie llegaría a la cima de aquella torre-pues ciertamente era muy alta-todo lo que se escuchaba eran frases como “no lo van a conseguir”. “qué lástima, está muy alto”, “es muy difícil, no lo van a conseguir”. Así, la mayoría de los sapitos empezaron a desistir. Pero hubo uno que persistía pese a todo y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando: ¡es muy difícil, no lo van a conseguir”, y todos los sapitos se estaban dando por vencidos, excepto uno que seguía cada vez con más fuerza. Finalmente, fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y al preguntarle cómo había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza, cuál sería la sorpresa de todos los presentes al darse cuenta que ese sapito era sordo.
Sé siempre sordo cuando alguien dude de tus