Resumen mamita yunai

Ambiente para los trabajadores: bastante miserable y sucio maloliente

Donde vive ingeniero bertolazzi: remolque limpio y confortable

Badilla padecía de un fuerte dolor en la cintura y tenia la obsesión de que se le pudría la cabeza
Sueños de badilla: llegar a su casa bien plantado bien vestido todo le iba a costar 262 pesos (calero hizo cuentas)

Sueños de Herminio y sibarita: Irian cada uno a su casa y luego se juntarían en san José y a Panamá se ha dicho! Las fantasías resultaban de los libros de julio Verne y salgan que se leía cuando estaba pequeño

Sueños de calero: eran dormir hasta 15 días seguidos sin que nadie lo molestara solo levantarse para comer la comida que le llevaran al cuarto …ver más…

No querían ir entonces sibajita puso una condición
Que le pagara las horas extras por que podían trabajar hasta las 4
Azuola: un contratista que tenía otro grupo de trabajo a cargo trataba a la gente bastante mal tenia unos grandes bigotes tenia patas cortas y torcidas de mal caminar un ogro con los peones y perro faldero con bertolazzi
Arrieta: el que les iba a entregar la dinamita le decían "Cristo'e Fierro", porque era negro, alto y flaco como un alambre
Tenían camisetas BVD pegadas al cuero y recogidas por delante con un nudo para sostener los pantalones
Guacho que repartía los almuerzos: Era un muchachillo abotagado, pálido, lleno de pecas. Anunció su llegada con un gritillo de mujer.
Cuando estallo la dinamita:
"Cristo'e Fierro", que no se nos había quitado de encima, salió disparado a grandes zancadas, recogiéndose la capa con una mano, como hacen las viejas con la enagua larga, y fue a tirarse de panza detrás de un árbol
La corvetas de Azuola se enredó en la de él y cayó en un barrial, recibiendo encima el pesado cuerpo de Calero
El viejo del gangoche tiró la pala y apenas si pudo correr en el barro; el pedrusco se abrió en el aire en dos gajos, y uno de ellos vino a estrellarse en la pierna del pobre, que quedó tumbado en el charco Le levantamos el pantalón, molido por el golpe; tenía la rodilla