La vida simplemente
Germán y Arnoldo huye. CAPITULO VI Roberto hace recuerdos del prostíbulo. Cuenta algo de la Vieja Rica. Era hija de una familia acomodada. Quedó viuda joven. Inicialmente abrió una botillería y luego un primer prostíbulo al que acudía la clase alta. La describe como una mujer valiente, leal, generosa, pues le dio un digno funeral a una prostituta llamada La Vacunadora que murió en ese lugar. CAPITULO VII En este capítulo, el niño Roberto cuenta una nueva aventura: cerca del prostíbulo vivía una viejecita inválida llamada Verónica. Tenía una hija llamada Lucinda que trabajaba en una fábrica de conservas. La sra Verónica trabajaba todo el día tejiendo sin parar. Un día, cuatro hombres violaron a Lucinda. Su pobre madre, abatida por la miseria, quedó más enrabiada y resentida aún. Lucinda quedó embarazada. Roberto recuerda que la atendió en el parto. Andaba por el suburbio cuando escuchó los gritos de la mujer. Corrió a buscar a la Vieja Rica. Esta recibió a la guagua (un hombrecito) Roberto ayudó en todo a la Vieja Rica y avisó a las otras prostitutas del nacimiento. Estas demostraron su sensibilidad y generosidad, yendo a visitar al recién nacido y dejándole dinero y regalitos. La vieja inválida se conmovió al ver tanta grandeza en medio de la miseria. CAPITULO VIII La primera parte del libro termina con un acontecimiento que pone fin a la niñez de Roberto. Roberto se había vuelto un ávido lector, leyéndose una y otra vez los libros de su hermana. Esto lo fue