LO QUE NOS QUITA LA PRESENCIA DE DIOS
LA BIBLIA en 1 Samuel 5: 1 - 5
El arca del pacto era un cofre de oro por dentro y por fuera que literalmente en el Antiguo Testamento Dios vivía ahí. Tener el arca de dios era tener la Presencia de Dios. Dice que los filisteos capturaron esa arca, esa Presencia de Dios y la llevaron al templo de un demonio llamado Dagón. Ese demonio Dagón era un demonio muy importante para los filisteos, tenía forma de pez, era un principado de jerarquía muy grande en el Antiguo Testamento.
Dagón es un espíritu que tiene un solo objetivo: “robarte la Presencia de Dios”
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1-TODO LO QUE ME ROBE LA PRESENCIA DE DIOS ES DAGON. Es un espíritu puesto por el enemigo para robarme la Presencia de Dios en mi vida.
La …ver más…

2- SI CAMINO CON LA PRESENCIA FUNCIONARÉ.
Cuando tenés la Presencia funciona la oración, funciona la adoración, funciona lo que hablas. Mucha gente dice que son “cristianos” pero la fe no les funciona y todo lo que Dios hace es para que funcione.
Hay cuatro niveles de prosperidad:
1- El que no tiene tiempo ni dinero (Empleado)
2- El que tiene tiempo pero no tiene dinero (Desempleado)
3- El que tiene dinero pero no tiene tiempo (Empresario)
4- El que tiene tiempo y dinero (Nosotros, porque el Señor nos da tiempo y dinero para que disfrutemos sus bendiciones).
La Presencia de Dios te enseña a prosperar. ¿Cuántos vienen a buscar un milagro? Pero el milagro no es el fin, Dios te lo va a dar para que funciones; pero si Dios te da el milagro y no trabajas para el Reino, el milagro no te sirvió.

Cuando prosperas la Presencia te hace pasar aun en tus momentos difíciles, cuando pasas tu Getsemaní (prensa de aceite), son los momentos donde estamos mal, momentos de dolor, donde Judas te traicionó, donde sudas gotas de sangre, donde vas a tus amigos (como Jesús) para que oren por vos y se te duermen, es un momento donde los que conocías te dejan, es un momento donde sentís el dolor de Judas que te está por vender. Pero Getsemaní, con la Presencia de Dios, es un momento de grandes decisiones, es un momento que te dice: “En setenta y dos horas resucitaré”, que dice: “Voy a tomar decisión, y me voy a levantar y poner mi rostro como