Las Ideas Políticas De Santo Tomas De Aquino
Considero la existencia de dos ciudades, la de dios (Jerusalén) y la terrestre (Babilonia) identificados con la Iglesia y con el estado pagano. La ciudad de babilonia fue considerada como el resultado de la corrupción del hombre, mientras que la ciudad de Jerusalén, la ciudad celestial representaría la comunidad cristiana que viviría de acuerdo con los principios de la biblia y los evangelios.
Santo Tomas ofrecía un planteamiento distinto inspirado también en la política aristotélica aunque teniendo en cuenta las necesarias adaptaciones al cristianismo. Para Santo Tomás la sociedad siguiendo a Platón y Aristóteles es el estado natural de la vida del hombre. El hombre por naturaleza es un ser …ver más…
Durante su mandato se profundizo la rivalidad existente entre las dos fracciones del partido güelfo florentino, los llamados negros que veían en el papa a un interesante aliado contra el poder imperial y los blancos que pretendían mantenerse independientes tanto del papa como del Emperador del sacro Imperio. Con el fin de mantener la paz en la vida política florentina se desterró a los dos jefes de las fracciones enfrentadas, apoyados por el papa Bonifacio VII, los cabecillas güelfos negros regresaron a Florencia en 1301 y se apoderaron del gobierno de la ciudad, al año siguiente Dante es desterrado por un periodo de dos años. El exilio del poeta transcurrió entre Verona y otras ciudades del norte de Italia.
Vivió en París entre 1307 y 1309 , durante este periodo de tiempo sus ideas políticas sufren una considerable mutación y abrazo la causa de los gibelinos que deseaban la unificación de Europa bajo el gobierno de un Emperador. Con la llegada de Enrique VII, rey de Alemania y cabeza del Imperio Romano, Dante escribió a diversos y numerosos príncipes y líderes políticos italianos urgiéndoles a apoyarlo en sus deseos de unificarlo en la península itálica, ya que era la mejor manera de terminar con las luchas entre las distintas ciudades y en el interior de estas. La muerte de Enrique VII acaba con las esperanzas del poeta, en el tratado