Leyendas diaguitas
El arco - iris
Entre las altas montañas vivían hace muchísimo tiempo las tribus Diaguitas que, tomaron diferentes nombres según el lugar en que se asentaban a vivir. Por su inteligencia sabían utilizar al máximo los recursos que la naturaleza les daba.
Así dio origen a esta leyenda "inti" (sol) queriendo demostrar a sus hijos, algo que resumiera lo hermoso por la satisfacción que le brindaba al verlos trabajar con dedicación, les presentó en semicirculos de colores a "Panchac - Goillatica" (el arco - iris).
Su vista llena de alegría a quien lo contempla, después de una lluvia, en sus siete colores, cada uno de ellos simbolizan algo bello, bueno y grande.
El violeta, representa la memoria de los aborígenes.
El índigo, …ver más…
Esa es su mayor felicidad, la que pone en su boca un gesto de dulzura, da brillo a sus ojos y firmeza a su andar. Sin haber dejado un instante de mirar al sol, llega a la casa de su padre. Es de forma rectangular, construida en el valle con piedras colocadas las unas sobre las otras, de muros anchos y poco elevados y puertas bajas con marcos de madera cardón. Grandes árboles la rodean. Detrás de la casa, un grupo de algarrobos ostenta su floración amarilla mientras a un lado, un yuchán y un samohú ofrecen la belleza de sus flores recortadas sobre el azul del cielo como estrellas blancas y rosadas. Las mariposas cruzan el aire semejando pétalos desprendidos de alguna planta maravillosa, mientras los pájaros, con trinos de cristal y cantos melodiosos, se suman a la armonía del paisaje. La niña se detiene. Extasiada contempla la fantástica belleza que la rodea y otra vez sus ojos se dirigen al cielo para fijarlos en Inti, que brilla y reina absoluto en las alturas. Una adoración sin límites transforma el rostro de Keo, sublimizando su expresión, cuando una voz, venida del interior de la casa, la vuelve a la realidad: -¡Keo...! ¡Keo...! Se sobresalta la niña, y dando unos pasos continúa la interrumpida marcha al tiempo que responde: -¡Ya voy madre! ¡Ya voy...! Su voz, de inflexiones cálidas, es tan dulce como la mirada tierna de sus ojos